「Troisième」
—Yoongi. Tenemos que hablar —dijo Taehyung cuando Yoongi les sirvió la cena.
—¿Dónde estuviste ayer? —preguntó Jungkook directamente, se escuchaba molestia en su voz—. Despertamos no estas, venimos no estás; y hoy en la mañana tampoco estás.
—Jungkook —advirtió Kim.
"Malditos hipócritas ¿Qué pasaría si les digo que pasé el día con sus amantes? Y no haciendo lo que ustedes hacen conmigo."
—Fui a visitar la tumba de mis padres —susurró, obligándose a usar un tono melancólico.
Sus padres habían fallecido cinco años atrás, su casa se había incendiado por la noche. Los bomberos dijeron que fue un corto circuito, Yoongi creyó que alguien lo provocó, la familia tenía muchos enemigos, era cierto, pero Yoongi nunca tuvo pruebas de que alguien lo hizo a propósito.
Y lo dicho era cierto, días antes había ido al cementerio temprano en la mañana. Les había dado la noticia a sus tumbas de que pronto sería papá. Ya que sus eran los únicos que merecían saberlo según Yoongi.
Ninguno se atrevió a cuestionarle algo. Por lo que ellos mismos zanjaron el tema dedicándose a comer. Razón por la que Yoongi les dedicó una sonrisa forzada.
—Yo... bueno... mañana es nuestro aniversario... Y... —susurró el omega, esas dos palabras le dolían "nuestro aniversario", quería golpear algo de solo pronunciarlas. Los alfas le escuchaban mientras comían, ajenos a los pensamientos de su pareja—... Me preguntaba si podíamos ir a la cabaña de mis padres... Bueno, estaba planeando venderla en unos días. Y yo... bueno, quería pasar una última vez ahí. Si no quieren está bien. Es solo... no... no importa, lo siento, cosas mías. —Cabizbajo tomó el tenedor y comenzó a comer lentamente. Los alfas se miraron entre sí y luego a Yoongi.
—Bueno, podríamos ir —murmuró Taehyung mirando al alfa frente suyo—. De todas formas, ya había pedido permiso para pasarlo contigo —mintió.
—Con un día que no vaya a trabajar no será el fin del mundo. Llamaré a mi jefe y me reportaré enfermo. No te preocupes. Iremos —dijo Jungkook viendo al omega.
Yoongi asintió sonriendo, sus ojos picaban tratando de dejar salir las lágrimas de enojo. ¿Cuántas veces les pidió un día para los tres? ¿Un domingo de ir al parque o tan siquiera cenar fuera de casa? ¿Cuántas veces le dijeron que no podían que estaban ocupados o que estaban cansados? Hoy, tuvo que volverse una víctima para que aceptaran luego de años sin hacerlo. ¡De haberlo sabido lo hubiera hecho desde un principio!
Ugh, como detestaba eso de ellos. Lastimosamente, no a ellos.
—Iré a alistar mis cosas entonces. Partimos mañana a las 11. ¡Buenas noches! —Y Yoongi se fue del comedor, dejando su plato casi intacto.
—Yo... necesito decirle... —susurró Kim una vez la puerta de la habitación fue cerrada.
—¿Estás loco?
—¿Has visto las marcas en su cuello? —Jungkook prefirió ver fijamente su comida a responder—. Se están poniendo oscuras, lo sabes. Y estoy más que seguro de que le duelen. Las nuestras siguen intactas Jungkook. Al menos las mías están sanas no tanto, pero no están... tan así. A pesar de que no sabe por qué están oscuras, sigue amándonos.
—No puedo decirle directamente sobre... ella. Una mentira duele menos que una verdad.
—Yo no puedo, Jungkook. No más. Se lo diré.
—¿Y cuándo? ¿Mañana? ¿En nuestro aniversario?
—No. Después, luego de que hayamos regresado aquí. Quiero que mañana esté feliz, no sería capaz de arruinar una fecha tan importante para él. Yo... todavía lo amo.
