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XXX

*Recomendacion musical:  Butterfly*


El silencio de la habitación fue interrumpido por una leve vibración junto con un sonido bajo que era apenas audible. Sus ojos pesaron al abrirlos, la cálida luz del mediodía lo hizo saber que fue mucho más tiempo el que había dormido desde que cerró los ojos con la intención de apenas descansar. Se encontraba acurrucado en su costado frente a Seokjin, ni siquiera se dio cuenta el momento en el cual ocurrió, lo último que recordaba era que habló con Yoongi por teléfono. Yoongi. Su alfa, quien le dijo que estaría en poco tiempo junto a él. Sus sentidos se despertaron para revisar el aparato en su mano, obteniendo seis llamadas perdidas recientes junto a otras veinte anteriores.

— Mierda – murmuró apenas, refregando su ojo derecho con su mano. Jimin sabía que Yoongi no era muy paciente cuando se trataba de él no respondiendo una llamada, el alfa enloquecía planteando los peores escenarios.

Miró a su lado para asegurarse que el omega mayor seguía descansando, sintiéndose tranquilo al notar que su pequeño arrebato de movimientos bruscos no habían interrumpido el sueño del otro. Sin embargo, algo en su semblante no le pareció muy tranquilizador, pues su ceño estaba fruncido, abrazaba su vientre como si quisiera protegerlo de algo.

— ¿Seokjin hyung? – susurró preocupado por no entender muy bien lo que ocurría, con un temblor en su mano quitó los mechones que caían en el rostro del mayor, haciéndolo que despertara o al menos obteniendo una reacción – hyung, ¿te sientes mal?

— Nam... — murmuró con su voz ronca, un tanto baja por la falta de costumbre en el uso de esta. Tenía los ojos con destellos esmeraldas, algo no estaba bien – alfa.

— No, hyung. Soy Jimin, tu alfa no tardará en llegar – dejó algunas caricias en el cabello sedoso del mayor mientras lo veía abultar sus labios, sus ojos comenzaban a tintarse más de esmeralda, lo que significaba que el lobo de Seokjin era quien estaba presente, quizá por cómo se había sentido, probablemente buscando protección – saldré un momento para llamarlos, no deben tardar. ¿Estarás bien si salgo un momento?

No obtuvo respuesta más que un asentimiento, mientras que Seokjin volvía a acomodarse, volviéndose un ovillo, juntando sus piernas lo más que le dejaba su abultado vientre. El menor se incorporó con lentitud y decidió que debía llamar a Yoongi, pues le había prometido que no tardarían, la última llamada de la cual tenía el recuerdo de hablar con el alfa, había pasado más de cuatro horas.

El tono de llamada inició, mientras él llevaba la yema de su pulgar a su boca para morder un poco la carne con sus dientes en una muestra de canalizar su ansiedad. Desesperándose con cada pitido que hacía la llamada, lo ponía más nervioso el hecho de no obtener una respuesta rápida.

— Jiminie – era tonto que con una simple palabra se le acumularan las lágrimas, pero no era cualquier cosa, era su nombre en diminutivo, proviniendo de la voz de su alfa – al fin respondes, me tenías muy preocupado. Sabes cuántas veces te llamé para saber en dónde estabas.

— ¿Seis veces? – susurró interrumpiendo a Yoongi, escuchándolo bufar bajo, sacándole una sonrisa.

— ¿Por qué no respondías?

— Estaba cuidando de Seokjin hyung y me quedé dormido, olvidé que puse el teléfono con mínimo sonido – estuvo tentado a seguir sonriendo como tonto, hablando de cómo se quedó dormido, mas algo vino a su mente, una cosa que lo hizo enojar, pues el tono de voz del alfa había sido un tanto más hosco de lo normal —. ¿Yoongi hyung estás molesto conmigo?

Por supuesto que lo estoy, tienes una idea de lo que pasaba por mi mente con toda esta situación. — un suspiro más se hizo escuchar a través de la línea y Jimin podía apostar que estaba haciendo ese gesto que arrugaba todo su rostro en muestra de su enojo o frustración —. Esto es un caos y el que no respondieras a las llamadas me hizo pensar en mil escenarios. Los empleados del hotel dijeron que Seokjin estaba en su habitación, pero nadie sabía de ti. ¡Sabes cómo me hizo sentir eso!

— No me grites, debería ser yo quien esté molesto contigo – el alfa murmuró una respuesta ante la confusión que le generó el escuchar aquello —, sí, porque dijiste que el vuelo no tardaría más de media hora – el omega regresó la vista hacia el nido donde se encontraba su mayor y decidió salir de la habitación para no molestarlo con su discusión – han pasado cuatro horas desde entonces, sabes cómo me sentí al despertar y saber que pasó tanto tiempo – un gruñido bajo se escuchó a través de la línea – no me gruñas alfa de cuarta. Tengo razón de estar molesto.

Por eso debías contestar las llamadas omega terco. Eres tan caprichoso cuando te lo propones que ni siquiera me dejas explicar. — alzó la voz el alfa y Jimin pudo jurar haberlo escuchado, no por el aparato sino a una distancia cercana —. Cuando llegamos al hotel nos estaban esperando unos oficiales junto con Park Bogum – un bufido bajo que simuló una risa burlesca salió de los labios del alfa al recordar la penosa manera en la que Park intentó controlar a Jungkook. Este se descontroló cuando lo detuvieron de encestarle un buen golpe en la cara al otro cuando le repitió que debía tener paciencia y estar tranquilo —. El caso es que, comenzaron a interrogar a Jungkook y casi enloquece ahí mismo cuando no pudieron rastrear el teléfono de Taehyung porque estaba apagado.

Jimin siguió escuchando el relato del alfa en total silencio mientras sus pasos lo llevaban hacia un lugar específico, guiado por su olfato, atravesó uno de los caminos que daban hacia otra área de habitaciones. Yoongi narraba cómo los habían interrogado hasta el cansancio sobre lo que sabían, quejándose una y otra vez de la manera en la cual los retuvieron.

— Pero si debían interrogar solo a Jungkook, entonces ¿Qué hacías ahí también alfa?

Jungkook estaba fuera de control queriendo salir corriendo y... — hizo una pausa mientras olfateaba el aire, sintiendo en su nariz una sensación muy familiar, logrando sacarle un leve estornudo —. Espera, ¿Cómo fue que me llamaste?

— Alfa – murmuró con inocencia falsa Jimin, soltando un poco más de su esencia para atraer al alfa a quien ya había escuchado con su característico estornudo por la alergia, él también captando un poco de la esencia amarga del chocolate – ¿Por qué?

¿Ahora soy alfa?

— Puedes ser alfa de cuarta si no te gusta – mencionó indignado, mientras fruncía su ceño viendo hacia todos lados, confundido por estar rodeado de la esencia del alfa y no verlo o al menos no tenerlo en su campo de visión.

Pronto un chillido salió de sus labios, su corazón latió rápido cuando sintió unos brazos alrededor de su cintura, justo detrás de él, y su primer instinto fue utilizar sus conocimientos de defensa personal. No era su culpa que su brazo se haya movido en la posición correcta para sacarle el aire a la persona que se aferró a su cuerpo, ese entrenamiento lo tenía más que grabado en su cuerpo para reaccionar de manera rápida. Aunque jamás se esperó que la calidez que le rodeó el cuerpo le hiciera sentir un escalofrío agradable.

— Eres una hermosura – murmuró la voz ahogada contra su oído, reconociendo de inmediato el aroma y ese agarre en él.

— Mierda, Yoongi hyung no hagas eso – el omega trató de zafarse del agarre de Yoongi para asegurarse que estuviera bien, mas el alfa se lo impidió abrazándolo más, enterrando su nariz en la piel de su nuca causándole un escalofrío – casi haces que me dé un infartó.

