XXIX
Ni un solo empleado del lugar le supo dar razón del nuevo gerente, Seokjin decidió que llamaría a la policía por la desaparición de Taehyung, colocando a Kang como primer sospechoso, pues encajaba demasiado con lo que estaba sucediendo. El alfa no le había dado una buena impresión, mucho menos cuando se acercó al abrigo de Taehyung queriendo quitárselo de las manos de manera insistente, su lobo incluso actuó en defensa de su cachorro al verlo con la intención de romper la distancia entre ellos.
Seokjin, después de aquel encuentro desagradable, había decidido descansar en un muy improvisado nido que armó con la ropa impregnada de Namjoon. El cachorro en su vientre apenas comenzaba a moverse y eso le causaba sentirse incómodo en ciertos momentos, pero ahora no había dejado de hacerlo, dándole de vez en cuando una que otra punzada de dolor, eso era algo nuevo, parecía como si se estuviera empujando él mismo para salir. No podía perder la compostura en esos momentos, sin importar cuánto dolía, debía mantener un semblante tranquilo.
Aunque todo tiene un límite y esa última punzada de dolor había sido la suya, provocándole un quejido, el dolor lo hizo doblarse un poco, la vena en su frente se saltó y el color en su rostro comenzó a disminuir. Se sentía solo, asustado, angustiado y con unas gigantescas ganas de llorar. Se sostuvo con una mano la curvatura de su vientre hinchado, intentando aspirar aire suficiente, alertando a todo el personal presente, quienes lo empezaron auxiliar, llevándolo hasta uno de los sofás de la recepción.
— Señor Kim, tanto estrés, no es bueno para su cachorro – mencionó Bogum, al ser uno de los más interesados por obtener respuestas. Lo había notado incómodo durante todo ese tiempo y le fue imposible ignorar su instinto al verlo quejarse por el dolor. Intentó acercarse más a él, pero Seokjin negó tener cualquier tacto encima, no quería sentir que alguien más lo tocaba, no cuando se sentía así y debía recomponerse él mismo ahora que no estaba su alfa para ayudarle —. Debería ir a su habitación para descansar
— El joven tiene razón, señor Kim – una de las empleadas del hotel se acercó hasta él para auxiliarlo al notar que se negaba a ser tocado por el alfa, una reacción muy normal de un omega en su estado – Nosotros le informaremos si sabemos de algo más sobre el jefe Kang.
— Debo estar aquí.
— Señor Kim, su cachorro debe ser su mayor prioridad en estos momentos – Seokjin odiaba que lo trataran como alguien que no podía hacer nada aparte de cuidar de su bebé, pero el semblante serio, sumado a los rostros preocupados de todo el personal comenzó a pesar ¿estaba siendo irresponsable? —. Sé que para usted también es muy importante Taehyung y estoy muy seguro que él no le gustaría saber que se encuentra mal por descuidarse. Por favor permita que el personal lo lleve a su habitación.
Su orgullo como el omega que siempre luchaba para no verse débil le estaba jugando en su contra, pues su labio no dejó de temblar un solo segundo desde que alzó la vista sin encontrar a su alrededor la figura que más paz podría darle. No quería ayuda de alguien más, solo lo quería a él, a su esposo. Por otra parte, el lobo en su interior aullaba pidiendo por la protección de su alfa, le recordaba que tenía un cachorro por el cual preocuparse, ganando así la batalla, rompiendo esa imagen fuerte, accediendo por fin a verse vulnerable y débil frente a todos porque eso era en esos momentos. Un omega embarazado que necesitaba atención.
— Por favor, manténganme informado de cualquier cambio – Bogum asintió como respuesta a lo que estaba pidiendo – y avísenme cuando mi esposo llegue – todos los empleados se sorprendieron al escuchar aquello – Park, ni bien lleguen, trata de controlar a Jungkook. Sé que no es tu deber hacerlo, pero...
— No se preocupe, señor Kim, lo haré.
Con la ayuda de dos empleados logró ponerse de pie, ya no sentía el mismo dolor, pero prefirió estar acompañado por más personas en el caso de que sucediera algo. No debía pensar de manera negativa, pero su sentir lo hacía vulnerable ante los peores escenarios. Quería llamar a su médico para que le dijera que todo estaba bien, que solo era una paranoia más de él como el resto de cosas por las que había preguntado con anterioridad.
Casi podía saborear el silencio de su habitación, la tranquilidad de ser confortado por el aroma de las prendas de Namjoon, en el nido que había hecho la noche anterior luego de sentirse amenazado por Kang; espacio que obviamente ayudó para refugiarse cuando su alfa llamó diciendo que Jungkook había enloquecido diciendo que Taehyung no estaba y que Kang era un tipo peligroso. Quizá si hubiera sido más paciente la tarde anterior... no. Posiblemente, Kang los habría encontrado juntos y entonces...
Aún se estaba dándole vueltas al asunto en su cabeza, lamentando por no haber esperado al pequeño omega cuando ante él tuvo la imagen de Jimin. Se miraba totalmente abatido, esperando en la puerta de su habitación; ni bien el menor alzó la vista, salió en su encuentro. Tenía los ojos hinchados, las mejillas rojas, lágrimas rodando por sus ojos y los sollozos no se hicieron esperar más ni bien se abrazó a su cuerpo.
— Hyung, esto es mi culpa – murmuró con su voz amortiguada, mientras se abrazaba al cuerpo del omega, teniendo cuidado de no lastimar su vientre —, fui un egoísta y lo dejé solo. Jungkook me va a odiar, si no lo encontramos esto lo destrozará. Cuando se entere de lo que sucedió...
— Ya lo sabe Jimin-ah – el menor salió de su escondite para observar el semblante serio de Seokjin, notando por fin a los dos empleados que lo estaban ¿escoltando? – vamos adentro, necesito descansar – se giró hacia quienes lo habían ayudado durante todo el camino y les hizo una reverencia a manera de agradecimiento —. Pueden retirarse, por favor, no olviden en mantenerme informado de todo.
— Sí, señor Kim – hablaron ambos al mismo tiempo. Ambos empleados hicieron una reverencia profunda hacia él y Seokjin no pudo disimular la mueca de dolor al intentar dar un paso.
— Hyung ¿Qué está sucediendo? – su ceño fruncido se pronunció aún más cuando notó que el mayor abrazó su vientre un tanto más protector de lo normal – ¿necesitas que llame a Namjoon?
Seokjin no quería hablar afuera de su habitación, no cuando se sentía tan inquieto por dentro, sospechando de todos a su alrededor. Tomó la mano de Jimin para que lo acompañase adentro y este simplemente se dejó guiar por el mayor. Ambos entraron al lugar dejando a la vista el nido en la cama, haciendo que el menor se tensara, pues ese espacio era algo íntimo de un omega, ¿era correcto que él estuviese ahí?
El mayor no dijo palabra alguna, simplemente soltó la mano de Jimin para dirigirse a paso lento a su tan ansiado espacio. Su molestia mermó cuando alcanzó por fin a la superficie blanda y perfumada que le traía tranquilidad, tanto a él como a su cachorro, quien ni bien su padre estuvo rodeado del olor del alfa, dejó de moverse, trayéndole un poco de paz a Seokjin para así poder relajarse.
— Hyung, ¿está bien si estoy aquí? – el mayor simplemente murmuró una afirmación mientras seguía acomodándose en el medio del nido, colocando almohadas de apoyo por todas partes, rodeándose con ellas para sentirse más seguro. Jimin al ver esto se acercó para ayudarlo, algo que realmente agradeció el mayor – ¿te sientes mal Seokjin hyung? ¿Quieres que llamemos a un médico?
