No podía decir que estaba orgullosa de los métodos que utilice para llegar hasta aquí, pero dicen que todas las personas llegamos a hacer cosas terribles por motivaciones enormes.

Tenía una gran motivación: La venganza.

Yun Lana, la total perdedora necesitaba una venganza.

Así que cuando mi graduación terminó en desastre por culpa de mis idiotas, sin cerebro y muy hijos de puta compañeros algo se quebró... Ya no tenía ganas de que de esa manera fuera de la que se vieran las cosas.

Lana la perdedora.

Lana la mascota de la escuela.

Lana la ingenua enclenque de cara retorcida

Eso ni siquiera tenía sentido, no había nada malo con mi cara. De cualquier manera luego de aguantar toda la preparatoria con abusos, sobrenombres y la horrible presión que significaba estar siempre en el primer lugar, decidí que no iba a vivir más de esa forma, pero necesitaba desquitarme o no iba a poder continuar, necesitaba verlos sufrir el doble o no iba a poder superarlo.

Y aquí es donde llegamos a la parte de la que no me siento orgullosa.

Estudiar en una escuela prestigiosa de un país del primer mundo si debe ser un orgullo, hacerlo con una beca debe ser motivo de altares, pero para esos palurdos era motivo de humillación, como si tuviera culpa alguna de que sus inútiles cerebros no pudiera conseguir una calificación como esa.

Incluso así tuve problemas para entrar a la universidad cuando mi hermana murió meses atrás, la depresión arrasó con fuerza y no pude sostenerme así que no había podido ingresar a una buena universidad, pero aún seguía siendo muy buena con las computadoras.

Solo aumente unas décimas mi promedio, las mínimas en realidad y logré entrar con una beca deportiva de voleibol a la universidad Nacional de Seúl en donde necesitabas ser super rico o super inteligente.

Yo no era super rica y había perdido la oportunidad de demostrar ser super inteligente así que tuve que recurrir a uno de mis tantos talentos.

Con un semestre de retraso estaba oficialmente registrada en la universidad y se preguntarán ¿Por qué hacer algo que te tomaría tanto esfuerzo? Bueno aquí viene la parte divertida:
Todos y cada uno de los descerebrados que me hicieron la vida imposible habían terminado estudiando aquí. Es decir ¿Cómo no? Su enorme ego no permitiría nada menos, de hecho era suertuda de que no hubieran ido al extranjero por caminos separados, me estaban facilitando el trabajo.

Así que aquí estaba ahora, parada en el territorio del enemigo que era en realidad un campo minado, pero no estaba dispuesta a perder y ello sería lo que me mantendría en pie por los próximos meses.