—¿Y a ese chico, Kim? ¿Lo amas?
—¿De él? Estoy flechado, no enamorado. Yoongi es mi omega. Lo amo.
—Que extraña forma de amar la tuya.
—¿Y la tuya, Jeon? ¿Si quiera lo has amado, o sólo estuviste flechado por el calor del celo?
—Yoongi es mi esposo.
—¿Sólo tu esposo? Piensa bien lo que vas a decir antes de responder a la ligera.
Dos maletas estaban dentro del automóvil de Taehyung, antes de siquiera dar las nueve de la mañana.
—Yoongi, es solo un día ¿Para que llevas tantas cosas?
—¿Eh? Ah, no te preocupes. Es mejor prevenir que lamentar. —Sonrió.
Jungkook llevaba solo una mochila con una muda de ropa y sus zapatos. Y Yoongi había insistido en llevar la de Taehyung en una de sus maletas.
Yoongi había sonreído todo el viaje y les comentaba sobre las cosas que había hecho en la cabaña para cuando llegaran. Sacar un par de arañas y lavar algunas superficies con manchas. Nada importante.
Para cuando llegaron al lugar, la fachada se encontraba desgastada debido al mal tiempo.
—¿Seguros que resiste?
—Respeta a la cabaña, Kook. Ha aguantado más terremotos que ninguna otra —regañó Yoongi. El apodo lo usaba por costumbre.
—Créeme, estaremos bien —secundó Taehyung.
Los alfas llevaron sus cosas adentro, maravillándose de que el lugar no era un desastre. Estaba completamente limpio. Mientras, Yoongi calentaba lo que habían llevado para comer.
—Hey, ¿van a almorzar?
Los dos alfas lo vieron casi al mismo tiempo, el tono que había utilizado había sido tosco y fuerte, distinto al que normalmente utilizaba con ellos.
—Oh. Perdón, no fue mi intención hablar así. Lo siento. —Yoongi agachó su cuerpo hacia adelante, cabizbajo. Reteniendo la frustración por estarse disculpando ante quienes no lo merecían.
—Está bien, no te preocupes. ¿Quieres que te ayude a servir la mesa?
«Preguntar es no querer hacerlo realmente.», pensó.
—No es necesario. Lo haré yo, tu ve a descansar.
Yoongi había preparado lo que traerían para el almuerzo desde antes de que los alfas despertaran, a sabiendas de que ellos solo estorbarían en la cocina al tratar de ayudar.
Mientras Jungkook veía los alrededores, Taehyung revisaba la habitación. Yoongi no tardó en llamarlos a comer.
—¿Tú no comerás? —preguntó Jungkook, quien fue el único que notó que solo había dos platos servidos.
—Últimamente no me da hambre. —Restó importancia.
—Debes comer, aunque sea un poco. Enfermarás si sigues así, Yoon.
—Tae, come, ¿sí? Ya luego lo haré yo. No se preocupen. —Sonrió.
Los dos alfas comieron tranquilamente, sin prisas, ni nada, mientras Yoongi hablaba sobre las "mejoras que tendría la casa". Las cuales eran una mentira porque no pensaba vender el lugar.
—Tengo sueño —murmuró Taehyung.
—Mamá decía que después de una buena comida, siempre te dará sueño. Nunca le creí —bromeó Yoongi—. No te preocupes, ve a dormir, ¿sí? —Taehyung asintió, y dejando un beso en su frente él se marchó.
—¿Kook, vemos una película? Hay varias en la video casetera.
—Iré a dormir un rato. El viaje me tiene muerto.
—Oh... pero solo fue una hora... —Yoongi negó—. Está bien, veré una yo. Ve a dormir... —Los dos asintieron y Jeon se levantó de la mesa.