— No es necesario, simplemente estoy cansado – murmuró, cerrando un momento los ojos, aspirando profundo el aroma de su alfa —. Ahora comprendo lo que decía el doctor sobre el estrés y el embarazo.
— Esos no combinan hyung, deberías pensar en que esta sea tu última tarea laboral, el cachorro puede resentirlo – Jimin tenía la visión de lo que todos esperarían de cualquier omega en ese estado. Vulnerabilidad. Una que se reflejaba en la manera en la que Seokjin cubría su vientre hinchado mientras se abrazaba a una de las camisas de Namjoon —. Faltan tres meses para que nazca, no debes hacer tanto esfuerzo.
— Estoy bien Jimin, de verdad no tienes que preocuparte. Solo... es toda esta situación la que me sobrepasa.
El menor suspiró cansado, estando de acuerdo con Seokjin. La tarde anterior, cuando decidió irse a dar un baño en el spa del hotel, no creyó que algo malo pasaría por separarse por algunas horas. Incluso no le importó que su sesión de masaje terminara demasiado tarde, tanto así que ni siquiera recordó que habían acordado tener una cena los tres al terminar el día, pues a la mañana siguiente terminarían su trabajo como a eso del medio día, tendrían que empacar e irse. Un viaje rápido, directo y sin tanto problema. Eso le había dicho a Jungkook para convencerlo de estar tranquilo.
Ahora qué le diría, sabía que el alfa se deprimió mucho con la muerte de Chayeon, la alfa era su mejor amiga desde que se presentó como alfa, una unión arreglada que terminó siendo una amistad de cómplices, confundiendo el amor fraternal con amor de una pareja. Jimin no estaba del todo de acuerdo con esa unión, pues al ser ambos alfas, la tensión sexual se limitaba aún más en cada celo y eso solo creaba discusiones tontas entre la pareja.
Ni siquiera duraron un año casados o vivían juntos, pero cada uno en su propio espacio porque así funcionaban mejor. Aún recordaba el día en el que encontró a la chica envuelta en pánico porque estaba en cinta, explicando que había dejado el tratamiento para no quedar embarazada cuando se separó del alfa, provocándole un celo fuera de tiempo. Jungkook estuvo con ella solo una vez, siendo esto más que suficiente para quedar embarazada.
Pasaron meses enojados el uno con el otro, porque el orgullo de ambos no los dejaba seguir adelante. Jungkook no quería perder a la única amiga que tuvo después de años de soledad, razón por la que prefirieron no seguir con la farsa de un matrimonio en el cual ninguno estaba satisfecho, la noticia de un cachorro en camino, solo que la relación se tensara aún más. La cantidad de veces que le suplicó a la alfa que no lo tuviera se hicieron incontables, sin embargo, esta no dio su brazo a torcer.
Chayeon se negaba a perder la oportunidad de ser madre, pero fue la salud de ella lo que hizo que se unieran de nuevo. Jungkook incluso llegó a plantearse que quizá y solo quizá podrían llegar a un acuerdo después que el cachorro naciera. Al principio el alfa se negaba a siquiera tocar el vientre de la alfa, sabía que el cachorro la consumía con el correr de los días, aunque poco a poco el lobo de Jungkook puso de su parte reconociendo que era su cachorro el que estaba gestando aquella alfa. Iniciando así una nueva encrucijada que duraría los pocos meses de gestación.
Vivía en dos mundos divididos donde él no quería perder a Chayeon y su lobo se negaba a que perdiera al cachorro, pero la propia naturaleza hizo su labor, una muy dolorosa, haciendo que ambas partes perdieran, rompiéndolo completamente. Aquel alfa que solía divertirse, reír, bromear e incluso ser tan ruidoso que podía sacarles de sus casillas, se había esfumado dejando un simple cascarón andante.
Si eso había pasado con una persona a la cual Jungkook apreciaba, Jimin no podía imaginarse cómo sería si perdía a Taehyung.
Joder, él le había prometido al alfa hacerse cargo de su omega, no quitarle los ojos de encima. Le había dicho que se despreocupara porque no lo dejarían solo y esto sería un trabajo fácil, el cual terminaría antes de lo que él esperaba.
— Jimin-ah, si no quieres que te saque de aquí será mejor que dejes de inundar mi habitación con tu olor.
— Lo siento hyung – murmuró, sintiéndose culpable de que su olor estuviera incomodando de nuevo, no solamente pasaba con su alfa, también sucedía con el resto de personas —, no volverá a suceder. Tengo un poco de inhibidor en mi habitación si necesitas que oculte mi aroma.
— Jimin, solo dije que estabas inundado la habitación porque tu olor es de preocupación, en serio no necesito sentir más de eso. — dijo en voz baja el mayor mientras abría sus ojos, recordando las palabras que utilizó el omega – ¿Dijiste inhibidores? – cuestionó, incorporándose lentamente en su sitio, encontrando al menor sentado en el sofá de la habitación con sus labios abultados – ¿Por qué tienes inhibidores?, pensé que ya no los utilizabas.
— Solo uso un poco.
— ¡Jimin!, se lo prometiste a Yoongi que no ocultarías de nuevo tu aroma.
— No lo estoy ocultando, simplemente aplico un poco para no causar molestias a Yoongi hyung – reprochó el omega, sintiéndose más culpable aún.
— Jimin-ah – el tono de voz que empleó el mayor con él fue muy diferente al de otras veces, se parecía a cuando lo descubrió tomando aquellas muestras de esencia falsa – no tienes que ocultar tu aroma para que tu alfa o el resto de personas te acepten. Si una persona quiere tenerte o ser parte de tu vida, tiene que aprender que, eres un omega testarudo, independiente, enojón, que haces rabietas cuando las cosas no salen como quieres, que tu aroma a veces es demasiado invasivo – los labios de Jimin se abultaron más al escuchar aquellas palabras —, pero sobre todo que eres un gran chico. Deja que Yoongi te ame tal cual eres y no lo alejes de ti todo el tiempo.
— Yoongi hyung también mencionó algo como eso la noche antes del viaje. — su sonrojó se hizo mucho más notorio mientras mordía su labio inferior al recordar la manera en la que el alfa le había dejado en claro muchas de sus inseguridades —. Aunque no recuerdo mucho de lo que hablamos, sé que mi lobo estaba demasiado feliz por despertar a su lado.
— Bueno, eso es un avance, ahora hazlo estando sobrio para que Yoongi-yah no pierda la cabeza cada que te le acercas y luego huyas.
El omega no resistió un segundo más, levantándose de su lugar para llegar hasta el nido donde se encontraba el mayor, quien con una simple mirada y un gesto, aceptó que ingresara en el lugar, no le importaba que Jimin dejara su olor, ya que no era su nido principal, además aún tenía una maleta llena de ropa con la esencia de Namjoon con la cual podría reemplazar las prendas.
Los sollozos del menor no se hicieron esperar, se sentía muy mal porque todo apuntaba que era su culpa lo que estaba ocurriendo. Al menos en su cabeza esa era la única respuesta que encontraba.
— Hyung, todo eso también es mi culpa – se abrazó al cuerpo contrario, sintiendo las caricias de este en su cabello – si yo no hubiese escondido mi aroma de Yoongi hyung él no se comportaría así conmigo, ni siquiera sabe cómo actuar conmigo porque piensa que le doy mensajes contradictorios.
