XXXV
— Si sigues así te lastimarás.
Una simple frase le había hecho reaccionar a su cuerpo, hasta el punto de provocar que sus dientes en serio mordieran más fuerte su labio inferior, logrando que la piel con la que estaba jugueteando segundos antes fuera arrancada. El sabor metálico de su propia sangre no se hizo esperar y el ceño fruncido del alfa le hizo saber que era más que obvia la situación. Ni siquiera la sonrisa que le regaló a su alfa fue suficiente para restarle importancia.
Jungkook suspiró, dejando salir la tensión que él tenía acumulada en sus hombros, ahora descubriendo que no solo era propia con la que estaba cargando, también era la de Taehyung. Con parsimonia deslizó su pulgar sobre el labio inferior que el omega estaba intentando ocultar, revelando al fin la gota de sangre que se acumulaba en los rosados belfos de su precioso omega.
Se acercó lentamente, atrapando el labio inferior en una delicada caricia contra sus propios labios, dando pequeños toques con su lengua, algo sin segundas intenciones, solo buscando sanar la herida que se había provocado. Taehyung, por su parte, no estaba pensando lo mismo, no cuando sintió un cosquilleo en su vientre y no el que provenía de sus cachorros. El ansia de sentir de nuevo a su alfa, el anhelo que esa boca siguiera y no parara le provocó un suspiro, haciendo que su cuerpo buscara más de eso.
— Estamos en público mi sol – murmuró sobre sus labios, a escasos milímetros de volver a encontrarse, con Taehyung casi enloqueciendo por obtener más contacto. Diosa solo era un beso, no, era todo menos un beso. Jungkook solo estaba curando su herida, pero quién le explicaba eso a su cuerpo sensible. Un gruñido escapó de sus labios al sentir la distancia entre ellos y el rubor en sus mejillas se intensificó cuando notó la sonrisa de su alfa – y creo que soy un poco celoso con el hecho de que otras personas te vean así de sonrojado.
Oh, Diosa. Casi vuelve a morder su labio, pero fue detenido por el alfa quien lo volvió a besar, un simple roce tierno, dulce y delicado. Un estremecimiento recorrió su cuerpo cuando sintió la mano protectora de Jungkook sobre la curva de su vientre, regresándolo por fin a su realidad, no a la idealizada, a la verdadera donde se encontraban en la sala de espera del consultorio de la doctora Jieun. Bastó un vistazo para notar a la pareja a un lado de ellos, quienes parecen ajenos a la situación, a su situación.
— ¿Estás nervioso? – cuestionó Jungkook al poder olfatear el aroma dulce de su omega, un tanto más empalagoso debido a las semanas de embarazo.
— Un poco – abultó sus labios intentando esconder su avergonzado ser detrás de una cortina de humo. Para Taehyung resultaba más fácil decir que el apretón en su vientre se debía a nerviosismo y no porque se encontraba hormonalmente caliente –, solo quiero ver a los cachorros de nuevo. Saber si todo está bien para que tú te sientas más tranquilo.
— ¿Ahora el culpable soy yo? – sonrió ampliamente Jungkook al escuchar aquella excusa, porque, aunque tratara de esconderse, él podía sentir a su omega. Sin embargo, no esperó notar ese brillo diferente en los ojos de Taehyung, uno que escondía cierta aura traviesa.
— Sí, esto es tu culpa – señaló su vientre, el cual aún estaba cubierto por la mano del alfa –. Que mi cuerpo sea adicto a ti también y el que reaccione con el más mínimo tacto también es tu culpa.
¿Cómo era posible que fuera así?, no llegaba al extremo de ser descarado, pero si estaba en el borde de hacerlo caer ante sus encantos con lo que hacía. La abstinencia había sido impuesta una parte por él mismo y la otra por indicaciones médicas, ya que el que les mencionaran sobre lo cuidadosos que debían ser no dejaba en paz al alfa. Para Jungkook también era una lucha constante el controlarse hasta que Jieun mencionara que todo estaría bien.
Taehyung comenzó a tocar el muslo del alfa con sus dedos índice y medio, haciéndolos parecer dos piernas, caminando por su músculo, subiendo cada vez más hacia su entrepierna. Estuvo a punto de responder a las insinuaciones de su omega, pero la presencia de alguien más los hizo romper su burbuja.
— Señor Jeon – la chica frente a ellos sonrió cálidamente al obtener su atención. Tenía unas hojas que abrazaba contra su pecho y una vez el alfa murmuró una respuesta, ella le volvió a sonreír algo que no fue del agrado de Taehyung –, necesitamos que llene el formulario de su omega. Es, por protocolo, nada más para tener un registro de la cita. Tenemos que evaluar algunas cosas antes de que pasen con la doctora y esto es necesario como datos previos.
— De acuerdo – Jungkook mordió su mejilla interna al poder percibir esa sensación de celos proveniente de Taehyung. El omega soltó un poco más de su esencia queriendo crear una barrera entre la enfermera y su alfa ¿Por qué tenía que sonreírle tanto? ¿Por qué se quedaba ahí parada? – ¿Eso es todo o hay algo más?
— Claro que no, es decir, solamente debe llenar con los datos que le piden y en el momento del chequeo previo se los entregarán a la otra enfermera.
La chica hizo una reverencia profunda hacia Taehyung, quien chasqueó la lengua, sin responder al saludo, ni siquiera un leve asentimiento de su parte, algo que normalmente haría. Los papeles le fueron extendidos a Jungkook junto con un bolígrafo para poder rellenar.
— ¿Por qué tiene que darte a ti los papeles? – reclamó el omega sin perder de vista a la chica regresando a su lugar de trabajo – ¿es necesario que te sonría tanto para entregarte algo que yo debo llenar?
— Acaso estás, ¿celoso?
— Por supuesto que no, solo digo lo que es obvio. – Taehyung abrazó su abdomen, evitando que Jungkook lo tocara en esos momentos –. Se supone que a quien deben revisar es a mí y ella solo se dirigió a ti como si yo no existiera. – el alfa alzó una ceja, aún sorprendido por la pequeña escena que estaba armando su omega, intentó acercarse a él para besarlo, mas fue en vano –. No quiero besos para hacerme olvidar esto – sus brazos no cedieron cuando el tacto cálido se posó sobre su piel –, ellos tampoco quieren que los toques ahora.
— Mi amor – nada, ni siquiera una mirada al contrario lo estaba ignorando – Bonito, tú eres el único omega para el que tengo ojos.
— No es eso Jungkook – suspiró cansado y sintiéndose un poco tonto por su actitud – es el hecho de que habló contigo de algo que es mío. ¿Qué pasaría si soy un omega embarazado sin un alfa? ¿Acaso no me atenderían porque no tengo un alfa?
— Pero me tienes a mí.
— Y si no fuera así.
— Tú me tienes a mí, no debes preocuparte por eso, esto solamente lo hacen porque como tu alfa soy responsable de ti y de nuestros cachorros – Jungkook se acercó a él, esta vez logrando tener la cercanía que necesitaban ambos, envolviéndolo en un abrazo el cual hizo suspirar al omega – comprendes lo que quiero decir ¿verdad? Esto es algo de ambos, no solo tuyo ¿De acuerdo? – el alfa dejó varías caricias en el vientre, haciéndolo ronronear por lo bien que se sentía. Taehyung asintió lentamente como respuesta –. Bien, ahora ¿quieres llenar tú el formulario?
— Hazlo tú.
La risa de Jungkook hizo vibrar su pecho, el omega sabía que su alfa no había tomado tan en serio ese momento de celos e inseguridad, aunque para él sí representaba algo. Quizá este era un nuevo tema para hablar con su terapeuta, el hecho de sentirse totalmente responsable de su embarazo. Algo tan pequeño le hizo descubrir que se sentía como el único que debía estar cargando con una responsabilidad, una que tenía que ser compartida.
