Tres
Soyeon
Soojin siempre llegaba primero que yo a la casa, su trabajo era de medio tiempo y tenia pocas clases por las mañanas, así que casi siempre hacia la comida ella, cosa que le agradecía, por mas que le decía que me dejara prepararla a mi no lo hacia, creo que se relajaba con eso mientras tenia me esperaba para cenar juntas, últimamente tenia un amigo que venia mucho a la casa a cenar, así que prefería no hacer mal tercio y llegar después de que él se iba ese alfa me molestaba, pero siempre recibía un regaño de parte de ella, se que esta mal sentir celos, pero yo la vi primero, y las dos éramos igual, aunque tuviéramos pareja siempre nos celábamos, puede ser algo raro pero nos entendemos.
Hoy no me apeteció llegar tarde, me sentía algo sensible y hormonal, supongo que mi celo se acercaba, así que prefería llegar cenar algo y acostarme a dormir después de ver alguna película, aprovechando que mañana no tendría clases.
Entre y tenia puesta música algo alto, no entiendo como es que le gusta tanto los grupos de K pop, pero la dejo ser, ella se ve feliz con ese tipo de música, la escuche cantando en la cocina, pase por el comedor y ahí estaba el intruso.
—Oh hola Jeon.
—Hola...Erick —creo que Gruñí su nombre pero poco me importó —¿No tienes casa?
—¿Me estás corriendo?
—No, pero no tienes que venir todos los días, Jinnie no se irá a ningún lado.
—Me gusta venir a visitarla, además no entiendo tu hostilidad, sabemos que tú AMIGA, está en buenas manos.
—Claro que lo está, no he escuchado quejas... malas.
Me frunció el ceño y yo le sonreí. Pero algo no me cuadraba hasta que mire su estúpida cabellera rubia húmeda.
—Tu baño es amplió.
Dijo de manera descarada, esto es guerra maldito albino desabrido. Lo deje hablando solo me fui a mi habitación, cerré con un fuerte portazo, ese pedazo de animal se metido con mi Soojin en nuestra casa. Fui a mi cajón y saque una pequeña cajita, me voy a desquitar.
Estaba por abrir la caja pero escuche que Soojin me llamo a la cocina, guarde la cajita en mi bolsa del pantalón, salí del cuarto y fui directo a la cocina, ahí estaba ella cocinando siguiendo cantando, también tenía el cabello algo húmedo, suspiré y me acerque por atrás.
—Mande—le hable al oído y dio un brinco.
—No hagas eso.
—Estabas muy concentrada, ¿en qué te ayudo?
—¿Vas a cenar con nosotros?
—No.
—Soyeon no seas necia Erick no es un mal chico.
—Se que no lo es, ¿Ya es tu alfa?
—No.
—Pero ya te acuestas con él.
—¿Debo de darte explicaciones?
—Claro que no, pero él me lo restriega en la cara, viene y se come todo lo mío y todavía presume, por eso no cenaré, si quieres que te ayude a cocinar te ayudo, pero no me pidas que me siente a comer con él.
—Anda hace mucho que no comemos juntas.
—Por culpa del rubio oxigenado.
—Es algo tonto, tu también te acuestas con otros omegas.
—Pero no los traigo a casa.
—¿Puedo hacer algo para que nos acompañes?
—Si, correrlo.
—Eso no va a pasar.
Entonces me gire molesta sobre mis pies y camine hacia la puerta, pero de la nada recordé la cajita en mi bolsillo, regrese y le tome de la cintura.
—Se que puedes hacer, si me dejas hacerlo soportaré todas las veces que el venga.
—¿Qué es?
Sin decir nada saque la cajita y el contenido, metiendo la mano en su shorts, ella hizo una mueca.
—Si haces ruido Erick podría venir a ver, es mejor que te quedes calladita —delinee su entrada con mi dedo y después introduje la pequeña bala vibradora —tu rostro dios, ya me siento dura.
—Mmm —me empujó —esto es demasiado.
—Es mi condición —encendí el aparato —tómalo o déjalo
Se sujeto de la barra, en eso entro la amenaza.
—¿Les ayudo a algo?
—Soojin no podrá con los platos, iré a lavarme las manos.
Mientras caminaba hacia el baño, escuché como le decía que fuera asentarse que ella lo haría sola, Soojin es muy ruidosa, amo eso de ella.
Cuando regrese, el alfa oxigenado trataba de tener una conversación decente con Soojin pero está no dejaba de hacer ese rostro de placer que me fascinaba.
Se que huele sus feromonas excitadas, admiro su fuerza de voluntad.
En eso, un gemido algo intenso salió de su garganta, los dos nos quedamos paralizados, su aroma se había intensificado, veo que yo andaba hormonal porque la que entraría en celo seria ella.
—Erick —jadeo, este se paro y yo gruñí soltando feromonas agresivas— necesito...necesito que salgas.
—Puedo ayudarte...
Mis ojos estaban totalmente oscuros, juro que si llega a ponerle una mano encima mientras esta soltando ese delicioso aroma a vainilla, le arrancare el cuello, sus celos son míos.
—Solo vete mmmmh... por favor.
Yo no había dicho ni una sola palabra, el lobo albino tomo sus cosas y salio dando un portazo, entre su excitación y furia Soojin me observo, su respiración era agitada, se que me odia en este momento, pero hare que se le olvide.
—Soyeon..
—Enseguida princesa.
Me encargaría de limpiar después, los platos se fueron a la mierda cuando los arroje al piso, tome a Soojin para ponerla contra la madera bajando su short y ropa interior, saque mi miembro que estaba goteando por ella, me clave lentamente, apoyando una de mis manos en su espalda y la otra en su cadera, no había tiempo de quitarnos la ropa, ni siquiera hubo tiempo de sacar la bala vibradora que seguía funcionando en su interior, haciendo esto más placentero para las dos.
—Mi sucia Soojin —gruñí siguiendo moviéndome —tu humedad llegara al piso —le di una nalgada —te sientes tan rica.
—¡Maldición Soyeon! —se contraía cada vez mas —detesto tanto que me jodas así de bien.
—¿Segura? —me incline siguiendo con el bombeo, mi mano se fue a su boca —chupa.
Metí dos dedos en su boca, mientas ella chupaba y lamia estos, mi pelvis se movió más lento, sacando casi toda la extensión de mi miembro, para después meterla de golpe otra vez, su saliva ya llenaba mi mano casi por completo.
Su cuerpo estaba demasiado caliente, y su interior se contraía aun mas, separe un poco más sus piernas, quite mi mano de la boca de Soojin y la lleve hasta su clítoris duro, solo tuve que moverlos un poco en círculos para que su orgasmo llegara, me moví un poco mas y llegando al orgasmo pero sin anudarla, seria un problema con la bala dentro de ella.
Sali y me tumbe en la silla mirando la preciosa obra de arte que había sobre la mesa, Soojin trataba de recuperar su respiración, por sus piernas se esparcía mi orgasmo junto con el de ella.
—Maldita bruja —dijo aun con voz débil —sácame la bala.
—Claro, pero en la habitación, ya estoy dura de nuevo.
Sera mejor que busquemos apartamentos diferentes o terminare marcándola....
Creo que con esto culminamos, no quiero darle un final como tal, porque puede que me de locura y escriba otra parte, pero quiero dejarlo así.
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