Jungkook fue a la habitación, y Yoongi se sentó en el sofá. Viendo fijamente la antigua televisión, mirando de reojo el reflejo del alfa por ella, él le miraba fijamente esperando algo, Yoongi decidió que tendría que continuar esa farsa lo mejor posible. Suspiró encendiendo la televisión que, de milagro aún funcionaba, así que colocó el primer casete que encontró y pausó la película antes de que comenzara.
Justo cuando estuvo seguro de que ninguno de los dos alfas estaba en su panorama, se levantó de prisa. Tenía cosas que hacer antes de ver cualquier película.
Fue al comedor, recogió los platos sucios y los dejó en el fregadero lavándolos de inmediato. Los guardó en la alacena antes de que olvidara hacerlo. Recogió la basura y la tiró, dejando todo completamente impecable.
Cuando fue a la habitación, los dos estaban profundamente dormidos.
Bueno, por lo menos el tipo que le vendió los somníferos no le mintió, podrían noquear hasta a un caballo si era necesario.
Después de horas de espera Yoongi se quedó dormido en el sótano, estaba cansado, demasiado cansado. Había tenido días demasiados ajetreados últimamente.
Pero para su mala suerte, Jungkook fue quien despertó primero, todo estaba oscuro para el alfa, y su vista tardó un poco más de lo normal en tratar de enfocarse, cosa que no logró, debido a la poca luz que se filtraba en el lugar. Trató de moverse, pero algo se lo impidió, algo metálico, para ser exactos. El letargo del sueño desapareció al sentirse en peligro, trató de soltarse, pero brazaletes de hierro estaban muy bien colocados alrededor de todo su cuerpo.
La silla metálica en la que se encontraba, tenía cintas de cuero sosteniendo fuertemente su torso. Y sus piernas estaba completamente sujetas sin la oportunidad de moverse ni un centímetro.
—¡Hey! ¡Taehyung! ¡Yoongi! ¡Ayuda! —Yoongi despertó algo sobresaltado y de muy mal humor.
—Kook, cállate. Me darás dolor de cabeza si sigues gritando así.
—¿¡Yoongi!?
—Por la... mierda. Vas a despertar a Taehyung ¿Acaso nunca tienes algún tipo de delicadeza al hacer las cosas? Cierra la boca de una puta vez, por Dios.
Taehyung hizo exactamente lo mismo que Jungkook cuando despertó, trató de moverse de alguna forma mientras trataba de regular su respiración.
—¿Yoongi? ¿Yoongi, dónde estás?
—Aquí. Cariño, aquí —canturreó—. Bueno, ya que están despiertos los dos, les tengo una sorpresa. —La voz de Yoongi se escuchó animada, y justo después de terminar la frase, encendió la luz. Estaban en una parte de la casa que no conocían, y había un cartel blanco con letras rojas que decía "Feliz aniversario" justo en frente de ellos.
—¡Feliz aniversario! —repitió Yoongi sonriéndoles.
Ellos se quedaron pasmados. ¿Tanto show para solo mostrarles un simple cartel?
—Lindo. Okey, ya nos puedes soltar —dijo Jungkook, aburrido de la sonrisa de Yoongi. Una carcajada salió de los labios del omega.
—¡Claro que está lindo! Lo hice yo mismo con la sangre de tu amante. —Yoongi admiraba el cartel mientras Jungkook se quedaba completamente sin habla—. ¿A ti que te parece, Tae?
Taehyung había dejado de intentar soltarse cuando escuchó las palabras "sangre" y "amante" salir de los labios del omega. Sus ojos se habían abierto por completo, ahora temiendo por su vida.
—No te preocupes Tae, tu chico tuvo un destino distinto. Hablando de eso, ¿a qué sabía?
Yoongi pudo jurar ver salir una lágrima de los ojos de Jungkook, quien miraba fijamente el cartel.
—Yoon... no...
—¿Sabía mal? Mierda, creí que había especiado bien su carne. —La mueca que Yoongi hizo, pudo haberles sido tierna en otro momento, ahora solo querían que se les dijera que era todo una broma.