La vista de ambos bajó hacia los papeles que Jungkook tenía en sus manos. Lo principal eran los datos personales de él como alfa encargado de Taehyung, cosas como el seguro médico con el que registrarían al omega, números de teléfono y su jerarquía alfa, rellenando de mala gana el recuadro con la palabra "Puro". Sus movimientos fueron mucho más ágiles para escribir en cada uno de los espacios respecto a su omega, quien se encargó de mencionar cosas como tipo de sangre y finalmente remarcar con mayor agrado el espacio de la jerarquía de omega "Puro".
Casi habían terminado hasta que se detuvo en una línea en específico, un dato el cual llamó mucho su atención. Lo había dejado para el final porque le interesaba saber la respuesta de Taehyung a esas tres palabras.
Nombre del paciente:
Alzó la vista hacia su omega, quien parecía no inmutarse, más bien se veía confundido al ver la duda en su alfa por un simple dato.
— ¿Qué sucede?
— ¿Qué dirías para responder esta pregunta?
— Mi nombre.
— ¿Y ese sería?
— Kim Taehyung.
Taehyung no sabía si reír o sentirse desconcertado por la actitud de su alfa, ¿eso que escuchó fue un gruñido casi ahogado? ¿Por qué le preguntaba algo como eso? ¿Acaso estaba mal? Legalmente, ahora su nombre era ese. Kim Taehyung. Entonces, ¿Cuál era el problema? Aunque divagara con miles de preguntas en su cabeza, Jungkook se encargó de responder a su interrogante, con una simple frase.
— Pensé que dirías otro nombre.
— No pienso utilizar mi antiguo nombre, Jungkook.
— Podrías usar uno nuevo – el omega ladeó la cabeza en signo de confusión. Jungkook sonrió al notar que su precioso sol no comprendía el motivo de su ¿berrinche? – quizá. Jeon Taehyung.
— Pero, aún no estamos casados.
— Estamos unidos, eso es más que un simple papel.
Jungkook no pudo evitar reír, al notar el ceño fruncido, los labios abultados, mejillas infladas y el aroma de su omega, cambiando por uno de disgusto. Se veía adorable cuando hacía esas expresiones, le era casi imposible enojarse cuando lo veía de esa manera.
— No, así no – se quejó finalmente, cruzándose de brazos y desviando la mirada hacia otro lado que no fueran esos brillantes ojos llenos de galaxias. Estaba molesto, debía seguir molesto, no caer ante el ataque de su alfa – yo quiero que seas mío.
— Ya lo soy.
— Si no estamos casados, entonces nadie sabrá que eres mío. Todos pensarán que sigues soltero.
— Pero yo solo te pertenezco a ti. Además, nadie te puede contradecir en que eres mío – un escalofrío recorrió la espina dorsal del omega cuando escuchó ese tono de voz. Jungkook rozó su nariz en la poca piel de la curvatura del cuello que estaba expuesta y dejó un beso en el atisbo de su marca, la cual se mantenía viva, con un color rosa intenso, totalmente sana – tienes mi marca y a nuestros cachorros en tu vientre. Eres mío, así como yo soy tuyo. Te pertenezco, Kim Taehyung. Además, eres mi prometido, ¿no lo recuerdas? Eres casi un Jeon.
El rubor en sus mejillas se incrementó al recordar que su alfa le había propuesto casarse con él en una situación donde se estaba muriendo de celos, una en la que estaba actuando por instintos posesivos y que obviamente accedió sin dudar. Regresó la vista hacia Jungkook mientras colocaba un dedo sobre sus labios como si estuviera pensando un poco lo que diría, aunque ya sabía lo que saldría de su boca ni bien la abriera.
— Jeon – murmuró Taehyung, el tono de voz parecía bastante plano a oídos del alfa, mas la realidad era que el omega trataba de hacer que no se notara el temblor en esta – soy Jeon.
Jungkook rodeó la cintura de su omega, entrelazando sus manos sobre el vientre hinchado, donde dejó leves caricias. El que Taehyung mencionara su apellido le hacía saber que no se arrepentía de la decisión que semanas atrás había tomado. Su inseguridad en no saber si el omega aún estaba de acuerdo radicaba en un entrometido omega con temperamento volátil, quien le mencionó que fue poco romántico al pedirle casarse mientras se lo follaba en la oficina.
Quizá era poco convencional, pero en la bruma de la lujuria Jungkook no pensó que el momento fuera el correcto, solo se dejó llevar por sus emociones. Lo quería, vaya, si no ansiaba casarse con Taehyung, verlo caminar hacia él y que las personas más allegadas a ellos los acompañaran en ese momento tan especial, era algo que deseaba vivir.
— Entonces, ¿eres Jeon Taehyung? – el omega se volteó para encararlo, con sus ojos entrecerrados como si lo pensara, como si segundos atrás sus palabras no fueran verdad.
— Sí – sonrió ampliamente, y una risa burlesca salió de sus labios al notar el alivio en los ojos de Jungkook mientras volvía a tomar el bolígrafo entre sus dedos.
Su vista regresó al formulario para por fin llenar ese espacio con el nombre de su omega. Jeon Taehyung. Era tonto pensar que algo como eso le hacía cosquillear la lengua porque el pronunciarlo lo hacía más real.
La misma enfermera se acercó de nuevo a ellos, aunque tomando un poco más de distancia que la primera vez, para indicarles que debían pasar a otra sección donde evaluarían cosas como peso, presión y temperatura. Ni bien ingresaron, entregaron el formulario como les habían indicado. La enfermera le pidió a Taehyung que se quitara el suéter para comenzar con la evaluación previa, ya que necesitaba que estuviera lo más liviano posible para pesarlo y tomarle la presión.
Todo fue bajo la atenta mirada de Jungkook, quien no se privó de gruñir un poco bajo cuando la enfermera hizo un comentario sobre lo muy pasado de peso que está a pesar de las pocas semanas que llevaba gestando. Taehyung aún no era del todo ajeno o poco susceptible a algo que fuera relacionado con su apariencia, así que ni bien escuchó aquello no pudo evitar sentirse decaído.
Su cuerpo comenzaba a gustarle, quizá sí, sus piernas comenzaban a estar más gruesas que antes y por qué no, también podría mencionar que sus mejillas regordetas eran el mayor cambio en su rostro, haciendo que el hueso de su mandíbula no se pronunciara tanto. Aun así, estaba bien. Su vista viajó hacia su vientre, no privándose de sonreír, aunque el malestar de las palabras ajenas le habían afectado solo un poco.
— No se preocupe por el peso señor Jeon. La doctora le dará una dieta adecuada para llevar un embarazo saludable.
— ¿D-dieta? – odiaba la palabra. La mejor forma de representar lo que provocaba en él era como si la misma palabra fuera una comida picante, la cual le estaban obligando a comer, lastimándole la boca antes de siquiera llegar a digerirla. Así de mucho lo detestaba. La mujer pareció inafectada por su reacción, pues le brindó una sonrisa de labios, sin hacer mucho contacto visual, limitándose a anotar los últimos datos en el formulario.
— No la escuches amor – susurró Jungkook en su oído mientras lo estrechaba contra su cuerpo, olfateando un poco y dejando salir un poco de su propia esencia para relajar al omega –, quien sabe sobre ti es la doctora. Ella solo es la enfermera y no conoce nada.
Las palabras de Jungkook siempre sabían hacerlo regresar a su espacio seguro, ese donde no debía preocuparse de más, si debía seguir cierto régimen de comida lo haría por el bien de sus cachorros, siguiendo las indicaciones de la doctora y no porque alguien ajeno opinara algo respecto a su peso.
