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11

Habían pasado tres meses desde que Mina confesó sus sentimientos a Nayeon.

En esos tres meses habían pasado muchas cosas para la joven pareja, Nayeon había comenzado a trabajar en su autoestima y a trabajar con su inseguridad respecto a su aroma. Sus inhibidores en spray estaban siendo cosa del pasado, Mina le ayudaba mucho con ese aspecto, cuando la omega comenzaba a incomodarse por no traer nada que tapara su esencia, la japonesa la llenaba con sus feromonas para disimular el dulce aroma.

Las madres de la omega no podían estar más felices con ellas dos, su aprecio y cariño por Mina había crecido aún más, estaban complacidas con la pareja de su bebé. La alfa joven les transmitía mucha confianza y tranquilidad, incluso no podían esperar a que Mina y Nayeon crearán por fin su lazo.

Fue una tarde en la que Mina recibió un mensaje de su novia, era algo confuso.

NayNay bebé💕

miwi
Te nesit0
Necesito*
Veen, pro favor.
Es urgente

El mensaje estaba mal escrito y eso había preocupado a la alfa, a una velocidad increíble Mina había salido de su casa y se había ido corriendo a la de su omega.

En cuanto llegó al pintoresco hogar notó que el carro de las madres de Nayeon no estaba, eso la puso aún más nerviosa, su bebé estaba sola.

Mientras subía las escaleras, los peores escenarios se creaban en su cabeza.

¿Y si se había lastimado con algo?

¿Y si estaba enferma?

¿O qué tal si alguien la había atacado?

Por la gran desesperación que sentía le fue imposible percibir el aroma intenso que estaba en toda la casa.

Abrió la puerta y sus pulmones se quedaron sin aire.
La imagen que estaba frente a ella era todo lo contrario a lo que había imaginado.

Su hermosa novia estaba en completo estado de desnudez, restregando su centro contra el colchón mientras olía una de las muchas sudaderas que Mina le prestaba cuando tenía frío.

—N-Nay... estas... — Mina ni siquiera podía hablar, el dolor de sus pantalones estaba incrementando y comenzaba a embriagarse con el aroma a celo de Nayeon.

—M-Mimi... tardaste mucho... t-te necesito... — dijo la menor antes de ponerse por completo en cuatro y le enseñaba su húmeda y palpitante entrada —V-vamos... ayuda a tu bebé— murmuró con voz increíblemente ronca.

—N-no amor... ¿Tus supresores dónde están? —preguntó la mayor tratando de controlarse.

—L-los escondí— dijo la castaña con una sonrisa coqueta —sabía... que hoy vendría mi celo, así que en la mañana los escondí... quería que por fin me marcaras— alzó más su redondo trasero y se abrió un poco de piernas enseñándole a su novia su entrada húmeda y palpitante —V-vamos Mimi.

La mayor ya no podía procesar nada, todo lo que ocupaba su mente era su Nayeon y la entrada rosada que rogaba por su atención.

Sin poder aguantar más, Mina se abalanzó contra Nayeon tumbándola boca abajo y comenzó a besarla de manera obscena y húmeda, provocando pequeños chasquidos entre los labios y jadeos por parte de ambas. Con una de sus manos, Mina acaricio el clítoris de la menor y la comenzó a masturbar con roces desde su entrada hasta su clítoris, haciendo que la castaña gimiera aún más.

—M-Mimi... por favor— la menor hacía su mejor esfuerzo por hablar.

—¿Por favor que, bebé?— Mina contestó con voz ronca, acariciando aún más rápido la entrada de la menor, haciendo fricción—¿Qué quieres que te haga cariño?

—C-cómeme... por favor hazlo— murmuró Nayeon antes de tumbar a Mina sobre la cama y quedar encima de ella. Se acomodó de tal forma que quedaron en posición de 69, Nayeon acariciaba el enorme bulto de su novia y Mina se deleitaba con la vista ambas entradas de Nayeon —Anda... hazlo—dijo acercando aún más coño al rostro de su chica.

Mina no esperó más y atacó con su lengua la dilatada entrada, saboreando el lubricante de su amada. Nayeon soltó un ronco gemido y sus caderas se comenzaron a mover involuntariamente en busca de más profundidad. No tardó mucho en desabrochar el pantalón de Mina y bajarlo con fuerza hasta sus pies junto con la ropa interior, se mordió el labio al ver el imponente pene de su novia tan erecto y rojizo de la punta, se excitó aún más que sin darse cuenta apretó sus paredes aprisionando la lengua de la mayor en su interior.

Nayeon se lamió los labios antes de lamer la punta, saboreando el pre-semen que la polla expulsaba. Dio una gran lamida desde la punta hasta la base y tomó con una de sus manos los muslos de Mina masajeándolos de arriba a abajo y continuó con sus húmedas lamidas.

Mina soltaba graves gruñidos y gemidos cada que Nayeon lamía su polla, abrió aún más los pliegues de la menor para tener mejor acceso a la entrada y lamerla con más profundidad.

La menor ya no pudo aguantar mucho y se corrió sobre la mayor manchando su playera.

—Ya estoy lista, Mimi... hazme el amor— murmuró la menor quitándose de encima de Mina.