— Siempre lo has hecho.
— Ya lo sé, pero ahora duele hyung. Mucho más que antes porque sé que él me quiere... a su manera – Seokjin no podía estar más de acuerdo con lo mencionado, pues el alfa tenía una extraña manera de expresar sus emociones —, pero yo también lo quiero.
— Entonces, no te ocultes de él – murmuró Seokjin sin dejar de darle caricias en su sedoso pelo, adormeciéndolo con su aroma dulce, el mayor también estaba sintiendo los estragos de una mala noche y el estrés, comenzando a quedarse dormido —, solo debes estar seguro de tus emociones. Lo sabrás cuando puedas responder aquella pregunta.
"¿Qué haces cuando te sientes mal Jimin-ah?"
Una pregunta que no supo responder en el momento porque tenía una enorme venda en los ojos, sostenida por sus propias manos, una que se rehusaba a quitar por el temor a no ser correspondido. Pero eso terminó en el momento que comenzó a abrirse emocionalmente con el alfa, la respuesta que ya sabía tuvo fuerza, instalándose en su mente. Siempre lo buscaría a él, su lobo siempre lo convencería de estar a su lado, inconscientemente provocaría que la situación fuera la adecuada para que Yoongi lo persiguiera. Atrayéndose finalmente como imanes.
— Creo que ya sabes la respuesta, ¿verdad? – Jimin sollozó mientras asentía en silencio – entonces, en cuanto llegue Yoongi aquí, trata de dejarle en claro que lo quieres y no solo por instinto de tu lobo.
— ¿Yoongi hyung vendrá? – Jimin se incorporó apenas, pues el agarre del mayor no lo dejó levantarse, sin embargo, sus ojos mostraban la sorpresa al escuchar aquello, sorbiendo su nariz – ¿por qué?
— Olvidas que Taehyung está desaparecido – dijo con obviedad – no me extrañaría que Jungkook esté de camino junto con Namjoon y Yoongi – Seokjin sabía que el menor no comprendía del todo la situación, así que decidió poner fin a su confusión – hablé con Namjoon hace una hora. Intentó hablar con Yoongi, pero tú estabas hablando con él, parecía muy preocupado por lo que mencionabas – las mejillas del menor se tintaron de un rosa intenso al recordar que el alfa le dijo una y otra vez que iría si él se lo pedía, pero Jimin le había dicho que no – imagino que no se quedará de brazos cruzados. Jungkook tampoco estaba del mejor de los humores, incluso utilizó su voz de mando con alguien, así que no me sorprendería tenerlos aquí en menos de lo que piensas.
— Jungkook va a querer asesinarme.
— No exageres. Al único que le hará algo es al idiota que se atrevió a llevarse a su omega y si intenta algo, ¿crees que Yoongi deje incluso que se acerque a ti? – de nuevo lo hacía sonrojarse, pero esta vez incluso le fue imposible no expulsar algo de su esencia, su lobo se regocijaba de solo pensar que su alfa los defendería de cualquier peligro – eso pensé. Ahora hay que dormir un poco, debo aprovechar que el cachorro se quedó quieto o se durmió para dejarme descansar.
El mayor se recostó de nuevo en el medio de su nido, mientras que Jimin decidió que le daría su espacio para descansar, pero Seokjin le pidió que se quedara a su lado, abrazándolo como si fuera una almohada. El menor jamás se había sentido así de incómodo y al mismo tiempo tan tranquilo, sus posiciones le recordaron la noche donde Yoongi descubrió su verdadero aroma; aunque esta vez se trataba de un omega embarazado, el que estaba aferrado a su cuerpo, podía sentir al pequeño cachorro dar movimientos leves. Su hyung no parecía nada cómodo con todo el asunto del embarazo, pero era hermoso ver de cerca algo como eso.
Su teléfono vibró en el interior de su bolsillo sacándolo de sus pensamientos, con parsimonia lo sacó, tratando de no hacer ningún movimiento brusco, pues Seokjin recién había caído en un sueño profundo. El aparato siguió con la vibración insistente de la llamada entrante, haciéndolo gruñir bajo al no poder contestar tan rápido como deseaba, pues ni bien tuvo a la vista la pantalla, un cosquilleo nervioso lo invadió, sacándole una sonrisa al ver el nombre en la pantalla.
"Alfa de cuarta"
Constantemente el nombre de ese contacto cambiaba, todo dependía de lo que sucedía entre ellos para hacerlo colocar nombres diferentes, los cuales en ocasiones eran divertidos. Este en particular le hizo ampliar más su sonrisa. Aún no lo cambiaba desde la última vez que se molestó con el alfa, le fue inevitable no soltar un poco de su esencia ante la anticipación de escuchar su voz, aunque eso solo provocó que el cachorro inquieto no dejara de molestar a su padre, quien aún en sueños no dejó de fruncir su ceño cada que se movía.
Su dedo se deslizó sobre la pantalla para aceptar la llamada, sus dientes atraparon su labio al sentirse ansioso y entre movimientos temblorosos llevó el aparato hasta su oreja.
— ¿Yoongi hyung? – susurró lo más bajo que pudo para no despertar a Seokjin.
— ¿Jimin? ¿Por qué susurras? ¿Estás bien?
— Baja la voz. Estoy bien, no pasa nada, es solo que Seokjin hyung está durmiendo – regañó el omega mientras bajaba el volumen lo más que podía – no ha podido descansar muy bien desde que nos fuimos y al parecer el estrés le afectó.
— Es demasiado estrés para alguien en su condición, ¿se encuentra bien? – cuestionó en tono preocupado y antes que Jimin respondiera, se escuchó una leve discusión por el teléfono del alfa. Algunos sonidos molestos llegaron al oído del omega, quien después de unos pocos segundos solo podía escuchar la voz de Namjoon y Yoongi discutiendo – ¿Jimin?, soy Namjoon ¿Seokjin está bien?, el cachorro...
— Namjoon deja de gritar en mi oído – dijo entre dientes al escuchar el tono de voz del alfa —. Él se encuentra bien, solo está un poco cansado y si no lo quieres despertar ahora que apenas se durmió, te sugiero que dejes de gritar. Además, ¿Por qué le quitas el teléfono a mi alfa cuando estamos hablando?
La risa del alfa rompió el ambiente de preocupación, pues sabía que el omega no se había dado cuenta de lo que mencionó, posiblemente no lo haría si no lo hacía consciente, pero no perdería la oportunidad de hacérselo ver ahora que lo escuchó. Decidió que se pondría serio al ver cómo lo observaban ambos alfas a su lado, sobre todo porque Jungkook no estaba del mejor humor. Además, conocía las consecuencias de seguir alzando así la voz porque su querido esposo era una fiera cuando lo despertaban.
— Lo siento Jimin, me preocupé cuando escuché que Yoongi preguntó por él. Por favor cuídalo no tardaremos en llegar.
— En serio vienen a Jeju – Jimin no podía creer lo que escuchaba, ¿su hyung tenía alguna magia vidente?, lo único que escuchó por parte del alfa fue una afirmación murmurada – ¿eso es algo de esposos?, el saber lo que hará el otro.
— Diría que es más de un omega y su alfa – bromeó Namjoon – por cierto, el tuyo no ha dejado de molestar para que le devuelva el teléfono.
— Yoongi hyung no es mi alfa.
