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XXXIII

El eco en los pasillos era demasiado abrumador, las suelas de los zapatos de los guardias hacían un ruido seco, fuerte, molesto e irritante para su poca paciencia. Los empujones constantes para que avanzara a un ritmo mayor del que su cuerpo le permitía lo hacía rabiar. Lo iban a juzgar delante del Consejo Supremo y él no podía estar más impaciente por escuchar las acusaciones que harían en su contra por la simple y sencilla razón que no se le podía culpar de algo trascendental.

¿Qué harían un grupo de viejos retrógradas contra él? ¿Se podía defender a un omega que se dio a la fuga aun estando casados fingiendo su muerte? Ese argumento le había cundido muy bien, pues en todas las anteriores veces que su hermana o Chaewon intentaron culparlo de algo fallaron ¿Qué podría ser diferente esta vez?

— Avanza.

— Eso hago pedazo de mierda, no puedo moverme más rápido – gruñó entre dientes, mostrando sus colmillos frente aquel alfa que se encargaba de escoltarlo para llevarlo ante el tribunal que lo juzgaría.

— No pregunté si podías avanzar, dije que lo hicieras.

La corriente eléctrica recorrió su cuerpo desde sus costillas adoloridas hasta recorrerle por completo cada músculo, cayendo hacia el frente, siendo tomado del único brazo y del costado de una manera brusca. El quejarse alto solo le hizo ganarse otra descarga más, agotándolo, siendo fácil de arrastrarlo hasta llevarlo donde sería su audiencia.

No estaba al tanto del tiempo transcurrido hasta que esa mañana un grupo de policías llegaron con una orden para llevárselo de vuelta a Seúl. Estar internado debatiéndose entre la vida y la muerte le hicieron perderse, dos semanas y media desde que sucedió todo, había sido esposado a su cama de hospital durante toda su estadía y recién ese día lo dieron de alta obligatoria.

Se sentía confiado porque no podrían juzgarlo por algo más que no fuera el secuestro de Taehyung. Podría soportar estar en prisión por algún tiempo, luego con el dinero que tenía podría pagar un buen abogado que lo sacara de ese lugar.

La oscuridad del pasillo fue interrumpida por una luz brillante que casi lo cegó, miró a su alrededor no comprendiendo muy bien dónde se encontraba. No parecía un juzgado normal, era un enorme salón con una mesa redonda con once asientos, siendo ocupados por los representantes de cada provincia del país, nueve personas, entre ellos tres alfas, tres omegas y tres betas.

Ninguno de los ahí presentes había sido escogido por méritos políticos, el Consejo Supremo se conformaba a partir de las familias más distinguidas de cada lugar, seleccionando al más apto; era necesario que cada representante fuera elegido metódicamente para liderar algo como un poder tan grande, uno que estaba sobre el gobierno mismo cuando se trataban de este tipo de problemáticas que atentaban contra la integridad de los ciudadanos del país.

Doyung aún no comprendía muy bien dónde estaba metido, por un breve instante, pequeño, minúsculo, su cuerpo se llenó de terror cuando los guardias lo llevaron hasta el centro de aquella mesa redonda. Ahora tenía una mejor visión de cómo era, se trataba de un círculo y en el centro se encontraba una silla metálica donde fue sentado, así como inmovilizado, pues el asiento poseía unos seguros que se ajustaban en su torso, sus tobillos y muñeca.

— Guardias – habló una de las mujeres que conformaban el Consejo. Doyung intentó olfatear para saber su jerarquía, sorprendiéndole que fuera una omega, bastante imponente, a decir verdad – coloquen la medida de seguridad en su rostro, este no será un juicio, no necesitamos que hable cuando tenemos tantas pruebas en su contra.

El alfa se removió lo que pudo en el asiento cuando observó una correa extraña que era dirigida hacia él, intentó librarse, mas su cuerpo recibió otra descarga sacándole un jadeo, sintiendo un dolor intenso en cada músculo, como si los medicamentos que lo mantenían sedado perdieran su efecto. Aún no terminaba de recobrar el aliento cuando unas manos firmes le sostuvieron el rostro para seguido tener aquel artefacto que se asemejaba a un bozal, el cual le impedía hablar por lo ajustado que se encontraba.

Kang intentó negarse al tipo de trato que se le estaba dando, contorsionando su cuerpo, todo lo que daba entre las correas que lo atrapaban y sujetaban a su sitio, sus gruñidos fueron sustituidos por gritos ahogados al hacer que los presentes perdieran la paciencia.

— Le recomiendo que deje esa actitud y no intente nada, señor Kang, la silla en la que se encuentra es capaz torturarlo con descargas eléctricas – esta vez fue un hombre un tanto mayor, de hombros anchos, se le hacía conocido su aspecto, aunque en esos momentos no podía discernir correctamente –. Si en dado caso su comportamiento es el incorrecto recibirá más de esas corrientes, así que será mejor que no ponga resistencia. Por favor hagan pasar al señor Jeon.

Las puertas del salón volvieron a abrirse, esta vez dejando ver a Jungkook con un aspecto bastante intimidante, mucho más de lo que recordaba Doyung cuando lo tuvo de frente la primera vez, incluso podría apostar que se veía más animal. Los recuerdos fugaces de la visión de Jeon segundos antes de que mutara era lo más cercano a lo que se estaba aproximando.

El aura que rodeaba el cuerpo de Jungkook era sombría, intimidaba a todos en el salón, aunque su objetivo era una persona en específico, eso no impidió que los nueve representantes se sintieran incómodos. No hacía falta ser un genio para saber que era un alfa molesto, con sus ojos rubí, brillando, lanzando dagas desde estos, incluso la manera en la cual tensaba su mandíbula para luego empujar su mejilla interna con su lengua era una señal clara de su enojo. Jungkook lo clasificaría en un estrato mucho más alto, se encontraba sediento de sangre. La de Doyung para ser exactos.

— Bienvenido, señor Jeon – habló el mayor de los alfas dejando impresionado a Jungkook al notarlo entre los representantes, una sonrisa se asomó en sus labios y ahora todo tenía sentido – por favor tome asiento.

El alfa frente a él, a quien conocía desde pequeño porque su abuelo lo llevaba a sus fiestas extravagantes, se encontraba ahí, siendo uno de los representantes importantes del Consejo Supremo. El padre de Kim Seokjin, un hombre duro, alguien que demostró jamás tener interés en aspectos sociales hasta que su primogénito se presentó como omega y lo hizo su mano derecha en el control de todas las empresas, al demostrarle que no importaba la jerarquía para liderar.

Kim Hyunjae, ese era el nombre de aquel hombre. Ahora Jungkook le quedaba más que claro que aquel contacto secreto de su abuelo se trataba de su mejor amigo de toda la vida. El alfa mayor quería unir a Seokjin con Jungkook para mantener su línea de poder, mas la actitud de su hijo le dejó en claro que no daría su brazo a torcer en cuanto el omega se negó rotundamente a aceptar aquel matrimonio.

— El día de hoy el alfa Kang Doyung de 32 años de edad, se le acusa de los cargos de violencia contra un omega emparejado, atentando en diversas formas a la integridad de quien fuera Baek Siu, actualmente Kim Taehyung – se escuchó la voz de la representante de la provincia de Daegu, una omega.

— Dicho omega fue abusado, constantemente, por el acusado, durante un periodo de cuatro años en el cual se encontraban en un contrato matrimonial para buscar beneficios económicos – prosiguió el representante de Busan, un alfa de élite, quien no se limitó en mostrar su desagrado hacia lo que leía en el reporte.

— Debido a la violencia infligida durante el último año del matrimonio. Kim Taehyung perdió dos cachorros a manos de su perpetrador Kang Doyung – ahora la representante de Ilsan se encargaba de mencionar los últimos detalles de la investigación y pruebas – la víctima huyó y encontró refugio en la institución Be Live, cambiando de nombre para cuidar su identidad. Regresando a Corea con el fin de salvaguardar su vida.