— Te extrañé – murmuró contra la piel expuesta que le era ofrecida, aspirando sin descaro, relajándose a tal punto que casi pudo caer dormido ahí mismo, se sentía agotado por contener tantas veces a Jungkook, estar en un interrogatorio exhaustivo del cual apenas logró escapar y ahora solo podía sentirse en paz, embriagado en la esencia de Jimin – omega...

— Yoongi, hyung estás haciendo una escena – dijo en voz baja el omega, al notar que varias personas los observaban, pues Yoongi seguía aferrado a su cuerpo, acoplando el propio a la curva de su espalda —, hay personas mirando.

— Entonces vamos a tu habitación – un golpe leve le fue brindado haciéndolo reír, conociendo muy bien la mente volátil del omega – no es para lo que estás pensando, solo quiero descansar un poco, al menos todavía tenemos un tiempo mientras Jungkook espera que Kang se comunique con él de nuevo.

— Eso quiere decir que, sí, fue ese alfa quien se llevó a Tae – una murmuración afirmativa junto con un descarado roce de labios fue su respuesta, causándole otro escalofrío en todo su cuerpo.

— Jimin-ah, ¿Por qué hueles tan bien?

— Pon atención, estamos en una situación seria. Secuestraron a Taehyung y tú solo piensas en mi aroma.

— No puedo evitarlo, me agrada cuando no lo ocultas con inhibidores – el omega se congeló, tragó duro poniéndose nervioso, quiso voltearse para encarar a Yoongi, mas este no le dejó hacerlo – sé que lo has estado haciendo Jiminie. No estoy molesto contigo, no podría estarlo cuando es por mí que lo haces. ¿Podemos ir a tu habitación?

Jimin asintió silenciosamente, sus pasos comenzaron a dirigirlos hasta el área donde se encontraba su propia habitación, fue un recorrido lento, pues el alfa no se despegó de su agarre en todo el recorrido, seguía olfateándolo, perdiéndose en su esencia. Su lobo no se detuvo en sacar un poco más de su aroma con el fin de marcar al alfa algo que jamás había hecho, pero ahora la simple idea era reconfortante.

Ni bien estuvieron ambos dentro de la habitación, Yoongi se sintió como en casa, como si aquel aroma a mandarinas lo llamara a encontrar paz en la tormenta que se hacía mayor en el exterior. Jungkook había prometido que estaría bien cuando se apartó para poder hablar por teléfono, esperaba que cumpliera con su palabra y no intentase salir corriendo de nuevo.

— Yoongi hyung será mejor que te recuestes, pareces cansado.

— ¿Me acompañas? – cuestionó mientras frotaba su nariz contra la piel del cuello de Jimin, quien simplemente murmuró una afirmación, siendo esta la respuesta que buscaba para soltarlo de su agarre, sintiendo el frío del vacío de ya no tenerlo entre sus brazos. Algo que apenas calmó cuando lo tomó de la mano para guiarlo junto a él.

Ambos subieron a la cama, para quedar uno frente al otro, observándose. Yoongi notó los mechones rubios cayendo sobre el bonito rostro de Jimin, quitándolos con delicadeza, provocando un poco de rubor en las mejillas abultadas del omega.

— ¿Por qué de pronto eres tan delicado conmigo?

— Creo que mi lobo percibe tu celo y mi instinto para protegerte solo empeoró con la distancia – murmuró, dejando caricias en el rostro de Jimin, tenía las mejillas un poco más llenas por la posición en la que estaba, en serio amaba verlo de esa manera.

— Siempre sabes cuando mi celo está cerca.

— Es porque somos destinados, tenemos una conexión diferente – el alfa se acercó más al cuerpo contrario, buscando romper la distancia que los separaba. Jimin no se privó o se negó al acercamiento, mas sí se quedó quieto, dejando que fuera Yoongi quien pusiera el límite de distancia entre ellos, pero ¿existía? No cuando sus piernas se enrollaron con las contrarias y sus manos se entrelazaron de manera inconsciente – ¿Qué hacías cuando sucedía tu celo?

— Utilizar supresores – sonrió, mientras mencionaba con obviedad, Yoongi no cambió su gesto, simplemente esperó pacientemente para que elaborara más su respuesta, haciendo que Jimin abriera sus ojos en sorpresa al ver sus intenciones – no te diré nada más.

— No jugueteas contigo mismo – cuestionó de manera coqueta y un tanto burlón, ganándose un golpe en el hombro.

— Porque de pronto eres tan descarado para hablar esas cosas – el omega cubrió su rostro avergonzado que el alfa siquiera insinuara lo que él hacía en esos momentos de ansia y vulnerabilidad.

— Solo quiero saber para estar preparado – los ojos abiertos en sorpresa de Jimin lo hicieron reír – no es eso lo que quisiste decir esa noche, pidiendo que me hiciera cargo de ti en tu celo.

— ¿Lo harías?

Yoongi le dio una sonrisa de encías, esa que solo había visto en pocas ocasiones y todas dirigidas hacia él, parecía coqueto, un poco menos malhumorado, más abierto a hablar con él. Su corazón se aceleró un poco más cuando él mismo fue quien terminó con poca la distancia, recordando haber sentido los labios contrarios rozando con los suyos; el alfa anticipó sus movimientos y antes de que hubiera un ápice de arrepentimiento en el omega por lo que estaba por hacer él se adelantó.

Dulce, tierno, lento y lleno de cariño, incluso el suspiro que le siguió al primer roce entre sus labios, fue reconfortante para sus corazones, sintiéndose en una misma armonía, una que deseaban tener ambos. No había frenesí, tampoco alguna exigencia, simplemente eran movimientos lentos, creando una danza acompasada junto con sus respiraciones. El alfa no pudo evitar succionar un poco los abultados labios del omega sacándole un jadeo placentero, pronto las manos de Yoongi se aventuraron en un mapa mental del cuerpo curvilíneo de Jimin quien solo se dejaba hacer, derritiéndose con cada toque. Nadie lo había hecho antes, todo era nuevo. Un tacto fuerte, pero gentil.

— Yoon... Alfa... — articuló apenas cuando sintió los labios ajenos recorrer su cuello. Jimin solo se estaba dejando invadir de las sensaciones mientras exponía más piel para el deleite del alfa. Pronto sintió el peso de un cuerpo sobre el propio y tuvo la necesidad de confesarse – jamás he estado con alguien.

Las caricias cesaron, obteniendo una mirada con destellos dorados, el ceño fruncido y un ladeo de cabeza, Jimin se encogió en su sitio un poco avergonzado de la situación. No podía evitar sentirse de esa manera, pues, aunque parecía un omega coqueto, bastante conocedor en aspectos sexuales, simplemente era una fachada porque nunca había dejado que alguien más profanara su piel. Ninguna caricia, beso o gesto insinuador le provocaba algo, no como lo estaba haciendo Yoongi.

— ¿A qué te refieres? ¿Acaso tú? – Jimin asintió avergonzado, cubriéndose el rostro —, pero incluso te he escuchado tener conversaciones con Seokjin. Es más, puedo apostar que el causante del aspecto de Jungkook en el elevador fue provocado por tus consejos para que Taehyung hiciera quién sabe qué cosas.

— Es conocimiento nada más – abultó sus labios desviando la mirada, sacándole una sonrisa al alfa que estaba sobre él, quien se aprovechó del momento, dejando caer más su cuerpo, logrando fricción, sacándole un jadeo – ¿Qué haces?

— Nada, solo tomo nota de ciertas cosas – murmuró mientras volvía a hacerlo, sacándole un jadeo más alto, Jimin se sostuvo de los brazos contrarios, arqueando un poco su espalda, buscando más contacto. Diosa, solo era simple fricción con su entrepierna, algo que muchos habían hecho antes, más esto era diferente porque podía percibir la corriente eléctrica viajar desde esa zona hasta hacerle cosquillear la punta del pelo —. Pensé que tus reacciones hacia mí eran por ser tu alfa, pero ahora veo que es por algo más.

