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XXIII

Dejaré esta actualización por aquí y me retiraré lentamente para esconderme a tiempo.




El alfa se sentía demasiado cansado luego de un vuelo de casi dieciocho horas, gracias a que el avión por el cual había pagado su boleto sin escalas, hizo una parada de emergencia luego de ocho horas debido a una tormenta. Estaba más irritado de lo normal, eso lo podían percibir todos a su alrededor, razón por la que cualquier persona que se cruzaba en su camino terminaba alejándose. Su esencia de licor y tabaco se intensificaba sin descaro alguno, dejando en claro que se encontraba de mal humor, llenando el ambiente de un aire pesado, hasta cierto punto molesto, sofocante y asfixiante.

"P-por favor detente, no respiro. Por favor alfa seré bueno, lo prometo."

Recordar aquellas palabras lo hacía sacar una sonrisa y al mismo tiempo extrañaba escuchar aquel sufrimiento, porque después de él, nadie lo miró de la misma manera. No con ese miedo característico, mucho menos suplicado por piedad. A pesar de escucharlo todas esas veces, nunca se cansó de descargar con él su ira, sobre todo cuando la razón de no tener cachorros fuera por su culpa.

"Está bajo demasiado estrés. Jamás concebirá si lo sigues exponiendo a esos niveles de estrés."

Primero había sido porque era muy joven, pero no le importaba llenarlo de supresores o bien provocarle el celo cuando él quisiera porque en ese momento creyó que era más divertido el disfrutar. Después resultó que debía dejar sus juegos cada cierto tiempo para que el cuerpo del omega descansara y finalmente la gota que derramó el vaso fue el saber que ambos eran altamente fértiles, pero el omega no aceptaba sus cachorros. Recordar esto último lo hizo enojar aún más. Ahora no tenía un esposo sumiso con quien descargarse y tampoco tenía lo que quería.

Entró a su nuevo apartamento, el cual cada que cruzaba la puerta parecía una especie de modelo de vivienda, porque cada semana su nueva esposa cambiaba los muebles. Estaba exhausto, solo quería beber un poco de whisky y relajarse, pero cuando llegó hasta donde se suponía que debería estar su minibar se encontró con la sorpresa de que no estaba.

— ¡Chaewon!

Aquel llamado hizo eco en todas las habitaciones del apartamento, sus pasos retumbaron en el pulcro piso hasta llegar al estudio donde se encontraban ambas mujeres, ambas totalmente desinteresadas de atender a su rabieta, algo que no pasaría si él siguiera siendo su esposo. Oh, cómo deseaba escuchar aquellos platos u objetos cayendo y encontrarlo sumiso en su habitación, con un temblor incontrolable por el miedo, pero ahora ni siquiera obtenía una respuesta, un gruñido salió con toda la intención de asustar a alguna de las dos, sin embargo, solo se ganó una mirada indiferente por parte de su hermana.

— ¿Por qué estás tan de mal humor Doyung? – cuestionó sin interés la alfa mientras llevaba la copa de vino a sus labios – Eres verdaderamente molesto cuando te comportas como una bestia. Oh, disculpa, olvidaba que ya lo eres y esa es tu naturaleza.

El alfa bufó exasperado por encontrar a su hermana en su apartamento, odiaba el momento en el que mencionó que se quedaría con ellos, en parte era para fastidiar a la beta, pero su supuesta nueva compañera accedió sin problema, incluso convivía armoniosamente con ella.

— Deja de ser una molestia y meterte en lo que no te incumbe Minseo – dijo entre dientes, dirigiéndose en unos cuantos pasos hacia la chica que se encontraba leyendo una revista, arrebatándosela – ¿eres sorda?

— Y tú mal educado, parece que el vuelo te llenó de aire la cabeza – murmuró la beta tomando de nuevo la revista – deja de gritar Doyung tenemos vecinos, pueden hablar.

— Me importa una mierda lo que piensen los vecinos – la encerró peligrosamente con su cuerpo en el espacio reducido del sofá, pero la chica no se inmutó; Minseo solo observaba desde su lugar mientras seguía trabajando en su laptop. Chaewon era un espécimen interesante de ver, al ser una beta no se veía afectada por el aroma del alfa, eso hacía enloquecer a su hermano y si había algo que disfrutaba mucho más que una buena botella de vino era ver a Doyung perder los estribos – lo preguntaré solo una vez ¿dónde están todas las botellas de licor?

— En la cocina, dentro de una caja bajo el lavavajillas – dijo sin interés, sin bajar la mirada –. Ahora que lo sabes puedes dejar de comportarte como un animal salvaje.

Estar casado con Choi Chaewon era un dolor de cabeza para el alfa, pero la necesitaba, ella tenía la nacionalidad que necesitaba para trabajar en Corea. El país no dejaba que los extranjeros laboraran en ninguna de sus entidades, a menos que fueran personas que residían en el exterior y volvían al país, tenían sus medidas para que ningún extranjero les quitase la oportunidad a sus ciudadanos.

Cuando intentó ingresar en el mercado laboral la primera vez, no toleró el rechazo de Beyond cuando le dijeron que debía presentar su nacionalidad porque querían asegurarse de apoyar al talento nacional. Afortunadamente, se encontró con Chaewon, pero para obtener los papeles legales debían estar casados por un mínimo de dos años en su país de origen, luego podría optar por una residencia de ciudadanía. Así que con el fin de obtener ese benefició hicieron un contrato matrimonial, con el tiempo justo, pero sus planes se vinieron abajo cuando en la embajada mencionaron que no podrían darle lo que quería si no renovaba su matrimonio, al menos cumpliendo ocho meses como esposos en el país.

Las nuevas leyes aprobadas por el nuevo Consejo Supremo afectaban a cualquier extranjero, el país quería erradicar las malas costumbres occidentales donde los lazos no importaban. Lo cual obviamente le parecía ridículo, siendo que él tuvo un omega sin marcarlo durante cuatro años, aunque suplicara en cada celo no lo hizo, ni siquiera lo consideró cuando estuvo embarazado.

Ese recuerdo le hizo tomar dos tragos seguidos de aquel líquido que quemaba su garganta ¿Por qué estaba recordando eso? ¿Por qué lo estaba trayendo tanto a la memoria?, claro porque apenas mes y medio atrás volvió a percibir un aroma similar al de aquel patético omega en la oficina de Jeon. Ninguna persona tenía el mismo aroma y mucho menos en las mismas tonalidades. Aún recordaba la noche que fue interrogado hasta el cansancio por los policías y guardabosques sobre su esposo desaparecido, pasó olfateando como perro de búsqueda por horas en el bosque. No pasó ni una semana para que lo dieran por desaparecido, cosa que le pareció extraño, aunque muy conveniente, así que no tuvo problema con firmar aquellos papeles donde se declaraba la defunción de su omega.

Doyung regresó hasta el estudio para sacar algunos papeles del trabajo, no iba a poner atención a la conversación de ambas mujeres hasta que algo llamó su atención.

— Parece que ese chico sabe hacer muy bien su trabajo – murmuró Chaewon sin quitar la vista de la revista que tenía en sus manos.

— ¿Quién? – interrogó sin mucho interés la alfa, una respuesta más que todo automática.

— Ese, Vante. Todas las fotografías del evento de invierno son de él, tiene muy buenas tomas – la revista tenía la exclusiva de muchas cosas de lo que había sucedido en aquella lujosa velada, todo enfocado al éxito de la misma – fue en tu hotel, querido. Una lástima que para ese tiempo estuvieses de viaje de "negocios". Sé que tu enorme ego amaría que fueras tú el de las fotografías.

Doyung le arrebató de nuevo la revista, le interesaba saber más al respecto, quería leer él mismo si en alguna parte del artículo se hablaba algo respecto a él, halagando sobre su trabajo en la cadena hotelera o bien sobre su disposición ante ser uno de los nuevos integrantes de la compañía, pero en vez de encontrar su nombre encontró el de Jeon Jungkook por todas partes, incluso tenía una fotografía donde estaba dando el discurso principal con aquel porte elegante que lo caracterizaba, era detestable para Doyung saber que aquel chico era un alfa puro pues sabía que no era rival en cuanto a jerarquías, lo sabía porque investigó todo lo necesario para conocer al personal de Beyond, si quería escalar en aquella empresa debía saber todo lo necesario.