— ¿No lo soy? – murmuró de nuevo el alfa al escuchar aquello – parece que la próxima vez que estemos a solas tendré que privarte del alcohol para que recuerdes tus propias palabras y las mías se queden plasmadas en tu memoria. Supongo que solo soy tu alfa cuando tu lobo quiere algo de mí.
— Yoongi hyung, yo no quise decir eso.
— Jimin-ah, no te preocupes, sé que no es verdad – Jimin se sentía tonto, de nuevo enviaba mensajes erróneos a su alfa —, pero tú si eres mi omega.
Decir que aquella declaración no le había erizado todos los vellos del cuerpo sería mentir, cuando el alfa utilizaba aquel tono de voz lo hacía derretirse en calor. Joder, siempre provocaba que su cuerpo reaccionara de una u otra manera.
— Yoongi hyung...
— No debes responder ahora, prometo que este tema lo conversaremos con más tiempo – lo interrumpió no queriendo discutir algo tan importante por una simple llamada —. Aterrizaremos en media hora, si Jungkook no enloquece antes y se tira del avión llegaremos al hotel ni bien toquemos tierra.
— Yoon... Alfa, si no quieres hablar de eso entonces, ¿Por qué llamaste? – un suspiró salió de los labios del alfa, quien se sintió contrariado al escuchar como lo había llamado.
— Me preocupé por ti después que terminamos la llamada de esta mañana. Así que, cuando pedí explicación de lo que estaba sucediendo, fui arrastrado hasta el aeropuerto en lo que parece una especie de misión – dijo sin más el alfa, no tenía porque ocultar nada, no cuando había sido un pedido de su omega, algo que no le iba a negar —. Quería llamarte para decirte que estaba en camino, pero este par de paranoicos ni siquiera dejaron que hiciera algo antes de subir al avión porque estaban demasiado enfocados en llegar con sus omegas...
— ¿Y tú? – fue un simple susurró anhelante de escuchar la respuesta del alfa, quizá los pequeños flashes de su noche juntos lo engañaban o bien podía ser verdad. Jimin aún sentía el fantasma de los labios de Yoongi paseando en su cuello, haciéndolo sentirse vivo y seguro. Justo lo que necesitaba en ese momento.
— No lo sé, ¿mi omega también espera por mí? – dijo en tono coqueto, un ronroneo casi sale de los labios de Jimin al escuchar aquello, pero decidió que torturaría un poco más al alfa.
— Quizá sí o puede que no. Lo puedes descubrir cuando lleguen – un gruñido bajo se escuchó a través de la línea erizándole de nuevo los vellos de la nuca —, llama cuando aterricen. Estoy seguro de que Seokjin hyung le gustara la noticia que ya se encuentran aquí.
El alfa apenas murmuró una respuesta, despidiéndose rápidamente del omega que lo volvía loco cuando hacía o respondía de esa manera tan misteriosa, lo hacía pensarlo mucho más de lo que esperaba y le fascinaba que así fuera. Jimin tenía cierto efecto en él que lo hacía correr ciegamente hasta donde él se encontrara.
Habían pasado muchos años desde la última vez que pasaba una noche en vela, esas donde se lamentó una y otra vez por ser tan débil, culpándose por no haber peleado más para salir de la pesadilla a la que fue obligado a vivir. Quizá si se hubiera comunicado con sus padres, ellos se habrían dado cuenta de ese infierno en el que estuvo metido o bien lo ignorarían, pues en todo el tiempo que duró casado con Doyung, el alfa le dijo que sus padres no les interesaba saber nada de él. Definitivamente, era algo muy esperable de sus progenitores.
Ahora los fantasmas de su pasado lo atormentaban de nuevo. Durante toda esa noche en la cual había sido privado de su libertad en contra de su voluntad, su mente divagó en los recuerdos de esas navidades donde Doyung era quien se comunicaba con sus padres, no permitiéndole hablar con ellos. Incluso cuando él lo intentó terminó obteniendo un castigo, junto con una nueva regla donde tenía prohibido utilizar la tecnología como teléfono, internet o bien el uso de una computadora.
Desde ese tiempo no pensaba en sus progenitores, pero con lo que Doyung mencionó sobre la fortuna de su familia le hizo tener demasiadas dudas, porque una parte de su herencia como hijo le sería dada a quien fuera su futura pareja y el resto de todas las posesiones pasarían a su alfa en el momento que sus progenitores murieran. Un miedo irracional, que se negaba a aceptar, se instaló en su mente, ¿Qué tal si algo había pasado con sus padres? ¿Doyung estaba implicado en eso?
El silencio no era su mejor aliado en esos momentos, no cuando se sentía solo, abandonado por su lobo que se escondía en alguna parte de su interior negándose a salir. Había dejado de llamar a Jungkook por su lazo al no recibir una respuesta, sabía que la distancia era su mayor desventaja. Cuando estaban en Seúl no tenían ese problema porque por alguna extraña razón estar en el mismo territorio los hacía no perder el vínculo de sus lobos, pero ahora, eso era imposible.
— Jungkook, te extraño – susurró apenas en la soledad de esa abrumadora oscuridad en la cual estaba sumergido. Se encogió en su sitio, abrazándose a sí mismo, buscando el consuelo que no podía obtener del alfa y su marca dolió un poco cuando sus uñas se apretaron en la piel cicatrizada intentando comunicarse de una u otra manera – alfa.
Ya no tenía más lágrimas por derramar, su cuerpo no podía generar más de estas. Simplemente, se dejó invadir por el estremecimiento de sus sollozos, abrazando sus piernas. Al menos agradecía el estar sobre una superficie cómoda, Doyung no lo había llevado a una bodega o bien encerrarlo en un lugar sucio y frío, parecía la habitación de una pequeña casa de retiro. Deducía que no era tan grande, pues podía escuchar claramente los pasos del alfa cada que se desplazaba de un sitio a otro o quizá se trataba de sus viejas costumbres al tener sus sentidos alerta.
De lo poco que podía observar de la habitación era que no había sido utilizada antes, lo que comprobaría sus teorías. La primera era que, claramente, no se encontraba en el hotel, por supuesto que Doyung no sería tan tonto para seguir en el mismo sitio y la segunda era que quizá y solo quizá cabía la posibilidad que el alfa no estuviera interesado en hacerle daño, al menos no aún porque esperaba intercambiarlo por un cachorro que no existía. Su mano viajó hasta su vientre recordando el suceso, ¿Qué pasaría en el momento que se diera cuenta? ¿Intentaría lastimarlo de nuevo?
El olor intenso del alfa lo hizo incorporarse de inmediato, atento al momento en el que esa presencia entrara por la puerta. Podía sentir el retumbar de sus latidos en su caja torácica. Ansioso, temeroso y angustiado, aun sintiéndose así no cortó el contacto visual con Doyung al verlo atravesar la habitación.
— Vaya, pensé que tendría que despertarte – la voz del alfa invadió el eco de las cuatro paredes, llamando la atención del omega que se encogió más en su sitio – las mañanas nunca fueron lo tuyo. ¿Dormiste bien? O acaso pedirás más horas de sueño.
Taehyung desvió la mirada sin poner interés a lo que decía el alfa, pues esas palabras solo traían dolor junto con recuerdos poco agradables, algo que no estaba dispuesto a recordar, pero parecía que el alfa le encantaba torturarlo.
— ¿Recuerdas todas esas mañanas en las que debías levantarte temprano para preparar mi desayuno? – dijo en tono burlón el alfa, divirtiéndole la actitud del omega – siempre hacías un desastre hasta que aprendiste como servirle a tu alfa.