Quizá si no estuvieran en un momento tan incorrecto, Jimin habría sucumbido ante los encantos del alfa, o bien pudo haber sido el sonido del teléfono de Yoongi el culpable para romper su aura de coqueteos subidos de tono. Con un gruñido molesto, el alfa tomó el aparato, frunciendo su ceño, mas no esperando en contestar al llamado.

— ¿Qué sucede? – cuestionó de manera hosca mientras se ponía de pie, dejando a Jimin sobre la cama buscando su poca estabilidad, la cual estuvo al límite de salir por la ventana de la habitación a manera de sonidos indecorosos —. Namjoon-ah, habla más despacio, no comprendo lo que dices – un gruñido alto lo hizo quitar el aparato de su oído, seguido del arrebato del alfa del otro lado de la línea comenzó a mencionar lo que sucedía. Yoongi pasó de la molestia a sorprenderse por lo que estaba escuchando – joder, de acuerdo. Iremos ahora, quizá el estar con Jimin ayude – con cansancio frotó sus sienes, incrédulo de lo que sucedía, guardando su teléfono de nuevo en el bolsillo.

— Yoongi hyung ¿Qué sucede? ¿Es Jungkook? – interrogó Jimin mientras comenzaba a arrastrarse fuera de la cama hasta llegar a la orilla de esta esperando una respuesta.

— No, se trata de Seokjin, parece que no se encuentra bien. Namjoon está tratando de controlar a Jungkook, pero el tener mal a su omega no lo deja pensar claramente y...

— Esto es mi culpa, no debí dejarlo solo.

— Jiminie, no tienes que culparte por algo, así – se acercó de nuevo hasta donde se encontraba y lo tomó de las mejillas, dejando un beso en su frente – será mejor que vayamos con él ahora. Todo estará bien, ¿confías en mí?

El omega abultó sus labios y asintió lentamente, recibiendo un beso en sus labios, uno que le dejó un cosquilleo latente.    

— Joven Jeon, necesitamos que nos dé toda la información que tenga al respecto.

Jungkook bufó desesperado por salir de esa habitación en la cual lo habían encerrado mientras los oficiales hacían todo lo posible por levantar un operativo rápido. Todos eran enviados por el mismo Consejo Supremo, al parecer sí era de ayuda que su abuelo tuviese contactos con personas de ese rango, pues bastó una simple llamada exigiendo que actuara de una u otra manera para que un equipo especial apareciera en el hotel, donde se hospedarían mientras durara el rescate.

— Kang quiere que lleve al cachorro a esta dirección – extendió un papel con una letra desprolija, algo que apenas logró hacer cuando el alfa le llamó para indicarle que cambiaría por segunda vez la locación del intercambio – Sabe que lo están buscando, así que...

— Espera que vaya solo, como cualquier basura cobarde – interrumpió el alfa frente a él, observando al menor tensar su mandíbula mientras asentía – bien, ¿en dónde está el cachorro?

— ¡No existe! – Jungkook se puso de pie, sorprendiendo al mayor, quien casi muestra su cuello al sentir la jerarquía pura —. Ese cachorro no nació, no sé por qué hace esto después de tantos años. Hizo sufrir a mi omega y ahora lo único que quiere es que le entreguemos algo que él mismo destruyó, ni porque estuviese vivo se lo entregaría.

— Joven, guarde la compostura. Con esto no logra nada.

— Quiero que pague por lo que hizo y lo que está haciendo – Jungkook se enderezó de una manera amenazante —, y si es posible hacerlo yo mismo.

— Haremos todo lo posible para tener un rescate seguro de su omega, joven Jeon – agregó el oficial frente a él, haciéndolo suspirar cansado. Estaba totalmente exhausto, sus energías disminuían con las horas, pero la adrenalina lo mantenía de pie, eso y que su lobo se aferraba a no desfallecer hasta encontrar a Taehyung.

Un gruñido hizo estremecer de más al oficial, por dentro su lobo mostraba respeto ante el lobo contrario, quien no estaba haciendo nada más que mostrarse de una forma sutil, pero al mismo tiempo efectiva para hacerlo temblar.

El sonido de la puerta los sacó a ambos de su batalla de miradas, una donde el rubí hacía destellos amenazadores hacia la persona frente a él. Un adelante fue murmurado entre dientes para dejar ver a otro oficial, quien informó que todo estaba preparado para el momento en el que se hiciera el primer movimiento por parte de Kang y así llegar al lugar de manera segura. El objetivo era no levantar sospechas, tenían un perímetro marcado como los posibles puntos de reunión si en dado caso volvía a cambiar de sitio. Todo estaba asegurado, listos para actuar.

Según la llamada de Kang, debía llegar a una zona donde parecía estar desolada, algo muy conveniente para que cualquier cosa que ocurriera quedase impune, incluso el reporte mencionaba que era campo abierto, sin oportunidad a ocultarse o bien crear una barrera de contención. La conversación entre los oficiales siguió, desesperando a Jungkook cuando no escuchaba más que excusas sobre cómo actuarían.

— Joven Jeon, debo retirarme. Si en caso recibe una llamada, por favor díganos.

Ni siquiera se molestó en contestar, quedándose solo en aquella habitación. Con un suspiro largo se tumbó sobre la cama, intentando comunicarse con Taehyung por medio del lazo, no obteniendo respuesta, ni siquiera un cosquilleo, eso le provocó que sus lágrimas se acumularan en sus ojos. No quería pensar en lo peor.

— Tae, ¿Dónde estás? Solo necesito un pequeño llamado para salir corriendo hacia ti, amor. Por favor...

Intentó prestar atención a cualquier cosa que distrajera su mente, mas esta le jugaba sucio constantemente porque simplemente todo le recordaba a Taehyung, su lobo seguía aullando llamando a su omega, pero no obtuvo nada, era como si el mismo bloqueara el lazo. Sabía que sus emociones no se estaban transmitiendo porque podía percibir cómo regresaban a él, cayendo en un vacío. Desesperado por acallar un poco la angustia, se puso de pie, caminó hasta el minibar, observando con detalle todas las botellas de licor, tomando tres de ellas. No debería hacer lo que estaba pensando, mas la situación lo sobrepasaba.

El alcohol jamás fue su mejor amigo, pero necesitaba relajarse y beber un poco, siempre le producía un estado de sedación, el problema no era que le afectara de forma negativa, sino más bien que su lobo asimilaba de manera más rápida la bebida en su organismo, así que nunca lograba estar en un estado de embriaguez prolongado.

El líquido apenas rozó sus labios, fue una mínima gota, su nariz olfateó el aroma del líquido color caramelo provocándole náuseas al instante. Sin embargo, retuvo la respiración y lo bebió de golpe, la bebida ni siquiera alcanzó a llegar al final de su estómago cuando lanzó a un lado la botella, fuera de su alcance, llegando apenas al baño de la habitación, vaciando todo o lo poco que contenía en su interior.

— ¿Qué está pasando? – apenas murmuró con la voz rota una vez pasó todo, sentado en el frío suelo del cuarto de baño, se recostó contra la pared frente al retrete, jaló de la cadena para que el agua se llevara su triste intento de sedación y frotó su rostro con desesperación. Le dolía la cabeza, el abdomen, como si le hubieran propinado un buen golpe en el lugar, sentía débil el cuerpo siendo víctima de leves temblores y por sobre todo su corazón no dejaba de doler —. Por favor dime que esto no es una especie de infarto, al menos déjame verlo una última vez – habló a la nada, llevando sus manos a su rostro, presionando las sienes, cerrando con demasiada fuerza sus ojos, siendo sorprendido al instante con la imagen de un lobo blanco.

Sus ojos se abrieron con sorpresa intentando comprender lo que eso significaba, se estaba volviendo loco definitivamente eso debía ser y la locura de un distanciamiento así lo hacía ver cosas. Joder, solo quería tener a Taehyung a su lado, deseaba poder olfatear su esencia dulce intensa, regresar en el tiempo a aquella mañana donde trató de convencerlo por última vez de no viajar a Jeju y detenerlo, aunque sonara egoísta.