Todas las fotografías donde estaban los principales socios tenían escrito en letras pequeñas el nombre del fotógrafo.


Fotografía por Vante


Bufó bajó tirando al suelo la revista. Minseo estaba cansada de esa actitud de alfa sin cerebro, sabía que su malhumor había aumentado después de su renovación de votos nupciales, ceremonia en la cual solo estuvo ella como testigo.

— ¡Oye!, estaba leyendo ese artículo.

— Es basura, solo llenarás más tu cabeza con eso – dijo entre dientes para luego terminar lo último que quedaba en el vaso –, porque mejor no haces eso de bienes y raíces que tanto te encanta, ¿le has quitado muchas casas a los viejos retirados para después venderlas?

— Cierto, ¿ya tienes la propiedad de tus abuelos? – cuestionó Minseo al recordar aquella pequeña rabieta de la beta.

— Fue muy sencillo, bastó llegar con mi abogado para que ese tonto chico dejara la casa de inmediato.

Ambos alfas la observaron con interés para que siguiera con el resto de la historia, lo cual le sacó una enorme sonrisa, Chaewon amaba tener la atención, eso y el dinero que podía obtener con su trabajo. Realmente no necesitaba de Doyung para sobrevivir y eso la hacía menos maleable para el alfa. Era una mujer independiente, tanto física porque no sucumbía a él de ninguna manera, como lo era económicamente.

— ¿Chico?, no mencionaste eso antes – murmuró Minseo volviendo a su trabajo, tecleando notas importantes en sus documentos – parece que fue una persona poco agradable.

— Era un chico que cuidaba la casa, al parecer vivió con los abuelos por un corto tiempo, según lo que me dijo ese tal doctor Jung – la beta suspiró cansada al recordar la actitud de Taehyung, atrevido, pero temeroso, odiaba que cualquier persona se mostrara débil frente a otros porque eso solo le daba pie a cualquiera para pasar sobre ti. Le pareció un poco patético cuando se refugió en los brazos de aquel alfa, al cual estaba admirando en la revista que tan groseramente le fue arrebatada –, era extraño todo desaliñado, con el cabello castaño atado con una banda, un poco delgado, estuve tentada a preguntarle por la dieta que lleva porque se le marcaban las clavículas, sentí envidia de solo pensar que pesaba menos que yo – Minseo bufó por lo que estaba diciendo Chaewon, tan superficial como siempre – tenía manchas de pintura en su ropa y parecía conocer muy bien a ese guapo jefe de publicidad.

— ¿Dices que el chico tiene relación con Jeon? – cuestionó el alfa, estaba intrigado por aquella descripción.

— Dijo que era su alfa y él mencionó algo de que era su omega mientras se escondía casi detrás de él. No me interesó en lo más mínimo, no podía oler nada más que pintura en el chico y una loción muy cara en Jeon. Que suerte tienen los feos y desaliñados.

— ¿Cuál era su nombre?

— Kim Taehyung – dijo en un tono desinteresado – era un chico sin muchos modales, parecía ansioso, ni siquiera dejaba que nos acercáramos a sus cosas y no dejaba de lamer sus labios. Desagradable. Totalmente indigno de un alfa como el que tiene.

— Repite el nombre – pidió Minseo, obteniendo la mirada de su hermano. Ambos tenían la misma imagen mental, desde que comenzó aquel relato.

— Para qué quieres...

Solo dilo – demandó Doyung sobresaltando a Chaewon.

— Olvidas que no me afecta tu estúpida voz de alfa – comentó molesta, sin ánimos de seguir en aquel lugar se levantó, arreglando la falda de su vestido, para luego encarar al alfa que la veía fúrico – se llama Kim Taehyung y dudo mucho que esté disponible para ti cariño, esos dos parecían muy unidos. Así que, ni lo pienses. Te haría bien escucharme una vez a alguien que utiliza su cerebro y no a tu gran ego, no te acerques para lograr ascender o podrías terminar muy mal.

La chica salió de manera elegante del estudio, haciendo sonar sus tacones en el suelo, contoneándose de más. Minseo comenzaba a sentir cierto interés en aquella beta, atrevida, temeraria y sobre todo astuta. Aunque en ocasiones podría parecer una mimada, eso solo era una cortina de humo para esconder sus verdaderas intenciones.

Doyung sabía que todo aquello eran simples provocaciones porque jamás lo dejó que le tocara un solo pelo de la cabeza, además no era divertido no poder someterla, había otras maneras, pero sería gastar energía innecesaria en alguien sin importancia, por eso nunca se metería con ella, prefería descargar toda su frustración sexual con su asistente a estar entre las piernas de aquella chica. El alfa notó la mirada intensa de su hermana hacia el marco de la puerta, ya no había nada ahí, pero ella seguía con la vista fija en el lugar.

— No te parece extraño eso del chico que comentó Chaewon – murmuró el alfa intentando llamar la atención de Minseo quien ni siquiera le prestó atención – creo que es interesante la descripción de ese chico, ¿no te suena familiar?

— ¿Quién?

— Kim Taehyung.

— Sé, lo que estás pensando y olvídalo es imposible. Sabes tan bien como yo que los reportes policiacos lo dieron como desaparecido, se cerró el caso. Deja a Siu en paz – lo retó la alfa encarándolo por fin por algunos segundos y regresando su vista a la pantalla. Doyung rio bajo al saber que Minseo respondió de manera automática lo que quería escuchar.

— Tú tampoco creíste que estaba muerto.

— Doyung – dijo entre dientes la alfa – basta, deja el tema de Siu donde está, enterrado en una tumba en los bosques de Canadá.

— Es curioso, porque así estaba hasta hace un tiempo cuando tuve una breve reunión con Jeon – la alfa levantó de inmediato la vista notando la sonrisa cínica de su hermano – entré a su oficina y hubo algo que llamó mi atención, ¿quieres saber lo que había ahí?

— ¡Cierra la boca Doyung! – el estruendo de la silla se escuchó en todo el estudio, Minseo estaba de pie, expulsando sus feromonas de enojo, le colmaba la paciencia que su hermano hablara de Siu como si fuera un trapo viejo el cual perdió en una excursión –. No tienes derecho de siquiera comentar algo respecto a ese tal Jeon y mucho menos vincularlo con Siu.

— Ah, entonces tú también pensaste lo mismo – un gruñido salió sin reparo del pecho de Minseo, mostrando sus colmillos –, sabes, aunque apareciera, lo cual es imposible, ¿verdad? Ya no me serviría, además, ese matrimonio quedó anulado hace años, quién sabe cuántos lo utilizaron luego de que escapara porque alguien como Siu no tendría otra manera de sobrevivir más que vendiendo su cuerpo. Me daría asco que algo así regresara a mí.

La alfa no toleró aquella falta de respeto, sin importarle que su hermano le doblara en altura, lo encaró, todo pasó en cámara rápida para Doyung, su hermana había levantado su puño frente a él dando directo en su rostro, impactando directamente en su pómulo, dejando adormecida el área hasta que poco a poco el ardor y dolor se hicieron presentes, podía sentir el sabor del hierro invadiendo su boca.

Minseo lo tomó del cuello de su camisa, mostrándole sus colmillos, Doyung sabía que a su hermana le carcomía la conciencia el no haber ayudado a Siu para que escapara de su matrimonio, sin embargo, aquellas palabras surtieron el efecto que necesitaba.

— No te atrevas a volver a mencionar algo como eso, basura patética – gruñó aún más alto sus colmillos picaban por encarnarse en el cuello de su hermano, pero algo en su actitud la detuvo, o más bien la falta de actuar, no estaba haciendo nada solo sonreía – ¿Qué es tan divertido? ¿Acaso quieres morir? Puedo borrarte esa estúpida sonrisa de la cara a golpes, maldita escoria.

— Sé que no reaccionarías así si pensaras que Siu está muerto, pero tanto tú como yo tenemos la ligera sospecha que quizá esté oculto a plena vista. Fue demasiado sospechoso que de pronto lo dieran por perdido, jamás me creí eso, pero era muy conveniente para mí, así que lo acepte – con un movimiento brusco se quitó de encima a su hermana, comenzando su camino hacia la salida del estudio –. Ah, por cierto, para la próxima deja de ser grosera, deberías dejar hablar a tus mayores y no interrumpirlos.