Y es que, ¿Yoongi cómo sabría sobre sus amantes? De Jungkook sí, pues el idiota lo había dejado muy claro, ¿pero de Taehyung?
—Ni modo, Hanse —dijo Yoongi hacia el suelo—. La próxima será, no te preocupes. Todavía tengo algo de ti en el congelador. ¡La cocinaré bien, no te preocupes!
Taehyung entonces sintió miedo de la persona que tenía frente a él. ¿Cómo podría saber Yoongi el nombre de su compañero de trabajo y amante? ¡Él en ningún momento le había hablado sobre él!
Entonces Taehyung recordó que la familia de Yoongi había sido tachada de peligrosa... Ahora sabía que Yoongi nunca fue distinto a ellos, aun con su actitud sumisa y educada.
—No, no. Kookie, no llores. Mon chère Elizabeth está en un lugar mejor. —Yoongi se burló.
—No serías capaz —murmuró Jungkook. Mientras Taehyung miraba al suelo con su respiración acelerada. Moriría, no importaba qué dijera o hiciera, Yoongi se las cobraría con sangre...
—No me subestimes, Jeon.
—Eres un monstruo... — Yoongi apenas escuchó eso salir de los labios de Taehyung.
—No me digas así. Yo sólo me cobre lo que me hicieron.
—¡Eres un asesino ahora!
—¡Pero lo hice por ustedes!
—¡Lo hiciste por ti, maldito hijo de...! —gruñó Jeon, pero la navaja de Yoongi siendo enterrada en su mano ahogó sus palabras en un grito.
—No me hables en ese tono. —Con la fuerza suficiente, movió la cuchilla en círculos, haciendo que la sangre saliera a borbotones—. Discúlpate. ¡Ahora!
Pero Jungkook solo sabía gritar de dolor.
—¡Ayuda! —gritó Taehyung—. ¡Ayúdenme! ¡Alguien ayúdenos!
—¡Griten! ¡Griten todo lo que quieran! Nadie nos oirá aquí. Estamos en propiedad privada, y en medio de un puto bosque, por si no lo recordaban.
—¡Yoongi, por favor, para esto! —suplicó Kim—. Te prometo no volver a hacerlo, por favor. ¡Yoongi por favor!
—¡Jungkook dijo que pararía, pero no fue cierto!
—¡Ayuda! —gritó apenas Jeon.
—Dios, Jungkook. ¡Gritas como nena, ya cállate de una vez! ¡Y deja de sangrar en mi piso!
—Yoongi, ¡yo te amo, por favor! ¡Te amo, por favor para esto! —Taehyung parecía a punto de un colapso nervioso.
—T-tu... ¿Me amas? —preguntó Yoongi acercándose a él. Había sacado la navaja de la mano sangrante de Jeon. Taehyung no podía parar de dirigir su mirada a ella.
—Te amo, Gi. Por favor, detente, por favor cariño.
—Tae, ¿solo a mí? ¿A nadie más? —Los ojos de Yoongi estaban brillosos, Taehyung no supo encontrar las palabras correctas, haciendo que Yoongi le viera fijamente—. Entonces no vuelvas a mentirme en la cara.
El omega sonrió melancólico, pasando el filo de la navaja profunda y rápidamente por el rostro del alfa. La sangre no tardo en salir, y el alfa no pudo hacer más que gruñir y apretar los puños.
—¿Ya dejaron de gritar como nenas? —A falta de comentarios por parte de los alfas, Yoongi continuó—. Bien, porque les tengo un par de regalos. ¿Qué les parece comenzar ya? —Jungkook sollozaba por lo bajo, Taehyung se mordía la lengua—. Ok. Empiezo yo.
Yoongi sacó la laptop de la mesa y abrió un archivo de video.
—Este, es para mí dulce Tae por ser el mayor, ¿Vale? Y perdona la mala calidad, cariño. Es lo único que he conseguido de un día para otro.