Jungkook sacó su teléfono para entrar a la galería de fotos, donde tenía demasiadas imágenes de su adorado omega, la yema de su dedo se deslizó sobre la pantalla intentando traspasar el cristal para sentir de nuevo la suave piel de las mejillas de Taehyung. Llegó a la última fotografía, donde el omega se encontraba dormido abrazando su almohada, esa mañana parecía tan lejana ahora.

Se levantó de golpe al ver que la pantalla volvía a iluminarse con el nombre de su omega como llamada entrante, no pudo evitar quejarse cuando el mundo le dio vueltas, aun así, contestó con rapidez.

— Jeon – normalmente siempre era él quien hablaba primero, mas ahora parecía que Kang era quien demandaría lo que quería en la llamada.

— Kang – dijo a secas sintiendo cómo su lobo se ponía en alerta.

— Hay alguien que quiere saludar – Jungkook se tensó, trago duro esperando que elaborara más aquello, el sonido del teléfono pasando de una mano a otra le hizo erizar la piel para luego sentir cómo casi se pierde a sí mismo – Alfa... — se escuchaba con la voz rota, como si tuviese miedo de algo – estamos bien alfa...

— Luna...

— Lo que prometí está hecho. Te dije que, podrías hablar con él antes de encontrarnos para asegurarte – interrumpió Kang pareciéndole suficiente con aquellas palabras que apenas murmuró el omega que tenía frente a él, con los ojos tintados en azul, algo que hizo ni bien había mencionado que iba a poder hablar con su alfa. Un gruñido por parte de Jungkook lo hizo reír —. Como escuchaste está a salvo y vivo, que es lo que te importa. Ahora haremos esto – hizo una pausa, haciendo que los sentidos del menor se activaran al escuchar el sonido de una puerta siendo cerrada – el intercambio será sin policías, militares o servicios especiales, no metamos algo como eso en algo familiar, podemos asustar al cachorro ¿de acuerdo?

La llamada fue cortada sin esperar respuesta, no era para saber su opinión, era una especie de ¿orden?, para acatar sus instrucciones, Jungkook pudo sentir su cuerpo temblando de nuevo, mas no por sentirse morir de nuevo, no, esta vez era por la ira que lo invadía. Su respiración comenzó a ser errática, abrió la puerta con tanta fuerza que rompió el pomo de la misma, sabía que su lobo estaba tomando control de su cuerpo y esta vez no lo reprimiría.

Jamás se había sentido con tanta necesidad de ver a alguien morir frente a sus ojos o al menos verlo suplicar piedad, algo que por supuesto no iba a tener con el alfa que había osado a hacer aquella atrocidad. Guiado por su propia ira, sus ojos se tintaron totalmente de rubí, sus músculos estaban tensos, el lobo en su interior aullando por salir. Sin mas se dirigió hasta donde se encontraban los oficiales, obteniendo más de una mirada de miedo del resto de personas.

— ¡Kang acaba de llamar usando a mi omega como amenaza! – exclamó con un tono de voz más bajo, rasgando al borde de una voz de mando, estampando el teléfono sobre la mesa donde estaban los planos del terreno – ¿Qué piensa hacer su equipo? ¿Tienen un plan? – ver la falta de respuesta del alfa lo hizo enojar más – ¡tiene a mi omega y ustedes no hacen nada!

— Joven Jeon...

— ¡No me diga que me tranquilice, quiero que actúe! – gruño alto, mostrando los colmillos; Jungkook lo tomó de la ropa, alzándolo sin problema para tener el rostro impasible del contrario más de cerca.

— Tenemos un plan para llevarlo hasta el lugar y hacer el "intercambio".

— ¿Qué estamos esperando entonces?

El alfa soltó al oficial de manera brusca, esperando una respuesta para no descontrolarse, el oficial frente a él simplemente dio una orden para que su equipo se dirigiera a los vehículos, indicándole a Jungkook que avanzaran juntos hacia la salida del hotel. El menor bufó bajo avanzando lo más rápido que pudo.

— Jungkook – la voz de Yoongi lo detuvo, dejándole a la vista a su hyung quien lo veía de manera preocupada mientras se iba acercando. Yoongi sintió su cuerpo estremecerse al ver el rojo en los ojos ajenos, sin embargo, eso no lo detuvo de preguntar – ¿A dónde vas?

— Kang, llamó – se limitó a mencionar, notando el desconcierto en el rostro pálido de Yoongi.

— Iré contigo.

— No, hyung. Quédate con Jimin hyung puedo solo – Yoongi gruñó bajo, exasperado por la actitud del menor y sobre todo porque la situación se estaba saliendo de control. Lo tomó de los hombros y lo encaró.

— Jimin está con Seokjin, mientras Namjoon busca un doctor – el menor abrió los ojos en sorpresa al no comprender lo que sucedía – parece que se estuvo sintiendo muy mal y no quiso preocupar a nadie hasta ahora. Yo no te dejaré solo, sea cual sea la locura que pienses hacer.

— Joven Jeon, no tenemos mucho tiempo.

El menor asintió en respuesta y ambos comenzaron a avanzar hacia la salida donde varios vehículos los esperaban, el cielo parecía triste en vez de un hermoso ocaso lleno de matices rosas y una luz tenue que despedía al gran gigante del día. La brisa fresca lo hizo detenerse unos segundos para aspirar el aire en un último intento de obtener consuelo en su alma, cerró sus ojos, mas lo único que obtuvo fue de nuevo la imagen del lobo blanco de Taehyung, puesto en reposo.

¿Por qué estaba, así como si temiera por algo? ¿Por qué no había mutado como la última vez que estuvieron enfrentados a ese alfa? Sabía que el omega llevaba algunos días un tanto ausente, pero no esperaba que a tal punto de ponerse en reposo. Su mente le jugó mal en un pensamiento oscuro, llevándolo al recuerdo de su madre diciendo que su lobo estaba dormido, siendo esa la razón para no percibir su aroma. Como si estuviera enfermo sin darse cuenta.

No, no, no.

Sin esperar más se subió al auto, ignorando las preguntas de su hyung, quien no dejaba de interrogar qué ocurría, pero Jungkook solo tenía una sensación que le apresaba el pecho.

Estamos bien alfa...

Aún tenía grabadas aquellas palabras que escuchó. Jamás lo había escuchado tan angustiado por decir algo, como si quisiera asegurarle que todo estaba bien a pesar de los momentos difíciles que estaban viviendo, solo esperaba que Kang no cometiera una locura frente a él porque no se controlaría, incluso dudaba que una vez llegado al lugar no se descontrolara para salir al encuentro de su omega.

El malestar se había acentuado en su cuerpo, como una presión extraña en su pecho, su lobo estaba un tanto distante haciéndole imposible comunicarse por su lazo con Jungkook, sabía que algo le sucedía, lo podía percibir como si en su propia carne lo estuviera padeciendo, quizá era el producto de la situación. Su lobo quería estar ausente, buscó estar de esa manera.

La incomodidad en su piel lo hizo gruñir, regresando la mirada hacia quien buscaba causarle mayor malestar del que ya era víctima. Su muñeca se sentía pesada, su lobo pareció encogerse en su interior, tensándole el cuerpo, sintiendo como si el animal buscara ser lo menos perceptible que le era posible, contrayendo su abdomen.

— ¿Te lastima?

Era una pregunta un tanto innecesaria viniendo del alfa frente a él, pues, aunque le dijera que le dolía algo, este simplemente buscaría causarle más incomodidad, así que su mejor respuesta era no responder. Decir que sí haría que ajustara más la cadena a su muñeca con tal de verlo quejarse y el mencionar que no le dolía solo lo haría peor porque Doyung se encargaría que entonces doliera mucho más. El silencio siempre fue su mejor aliado frente a él, pues mantenía a raya los impulsos primitivos del alfa.