— ¡Cállate de una maldita vez, alfa arrogante!, tú no tienes nada qué decir respecto a...

— La oficina de Jeon olía a frutos rojos y críticos. Solo conozco a un omega con ese aroma.

Minseo sintió un estremecimiento en el cuerpo, ella sabía lo que insinuaba Doyung, si el aroma era parecido podría significar que Siu estaba vivo, ocultándose de él, ¿Qué podría querer su hermano con Siu?, recordaba que el contrato de matrimonio con él fue anulado en el momento que declararon la muerte del omega. Legalmente, era un alfa viudo y recién casado con Choi Chaewon. Además, el matrimonio con Siu ya no tenía validez alguna ni siquiera para obtener algo después de tanto tiempo. No comprendía nada.

— Sabes muy bien que no existe esa posibilidad.

— ¿Estás segura?

— ¿Por qué insistes tanto? – habló exasperada – no ganas nada con todo esto.

— Te equivocas hermana – el alfa ni siquiera regresó la mirada, podía sentir las dagas clavándose en su espalda provenientes de los ojos de su hermana –, la sangre paga muy bien, los Baek me lo dejaron claro ¿recuerdas?

Con esas palabras se retiró del estudio dejando a Minseo con un mal presentimiento, su pecho se sentía apresado por el mal momento que estaba viviendo. A su mente llegaron demasiados pensamientos y las posibilidades eran infinitas, hasta que una de ellas encajó perfectamente con el rompecabezas. Sin perder más tiempo se dirigió a su habitación colocando seguro en la puerta.

Dentro de su closet se encontraba la caja fuerte donde resguardaba todas las cosas respecto a Siu, todo lo que investigó durante esos años sobre el caso de la supuesta muerte estaba guardado bajo llave. Colocó la contraseña y pronto tuvo a la vista todos los papeles que con el paso del tiempo eran tanto evidencia como aportes de la investigación, pruebas suficientes que podían utilizarse para hacer pagar a su hermano, pero ella no lo podía usar en su contra porque según las leyes el implicado debía ser quien diera testimonio de lo revelado. Con Siu aún muerto todo aquello era nada.

Los reportes de su investigador eran poco alentadores para ese momento, todo parecía coincidir con que el cuerpo de Siu desapareció, pero los hechos no cazaban porque la búsqueda en el lago con equipo de buceo se dio una semana después declarando que no había nada a las pocas horas, ni siquiera fue tiempo suficiente para decir aquello, pero la policía parecía poco interesada en seguir con el caso.

Hizo a un lado aquella carpeta con papeles hasta encontrar lo que buscaba, sus dedos temblaron en anticipación.

Durante el tiempo de matrimonio de Doyung y Siu lo que menos había en la casa eran fotografías; en el momento de la mudanza la servidumbre le entregó una caja con las pocas pertenencias del omega, la alfa estaba indignada porque le dijeron que era lo único que quedaba del chico luego que Doyung quemase el resto su ropa, sus pertenencias, sus pinturas incluso, ¿con qué fin? Se suponía que él había salido victorioso por ser el dolido viudo de una tragedia, pero según los rumores en la casa, fue que hizo todo aquello invadido por la ira, tirando maldiciones hacia el difunto y toda su familia.

Sus manos temblaron al sacar la única fotografía de Siu, se veía tan lleno de vida en aquella imagen, se le veía feliz, claro porque estaba viviendo en una mentira, bastó un primer celo con su hermano para que todo se fuera por la tubería. Minseo sonrió nostálgica, aún se culpaba por no poder ayudarlo en su momento o quizá debió ser más insistente al decirle que huyera de ese matrimonio. Sacudió su cabeza tratando de sacar esos pensamientos y tomó su teléfono para capturar la imagen.


"Para el pequeño botón de primavera"


Minseo sonrió al leer aquellas palabras escritas de su puño y letra, quería que el omega se sintiera bien en su nuevo hogar, en ese tiempo Doyung parecía no ser el monstruo en el que se convirtió, pero el dinero ciega a cualquiera. Devolvió la fotografía al sobre y antes de regresar todo observó un pequeño mechón de pelaje blanco, ese que descubrió en la puerta de la cabaña; la policía argumentó que no era prueba suficiente para sospechar, argumentando que parecía ser pelo de animal totalmente irrelevante para el caso, ni siquiera quisieron tomar muestras de ADN, eso le hizo pensar que algo raro pasaba.

"Señorita, el caso está cerrado. No insista, créame, es mejor dejarlo así"

Un golpe seco se escuchó al otro lado del pasillo, la alfa comenzó a guardar todo en su lugar de manera apresurada, cerrando la caja fuerte.

— ¡Por qué no puedes ser como él!

— ¿Cómo?

— Sumisa – la palabra retumbó en todas las paredes del apartamento, el alfa no se estaba conteniendo – se supone que eres mi esposa, ¡cumple con eso!

— Yo no soy tu exesposo al cual dominabas. Ten mucho cuidado Doyung, no estamos en América – amenazó Chaewon sin una pizca de temblor en su voz, a pesar de que en su interior estaba muerta de miedo al ver que Doyung estaba enloqueciendo por un simple chico – aquí no estarás a salvo, existe el Consejo Supremo, ellos llevan todos los casos de alfas que han agredido a sus parejas, incluso existen entidades que protegen a las víctimas. Tú aquí no tienes poder.

Minseo entreabrió la puerta de su habitación para tener un mejor panorama de lo que sucedía, casi no podía ver bien por la rendija, pero era suficiente para ver un poco más la escena que se estaba dando entre la pareja.

— Me importa una mierda. Te hice una pregunta y espero respuestas.

— ¿Estás loco?, vienes aquí a mi habitación exigiendo saber si el chico tenía familia y te enojas cuando menciono que no me interesó – Chaewon no comprendía la actitud del alfa, podía observar cómo la vena en su frente y en su cuello se saltaba cada vez que ella negaba saber más respecto a Taehyung – lo repetiré una vez más para que esa cabezota tuya entienda, no... vi... nada.

Chaewon sintió su cuerpo estremeciéndose al sentir el agarre en sus brazos, quiso quitárselo de encima, pero eso hacía que el alfa aferrara más sus manos a sus brazos delgados.

— No te creo, me estás ocultando algo.

Doyung decidió que era suficiente por un día, soltó a la beta de manera brusca dejándola caer al suelo aun estando en total shock, salió hecho una furia no importándole tirar todo lo que se pusiera a su paso. Causando un estruendo cuando cerró la puerta principal. Chaewon aún estaba recuperando la estabilidad cuando percibió a la alfa entrando por el marco de la puerta, la beta alzó sus finas cejas al ver el semblante de su cuñada, odiaba que la vieran con lástima.

— ¿Qué fue todo eso? – cuestionó Minseo mientras intentaba ayudarla a ponerse de pie, Chaewon decidió que era suficiente humillación por parte de los hermanos Kang, casi evita la mano de la alfa, pero la mirada de esta era distinta, terminando por aceptar el contacto – ¿Por qué discutieron ahora?

— Enloqueció preguntando si ese tal Taeyang...

— Taehyung – la corrigió Minseo, ganándose un ceño fruncido, parecía que ambos hermanos tenían entre ceja y ceja aquel chico.

— Como sea que se llame, me da igual – argumentó soltándose del agarre de la alfa, se sentó en la orilla de su cama y suspiró intentando recomponerse a sí misma para seguir hablando –. Parece que el chico es importante para ustedes y ni siquiera lo conocen, Doyung quería saber si vi algún niño en la casa.

— ¿Y lo viste?

— No. Al menos yo no pude ver nada en la planta baja... – Chaewon se quedó pensando algunos segundos la manera en la que Taehyung le había evitado pasar más allá de las escaleras.

— Solo la planta baja, ¿no viste nada en el resto de la casa?, algo que indicara que junto a él viviera alguien más.

— El chico evitó que siguiéramos viendo más, incluso no dejó que subiéramos al segundo nivel, parecía que escondía algo porque todo el tiempo fue sumiso hasta que nos acercamos a las escaleras, mencionando que no quería que subiéramos. Estaba fuera de sí, fue totalmente molesto.