— No entiendo tu afán por hacerme recordar. La persona a la cual torturaste durante todo ese tiempo ya no existe – su mirada se posó de nuevo en el alfa frente a él, encontrándose con ese semblante petulante, pero herido, como siempre se mostraba cuando alguien lastimaba su sensible orgullo – ¿Por qué haces esto?
— ¿Qué cosa?
— Tenerme aquí, amenazar a mi alfa que te entregué algo que solo existe en tu mente, un delirio más de los tuyos – murmuró con ira y un toque de reproche. La imagen del alfa le hizo revolver el estómago, desviando la mirada hacia la ventana, no le temía, pero le provocaba repudio observar la cara de aquel que hizo su vida imposible tiempo atrás – porque simplemente no le dices a mis padres que morí y ahora todo es tuyo.
Una risa cínica fue su única respuesta, conocía ese sonido y solo representaba cosas malas.
— No sabes cuánto me gustaría volver a decirles algo así, pero me temo que no será posible – un escalofrío recorrió el cuerpo del omega haciéndolo regresar la mirada, encontrando una sonrisa cínica – ellos sí están en otro lugar Siu del cual dudo mucho regresen.
Los ojos de Taehyung se abrieron en sorpresa al escuchar aquello, temiendo que su miedo se confirmara. No podía ser cierto, sus padres no podían estar muertos.
— ¿Quieres saber lo que sucedió con ellos? – el omega se limitó a asentir, enmudecido por la impresión —. Bien. Entonces tendrás que saber el porqué es tan importante que me entregues a nuestro hijo.
Kang disfrutó el ceño fruncido del omega, incluso el gruñido que raspó la garganta fue motivo de diversión y regocijo, dando inicio así a la tan ansiada verdad. Todo se reducía a un hecho que llevó a que se desencadenara cada hecho fatídico entre ellos.
Cuando los padres de Taehyung accedieron a entregar a su único hijo a Kang Doyung no lo hicieron por el único fin de deshacerse de él, como lo hizo pensar el alfa durante muchos años, de hecho, existía un trasfondo mucho más egoísta. Los padres del omega habían hablado con Doyung entregando a su único hijo en un intercambio bastante peculiar; buscaban tener un heredero alfa para sus empresas y la fortuna correspondiente, el alfa ciego por el poder aceptó sin dudar el casarse con el menor. Se llevaban ocho años, algo que no les importó a los progenitores del omega, no cuando sus abogados los asesoraron para crear un documento que avalaba la unión, siendo que en la bella edad de 16 años Baek Siu fue desposado por Kang Doyung de 24 años.
Jamás puso atención a esas letras pequeñas del contrato donde se manifestaba que debía dar un heredero para acceder a la fortuna de los Baek, cosa que descubrió meses después. En el momento que quiso realizar el traslado de cuentas bancarias y obtener legalidad en las propiedades, todo aquello le fue negado porque no estaba a su nombre, sino al del futuro heredero.
El alfa no comprendía la situación, al él ser un alfa creyó que se convertía en el heredero de todo, pero nunca se percató del verdadero significado de esas palabras, hasta que encaró a sus suegros, reclamando por el engaño que le habían hecho, se rieron en su cara por ser un alfa joven e inexperto. Por supuesto que no iban a dejar todo en manos de alguien como él, el padre del omega le explicó con detalle a lo que se referían.
"— Queremos un heredero alfa para la empresa, no al esposo de nuestro hijo"
"— ¿Qué quiere decir?"
"— El primer hijo alfa que tengan será el verdadero heredero de todo"
Le habían visto la cara de tonto completamente, porque lo único que buscaban era que su nieto o nieta de rango alfa se quedara con todo, como si fuera un sustituto del omega que tuvieron por hijo. Eso le enfureció a Doyung, sin embargo, intentó convencer a sus suegros para que le dieran la oportunidad de acceder a esa fortuna de una u otra manera. Llegando así a un acuerdo. Le darían acceso a cierta parte, a manera de adelanto, por embarazar a su hijo. Era sencillo, tenía el tiempo de cuatro años para dar un heredero, entregarlo a sus suegros y él terminaría con una fortuna mayor a la que ya poseía. Sin embargo, con el correr de los meses su meta se veía frustrada.
"— ¿Aún no ha salido embarazado? – mencionó con desprecio la omega al escuchar las malas noticias que aún no tenían un heredero – estoy comenzando a creer que no eres un alfa capaz de hacer una simple tarea después de todo"
Doyung los convenció para que le dieran más tiempo, ya que el médico fue quien le explicó que el omega se encontraba bajo demasiada presión a tan corta edad y eso causaba un desequilibrio en sus hormonas, además del hecho que su lobo se rehusaba a entrar en celo de manera natural. Los medicamentos solo empeoraban la situación.
"— Alfa, ¿Por qué tengo que venir siempre al médico?"
Las revisiones de rutina, se volvieron algo muy común en su vida hasta que el alfa se cansó de siquiera intentar que algo funcionara. Al principio, Doyung se acostumbró a simplemente follarlo lo más rápido posible, pues sus quejas referentes a cuánto dolía el acto le sacaban de quicio.
"— D-duele – sollozó al sentir el ardor molesto cada que su alfa arremetía contra él. En un intento de buscar, alivió o al menos soportar, se aferró a los brazos de Doyung."
"— ¡Qué haces tocando! El alfa es quien toca. El alfa es quien toma – le gruñó disgustado de sentir el tacto ajeno y más al notar que las uñas del omega se encajaban en su piel – suéltame y obedece – el miedo que pudo ver en los ojos ajenos fue algo que encendió algo en su interior. Incluso el pequeño cuerpo al cual tomaba sin reparo se "relajó" dándole más espacio para moverse, ¿era esa la clave? – mójate."
Su voz de mando le dio la libertad de hacer lo que quería con el omega. Le parecía divertido someterlo a su voluntad todo el tiempo, tomándolo como un juguete sexual, el cual después de mucho entrenamiento hacía silencio cuando se le ordenaba, lo esperaba con la vista baja y obedecía a todo, siempre con sus ojos brillantes por la acumulación de lágrimas.
Para cuando Taehyung tenía 19 años, era solamente un cascarón de lo que un día fue, Doyung le seguía pareciendo divertido asustarlo, pero ya no le apetecía usarlo, así que comenzó a tener encuentros sexuales con otros omegas. Saliendo de viaje con la excusa que era por trabajo cuando simplemente se mantenía fuera por semanas con alguna nueva conquista. Durante los dos meses que dejó a su omega en casa, resultó ser la solución a sus problemas, pues el lobo de este se relajó para no estar a la defensiva.
En cuanto tuvo la oportunidad, utilizó el primer celo natural de Taehyung para dejarlo en cinta, algo que se logró por escasas semanas.
"— Su lobo provocó el aborto, pero parece que no fue consciente de ello – mencionó el doctor a la pareja que apenas se recuperaba de la tragedia – mi sugerencia es que lo sigan intentando pasados unos dos meses de reposo, posiblemente logres concebir de nuevo"
El alfa quería viajar lejos de todo el estrés de tener un omega deprimido, pero este le rogó que no lo dejara solo en esos momentos, sus suegros le mencionaron que sería bueno que lo llevara con él, un cambio de aire sería bueno. Así fue como terminaron encerrados en una cabaña de Canadá con el omega empeorando cada vez más.
— Eres un maldito desgraciado – dijo entre dientes Taehyung al ya no querer seguir escuchando toda esa historia —. Desearía que mi lobo se hubiese deshecho de ti esa noche. No sabes cuánto repudio me provocas.