La mayor sintió algo en su pecho cuando Nayeon dijo hacer el amor, y es que definitivamente le haría el amor a su chica hasta hacerla llorar de placer.
Se quitó la camisa manchada y sus pantalones junto con sus zapatos. Acomodó a la menor en medio de la cama y la abrió las piernas poniéndose entre ellas.

—Bebé... ¿Quieres esto?— preguntó Mina con su última gota de racionalidad.

Nayeon asintió frenéticamente y tomo entre sus grandes manos la palpitante erección de la mayor para acomodar la punta en su entrada.

—Hazlo... —murmuró la menor.

Mina la besó con pasión antes de insertar poco a poco su extensión dentro del caliente agujero de Nayeon.

La omega gimió y enterró sus uñas en la espalda de su novia cuando sintió como toda la polla entraba en ella y la estiraba aún más.

Mina se deleitó con la preciosa vista, su linda Nayeon estaba sudada y con los ojos llorosos mirándola y mordiéndose el labio inferior.

La alfa comenzó a moverse después de un par de minutos.
Los gemidos salían solos de ambas chicas, la sensación era deliciosa, las paredes vaginales apretaban el duro miembro de Mina llenándole con sus fluidos y estos aumentaban cada que Mina daba con el punto dulce de Nayeon.

La pelinegra tomó a Nayeon de los muslos y la levantó haciendo que se sentara sobre ella.

—Vamos cariño... monta a Mimi— murmuró Mina penetrando a Nayeon de manera lenta.

La menor gimió en protesta por el lento ritmo y ella misma comenzó a dar saltos sobre la polla de Mina hasta tocar su punto dulce de nuevo.

Cuando la omega sintió espasmos en su cuerpo y apretó aún más su interior, Mina supo que estaba a punto de venirse a igual que ella. Con sus dedos acarició lentamente la espalda de Nayeon dándole confianza y también comenzó a repartir besos en su hombro y pecho.

—Llegó la hora Nay... muérdeme también para que el lazo este hecho... para que nadie nos pueda separar y podamos amarnos por completo— susurró Mina lamiendo con fervor el hombro de la omega ansiosa por morderla.

Nayeon instalo su boca en el mismo lugar que Mina y lamió lentamente.
Sacó sus colmillos de loba y mordió la caliente piel de su amada. Se corrió cuando sintió el sabor de la sangre de Mina y también como los colmillos de la alfa también la perforaban.

La alfa se corrió también en grandes cantidades y sintió como el nudo estaba a punto de formarse.

—Nay... lo voy a sacar— dijo Mina intentando sacarse a la menor de encima.

—No, Mimi, me vas a anudar... vamos a completar esto— contesto la castaña impidiendo que Mina se saliera.

La omega gritó cuando el nudo se expandió en su interior, interfiriendo con la salida del semen de Mina. La sensación de estiramiento era dolorosa, demasiado, pero también placentera.

La castaña sonrió cuando el lazo estuvo completo en su totalidad.

Mina, aún un poco preocupada por el dolor que su omega estaba sintiendo, también sonrió, pues ya podía sentir como estaba conectado con Nayeon de todas las maneras posibles.

—Mimi... nunca me dijiste que eras una alfa pura— murmuró Nayeon con una mueca por la incomodidad del nudo.

—Creí que ya lo sabías amor. — Confesó Mina— Lo lamento, te debe estar doliendo mucho.

—No te disculpes, bebé... es un poco incómodo, pero se siente muy bien— dijo la omega con una sonrisa.

—Te amo Nayeon— Mina besó a su omega —te amo demasiado, estoy tan feliz de que por fin eres mi omega y de yo soy tu alfa.

—Yo te amo aún más, no pude haber tenido una mejor alma gemela— Nayeon le dio un pequeño beso en la nariz —al fin somos uno Mimi.

La pareja sonrió y continuaron besándose hasta que el nudo se deshizo y Mina pudó salir.

El semen comenzó a salir del interior de Nay y la mayor por fin analizó la situación. Su omega estaba en celo, se corrió dentro de ella y la anudo... la probabilidad de un embarazo era alta.

Nayeon notó la expresión de Mina y sonrió.

—Voy a tomar una pastilla Mimi, no tendremos un bebé... aún... no te preocupes por eso— Nayeon le dio un pequeño beso en los labios y sacó una caja de pastillas debajo de la cama, tomó una le dió un sorbo al vaso de agua que había a lado.

Mina sonrió y abrazó a Nayeon, la idea de formar una familia con la omega era algo magnífico. Se veía a sí misma en unos años a lado de su amada con unos pequeños cachorritos y viviendo en un lugar alejado y cerca de la naturaleza.

—¿Y tus mamás? — pregunto la alfa por fin recordando a las progenitoras de su novia.

—Salieron y no volverán hasta mañana—contestó la omega, bostezando y acurrucándose en su alfa.

—De acuerdo. — dijo Mina más tranquila y abrazando a su castaña. Sería vergonzoso que sus suegras las encontraran en una situación tan íntima.

Las dos chicas cayeron rendidas en unos minutos y durmieron aferradas la una a la otra.

A partir de ese día, ambas chicas sintieron que su corazón estaba por completo lleno. Ya eran una pareja enlazada y ambas almas estaban unidas. Tan unidas que nada las separaría.

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