¿Podía ser posible que aquel cachorro se salvara? Si era así, ¿por qué su hermano preguntaba por el cachorro?, Minseo tomó su teléfono y buscó dentro de su galería la fotografía para mostrársela a Chaewon.

— Chaewon, el chico se parecía a este – su mano temblaba mientras sostenía el aparato, la chica no estaba interesada en ver la pantalla, pero finalmente lo hizo, sorprendiéndose al ver aquella imagen, su vista iba y venía entre la alfa y el teléfono, hasta que se lo arrebató de las manos – ¿es él?

— ¿Dónde conseguiste esa foto?

— Contesta niña – la tomó de los hombros sintiendo sus lágrimas acumularse en sus ojos, Chaewon la miró un tanto confundida, pero asintió lentamente – mierda...

Minseo comenzó a dar vueltas por toda la habitación sosteniendo su cabeza, sintiendo un revoltijo de emociones encontradas. Esa información no podía salir de ahí, si su hermano estaba preguntando por un niño, eso significaba que buscaba obtener algo con eso y por supuesto que no se lo iba a permitir. Tendría que localizar a Siu de una u otra manera, pero sobre todo tendría que ser cuidadosa.

El omega había estado escuchando rumores extraños a dónde sea que fuera, siempre estaban hablando de él o bien sobre su alfa. El no poder mencionar nada al respecto le daba al resto de personas mayor facilidad para seguir comentando, especulando sobre la situación, hiriendo sus sentimientos cada que escuchaba algo.

"El señor Jeon es un alfa soltero"

"Ese nuevo fotógrafo no puede tener una relación con el señor Jeon. Está aquí por lástima"

"Escuché que convenció al vicepresidente metiéndose en su oficina"

Todos y cada uno de esos comentarios eran falsos, Taehyung lo sabía, pero eso no evitaba que las palabras perforaran en su mente, como un constante castigo por haber robado la atención de uno de los alfas más deseados de ese lugar, uno que era tan profesional como podía cuando compartían el mismo espacio.

Jungkook había logrado convencer a Seokjin de contratar definitivamente a ambos fotógrafos porque Park no lo había hecho para nada mal y terminó por argumentar que sería de mayor beneficio para la compañía el tener a dos en vez de uno, el omega aceptó la petición apoyando el pensamiento del menor, aunque le pareció gracioso que el alfa solicitará que Park no tuviera proyectos en conjunto con Taehyung, obviamente fue algo que no le consintió, al contrario, se había ganado una reprimenda por alejar a su omega del resto de personas solo por celos; en palabras de Seokjin debía aprender a controlar su lado posesivo con su omega y confiar.

Parecía que los dos omegas más importantes en su vida se ponían de acuerdo porque cuando le comentó a Taehyung él también le pidió hacer un límite profesional, para no crear malas habladurías con el resto de personal. Tenía dos semanas en las cuales su omega se refería a él como "Señor Jeon" ¿Qué era eso, acaso estaban en sus inicios? Jungkook enloquecía cada que pasaba cerca de él y tenía que evitar acorralarlo para besarlo o tan siquiera olfatearlo, pero respetaba la decisión de tener espacios separados.

Sin embargo, la felicidad de eso no duró mucho, al menos para el omega, que ahora se encontraba encerrado en el baño, en uno de los cubículos, como acostumbraba cada mañana después de escuchar comentarios ofensivos o hirientes. Se abrazó aún más a sí mismo cuando escuchó el sonido de la puerta siendo abierta; eran dos chicas, el eco de los tacones las delataron. Agradecía que los baños comunes estuvieran divididos para Alfas sin importar su primer género en conjunto a los Betas masculinos y Betas femenina, junto con Omegas, de igual manera tenían el propio sin importar su primer género, con el fin de evitar encuentros incómodos, una solución efectiva gracias a qué Seokjin lo implementó después de muchas situaciones desagradables.

— Escuchaste los rumores de esta mañana – se escuchó la voz de una de ellas, el omega se encogió más en su lugar, no queriendo escuchar, pero era inevitable si estaba justo ahí – el señor Jeon olía a omega y no a cualquiera. Están suponiendo que se trata de uno de los nuevos trabajadores.

— ¿Ah, es así?

— Minah es tu jefe, tienes que saber algo sobre eso – la chica estaba más que segura de estar a solas, por lo que siguió hablando sobre lo que todos mencionaban – dicen que es ese nuevo fotógrafo y que posiblemente a través de favores obtuvo el empleo.

— ¿Vante-ssi?, pensé que lo habían contratado por el otro fotógrafo. Aunque suena muy conveniente, el segundo al mando pidió explícitamente utilizar solo sus tomas para todas las publicaciones.

Taehyung sentía que con cada palabra su corazón se oprimía más, pensando que quizá Jungkook había tenido algo que ver en su contratación, metiéndolo sin ningún filtro y no por mérito propio, el alfa le había mencionado que fue contratado por el magnífico trabajo que realizó, él no sería capaz de mentir ¿Cierto? No, él no tenía por qué dudar de su alfa, incluso su lobo se reflejó en sus ojos en total desacuerdo con su parte humana, gruñéndole para que pusiera atención al verdadero problema.

Estaban hablando de su intimidad y eso no lo iba a permitir, hablaban sin reparo sobre su alfa, sobre su nueva contratación, especulando cosas como haberse metido con algún jefe para obtener su nuevo empleo.

— Eso mismo, es muy extraño que de un día para el otro sea fotógrafo principal, se está encargando del proyecto de primavera-verano junto con el señor Kim y hoy en un descuido alguien notó que tenía una marca temporal, no solo eso olía también al señor Jeon.

— Creo que te equivocas, Haneul – por algunos segundos, Taehyung pensó que esa chica tendría un poco de sensatez en su discurso, era la que menos había opinado respecto a la situación y si su memoria no le fallaba casi no se relacionaba con el resto de personal – sé que no podría ser él, ni siquiera tienen una relación. Es más, el señor Jeon lo ve con indiferencia cada vez que lo encuentra.

Su lobo estaba harto de escuchar aquellas palabras, ellos eran pareja, Jungkook era su pareja destinada y novio actual, no permitiría que su humano se siguiera escondiendo en ese cubículo limitándose a oír eso. Taehyung se puso de pie, estando de acuerdo con su lobo en enfrentar aquellas mujeres. Con un estruendo abrió la puerta del cubículo en el que estaba, con su respiración agitada y tratando de controlar a su propio lobo, se acercó hasta donde se encontraban ambas mujeres, sorprendidas por la salida tan abrupta de omega.

Primer paso salir de ese lugar, pero ahora ya no estaba muy seguro de cómo proceder. Se acercó a lavar sus manos y luego refrescarse un poco, mientras pensaba lo que iba a hacer o decir.

— Vante-ssi, nosotras... – la mirada del omega a través del espejo atemorizó a ambas chicas pues los destellos azules estaban presentes – no sabíamos que se encontraba aquí.

— Les parece correcto estar hablando a las espaldas de una persona que no ha hecho nada en contra de ustedes – cuestionó Taehyung, impresionado que el temblor en su voz fuera casi imperceptible –, es de pésima educación, en especial levantar falsos contra alguien como el señor Jeon. ¿No lo cree señorita?

Tanto Minah como la otra chica se quedaron calladas, el nerviosismo en la rubia era notable hasta el punto de expulsar un poco más de su esencia, haciendo que Taehyung volcara toda su atención en ella, clavando su mirada en todo su cuerpo, el aroma había hecho crisparle los nervios a su lobo, el olor era el mismo que en muchas ocasiones se mezclaba con el de Jungkook, miel y cerezas, era inconfundible ahora que conocía la diferencia porque el aroma de las cerezas de Seokjin era de la fruta fresca, pero estás eran como azucarado, un tanto acaramelado, combinaba perfecto con la miel.

El lobo de Taehyung se hizo presente intimidando a ambas chicas, quienes empezaron a intentar huir dando algunos pasos hacia atrás, pero Minah detuvo su andar, enfrentando aquellos ojos azules.

— ¿Minah qué estás haciendo? – dijo entre dientes la otra chica, por su falta de aroma, Taehyung notó que era una beta o bien utilizaba algún inhibidor. Haneul trataba de sacar a la rubia, pero parecía estar hipnotizada por los ojos azules del contrario.