No tardaron mucho para estar frente a la puerta de la oficina de Jieun, quien apenas mencionó un adelante, tuvo a la vista a la ansiosa pareja. Debía aceptar que, en todo el tiempo de ser profesional de la salud y conocedora de los embarazos de omegas masculinos, este caso en particular le hacía demasiado feliz. La razón era muy sencilla de responder. Ella también iría descubriendo todo el proceso a su lado. Todo un honor, a decir verdad.
Jieun les indicó que tomaran asiento, mientras terminaba de leer el formulario que, con anterioridad, la enfermera le entregó. Sonriendo un poco divertida ante las anotaciones de la mujer. Su mirada se dirigió hacia Taehyung, quien abrazó su vientre, aunque eso no fue lo que más llamó su atención, fue aquel atisbo rosado que se dejaba notar debajo del tejido del suéter amarillo, lo que le hizo tener una sonrisa más amplia. Ahora eran una pareja unida y lo poco que pudo observar de la marca estaba muy sana.
— Muy bien. Primero que nada, felicidades – la tensión en el cuerpo de ambos se liberó – Taehyung, según lo que enviaste de tus resultados en la isla Jeju ahora tienes doce semanas de gestación – el omega asintió un tanto tímido. Jungkook podía percibir su nerviosismo, le tomó una de las manos que cubrían su vientre hasta llevarla a sus labios para dejar un beso en el dorso de la misma – imagino que ambos están felices con la noticia.
— Demasiado – el alfa no pudo contener la emoción, soltando una sonrisa nerviosa, obteniendo una mirada atónita por parte de Taehyung, quien abultó sus labios porque era de las primeras veces que escuchaba a su alfa mencionar eso a alguien más que no fuera él.
— Eso ya es el inicio de un embarazo saludable, tu alfa se ve más emocionado que tú, eso es muy bueno para ti. Dime Taehyung, ¿has tenido malestares? ¿Algo que te moleste? Recuerda que todo es válido en estos momentos, no hagas de menos el cómo te sientes.
— No siento nada extraño. De hecho, todo ha sido muy normal para mí. Creo que es a otra persona a la que le debe preguntar sobre malestares – Taehyung miró de soslayo a su alfa, quien tenía fruncido su ceño y sus labios abultados, como si desaprobara lo que estaba mencionando. El omega adoraba cuando hacía ese gesto que lo hacía ver tan él.
— Podrías elaborar más lo que dices – le sonrió Jieun al notar la actitud de ambos.
— Soy yo quien tiene todos los síntomas – mencionó sin más el alfa, rendido ante la mirada traviesa de su omega, pues sabía muy bien que era un tema el cual habían tratado de investigar un poco más a través de internet y ahora tenían a la persona que les daría una respuesta – es normal ¿cierto?
— Es muy normal que los alfas experimenten los síntomas cuando es el primer embarazo.
— Pero yo... – se interrumpió por algunos segundos pensando un poco cómo elaborar lo que diría –. Esta no es la primera vez que... — Jieun fue paciente al notar el nerviosismo del alfa frente a ella, comprendiendo la situación, sin embargo, prefirió esperar a que fuera él mismo quien se explicara.
— Tanto Jungkook como yo... Bueno, este no es nuestro primer embarazo – mencionó el omega de una manera segura, mientras dejaba caricias en su vientre y hacía círculos en el dorso de la mano de Jungkook –. Él tuvo una pareja con quien casi tuvo un cachorro y en mi caso, pues usted conoce mejor el historial.
— Bueno, no todos los embarazos son iguales. Sobre todo, cuando se trata de una pareja conformada por distintas jerarquías, – Jieun se enderezó en su silla para explicarse mejor –. Un embarazo de dos personas que no comparten jerarquías son un tanto difícil de mantener. Si fuera con un beta, el lobo ya fuera alfa u omega no tendrían con quien conectar; en el caso de la misma jerarquía puede ser complicado. El mejor ejemplo de eso es cuando los dos son alfas, esos son los casos más raros para que tenga ese tipo de conexión. Ustedes le agregan un dato diferente a la ecuación, el ser destinados y puros crea mayor unificación, vínculos mucho más fuertes, incluso con los cachorros.
Jieun siguió explicándoles cosas de rutina como el beneficio de mantener un vínculo con sus cachorros, el cómo la esencia del otro podía hacer que los malestares disminuyeran, sobre todo en Jungkook y finalmente la aprobación ante las jornadas laborales de Taehyung, las cuales eran menos gracias a la temporada baja. La preocupación sobre el peso del omega fue atenuada al mencionar que era totalmente normal, ya que su embarazo es múltiple, descartando totalmente la idea errónea de una dieta.
Un par de indicaciones más sobre evitar ciertas cosas que le podían provocar ciertos malestares se agregaron a la lista de cuidados y con eso la doctora se dio por satisfecha sobre la primera parte de la consulta. No fue de extrañar que, al preguntar si tenían dudas, ambos se miraran como si tuvieran miles de estas en su cabeza sin saber por cuál empezar, mas es el omega fue quien rompió el silencio y dio el primer paso.
— Doctora – esta murmuró una afirmación ante la interrupción de Taehyung, dándole una mirada bastante relajada haciendo que el nerviosismo palpable disminuyera, brindándole confianza – podría decirle a mi alfa, que está bien si tenemos relaciones.
El rostro de Jungkook pasó a ser un poema lleno de colores cambiantes ante la mención de su vida sexual, no es como si le incomodara el mencionarlo, pues ya habían pasado por la misma situación antes, pero ahora era un tanto diferente. Sus mejillas se ruborizaron hasta que el color rojo llegó a la punta de sus orejas, la estupefacción en sus ojos era divertido de ver y la ansiedad que no pasó por alto ante la mirada de ambos omegas dejó en claro que lo habían tomado por sorpresa.
— Llevamos esperando durante semanas para saber sobre esto. Por favor, puede asegurarnos que no ocurrirá nada – suplicó el omega esperando escuchar una respuesta afirmativa.
— Es totalmente normal que las parejas tengan una vida sexual activa durante el embarazo – sonrió Jieun, intentando mantenerse lo más profesional posible cuando le dirigió la mirada a Jungkook – no es malo si quiere seguir teniendo relaciones con su omega. Es muy normal. Lo único es que deben ser cuidadosos, nada de actos bruscos.
— Me gustaría saber si, ¿Es posible que el lobo de Tae haya ocultado a los cachorros por...? Bueno...
— Jungkook piensa que mi lobo lo ve como una amenaza y por eso no quiere acercarse a mí.
— ¿Eso es posible?
— A mi parecer parece más un acto de protección hacia los cachorros de su alfa. Los puros son mucho más territoriales y dado el historial de Taehyung lo más probable es que su lobo solo buscara proteger – la mirada relajada de Jungkook junto con su cuerpo destensándose, le dio una idea a Jieun que se trataba de un tema que lo había dejado un tanto inquieto –. No tienen de qué preocuparse, si pueden sentir el vínculo con sus cachorros significa que todo está bien. Puede ser desde un pequeño cosquilleo o puede presentarse de otras maneras físicas. El caso es que mientras tanto tú como alfa sientan la conexión, no habrá problema.
Está de más decir que el brillo en los ojos del omega frente a ella le causó cierta gracia. Pues ese mismo no se debía a la feliz noticia sobre sus cachorros, era una mirada hambrienta, anhelante, junto con una sonrisa que no se limitó a morder un poco su labio inferior. Jungkook sintió un escalofrío recorriéndole, haciéndolo apenas tragar, la sensación en su cuerpo lo recorrió como si fuera propia. Diosa, su omega se iba a encargar de desquitar cada uno de esos días de abstinencia, no le quedaban dudas.
Un leve carraspeo los regresó a la realidad de la consulta y Jieun no se privó de sonreírles ampliamente al ponerse de pie bajo la atenta mirada de ambos.