Yoongi, con un clic, hizo que el video comenzara a reproducirse. En él se veía a un lindo omega de cabello blanquecino atado a una de esas sillas. No había nadie más en la habitación, o al menos no frente a la cámara.
La voz se escuchaba distorsionada, pero Taehyung logró reconocer la palabra "lindo rompe hogares" en la voz de Yoongi la cual sonó desde el parlante de la computadora portátil unos segundos después.
—H-hanse... Do Hanse...
—¿Qué dijiste que eras de mi esposo?
—Min, te juro que no sabía que estaba casado. ¡Él nunca me lo dijo, lo prometo! Te lo prometo... —La voz del chico oía rota, tal vez de tanto llorar.
Pero Taehyung ni siquiera podía escuchar lo que estaba sucediendo en el video, estaba muy lejos del dispositivo como para entender lo que estaba sucediendo, pero lo supo en cuanto vio a Yoongi salir en cámara, portando un cuchillo en sus manos. Taehyung, resignado a no entender, se aterrorizó al ver que de un fuerte movimiento, Yoongi cortó tres dedos de la mano del chico. Un grito desgarrador sonó por la bocina y Yoongi pausó el video luego de que el llanto del chico comenzara.
—No quiero recordar sus molestos gritos, gracias. —Yoongi acomodó su cabello regresando la mirada al alfa mayor—. ¿Te gustó tu regalo, Tae? Todavía tengo su piel en alguna parte. ¿Quieres que la busque? Te quedaría perfecta de bufanda.
—¿Quién eres? ¿Qué hiciste con mi dulce Yoongi? —Los sollozos de Taehyung apenas eran audibles.
—Bueno, tal vez siga ahí en alguna parte, pero no podría asegurártelo, recuerda: "Un lazo roto puede hacer que un omega muera; Dos, que se vuelva loco". ¿Qué crees Taehyung? ¡Tengo dos lazos rotos! Y un puto mal humor de los cojones. Ya no voy a ser el dulce y sumiso idiota que se pasan por los huevos. Me cansé; abrí los ojos.
—Estás mal... —susurró Taehyung.
—¿Y qué? ¿Qué vas a hacer? ¿Encerrarme? ¿Meterme a un puto psiquiátrico?
—Debería matarte con mis propias manos, ¡maldito psicópata! —gritó Jungkook quién había guardado silencio hasta ese momento.
—¡Pues no se va a poder! ¿Sabes porqué? ¡Porque no soy yo quien está atado a una silla esta noche! —gritó Min de la misma forma—. Y no creas que olvidé tu regalo Kook. Lo tengo justo aquí.
Yoongi sonrió, yendo directamente hacia la pila de cajas que estaba cerca de ellos. Sacó una envuelta en papel colorido y la colocó en el regazo del alfa menor. Viendo fijamente la reacción de él.
La caja estaba húmeda, desagradablemente húmeda.
—Oh, que tonto soy —murmuró Yoongi—. Olvidé que no puedes abrirla, cariño. Permíteme hacerlo por ti, ¿sí?
Al levantar la tapa, Jeon quedó asqueado y aterrado de lo que vio. Dentro de la caja, estaba la cabeza de Elizabeth.
Yoongi la tomó del cabello sin dificultad alguna y la puso a la altura del rostro del alfa. El cual no pudo evitar vomitar a un costado al ver las pupilas rojas y oscurecidas de la omega con la que había estado saliendo a escondidas hasta hacía unos días.
Taehyung solo apartó la mirada, aguantado las ganas de gritar, imaginando un destino parecido para Hanse.
Las lágrimas caían por sus rostros sin piedad. ¿Ese era el Yoongi del que se enamoraron desde un principio?
—¿No te gusta, Kook? ¿No te gusta mi regalo? Yo creí que sí... ¡Es tu maldita...!
—¡Ya, te lo pido! Para, por favor —gritó Kim, interrumpiéndolo de inmediato.
—¿Que pare, dices...? ¿¡Que pare, dices!? ¿Ustedes pararon? ¿O siquiera pensaron en mí en algún momento? ¡No, no lo hicieron!
Las lágrimas salieron como cascadas de los ojos del omega. Lágrimas que por más que trató nunca salieron, hasta ese momento.
Se apoyó en la mesa en la que tenía la computadora portátil, y suspiró fuertemente. Le comenzaba a doler la cabeza de tantos gritos, y un malestar se colaba en lo profundo de su corazón.
—Yo estuve ahí para ustedes... fueron más de diez malditos años, Taehyung; Jungkook, ni creas que olvido que contigo van ocho. Maldita sea, ¡les dediqué mi jodida vida a los dos! No me merecía esto... ¿Creen que estaba feliz en casa creyendo que los dos jodidos amores de mi vida me estaba engañando al mismo tiempo? Ni siquiera sé cuál fue el punto de aislarme si no me serían fieles...
—Nosotros no...
—«Deberías pasar más tiempo en casa —imitó la voz de Taehyung—, las amistades solo quitan tiempo y nunca ayudan». «No me gusta ese tal Jimin, amigo tuyo, apártate de él. No parece buena compañía». —Hizo una breve pausa, esta vez viendo a Jungkook—.«Ese Hoseok te mira como si quisiera comerte, no te quiero volver a ver con él». —suspiró agarrando su vientre—. Y más de Lisa, o Erika... Me alejé de todos solo por verlos felices... ¿Y de qué me sirvió?
Yoongi inconscientemente se abrazaba a sí mismo, protegiéndose de los recuerdos.
—Pero Elizabeth tuvo la culpa. Si la muy hija de perra no hubiera llamado no habría tenido que matarla... Yo... ¿A quién engaño? Vaya que disfruté separarle cabeza del cuerpo. —Sonrió—. Yo... en realidad... le agradezco, ella terminó de enterrar la bendita espina de la duda en mi cabeza.
La sangre en el suelo comenzaba a hacerse un charco, si seguía así, Jeon moriría desangrado, y Yoongi no quería eso.
—Al ser tu... dulce amante... la que terminó de abrirme los ojos, Kook. Comenzaré contigo, ¿sí? Espero que no te moleste.
Yoongi asintió y Jungkook apretó los dientes tratando de aguantar el dolor en su mano. El omega se acercó a la mesa, trayendo una sierra eléctrica con él.
—Oh, antes de que lo olvide. —Los dos alfas miraron al omega frente a él—. Felicidades. —Sonrió, levantándose la camiseta para mostrarles su pequeña pancita a los alfas—. Iban a ser papás.
—¿Nosotros...? —preguntó Kim, absorto en la noticia. Yoongi estaba embarazado, embarazado luego de tantos años—. ¿Cómo es que...? ¿Tu olor?
—Lo sé. Es solo que ustedes son los hijos de perra más distraídos que he visto en mi vida.
Yoongi negó, dejando la sierra en la mesa y quitando los parches de su cuello. Había varios ubicados estratégicamente en sus glándulas de aroma.
—Era inútil que lo supieran. ¿Para qué le diría a un par de infieles que estaba embarazado de ellos? Ahora no es el mejor momento, pero hey, aun con los lazos cayéndose a pedazos, este bebito logró sobreponerse junto a mí.
— Yoongi... —susurró Jungkook—... P-por nuestro hijo...
—¿Chantajes, Jeon? Este bebé es solo mío, de nadie más. ¿Sabes por qué? Porque fuiste el primero en tacharme de infértil aun cuando los exámenes decían lo contrario.
Con renovado enojo, Yoongi tomó la sierra y la encendió, el estridente sonido opacó su voz al decir:
—Me saludas a Lucifer, cariño.
Y con cuidado de no tocar la silla, Yoongi comenzó a cortar el brazo derecho de Jungkook. Los gritos llenaron el sótano, y el llanto de Taehyung, era completamente inaudible para ese punto.