— Vante-ssi, una disculpa por nuestra actitud...

— Así que eres tú – interrumpió el omega, su lobo había hablado por él, lleno de celos, olfateó una vez más para asegurarse que no se equivocaba, bufando bajo cuando no le quedaron dudas. Ella era la descarada omega que siempre terminaba si no marcando a su alfa, impregnando su aroma en la ropa del mismo. Taehyung volvió a tomar el control de sus acciones buscando una excusa válida para lo que había mencionado su lobo –, eres la asistente del señor Jeon ¿No es así?, el señor Kim necesita de la presencia de Jungkook en el estudio tres para una toma de decisiones – Taehyung quería controlarse, apaciguar al lobo en su interior y evitar escándalos innecesarios para Jungkook.

Controlarte, controlarte, controlarte.

Minah estaba sorprendida, había llamado a su jefe por su nombre, nadie lo llamaba así. Además, ¿Cómo era que sabía ese omega que ella era la asistente del jefe de publicidad?, su impresión fue tanta que olvidó por un momento que ellas mismas habían mencionado eso en la conversación. Sin embargo, logró recordar lo que su jefe había expresado en más de una vez, ella era su asistente, no la intermediaria de nadie, así que con todo el valor que tuvo frente a Taehyung puso su mejor cara seria.

— Me temo que no podré hacer eso Vante-ssi – pronunció la omega intentando calmar sus nervios –. A mi jefe no le gusta que otros departamentos pidan hablar con él mediante mi persona. No le gusta relacionarse con el personal de otras áreas y tampoco me lo permite.

Taehyung se sintió desconcertado al escuchar aquello, ¿En serio Jungkook le dijo eso?, no lo veía como un alfa que se comportara de esa manera con el resto de su personal, él lo había visto sonreír, agradecer, ser cordial con el resto de personas. Minah simplemente estaba queriendo jugar con su poca paciencia, quizá para corroborar aquellos rumores. Iba a mencionar algo más cuando notó que alguien entró al baño con un mal aspecto.

— ¿Señor Kim, se encuentra bien? – cuestionó Taehyung de inmediato, pues apenas unos minutos atrás estuvo con él en el estudio, tomando las fotos de las nuevas candidatas para el proyecto.

Seokjin no le dirigió la palabra a nadie, ninguno de los presentes estaba seguro de lo que sucedía hasta que lo escucharon vomitar, devolviendo todo lo poco o mucho que tenía en su interior.

— ¿Señor Kim se encuentra bien? – ambos omegas pensaron que era la pregunta más ridícula que se le podía hacer a una persona la cual estaba metida en un baño en esas circunstancias. Haneul simplemente seguía sus pocos instintos para asegurarse que el jefe de la compañía estuviera bien – ¿desea que llamemos al vicepresidente?

— Quizá deberíamos llamar a un médico – mencionó Minah, preocupada por la situación del omega, ella más que nadie había notado cómo su jefe pasaba mucho más tiempo cuidando de Seokjin, dudaba de las actitudes del omega, pero si sus sospechas eran verdaderas tendría que avisar de inmediato.

— N-no – el omega apenas pudo articular aquella simple palabra, se sentía agobiado por tener la atención de aquellas chicas que no dejaban de parlotear – Jeon, llamen a Jeon.

Las tres personas que estaban en el lugar se vieron sorprendidos por algunos segundos, para la rubia esa simple frase le daba pie para hacer más suposiciones de lo que pensaba que sucedía entre ambos jefes. Sin perder más tiempo, ambas chicas salieron del lugar para buscar ayuda, mientras que Taehyung decidió quedarse. Se acercó a la puerta del cubículo y tocó dos veces cuando ya no escuchó más ruido en el interior, esperando algunos segundos por una respuesta.

— Por favor, déjenme a solas – la voz de Seokjin se escuchaba un tanto rota, Taehyung sospechaba que estaría llorando, el omega sabía muy bien por lo que estaba pasando el contrario, porque apenas comenzó a trabajar junto a él lo supo. Fue fácil de olfatear cierto aroma dulce, además de saberlo con anterioridad.

— Señor Kim, soy yo. Vante – no hubo respuesta inmediata, hasta que escuchó el sonido del agua llevándose todo aquello, esperó pacientemente, no quería presionarlo.

El omega mayor trató de pasar saliva por su garganta, pero una sensación nauseabunda lo invadió de nuevo. Se quedó algunos segundos esperando que la sensación se esfumara, en verdad amaba poder estar en cinta porque representaba una nueva etapa en su vida con Namjoon, realmente lo querían, por eso no se preocuparon en usar ninguna protección durante su último celo, el problema era que ese pequeño ser que crecía en su vientre lo hacía sentirse débil algo que odiaba. Contemplar la lástima en el resto de personas sobre su estado actual era una tortura y que constantemente le preguntara cómo se sentía lo agobiaba, por eso prefería pasar la mayor parte del tiempo con Jungkook porque el alfa no lo hostigaba.

Hasta el momento solo se esparcían rumores sobre su estado actual, no había revelado nada porque sería parte del proyecto, ahora ya no estaba del todo seguro si seguir ocultándolo era lo correcto. Quería quitarse de encima a todos esos curiosos que le preguntaban sobre su peso, su olor y las insinuaciones respecto a sus mareos constantes.

Taehyung sabía la situación gracias a que Jungkook se lo comentó, ya que su lobo celoso no dejaba de preguntar por qué tenía olor a omega en cinta, pero guardó el secreto todo ese tiempo para no incomodarlo. Sería discreto ante el secreto de su nuevo jefe, pero no podía asegurar lo mismo por parte de las chicas que salieron. El pensar que esa omega estaría cerca de su alfa hacía que su lobo gruñera, llamándolo, alertándolo de su molestia.

— Taehyung, puedes cerrar la puerta del baño, por favor – Taehyung murmuró una afirmación y sin más hizo lo pedido, poniendo el seguro en la puerta, el omega sabía que en cualquier momento Jungkook estaría ahí, pero tendría algunos minutos en los que se encargaría del mayor.

Pronto vio a Seokjin saliendo del cubículo, apenas se sostenía de la puerta y Taehyung no se resistió en salir en su auxilio, sirviéndole de apoyo, el mayor realmente lo agradeció, pues Taehyung en ningún momento lo hostigó con preguntas, al contrario, simplemente le ayudaba con lo que necesitaba. Con pasos lentos se acercaron hasta el lavamanos para que el omega mayor enjugará su boca y lavara sus manos; el menor tomó algunas toallas de papel para humedecerlas, pasándolas por el rostro de Seokjin.

— Lamento haberte llamado por tu nombre Taehyung – murmuró deteniendo los movimientos del contrario, mientras trataba de recomponerse – he escuchado tanto de ti, que me es imposible no saber quién eres.

— ¿De mí? – Taehyung se sintió nervioso pensando que hablaba de los rumores, Seokjin se dio cuenta del estremecimiento contrario, frunciendo su ceño casi de inmediato.

— Tranquilo, Jungkook siempre habla maravillas de ti. No te pongas nervioso – la simple mención del alfa lo hizo tranquilizarse, eso junto a la sonrisa contraria fue como un interruptor para bajar un poco sus inseguridades –, pensabas que hablaría mal de ti acaso.

— Pensé que diría que... – Taehyung sopesó sus palabras, no valía la pena mencionar aquello, comenzó a morder su labio en muestra de su ansiedad y Seokjin no pudo evitar morir de ternura, estaba en un lugar privado, así que se podía dar el lujo de actuar diferente.

— Pero mira que hermosas mejillas rosadas, en serio Jungkook no mentía al decir que te hace ver más tierno cuando te pones nervioso – Seokjin no podía evitar no verlo con ojos de cariño al escuchar maravillas de aquel pequeño que le cambió la vida a Jungkook, sin embargo, el omega mayor se tuvo que sostener de la superficie a su lado al sentir un mareo, preocupando al menor.

— Señor Kim...

— Seokjin – lo interrumpió con una sonrisa – puedes decirme hyung si te hace sentir más cómodo, pero solo cuando estemos a solas – le advirtió, señalándolo con su dedo índice. Taehyung se sintió conmovido porque era la primera vez que podía ver la fachada del omega desvanecerse, recordándole la primera vez que lo conoció.