— Qué palabras tan fuertes, ¿tanto rencor me tienes? – un gruñido no se hizo esperar como respuesta, Doyung sintió la necesidad de recordar el pasado, esta vez no con palabras. Se acercó peligrosamente hasta el omega quien en vez de retroceder lo encaró, destellos azules lo hicieron detenerse temiendo que el lobo saliera como la última vez, pero nada sucedió, dándole la libertad de tomarle la cara de manera brusca —. El odio no es bueno para tu noble corazón, no va contigo.
Taehyung se removió para soltarse del agarre, rasguñando las mano de Doyung, lastimando sus mejillas en el proceso cuando logró hacer que lo soltara, evitando que lo volviera a agarrar al hacer presión en la muñeca del alfa. Una técnica de defensa que les enseñaban en el centro, sin embargo, eso simplemente hizo enojar al alfa, quien con el dorso de su otra mano le propinó una bofetada. Tomándolo de nuevo del cuello, subiéndose encima de él.
— Eso fue muy atrevido de tu parte... — dijo entre dientes, estando demasiado cerca del rostro del omega, quien seguía removiéndose intentando sacarse de encima el cuerpo robusto del alfa. Doyung sintió cómo su piel ardía debido a las uñas que rasguñaban su muñeca derecha, retirándola por fin, dejándolo respirar —, deja de hacer estupideces. Te lo advierto.
Su discurso se vio interrumpido al sentir la saliva en su cara, obstruyéndole la vista de su ojo izquierdo, con poca paciencia y un tanto brusco, quitó lo que consideró una provocación por parte del omega. Tomándolo de las muñecas, viendo con asco la marca rosada en su cuello, siempre los omegas que estaban enlazados eran menos sumisos porque sus alfas les transmitían mayor seguridad, sin embargo, también eran fáciles de tomar y dañar. El alfa se acercó peligrosamente a la marca, con el fin de olfatear.
— ¡No! – ese tono de voz lo hizo estremecer, junto con el gruñido amenazador que salió de Taehyung, su lobo estaba presente de nuevo en sus ojos, brillando en un azul intenso, mostrando sus colmillos. En cuestión de segundos el dolor llegó al alfa gracias al golpe que le dio el omega con su cabeza, quien ni bien lo desestabilizó, lo apartó de su cuerpo —. Aléjate de mí. Tú no eres mi alfa.
— ¿Así que sí hablas? – amagó un movimiento para acercarse de nuevo, pero el omega tomó la cadena con la se le privaba de libertad para golpearlo con la misma. El sabor a hierro le hizo encolerizar al alfa, mostrando el dorado en sus ojos para intimidarlo.
— Aléjate de nosotros – mencionó con temor, la frente del alfa comenzó a adornarse con una línea roja de sangre. Cansado de lidiar con el omega, comenzó a esparcir sus propias feromonas de enojo, llenando el ambiente de un aire pesado, sometiéndolo de nuevo – n-no... n-no...
— Escucha preciosura. — murmuró Doyung poniéndose de pie de nuevo, sintiendo un mareo debido al golpe, sin embargo, ahora tenía a su merced el cuerpo débil del omega, aprisionándolo de nuevo —. Si tu alfa no se presenta aquí con nuestro cachorro quien lo pagará serás tú y posiblemente él – se acercó de nuevo a la marca, pasando su lengua de una forma para nada agradable, sin dejar de asfixiar a Taehyung con su esencia – ¿crees que pueda sobrevivir a un lazo roto cuando tengas mi marca?
— Por favor, no. No... alfa... no ellos – Doyung sonrió de lado al escuchar esa súplica, ¿se estaba refiriendo a él como alfa?, oh cuánto había extrañado eso. Sin embargo, el omega no se refería a él.
— Entonces lobito, más te vale estar muy quieto y obedecer, ¿entendiste? – volvió a dejar otra lamida más, sus colmillos picaron, no para hacer una marca, sino solo por profanar la piel tersa, pero se contuvo, pues se suponía que debía entregarlo a Jungkook sin un rasguño.
— No te acerques – volvió a suplicar usando su fuerza, una que no se asemejaba a la usual, utilizando solo la suficiente para alejar el cuerpo ajeno de él – no me toques – pudo notar en los ojos del alfa pintándose de destellos dorados intentando intimidarlo, mas no vaciló, sabía que debía de cierta manera mantener la guardia arriba sin mostrarse amenazador —. Seré... bueno – apenas y murmuró la última palabra notando satisfacción en la mirada contraria —. Solo no quiero... Por favor no ellos... no lastimes a mi alfa.
— Así que reconoces a Jeon como alfa tanto en instinto como razón – mencionó entre dientes al darse cuenta de que se refería a Jungkook – supongo que ese es el efecto de una marca. Hacer que el lobo obedezca a ambas partes.
Los ojos brillantes y azules, poco a poco, se fueron desvaneciendo dejando a la vista el simple color café en los ojos del omega, Doyung pudo ver cómo esa mirada estaba vacía, no veía miedo, pánico o terror. Parecía más bien que sentía un enorme repudio.
Taehyung, por su parte, se encontraba en una batalla interna, su lobo había bajado las orejas, escondiéndose de él, llamando a su alfa. Él también extrañaba a Jungkook, tampoco quería que Doyung le hiciera algo, estuvo a punto de poder noquear al alfa, pero algo detuvo a su lobo de hacerlo, huyendo, cediendo ante las palabras de este. Kang jamás le haría una marca para reemplazar la de Jungkook, quizá simplemente se limitaría a realizar una temporal encima de la suya, pero eso solo corrompería su lazo, no lo rompería. Su lobo no estaba dispuesto a arriesgar su hermosa marca por mostrarse agresivo, solo debía esperar.
Solo un poco más... alfa. Por favor.
— Espero que ahora sí te comportes y no intentes algo tonto – gruñó el alfa antes de levantarse, arreglando su ropa y de paso quitando el rastro de sangre, sonriendo cínicamente – te diría que tus padres estarían decepcionados de tu comportamiento, pero ellos ya no pueden opinar y mucho menos agobiarse de tener el disgusto de ver cómo eres ahora.
— ¿Dónde están mis padres?
— Descuida, me encargué de ellos unos años atrás, sin embargo, aún donde se encuentran no dejan de ser un obstáculo – murmuró en tono molesto —, pero ahora que has aparecido podremos arreglar esto de manera civilizada. Regresaré cuando tenga noticias de tu alfa y el cachorro.
— Doyung, ese cachorro no existe. Entiende, tú lo mataste.
El alfa gruñó alto, disgustado por la manera en la cual era llamado. Se atrevía a llamarlo por su nombre, algo que le hacía sentir un cosquilleo enfermizo por someter al omega, pero lo necesitaba consciente. Obligándose a sí mismo para no sucumbir ante su instinto, prefirió dirigirse hacia la salida, no quería estar un segundo más en esa habitación, sabía que podía descontrolarse y lo que menos le interesaba era mancharse las manos con la sangre de un omega patético.
— Por favor, al menos déjame hablar con mis padres, quizá pueda convencerlos de renunciar a lo que me pertenece – suplicó con lágrimas en los ojos, sin embargo, no derramó ni una sola, dejándolo con el brillo de la acumulación de estas y un nudo enorme en la garganta que amenazaba con asfixiarlo para impedirle hablar – llegaremos a un acuerdo.