— Es de plata, así que como sabrás, esto mantendrá a raya tu lobo, queremos algo pacífico, no queremos asustar al cachorro – el escozor que mantuvo en su tobillo, ahora pasaba a su muñeca y estaba seguro de que el calor del metal le estaba haciendo sentirse aún más enfermo.

— Doyung, estás cometiendo un error.

— El único error que veo aquí eres tú – gruñó bajo, sacando sus colmillos para intimidar a Taehyung, mas no obtuvo nada ¿Quién era ese que ni siquiera lo veía con una pizca de miedo? – ¿No tienes miedo? – nada, ni una sola respuesta —. Te quitaré lo único que posiblemente te mantuvo cuerdo y no lo volverás a ver. Aun así, eres tan indiferente, ¿a quién quieres engañar? Porque a mí no.

— Eres un imbécil – Kang lo tomó del cabello, sacándole un jadeo y un siseó al sentir cómo sus dedos se enrollaban entre las hebras rubias —. Jamás escuchas nada que no sea tu estúpida voz. Si tan solo prestaras atención sabrías que...

Otro tirón de cabello fue suficiente para hacerlo callar, Taehyung quería que su lobo se encargara del alfa, pero parecía que el animal no lo haría, esta vez no sería así, ¿esto se trataba acaso de una especie de prueba? ¿Tendría que ser fuerte por él mismo? Su mirada viajó hasta el rostro de Doyung quien aún tenía una línea rosada donde le había propinado aquel golpe para alejarlo de él.

— No me colmes la paciencia, no cuando tu alfa ya está en camino para entregar lo que tú tanto te niegas en darme. Eso es lo que te ganas por confiar en un alfa. Jeon jamás se habría hecho cargo de un cachorro que no es suyo porque está más que dispuesto a entregarlo. Al menos ahora se deshará de uno de los estorbos – susurró en su oído, causándole una sensación nauseabunda el solo tenerlo tan cerca, escuchando aquella voz de mando en el fondo del tono que utilizaba —. Ahora vamos a dar un paseo lobito.

Con un empujón, un poco más brusco de lo necesario, lo hizo avanzar, saliendo por fin de aquella habitación, atravesando un pasillo angosto con dirección hacia la salida. Parecía un horrible déjà vu cuando la proporción del lugar le recordó su estadía en aquella cabaña en Canadá, haciendo que sus pasos fueran más lentos de lo que el alfa le gustaría.

Doyung se adelantó unos cuantos pasos frente a él, jalando la cadena que estaba inmovilizando una de sus muñecas, como si se tratara de un perro o bien la representación gráfica de su vida con aquel alfa. Siempre detrás, encadenado y forzado a seguir órdenes.

Ser sumiso, obediente, no hablar y mantenerse a la distancia sería su antiguo mantra para mantenerse a salvo, ahora era simplemente para no perder la compostura, pues Doyung lo estaba llevando hacia Jungkook, su alfa. Joder, lo extrañaba tanto, demasiado, a decir verdad. El solo hecho de saber que pronto estaría de nuevo con él le provocó un nudo en la garganta, no pudiendo controlar el sollozo bajo que salió de sus labios.

— Sabes, antes odiaba escucharte llorar. Durante los meses que me obligaron a llevarte conmigo, pasabas haciéndolo cada noche, jamás pregunté el por qué...

— Nunca te importó lo que me pasaba – murmuró con voz temblorosa, reteniendo sus lágrimas – si lo hubieses hecho yo no hubiera... — se interrumpió a sí mismo cuando el peso de la muerte de su cachorro le hizo comprender que, de no ser por eso, seguiría atado a ese hombre. Doyung sonrió.

— Después de un tiempo comprendí que fue por ese cachorro, que irónico que, lo que tanto protegiste, ahora te haga sufrir de nuevo.

Taehyung no respondió a la provocación, simplemente se limitó a desviar la vista. Esperando que la puerta de esa casa fuera abierta. El alfa no perdió más tiempo, enrolló el resto de cadena en su mano haciendo que el omega se acercara hasta él para salir lo más pegados posible.

— Sin movimientos estúpidos – murmuró una vez, lo tuvo lo suficientemente cerca como para que Taehyung se estremeciera por sentir algo presionando su costado – no queremos tragedias, solo será una reunión de familia muy emotiva. Ahora avanza despacio hasta el auto, abre la puerta y métete.

La brisa fresca le hizo estremecer, aspirar aire del exterior le hizo saborear un poco de su libertad, el atardecer estaba por dar su última luz y su anhelo por correr hacia los brazos de su alfa lo invadieron tanto que sus pasos simplemente lo guiaron con rapidez hacia la camioneta negra que esperaba por ellos. Con un leve temblor en sus manos abrió la puerta, metiéndose de inmediato en el interior, sintiendo la cadena caer en su regazo para seguido sobresaltarse por el estruendo de la puerta. La curiosidad lo invadió e intentó abrirla de nuevo, pero como era de esperarse.

Cerrada.

— Oh, no creerás que las viejas costumbres se pierden de la noche a la mañana, ¿cierto? – murmuró Doyung a su lado mientras encendía el motor.

Por supuesto que no se quitaban las viejas costumbres. Doyung siempre colocaba un seguro en la puerta, ese que no le permitía abrir las puertas desde el interior, solo la del piloto estaba libre y el alfa siempre era tan ágil para colocar seguro cada que salía que nunca se le dio la oportunidad de intentar escapar por el lado del piloto. Era tan cuidadoso en escoger los autos con sistemas donde se bloqueaban todas las puertas con un simple botón que en muchas ocasiones le aterraba subir de nuevo a esos espacios porque podría dejarlo encerrado ahí sin una pizca de remordimiento.

Su vista se quedó fija en la ventana a su lado, llevando su mano hacia su marca y abrazó su abdomen, aun sintiéndolo tenso, con la yema de sus dedos acarició la cicatriz de su lazo, causándole cosquillas por la sensibilidad que tenía la piel.

Alfa... Jungkook

Sus ojos se cerraron teniendo en mente solo el leve susurro del llamado, sintiendo por fin una emoción ajena, era ¿preocupación?, sí, se trataba de algo que no le pertenecía. Se aferró hacia ese sentimiento como un hilo invisible en la oscuridad, obteniendo por fin una respuesta más firme, su lobo estaba abriendo paso también para comunicarse.

Luna...

Alfa...

Unas lágrimas traviesas rodaron por sus mejillas al emocionarse por todo lo que estaba percibiendo a través del lazo, estaba bien, eso era lo principal. No dejaba de comunicar aquello una y otra vez.

¿Están bien?

Estoy bien...

Era extraño que hablara en plural, pero no le pareció tan descabellado sabiendo que eran dos partes las que estaban alejadas de su alfa. Un bufido a su lado lo hizo abrir los ojos, borrando la sonrisa que se había instalado en sus labios de manera inconsciente, regresando la mirada hacia el alfa que parecía disgustado. El aire no tardó en golpear su rostro.

— Eres tan molesto cuando haces eso de expulsar tu esencia intensa – gruñó Doyung, mientras arrugaba su nariz — ¿Es imaginación mía o se volvió más empalagosa de lo normal? No me sorprendería que ahora hagas este tipo de cosas, siempre fuiste así de descarado tratando de atraer a los alfas con tu fragancia cítrica con frutos rojos ¿Jeon te deja hacer eso? ¿Sabe que eres así de fácil como para hacer que todos perciban tu olor?

Sus dientes intervinieron para no hablar, no quería causar que Doyung detuviera el auto para que ya no lo llevara con Jungkook. Pareció que aquella manera de reaccionar le agradaba más a Kang, definitivamente las viejas costumbres en ese hombre no cambiaban. Solo debía resistir un poco más, pronto estaría con su alfa que no dejaba de llamarlo a través del lazo al haber interrumpido su comunicación.

Pronto estaré contigo alfa. Solo un poco más.