— Está bien Seokjin hyung, solo en privado – el mayor murmuró una afirmación mientras sonreía un tanto cansado, Taehyung sopesó lo que diría a continuación, pero no podía evitar sentir una conexión con el omega, sabía que tendría muy poco tiempo porque el cosquilleo en su cuello comenzó a llamarlo de manera leve –. Puedo preguntar algo, si se molesta conmigo entenderé – Seokjin asintió lentamente sin quitar el contacto visual – ¿está utilizando alguna prenda de su alfa en estos momentos?

El mayor se sorprendió de escuchar eso, porque hacía unos pocos días su doctor le dijo que esa era una manera de aminorar los síntomas del embarazo, al principio se sintió cómodo con la idea, luego comenzaron a hablar en los pasillos sobre su repentino aumento en el olor de su alfa, su fachada de omega fuerte se vio quebrantada por simples rumores y por esa misma razón es que había discutido tantas veces con Namjoon, al no querer que se acercara tanto a él, mucho menos que le dejase su olor.

Quería llorar porque se sentía abrumado con demasiados cambios por afrontar y no quería admitir que su esposo tenía razón al decirle que estaría demasiado expuesto al no mencionar nada sobre su embarazo, pero él así lo quería en un inicio.

— ¿Tú sabes lo que me está sucediendo? – cuestionó con el miedo plasmado en su rostro, Taehyung asintió con culpabilidad – ¿Jungkook te dijo algo?

— No, de hecho, yo pude oler su embarazo – omitió que su alfa se lo había dicho porque era un secreto que le prometió guardar, así que le fue mucho más sencillo decir otro tipo de verdad. Seokjin se quedó estupefacto al escuchar aquello, eso era imposible, solamente él y su alfa podían percibirlo en esa etapa temprana, además de Jungkook obviamente ¿Cómo era posible que Taehyung dijera algo así? –, no se asuste, lo sé porque mis sentidos están un poco más desarrollados, no soy tan efectivo como Jungkook, pero sí soy lo suficientemente sensible para detectarlo.

— Dos puros juntos – murmuró impresionado de lo inusual que era esa pareja, Taehyung frunció su ceño en confusión por lo que había mencionado –, ya lo había escuchado de Jungkook, muy conveniente supongo – el omega menor se sorprendió porque no era la primera vez que mencionaban algo sobre ser puro y lo inusual que era su relación, quería preguntar la razón, pero el semblante del mayor lo hizo regresar a la realidad.

— Seokjin hyung, los síntomas no van a parar de empeorar si no tiene cerca el olor de su alfa, créame lo sé muy bien – el ceño fruncido de Seokjin, junto con la inspección rápida a su cuerpo, le hizo saber que el omega sospechaba de algo – no hyung, no estoy embarazado, pero alguna vez lo estuve. Por eso mismo sé que necesita de su alfa y no buscar otras alternativas como a Jungkook para sentirse un poco mejor, están creando rumores sobre ustedes dos.

— ¿Qué?

Taehyung asintió culpable, porque no quería verlo más afectado de lo que ya se veía, apenas y se conocían, pero el omega siempre le demostró que era alguien fuerte que no se dejaba de nadie, lo admiraba tanto que no podía dejar que algo así llegara a arruinar todo por lo que el mayor luchó.

— Ponen en duda su embarazo, es algo complicado y también molesto porque están atreviéndose a mencionar que su cachorro es...

El cosquilleo en su cuello le advirtió de la cercanía de su alfa, dirigiéndose con rapidez para quitar el seguro, llegando en unos cuantos pasos hasta la puerta, abriéndola mucho antes que Jungkook tocara, el alfa se sintió aliviado al encontrarlo ahí, se había preocupado tanto por no saber lo que pasaba, la situación le estaba colmando los nervios. Regresó la mirada hacia atrás, observando a su asistente, tensándose por seguir ahí parada, Minah entendió aquella expresión y de inmediato se alejó del lugar, dándole por fin a Jungkook la privacidad que necesitaba.

Entró al baño junto con Taehyung, cerrando con seguro de nuevo y no se contuvo en darle un beso, anhelaba probar sus labios desde el momento que lo tuvo enfrente, no habían pasado suficientes horas separados, pero ya lo extrañaba.

— ¿Estás bien, bonito? – el omega asintió aun sintiendo el cosquilleo en sus labios, luego de aquel trago amargo sentir la cercanía de su alfa le traía una inmensa paz a su lobo – me preocupé mucho cuando me llamaste y no sabía en dónde encontrarte ¿dejaste tu teléfono en casa?

— Lo dejé en el estudio, disculpa por preocuparte. Prometo que tendré mi teléfono siempre conmigo para no perder ninguna de tus llamadas – Jungkook sonrió de lado, ahí estaba un de esas horribles inseguridades de su omega, acercó de nuevo sus labios para dejar un tierno beso en los belfos rosados, delineando estos con la punta de su lengua, estremeciendo el cuerpo contrario.

— No te disculpes, lo importante es que estás bien – le murmuró mientras lo abrazaba, Seokjin observaba la escena llenándose de un sentimiento de vacío y abandono, porque él también anhelaba ese tipo de contacto con su alfa –, pero si nada sucedió entonces ¿Por qué estabas tan angustiado?

— Creo que fue por mí – habló por fin el mayor, llamando su atención.

— Seokjin hyung estaba muy mal – murmuró Taehyung y el alfa comprendió a lo que se refería, venía cargando con eso desde muchas semanas atrás, pero el omega no entendía razón cuando le mencionaba que debía buscar a Namjoon y no a él.

— ¿Necesitas algo hyung?, Minah dijo que llamaste por mí – Seokjin comenzó a sentirse tonto por hacerlo, había pedido por él para que nadie pensara que era un dependiente de su alfa, pero ahora recordaba las palabras de Taehyung y eso le molestó – ¿hyung?

— A mi alfa, necesito hablar con él.

Fue lo último que murmuró antes de salir del lugar, dejando a la pareja un tanto confundida. Taehyung le explicó lo de los rumores a Jungkook, por supuesto solo los del omega mayor, eso hizo molestar en demasía al alfa, podía entender mejor el actuar de su hyung. El omega le pidió que no lo siguiera y le dieran su espacio, Jungkook decidió escuchar a su hermoso rubio, solo esperaba que Namjoon resolviera con Seokjin toda la situación.

Si le preguntaran a Seokjin que era lo que sucedía, él claramente diría que, un descanso era lo que necesitaba, uno que lo abdujera de todo el ambiente hostil del cual se estaba rodeando últimamente. No había dejado que nadie se encargara del nuevo proyecto más que Jungkook junto a él, ni siquiera su esposo se entrometía en nada porque él mismo se encargó de gritarle en la cara que no lo hiciera y Namjoon como buen esposo que era, un alfa demasiado paciente con el omega, no se entrometió en absolutamente nada porque sabía, vaya si no lo tenía claro que sucedería aquella pequeña explosión que se acercaba.

Seokjin andaba por los pasillos de la oficina con un aura sombría, asustando a todos a su alrededor, los murmullos no le importaban, si lo veían mal, ese no era su problema en esos momentos. La situación había llegado a su límite, sobre todo después de escuchar que lo estaban difamando en su propia empresa, con su empleado, con Jeon. Eso debía parar, pero antes tenía necesidades por solventar, como lo era llenarse del aroma de su alfa.

La secretaria de vicepresidencia lo vio atravesar el pasillo hecho una furia, al mismo tiempo notó que su humor no era el mejor, intentó preguntar si necesitaba que lo anunciara, pero solo recibió una murmuración. El omega abrió las puertas de la oficina de su esposo, encontrándolo sumergido entre papeles, con sus anteojos resbalando por el puente de su nariz, se había quitado el saco, así que podía ver lo remarcado de sus músculos, algo en su interior cosquilleó anhelando estar entre esos fuertes brazos y su lobo se encargó de llamar la atención del alfa.

— Jinie, ¿sucede algo?