— Hace dos semanas, el acusado se atrevió a: secuestrar, causar daños físicos y psicológicos a quien actualmente es su exesposo. Sin contar el hecho de exigir la entrega del cachorro perdido hace cuatro años – ahora era turno de Hyunjae de dar la última declaración – amenazando con forzar a borrar un lazo entre una pareja de destinados e insinuando de nuevo una violación para poder engendrar un cachorro con el fin de quedarse con una fortuna. Dado que el señor Kang estaba a prueba de una residencia nacional, esta no le será revocada – Jungkook casi gruñó en desacuerdo, mas el alfa mayor se mantuvo impasible – con el fin de juzgarlo como un ciudadano. Es decir, que se le impondrá todo castigo no como extranjero sino como parte de nuestra sociedad. Este Consejo no considera a Kim Taehyung como omega de Kang Doyung, ya que este jamás le dio su marca, por lo que los cargos serán juzgados con mayor severidad.

Hyunjae alzó la vista hacia Jungkook, quien tenía la mandíbula tensa y no había dejado de ver a Doyung desde que inició la declaración de todo lo que se le acusaba, le estaba tomando demasiado control de sí mismo el no levantarles de la silla en la que se encontraba para asesinar ahí mismo al alfa.

— Señor Jeon, el Consejo está de acuerdo con hacer efectiva la Ley de Sangre ante el cumplimiento del artículo #3 en cada uno de sus apartados: intento de borrar un lazo, agresión física provocando daños irreversibles, atentar contra un omega gestante concluyendo en la pérdida de cachorros y uso de voz de mando como práctica de sumisión – Hyunjae terminó de recitar cada uno de los estratos adaptados al caso, sin perderse de vista el semblante amenazador de Kang –. Sin embargo, necesitamos conocer la razón de la ausencia de su omega, en esta ocasión, le escuchamos, señor Jeon.

Jungkook se enderezó en su lugar, expulsando de nuevo un aura imponente frente a todos los presentes, mirando fijamente a Kang cuando se puso de pie para dar aquella declaración. Observó con detalle la apariencia del contrario sin perder rastro alguno, su lobo ansiando clavar sus colmillos en la garganta hasta hacerlo desangrarse, mas logró controlarse.

El alfa frente a él no era ni la mitad de lo que un día fue. Se veía patético, deplorable, siendo un total desecho de la sociedad porque su apariencia lo gritaba a los cuatro vientos. Kang vestía ropa de hospital aún, pantalón blanco y camisa del mismo color, las esposas de plata que estaban unidas a la silla lo mantenían inmóvil; el bozal en la boca evitaba incluso que sus molestos gruñidos fueran más audibles. Totalmente despreciable, es especial para la vista de Jungkook, quien podía observar claramente la falta de arrepentimiento en sus ojos, la soberbia que llenaba estos hacía que el alfa no dudara un segundo el castigo que pediría.

El vendaje en el brazo amputado comenzaba a sangrar de nuevo, eso hizo sonreír a Jungkook, pues la sangre era una simple reacción de sus propias feromonas. Pudo notar que los representantes tenían unos bloqueadores de feromonas en su nariz, el cual evitaba hacerlos sufrir daños o derramar el líquido carmín, mas Kang no corría con la misma suerte, por lo que no se contuvo en seguir.

— Señores representantes – su tono de voz era bastante bajo, su mandíbula no dejó de estar tensa al controlar de aquella manera a su lobo –. La razón por la que mi omega no ha acudido a esta audiencia es debido a que se encuentra en cinta – la sorpresa de los ocho pares de ojos de los representantes lo hizo sentirse más confiado –. Como ustedes podrán entender, soy un alfa que se preocupa por el bienestar de su omega, a quien Kang Doyung hizo un daño casi irreparable durante el tiempo que estuvieron casados. Tanto así que dudábamos que él pudiese concebir luego de dos pérdidas.

— ¿Estaba en cinta antes que sucediera el secuestro? – cuestionó la representante de Daegu.

— Sí.

— ¿Sabían de esto antes del viaje? – cuestionó Hyunjae, intensificando su mirada hacia el menor, esperando escuchar lo que habían acordado con Seung.

— Recién nos enteramos de la noticia. – Jungkook intentó hacer que su rostro se viera lo más consternado posible y lo logró, bastó tener el recuerdo de la mañana donde aquella prueba dio un negativo falso para hacerlo ver mucho más creíble –. Debido a que nuestras jerarquías es Omega y Alfa puros, el embarazo ha sido un tema muy diferente, así que esta gestación corrió con mejor suerte al no ser afectada por el evento traumático.

— ¿Se habían hecho pruebas para saber el estado de gestación de su omega?

— Muchas veces, incluso se realizó un ultrasonido donde no se pudo ver nada. A la conclusión que hemos llegado, con la ayuda de nuestra doctora, es que el lobo de mi omega decidió esconder a los dos cachorros hasta sentirse seguro... – Kang se removió en su asiento y Jungkook pudo disfrutar de los gritos ahogados del alfa cuando una corriente eléctrica atravesó su cuerpo, una descarga que fue respuesta de la representante de Daegu quien le indicó al menor que podía seguir –. Gracias, señora representante.

— ¿Qué saben sobre el proceso de gestación en su caso? – inquirió la omega muy interesada –. Se sabe que las gestaciones de puros son muy raras, el último nacimiento que ocurrió en la provincia de Daegu fue hace más de veinte años.

Jungkook sonrió ladino al recordar que se trataba de él, aquellos acontecimientos eran algo poco usual, sus padres trataron que su propio linaje fuera lo más discreto posible, existían registros con poco detalle al respecto, así que no le sorprendía que la misma representante tuviese un conocimiento tan vago como aquello.

— Hasta el momento, el lobo de Taehyung solo permite que yo perciba a los cachorros. Pensamos que aún siente miedo y eso pueda seguir así hasta después de las doce semanas. – Jungkook hizo una breve pausa haciendo que sus ojos brillaran en rubí —. Esto ha sido más complicado desde que sucedió el secuestro, dado que el señor Kang intentó abusar de él para dejarlo embarazado con su cachorro, mencionando que borraría mi marca para mantener a su hijo en el vientre de mi omega. Estas declaraciones las mencionó estando frente de un grupo operativo mientras lo amenazaba con un arma.

Todos los representantes se observaron los unos a los otros, tenían el conocimiento del reporte del rescate donde el alfa mencionaba aquellas amenazas. Estos nuevos datos solo se agregaban para agravar la situación.

— Su declaración será tomada en cuenta, señor Jeon. Dado que, con anterioridad, tenemos algo que respalda todo esto con las pruebas entregadas previamente – acotó Hyunjae, satisfecho por lo que había escuchado –. El Consejo Supremo está abierto a escuchar cuál será el castigo acordado para llevar a cabo.

— Mi omega ha decidido que lo mejor será un Castigo de plata – Jungkook casi pudo ver alivio en los ojos de Kang, mas esta no le duró lo suficiente – junto con Sangre y Colmillo.

No era de extrañar que pidiera aquel último castigo, pues según los reportes se sabía que el alfa frente a ellos era un perfecto cambia formas tan imponente y digno de su propio linaje de puros. Todos los presentes se observaron por algunos segundos, buscando aprobación los unos de los otros, asintiendo silenciosamente a la petición de lo que estaban escuchando. Quizá estaban siendo movidos por sus instintos o simplemente se trataba de darle justicia a un omega, el cual sufrió en manos de aquel ser despreciable, pero cada uno de los representantes ansiaban ver un cambia formas alfa cumpliendo con su rol de protector.