El paisaje se convirtió en algo más natural, alejado de cualquier indicio de civilización cercana, llegando a un área libre donde simplemente se encontraba una camioneta negra de la cual vio bajar a Jungkook, ni bien el auto en el que ellos iban lo tuvo a la vista, provocándole una emoción desbordante. El lazo no era suficiente para soportar todas las emociones, alivio, enojo, amor, tristeza, nostalgia, felicidad y angustia.

El plan era algo bastante simple, Jungkook esperaría la llegada de Taehyung, harían un intercambio el cual constaba en un engaño, dentro de la propia camioneta donde estaba el alfa se encontraba Yoongi junto con uno de los agentes especiales. Su hyung había insistido en ir con él para evitar que hiciera una locura, pero nadie pudo evitar que Jeon Jungkook saliera sin esperar más, no cuando lo podía escuchar, lo sentía en su propia piel cosquillándole para hacerlo llegar hasta él.

Alfa. Alfa. Jungkook

Su lobo pidió por tomar el control de su cuerpo al impacientarse, esperando poder ver a su omega, sabía que estaba ahí, pero lo volvía loco el no saber si se encontraba bien, aunque el mismo omega se lo repitiera una y otra vez. Lo tenía que ver con sus propios ojos, debía sentir el calor de su piel contra la suya para saber que su propio cielo se encontraba con vida o él comenzaría a morir en la infinidad de la desesperación ante un universo vacío sin su existencia.

— Parece que alguien está ansioso – dijo en voz baja el alfa mientras detenía el auto, no perdiendo tiempo en salir del mismo y rodearlo para abrirle la puerta, tomando la cadena entre sus manos de nuevo, de la misma manera en como salieron de aquella casa – no hagas nada estúpido. Recuerda, queremos un intercambio tranquilo.

Los destellos azules en los ojos del omega le hicieron mostrarle los dientes para que obedeciera de cierta manera, mas no obtuvo lo que quiso porque Taehyung en ningún momento tembló ante su gruñido. Si era miedo u obediencia, lo que buscaba jamás la obtuvo por parte del omega, al contrario, lo único que pudo sentir era la manera como se le revolvía el estómago ante el tono de mando que intentó utilizar el alfa. Sus hombros se tensaron cuando fue sacado de manera brusca del auto, mas todo aquello se quedó estancado en el momento que a sus fosas nasales llegó esa esencia.

El lobo en él se sintió eufórico al poder percibir así de cerca de nuevo a su alfa, aunque el propio aroma de Jungkook se sintiera de una manera un tanto desagradable. Olía a enojo, algo que hacía que el olor a tierra mojada pareciera mas como lodo pantanoso, la esencia a madera picaba en su nariz, sin embargo, el arce lo seguía sintiendo como una caricia, dulce, quizá con un atisbo ácido, pero seguía siendo dulce.

— ¡Kang! – llamó la atención Jungkook, impacientándose al ver que su omega seguía al lado de aquel alfa, moviéndose lentamente, crispándole los nervios, pensando que lo estaba amenazando. ¿Estás bien?, el movimiento de un asentimiento leve fue su respuesta.

— Jeon, tan impaciente como siempre – alzó la voz Doyung mientras avanzaba a paso lento con Taehyung frente a él, como si fuera un escudo, cuando realmente lo que escondía era el arma picándole las costillas —. Creí que ese cerebro tuyo también funcionaba de manera fría en este tipo de situaciones – un gruñido con todo y colmillos fue su respuesta, Kang fue testigo del rubí en la mirada contraria, sintiéndose en desventaja por algunos segundos hasta que Taehyung se quejó bajo —. Por favor seamos civilizados ¿Dónde está el cachorro?

— Primero suelta a Taehyung.

— No soy estúpido Jeon, si hago eso no obtendré lo que quiero.

— De todas formas, no lo tendrás – dijo entre dientes, sintiendo sus músculos, tensándose, lo sentía, vaya, si no podría percibir a su lobo pidiendo salir para arrancarle la garganta y borrarle aquella sonrisa del rostro.

— El cachorro Jeon.

— No hay ningún cachorro Kang, no existe – alzó la voz Jungkook dando unos pasos más hacia el frente, deteniéndose abruptamente cuando vio un arma demasiado cerca de la cabeza de Taehyung, quien trataba de removerse del agarre en su vientre, sus ojos viajaron ahí sacando sus colmillos.

— Porque siguen insistiendo en esa mentira que no existe el cachorro.

— Es la verdad – murmuró Taehyung aun intentando soltarse, ahora más desesperado por correr hacia Jungkook, pronto el sonido de la carga de un arma se escuchó.

— ¡Alto! ¡Baje el arma! – aquel grito provino desde la puerta trasera de la camioneta donde había salido Jungkook —. Suelte al omega.

— ¡Jungkook! – la voz de su hyung casi lo despistó, pero su vista siguió puesta en su omega —. No hagas una locura.

El gruñido alto por parte de Kang se hizo escuchar junto con la carga en todas las armas que apuntaba hacia él, esperando que hiciera un movimiento en falso. Los agentes solo buscaban el momento preciso para hacerlo doblegarse, mas les era imposible si había dos objetivos en peligro.

— Pensé que serías un hombre de palabra y vendrías solo.

Suelta a mi omega – un pitido se instaló en los oídos de Kang, había sido expuesto a dos tipos de voces diferentes, pero esta, esa voz era un alfa superior en su jerarquía, su lobo gruñó intentando no obedecer aquella orden y al contrario de lo que se le pidió se abrazó mucho más al cuerpo contrario

Un disparo fue suficiente para hacerlo salir de aquella nebulosa con la que tanto luchó. Sin embargo, el panorama no era para nada alentador, no cuando lo que buscaron hacer con aquel tiro fue intentar que bajara el arma, una que no dudó también él en descargar una bala del cañón hacia Jungkook, quien había avanzado unos cuantos pasos, deteniéndolo al fin.

Se sentía asfixiado por las feromonas que lo intentaban doblegar, su nariz ardía amenazando con hacerlo sangrar, sus pulmones exigían un poco de oxígeno del cual se le estaba privando. El quejido del omega entre sus brazos no lo detuvo de acercar el cañón humeante cerca de Taehyung.

¿En qué momento lo habían rodeado?, ni siquiera se dio cuenta, no había ningún aroma alrededor que no fuera el de Jungkook y el del omega que no dejaba de moverse a quien decidió aprisionar más, dando movimientos bruscos cada que intentaba buscar una salida rápida, viéndose totalmente rodeado.

— Baje el arma, no lo repetiremos.

— Este omega es mío – Jungkook dio un paso más cerca y Kang no dudó en apuntar hacia él quitando por fin la atención del omega.

Amor, cambia... Cambia tú puedes.

Taehyung se removió inquieto al sentir cómo era rodeado por el brazo del alfa en su cintura, apretando ahí, haciéndolo sentir nervioso. Escuchaba a su alfa, pero no podía responderle, no cuando la respiración que sentía en el cuello le causaba repudio.

— Si lo que dicen es verdad. Entonces me temo que es una pena que perdieras el tiempo en venir hasta aquí. Tendremos que hacer uno nuevo, entonces – dijo entre dientes conteniendo el ardor en sus pulmones, no doblegándose y al contrario provocando más Jungkook cuando lamió el cuello en la marca. Una sensación de ardor se extendió por la piel de ambos, un efecto del mismo lazo al no aceptar el contacto de alguien más —, pero primero debemos deshacernos de esta fea marca tuya.

¡No! – sollozó el omega intentando zafarse del agarre que amagó intentar dejarlo a merced de los dientes de Doyung – alfa...

Calor. Fue lo último que pudo percibir Jungkook antes de ver negro para el siguiente segundo aspirar una enorme bocanada de aire. Ahí... estaba justo ahí.

Su lobo no lo toleró más, tomando totalmente el control de su cuerpo, expulsando sus feromonas de una manera intensa, anticipando el cambio, Kang simplemente se sentía asfixiado con el aire pesado que comenzó a rodearlo. Ni siquiera se percató cuando de aquel hombre que tenía frente a él surgió un lobo negro, imponente, gruñéndole alto, haciéndolo doblegarse. Su nariz comenzó a arder, sus pulmones quemaban al no obtener suficiente oxígeno, ¿eso era lo que causaba un puro?