Namjoon se puso de pie preocupado de verlo tan agitado, su cerebro comenzó a hacer muchas escenas donde podía estar herido, lastimado o algo le haya sucedido al cachorro, pero nada de eso era así, su lazo le hizo saber de un momento al otro que estaba molesto, demasiado molesto. Seokjin cerró la puerta colocando el seguro en esta, para luego regresarle la mirada, fulminándolo, el alfa se sintió confundido por la repentina actitud y al mismo tiempo era demasiado familiar debido a los cambios del embarazo.

— Estoy harto de toda esta basura del segundo al mando – sus palabras sorprendieron al alfa, quien no comprendía la situación, Namjoon volvió a su lugar en su silla esperando una explicación más extendida de todo aquello –. Todos tienen algo que opinar de mí, que si soy omega, que si llevo tu olor, que si no lo llevo, si soy muy duro o soy demasiado blando. Que si me paso más tiempo con Jungkook que contigo y ahora resulta que te estamos engañando – eso último hizo soltar una pequeña risa al alfa, una que fue reprendida de inmediato con una mirada –. Solo quiero que me dejen tranquilo, sin que a nadie le importe el hecho que suba de peso en estas pocas semanas, hasta convertirme en una enorme pelota y salga rodando de aquí.

— Moon, ¿a qué viene toda esta explosión de emociones?

— Estoy cansado Nam – se quejó aun estando en su lugar, a unos cuantos pasos separados de su esposo, su lobo anhelaba que rompiera esa distancia, pero el omega necesitaba primero desahogarse para luego acurrucarse en sus brazos –. Quiero poder estar tranquilo con todo, encargarme del proyecto que planifique sin que me critiquen y no estar preocupado todo el tiempo porque alguien descubra del embarazo porque ahora se lo quiero gritar a todos para que me dejen en paz.

El alfa se volvió a colocar de pie bajo la atenta mirada del omega, se quitó los anteojos masajeando un poco el puente de su nariz y le sonrió mientras se iba acercando a él. Namjoon esperaba tanto que llegase ese momento porque no necesitaría decir el típico, te lo dije; Seokjin se tensó un poco y abrazó su vientre por inercia buscando proteger al cachorro, un acto involuntario guiado por su lobo. El alfa terminó de romper la distancia, quedando a unos cuantos pasos sin invadir tanto su espacio.

— Sabía que algún día sucedería esto – murmuró mientras llevaba su mano a la mejilla de Seokjin quien gustoso buscó más contacto, Namjoon no se contuvo en soltar un poco más de su esencia para tranquilizar al omega, podía sentir por el lazo que compartían cómo iba relajándose –, esperaba que entraras aquí, posiblemente hecho una furia como ahora; cansado de cargar con demasiadas cosas, sobre todo con el proyecto y el asunto del embarazo – le acunó el rostro entre sus manos haciendo que sus miradas se conectaran, exponiendo el dorado en sus ojos, llamando el esmeralda en los contrarios –, pero sabes qué es lo que haría en ese caso hipotético – Seokjin negó lentamente hipnotizado por los ojos de su esposo, exponiendo el verde en sus ojos, su lobo esperando una respuesta de su alfa – te tomaría en brazos...

Ni bien había terminado la frase, el alfa lo alzó fácilmente, mientras Seokjin se sostenía de su cuello, dejándose llevar por su alfa hasta llegar al sofá que estaba junto a la ventana, el cual era su espacio favorito, un dato que sabía Namjoon, razón por la que envió a colocar este mueble justo en ese espacio, adoraba ver a su omega llegar a su oficina y recostarse en aquel espacio donde podía ser él por algunos cuantos minutos dentro del ambiente laboral. Lo recostó con mucho cuidado, sin cortar un segundo el contacto visual, dejando un tierno beso en sus labios, algo más parecido a un roce.

— Te diría que te amo muchísimo por ser el omega más fuerte que jamás haya conocido – el sonrojo en las mejillas del omega iba aumentando con cada palabra que salía de los labios del alfa los cuales se acercaban peligrosamente a él – te besaría suavemente los labios solo para sentir la presión de los tuyos contra los míos – Seokjin podía sentir que el aire comenzaba a escasear, sus hormonas estaban demasiado alteradas y fue él quien exigió romper el agobiante espacio entre ambos con un beso demandante, sintiendo cómo el alfa se colocaba encima de él, cuidando de no poner todo su peso – y te dejaría en claro lo mucho que me gusta el que me hayas escogido como tu esposo.

Ambos cuerpos podían percibir como el contrario iba aumentando su temperatura corporal, la pasión, el éxtasis de estar reencontrándose una vez más, los invadió, les exigía una liberación de su deseo. El omega tomó entre sus manos la camisa del alfa soltando todos los botones de un tirón, deleitándose con el aroma proveniente de la piel contraria, era muchísimo mejor percibirlo de esa manera, no se contuvo en tocar el esculpido cuerpo el cual había aumentado en músculos durante las últimas semanas debido al ejercicio extra que realizaba Namjoon para calmar la frustración. El alfa tampoco se quedó atrás para quitar la camisa del omega, buscando la curvatura de su cuello, lamiendo la marca que los unía, provocando pequeños sonidos placenteros.

Seokjin en las pocas semanas que llevaba de embarazo jamás había amado más su sensibilidad como lo estaba haciendo justo en ese instante, sentía que el tiempo se acabaría si no obtenía más, se aferró al cuerpo de Namjoon intentando sostenerse de algo, mientras que el alfa solo se preocupaba en besar cada centímetro de piel que tenía a la vista. Diosa, llevaba semanas sin poder acercarse de esa manera a su omega, no perdería la oportunidad de saborear cada espacio que le pertenecía, todos esos que se había ganado. Sus pantalones comenzaron a sentirse apretados y ninguno detuvo al otro cuando ambos comenzaron a quitar la prenda.

Sus pieles ardían en deseo, la del omega era una zona erógena extendida con cada roce que diera el alfa, este se detuvo por algunos segundos en el leve bulto que comenzaba a notarse en el vientre de su omega, dejando besos y caricias, su lobo reconocía que su cachorro se encontraba ahí, eso lo hacía sentir orgulloso. Seokjin se sentía en las nubes, mucho más cuando sintió un dígito llenándolo, era la sensación más placentera que en mucho tiempo no había tenido.

— Amo que estés así para mí – murmuró el alfa con un tono de voz más bajo, llevando su dedo a los labios para probar los fluidos que lo envolvían – sabe más dulce.

— Por favor, alfa te necesito.

— ¿Sí?

— Sí, ahora. No te detengas, te lo pido, no me hagas esperar más.

Namjoon no pudo evitar sonreír ante la exigencia de su esposo, ni siquiera había notado el momento en el que se habían quedado con los pantalones abajo y sin ropa interior, la única prenda que tenían eran las camisas sin un solo botón, víctimas de su pasión. Sin embargo, eso no le preocupaba ahora, no cuando tenía tan gloriosa vista de su omega lubricando para él, esperando para que lo tomara y justo eso iba a hacer. Diosa, gracias por hacer que la oficina fuera insonorizada porque no se contendría.

Se posicionó lentamente entre las piernas de Seokjin, alineándose hasta entrar en ese espacio que siempre lo recibía de una manera indescriptible, se sentía abrazado y tan sensible al mismo tiempo. Se extrañaban tanto que no querían que aquel efímero momento terminara jamás, cada estocada era suave, lenta y torturadora para ambos, Namjoon no quería lastimar a su omega o al cachorro en su interior, conocían que podrían llevar a cabo relaciones sexuales, pero siempre con precaución. Joder, cómo le costaba contenerse cuando se trataba del omega, mucho más cuando era este quien no dejaba de besar su cuello mientras se aferraba a su cuerpo.

— Jinie si sigues así no voy a contenerme – murmuró entre dientes, sin dejar de llevar un ritmo lento, pero certero, el omega había descubierto que cada que besaba su piel lograba obtener un poco más de fuerza en cada movimiento.

— Alfa, solo un poco más, estaré bien. Te prometo que no nos harás daño, te necesito.