—Sin brazos, no podrás tocar a nadie más.
Pero Jungkook se desmayó cuando Yoongi comenzó a cortar su otro brazo.
—Alfas, no soportan nada. —Yoongi rodó los ojos al ver los brazos amputados aun agarrados por los brazaletes de la silla—. Vas. —Le dijo a Taehyung al girarse. Kim mantenía su mirada fija en la ropa blanca ensangrentada del omega.
—Yoongi por favor. Detente... —lloriqueó.
—Ya comencé, no puedo dejar las cosas a medias. —Le miró de forma tierna, que iba en desacuerdo con el brillo asesino en sus ojos y su cuerpo manchado con la sangre del que fue uno de sus alfas—. Si te dejo libre, irás con la policía, lo sé. Hay un cadáver en mi sótano, dos en mi patio y mis huellas están por todas partes. Tae, no puedo arriesgarme contigo.
—Trece años, Gi. No puedes echarlos a la basura, no puedes. —La desesperación era el único tono en su voz.
—Yo no... ¿Pero tu sí? ¿Tu si puedes? ¿Tu si puedes mantenerme engañado por meses mientras el lazo se rompe? Estuve como idiota esperando una perra explicación que nunca llegó, mientras las marcas se infectaban y trataba con fuerza de no gritar de frustración mientras ustedes llegaban a la misma hora luego de haber cogido toda la noche. Fui yo el que tuvo que cerrar la boca y llorar en silencio porque ninguno de los dos tuvo los cojones suficientes como para decirme que querían el maldito divorcio porque tenían alguien más con quien pasar la puta noche. Yo no eché nada a la basura, ustedes lo hicieron por mí. Y si ninguno de los dos es para mí, ninguno tendrá a nadie.
Y levantó la sierra, encendiéndola sobre la cabeza de Taehyung.
—PARA YA. —gritó Kim, la voz de mando que había utilizado, había pasmado a Yoongi durante dos segundos.
—No me vas a decir que hacer, ya no más. Nunca más. —Y la sierra comenzó a bajar, partiéndole el cráneo en dos. De un momento a otro los gritos se silenciaron, dejando solo el sonido de la sierra partiendo todo lo que encontraba a su paso.
Fue grotesca la manera en que los tejidos cerebrales caían por los bordes cuando Yoongi apagó el aparato.
Jungkook comenzó a moverse, siseando del dolor, sus movimientos eran débiles. Por lo menos no hacía falta mucho para que su alma dejara su cuerpo.
—¿Todavía no te has ido al infierno? —preguntó Yoongi.
—Primero te irás tú, cariño —susurró apenas, sus cuerdas vocales ardían, su consciencia era casi nula.
—No lo creo —respondió el omega, clavando un cuchillo en la cuenca de su ojo izquierdo, a tal punto que solo el mango del objeto quedó fuera. Jungkook dejó de moverse luego de un grito ahogado.
Los dos estaban muertos. Los cuatro, mejor dicho.
Elizabeth decapitada, Jungkook desmembrado, Hanse desollado y Taehyung... a Taehyung le había partido el cráneo en dos. Joder.
—Dulce venganza. —murmuró apenas, cansado de las emociones, soltándose de un momento a otro en llanto.
Se apoyó en la mesa detrás de él con cuidado de no caer. Viendo los dos cuerpos frente a él, sangrando y sin vida.
¿Qué había hecho? ¿Matado por amor? No... era un asesino, no había justificación para ello. No podía decir que fue "por tener el corazón roto". Joder, había pensado tanto en eso que no se había puesto a pensar en las consecuencias...
Estaba embarazado. Había un bebé en camino y él sólo había pensado en una forma de vengarse.
No podía con la bruma de sentimientos que se alojaban en su pecho. Dolor, arrepentimiento, tristeza, combinados con los vestigios del placer y la rabia que había sentido anteriormente.
Necesitaba quitarse las emociones de encima, necesitaba quitarse esa ropa y tomar un baño. La sangre comenzaba a incomodarle ya que algunas zonas comenzaban a secarse.
Ya mañana enterraría los cuerpos. Ya mañana lidiaría con todos esos sentimientos. Ahora... Ahora necesitaba dormir. Necesitaba descansar... de todo, de todos. Y entonces tomó la pistola de la mesa mientras caminaba a paso lento hacia las escaleras. Justo antes de subir miró en dirección a quienes en su momento fueron los amores de su vida. Su corazón se apretó de manera dolorosa.
—Es... mejor sin ellos. —Se dijo a sí mismo, a pesar del amor, a pesar del dolor; y subió las escaleras.
Al siguiente día, Yoongi despertó luego de las doce del mediodía. Sin saber que hacer, realmente.
Había tomado un baño corto y se había metido a la cama casi a las dos de la madrugada, extrañando el calor de los dos alfas a su lado.
Y con el corazón definitivamente roto por su ausencia.
Pero... si los hubiera dejado con vida, tenía la certeza de que habrían hecho lo mismo una y otra vez. Su confianza estaba rota, y su percepción del amor indefinidamente distorsionado. No podría confiar en nadie más en mucho tiempo. Las personas más importantes en su vida estaban muertas y las dos recientes todavía no estaban bajo tierra.
Lloró casi toda la mañana, lleno de tristeza y resentimiento.
Luego de que el sol de la tarde comenzara a bajar, había comenzado a cavar en el patio de la casa, justo a la par de donde había enterrado los cuerpos de Hanse y Elizabeth. Porque Yoongi en ningún momento había hecho comer a Taehyung la carne del omega, no tuvo el valor suficiente de cocinar la carne del chico, lo pensó, sí, pero se arrepintió a último momento y prefirió enterrarlo completo junto el cuerpo de la omega.
Al finalizar la tumba improvisada, fue primero a por Jungkook, tomándose su tiempo ya que el cuerpo era realmente pesado. Lo lanzó con los pies al fondo del hueco y fue a por quien fue su primera pareja. Siendo esta vez un poco más fácil para él arrastrarlo hasta llegar al jardín trasero.
Aún llorando lo echó a la par de Jungkook.
Con un suspiro regresó al sótano, porque no podía simplemente dejar la cabeza de la omega en la mesa de su sótano. Así que cuando volvió, la tiró dentro del hueco, procurando que diera contra el rostro de Jungkook.
Yoongi miró los cuerpos un minuto más de lo que tenía predestinado para por fin echar la tierra sobre ellos sin volverles a dirigir una sola mirada.
Esa misma noche, metió las maletas dentro del cochelas cuales tenían el dinero que había logrado ahorrar con el paso de los años.
Necesitaba un nuevo comienzo, en un lugar donde no lo conocieran, o en uno en donde no fuera sospechoso de asesinato. Porque aún cuando Yoongi alegara no haberse desecho de los restos de sus esposos, la policía podría aprovecharse de sus puntos débiles en todo el asunto.
Y mientras más lejos estuviera, mejor sería para él. Su hijo tendría una buena vida, y él ya no viviría con el sentimiento de tener a un par de infieles viviendo bajo su mismo techo.
Había tenido su venganza, aunque esta al final no fuera tan dulce después de todo...
Siguiente: Capitulo extra.
¡EL PRIMER THREE SHOT GORE QUE ME LANZO!
La sinopsis estuvo casi un mes en borradores mientras me pensaba si la desarrollaba o no.
He tomado varios puntos de vista de distintas personas sobre la infidelidad. He tomado la que más sangrienta me ha parecido.
Reflexión del día: Asegúrate que quien te anda enamorando no está casado/a o comprometido/a. Y si lo está... ni qué decirte... Solo que cuides tu pellejo. Y lo digo literalmente. -.-
Ahora sí, nos vemos en el bonus. ^^
Con amor, Naza.
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