El lobo se acercó con una sola visión, ver más de ese líquido carmín salir del cuerpo del alfa que estaba osando a amenazar a su omega, quien comenzó a removerse entre el débil agarre de Doyung.

Las lágrimas enormes que resbalaban por las mejillas de Taehyung le hicieron saber que algo ocurría. Jungkook había logrado tener mayor conexión con su lobo, se mantenía despierto mientras era el animal quien controlaba su cuerpo, por eso seguía insistiendo en pedir a su omega que cambiara. Por favor, mi luna cambia. ¿Por qué no cambiaba?, su propio lobo gruñó para acallarlo, dejándolo desconcertado.

Doyung intentó esconderse de la manera más cobarde, algo que a Taehyung no le sorprendió, sabía la bajeza del alfa al exponerlo frente a Jungkook, quien se contuvo por algunos segundos de seguir avanzando. Sin embargo, el omega no se rindió en buscar una manera de liberarse y salir corriendo hacia quien lo llamaba de manera insistente; viendo la oportunidad, cuando Kang se colocó de nuevo detrás de él.

Omega. Ven.

— No lo dejaré ir hasta que tenga un cachorro mío y si para eso tengo que borrar tu estúpida marca lo haré.

Se acercó lo suficiente al cuello de Taehyung, haciendo oportuno el momento para que el omega le propinara un golpe con su cabeza con toda su fuerza, otro golpe más para sacarle el aire y así por fin ser liberado de su agarre. El omega simplemente comenzó a correr fuera del alcance de Doyung estando a escasos pasos de refugiarse en la imponente figura de su alfa, quien rápidamente se apresuró en su encuentro sin quitar la vista de su segundo objetivo.

— ¡Alfa! – Taehyung sentía que las piernas no le daban para más, aun así, no dejó de avanzar, al igual que el lobo quien se interpuso en su camino en un movimiento rápido, colocándose entre él y Doyung.

Taehyung simplemente se había paralizado ante el estruendo de un gruñido alto, un disparo que nunca llegó a él, sino al lobo que se interpuso entre el peligro inminente que representaba Kang Doyung. Pudo sentir que las rodillas le fallaron, temblando al no saber si Jungkook se encontraba bien, pero el lobo negro no se veía turbado por el impacto. Al contrario, estaba en una posición de ataque.

El pelaje oscuro del lobo se crispó, expulsando más de sus feromonas, estaba más que enojado, fúrico, era poco a todo lo que estaba sintiendo y Taehyung se sentía perdido porque Jungkook había cerrado el lazo para que no percibiera todas sus emociones negativas.

Jungkook jamás había utilizado su poder o jerarquía, pero vaya, si no estaba disfrutando de ver a Kang arrodillado en el suelo, tosiendo sangre, proveniente de sus pulmones colapsando, cuando por fin lo tuvo doblegado simplemente con su esencia. Se acercó, dejando a Taehyung congelado, anclado al suelo, detrás de él, el tintineo de la cadena que rodeaba su muñeca alertó al alfa, quien fue testigo de lo que quería Kang.

Dos simples zancadas bastaron para ahora estar encima del cuerpo de Kang, controlando sus movimientos con su pata, sus colmillos picaban por destrozar aquella garganta, el cuello frente a él, exponiéndose en sumisión ante su jerarquía. Sangre brotando de las fosas nasales junto con el rastro de otro poco en la comisura de la boca de Doyung hizo oscurecer más su mirada . Su aliento caliente hizo erizar la piel ajena. Pero los ojos con destellos dorados del otro alfa no mostraban arrepentimiento.

— ¡Mátame, Jeon! No serás mejor que yo por hacerlo – un gruñido fuerte salió del lobo, ahora sí, sintiendo la humedad del hocico rodeando su cuello, junto con un enorme nudo estrujándole la garganta.

— ¡Jungkook! ¡Alfa! – la voz de Taehyung lo detuvo a milímetros de desgarrar la carne —, por favor alfa... — era una súplica cargada de emociones. Joder, él haría cualquier cosa por su omega, incluso hacer que el brillo de vida en los ojos de Kang dejara de existir con solo que se lo pidiera. Él obedecería cada orden, cada mandato. Incluso si lo que pedía era que le tuviera piedad a quien le causó tanto daño, lo haría, aceptaría —. No lo hagas, sé que no eres así.

— H-hazle caso a tu omega, Jeon – tosió apenas Kang – vuélvete igual de patético. Un alfa puro doblegado por un omega.

— Alfa, no aquí. No, así.

El alfa desvió ligeramente la vista de Kang al escuchar así de angustiado a su omega, quien seguía abrazándose a sí mismo. El brillo azul en los ojos de este, siendo un recordatorio de lo que ambos sabían. Joder. Sería demasiado por soportar, en un solo día.

— Patético – murmuró Kang, muy apenas sacando su voz, pues sus pulmones no tenían más oxígeno. Sin embargo, fue suficiente para hacer que el lobo negro volcara de nuevo su atención en él.

La voz de este alfa siendo interruptor suficiente para que el lobo gruñera alto, haciendo que Kang ladeara la cabeza, exponiendo más su cuello. Jungkook obtuvo ojos sorprendidos y un brillo lleno de temor al hacer su siguiente movimiento. Sus colmillos se encajaron en la tierna piel, sintiendo el sabor a hierro, el desgarro de la carne junto con el crujido del hueso fue demasiado satisfactorio, seguido de lo único que haría por el momento, tironeando aquella extremidad, lanzándola a un lado ni bien la tuvo en su poder escuchando los gritos de Kang.

Había cumplido con el deseo de su omega, no lo había matado, porque su parte razonable le hizo saber a su instinto que podrían causarle mucho más dolor con aquella ley. Los látigos con puntas de plata harían que más de esos gritos desgarradores se escucharan y por último obtendrían de nuevo aquella visión carmesí emergiendo del cuerpo contrario. Su lobo estuvo de acuerdo, aunque no se contuvo en arañar la cara de Kang cuando por fin lo soltó.

— Alfa... — susurró Taehyung aun sin poder creer lo que pasó frente a él. El lobo regresó la mirada hacia su cuerpo, acercándose a paso lento, con el hocico aun escurriendo con la sangre ajena – Jungkook.

Sus pasos lo guiaron al encuentro del lobo quien daba pasos tambaleantes, sus manos no dudaron en sostener el hocico del animal, quien bajó la cabeza, expulsando el aire en sus pulmones al saber que estaba seguro, tranquilo por ver que se encontraba a salvo. Su nariz viajó hasta el vientre del omega olfateando el lugar hasta que encontró lo que buscaba, dejando ver aquello a Jungkook, quien de inmediato mutó de nuevo.

Quedando de rodillas frente a Taehyung, con la cabeza pegada al vientre de este, su rostro manchado de rojo se alzó buscando los ojos de su omega, quien por fin se reflejó por algunos segundos en azul.

— Están a salvo – murmuró apenas el alfa con la voz ronca, un tanto rota, sintiéndose débil al ser víctima del final del estrés, las pocas horas de sueño junto con la adrenalina de la mutación, agotándolo totalmente – qué hermoso brillas mi Luna.

— Jungkook, ¿Qué pasa? – cuestionó angustiado el omega al verlo desvanecerse poco a poco entre sus brazos con una sonrisa – por favor, no.

Sus ojos viajaban por el cuerpo desnudo de Jungkook, notando la herida de aquel disparo en su hombro izquierdo, sangrando de igual manera, manchando su cuerpo. Se sentía angustiado, no sabía cómo reaccionar, además de estar a la defensiva cuando alguien amagó acercarse, gruñendo de inmediato.

— Joven, por favor, permítanos llevarlo hacia la camioneta para llevar al Joven Jeon a un hospital – sentir el olor del otro alfa en una cantidad mínima lo hizo relajarse un poco, pues así no opacaba el grueso aroma de su alfa. Se frotó un poco contra él, intentando impregnarse de esa esencia, la cual le traía calma.