Se sentía explotar por todo lo que sentía su cuerpo, en su interior se arremolinaba un sinfín de emociones, alegría, enojo, incertidumbre, miedo y demasiado amor que no podía contener, necesitaba sacarlo de alguna manera, su lobo se lo exigió al alfa quien con gusto se apoderó del control de su humano, comenzado a darle lo que tanto pedía. Colocó su mano de nuevo en el vientre creando una conexión con el pequeño ser que estaba en el interior del omega, no le haría daño de ninguna manera, con ese simple gesto solo se aseguraba del lugar en el que estaba, para luego comenzar un ritmo mucho más rápido, más intenso, llenando cada rincón de ese espacio en el cual era recibido hasta tocar el punto dulce que llevaría a la locura al omega.

Se aferró con tanta fuerza del cuerpo contrario que terminó rompiendo la camisa aún más de lo que ya estaba, eso no los detuvo de seguir envolviéndose en la nebulosa de placer, haciendo crecer más y más el deseo de liberarse. El omega pudo sentir el nudo creciendo en su interior, expandiéndose; de inmediato expuso su cuello mostrando la marca para que fuera renovada y el alfa sin necesidad de pedir explicaciones lo hizo, forjando así una unión más. Namjoon pudo sentir la conexión con su cachorro, no era nada parecido a lo que le explicaron, ellos eran destinados, así que todo se sentía mucho más intenso, las emociones, los sentimientos e incluso los pensamientos podían compartirlos.

Sus dientes seguían clavándose en el espacio de la curvatura del cuello de Seokjin, sin hacer presión, simplemente estaba dejándose invadir de las nuevas emociones, sintiendo un ser nuevo conectado a ellos, ambos se dejaron llevar por su orgasmo, teniendo pequeñas réplicas que los hacía jadear sin aliento. Namjoon comenzó a curar la herida recién abierta, lamiendo diligentemente, escuchando cada siseo proviniendo de los labios del omega, hasta que fue cerrando poco a poco la marca. Cuando regresó, la mirada hacia los ojos de Seokjin descubrió que estaban empapados en lágrimas.

— ¿Moon? – cuestionó aún sin aliento suficiente, temiendo haberlo lastimado, aún tenía las emociones a flor de piel y el lazo que compartían tenía demasiados sentimientos confusos en ese momento – ¿Qué sucede amor? ¿Por qué lloras?, acaso te lastimé – Seokjin comenzó a negar frenéticamente – te sientes mal o necesitas algo. ¿Te duele mi nudo?

— N-no, bueno, sí duele, pero... – articuló apenas, Namjoon comenzó a quitar las lágrimas con cuidado sin quitar su mirada del rostro totalmente empapado – es solo que, te extrañe – esas palabras calentaron aún más el corazón del alfa, comenzado a repartir besos en todo el rostro del omega – Nam.

— Sí, Moon.

— Quiero revelar lo del embarazo, no lo quiero ocultar más – Namjoon le regaló una sonrisa mientras asentía de acuerdo con lo que decía.

— Si es lo que deseas, sabes que siempre te apoyaré – el alfa le dio un tierno beso en sus labios, uno que fue interrumpido por la tela de su camisa rasgada, causándole una risa incontrolable al notar aquello – parece que ya no soy el rey de la destrucción – el rubor en las mejillas de su omega lo enterneció – descuida, siempre tengo unas de repuesto por si suceden eventos desastrosos.

Ambos siguieron sumergidos en su burbuja insonorizada, protegidos de todo lo que ocurría en el exterior, sin importarles absolutamente nada. No cuando estaban los tres en un espacio seguro, con un vínculo reciente al cual el alfa aún debía acostumbrarse.

El alfa había tomado la oportunidad del alboroto armado por Seokjin para encerrarse en su oficina con Taehyung, esta vez nadie lo había visto entrar con él, así que tenían el tiempo contado hasta que notaran la ausencia de ambos. Sin embargo, eso no le fue obstáculo para tenerlo a horcajadas sobre sus muslos, mientras él delineaba con sus manos cada curva de ese mapa, el cual ya llevaba su nombre marcado en muchos lugares, pues al igual que su omega le fascinaba marcarlo, él no se quedaba atrás.

Llevó sus labios hasta la curvatura del cuello de Taehyung con el objetivo de llegar a la marca temporal que estaba pronta a desaparecer. Diosa moría por marcarlo, pero su omega insistía que debían esperar ¿Cuánto tiempo iba a pasar para terminar la espera?, sus besos se volvieron posesivos sobre la piel levemente marcada, su lengua dejaba rastros de saliva como si estuviese preparando el espacio para dejar su marca en ese espacio.

— Jungkook.

— Sí, mi sol.

— ¿Está bien que nosotros estemos en una relación? – el alfa detuvo su actuar de manera abrupta encarando al omega con su ceño fruncido, Taehyung tenía su respiración agitada aún por el frenesí en el que estaba segundos antes.

— ¿Qué quieres decir?

— Me refiero a, si esto... – los señaló a ambos –. Un nosotros, es correcto.

— ¿Correcto?, amor, tú eres mi omega, por supuesto que es correcto. No tenemos muchas interacciones aquí porque tú me lo pediste – mencionó en un tono de reproche – si fuera por mí tendría un cartel gigante colgando del cuello que diría tengo omega y es Kim Taehyung – una risa leve escapó de los labios del omega.

— Pero no te molesta que yo sea un simple fotógrafo, es decir, no tengo estudios de universidad o una profesión como ser un gran ejecutivo.

— ¿A qué viene todo esto?

— Quiero ser el correcto para ti.

— Ya lo eres mi sol – Jungkook aferró su agarre en la pequeña cintura del omega, para luego dejar un beso en sus labios – tú eres perfecto para mí, ¿acaso es por alguna inseguridad de tu pasado? ¿Quieres que lo hablemos?

— N-no – dudó un poco al responder, cosa que el alfa no pasó por alto, frunciendo su ceño y poniendo un poco más de fuerza en su agarre –, pero me gustaría que tú y yo tengamos una relación algo así como más que novios... porque lo somos ¿verdad? – Jungkook asintió lentamente – bien, entonces podría ser un poco más ¿formal?, como para compartir... una marca – murmuró en voz baja.

Los ojos de Jungkook se iluminaron al escuchar aquellas palabras saliendo de los bellos labios de su omega, ¿le estaba pidiendo lo que creía?, su euforia no se hizo esperar al comenzar a besarlo, lento, suave no de una manera exigente como al principio, sino todo lo contrario. Su lobo decidió que también quería hacer presencia, mostrándose en el rubí característico.

— Mi luna, no sabes lo feliz que me hace esto – Jungkook seguía repartiendo besos en todo su rostro, hasta que cierto pensamiento lo detuvo –, pero debemos esperar, hasta que pasen tus estudios, ¿cierto? – el omega asintió con una sonrisa tímida – hablaré con Hoseok para que apresure todo el proceso de tus análisis y así puedas estar más que convencido. Pero mi luna por favor recuerda una cosa, yo te amo sin importar el que puedas o no quedar en cinta.

— ¿Lo prometes? – susurró sintiendo calidez en su corazón al escuchar que le había dicho que lo amaba, el alfa asintió –. Si te digo que también te amo sin importar nada o lo que digan me darías más besos...

El alfa asintió frenéticamente, trayéndole paz a Taehyung porque no solamente Jungkook estaba hablando en ese momento, su lobo también comprendía la situación. Tuvo miedo de que lo rechazara, por lo que mencionó el alfa el día que mutó, diciendo que podrían formar una manada con muchos cachorros, pero ahora podía estar un poco más tranquilo y su lobo se lo agradeció. Estaría mucho más relajado, su lobo se reflejó frente a su alfa, ambos lobos comunicándose en una promesa silenciosa. Mientras que sus partes humanas se distraían con el hecho de tener una relación a un paso de algo más.

— Te amo, Kim Taehyung, te amo.

— También te amo, alfa...

"Existe algo que nos acecha, nos observa, no quiero perderte"

"Conozco tus miedos, compártelos para que la carga no sea totalmente tuya, estoy aquí"

"Las sombras del pasado pueden amenazar con apagar nuestra nueva luz, fantasmas que se empeñan en destruir"

"No dejaré que la oscuridad nos alcance"

"Porque el que con fuego juega, terminará quemándose"

Bien lo prometido es deuda... dije que sería ayer la actualización, pero ya conocen la historia de cuando me retraso en subir. Bonito inicio de semana para todos mis personitas bellas. Purple hearts.

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