— El Consejo acepta su petición, haciéndola efectiva en tres días. Tiempo suficiente donde se le torturara con plata al agresor Kang Doyung por el crimen y delito de utilizar la sumisión obligatoria, violencia sexual, pérdida de cachorros, amenaza de borrar un lazo entre destinados y en este caso agregando el hecho que son puros, una jerarquía casi extinta. Además de haber puesto en riesgo la vida de dos cachorros en gestación – habló la representante de Daegu, dado que ese era el lugar de nacimiento de ambos, el caso entraba en su poder – en el tercer día el alfa puro Jeon Jungkook se encargará de dar fin con el castigo Sangre y Colmillo al implicado. ¿Algo más que quiera agregar señor Jeon?

Jungkook negó lentamente sin quitar la vista de encima del alfa, quien negaba y se retorcía en su sitio al intentar apelar por su inocencia, una que jamás existió. Ahora pagaría un poco todo el sufrimiento que había provocado. El castigo de plata constaba de una tortura donde le inyectarían adrenalina para que no se desmayara y soportara durante una hora completa, el ser sometido con látigos de puntas de plata que se encargarían de rasgar la piel de su espalda. Las heridas serían lavadas y bañadas en alcohol una vez terminaran para así iniciar el proceso de regeneración hasta dejarlo preparado para el siguiente día.

Por una fracción de segundo, Jungkook no pudo controlar a su lobo cuando Kang estuvo frente a él, mostrando sus ojos dorados en un leve intento de intimidarlo, pero antes de que sucediera algo, pudo percibir un leve cosquilleo en su pecho, domando así a la bestia enardecida en su interior. Estaba siendo llamado por su omega, eso lo hizo tranquilizarse más rápido de lo que hubiera esperado. Siempre sería Taehyung la mejor manera de regresarlo a la realidad, a lo que verdaderamente importaba.

Eso le recordó que aún tenía algo pendiente por hacer ese día. Reverenció frente al Consejo y todos los representantes le devolvieron el gesto. Jungkook no perdió más tiempo para salir de la sala en la cual se encontraba y así poder encender su teléfono, realizando aquella llamada tan importante.

— Jimin hyung – hizo una breve pausa mientras escuchaba al omega, quejándose sobre su retraso al llamar, haciéndolo reír –, lamento que Seokjin hyung se haya puesto insoportable. ¿Lograste convencer a Taehyung? – la sonrisa en su rostro se amplió mucho más – bien. Gracias hyung, prometo no tardar.

Jamás se había sentido tan fuera de lugar como en ese momento. Era extraño el subirse a un auto como aquel, aún más raro saber que otro vehículo los seguía de cerca por protección y el hecho de tener absolutamente polarizado los vidrios junto con aquellas pequeñas cortinas lo hacía sentirse cohibido. Aun así, se sentía tranquilo de estar acompañado de su hyung, aunque en ese preciso momento fuera ignorado.

Seokjin revisaba algunos correos desde su teléfono, escribiendo con una mano y con la otra frotando su abultado vientre. Taehyung no pudo evitar regresar su vista hacia el propio, el cual estaba oculto bajo su camisa, sin embargo, era totalmente perceptible al tacto. Sabía que estaban a salvo porque su lobo así se lo dejaba saber, le dejó de preocupar el hecho que el resto no percibiera su esencia cuando Hoseok le mencionó que era algo normal de su lobo al querer proteger a sus cachorros.

De igual manera, tenían una cita programada con Jieun en unos días, esperando que fuera tiempo suficiente para que su lobo se acostumbrara y se sintiera a salvo después de lo ocurrido. Seokjin le había dado un tiempo de descanso del trabajo pendiente para que no sucediera nada malo, a petición de Jungkook, algo que el omega no estuvo de acuerdo al principio, pero cuando su mismo hyung le dijo que él no quería arriesgar su embarazo evitando estrés innecesario, no le quedó más que aceptar.

Todos a su alrededor comenzaron a darle demasiadas atenciones. Bogum fue el primero, disculpándose tanto con él como con Jungkook, incluso se estaba encargando de los proyectos pendientes en su nombre. Hoseok se encargó de realizarle un chequeo físico rápido y agilizó todos sus análisis. Jimin le llamaba cada que podía para saber cómo se encontraba. Seokjin se encargaba de pasar tiempo junto a él, ya que, existía una conexión entre ellos al compartir el mismo proceso gestante, eso le permitía sentirse cómodo en compañía del otro, por el hecho de que su lobo se mostraba bastante vulnerable, decidiendo que, con el correr de los días no sería mala idea el tomar un poco de descanso.

— Hyung – Seokjin murmuró una respuesta sin quitar la vista de la pantalla – ¿Por qué tenemos que ir con un guardaespaldas? Me pone un poco nervioso.

— No te preocupes Taehyung-ah, solo es la manera de Namjoon de mantenerme protegido. Ya sabes cosas de alfas y sus paranoias.

— Okay – murmuró apenas en un tono muy bajo, algo que hizo al mayor alzar la mirada dirigiéndola a él.

— ¿Sucede algo?

— Es solo que, con la persona que vamos, es un poco sensible porque acaba de tener a su cachorro.

— Descuida Tae, no entrará con nosotros. Solo se encargarán de llevarnos y luego Namjoon pasará por mí y Jungkook lo hará por ti.

Taehyung asintió un tanto más tranquilo, por lo que le decía su hyung, pues Hani no estaba del todo acostumbrada a convivir con alfas. El hecho que le permitiera visitarla se debía a que se sentía muy sola cuando Hoseok no se encontraba en el apartamento, el cual era totalmente nuevo, ya que el alfa jamás lo utilizó hasta que nació el pequeño cachorro, ese que llegó a darles un brillo diferente en sus vidas.

Cachorro. Ahora la palabra ya no evocaba tristeza, solo le traía una felicidad absoluta que casi podía hacerlo romper en lágrimas.

Su mano no había dejado de dar caricias a su vientre, pensando en todas las noches en las cuales Jungkook repetía que sus cachorros serían mucho más brillantes que cualquier bebé, llamándolos sol y luna porque desde que conocían de su existencia, según en palabras de su alfa, lo hacían brillar más intensamente. En ocasiones el alfa bromeaba al ver la última ecografía porque parecía que uno de los dos cachorros protegía al otro, creando un eclipse, le parecía divertido cada que lo mencionaba.

Una sensación de paz lo invadió a través del lazo, conociendo muy bien de donde provenía, muy probablemente su amado alfa estaba respondiendo a su lobo, pues este siempre le hacía saber cuándo estaba pensando en los bebés, era una manera de compartir entre ellos su estado de ánimo. Hubiera amado seguir invadiéndose de eso, pero la voz del piloto lo interrumpió, avisando que habían llegado a su destino.

— Señor Kim, ¿debo quedarme y esperar? – cuestionó el piloto del auto, unos segundos antes de que la puerta del lado de Taehyung se abriera, sobresaltándolo al ver un hombre con semblante demasiado amenazador y su ceño frunció al ver que no era el omega que debía cuidar.

— No, ambos se irán. No necesitamos protección, estaremos bien – Seokjin pudo notar al piloto intentar negarse o contradecir lo que mencionaba, mas el omega fue rápido en aclarar la situación –, mi alfa vendrá por mí. Puedes ir a descansar – se giró a ver al menor quien seguía encogido en su sitio un poco intimidado por el hombre que lo observaba a detalle – y tú deja de ser imprudente. Déjanos salir del auto, podré estar embarazado, pero nada me impide darte un buen golpe si sigues con esa actitud.

El alfa abrió los ojos con sorpresa, haciéndose a un lado para darles paso y así poder salir ambos del auto, Taehyung se alejó de cualquier contacto que amagó tener el alfa con él, negándose a tomar la mano del guardaespaldas cuando intentó "ayudarlo" a bajar. Rodeó su vientre con sus brazos al sentir cómo su lobo intentaba ocultar a sus cachorros, sintiendo un poco duro el abdomen, haciéndolo abultar un poco sus labios por la sensación incómoda.