— Por favor, sálvenlo – murmuró con su labio temblando, aferrándose al cuerpo de Jungkook – está herido, por favor. Alfa.

— Taehyung – la voz de otra persona más invadió el lugar, la reconoció al instante y sintió que no podía más al ver que Yoongi se acercaba a él, quien ni bien estuvo cerca colocó un abrigo sobre el cuerpo desnudo del alfa —. Deja que lleven a Jungkook para poder curar esa herida – el omega asintió, sintiéndose intimidado por algunos segundos al ver que dos personas más invadían su espacio – tranquilo, iremos con él.

Intentaron hacer que el agarre fuerte de Taehyung soltara el cuerpo de Jungkook, pero este se negaba a dejarlo ir. Su lobo aullaba en su interior llamando a su alfa. Acercó su nariz al rostro contrario, la piel fría lo hizo alterarse, no sabía si se debía al aire fresco que los rodeaba o se trataba de otra cosa.

— ¿Jungkook?, alfa, por favor despierta.

— Necesitamos llevarlo al hospital, revisar esa herida y asegurarnos que está bien – murmuró de nuevo el otro alfa, obteniendo dientes amenazadores por parte del omega —, no le haremos daño. Solo déjenos ayudar.

Ni bien el cuerpo de Jungkook fue retirado de su alcance, su lobo aulló más llamando a su alfa, mostrándose en sus ojos en un azul brillante, sorprendiendo a Yoongi por el repentino cambio, sin embargo, eso no lo detuvo de sostenerlo entre sus brazos cuando el omega buscó refugio en él. Taehyung había olfateado a Jimin en el alfa, estaba muy presente en el cuerpo de este, por lo que podía saber que había sido marcado por el omega. Se sentía un poco tranquilo con poder olfatear al otro omega.

Su pecho comenzó a doler, se sentía angustiado por no saber lo que ocurría, su tacto aun teniendo el fantasma del calor del cuerpo de Jungkook. Dolía. Dolía no poder sentirlo cerca, se sentía tan débil, tan solo. Sus músculos perdieron tensión y su visión comenzó a oscurecer mientras intentaba aferrarse a la chaqueta de Yoongi.

— ¿Puedes caminar? – cuestionó Yoongi, el omega iba a responder, pero los gritos de dolor de Doyung lo hicieron paralizarse, ambos regresaron la mirada hacia el alfa, quien se quejaba constantemente por el agarre que tenían los oficiales sobre él. Taehyung casi vomita al ver la carne colgando junto con la sangre, brotando del brazo mutilado. La imagen de su alfa tirando de la extremidad como si fuera cualquier tela vieja le hizo estremecer, la visión de algo desgarrado, ensangrentado, le pareció repulsivo. Ambas partes tanto la unida como la que se encontraba en el suelo mostraban el hueso roto. Toda esa imagen le debilitó las piernas, por suerte Yoongi lo sostuvo a tiempo tomándolo en brazos —. Parece que no, tranquilo, yo te llevaré.

— Alfa...

— ¿Uh?

Yoongi se sintió confundido por lo que había murmurado el omega en sus brazos, estuvo a punto de preguntar por qué lo llamaba así, mas el peso que sintió de pronto en sus brazos le hicieron saber que Taehyung se había desvanecido en su agarre y aquello simplemente fue un llamado hacia Jungkook.

— Señor Min – uno de los oficiales se acercó a él mientras colocaba el cuerpo del omega en la parte trasera de la camioneta de donde se bajó Jungkook —. El joven Jeon ya está siendo trasladado al hospital más cercano, mi jefe pregunta si el omega necesita atención.

— Físicamente, parece que no – murmuró Yoongi al verlo sin un solo rasguño, simplemente manchado de la ropa con la sangre de Jungkook y de Kang —, pero será mejor que lo llevemos al hospital para descartar cualquier posibilidad.

— De acuerdo, informaré de inmediato.

Yoongi subió al auto, encendiendo el motor con un suspiró cansado, aun no sabiendo cómo asimilar la situación. Había visto a Jungkook mutar en un enorme perro negro, el cual casi los asfixia a todos con sus feromonas y de paso desgarró el brazo de aquel alfa sin piedad. Si Taehyung no lo hubiese llamado, quizá lo habría matado. Eso le evocó un recuerdo.

"Haría que ese alfa deje de respirar o bien que se aplique la nueva ley"

Un escalofrío recorrió el cuerpo del alfa al recordar aquellas palabras dichas por Jungkook, definitivamente la jerarquía de un puro era mayor a lo que cualquiera se imaginaba. Posiblemente, le había hecho mucho más daño internamente a Kang de lo que se lograba ver superficialmente porque la sangre que tosía era sinónimo de sus pulmones colapsando.

El sonido de una llamada interrumpió el trayecto silencioso, sabía de quién se trataba, su lobo se lo estaba advirtiendo, así que sin más contestó, no hubo titubeos o dudas cuando deslizó su dedo por la pantalla sin quitar la vista de carretera.

— ¿Yoon?

— Jiminie.

— Joder, estaba muy preocupado por ti. Mi lobo estaba demasiado inquieto, me estaba volviendo loco y yo no podía despegarme de Seokjin hyung.

— ¿Cómo está?

— Namjoon lo trajo al hospital después del chequeo que hizo un doctor en el hotel. No te preocupes, él está bien, pero para descartar cualquier mal prefirió traerlo – Jimin hizo una pausa corta antes de preguntar lo que tanto le estaba asustando – ¿encontraron a Tae?

— Sí – murmuró apenas, su mente aun no terminando de procesar todo lo ocurrido. Casi había visto morir a Jungkook y Taehyung. El hecho de que solamente haya resultado levemente herido le hacía sentir mejor, aunque no terminaba de asimilarlo del todo – Vamos para el hospital.

— ¿Lo hirieron?

— No, pero se desmayó, supongo que fue la impresión.

— ¿Impresión?

— Te lo diré cuando esté allá, ahora voy manejando.

— Y, ¿Jungkook? – el silencio por parte del alfa no le agradó – Yoongi hyung, responde.

— Te lo diré cuando esté en el hospital Jiminie, lo prometo – suspiró, sintiéndose aún más cansado, con sus sentidos entorpecidos por la conmoción, ni él mismo sabía con exactitud cómo explicarse.

— Te estaré esperando alfa...

Apenas fue una murmuración, mas fue suficiente para que Yoongi sintiera un peso extraño instalándose en su pecho. No se acostumbraba que el omega lo llamara así, eso solo le dejaba más en claro que su celo estaba cerca, demasiado próximo como para tenerlo tan sensible, duplicando las sensaciones que podría traerle todo. Miró a través del retrovisor la parte trasera donde se encontraba Taehyung, quien parecía simplemente estar adormecido.

Diosa, esperaba que nada más fuera un buen susto, todo aquello. La imagen de Jungkook con el hombro herido no era algo que le gustaría tener presente y, sin embargo, sí era algo que agradecía. Al menos se tendrían el uno al otro para sobreponerse de todo eso.   

"Parece que por un segundo había olvidado lo bien que se sentía abrazarte, el tocar tu piel"

"Tus ojos dicen todo lo que tus labios no pueden formular para darme consuelo"

"Esta distancia que nos torturó solo me hizo anhelar más tu presencia"

"Tu ausencia me hizo valorar tu presencia y tu presencia me hace ser humilde en tu ausencia para esperar por ti"

"Porque ahora puedo verte a los ojos y sé que esto nunca va a terminar"

"Tú y yo..." 

En estos momentos soy un mar de lágrimas porque no me puedo creer que la historia haya llegado a 300k de vistas, eso es mucho más de lo que jamás imagine. Me llena de mucha nostalgia ver hasta donde ha llegado este hermoso proyecto.

Muchísimas gracias a todos personitas bellas. 

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