— ¿Qué curioso?, tus abuelos dijeron exactamente lo mismo cuando murieron por culpa de tus padres – murmuró entre dientes recordando aquel relato que se jactaban en contar sus suegros. Regresando la mirada hacia el omega – ellos también querían llegar a un acuerdo para poder rescatarte del yugo de tus padres. Una lástima que no sucediera.
— Mis abuelos murieron por muerte natural hace años. Mucho antes de conocerte, ¿Por qué dices eso?
— Porque yo escuché todas las veces en las que tus padres mencionaron cómo los asfixiaron en deudas hasta el punto de desgastarlos. Jamás esperaron que su familia fuera la culpable de hacerlos perder su granja y luego una muerte natural en un hospital geriátrico provocado por medicamentos terminó con el obstáculo que representaban tus abuelos.
Los ojos del omega se llenaron de lágrimas, negando frenéticamente, no podía ser verdad eso, sus padres podían ser personas insensibles en ocasiones, pero no al punto de hacer tal cosa ¿Por qué lo harían? ¿Con qué fin?
— Sabes por qué lo hicieron – Taehyung no respondió, simplemente mordía su labio inferior intentando controlar el temblor en este —. Tu abuela buscó una manera de recuperar a su adorable nieto cuando te apartaron de ellos, aun siendo un tierno cachorro. Sin embargo, tus padres no dejarían que eso sucediera, no cuando tenían un plan que les aseguraría tener un verdadero heredero. Bastó una hipoteca elevada para que tus abuelos quedaran desahuciados de sus bienes y el resto ya te he contado la historia. La sangre paga muy bien, ¿no lo crees?, es por eso que quiero a nuestro hijo o hija. Por cierto, no me has dicho ¿Qué es?
— No tenemos ningún hijo – mencionó entre dientes, cansado de negarlo una y otra vez, era como un obstáculo que le ponía la vida para afrontarse a su mayor dolor, la pérdida de un cachorro al cual se quiso aferrar porque era lo único hermoso que tendría en ese matrimonio.
Incluso ese cachorro, al principio, su lobo se rehusaba a mantenerlo en su vientre, pasó noches enteras rogándole para que no hiciera lo mismo que las veces anteriores, se aferraba a la idea que ese bebé cambiaría las cosas, su lobo no quería permitir algo así. Le repetía una y otra vez que era un alfa débil e indigno, el padre de ese nuevo ser, pero Taehyung era igual de terco que su animal interno, luchando contra él mismo hasta que consiguió convencerlo para que dejara de sabotear su embarazo.
Poco a poco su lobo resguardó al bebé en su interior, tomándole afecto, aunque todo empeoró en el momento que el médico le indicó que debía estar marcado para que sobreviviera el cachorro. No, no, no. Su animal interno se negó mil y una veces a ser enlazado con alguien como Doyung y para fortuna del lobo, el supuesto alfa se negó otras mil veces más. Cuando sucedió su aborto espontáneo, no fue provocado por su lobo, sino por el cachorro débil, este intentó ayudar a su parte humana para no perder lo que tanto anhelaba. Mas bastó notar la amenaza que representaba Doyung hacia aquel bebé para que el lobo prefiriera lamentarse noches seguidas por la pérdida a seguir un minuto más bajo aquel yugo, mutando por fin.
¿La mutación aceleró el proceso?, por supuesto que sí, era algo que le causaba mucho más dolor a Taehyung, su lobo también lloró por aquella perdida, pero no había marcha atrás.
— ¡Mientes!, sigues mintiendo con eso una y otra vez – exclamó el alfa, irritado de escucharlo.
— No lo hago ¿Por qué mentiría con algo así? – sus ojos se llenaron de lágrimas que no rodaron por sus mejillas, rehusándose a que así fuera.
— Un omega siempre protege a sus cachorros, preferiría morir antes que al cachorro le ocurra algo. Así que, sí, tienes una razón para mentir – gruñó Kang, sus ojos clavaban dagas venenosas en el cuerpo ajeno, quería odiarlo, más lo único que sentía era desagrado – tus padres fueron muy claros en lo que buscaban tener con este arreglo, si quieres culpar a alguien que sea a ellos por meternos en esto.
— Déjame hablar con mis padres, debe haber una manera de arreglarlo – Taehyung empuño sus manos no queriendo perder el control de la situación, porque si bien sus padres fueron los que movieron las piezas en su juego retorcido, Doyung había sido el tonto peón que decidió ser su títere – ¿tú sabes donde están cierto?
— Siu, tus padres ya no viven. Me deshice de ellos cuando me enteré de su engaño luego de que "moriste"
Kang después de su "tragedia", llegó con la frente en alto para decir que al haber muerto Siu, él quedaba como único heredero, sin embargo, sus suegros le dieron la espalda, acción que aprovechó perfectamente para apuñalárselas. Un acto tonto llevado a cabo por la ira, claro está, pues, se dejó influenciar por la mención de los abogados al decir que en el testamento de estos dejaban estipulado algo respecto a él.
Cuando fallecieron, la lectura del testamento fue otro balde de agua fría.
"Dejamos todos nuestros bienes al único heredero de la familia Baek, quien fuera el primer hijo alfa de nuestro amado hijo, Baek Siu. Dejando estipulado que, será el alfa de nuestro hijo quien manejará todo hasta la mayoría de edad del cachorro"
— Así que todos tendremos lo que queremos, tus padres están descansando de su cruel realidad de tener un hijo patético, yo tendré a nuestro hijo para obtener la fortuna y tú harás tu vida con tu amado alfa para tener muchos cachorros.
Ni bien aterrizaron, los tres alfas no perdieron demasiado tiempo en salir del aeropuerto, estaban decididos a llegar lo antes posible al hotel, Jungkook incluso intentaba comunicarse con su omega por su lazo, ya no estaban tan distanciados como para no percibirlo, le bastaba con que fuera un simple cosquilleo, pero no obtuvo nada.
Su lobo no dejaba de impacientarse por salir corriendo y buscarlo, incluso sentía la necesidad de mutar. Cuánto daría por poderlo hacer a voluntad, ya que en todas las veces que sucedía era porque su lobo terminaba adueñándose de su cuerpo, Taehyung siempre le ayudaba a regresar. Cuando intentaba mutar a voluntad nada sucedía y en otras veces lo único que lograba era sacar apenas las orejas del animal.
Su desconexión había ayudado a que tanto el lobo como él no tuviera el mejor control en la mutación contraria, pero al menos ahora cada que mutaba en su lobo se sentía mucho más cercano al animal.
Intentó una vez más llamar a Taehyung por el lazo, recibiendo algo totalmente contrario a lo que esperaba, un fuerte dolor en el pecho, asfixiante hasta el punto de hacerlo quejarse, no se igualaba a la noche anterior, pero sí era parecido. Tanto Namjoon como Yoongi lo sostuvieron a tiempo para evitar que cayera.
Se veía pálido, jadeaba por aire y seguía quejándose del dolor hasta que poco a poco cesó, dejándole una sensación molesta que quemaba y ardía en la piel de su cuello. Junto con algo que no supo muy bien cómo explicar porque era difícil decir si lo llenaba de nostalgia, preocupación o enojo.
Alfa...
No fue muy fuerte la voz en su mente como en otras ocasiones, pero había notado el dolor en ese llamado. Se sentía impotente al no poder hacer nada, no escuchaba lo que le decían ambos mayores, en sus oídos solo existía un zumbido extraño que opacaba al resto de ruidos provenientes del exterior.