El aroma dulce y empalagoso llegó a sus fosas nasales al mismo tiempo que un toque en su hombro lo hizo sentirse más tranquilo al tener al mayor a su lado. Aun así, su lobo no dejó de causar aquella sensación extraña en su vientre.

— ¿Estás bien Tae?

— Sí, hyung, solo... Me mareé un poco cuando salí del auto.

— Oh, mi Tae ya está sufriendo los síntomas de su embarazo – alzó la voz el mayor abrazándolo, cuidando su propio vientre y el contrario de no lastimarlos – descuida hyung está aquí para cuidar de ti.

Sí, era extraño el sentirse tan ¿mimado?, por muchas personas, algo que al principio le pareció asfixiante entre tantas atenciones, pues en sus primeros embarazos las únicas personas que hicieron algo por él fueron los pocos empleados de su antigua casa y luego estuvo solo, sin nadie más con quien poder compartir su sentir. Se sentía bien poder llenarse del aroma del mayor, impregnándose del mismo, percibiendo esa esencia a leche emanando del omega, pues estaba entrando en su último trimestre de embarazo.

En el caso de ellos, como hombres omega, tenían la posibilidad de tener un parto a los siete u ocho meses, ya que el cachorro se desarrollaba mucho más rápido. Así que no era de extrañar que aquellos cambios ocurrieran en el mayor como una advertencia del final de su embarazo.

— Ahora vamos con tu amiga, definitivamente debe estar emocionada por tener un poco de compañía – lo tomó de los hombros para encararlo y sonreírle. El menor le sonrió de vuelta dando un paso adelante, mas el gruñido de Seokjin lo hizo regresar la mirada. Seokjin lo estaba protegiendo de cierta manera del alfa que amagó seguirlos, desobedeciendo sus órdenes –. Tú te quedas donde no pueda verte si es que pretendes quedarte.

— Señor Kim, lo único que quiero hacer es protegerlo. El día de hoy se expondrán ciertas fotografías, y en su estado vulnerable cualquiera podría intentar lastimarlo. Solo cumplo órdenes de su esposo.

— Namjoon – murmuró entre dientes, solo como un pensamiento en voz alta –. Quédate aquí, si te aburres de esperar, pues llama al piloto para irte, yo me arreglaré con mi esposo después.

El omega no dijo más entrelazando el brazo de Taehyung con el propio, sonriéndole y alentándolo a avanzar. Ambos se adentraron al edificio de apartamentos, el cual el menor ya conocía de todas las veces anteriores que llegaba a visitar a Hani. Se encogió un poco bajo su abrigo, el cual estaba impregnado con el aroma de Jungkook, una medida para mantener tranquilo a su lobo ahora que permitía que su alfa conociera su estado. Si el animal percibía su aroma dejaba de estar a la defensiva y solo con el ápice de la esencia fue suficiente para sentir su vientre volviendo a su normalidad.

— No sabía que hoy salían las imágenes del proyecto, hyung – mencionó una vez estuvieron en el elevador – estarás en todas las pantallas importantes de Corea.

— Ni me lo recuerdes, mi padre insistió que sería bueno el tener una escolta personal para evitar incidentes como el del hotel y terminó convenciendo a Namjoon de esa locura – la sola mención hizo tensar a Taehyung, quien pronto sintió unas caricias en su mano –. No tienes que temer porque algo así vuelva a ocurrir. Sabes que eso es imposible, tu alfa se encargó de hacer que ese alfa pague por todo lo que te hizo y no se acercará a tus cachorros. Además, mi padre se está encargando que el castigo que le han impuesto sea aplicado.

— ¿Tu padre, hyung?

— Él es el representante de Seúl en el Consejo Supremo. Yo mismo le pedí que se encargara de no escatimar en las medidas más dolorosas para ese alfa – Taehyung lo volteó a ver con una mirada vidriosa y sus labios abultados – no volverá a hacerte daño Tae, no mientras tengas personas que te queremos y un alfa que daría la vida por ti.

El sonrojo en las mejillas del omega menor hizo sonreír amplio a Seokjin, ese era su deber en esos días que estaban siendo un tanto complicados para la pareja, pues esa misma tarde se cumplía el tercer día del castigo de plata, luego de eso Doyung sería entregado a Jungkook, llevando a cabo la última fase del caso. A petición del alfa, tanto él como Jimin se habían encargado de hacer que Taehyung se mantuviera fuera de casa por algunas horas.

El objetivo era mantenerlo lo más tranquilo y distraído posible, pasaron dos tardes completas de compras para las cosas de su pequeño botón de otoño, sin embargo, para el final de la tarde las quejas de Jimin sobre no conocer lo que sería el cachorro de Seokjin lo habían desesperado. Taehyung solo se había dejado llevar, aunque para ese último día harían lo que el omega pidió con tanta emoción, el visitar a una de sus pocas amistades.

El sonido de las puertas del elevador abriéndose en el piso al cual se dirigían les hizo salir de su propia burbuja. Seokjin se encargó de limpiar una traviesa lágrima que había rodado por la mejilla de Taehyung para luego salir ambos con una enorme sonrisa. Avanzando a través del pasillo hasta detenerse en la cuarta puerta donde el menor tocó el timbre.

La puerta frente a ellos se abrió dejando ver a una linda chica de cabello castaño, con su pequeño cachorro envuelto entre una manta la cual se aferraba a su cuerpo, a Seokjin le pareció lo más adorable que había visto porque Hani tenía un aura demasiado maternal y un poco temerosa ¿así se vería él cuando su botón naciera?

— Tae – susurró ella casi abalanzándose sobre el menor, con sus ojos brillando, llenos de lágrimas – estuve tan preocupada por ti. Hoseok me insistía en que debía estar tranquila, pero no podía – el pequeño lloriqueó de su cachorro, la hizo separarse el cuerpo contrario buscando tranquilizarlo, pues el pequeño había notado la incomodidad de su madre, mas esto le dio tiempo a Hani para fijarse en el omega embarazado detrás de Taehyung, quien no dejaba de acariciar su vientre –. Oh, no me dijiste que vendrías con compañía.

— Es mi culpa – se disculpó Seokjin de inmediato – los planes salieron de improviso. Si no es de tu agrado, mi presencia aquí puedo...– Seokjin amagó dar un paso atrás para retirarse, mas la omega frente a él lo tomó de la mano, negando frenéticamente.

— Por supuesto que no, me alegra tener más compañía y sobre todo una como la de ustedes.

— Hani, él es mi hyung, Kim Seokjin – la omega hizo una leve reverencia mientras sostenía a su cachorro dejando caricias en su espalda.

— Es un gusto conocerle, mi nombre es Cha Hani. Por favor pasen.

El hogar nuevo de Hani estaba un poco vacío, a Taehyung le recordaba a su propio hogar, pues en la sala se encontraba apenas dos sofás, junto con una carriola, definitivamente los alfas tenían ciertas similitudes ante su afán por trabajar y despreocuparse de ocupar sus espacios de vivienda. Recordaba que Hoseok pasaba la mayoría del tiempo en el centro, mucho más cuando había nuevos casos, aunque con la nueva seguridad por parte del Consejo Supremo eso había disminuido.

Hani se sentía un tanto avergonzada ante la ausencia de muebles, mas la silueta de alguien moviéndose a su lado le hizo sonreír. Ni bien tuvo a la vista un lugar donde poder descansar, el mayor de los omegas se dejó caer sobre la superficie blanda, dando un pequeño suspiro de cansancio, haciendo reír a Hani al verlo frotar su vientre, recordándole cuando ella misma se sentía así de agotada en los últimos meses.

— ¿Necesita algo Seokjin-ssi? Puedo traer un poco de jugo o agua.

— Por favor puedes decirme Seokjin – le sonrió el mayor mientras seguía dejando algunas caricias en su abultado vientre, su botón de otoño estaba dando pequeños movimientos y él, a pesar de la incomodidad que causaba, sabía que eso era algo demasiado normal al sentir que él mismo no se encontraba del todo tranquilo –. Estoy bien, no te preocupes.

— Quizá algo para comer, ¿se te antoja algo? – el brillo en los ojos del omega la hizo sonreír bonito, sonrojándose al ver cómo se veía un omega embarazado al escuchar aquellas palabras. Con que así se veía ella, ¿Quién se podría negar a complacer a un omega embarazado cuando actuaban así?

— ¿Tienes helado y galletas? – ella asintió con una sonrisa, mientras llevaba su nariz hacia la cabeza de su pequeño que aún dormía en el confort de su calor.

— Iré contigo Hani, espera un momento hyung veré si tiene algo más para tus gustos.

El mayor sonrió satisfecho, pues Taehyung era quien más conocía sus antojos extraños y lo consentía en la mayoría. Ambos menores se perdieron de su vista al ingresar a la cocina. Taehyung no dejó que Hani hiciera muchos movimientos bruscos para no despertar a su cachorro y esta agradeció cuando fue él quien se movió de un lado al otro para servir el helado de vainilla en un plato.

Seguido, Hani sacó sus galletas con chispas de chocolate, el cual seguía siendo su antojo culposo, pero no se privó de compartirlo con el omega embarazado, observando como Taehyung las quebraba para esparcirlas sobre el helado.

— Pensé que tendría algún antojo extraño – dijo un tanto divertida al ver que la comida parecía un antojo bastante común.

— Créeme tiene más extraños, pero últimamente le ha gustado comer cosas dulces.

El pequeño cachorro lloriqueó un poco al sentir la vibración proveniente del pecho de su madre al reír, haciendo que esta volcara toda su atención en él.

— ¿Aún no escogen un nombre? – cuestionó Taehyung, pues sabía que la omega aún no se decidía por uno la última vez que los visitó. Sin embargo, el notar cómo asentía lentamente le hizo sentir feliz – ¿puedo saberlo?

— Myeong, Jung Myeong – los ojos del omega se ampliaron con sorpresa al escuchar el apellido del cachorro, su hyung se estaba haciendo cargo del pequeño bebé de Hani y eso le conmovió en demasía al punto de casi hacerlo llorar – Hoseok me convenció hace unas semanas de registrarlo con su apellido.

— Él verdaderamente te quiere Hani.

— Lo sé – sonrió melancólica al recordar la enorme sonrisa que adornó los labios del alfa cuando ella accedió a darle una oportunidad a tener una nueva vida junto a él –, estamos llevándolo con calma. Hasta donde la situación nos lo permite. Pero basta de hablar de mí, siempre me escuchas, ahora quiero saber todo sobre ti. No supe nada durante dos semanas, ¿estás bien?

Taehyung asintió con una sonrisa cuadrada, demostrando que estaba más que bien, estuvo a punto de hablar sobre lo ocurrido las últimas semanas, pero el llamado de un omega embarazado pidiendo por su compañía los hizo salir de la cocina.

Al llegar junto a Seokjin este sonrió ampliamente al ver cómo le era entregado aquel manjar, el cual comenzó a devorar ni bien lo tuvo entre sus manos. Hani se sintió tranquila al estar con alguien más que estaba pasando por el mismo proceso que ella tuvo dos meses atrás. Su cachorro se removió un tanto inquieto al despertarse completamente. Sintiéndose un tanto nerviosa, sacó a su pequeño del refugio en el que se encontraba y así por fin dejarlo a la vista de ambos omegas.

Seokjin se sintió un tanto conmovido al ver a la omega con su cachorro en brazos, quería poder hacer lo mismo pronto, su instinto lo hizo buscar la mirada del menor quien sonreía totalmente cómodo mientras conversaba con Hani sobre cosas banales del cachorro y cómo se estaba adaptando a su nueva vida. Quizá el esperar que Taehyung se sintiera de cierta manera cohibido ante Hani era un pensamiento erróneo, pero no lo podían culpar, los únicos que conocían del embarazo del omega eran seis personas y no saldría de ese círculo hasta que Jungkook y Taehyung se sintieran más seguros, sobre todo el alfa.

Se sentía bien poder compartir con el omega. Solo esperaba poder distraer lo más que podía a Taehyung durante ese lapso de tiempo y que no notara aquel bloqueo del lazo, el cual Jungkook no tardaría en hacer.

Un siseo fue suficiente para romper la atmósfera de la charla en la que se habían sumergido, algo que hizo que tanto Taehyung como Hani volcaran su atención en el mayor, preocupándose de inmediato al notarlo con una mueca que denotaba su incomodidad.

— Hyung ¿Qué sucede? – Taehyung fue el primero en levantarse de su lugar para auxiliar al mayor, quien tenía una mano en su pecho, mientras que con la otra cubría su vientre en un acto reflejo de protección.

El tacto de su mano se sentía extraño, incluso la tela de su ropa se le hizo incómoda en su sensibilidad, aunque pronto sus ojos se abrieron en sorpresa al sentir algo húmedo en su pecho. Retiró su mano notando una pequeña mancha en su camisa, su nerviosismo al no comprender lo que sucedía le hizo expulsar un poco de su esencia, sintiéndose aún más dulce, siendo aún más clara la situación para uno de los omegas.

— Seokjin, estás lactando – murmuró Hani, un tanto avergonzada al recordar que ella misma pasó por eso mismo cuando su embarazo llegó a una etapa avanzada – no tienes de qué preocuparte, es normal. A mí me sucedió unas semanas antes que naciera Myeong.

— Pero, aún no tengo el tiempo suficiente, ¿Eso es malo? Me refiero a que pase ahora – cuestionó el mayor con un poco de terror en sus ojos, pues su cachorro no estaba a término.

— Puede que sea diferente en ustedes los hombres y suceda antes. Hoseok me dijo que en las mujeres es progresivo, por eso se hinchan... bueno – las mejillas de la omega se ruborizaron en demasía, sobre todo al tener dos miradas atentas a lo que decía – ya saben lo que se hincha y en ustedes, debe ser distinto porque no tienen algo como nosotras. Aunque si son estimulados constantemente, pues, también puede llegar a suceder eso.

Taehyung se puso de pie para buscar algo con lo que poder absorber aquel líquido que olía dulce, un tanto grasoso, con una pizca del olor de la esencia del omega mayor. Su mejor opción para cubrir el pequeño accidente de Seokjin fueron un par de servilletas de papel, las cuales entregó al mayor, quien no perdió tiempo en ingresar su mano, presionando delicadamente su pezón de donde salían una pequeña gota blanca.

Era demasiado extraño, aunque ahora podía entender por qué su adorado alfa siempre mencionaba que su sabor era mucho más dulce en esa zona sensible. Un pequeño bufido salió de sus labios al sentir un poco de ardor. Definitivamente, no dejaría que Namjoon volviese a torturar ese espacio que ya estaba preparándose para la llegada de su botón de otoño.

El sonido del código en la puerta alertó a los tres omegas, junto con un cachorro muy inquieto, quien se removió en los brazos de su madre al percibir a su padre alfa. La silueta de Hoseok se hizo visible ante las dos razones de su existencia, junto con la de dos invitados, uno no tan esperado como el otro.

Hani fue la primera en ponerse de pie para recibirlo con una enorme sonrisa, siendo rodeada entre unos cálidos brazos y unos cuantos besos tiernos que fueron a parar en su cabello. Los quejidos de su cachorro no se hicieron esperar, exigiendo la atención del alfa, quien gustoso lo tomó en brazos una vez la omega se lo entregó. Estaría de más decir que el beso en la mejilla que le plantó Hani fue más que sorpresivo, así que el sonrojo en sus mejillas no se hizo esperar junto con las risas de los dos omegas, quienes solo eran espectadores.

— Parece que tienes un alfa bastante tímido Hani – murmuró divertido Seokjin, una vez se aseguró que su ropa se encontraba en su lugar, mientras en su mano empuñaba el papel húmedo.

— Lo sé – la sonrisa de la omega estaba llena de brillo, uno muy especial que la delataba totalmente – por eso es el alfa perfecto para mí. Alfa, él es Seokjin el hyung de Tae.

— Lamento interrumpir su tarde. No sabía que tendrías tantas visitas. Soy Jung Hoseok – reverenció el alfa, en un movimiento un tanto torpe al estar abrazando al cachorro contra su pecho, quien apenas se quejó – es un gusto conocerle Seokjin-ssi y felicidades por su cachorro.

— Hola Hobi hyung – saludó de manera alegre el menor de los omegas, sacándole una sonrisa al alfa –, lamento invadir tu espacio.

— Descuida Taehyung-ah, eres totalmente bienvenido.

Hoseok regresó la vista hacia Hani quien aún sonreía un tanto tímida, pero al mismo tiempo orgullosa de poder mencionar que él era su alfa, ganándose al fin un pequeño beso en los labios, algo tierno y fugaz; el alfa decidió que podía encargarse del bebé para dejarle un poco más de tiempo a solas con su nueva compañía, despidiéndose sin mas de ambos omegas.

— Hoseok parece ser un buen padre para tu cachorro Hani – murmuró Taehyung, quien obtuvo un asentimiento junto con un suspiro enamoradizo por parte de la omega, quien no pudo evitar ruborizarse.

— Sin él no sé qué habría sido de mí, estando sola con Myeong. Nuestros alfas son la mejor compañía, se los aseguro, al menos el mío lo es en este momento tan importante – sonrió ampliamente la omega mientras regresaba a su lugar, esta vez estando un poco más cerca de Taehyung, tomándole la mano –. Espero que pronto tú también lo puedas vivir, sé cuánto lo has deseado.

Taehyung sonrió de lado, intentando contener la emoción desbordante que lo comenzó a consumir al saber a lo que se refería Hani, pues en muchas ocasiones el tema de tener una familia junto a Jungkook fue muy recurrente entre ellos.

— De hecho, tengo algo que mencionar – Hani hizo silencio, estando a la expectativa, sintiendo su corazón martillando en su pecho al esperar que su intuición no haya fallado – estoy embarazado.  

*Advertencia, si eres muy sensible para el contenido que involucra escenas sangrientas por favor no lo leas. Puedes seguir leyendo cuando veas otro separador parecido al que dejaré a continuación*

Casi setenta y dos horas habían pasado desde que estuvo frente a los representantes del Consejo Supremo. Sentía que su cuerpo no era suyo en esos momentos, existía una fuerza mayor la cual exigía salir y sabía muy bien el porqué de esa razón. Se trataba de un alfa, la peor escoria que haya conocido en toda su vida, el que le hacía perder el control de sí mismo, dejándose llevar por sus instintos. Cada fibra que formaba sus músculos estaba siendo constantemente inyectados con una emoción, tenía que admitir que no le agradaba en lo absoluto, pero al mismo tiempo era lo que le movía.

— Señor Jeon – llamaron a la puerta, poniéndolo en un estado de alerta – si está listo podemos proceder.

Su lobo se removió inquieto por la implicación de esas palabras. Su temperatura estaba elevada haciéndolo sudar, ignorando cualquier ráfaga de frío que hubiera en el lugar, no le importaba que estuviera con una fina bata para cubrir su cuerpo, tampoco le puso atención cuando el guardia detrás de la puerta se sobresaltó al verlo salir del vestidor en el que se encontraba.

Con un leve asentimiento fue suficiente para ser escoltado por los pasillos oscuros. Podía olfatear el horrible olor de todos los alfas que estaban siendo torturados en ese lugar, gritos de desesperación, otros llenos de ira, todos y cada uno de esos se debían a situaciones similares a las de su omega, pero los únicos que le producirían satisfacción el escuchar los provocaría él.

La prisión en la que se encontraban se hallaba en las afueras de la ciudad y el espacio destinado para lo que se llevaría a cabo estaba detrás de la puerta que tenía frente a él, que con cada paso se hacía más cercana.

— Le daremos un espacio especial y el tiempo que necesite para su mutación, señor Jeon – habló el guardia de nuevo mientras le daba paso para ingresar en aquella antesala – una vez esté listo puede avanzar hasta el pasillo que da directo al Área de ejecución – hizo una reverencia de noventa grados hacia él, como una manera de mostrar respeto –. Honor a su destinado y su descendencia señor Jeon.

Sí, había olvidado que al ser un puro todos lo trataban de manera extraña, no le molestaba que su omega recibiera ese tipo de gestos porque él sí lo merecía al llevar vida en su interior. Él solo era un alfa, mas no le puso mayor importancia a corregir lo que se le mencionó, ingresó al fin en la antesala, donde ni bien puso un pie dentro, logró percibir el aroma del alfa, haciendo que sus ojos brillaran en rojo rubí.

Pronto su lobo tomó control de su cuerpo, dando paso al dolor en sus huesos y al ardor en sus músculos. Sus sentidos se agudizaron siendo mucho más claro ahora de dónde provenía el olor a miedo, jamás se había regocijado tanto de olfatear aquella esencia, pero la de ese alfa era como su propia inyección de adrenalina. El cambio y la mutación fue tan rápida que ni siquiera se dio cuenta cuando ya se encontraba en su forma animal. Jungkook era uno con su lobo, en total sintonía, con un solo objetivo.

Avanzó lentamente por el pasillo notando al final una salida, en la cual solo podía encontrar una cosa, una patética figura que estaba de rodillas en el suelo, tenía la respiración agitada debido a la reciente tortura, la sangre corría por toda su espalda y su lobo solo quiso ver correr mucha más.

La puerta tras él se cerró haciendo que Kang alzara la vista, temblando ante la imagen que tenía delante, de nuevo, aquel lobo negro, imponente, emanando ira por cada poro de su ser, y sus ojos estaban fijos en él.

Jungkook observó con detalle el cuerpo demacrado del alfa frente a él, no era ni siquiera la mitad de la persona había visto frente al Consejo, ahora los rastros de la tortura le hacían ver igual de repugnante como debía ser en el interior. Su espalda tenía rastros de la piel rasgada, algunas partes desprendiéndose, su sangre cubría la mayoría del cuerpo y eso solo era una invitación para Jungkook a terminar con ese sufrimiento.

No existiría más peligro para Taehyung, nadie que lo volviera a lastimar o intentar agredir. Se aseguraría que su familia estaría a salvo y este era el primer paso para lograr eso.

— Kang Doyung – resonó la voz de Hyunjae a través de unos parlantes. Todos los representantes se encontraban en una sala privada donde podían observar lo que sucedería –, se le acusó de varios casos en su contra. Maltrato psicológico y físico hacia un omega, el cual estaba en cinta. Atentando contra la vida de futuros cachorros y descendencia pura, lo que lo convierte en un delito mayor. Además, se le atribuye el buscar tener un matrimonio arreglado para obtener beneficios como la ciudadanía, la cual no le ha sido removida con el fin de juzgarlo como un ciudadano del país, teniendo así la potestad de actuar de acuerdo a nuestras leyes – Kang no daba crédito a lo que estaba escuchando, se le estaban imponiendo más cargos –. Siguiendo con el protocolo, por orden de este Consejo, toda su fortuna pasará a ser del joven Kim Taehyung, como un medio de retribución ante todo el daño causado.

— Imposible que todo pase a él – gruñó entre dientes el alfa, apenas diciendo cada palabra.

— No lo va a necesitar, señor Kang.

Doyung no tuvo más tiempo para preguntar o reclamar, pues el lobo que había estado esperando el momento para escuchar la última sentencia lo derribó en el suelo, haciendo que rodara por todo lugar, dejando una línea de sangre. Las piernas le fallaron por unos cuantos segundos para colocarse de pie, pero no le duró mucho tiempo, pues de nuevo estaba siendo arremetido por el corpulento cuerpo.

Jungkook se detuvo por algunos segundos más mientras lo vio volver a levantarse y esta vez fijó su vista en lo que quería hacer, sus colmillos picaron por hincarse en la carne del alfa aun sin saber muy bien por dónde empezar.

El único brazo que poseía no le servía de mucho ahora y las piernas parecía tenerlas demasiado débiles, en especial la derecha con la cual apenas y se sostenía. En unas cuantas zancadas llegó hasta él, mordiendo el tobillo derecho, alzándolo por el aire como si de un muñeco de trapo se tratase, escuchando los gritos de dolor de Kang, junto con el golpe seco que provocaba su cuerpo cada vez que chocaba contra el suelo.

Una y otra vez arrastró sobre el suelo el cuerpo del alfa hasta que tuvo suficiente de aquel juego y por fin sus colmillos hicieron más presión en su agarre junto con los movimientos bruscos para provocar que la extremidad quedara entre sus fauces mientras que el cuerpo era arrojado al otro lado del lugar. Jungkook pudo observar en la mirada contraria el terror llenando cada espacio, mostrándose incluso en sus facciones al volver a acercarse, recordándole la última conversación que tuvo con Hoseok.

"Tae siempre le tuvo miedo a otros alfas porque su antiguo alfa le inculcaba miedo, por medio de la sumisión para que obedeciera"

Claro que debía someterlo con miedo, por supuesto que lo notó desde el primer instante. Los recuerdos de ver el miedo en esos ojos azules por no saber lo que haría cada que tenían contacto físico estaban latentes en su memoria. Cada vez que Taehyung mencionó que sería bueno, que no era suficiente, el decir que no era bonito, el pensar que toda acción debía ser pagada de una u otra manera le provocaba odio y no era un bonito sentimiento.

Kang estaba quedándose sin aliento, intentando alejarse del lobo mientras arrastraba su cuerpo por el suelo, el dolor estaba nublándole los sentidos, la adrenalina que le había sido inyectada momentos previos estaba cumpliendo con su función de mantenerlo despierto. Podía sentir el retumbar de su corazón casi colapsando. Y sumado a esto sabía que el lobo detrás de él simplemente estaba jugando con su presa y esa era él.

El alfa tomó el otro tobillo entre sus fauces, acercándose de nuevo, sujetándolo con fuerza para lanzarlo de nuevo hacia la otra pared, quedando la silueta plasmada sobre la superficie con un rojo carmín, contrastando con el gris de la estructura.

"Solo promete que todo terminará rápido y regresarás a nosotros. Por favor, Jungkookie..."

Haría pagar por cada daño hecho a su precioso omega. La ira iba creciendo en él al escuchar las súplicas, eso solo lo hizo expulsar sus feromonas hasta el punto de verlo comenzar a toser sangre, privado de oxígeno en sus pulmones. Se abalanzó sobre el cuerpo débil de Kang, colocando su pata sobre el pecho de este, sacándole un quejido, pudo escuchar el crujir de los huesos de las costillas a punto de quebrarse, presionando un poco más para hacer que estas mismas perforaran el pulmón.

El cuello contrario le fue expuesto en sumisión un poco antes que las costillas cedieran. Sus colmillos se encajaron en la suave piel y la saliva se le combinó con el sabor a hierro; siguió presionando hasta que el agarre en su pata se soltó, poniendo de una buena vez todo el peso sobre la caja torácica de Kang, escuchando un último grito ahogado, el cual murió en el eco del lugar cuando rasgó la garganta, comenzando a brotar por borbotones el líquido carmesí proveniente de la yugular. 

Lentamente, se alejó del cuerpo, notando como el brillo de los ojos se iba desvaneciendo poco a poco mientras la vida se le escapaba en pequeños suspiros. Terminando por fin con la vida de quien una vez decidió hacer sufrir a Taehyung.

Mi luna. Mi sol. Mi omega... Nadie más te lastimará.

El sonido de la puerta siendo abierta se escuchó en el eco del lugar. Sin mayor interés de seguir viendo el patético cuerpo en el suelo, regresó sus pasos por donde había entrado, abriendo paso por fin a su lazo, recibiendo las emociones ajenas, podía sentirse tranquilo al saber que se encontraba feliz, posiblemente disfrutando de una tarde tranquila al lado de Seokjin y Hani.

Una vez estando en la antesala donde dejó tirada la bata fina, pudo notar dos figuras muy conocidas esperando por él. Namjoon y Yoongi se encontraban justo ahí, lo habían acompañado al lugar como testigos, aunque el saber que se quedarían a ver todo no se lo esperaba, por su parte las miradas de sorpresa de ambos alfas no se hicieron esperar al ver lo imponente que se veía en su forma animal, su olor grueso y más bestial les hizo arrugar la nariz.

— Te dije que era aterrador estando de cerca – murmuró Yoongi al notar el semblante serio de Namjoon quien solo observaba al lobo negro, quien tenía la respiración agitada – cuando lo vi la primera vez no lo podía creer.

— Es demasiado impresionante – Jungkook bufó un poco, sacudiéndose un poco, esparciendo pequeñas gotas de sangre que aún tenía en su pelaje – y por ahora un tanto repugnante. Casi me provocas el vómito al verte desmembrar a alguien.

El cuerpo de Jungkook poco a poco comenzó a mutar de vuelta, lo comenzaba a controlar, su lobo estaba en sintonía con él, así que ni bien decidió que era tiempo de volver, el animal obedeció. Se sostuvo por algunos segundos a sí mismo con un brazo mientras quedaba de rodillas en el suelo, su cuerpo desnudo fue cubierto por la tela fina, alzando por fin la vista.

— Toma, aún tienes restos de sangre en toda la cara – dijo Yoongi con una mueca de desagrado en su rostro mientras le extendía una toalla con la cual podía limpiarse.

— Pensé que te desmayarías al ver la sangre Yoongi hyung – el alfa chasqueó la lengua en muestra de molestia y fue mucha más cuando escuchó la risa de Namjoon invadiendo el lugar.

— No, pero casi vomita.

— Tienes que admitir que fue asqueroso, aunque lo soporté mejor esta vez. Ahora estaba preparado para que esto pasara – Yoongi regresó la mirada hacia Namjoon, quien estaba quitando los rastros de sangre de su rostro –. Te perdiste el primer espectáculo Namjoon-ah.

— Por favor no mencionen eso ahora – el tono de voz de Jungkook se escuchaba ronco debido a la mutación.

— Es verdad, será mejor que te asees y te quites todo eso de encima – sonrió Namjoon mostrando sus hoyuelos, extendiéndole una botella de agua, la cual Jungkook, observó ceñudo.

El menor de los tres tomó lo que le dieron y con ayuda de sus mayores se colocó de pie, siendo guiado por estos mismos hacia las duchas donde podría borrar cualquier rastro de lo ocurrido.

Alfa...

Pudo sentir cómo cada vello de su cuerpo se erizó con aquel llamado silencioso, el cual tenía un fin, comunicarse con él, saber si estaba bien. Por supuesto que lo primero que hizo fue hacerle saber a su omega que se encontraba bien y pronto fue receptor de una tranquilidad llena de paz.

Se apresuró en limpiar su cuerpo y así salir lo antes posible de ese lugar hasta llegar a los brazos de su lindo omega. Habían sido días estresantes en los cuales trataba de ser lo más neutral que podía respecto a la situación de Kang, ahora que todo terminaba eran libres de formar su familia, con el único miedo que los cachorros crecieran sanos y salvos.

Cachorros.

Definitivamente, esa palabra le causaba un cosquilleo diferente cada que lo pensaba y sabía muy bien que se debía a que el omega le permitía percibir a sus hijos, quienes probablemente eran tan pequeños, tan frágiles como para que el lobo de Taehyung los cuidara con tanto recelo.

— Jeon, tenemos que irnos – alzó la voz Yoongi al otro lado de la puerta. Jungkook estaba terminando de secar su cabello mientras colocaba un mensaje a su omega – Jimin está esperando y sabes lo impaciente que es.

— ¿Jimin hyung no tuvo problemas para entregar el diseño? – el alfa se apresuró a salir del lugar ni bien estuvo seguro de tener todas sus pertenencias. Al abrir la puerta se encontró con ambos alfas, uno más desesperado que el otro por irse del lugar.

— Todo salió como pediste. Además, si tienes dudas, Jimin pidió que confirmaran contigo cualquier cambio.

El alfa sonrió satisfecho por lo que escuchaba. Namjoon no se privó de colmarle la paciencia a Yoongi con una que otra broma sobre la forma en la que el pequeño omega lo tenía comiendo de su mano, mas bastó una llamada por parte de Seokjin para que el alfa dejara la conversación y se comportara igual de desesperado por llegar con su amado esposo.

Jungkook decidió que sorprendería a su omega con un pequeño detalle, sabía que no estaría del todo a gusto cuando se reencontraran, así que esa sería una forma de pedir perdón. El espacio del copiloto se redujo debido al ramo de peonias, junto con la comida que sería la cena y el postre de Taehyung, quien últimamente estaba fascinado con el pastel de chocolate, el alfa no era nadie para negarle algo como un antojo.

El recorrido para llegar con su omega se redujo tanto como le fue posible al ir a una velocidad elevada, incluso como para estar al mismo tiempo que Namjoon en el lugar, quien negó divertido al verlo bajarse con el ramo de peonias. Ambos se adentraron al edificio sin perder tiempo para dirigirse hasta los elevadores.

— Harás que me destierren de la habitación por no traerle flores a Jinie – Jungkook se encogió de hombros restándole importancia a lo que mencionó el alfa.

Las puertas del elevador se abrieron dejando ver a los dos omegas, quienes sonrieron amplio, Seokjin entre pasos un tanto lentos se abalanzó sobre su alfa, mientras que Taehyung se quedó a unos cuantos pasos de Jungkook, abultando sus labios al ver las flores, aunque fueron escasos segundos la distancia fue tan asfixiante que fue difícil de soportar.

— Hola mi sol – murmuró Jungkook, hundiendo su rostro en el cabello de su omega, abrazándolo con un brazo. Taehyung se frotó contra el pecho de su alfa, pero algo no estaba bien, comenzando a olfatear, frunciendo el ceño al encararlo – antes que menciones algo sobre mi olor...

— No tienes olor.

— Tenía que usar el inhibidor de olor, créeme, no fue una experiencia agradable.

— Y compraste flores para disculparte o para que no note eso.

— Ambas.

La pareja de esposo veía toda la escena de manera divertida, Namjoon se encontraba detrás de su omega sosteniendo su vientre, quitando un poco del peso extra que conllevaba el cargar con su botón de otoño.

— Ahora ya no te tengo tanta envidia Jungkook.

— ¿Por qué le tendrías envidia? – cuestionó Seokjin de inmediato, pesándose un poco más sobre el cuerpo de su alfa, sintiendo el alivio de la acción que estaba teniendo Namjoon con él.

— Pensé que dirías algo porque Jungkook le trajo flores a Taehyung, pero ahora veo que era una forma de disculparse.

— Bueno, no cantes victoria, tú y yo tenemos cosas que hablar.

El alfa se quejó un poco al conocer ese tono de voz en su omega, quien no se limitó en quejarse aún más cuando el alfa dejó de sostener su vientre abultado. Ambas parejas se despidieron brevemente con dos alfas esperando tener el perdón de sus respectivos omegas.

Taehyung pudo olfatear el olor de la comida invadiendo el espacio reducido del auto, sintiéndose atacado por los detalles de su alfa, quien lo observaba con la expectativa de lo que diría a continuación. El omega observó a su alrededor, el ramo de flores era un poco grande y no quería estropearlo acercándose a besar a Jungkook, haciendo que un puchero pronunciado se asomara en sus labios.

— ¿Qué sucede mi sol?, prometo que los inhibidores eran realmente necesarios.

— No es eso – negó Taehyung aun sin saber muy bien dónde colocar sus flores – no hay mucho espacio aquí.

— Para qué necesitas espacio – Jungkook sonrió coqueto, mientras se acercaba a su omega, quien se alejó un poco para evitar que sus flores salieran dañadas del posible ataque de besos que recibiría.

— No es para lo que piensas, sucio – Taehyung sonrió amplio cuando un beso fue dejado en su mejilla y otro más en la comisura de sus labios –. Es solo que quiero que me beses y con todo esto no puedo.

— Eso se puede arreglar. Vamos a casa para que pueda besarte mejor.

La noche estuvo llena de besos, risas, demasiados mimos por parte del alfa hacia el pequeño vientre de su omega y una que otra conversación de lo que sucedió en la tarde con Hani. Taehyung se sentía plenamente feliz y su alfa no era ajeno a esto, pues también le hacía saber que compartían un mismo sentir.

Jungkook seguía repartiendo besos en su vientre después de una sesión de mimos a su omega, murmurando en una que otra vez lo mucho que amaba a sus cachorros. El alfa notó que después de unos minutos Taehyung se quedó callado, demasiado, a decir verdad, aunque le sorprendió que al alzar la vista este se encontrara con un cuaderno entre sus manos, dibujando algo que lo mantenía totalmente ajeno.

— ¿Qué haces amor?

— Es un diseño para tu futuro tatuaje, ¿quieres ver? – el alfa asintió con una sonrisa pequeña, mientras se incorporaba, no sin antes dejar un último beso. Taehyung reveló la hoja en la cual estaba plasmado aquel dibujo – ¿te gusta?

— Me encanta, ahora podré pedir la cita para hacerlo.

— Okay, solo no vayas sin mí.

Jungkook le quitó el cuaderno de las manos para comenzar a besarlo hasta hacerlos caer sobre el colchón, llenándolo de besos, lentos, suaves, provocándole un cosquilleo en el vientre, el cual no era por la presencia de sus cachorros. Sus piernas se abrieron para darle la bienvenida a su alfa, quien gustoso se colocó sobre él, repartiendo besos húmedos desde su barbilla hasta su cuello, el cual también mostró más para que Jungkook tuviera espacio suficiente.

— Te amo mi luna.

— Te amo Jungkookie. 

"La luna nos trajo aquí para reunirnos nuevamente en un tiempo que no era nuestro, fue marcado y sellado por el destino"

"Mi devoción es hacia ti, daría mi propia existencia con tal de verte vivir"

"El pasado solo me preparó para este momento y el futuro se mantiene gestando un nuevo inicio"

"El invierno más largo ha acabado" "

"Las flores que en primavera brotaron ahora se convierten en frutos"

"Y la aurora del atardecer trajo consigo nuevos matices que ahora vemos llenos de color" 

Lo prometido fue deuda desde que empezó la historia. Dije que habría sangre, y la hubo. Una disculpa si no fue del todo woooow, pero toy chiquita y hago lo que puedo. Purple hearts personitas bellas. 

Dejo fotito de nuestro alfa sanguinario 


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