— Entonces, ¿quieren ver a sus cachorros?
Habían pasado semanas desde la última vez que los vieron y en ese momento apenas se podía notar un inicio de cómo se veían. Así que la idea de volver a tener esa maravillosa vista les hizo brillar los ojos en destellos azules y rojos. Taehyung fue el primero en ponerse de pie, seguido de Jungkook, quien lo abrazó por la espalda cuando les indicaron la camilla a la cual debía subirse.
Un pequeño quejido salió de los labios del omega al ser alzado por Jungkook para dejarlo sobre la superficie un poco acolchonada, un tanto dura de la camilla. El temblor en las manos de Taehyung fue más que notorio cuando comenzó a alzar su suéter, dejando ver por fin su pequeña curva. Se sentía feliz cada que la veía, cada vez que se miraba en el espejo de cuerpo completo que tenían en la habitación, el cual fue una sorpresa de Jungkook al descubrir que el del baño no era suficiente.
La rutina diaria iniciaba después de una buena dosis de mimos y siempre era la misma, pararse frente al espejo, alzándose la camisa y observar. Anhelaba saber cuánto había crecido durante la noche y el escuchar a Jungkook, decirle que se veía totalmente radiante y hermoso, lo hacía sentir mucho mejor cuando no podía notar mucho cambio.
Pronto un escalofrío le erizó la piel cuando le fue aplicado el gel sobre su vientre y una mano fuerte le sostuvo la propia mientras unos labios cálidos repartían besos en su rostro, un acto reflejo de su alfa intentando protegerlo. Pudo sentir el nerviosismo de Jungkook, el cual se disipó con rapidez cuando por fin tuvieron ante ellos la imagen en blanco y negro más esperada en semanas. Justo ahí. Dos pequeñas figuras se mostraron para deleite de sus ojos.
— Parece que alguien es muy protector con su hermano – mencionó Jieun cuando notó que uno de los cachorros comenzó a intentar cubrir al otro –. Ven esto – señala el espacio en negro alrededor de los bebés – son los sacos amnióticos, lo más probable es que son mellizos, aun así, parece que entre ambos se buscan como si no quisieran separarse.
— Se puede saber desde ahora qué son – cuestionó Jungkook sin quitar la vista de la pantalla para no perderse detalle alguno.
— Aún están muy pequeños para saber qué serán. Lo que sí les puedo decir es que están sanos. No hay malformaciones o algo alarmante. Todo está perfecto.
Esa palabra quedaba demasiado corta para la sensación que invadía a cada uno. Era más que perfecto. Unas cuantas lágrimas lograron escapar de los ojos de Taehyung, rodando por su mejilla, creando un recorrido que terminó con los labios de Jungkook tomando la pequeña gota salada entre tiernos y delicados roces. Era real, totalmente real. Estaban justo ahí, moviéndose, creciendo, creando un espacio para ellos mismos hasta llegar a ese momento en el cual vendrían al mundo.
Jieun detuvo la imagen para tomar algunas tomas de ambos cachorros y así poder entregarles la nueva imagen a los padres primerizos. La sonrisa de ambos era tan radiante y llena de vida que apenas llega a ser una simple expresión de la felicidad que ambos experimentan en su interior, la cual es interrumpida cuando la doctora le entrega al alfa una toalla de papel para limpiar la piel de Taehyung.
Jungkook dejó un último beso en el vientre de su omega una vez que removió todo el gel para luego cubrirlo cuidadosamente con el suéter. Una felicitación junto con una reverencia les fue dada antes de salir del consultorio, por fin sintiéndose más que listos para revelar que su embarazo está totalmente sano y sobre todo que no solo es uno en camino.
— Por cierto, debo advertirles de algo – la mirada de ambos se posó sobre Jieun y aunque no fueran malas noticias era algo que tendría que mencionar –. Señor Jeon, es respecto a cómo está llevando los malestares del embarazo. Normalmente con parejas unidas suele ocurrir que en la labor de parto también el alfa sienta un poco de eso, no es nada alarmante, pero tomando nota de lo que está sucediendo será mejor que se mentalice, que cabe la posibilidad de compartir el proceso.
— Será todo el proceso o solo como un pequeño malestar.
— Algo parecido. Aunque este es un tema un tanto anticipado, lo deben de tener en cuenta, me encargaré de investigar un poco más para saber qué hacer en ese caso. No es del todo seguro, recuérdenlo.
No le asustaba el hecho de llegar a sentirse mal durante el momento del parto, mientras que su hermoso omega estuviera bien, él no se podría quejar. Además, qué podía ser un poco de malestar en el momento más importante de sus vidas.
— Muero por probar una malteada de fresa.
Se quejó el omega a su lado, escuchar aquello le sacó una enorme sonrisa, pues no era algo que acostumbraba a hacer. Le alzó la mano que ya tenía entrelazada con la suya para dejar unos cuantos besos en el dorso de esta, deteniéndose por unos cuantos segundos en cierto nudillo.
— Esto es algo nuevo para mí – murmuró Jungkook dando un rápido vistazo hacia Taehyung, encontrando que estaba sonrojado mientras mantenía su mano libre sobre su vientre, dejando leves caricias – ¿Tienes hambre también?
— Un poco, ¿Puedo pedir un pastel de chocolate por lo bien que me fue con la doctora?
— Puedes pedir lo que sea mi sol.
— Entonces quiero eso.
El alfa sonrió ampliamente mientras maniobraba con una mano el volante del auto, algo que siempre hipnotizaba a Taehyung. En ocasiones ni siquiera se daba cuenta del recorrido que tomaban, pues siempre tenía la vista fija en lo que hacía su alfa y el cosquilleo en su vientre le hacía pensar que a dos pequeños seres también podían sentir la emoción de su padre al ver aquello. El auto se detuvo de pronto y ese fue el único momento en el cual desvió la vista hacia otro lado, que no fuera el perfil de Jungkook
Estaban estacionados sobre una calle principal. No alcanzó a preguntar el porqué, ya que Jungkook le robó un fugaz beso antes de bajarse del auto, rodeándolo rápidamente para abrirle la puerta y extenderle la mano para ayudarle a salir.
— Vamos por ese antojo entonces.
Sus mejillas se sonrojaron al saber que se habían desviado un poco del camino de regreso a casa por la simple mención de algo que quería. Se sintió un poco avergonzado por la situación, aun así, no le importó soltar un poco más de su esencia al sentirse seguro en el resguardo de su alfa, quien no le soltó la mano, al contrario, la entrelazó mientras avanzaban hasta su destino. A Taehyung se le hacía familiar el lugar y le fue más claro cuando el aroma a café y pasteles le inundó los sentidos.
La vitrina frente a ellos le dejó ver aquella cafetería donde prometieron la primera vez entrar y comer un poco. Eso le hizo sonrojarse aún más, pues de nuevo estaban ahí, después de tantos meses, sin embargo, ahora no eran los mismos. Porque en ese momento eran dos almas reencontrándose, unidos por un celo repentino del alfa a su lado. Era una retrospectiva demasiado diferente a la actualidad.
— Entonces Kim Taehyung, quien pronto pasará a ser Jeon. ¿Aceptarías que te invite a comer un poco de pastel?
— Tonto – murmuró con una enorme sonrisa en sus labios. Pronto tuvo labios delicados besando los propios y la sensación del recuerdo lo invadió –. Sí, acepto comer con usted señor Jeon. Espero que esta vez no ocurran imprevistos.
Un pequeño destello rubí se hizo ver en los ojos de Jungkook mientras intentaba no gruñir, pues sabía a qué se refería esa respuesta de su omega. La risa que le siguió le dejó aún más en claro que se estaba burlando de su intento de conocerlo mejor en su primer encuentro. Nadie le advirtió que su lobo reaccionaría así al encuentro con su omega. Aunque pensándolo mejor, quizá solo ignoró las alertas rojas de ese momento por la emoción de no perder de vista al precioso pelirrojo que se había robado su corazón.
Con una sonrisa amplia y extendiendo su mano hacia el frente, le indicó para que pasaran al lugar, llenándose por fin de aquel aroma. Era totalmente acogedor, un tanto sobrio, pero muy íntimo, pues apenas tenía algunas mesas para los clientes. Buscaron un espacio en el fondo para tener más privacidad entre ellos, encontrando una mesa libre, adornada con un pequeño florero que contenía una flor blanca y una luz tenue sobre la misma que la hacía más acogedora. Jungkook se encargó de retirar la silla para Taehyung, haciéndolo sonrojar.
Una de las meseras del lugar les tomó la orden a ambos sin prestar mucha atención a la pareja. Sin embargo, Taehyung la reconoció como la chica a la cual le gruñó y gritó que no se acercaran cuando Jungkook colapsó en sus brazos. Era demasiado vergonzoso si lo pensaba, pero parecía que la chica ni siquiera se inmutó con su presencia, lo cual alivió un poco su malestar.
Sus pensamientos sobre cualquier otra cosa se esfumaron cuando por fin tuvo a su alcance el pedido de su comida sin sentirse culpable de estar comiendo aquella rebanada de pastel, mientras que Jungkook había pedido un simple café, él disfrutó el sabor del chocolate invadiendo sus papilas. El alfa cada tanto limpiaba los restos de chocolate que quedaban en las comisuras de su boca con la yema de su pulgar, sacándole más sonrisas cuando lo veía lamer el rastro de la comida.
— Quiero que los cachorros sean como tú – mencionó el alfa mientras terminaba de lamer lo último que quedaba en su dedo.
— Yo quiero que se parezcan a ti.
— ¿Por qué? – frunció las cejas en total desacuerdo, negando frenéticamente –. Tú eres el omega más hermoso que puede existir, nuestros cachorros merecen tener tu belleza. No seas egoísta mi sol.
— Basta. Harás que me avergüence – era inevitable para el alfa no mencionar tantos halagos para su omega, pues amaba verlo sonrojarse de esa manera. Aun así, los comentarios no lo hicieron dejar de comer el último pedazo del pastel, llevándolo a su boca, haciendo ese pequeño baile de felicidad cuando disfrutaba la comida.
— Debería tomarte una fotografía para guardar este recuerdo de ti.
— Me gastaras si sigues tomando tantas fotografías – sonrió divertido, lamiendo la cuchara en su boca –. Me gustaría poder... bueno, aunque para eso debemos esperar un poco más – el alfa alzó una ceja esperando que se explicara mejor. Taehyung lamió sus labios, quitando el último rastro de chocolate y una vez se aseguró de ello, siguió –. Amaría poder tomarnos una foto los cuatro.
— ¿Los cuatro?
— Tú, yo y los cachorros, pero ahora están pequeños y en mí, así que tendré que esperar.
— Tengo una idea perfecta para eso.
Jungkook se levantó de golpe, dejando un poco confundido a Taehyung al verlo hacer movimientos un tanto torpes para acercarse a dejarle un beso en su frente mientras susurraba que volvería pronto. Ni siquiera pudo responder porque el alfa ya estaba dirigiéndose hacia la salida del lugar. Ladeó la cabeza al no comprender lo que sucedía, pero decidió esperar disfrutando de su malteada de fresa. No se sentía ansioso por estar solo en un lugar así, pues podía percibir a su alfa a través del lazo y el ambiente era bastante tranquilo, lo cual hizo más llevadera la espera.
— He vuelto – mencionó con la voz un poco agitada, dejando sobre la mesa la ecografía que les habían dado donde aparecían sus cachorros –. Dijimos que, cuando estuviéramos seguros de que los cachorros estaban a salvo, les diríamos a todos nuestros amigos sobre ellos, ¿no? – Taehyung asintió aun no comprendiendo qué tenía que ver eso con tener la ecografía ahí – bien, qué te parece si nos tomamos la primera fotografía los cuatro.
— ¿Cómo?
— Fácil, nos tomaremos una fotografía mostrando la ecografía. Así estará la imagen de los cachorros... — Jungkook fue abruptamente interrumpido al ser atacado con besos en sus labios, sintiendo una euforia burbujeante a través del lazo – eso es un sí, a mi idea
— Es la mejor idea, gracias – susurró intentando que el nudo en su garganta no le impidiera seguir hablando, sintiéndose totalmente emocionado –. Jiminie ha esperado por esto también. Él es el único que lo sabe.
— Detesto no haber estado ahí la primera vez que los viste mi sol, pero prometo que no me separaré de ustedes – besó el dorso de la mano del omega, pasando por cada uno de los nudillos, deteniéndose en el anular por algunos segundos extra. Se sentó a su lado y le tomó ambas manos, sin perder de vista el hermoso universo que contenía la mirada de Taehyung –. Ahora qué te parece si tomamos esa foto.
Los ojos del omega comenzaron a nublarse mientras hacía un puchero con sus labios al sentirse más que conmovido con la idea, pues sí era una manera de hacer una fotografía apareciendo los cuatro. Así que no dudó en asentir para dejar en claro que estaba más que de acuerdo con lo que mencionaba Jungkook.
El alfa le pidió a una de las meseras si les podía tomar la fotografía, la chica accedió sin problema, estando más que feliz de hacerlo, no dejando de felicitarlos cuando notó lo que tenían en las manos. La chica observó a la pareja con un poco más de detalle después de tomar algunas fotografías seguidas, dirigiendo la mirada hacia Taehyung.
— Espere, ¿usted es Kim Vante? – ambos ladearon la cabeza, confundidos al no saber cómo es que ella sabía de él, mas el omega solo atinó a asentir como respuesta y pudo ver la sorpresa en los ojos de la chica, entregando el teléfono a Jungkook casi de inmediato entre movimientos torpes y nerviosos –. Oh, Diosa Luna. No puedo creer que estoy conociendo a alguien famoso. ¿Le importaría firmar mi libreta?
El desconcierto en la mirada de la pareja le hizo dudar por un momento a la chica, sacando de inmediato su teléfono, buscando algo en particular para al fin mostrarles la pantalla a ambos. Taehyung se sintió un tanto avergonzado al notar por qué esta chica lo reconocía, Jungkook por su parte mantenía su ceño fruncido.
— Es usted el modelo nuevo, ¿cierto?
— Lo soy – un pequeño chillido provino de la chica mientras le extendía su libreta donde apuntaba los pedidos junto con su bolígrafo.
— Por favor me regalaría su autógrafo. He visto su trabajo en las revistas de moda y en todas esas vallas publicitarias, lo admiro mucho en verdad – la chica hizo una reverencia de noventa grados frente a él, mostrando el respeto que sentía al conocerle –. Soy estudiante de fotografía y quiero llegar a ser tan buena como usted.
Fue extraño que alguien lo reconociera por una publicidad, pero si eso era así entonces solo podía imaginarse que Seokjin cumplió con su pedido de no sacar la publicidad mientras Doyung siguiera fuera. El mayor le había dicho que una vez se aseguraran de eso se encargaría de ponerlo en todas las vallas de la ciudad. Era la nueva imagen de la marca, un nuevo descubrimiento y agradeció que no colocara su nombre real.
Sus dedos temblaron un poco cuando hizo una firma simple con su nombre, como lo solía hacer en sus cuadros, solo que con un poco más de detalle. La chica reverenció agradeciendo por el autógrafo y felicitándolos una vez más por la noticia de sus cachorros, retirándose, por fin, viéndose totalmente emocionada.
Taehyung intentó mantener la calma, restándole importancia a lo que acababa de ocurrir. Podía sentir la mirada intensa de alguien a su lado, no estaba molesto, eso lo podía percibir a través del lazo, mas sí podía saber que estaba confundido por la situación.
— ¿Qué fue todo eso? ¿Por qué esa chica tiene una fotografía tuya de una publicidad?
— Era una sorpresa para ti – mordió su labio inferior sintiéndose nervioso de pronto, pues todo había sucedido en un momento no muy agradable, sin embargo, ahora que todo pasó se sentía feliz de nuevo de ver esas fotografías revelándose.
— Y esto cuándo sucedió.
— En Jeju – murmuró un poco más bajo, haciendo que Jungkook casi no lo escuche – cuando hablamos por teléfono antes de... bueno eso...
— ¿Por eso no dejaste que hiciera una videollamada? – Taehyung asintió mientras abultaba sus labios y hacía ojitos de cachorro – Kim Taehyung, sabes cómo me hace sentir esto.
— ¿Estás molesto?
— No. Me hace sentir celoso porque ahora todos sabrán que mi omega es demasiado hermoso, pero a la vez me hace sentir orgulloso porque solo yo puedo tenerte.
— ¿En todos los sentidos? – murmuró el omega, mientras mordía sus labios.
— En todos y cada uno de ellos. Eres mío, puedo demostrártelo una vez lleguemos a casa.
El camino de regreso a casa estuvo lleno de música, risas y la voz de Jungkook cantando cada una de las letras de las canciones que se escuchaban a través de las bocinas del auto. En ciertos momentos cambiaba la letra mencionando lo enamorado que se encontraba de Taehyung o haciendo alusión de la belleza de este. Las emociones burbujeantes los hacían buscar más contacto del otro, notándose en pequeños apretones en los muslos ajenos o bien con toques inocentes en ciertas zonas.
Era un ambiente relajado y tan íntimo que Taehyung no se privó de sonreír y reír alto, ya no importándole todas las veces que le mencionaron que era escandaloso o demasiado ruidoso, obviamente se salía del estereotipo de omega "delicado" ni siquiera sus estornudos eran silenciosos, pero ahora se sentía con la total libertad de hacer todo el ruido que quisiera.
El alfa no podía sentirse más orgulloso de la actitud segura de Taehyung, además ahora era consciente de cada valla publicitaria con la imagen de él y saber que fue algo que hizo por su cuenta le hacía invadir con demasiadas emociones. Le parecía tierno ver cómo se sonrojaba cada que veía su rostro en alguna pantalla o publicidad, mientras que Jungkook se encargaba de repetir que el omega en la fotografía era suyo, haciendo que casi se hunda en el asiento del copiloto al intentar esconderse.
Al llegar al apartamento, Taehyung no dudó en quitarse los zapatos para salir corriendo hacia su habitación con el sobre que contenía las ecografías. Jungkook tenía una idea de lo que encontraría una vez ingresara al lugar y no se equivocó.
Taehyung estaba alzando un poco su suéter frente al espejo de su habitación, mientras veía con adoración la curva de su vientre, colocando frente a esta la ecografía de los cachorros, intentando encajarla de la mejor manera. Observó por algunos segundos más tratando de absorber la imagen que su reflejo le brindaba, esperando que no fuera solo un espejismo, que era tan real como el tacto le demostraba.
Unas manos grandes rodearon su cintura, acariciando la curva de su vientre, acunándola con delicadeza mientras le era dejado un beso en la sien.
— Te ves hermoso.
— ¿De verdad?
— Sí.
Las caricias en su piel comenzaron a hacerlo sentirse un tanto más sensible, pues Jungkook las movía con parsimonia, mas no como en otras ocasiones, no, esta vez reconocía el patrón de cada movimiento. No estaba dejando simples caricias como siempre, eran diferentes.
Un jadeo gustoso salió de sus labios cuando pudo sentir humedad en su marca, esa que estaba tan sensible y anhelante por atención que al mínimo roce lo hacía estremecerse. Su cuerpo se derritió en el calor ajeno, tanto así que ni siquiera se percató cuando Jungkook quitó con delicadeza la ecografía de sus dedos. Estaba totalmente perdido en disfrutar de lo que se le había privado durante semanas, los besos así, las manos sobre su piel recorriéndola, reconociéndola nuevamente.
Con lentitud y buscando tener contacto con los labios de su alfa se giró hasta encontrar la fuente de su delirio. El calor que emanaba el cuerpo ajeno lo hizo gemir un poco alto, quizá un poco más cuando sintió un leve roce de más contra su cuerpo. Las manos del alfa pasearon por sus muslos y él solo quería que la tela estorbosa se esfumara del medio para disfrutar mucho más, su pierna comenzó a elevarse, siguiendo el recorrido del tacto hasta que Jungkook la sostuvo lo suficientemente alta para que se enrollara contra sus caderas obteniendo lo que buscaba.
— ¿Tanto así te pone con solo unas cuantas caricias? – murmuró contra la piel del cuello del omega, abarcando todo el espacio que le era ofrecido, mimándolo con besos y una que otra lamida. Ajustó el agarre detrás de las rodillas de Taehyung para tener un mejor agarre, pero en vez de conseguir algún ruido placentero obtuvo una risa – ¿Qué sucede? – cuestionó mientras lentamente lo iba bajando hasta tocar la superficie blanda. Taehyung negó con la cabeza quitándole importancia, mas cuando Jungkook volvió a tocar la risa se hizo escuchar de nuevo –. Harás que se me quiten las ganas de hacerte mío.
— Lo siento es que me haces cosquillas cuando tocas ahí.
— Ah, ¿sí? También esto te provoca cosquillas.
El ambiente divertido se esfumó cuando de los labios del omega salió un gemido alto, mientras echaba la cabeza atrás, hundiendo y enredando sus dedos en el cabello largo de Jungkook cuando este se frotó contra él. El material de los deportivos que traía puesto estaban haciéndolo sentir mucho más, últimamente esos eran los únicos pantalones que podía usar porque su ropa comenzó a dejar de quedarle. Definitivamente, dos cachorros eran demasiado para su esbelta cintura y sobre todo para la talla de sus prendas, así que su alfa le dejaba utilizar su ropa deportiva.
Pronto sintió unos dedos ágiles en la orilla elástica y el frío de ser despojado de su ropa le erizó la piel. Alzó la vista y tuvo al alfa frente a él quitándose las prendas inferiores, dejando ver su erección creciendo, lo vio quitarse la camisa y no perdió el tiempo en dejarlo a él sin algo encima, algo que no fuera el mismo alfa sobre él.
Sus piernas se abrieron en una clara invitación para recibirlo y obtener más cercanía del cuerpo ajeno. Diosa se sentía tan pleno al volver a percibirlo de esta manera. Sus uñas buscaron espacio en la tierna piel del alfa y este gruñó al sentir cómo rasgaba un tanto impaciente, provocando un calor indescriptible en él. Llevó sus labios hasta el lóbulo de Taehyung, atrapándolo entre sus belfos obteniendo que arqueara un poco la espalda.
— ¿Qué tanto lo quieres? – ronroneó en su oído, sin dejar de dar mimos en el lóbulo y seguido dio un falso embiste, causando fricción entre ambas erecciones – ¿Qué tanto necesitas de tu alfa?
— M-mucho.
— ¿Dónde? – cuestionó dando otro falso embiste, obteniendo un agarre desesperado en su espalda para evitar que se alejará – será ¿aquí? – un gemido un tanto entrecortado se escuchó cuando sus dedos rodearon el miembro ajeno, sin embargo, el omega negó – ¿no? Entonces, quizá puede que sea ¿aquí?
Vaya si no fue una sorpresa el ser recibido con una abundante humedad que lo hizo alzar una ceja, el estremecimiento del cuerpo contrario le hizo recordar todas esas veces que lo hizo suyo, aun sin saber que estaban esperando a sus cachorros. Ahora todo tenía sentido porque incluso su propia sensibilidad estaba regresando, haciéndolo sentir hambriento y deseoso.
— S-sí, te quiero ahí.
— ¿Te preparo? – interrogó un tanto divertido por las reacciones del cuerpo ajeno. Jungkook no quería dejar caer todo su peso sobre su omega, era algo que la curvatura pronunciada le recordaba constantemente para tener aún mayor cuidado.
Las manos de Taehyung lo hicieron acercarse, tomándolo de la nuca, casi haciéndolo perder el equilibrio, mas se sostuvo del vidrio de la ventana, logrando alzar un poco el cuerpo para no "aplastar" el vientre del omega. Por supuesto que el beso que recibió le hizo saber cuánto lo deseaba, era totalmente demandante, haciendo un efecto dominó con las caricias que dejaba el otro en su espalda.
— Estoy listo para ti.
— ¿Seguro?
— Más que seguro... alfa.
Fue apenas un susurro cuando respondió, pero Jungkook no perdió tiempo al acariciarle la parte interna de los muslos, dejando un recorrido húmedo con su lengua para recoger los fluidos que comenzaban a resbalar por la piel, mientras que Taehyung se arrastró un poco más sobre el colchón en un inocente juego de busca y encuentra. Su cabeza topó contra una de las almohadas, la cual quitó y el alfa la tomó de inmediato, lo hizo alzar un poco la espalda para colocar debajo la pequeña elevación, eso evitaría que se recostara de más sobre él, además de tener una mejor posición para por fin aventurarse a entrar.
Los jadeos no se hicieron esperar, así como los gemidos placenteros al volver a sentirse el uno al otro de esa manera tan íntima. El alfa iba entrando tan despacio para no perderse un segundo de cada sensación que estaba provocando desesperación en el omega por sentir aún más.
— ¿Por qué...? – Taehyung no pudo seguir el hilo de sus palabras, pues su cuerpo apenas estaba acoplándose de nuevo a recibir a su alfa en su interior. No dolía, simplemente era placentero el sentir el pequeño ardor de ser llenado nuevamente, recorriéndole el cuerpo hasta hacerlo sostenerse de algo – ¿Por qué estás haciéndolo tan despacio?
— Estoy teniendo cuidado con los cachorros – un gruñido, sumado a uñas rasgando su piel, fueron la respuesta del omega cuando se empujó un poco más adentro, un tanto más rápido de como lo estaba haciendo – no quiero que tu lobo me castigue con no sentir la presencia de ellos. Además, así puedes sentirme completamente.
Como si hubiera pedido por él, Jungkook pudo observar el color azul pintando los ojos de Taehyung, notando ese brillo característico en ellos cuando el omega estaba ansioso por tomar algo de él. Sus instintos estaban totalmente a flote, pero sin dejar de lado la razón, una combinación perfecta entre lobo y humano. Lo pudo percibir en el cosquilleo de su pecho y en el pequeño tirón en su abdomen, el lobo le estaba exigiendo ser tomado.
Alfa. Alfa. Alfa.
Lo podía escuchar llamándolo en cada pequeño embiste, en cada minúsculo movimiento, lo sentía en cada fibra de su ser y le fascinaba la sensación de poder percibirlo de nuevo. Taehyung no podía dejar las manos quietas, no cuando estaba siendo víctima de tanto placer haciéndolo casi lagrimear, sus uñas volvieron a rozar la piel del alfa obteniendo un gruñido alto. Sintió derretirse justo en ese momento, porque Jungkook era tan predecible cuando se trataba de provocarlo más.
Penetraciones profundas, certeras y con un ritmo enloquecedor lo hicieron nombrar al alfa una y otra vez en voz alta como en pensamientos. Porque ese alfa era suyo, todo él le pertenecía, sus manos, las caricias que estas dejaban en su cuerpo, sus labios, los besos que le robaban el aliento, cada respiración era suya por y para él.
Mío.
El siseó de Jungkook no se hizo esperar cuando sintió los dientes clavándose en su piel, la mordida anterior ya había sanado y de esta solo quedaba un pequeño rastro apenas, ahora estaba siendo marcado por su omega deleitándose con lo dolorosamente placentero que llegaba a ser. Sus manos se apretaron en el agarre de la redondez que tanto lo volvía loco, sacándole un gemido al omega cuando se empujó un poco más en su interior. Quería poder hundirse en la curvatura del cuello ajeno, pero seguía teniendo cuidado de no poner tanto peso sobre Taehyung.
— Mío, mi omega.
— Todo tuyo – murmuró mientras lamía la piel lastimada por la mordida – y todo mío.
El omega alzó un poco más las caderas para encontrar cada golpe certero, haciendo que la tortura en aquel punto iniciara la cuenta regresiva, el tirón en su vientre solo le advertía una cosa. La mente se le nubló en lujuria, existiendo un mantra, una súplica repetitiva para que Jungkook no se detuviera. Su alfa sabía muy bien dónde y cómo golpear en su interior para hacerlo ver estrellas y sentir que el cuerpo se le volvería gelatina, haciéndolo pedir más. Pequeños gemidos agudos invadieron la habitación, sin embargo, el contacto visual jamás se cortó, era rubí frente a zafiro, omega y alfa, dos destinados uniéndose de nuevo en cuerpo.
— Eres mío – gruñó entre dientes Taehyung, jadeante, perdido en el placer. Ambos podían saber que estaba cerca, tan cerca de ese ansiado remolino de emociones que los haría nublar los sentidos.
— Toma todo lo que es tuyo, mi amor.
Jungkook estaba totalmente perdido en el limbo del placer por el tono de voz que había utilizado el omega, dominándolo. Joder, amaba sentirse así con él solo por él. No importaba cuantas veces fue mordido y reclamado por el omega, lo disfrutaba como si fuera la primera vez; quizá sí se estaba comportando posesivo con Taehyung por sentirse celoso al verlo en tantas vallas publicitarias, mas eso ahora ya no tenía peso porque al final del día él sería el alfa con el que estaba unido en cuerpo y alma.
Esa silueta que ahora cambiaba día con día al llevar gestando a sus cachorros era la mejor imagen que su lobo podía tener, incluso más que cualquier publicidad de revista o lanzamiento de nuevas líneas. Taehyung era solo suyo y lo tomaría todo, así como el omega podía tener todo de él.
— Por favor n-no, pares – suplicó el omega, mientras apretaba su interior al sentir la inminente ola creciendo, arremolinándose en su vientre y no precisamente hablaba de sus cachorros – quiero tu nudo.
— ¿Eso es lo que quieres? – cuestionó un tanto agitado porque no había dejado de mover sus caderas, haciendo que su pelvis se encontrara con el cuerpo contrario en un vaivén torturador que solo buscaba calmar la sed de su deseo.
Podía sentir lo resbaloso que era aquel desastre, los hacía sentir pegajosos, aun así, amaba poder probar cada tanto un poco de ese líquido dulce que no dejaba de salir. ¿Era sucio? Sí, ¿era necesario hacer aquellos movimientos para provocar que saliera más? No, pero Jungkook amaba hacerlo porque así tendría una excusa para que sus dedos también juguetearan en ese lugar, recogiendo el néctar dulce para llevarlo a su boca.
La mano de Taehyung se posó sobre su vientre abultado en búsqueda de sostenerse y al mismo tiempo el instinto jugando un papel importante para proteger. Quería que el alfa siguiera, pero su lobo estaba alerta a los movimientos bruscos que hiciera el otro. Pudo sentir un poco más de peso encima de él y antes de que pudiera quejarse un tierno beso le fue entregado en su mejilla.
— Prometo ser gentil, amor – murmuró contra su piel al notar las actitudes contrarias – ¿Confías en mí? ¿Puedes confiar en tu alfa? – un leve asentimiento fue su respuesta y Jungkook decidió que no era respuesta suficiente, dando una estocada certera, haciéndolo gemir más alto al omega –. Con palabras omega.
— S-sí, alfa.
Un fuego abrasador lo invadido cuando fue atacado por besos apasionados, roces que delineaban sus labios, un recorrido que iba de su boca a su barbilla y regresando de nuevo a su boca. Un gruñido le fue dado cuando intentó morder el labio inferior de Jungkook para evitar que dejara de besarlo. Solo quería perderse ahí. El alfa no era ajeno a la situación, embriagado con el dulce aroma de su omega, el cual para algunos podría parecer empalagoso por el embarazo, pero para él era más que perfecto, como una droga adictiva.
Sus esencias perfectamente combinadas y sus lobos unidos hacían del momento aún más explosivo. Ambos pudieron sentir el tan ansiado orgasmo, tanto el propio como el ajeno, era maravilloso, lleno de éxtasis. Jungkook quería prolongarlo más, hacer que durara más tiempo, pero él mismo estaba perdiendo la batalla por contenerse, haciendo que sus embistes fueran de un ritmo lento y profundo a uno más rápido.
El interior del omega comenzó a sentirse más apretado, acoplándose al grosor que iba creciendo con el correr de los segundos, los movimientos se iban haciendo menos seguido y el sonido que le siguió a eso fue liberador para ambos. Taehyung sentía que el mundo le daba vueltas, siendo víctima de su orgasmo, rasgando la piel de la espalda del alfa, quien gruñó alto al alcanzar también su propio clímax.
Jungkook sintió un fuerte agarre en su brazo y otro en su pierna cuando el nudo por fin llegó a llenar el interior del omega, sacándole un pequeño quejido.
— ¿Estás bien? – apenas habló entre jadeos. Ver las lágrimas rodando por las mejillas de su omega no era de sus actividades favoritas, así que se dedicó a quitar cada una de ellas con delicados besos que llegaron hasta los labios un tanto hinchados y entumecidos. Se acomodó lo mejor que pudo para no incomodarlo más esperando que Taehyung respondiera.
— En serio te extrañé alfa – cualquier rastro de preocupación en el rostro de Jungkook fue borrado con una enorme sonrisa.
No pudo evitar reír por lo que escuchaba. Taehyung comenzó a moverse lentamente como buenamente podía, pues, aunque siempre su cuerpo quedaba agotado luego de estar con su alfa, ahora se le sumaban movimientos torpes y un vientre el cual cuidar. Jungkook le ayudó alzándolo un poco, para así por fin quedar en una posición más cómoda, teniendo al omega sobre él.
— Había olvidado que esta es la parte aburrida – murmuró el alfa, mientras sus manos hacían un recorrido por la espalda baja de Taehyung – nos quedaremos aquí un largo rato.
— Espero que baje rápido – Jungkook alzó una ceja ante lo mencionado no comprendiendo las palabras de su omega, normalmente siempre diría cosas como que se siente incómodo o que duele, ¿esta era una nueva manera de hacer eso? – no me veas así.
— Bueno, nunca te había molestado mi nudo cuando recién está.
— No lo hace, solo dije que espero que baje pronto.
— ¿Por qué?
— Porque muero de hambre.
La risa de ambos fue casi incontrolable, el nudo en el interior del omega les recordó que debían estar quietos porque ambos podían sentir cierta molestia, pero eso no detuvo a Jungkook de acercar a su omega para besarle los labios. Esa sería su nueva frase favorita de ahora en adelante, al menos mientras se acostumbraba a escucharla más seguido. Definitivamente, esta era una etapa que comenzaba a amar con cada espacio de su alma.
Pasaron los siguientes veinte minutos regalándose sonrisas, caricias y besos. Taehyung se recostó sobre el pecho de su alfa, de una manera en la cual no lo lastimaba el nudo en su interior y la posición le permitía crear patrones imaginarios con sus dedos sobre la piel que incontables veces besó.
Un estremecimiento lo invadió al sentir cómo poco a poco su alfa iba saliendo de su interior, dejándole la sensación de vacío que tanto le incomodaba después de tener relaciones. Mas el confort de sentir besos cálidos en su frente le aliviaba un poco el ser. Jungkook se incorporó en el colchón aun teniendo aferrado a su cuerpo a Taehyung, quien quedó a horcajadas sobre él, frotando su mejilla en su hombro.
— Vamos pequeño koala, será mejor que te sujetes muy bien.
— ¿Por qué? Estoy muy cómodo aquí.
— Sí, pero estamos pegajosos, necesitamos darnos un buen baño caliente y cambiar las sábanas.
— Okay.
— ¿Ducha o bañera?
— Bañera.
Taehyung se aferró en su agarre, enrollando las piernas alrededor de las caderas del alfa mientras este se ponía de pie, sin dificultad alguna. Las manos de Jungkook tomaron la redondez del trasero de su omega haciéndolo jadear un poco.
— No hagas eso, aún estoy sensible.
— Me gusta cuando estás así.
— No decías lo mismo cuando tuve mi celo.
— En mi defensa, pasamos tres días enteros. Después de marcarte aquella vez pensé que debía esconderme de ti en algún rincón de la casa antes de que volvieras a atacarme porque no sabíamos qué tanto más duraría tu celo.
— No podía sentarme o caminar bien después de eso – Taehyung se rio sonoramente, haciendo eco en las paredes del baño, quejándose bajo después de una leve palmada en su trasero.
— Pero tú insistías en que querías más. No pude hacer pis sin que me doliera durante una semana.
¿Qué tanta confianza, podían tener en su relación como para estar hablando así libremente? En otras circunstancias, Taehyung se habría sentido totalmente avergonzado, mas ahora le divertía el poder hablar de todo aquello. Aún recordaba que después de su celo debía dejar pasar unos días para hacer sus estudios y los retrasaron por cierta inflamación en su trasero, la cual fue tratada con analgésicos, no se arrepentía absolutamente de nada. Ni en ese momento ni justo ahora que estaba jadeando al sentir placer con el agua tibia sobre su piel.
Jungkook lo dejó solo dentro de la bañera por algunos segundos, mientras se encargaba de la tarea más importante del día después de haberle hecho el amor a su omega. Una sonrisa surcó sus labios, sintiéndose ansioso porque todos se enterarán de la noticia. Tecleó un rápido mensaje, algo sencillo, que se resumía en una simple frase debajo de la fotografía y ni bien apretó el botón de enviar, dejó el aparato sobre el mueble del baño.
El omega no comprendía la razón de su felicidad, mas no tuvo tiempo de preguntar porque fue distraído por los labios de su alfa. Las notificaciones no se hicieron esperar provocando que el teléfono de Jungkook no parara de sonar.
— ¿No responderás?
— No, estoy disfrutando de mi tiempo a solas contigo. Luego podemos lidiar con Jimin hyung.
A su mente llegó la frase que desató el caos en sus mensajes, sacándole una sonrisa amplia mientras se abrazaba más al cuerpo de su omega. Dos palabras que le traían demasiada satisfacción, una frase que englobaba su felicidad.
"Somos cuatro"
"No busco bajarte la luna y las estrellas, en vez de bajarte el cielo prefiero hacerte subir a él"
"Todas esas estrellas que anhelabas mirar, te las haré sentir en tu interior, explotando como supernovas"
"Mi fin es hacerte brilla, irradiando luz más que mil soles, para que el resto de estrellas te tengan envidia"
"Es por eso que mi nueva rutina lleva tu apellido y mi meta lleva tu nombre por escrito"
Maratón Pre-San Valentín
2/3
Les dejo la primera foto familiar... miren qué bonitos se ven cómo los amo.
Pd: no pude resistirme a subir este capítulo
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