— ¡Jungkook! – lo llamó de nuevo Namjoon, sacudiéndolo un poco al verlo tan perdido de la realidad – ¿estás bien? ¿Qué sucede?
— Pude escucharlo – murmuró apenas, sintiendo sus lágrimas acumulándose en sus ojos.
— ¿A quién? – cuestiono Yoongi al no comprender de lo que hablaba.
— Al lobo de Tae – Jungkook recobró su estabilidad para estar de pie, todo bajo la atenta mirada de los mayores – se escuchaba desesperado.
— Entonces tenemos que llegar lo más rápido posible al hotel – agregó Yoongi, un tanto ansioso por llegar al lado de Jimin.
El menor asintió convencido que era lo mejor, entre más cerca del lugar donde habían ocurrido las cosas, podría tener un mayor contacto con su omega. Diosa, de verdad, esperaba poder encontrarlo rápido. Aún estaba pensando en las posibilidades cuando Namjoon mencionó algo que le llamó la atención.
— Jungkook, tu abuelo dijo algo sobre tener a la policía alerta sobre lo que pasó – el menor asintió lentamente, confundido por lo que mencionaba el mayor – ¿qué tal si Kang ya sabe eso y decide esconderse totalmente?
— Hablas de no comunicarse con Jungkook hasta estar seguro – Yoongi lo pensó por algunos segundos hasta que algo cruzó por su mente —. Si eso es así, entonces no podemos rastrear el teléfono de Taehyung y dudo mucho que Kang no haya cambiado el suyo con tal de no dejar rastro.
Namjoon asintió lentamente, viendo el desconcierto en el rostro del menor, quien no había caído en cuenta de ese dato importante. Kang ni siquiera había llamado para asegurarse que ya estaban en Jeju, él tampoco hizo el intento de llamar una última vez al teléfono de Taehyung. Estaban caminando a ciegas sin saber muy bien hacia donde ir, al menos él. Sin más tiempo que perder sacó su teléfono, marcando de nuevo aquel número una y otra vez.
Nada, ni siquiera una respuesta que le diera esperanzas para saber que podría obtener un ápice de esperanza para llegar a Taehyung. Cansado de verlo hacer lo mismo sin obtener una respuesta, Yoongi le quitó el teléfono, ganándose un gruñido por parte del menor, el aura de Jungkook era amenazante, aunque solo bastaron unos cuantos segundos para que su semblante cambiara. Se veía abatido.
— Ya estamos aquí, no tardará en llamar para asegurarse de ello – Yoongi estaba seguro de que todo el malestar de Jungkook no era por simple preocupación sin control, existía algo más en el menor.
— Yoongi tiene razón, es mejor que nos vayamos – apoyo Namjoon, mientras esperaba que llegara el auto que había rentado. Una vez lo tuvo a la vista, palmeó el hombro del menor para hacerlo avanzar —. Andando, presiento que Seokjin no la está pasando bien.
— Pensé que ahora con el vínculo todo había mejorado – cuestionó Yoongi al escuchar la preocupación del contrario, una que no escuchaba hacía mucho tiempo.
— Lo estaba, pero ahora con todo lo que sucede, sumado a la distancia, dudo mucho que sea de ayuda el equipaje con mi aroma – el alfa comenzó a dirigirse hasta la camioneta con pasos elegantes, seguido por Jungkook y Yoongi.
— Creo que no quiero tener cachorros y dudo mucho que Jiminie los quiera. Parecen bastante problemáticos aun antes de nacer.
El menor de los tres se preguntaba cómo sería tener esa conexión con un cachorro aun estando en gestación, ¿podría él siendo un puro conocer un vínculo así o más fuerte con sus futuros cachorros?, la idea le causó una sensación agridulce al recordar las lágrimas de Taehyung por ver aquel resultado negativo en la prueba casera. Sería una mentira el decir que no le causó decepción ver eso.
Una sensación distinta se instaló en su abdomen al pensar de nuevo en la inexistencia de un cachorro, era como una presión extraña. La angustia se estaba apoderando de él con cada pasó que daba.
Los tres alfas subieron al auto, Jungkook decidió que iría en la parte trasera, sumiéndose en sus pensamientos, aunque sonara egoísta, agradecía que Taehyung no estuviera en cinta en esos momentos, no soportaría que ese alfa le provocara mucho más dolor por perder otro cachorro.
Cachorro...
Su lobo aulló en su interior causándole un escalofrío, recordándole que Kang pedía por aquel cachorro, ¿Qué pretendía hacer con eso?, la vibración del aparato en su bolsillo hizo que su ritmo cardiaco se acelerara, pensando que podría ser ese alfa, mas grande fue su decepción cuando vio el nombre de su abuelo, de igual manera contestó.
— Abuelo.
— Sigues siendo el mismo impulsivo de siempre Jungkook-ah – el menor bufó bajo al escuchar el reproche del viejo alfa – oye, esa es la manera de tratar a tu abuelo. Un poco de respeto.
— ¿Sabe algo de Kang?
— Sí, al parecer, las pruebas que se presentaron ante el Consejo Supremo era para denunciarlo por la muerte de los padres de tu omega, para obtener la fortuna de la familia. — Jungkook se quedó helado al escuchar aquellas palabras, no es como si las personas que le arrebataron a su omega fueran de su agrado, pero saber que fueron asesinados a manos de Kang le hacía erizar la piel porque le dejaba en claro que el alfa era peligroso, más de lo que imaginaba —. Aunque no le resultó su plan.
— ¿Necesita de Taehyung para obtener ese dinero?
— No muchacho, necesita de un cachorro. El hijo de ambos para obtener todo. — Seung sopesó sus palabras un poco antes de seguir, pues, él conocía ese tipo de movimientos familiares. Mantener un linaje, siempre pensando en el futuro y no en el ahora, de igual manera no le veía caso ocultar aquello – Jungkook-ah, recuerda que la sangre paga bien – una simple frase hizo que se le helara el cuerpo al menor – si tu omega no tiene ningún cachorro con ese alfa es muy posible que busque tenerlo o incluso marcarlo para que ese bebé pueda darse a término.
Quizá fueron los aullidos desesperados de su lobo llamando a su omega lo que lo desestabilizó, o bien la falta de descanso adecuado, porque pudo sentir que su estómago se revolvía causándole una sensación nauseabunda. Empeorando poco a poco, mareándolo por completo hasta hacerlo casi perder el conocimiento; aun estando al borde de su propio límite, el sonido de una llamada entrante lo hizo observar con la vista borrosa la pantalla y fue entonces que su lobo tomó el control para no colapsar, cortando comunicación con su abuelo para darle paso a ese pequeño rayo de luz.
— ¿Luna?
"¿Cuántos universos debo crear para que vuelvas a mí?"
"¿Cuánto más debo correr para llegar a ti?"
"Mis labios le reclaman al fantasma de tus besos para volverlos a sentir"
"¿Es justo sentirnos así?"
"Tu aroma sigue en mi piel, pero me asfixia el no sentirte"
"Este dolor está intentando ganarme, abrazándome en una cortina de soledad"
Feliz año nuevo mis personits bellas, he vuelto con esta bella historia. Por ahí vi comentarios entrando en pánico porque pensaron que dejaba abandonada la historia. Traqnuilidad, no estaba muerta, andaba de viaje.
Espero que estos primeros días del año los esten recibiendo de la mejor manera. Recuerden mantenerse saludables, tomen mucha agua, duerman sus horas y no olviden que esta autora los quiere muchísimo. Purple hearts para todos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro