XXII
¿Cuántas veces lo había alzado en brazos desde que pronunció aquella simple frase?, Taehyung ya no lo sabía, de tantas veces que sucedió perdió la cuenta, pero luego de suplicar que lo bajara porque lo estaba mareando, logró hacer que Jungkook lo dejara con los pies en el suelo. Se quedaron observándose, sin decir palabra alguna, hasta que después de algunos segundos el alfa volvió a sonreírle tan ampliamente que le enceguecía verlo de esa manera. Seguido de aquel gesto rompió el silencio en el que se había mantenido durante ese tiempo y comenzó a divagar de nuevo.
Se sentía un poco abrumado porque Jungkook no dejaba de parlotear demasiadas cosas frente a él; empezando con lo que le había dicho su abuelo, comentando desde, cómo que su lobo había enloquecido por la presencia de este, hasta finalizar diciendo que se sentía feliz de encontrarlo. Repetía que esa era la razón por la que sus lobos se conocían desde antes. El alfa no dejaba de insistir en que él debía también recordar lo que sucedió ese día tan importante.
Taehyung no comprendía la mitad de su discurso y junto a los pequeños fragmentos que conectaba en imágenes fugaces lo terminaban confundiendo, su mente no era capaz de separar entre los recuerdos de su dura infancia y lo que Jungkook mencionaba.
— Jungkook, ve más despacio, no comprendo lo que dices – lo tomó de las mejillas haciéndolo sonrojar de inmediato, sus ojos iban y venían entre el rojo intenso y el color natural, lo cual hacía ver que había una lucha por el control –, es demasiado confuso. Puedes elaborar más tus palabras, por favor – le suplicó, obteniendo una sonrisa – Jungkook.
— Que hermoso suena mi nombre cuando tú lo dices – sonrió de manera tonta y enamorado, recordando las palabras de su madre cuando le explicó de dónde provenía su nombre –, no te lo había dicho antes, pero mi nombre es la combinación del nombre de mis padres. Ellos pensaron que sería un buen nombre para mí, pero jamás se había escuchado mejor que cuando tú lo dices.
— Jungkookie, ¿Qué te sucede? – interrogó sintiendo demasiada euforia por parte del otro, el cosquilleo en su cuello no lo dejaba tranquilo, haciéndolo sentir ansioso.
— Mi precioso omega, no me pasa nada, es solo que, ahora comprendo por qué me parecía tan familiar cuando te veía junto a Eunyeong – Taehyung se sintió conmovido al escuchar el nombre de la anciana porque él de cierta manera la veía como una figura materna –, es porque yo te vi muchas veces con alguien de esa manera y esa era la imagen de ti estando con tu abuela. Siempre te decía que olías a tierra cuando regresabas a casa – abultó los labios al recordarlo –, pero eso era por mi culpa.
— ¿Mi abuela? – cuestionó Taehyung al sentirse desconcertado por la comparativa, él recordaba muy poco de su abuela, aunque el recuerdo de ella siempre evocaba mucho amor – Jungkook... – intentó llamarlo la primera vez para que se detuviera en su discurso sin lograrlo, el alfa lo abrazó mucho más fuerte, olfateando su esencia en la curvatura de su cuello – Jungkook... – llamó una segunda vez, pero el alfa seguía divagando en sus memorias sobre un verano del cual no recordaba muchos sucesos – ¡Alfa!
Aquel tono de voz resonó en todas las paredes del apartamento, se encontraban en el medio de la sala, ambos de pie, pero ese simple llamado hizo que Jungkook se quedara en completo silencio apartándose de su agarre, observándolo como si esperara una orden, incluso se sentó en el suelo. Taehyung se puso nervioso al verlo ahí, viéndolo desde abajo como un cachorro al cual habían regañado, con sus ojos brillantes destellando en rubí.
No tenía miedo por haberle alzado la voz, al contrario, se encontraba consternado porque no había sido su intención ¿gritarle?, no, eso no había sido un grito, aquello salió de su interior como una voz de su lobo.
Rápidamente, él también se colocó a su altura, quedando uno frente al otro. Elevó su mano para acariciar la mejilla contraria, deteniéndola a escasos milímetros del contacto, Jungkook ansioso por sentirlo buscó de inmediato la palma de Taehyung frotando su rostro en esta. El omega sabía que había algo más en esa actitud, le sostuvo de ambas mejillas y lo tuvo más claro.
— Hola alfa – Taehyung saludó con una media sonrisa, parecía que su llamado había despertado al lobo en el interior de Jungkook, dándole todo el control del cuerpo, ¿acaso existía una razón para que estuviese ahí? –. Podrías por favor traer de vuelta a Jungkook.
La respuesta fue más que obvia y divertida para Taehyung, quien notó el ceño fruncido del alfa mientras daba una negación frenética.
— Por favor, necesito que Jungkook me explique lo que está sucediendo.
— Yo puedo hacerlo mi Luna – habló en un tono quizá ¿dolido?, por preferir a su parte humana, pero Taehyung no se iba a negar a escucharlo, quizá el lobo era más directo y menos divagador.
— De acuerdo, entonces ¿de qué se trata todo esto? ¿Tiene que ver algo con tu abuelo?
El alfa se elevó un poco, pero solo lo suficiente para acomodarse mejor, sentándose sobre sus talones; seguido, le tomó ambas manos y comenzó a besar cada uno de sus nudillos. El rostro de Taehyung se pintó del mismo color de los ojos del alfa, estaba totalmente sonrojado, sentía un cosquilleo extraño recorrerle, su cuerpo se estremecía ansioso por conocer lo que el lobo estaba por comentar.
— Tú y yo... Nos conocimos cuando eras pequeño. Vivías con tus abuelos en una granja, amabas comer fresas y esconderte en la hierba alta – comenzó a relatar el alfa mientras seguía dando caricias leves en sus manos, Taehyung notaba que la temperatura corporal del cuerpo de Jungkook comenzaba a elevarse distrayéndolo un poco del relato –, en ese tiempo te llamabas Siu, pero lo pronunciabas como Su, eras muy lindo, demasiado hermoso. Lindo, lindo, lindo.
El alfa se sonrojó al recordar esa primera vez que lo vio, su humano apenas tenía seis años cuando conocieron a un pequeño que aún no se presentaba, pero su aroma ya lo delataba como omega, sus sentidos un poco más desarrollados le permitían olfatear perfectamente la esencia del pequeño dejándolo más que fascinado, en especial porque estaba dando muestras de ser su destinado.
"—Abuelo, ¿qué significa cuando alguien tiene 3 olores?– cuestionó el menor con una mirada curiosa, sintiendo el cosquilleo latente en su pecho, su corazón no dejaba de retumbar y él no podía entender por qué aquel niño tenía tantas fragancias."
"— Olvida esas tonterías, Jungkook-ah. Las personas no tienen tres olores"
"— Pero ¿qué significa? ¿Es malo?"
"— Son tonterías de destinados, cosas que no debes poner atención"
Destinados. Justo como sus padres lo eran, Jungkook entendía muy poco acerca del tema, pero lo que le quedaba bastante claro respecto al tema era que sus padres eran verdaderamente felices. Se le había contado muchas leyendas sobre los destinados, mas nunca se le explicó cómo encontrar uno.
Jungkook lo observó durante un tiempo desde el jardín de su casa, por una pequeña rendija que dejaba ver al otro lado de la calle, se quedó ahí durante toda esa primera tarde no porque fuera un acosador a la distancia, sino porque no quería asustarlo como a los otros niños. Se perdió en sus rizos flotando en el viento, sus mejillas rellenas eran tiernas como pequeños panecillos, tenía una pancita de bebé que su lobo solamente quería poder olfatear, quizá hacerle cosquillas para escucharlo reír porque ya lo había escuchado hacerlo y fue melodía para sus oídos.
"Nuestro omega"
Escuchó aquel susurró proveniente del lobo en su interior, era de las raras veces que se lograba comunicar con él. Tampoco controlaba la manera en la que podía comunicarse con este, así que cuando eso pasaba Jungkook le respondía de manera verbal.
"— ¿Nuestro? ¿Es algo así como mi persona especial? – cuestionó en su inocencia y el lobo en su interior se limitó a afirmar aquello, dejando al pequeño cachorro muy ilusionado."
Durante una tarde, como era de costumbre, salió a su jardín después de sus clases especiales para no perderse su momento preferido del día, observar al pequeño que hacía a su lobo mover la cola, mientras que su nariz se deleitaba con el aroma de este mismo, destacando uno en específico.
Rosas.
Justo ahí, en el mismo sitio donde las flores del campo lo rodeaban, lo vio contemplar un diente de león, pasaba sus pequeños dedos sobre la delicada flor y eso le pareció demasiado tierno hasta que notó sus intenciones en querer cortarlo. Jungkook sabía que si arrancaba la flor se desmoronaría de inmediato, así que, en un impulso provocado por su lobo, el cual apenas controlaba, salió sin más de su casa.
Con pasos temerosos y preguntándole al "señor lobo" en su interior si eso estaba bien, terminó acercándose hasta llegar al lugar para evitar verlo triste, ¿Cómo haría eso? No lo sabía, simplemente no quería ver una mueca triste en esa cara angelical, pero su lobo tenía un plan.
Su intención había sido no sorprenderlo o asustarlo con su actuar o con su sola presencia, pues en ese tiempo el resto de niños le temían porque el aura de la pureza de su lobo estaba presente y ese era el mayor miedo del pequeño alfa, no quería que sucediera lo mismo con aquel cachorro que robó los latidos de su corazón.
"— Mi corazón hace bum bum, señor lobo – Jungkook siempre hablaba así con su lobo, pues su padre le había dicho que nunca estaría solo porque tenía a su animal interior quién sabría cómo actuar – no quiero que me tenga miedo."
Sin embargo, a diferencia de otras veces, no obtuvo una reacción de miedo, más bien fue asombro lo que invadió esos ojitos brillantes frente a él, sumándole una sonrisa cuadrada demasiado hermosa. Jungkook se sonrojó hasta las orejas cuando el pequeño omega lo saludó, preguntando quién era. El alfa no pudo con la presión del momento, quedándose mudo, perdiéndose en la mirada contraria un tanto confundida, así que su lobo actúo extendiendo una flor silvestre blanca que recogieron unos pasos atrás, dejando desconcertado a, en ese entonces Siu, quien con mucha alegría la tomó, olfateándola como si tuviese el aroma más magnífico, aunque lo siguiente que dijo sí que fue de suma importancia.
"— Huele dulce, como la miel de maple – murmuró el pequeño omega, olfateando una y otra vez la pequeña flor –, Soy Su y tú"
"— Jungkookie – dijo sin dudarlo un segundo más, pues él quería que ese niño lo llamase así"
"— Jungkookie, tú también hueles dulce."
El lobo en su interior se regocijó al ser identificado de una manera tan preciosa, porque, aunque su parte humana era demasiado inexperta en las marcas de olor, él se encargaba de a veces soltar su esencia para alejar a cualquiera que quisiera hacerle daño a Jungkook, pero ahora lo había utilizado para atraer la atención de Taehyung. Después de aquella tarde pasaron a ser inseparables, hasta que el abuelo de Jungkook decidió que dejaría de tomar clases en la escuela y tendría tutores privados, eso agregaba muchas más horas a su rutina de estudios.
"— ¿Lo prometes?"
"— Lo prometo, Siu. Espérame para el atardecer, regresaré siempre a ti."
Así fue cada atardecer, jugaban, retozaban en la hierba alta, comían a escondidas las fresas de la huerta de la abuela y siempre observaban las estrellas.
"— Me gusta esa de ahí – señaló con su dedo una de las estrellas más brillantes en el cielo."
"— Esa, tiene una historia – Jungkook lo observó maravillado, al ver que sus ojos brillaron esperando lo siguiente, pero el llamado de sus abuelos los hizo saber que ya no tenían más tiempo –, una que prometo contarte después"
Aunque no todo podía ser color de Rosa, los padres de su pequeño omega decidieron que la crianza con sus abuelos no era la mejor porque lo estaba volviendo un mimado, decidiendo llevarlo con ellos a América, donde el padre del menor comenzaba a obtener mayor poder económico; en el ideal de ellos se excusaban que aprendería un nuevo idioma, se olvidaría de las tradiciones del país y educarían a un Alfa de menor rango o bien un Beta decente, sin la constante intervención de los abuelos diciendo cosas sobre que su único hijo sería un omega adorable.
La omega se negaba a que su hijo fuera de una jerarquía como la suya, trataba de convencerse ella misma que él no parecía tener rasgos definidos de ninguna jerarquía, ya que según la madre de Taehyung, el cachorro parecía demasiado revoltoso para tratarse de un omega delicado por lo que se les hacía más fácil el pensar que sería un alfa de bajo rango o bien un beta, esperaba que fuera cualquiera de las antes mencionadas y no un omega.
"— Jungkookie, protégeme. No me quiero ir"
Escuchar aquello molestó en demasía al pequeño alfa, quien por primera vez dejó que su lobo tomara completo control. Todos los presentes se sorprendieron al verlo tener unas pequeñas orejas peludas de color negro junto con sus ojos tintado en un rojo rubí, sacando sus colmillos como amenaza ante el alfa que decía ser el padre de su omega.
Jungkook corrió hasta donde se encontraba, quitando del camino el cuerpo del mayor, dejándolo impresionado por la fuerza que tenía a pesar de lo pequeño que era. El aura que rodeaba al cachorro era mucho más fuerte que cualquier alfa adulto, demostrando su jerarquía como un alfa puro, todos fueron víctimas del miedo por algunos segundos, a excepción del pequeño omega que logró escapar de los brazos que lo aprisionaban.
"— Jungkookie, protégeme."
Esos eran los gritos de su omega cuando con todas sus fuerzas se aferraba a su cuerpo, intentando no ser llevado lejos de sus abuelos y de Jungkook. El alfa había mordido el brazo del padre de Taehyung evitando que lo arrancaran de su resguardo. Todo se fue saliendo de control poco a poco y al mismo tiempo, demasiado rápido.
"— Prometo protegerte Siu... porque tú eres mi luna"
Una promesa que quedó suspendida en el tiempo.
Seung, su abuelo, se molestó al no tenerlo de vuelta en casa al primer llamado; al no encontrarlo por ninguna parte y escuchar los gritos provenientes del exterior, lo hicieron sospechar que su nieto de nuevo se encontraba con aquel niño, el cual siempre terminaba marcando a Jungkook con su aroma de frutos rojos. No cabía duda que se trataba de un omega puro, por esa misma razón el alfa mayor no intervino en su interacción, simplemente se limitaba a observar.
Al ver aquella escena tan escandalosa no dudó en salir de su casa, intentó tomar en brazos a su nieto, el cual era la primera vez que lo veía con una mutación de su lobo, sin embargo, el alfa menor terminó mordiéndolo de igual forma que hizo con el padre de Taehyung, en un intento fallido para que reaccionara y escuchara palabra, alzó de nuevo su mano; el pequeño cuerpo de Jungkook cayó inconsciente luego del golpe que su abuelo le había propinado, quien con su anillo de plata le terminó provocado aquella cicatriz. El impacto no fue con demasiada fuerza, pero sí con la suficiente para hacerlo perder el conocimiento, sobre todo porque el lobo estaba agotando las energías de su humano para mantenerlo a flote.
Taehyung pataleó y trató de ir con él en el momento que lo vio inconsciente en los brazos de su abuelo, pero era demasiado tarde, sus padres ya lo tenían encerrado en el auto rumbo a una nueva vida. Sus pequeños sollozos fueron acompañados por los aullidos de su omega que comenzaba a despertar en reflejos azules, prometiendo fidelidad a su alfa rubí, escondiéndose hasta que fuera el momento, pactando entre ambos lobos en no revelar aquella dolorosa despedida.
Pasaron semanas para que el lobo volviera a confiar en el anciano y dejara que la parte racional de Jungkook saliera a la luz, pero cuando lo hizo guardó con recelo todos los recuerdos con su omega, esperando el momento justo en el que se volvieran a encontrar. No aceptaría a nadie más, porque él pertenecía a un omega y su lobo estaba convencido de que, sin importar el tiempo, lo esperaría.
— Alfa – murmuró Taehyung con enormes lágrimas, desbordando desde sus ojos, realizando un camino por sus mejillas hasta caer al suelo. Se sentía abrumado, su lobo le permitió recordar todo aquello conforme avanzaba el relato, así que era un tanto más fácil de digerir toda la información – eres tú...
— Sí, mi Luna.
— Pensé que solo te habíamos encontrado en el bosque hace dos años – el alfa negó lentamente.
— Solo me despertaste, me llamaste. Quería correr hacia ti, pero...
— Entiendo – le sostuvo el rostro cuando desvió la mirada, Taehyung acarició sus mejillas y lo hizo que regresara a verlo – no tienes que explicar eso.
— Pero ahora estás aquí y yo también... podemos estar juntos... – su voz se estaba entrecortando por la respiración agitada que mantenía – tú y yo podremos formar nuestra propia manada con cachorros... muchos cachorros. Serían hermosos, no tan hermosos como tú, porque tú eres demasiado bello, precioso y lindo.
Taehyung lo vio levantarse un tanto agitado, eso lo preocupó porque parecía que se trataba de un animal enjaulado intentando escapar mientras tenía aquella verborrea donde lo halagaba, prometía cuidarlo, protegerlo y amarlo. Notó que de pronto comenzó a sudar demasiado, hasta que de un momento a otro lo vio intentar quitarse la sudadera entre torpes movimientos, atorándose en el cuello, dando gruñidos desesperados hasta que la prenda salió de su cuerpo; se revolvía el pelo como si algo estuviera molestándolo y de un momento al otro sucedió.
Bajo la atenta mirada de Taehyung aquello que pasó en cuestión de segundos, él lo vio en cámara lenta. El crujir de huesos característicos de la mutación lo sorprendió, poniéndolo en alerta la respiración agitada, el alfa estaba desesperado por obtener aire suficiente, la piel nívea fue reemplazada por pelaje oscuro, totalmente negro; la ropa de Jungkook quedó destrozada en el suelo mientras que los jadeos de aquel majestuoso lobo invadían el ambiente junto con su intenso aroma a bosque lluvioso y arce haciéndolo caer en un trance.
El animal estaba un poco desorientado por la repentina mutación, se movía de un lado al otro no guardando muy bien el equilibrio. Taehyung se puso de pie para llegar hasta donde se encontraba, sosteniéndolo, aunque casi lo tumba en el suelo pues el peso del animal era mayor a la fuerza que podía tener el omega, afortunadamente se sostuvo del pelaje azabache y eso fue suficiente para que el animal recuperara la estabilidad de su cuerpo, aguantado el peso que colgaba de su cuello.
Jungkook sintió el tirón en su pelaje cuando el omega se aferró a este para ponerse de pie, dando un leve gruñido; todo era nuevo, sus sentidos estaban mucho más agudizados, sus orejas captaban sonidos imperceptibles para un oído humano; como por ejemplo el elevador al final del pasillo abriendo sus puertas, la gotera en el grifo de la cocina, su ritmo cardiaco era más acelerado y le costaba mantener el equilibrio si hacía movimientos rápidos.
— Jungkookie, ¿estás bien? No tienes que temer, estoy aquí contigo – murmuró Taehyung mientras acariciaba el pelaje de la cabeza del lobo, llevó su mano hasta sus peludas orejas y con un simple masaje en ellas logró relajarlo obteniendo su mirada – eso es. Tranquilo Jungkookie.
La voz de Taehyung lo estaba arrullando junto a las caricias que dejaba, sus músculos comenzaron a acostumbrarse a soportar el peso de su cuerpo, observó al omega estando de puntas para alcanzarlo y hasta ese momento fue consciente de su altura, posiblemente pasaba de los dos metros y medio. Su apartamento de pronto se vio reducido para su tamaño actual.
Los movimientos bruscos lo hacían marearse con facilidad, pero poco a poco se iba haciendo consciente de su propio cuerpo. El cosquilleo que le recorría cada parte de su piel era particular, sentía cierta elevación en su temperatura gracias al tacto frío provenientes de los dedos de Taehyung que se enredaba en su pelaje.
— No puedo creer que por fin puedo verte en tu mutación completa – volvió a hablar el omega maravillado por el lobo frente a él, aquella pintura no le hacía justicia a tan majestuoso alfa – eres precioso. Alfa, eres muy alto y fuerte.
Jungkook no podía afirmar aquello, alto sí, pero fuerte lo dudaba. Podía sentir cómo sus músculos ardían, dolían, temblaban y ardían en ciertas zonas, provocándole temblores que con el correr de los minutos se hacían menos notorios. Taehyung le dejó de dar caricias para admirarlo, rodeándolo. El lobo por inercia comenzó a girar junto a él, curioso por lo que estaba haciendo el omega, divirtiéndolo y comenzando a reír por la actitud del alfa.
— Quédate quieto, quiero verte.
Como siempre sus palabras eran órdenes porque el animal se sentó en sus patas traseras de manera obediente, Taehyung volvió a reír, él quería detallarlo así de pie, pero viendo lo inexperto que era Jungkook en todo aquello no le importaba que fuera torpe. Le parecía tierno. Sus dedos comenzaron a enredarse en el pelaje sedoso del alfa, sintiendo emanar el calor corporal, ahora comprendía por qué cuando hablaba el lobo, el cuerpo de Jungkook comenzó a elevarse en temperatura, sudando cada vez más.
El omega no pudo evitar seguir dejando caricias en el lomo del lobo, quien gustoso fue dejándose caer al suelo por completo, sacándole una sonrisa amplia a Taehyung, quien tomó esa acción como una invitación a seguir. Poco a poco llegó hasta el límite donde encontraría la panza del lobo, teniendo cuidado de no ir más allá pues no sabía cómo reaccionaría.
— Eres un lobo muy mimoso, ¿lo sabías? – murmuró Taehyung al ver que casi estaba adormeciéndolo con sus caricias, posiblemente Jungkook regresaría en cualquier momento o bien podrían pasar horas, así que aprovecharía aquella nueva experiencia –. Me pregunto si dejarías que rascara tu pancita.
El lobo abrió sus ojos para luego rodar sobre su lomo, quedando con sus patas al aire mostrando su panza, ¿en serio ese era el tan temible alfa puro del que todos los niños huían?, Taehyung amaba que su alfa fuera un cachorro tan sumiso y complaciente con él. Lo escuchó llamarlo entre pequeños chillidos esperando aquellas caricias y el omega gustoso comenzó a dárselas.
Pronto la atmósfera fue interrumpida por el sonido de una llamada del teléfono del omega, el alfa ni siquiera tuvo tiempo de rodar de nuevo o al menos hacer un movimiento coherente antes de que Taehyung saliera corriendo para atender el llamado, quedándose en una pelea consigo mismo y sus movimientos descoordinados rodando torpemente por el suelo de superficie lisa, rindiéndose luego de unos cuantos intentos. Sin embargo, su audición en esos momentos le fue de ayuda dejándolo quieto.
Al final del pasillo, en la habitación principal se encontraba Taehyung con una sonrisa tonta por el secreto que estaba guardando mientras hablaba con su hyung. Realmente no estaba poniéndole cuidado a la conversación porque en su mente solo rondaba un lobo negro, el cual seguía gruñendo y bufando, no era su intención dejarlo ahí, pero definitivamente era una conversación de la cual le interesaba librarse lo antes posible.
— ¿Has notado algún cambio relevante?
— ¿Cómo cuál?
— Ya sabes, algo como molestias o, ¿tu lobo estando menos inquieto? – cuestionó Hoseok al otro lado de la línea, se estaba asegurando de su estado luego que le comentara que había pasado su celo con Jungkook.
— Nada de eso. Mi lobo ha estado bien – una sonrisa surcó sus labios al mencionar la palabra lobo. En serio moría por regresar con el alfa.
— De acuerdo, entonces programaré la cita para tus estudios – mencionó en un tono más tranquilo, aquella llamada era algo de rutina, porque solo esperaba el tiempo justo para que el omega se acostumbrara a todos los cambios que su cuerpo posiblemente estaba teniendo.
— Será solo de rutina, ¿cierto?, para saber si todo está bien – cuestionó nervioso Taehyung mientras llevaba una de sus uñas a su boca para morderla –. No es como si pasara algo ahora, ¿verdad?
— ¿Algo? ¿A qué te refieres con algo? – el tono de voz de Hoseok lo delataba, estaba preocupado – Tae, utilizaron preservativos, ¿cierto? – silencio, uno muy abrumador – Taehyung-ah – más silencio – Kim Taehyung, hablo como médico en estos momentos ¿él te anudó? ¿Te marcó?
— Yo quería... pasar mi celo...de una manera natural – habló con culpa y un poco de timidez – es mi alfa hyung, está bien. No me lastimó, fue muy gentil, amoroso, cariñoso y mimoso – la última palabra la dijo intentando no reír mucho, porque era una referencia hacia el lobo.
Pronto el olor intenso del alfa lo llamó junto con un pequeño tirón en su cuello, justo en su marca temporal, dándose el susto de la noche al tenerlo en el marco de la puerta, observándolo; con un gesto lo regañó por asustarlo de esa manera obteniendo orejas bajas. El lobo entre pasos lentos y elegantes llegó hasta él, olfateándolo en la curvatura de su cuello, causándole cosquillas por las pequeñas lamidas que dejaba en su piel, no dejando el seguir escuchando lo que hablaba Hoseok al otro lado de la línea. Un pequeño grito salió de sus labios cuando sintió una lamida en su mejilla.
— Basta – susurró para que Hoseok no escuchara.
Intentó retroceder para alejarse del lobo, pero lo único que logró fue caer en la trampa del alfa, porque lo que quería era hacerlo caer en el colchón para juguetear con él. El lobo quería que aquel hermoso lobo blanco saliera para retozar un poco, mientras que Jungkook en su interior estaba en un estado de emoción y vergüenza por el actuar de su animal.
— Basta, Jungkookie me haces cosquillas – Taehyung logró articular cada palabra con dificultad pues el tener al lobo de Jungkook intentando levantar su suéter solo lo hacía retorcerse en la superficie blanda, retorciéndose por las cosquillas que le provocaba.
— Tae, necesito que respondas – para los oídos del alfa la voz de Hoseok se escuchaba como una ardilla irritante, deteniendo así sus movimientos, quedándose atento a la conversación – ¿utilizaron preservativos?
Un gruñido bajo salió del lobo, molesto por escuchar que Hoseok preguntaba por un preservativo, el animal sabía lo que eso significaba, era una barrera para no tener cachorros.
— ¿Ese fue Jungkook gruñéndome? – habló indignado al escuchar al menor hacer aquella acción – Jungkook dime que lo cuidaste como lo prometiste... por favor, quiere alguno de los dos responder si fueron cuidadosos.
— No utilizamos ni una sola vez – murmuró Taehyung mordiendo su labio inferior al notar una mirada penetrante sobre él, eso había sido más un pensamiento primitivo de su lobo que se regocijaba de aquello y al alfa le encantó.
Tanto así que aquellas lamidas juguetonas pasaron a ser con otras connotaciones, verdaderamente estaba deseoso de ver al lobo de Taehyung. ¿Se lo permitiría? Por favor...
— De acuerdo, entonces también programaré un examen de sangre.
Jungkook decidió que había sido suficiente de aquella llamada, así que con su hocico logró quitar el aparato del alcance de Taehyung, en un rápido movimiento se colocó de tal forma que encerró el pequeño cuerpo del omega con el propio. El omega intentó levantarse para tomar el aparato que le fue arrebatado, pero se le hizo imposible porque las patas del lobo lo detuvieron para luego colocarse detrás de él, rodeándolo.
— ¿Así estaremos toda la noche? – cuestionó Taehyung divertido, el lobo simplemente se enrolló más, ajustando más el espacio que tenía el omega para moverse – ¿Qué pasa si quiero ir al baño? – nada ni siquiera un movimiento de orejas –. O si regresas a ser humano y tienes mucha hambre. A mí siempre me da demasiado apetito cuando muto.
El alfa abrió uno de sus ojos y bufó, Jungkook no sabía si era una excusa para que lo soltase o hablaba en serio, si era verdad entonces tendría que pensar en algo cuando regresara a su forma humana, por ahora solo quería estar así. Se regocijó al escuchar que la llamada había sido cortada por parte del alfa, cansado de insistir y no recibir respuesta.
Pasaron los minutos en completo silencio, la paz que invadía estar en esa posición con el alfa lo adormecía, también el calor que emanaba era tan confortable que no vio necesario quejarse para que lo dejara salir de su prisión, casi cae en un sueño profundo, pero su estómago decidió salvarlo al hacer el ruido característico que ponía en alerta al alfa, despertándolo de su estado letárgico.
— Ves, te dije que me daría hambre, pero ahora no quiero moverme de aquí para cocinar, eres muy cómodo – murmuró intentando acomodarse más entre el pelaje del lobo, quien se removió y bufó en desacuerdo –, por qué eres así. Primero me atrapas y no me dejas moverme, ahora no quieres dejarme dormir – otro bufido – está bien, pero no quiero cocinar – Taehyung puso su dedo en su barbilla pensando en una solución – pediremos comida, ¿puedes comer comida humana en ese estado? – el silencio fue su única respuesta.
Taehyung suspiró pensativo, no sabía cuánto tiempo más duraría la mutación, no podía compararlo con su propia experiencia porque él pasó muchas horas en su forma animal y cuando recuperó la consciencia ya habían pasado días.
El lobo aflojó su agarre en el cuerpo de Taehyung, permitiéndole así tener movilidad. Se levantó del lugar en el que había estado encerrado, esta vez sin que ningún lobo mimoso le impidiera levantarse; recogió su teléfono y se dispuso a buscar el de Jungkook, desde ahí el alfa tenía una aplicación para pedir comida, incluso tenía vinculada su tarjeta para hacer los cobros automáticamente, muy conveniente para la situación.
Una vez realizado el pedido volvió a su sitio, en el pequeño espacio entre las patas y la panza del alfa, quien lo esperaba pacientemente recostado en el colchón. Se acomodó en ese espacio, invadiéndose de la paz del momento. A su mente llegaron las palabras de su hyung, le harían una prueba de sangre, sabía con qué motivo, aunque no le quería poner importancia realmente porque él no sentía nada. Ya había pasado por eso dos veces, quizá era muy prematuro para saber si era verdad, pero dudaba mucho que lo fuera, saber un resultado negativo, que él no quería tener conocimiento, sería muy doloroso.
El sonido del timbre lo despertó, ni siquiera se percató del momento en el que se quedó dormido, pero fue el tiempo suficiente para que la comida llegase. Intentó levantarse rápido, sin embargo, a cierto alguien no le agradó la idea deteniéndolo de nuevo con su pata. Jungkook seguía siendo un lobo, uno muy molesto en esos momentos porque no dejaba que se moviera.
— Lobo malo – lo regañó, intentando moverse – déjame ir, es la comida. Olvidas que muero de hambre – el animal hizo caso omiso a lo mencionado – Alfa, por favor...
Siempre funcionaba la palabra mágica, era demasiado débil ante los ojitos de cachorro de su omega; ni bien levantó su pata, Taehyung salió corriendo de la habitación siendo perseguido por el lobo, quien lo empujó un poco con su nariz haciéndolo casi tropezar.
— Basta, no pueden verte, regresa a la habitación – susurró con tono de regaño.
El lobo rascó el suelo con su pata en modo de protesta.
— Tienes que esconderte, ahora. No pueden ver un lobo como tú en un apartamento – ambos se embarcaron en una batalla de miradas, donde el alfa parecía intentar convencerlo con ojos de cachorro y Taehyung solo intentaba no caer en sus encantos – hablo en serio, no me hagas esa mirada. Si sigues así yo...
El alfa bufó bajo, bajando sus orejas en muestra de culpa al hacerlo enojar, el omega no podía con esas actitudes, simplemente era débil, amaba a ese lobo travieso, pero debía ser firme en esos momentos.
— Ve a la habitación o esta noche no dormirás conmigo – el lobo alzó las orejas sorprendido, comenzando a dar unos cuantos pasos hacia atrás –, debería enviarte a dormir en el sofá, pero no tenemos uno así que compórtate.
Taehyung lo vio bajar sus orejas como arrepentido de su actuar, dándose la vuelta al fin para regresar a la habitación. Se sintió culpable de hacerlo sentir mal, pero no se podía arriesgar que lo vieran. Terminó de atravesar el pasillo llegando hasta la sala donde estaba la ropa de Jungkook hecha trizas, la cual fácilmente se vería al momento de abrir la puerta. Con rapidez la tomó y ocultó entre las cajas de su mudanza. El timbre volvió a sonar, haciéndolo alzar la voz para indicar que en un momento saldría. Una vez se aseguró que Jungkook estaba en la habitación y que era seguro abrir la puerta, por fin pudo recibir al repartidor.
Mientras tanto, un lobo impaciente decidió que saldría de la habitación de manera sigilosa solo para espiar por qué se tardaba tanto; además el olor de la comida lo invadió y en serio deseó poder probar un poco de eso que olía tan bien y sin más sus movimientos lo llevaron hasta su presa. Taehyung cerró la puerta asegurándose de tener todo bien sujeto, y vaya que lo necesito porque un grito salió de sus labios al sentir como era olfateado.
— ¡Jungkook!, te dije que te quedaras en la habitación – esa debía ser la noche en la que más había sido regañado por su omega, pero no era su culpa, él solo quería estar todo el tiempo a su lado. El omega observó que a pesar de su llamado de atención, el alfa seguía olfateando las bolsas que contenían la comida –. Vamos, debes tener hambre.
Ambos regresaron a la habitación como si nada de lo anterior hubiese pasado. Al entrar, Taehyung notó lo deforme que estaba el colchón y no pudo evitar reír, sabía que tendrían que comprar uno nuevo porque ese comenzaba a ser un completo desastre. El lobo se quedó sentado en sus patas traseras, esperando lo siguiente, sin perder de vista los movimientos de su omega que sacaba el Jajangmyeon de la bolsa de comida. Taehyung había pedido algo fácil de ingerir y en tamaño familiar para saciar el hambre del alfa, algo que definitivamente agradeció.
Una vez servidas ambas porciones, Jungkook se sentía tan avergonzado de tener que comer de esa manera, pero Taehyung lo alentó diciendo que estaba bien y que no debía sentir pena, eso bastó para hacerlo comer, eso y el hambre. Comiendo hasta saciarse.
El omega se encargó de limpiar meticulosamente su hocico lleno de comida, para luego acurrucarse de nuevo en el colchón, quedándose profundamente dormidos.
Ser diferente del resto de niños no le molestaba porque tenía el amor de sus padres, pero ese día había sido demasiado para su pequeño corazón. ¿Por qué todos salían huyendo de él?, solo quería jugar con la pelota junto a aquel grupo de niños, pero todos salieron huyendo en el momento que su lobo lo había defendido mostrándose en sus ojos, y lo que empeoró la situación fue cuando unas pequeñas orejas negras salieron entre su cabello, algo de lo que no se dio cuenta por supuesto, dejando a todos impresionados. Los comentarios como "monstruo" "bestia" "lobo salvaje" lo hicieron sentir muy mal, haciéndolo regresar a casa de inmediato, envuelto en un llanto incontrolable.
Su padre lo perseguía detrás con mucha preocupación, llamándolo una y otra vez para que se detuviera. Se suponía que sería una bonita tarde de juegos en el parque, no una llena de lágrimas e insultos, el alfa mayor se sentía culpable porque hasta cierto punto era su culpa que a su pequeño cachorro lo trataran así solo por tener una jerarquía diferente al resto, aún no lo controlaba, era un niño que se dejaba llevar por sus emociones y su lobo salía fácilmente con el fin de defenderlo.
— ¡Jungkookie! – le llamó con su respiración un tanto agitada, su pequeño cachorro seguía corriendo sin poner atención a su camino, haciéndolo acelerar el paso cuando notó que tropezó.
El alfa llegó hasta donde se encontraba llorando, notando que sus rodillas tenían rastros de sangre debido a los pequeños raspones que se le hicieron por la caída, nada grave en realidad, pero definitivamente su esposa no estaría para nada contenta con que su pequeño bebé regresara a casa lastimado. Lo observó con detenimiento mientras se acuclillaba frente a él; ya no tenía las orejas y sus ojos habían vuelto a la normalidad, lo que quería decir que el lobo se había puesto en reposo.
— Papi d-duele – se quejó frotando su ojo, intentando quitar las lágrimas, le ardía la piel y al mismo tiempo cosquilleaba de manera extraña, pero eso no quitaba el dolor.
— Ven aquí cachorro – con cuidado lo tomó en brazos, siendo testigo de cómo aquellas pequeñas heridas iban sanando con mayor rapidez. El lobo de su pequeño niño comenzaba a presentarse mucho más rápido que el propio, pero todo era debido a que quería proteger su madre –, cuando lleguemos a casa te limpiaré tus heridas para que no te duelan.
El padre de Jungkook lo aferró a su cuerpo, ni bien sintió la protección de los brazos del mayor, el pequeño buscó refugio en él, suspiró sintiéndose un tanto culpable porque si bien era un niño bastante inquieto era rara la vez que se lastimaba, ahora que estuvo bajo su supervisión por una tarde resultaba con las rodillas llenas de sangre, envuelto en un mar de lágrimas y todo por la actitud horrible de los niños que lo insultaron por sus ojos, por su olor y también por ver la pequeña mutación.
— Todo estará bien, cachorro, papá está aquí – le consoló, dejando caricias en su espalda mientras avanzaban por la calle, escuchando como los sollozos iban disminuyendo, dejando solo constantes sorbidos de su pequeña nariz que dejaba humedad en su cuello –. Pronto llegaremos a casa como mamá, ella siempre te hace sentir mejor, ¿no es así?
— Papi, ¿podemos llevarle flores a mami? – cuestionó el pequeño cachorro al ver las rosas en el jardín de su casa. Su padre sonrió nostálgico porque aquello era un gusto de su esposa, amaba esa casa porque decía que era la de sus sueños. No era muy grande, pero, en cambio, tenía un enorme jardín alrededor de esta donde pasaba horas plantando y cuidando de sus flores; cuando Jungkook nació fue un pasatiempo el cual disfrutaban como madre e hijo, uno que ahora ya no podía hacer más, así que con una sonrisa aceptó hacer lo que pedía – mami se pondrá muy feliz.
— Lo hará cachorro.
Jeon Jung, ese era el nombre de su padre alfa con quien compartían el mismo linaje de alfas puros, a pesar de lo que se acostumbraba a escuchar de su jerarquía el hombre era muy bondadoso, cálido, correcto y sobre todo justo con el resto de personas, cualidades que siempre le transmitía a su pequeño cachorro de cuatro años. Junto a su esposa Jeon Heesook, una omega pura por nacimiento, se encargaban de llenarlo de muchísimo amor porque conocían lo cruel que podía ser el mundo con los de su especie.
Se tenía la creencia que solo de una unión de alfa con alfa podía procrear cachorros con un lobo alfa puro, pero también existía la posibilidad que un omega puro trajera al mundo cachorros de esa misma jerarquía, eran tan escasos que muy rara vez se lograba hacer una unión verdadera de puros. A pesar de ser genes privilegiados, siempre existía hostilidad de la sociedad contra aquellos que se presentaban con esa jerarquía. Así que ni bien Jungkook comenzó a mostrar su lobo, sus padres se encargaron de confortarlo, no ocultando quién es, sino ayudándolo a comprender que él no estaba mal por ser "distinto".
"— Recuerda pequeño, no te temen a ti, sino a lo que desconocen de ti"
El mayor bajó con mucho cuidado a su cachorro, pidiéndole que se sentara por algunos instantes para así poder revisar sus heridas, sacó un pañuelo de su bolsillo y comenzó a quitar el exceso de tierra que cubrían sus rodillas. Era impresionante cómo el lobo de su pequeño cachorro aceleraba todo para sanarlo, aun así, Jung mojó un poco la tela con su saliva, notando la cara de disgusto de Jungkook al verlo hacer tal cosa, con una sonrisa comenzó a pasar la punta mojada en la piel rosada del cachorro, dejándolo maravillado al ver la magia que hacía su padre con un poco de saliva y un pañuelo.
— Papi eres un mago – el mayor sonrió divertido por la inocencia de su hijo.
— Es la magia del amor, mi pequeño cachorro.
— Pero, me curaste con saliva, no con amor – refutó con sus mejillas abultadas, no comprendiendo lo que decía su padre, él lo había visto mojar el pañuelo y después desaparecer el dolor de su herida abierta.
— Tienes razón, fue con saliva, pero te diré un secreto, eso solo se hace con las personas que amas – le susurró mientras se acercaba a dejar un beso en cada rodilla, para luego dejar pequeñas lamidas asegurándose de haber sanado completamente la piel.
— Yo también puedo hacer eso con mi saliva – dijo sorprendido, mientras sacaba un poco la punta de su lengua y tocándola con su dedo, sacándole una sonrisa amplia a su padre al verlo fruncir su ceño, imaginando que lo primero que saboreó fue la tierra que podía tener en el dígito; con gentileza tomó la pequeña mano de Jungkook para limpiarla y así por fin darle una respuesta afirmativa ante lo que había preguntado – entonces mami también podría curarse si hago eso donde le duele.
— No cachorro... – Jung quiso explicarle mejor a su pequeño que la enfermedad de su madre no se curaría con simples rastros de saliva, pero verlo abultar sus mejillas, junto con sus labios, le rompieron el corazón –. A mamá se le cura con besos.
— Como mi rodilla se curó con tu beso – dijo, mientras hacía un pequeño pico con sus labios. Su padre asintió, sintiendo una presión en su pecho al verlo tan ilusionado –. Yo le daré muchos besos a mami. Vamos papi, hay que cortar la flor para que pueda ir con ella.
Jungkook se sentía afortunado en tener unos padres que lo mimaran todo el tiempo, aunque ahora su felicidad se viera opacada por la enfermedad de su madre. Por eso mismo le gustaba llevarle flores a la omega porque siempre mostraría una enorme sonrisa a pesar de sentirse muy mal.
— ¿Qué será hoy rosas o ...?
— ¡Rosas!
Jung escogió la más vistosa y le quitó todas las espinas a la flor para que su cachorro no se lastimara al entregársela a la omega, el pequeño ni bien la tuvo en sus manos, salió corriendo hacia el encuentro con su madre; el alfa no tuvo más opción que resignarse a tener una llamada de atención por parte de su esposa porque al menos esperaba poder limpiar correctamente la tierra de la ropa de su cachorro antes que se fuera con ella.
— ¡Mami! – alzó la voz el pequeño, sorprendiendo a la mujer que se encontraba en su cama leyendo un libro, quien sonrió ampliamente al ver cómo su cachorro de regordetas mejillas corría a su encuentro.
Antes de que llegara hasta la cama pudo observar cómo sus rodillas parecían tener manchas rojas, pero no había una herida abierta, las mejillas rosadas del pequeño estaban manchadas por rastros de lágrimas y un poco de tierra, su hermoso atuendo de pantalones cortos y playera blanca estaba hecho un desastre ¿Qué había sucedido?
— Toma mami, es para ti – le extendió la flor, la cual con mucho cuidado tomó con sus débiles manos, las sábanas comenzaron a moverse debido a que su cachorro halaba de estas para trepar hacia la cama, pronto tuvo a Jungkook quejándose un poco al terminar exhausto por el esfuerzo realizado y así finalmente tenerlo abrazándose a su cuerpo, frotando su rostro en la curvatura de su cuello, intentando olfatear su aroma, uno que ahora era demasiado tenue.
— Mi bebé conejito – arrulló su madre, acariciando sus mejillas, intentando hacer que la mirara – ¿por qué regresaron tan rápido?
Jungkook abultó sus labios intentando no sentirse triste de nuevo, recordando las palabras de los niños al decir que era un monstruo porque su lobo los intimidaba siempre.
— Mami, los niños de nuevo se asustaron por mis ojos – se quejó bajito, volviendo a sentir la acumulación de lágrimas – no quieren jugar conmigo porque dicen que mis ojos son malos.
— No les hagas caso mi bebé, tus ojos son muy lindos – le consoló la omega, dándole un beso en la frente –. Dime conejito, ¿a ti te gustan tus ojitos?
— S-sí, me gustan.
— A mami también le gustan tus ojitos, bebé, son muy bellos – lentamente lo tomó en brazos y Jungkook buscó refugio en la curvatura del cuello de su madre, frotando su nariz en la piel contraria –, sabes por qué me encanta que sean así – el pequeño sorbió su nariz y luego murmuró una negación –, pues verás, el rojo es el color del amor y poder ver eso en tus ojitos me hace feliz.
— A mí me gustan porque son como tus rosas mami.
— Las rosas también simbolizan amor, conejito – murmuró aferrando su agarre al pequeño cuerpo de su cachorro –, siempre que traes flores de ese color, me demuestras amor.
— Y te hacen feliz.
— Sí, bebé y me hacen feliz – Jungkook salió de su escondite para encarar a su madre y esta le brindó una sonrisa, seguida de un beso en su mejilla – no importa cuán diferente seas ahora, llegará esa persona especial la cual amará todo de ti.
— Especial como papi y tú – mencionó con entusiasmo, obteniendo una sonrisa cálida – ¿le gustará todo? ¿Hasta mis ojitos rojos?
— Hasta tus hermosos ojitos rojos.
Esa tarde, Jungkook comprendió que las heridas superficiales podían ser sanadas con su saliva, un acto que solo debía hacer con la persona que amara y que los besos de su madre lo hacían sentir mejor.
Su mente se sentía abrumada, yendo y viniendo entre recuerdos que su lobo se había guardado y que ahora entre sueños los dejaba fluir para que Jungkook comprendiera mejor de mantenerse con un perfil bajo; su respiración estaba agitada, sus ojos se abrieron poco a poco, sentía los párpados pesados, costándole mantenerlos por más de algunos segundos. Podía percibir que cada músculo de su cuerpo estaba adormecido y cuando intentó moverse todo quemó intensamente, como cuando se sobre esforzaba en las rutinas de ejercicio para cansar de más a su lobo, el animal simplemente se burló de su humano por lo débil que estaba en esos momentos.
El recorrido de las gotas de sudor lo hicieron consciente que su temperatura era elevada, sin embargo, sentía demasiado frío y podría apostar que su cuerpo ardía en fiebre, su piel estaba demasiado sensible, la respiración era apnea, intentó hablar, pero el aire no era suficiente para que sus pulmones exhalaran y pudiese articular una palabra o tan siquiera un sonido.
Intentó tranquilizarse, pues su lobo le advirtió que todo eso pasaría en el momento que mutara de nuevo, jamás esperó que lo dejara así, pero ahí estaba, inmóvil, como si de una patata se tratara, una que estaba siendo cocinada al vapor porque no dejaba de sudar.
— Jungkook – la angelical voz de Taehyung lo atrajo a la realidad, logrando abrir los ojos con dificultad, quedando deslumbrado un poco por la luz y otro por la imagen frente a él. Pudo sentir algo frío siendo colocado en su piel trayéndole paz – tranquilo, no te asustes. Es normal después de la primera mutación despertar así.
— Estoy... yo... tú... – cada palabra salía con dificultad, con una voz ronca que a Taehyung le parecía graciosa, pensó que era el lobo hablando, pero se dio cuenta de que se trataba de Jungkook, su Jungkook, la parte humana tratando de comunicarse con él – ¿eres un ángel...?
— ¿Por qué siempre que tienes fiebre deliras así? – se burló Taehyung mientras pasaba una toalla mojada en el cuerpo de Jungkook para bajar la temperatura –. Necesito que te quedes quieto, tu cuerpo se está acostumbrando de nuevo a su forma humana – murmuró el omega, Jungkook intentó asentir, pero no pudo moverse – no te esfuerces. Ya llamé a hyung para que te revise, no me gustaría que enfermes por algo como mutar en tu lobo.
Jungkook dejó que el omega siguiera en su tarea, le traía recuerdos de aquel celo en el cual lo cuidó hasta quedarse dormido, y justo como esa vez le pasó varias veces la toalla en su piel, trayéndole un poco de paz, el alfa solo escuchaba las gotas de agua cada que volvía humedecer la tela. Las manos de Taehyung también estaban frías debido a que el agua tenía algunos cubos de hielo, se le estaban entumeciendo, pero eso no lo detenía de estar cuidando a su alfa.
— Me sorprendió ver a tu lobo, es muy juguetón.
— Solo... quería hacer salir al tuyo... – murmuró Jungkook casi sin aliento – fue extraño, de un momento al otro sentía demasiado calor y luego estaba viéndote frente a mí, pero no como acostumbro, eras más bajo, no comprendía tu asombro.
— Es que eres demasiado alto – sonrió Taehyung al recordar aquel espectacular lobo negro –, te veías muy desorientado, casi te caes, poco más y me tiras al suelo.
— Lamento tanto si te incomodé con el comportamiento de mi lobo – mencionó un tanto culpable Jungkook, recordaba estar emocionado por la nueva experiencia que no controló su propia fuerza – ¿te lastimé?
— Si los ataques de cosquillas cuentan, entonces sí – la risa del omega invadió la habitación, haciendo que Jungkook recordara ese momento, sus mejillas se ruborizaron más de lo que ya estaban porque su lobo solo buscaba desvestir a Taehyung para olfatear su vientre, dejar una que otra lamida y hacer que saliera el lobito blanco. El omega notó que el rostro del alfa subía de tono, asustándose por lo que veía, pensando que la fiebre volvía a subir, colocó sus manos en ambas mejillas para asegurarse de la temperatura, haciendo que Jungkook retuviera el aliento –. Llamaré a hyung no debe tardar en llegar, le dije que era urgente.
Intentó ponerse de pie para buscar su teléfono, pero su actuar fue detenido por Jungkook cuando lo tomó de la muñeca, no era un agarre fuerte, apenas y lo sostenía, sin embargo, fue suficiente para volcar toda su atención en él.
— No te vayas, ya vendrá.
— Solo quiero saber si ya se encuentra cerca.
— No lo llames, ya vendrá... – Jungkook trataba de convencerlo, incluso abultó su labio justo como el omega lo hacía con él para convencerlo cuando quería algo, haciéndolo reír.
El alfa notó cómo su plan casi daba resultado, podía saborear la victoria de retenerlo por más tiempo a su lado, pero el timbre del apartamento sonó, llamando la atención de Taehyung, quien con facilidad se soltó de su débil agarre, saliendo corriendo de inmediato, siendo una escena similar a cuando llegó la comida, aunque en ese momento su lobo cooperó con él para perseguirlo en un juego de atraparlo. Ahora ni siquiera logró mover un músculo, seguía siendo la misma patata cocinándose al vapor.
Taehyung sabía que Hoseok llegaría lo más rápido posible para responder a su llamado, pues en la llamada simplemente le dijo que lo necesitaba de manera urgente; el alfa solo escuchaba jadeos entrecortados a través de la línea y eso fue suficiente para hacerlo salir lo más rápido que pudo, imaginando escenarios desastrosos sobre el omega sufriendo. Por lo último que logró escuchar en aquella llamada parecía que Jeon tenía planes de diversión nocturna ¿Qué tal lo había marcado y ahora se encontraba mal?
Esa fue la razón principal para estar en menos de lo esperado, tocando de manera insistente el timbre de aquel apartamento, su ansiedad iba creciendo mientras no abrían la puerta, pero tan pronto como intentó llamar una quinta vez un agradable olor lo invadió. Taehyung estaba en el marco de la puerta un tanto agitado, ni siquiera le dio tiempo para hablar o cuestionar lo que sucedía porque fue atraído al interior por el mismo omega.
Atravesaron el lugar tan rápido que casi tropieza, eso no evitó que Hoseok se quedase desconcertado al ver el vacío del lugar, parecía que Jeon hablaba en serio cuando dijo que le daría un nuevo inicio a Taehyung ¿había incluso comprado un nuevo apartamento para ellos dos?, debía darle crédito por eso. A todas esas, el pequeño detalle de la ausencia del alfa también llamó su atención.
— Taehyung ¿Dónde está Jeon?
— En la habitación, necesito que lo revises.
Hoseok se quedó sin habla ¿Qué estaba sucediendo?, pensaba que toda la situación era por el omega, ahora resultaba que se trataba de Jungkook. Sus preguntas no menguaron al momento de entrar a la habitación, al contrario, incrementaron. El lugar estaba hecho un desastre, cajas por doquier, el colchón en el que estaba recostado el alfa se veía que no se encontraba en las mejores condiciones y por último ¿Por qué Jeon estaba desnudo con una simple sábana cubriendo sus piernas?
— ¿Qué sucedió? – cuestionó preocupado, acercándose de inmediato, su instinto y ética médica lo hicieron colocarse en su papel de doctor, revisando sus signos vitales. Ardía en fiebre, estaba sudando demasiado, su cuerpo temblaba y la toalla mojada en su frente mostraban los intentos de cuidado por parte de Taehyung – ¿Por qué está así?, y esta marca.
— No la toques – murmuró Jungkook aún con los ojos cerrados, sorprendiendo a Hoseok, quien pensaba que se encontraba inconsciente.
— Yo se la hice, ¿eso es malo? – interrogó con miedo de haber afectado de alguna manera a su alfa, llevaba semanas haciendo aquella marca, cada que sanaba se encargaba de reforzarla.
— Tranquilo Taehyung-ah, si es una marca tuya, todo está bien – Hoseok sabía que no debía tocar la herida, pero quería revisarla para quitar cualquier duda –, es una marca sana, así que no tienen de qué preocuparse. Aunque esto no explica por qué se encuentra así.
— Muté.
Una simple palabra que salió de los labios de Jungkook hizo que Hoseok detuviera sus acciones, regresó la mirada hacia Taehyung para asegurarse de lo que decía el alfa, pensando que solo eran delirios por la fiebre alta, pero para su sorpresa el omega asintió.
— ¿Cómo?
— No lo sé.
— ¿Cómo no sabes?
— Hyung, de verdad no sabe – interrumpió Taehyung, sentía la incomodidad de Jungkook ante aquel interrogatorio, sabía que lo podía estar sintiendo como un ataque, así que decido ser él quien explicara la situación – estábamos en un momento conversando y de pronto... Solo sucedió, el lobo de Jungkook se presentó tomando el control de su cuerpo.
— ¿Te atacó? – cuestiono Hoseok buscando con la mirada algún indicio, un gruñido salió del pecho de Jungkook.
— Nunca – dijo agitado el alfa.
— Solo conversamos o bueno, yo hablaba y él escuchaba – Hoseok no daba crédito a aquello, el omega que pasó años temiendo estar con alfas decía que estuvo con un lobo alfa puro conversando como si fuese algo tan normal como tomar el té por la tarde –. Pero antes de eso... sucedió algo cuando Jungkook regresó del trabajo, hablamos de... – Taehyung mordió su labio, no quería especificar lo que sucedió, porque era su intimidad y parte de su historia, el alfa frente a él alzó una ceja esperando que siguiera –. Cosas, luego de eso, parece que el lobo de Jungkook se emocionó y mutó.
— ¿Por cuántas horas?
— Ocho, quizás seis, desperté cuando lo escuché quejándose mientras dormía. Fue cuando decidí llamarte.
El mayor de los tres asintió comprendiendo la situación, se tranquilizó al saber que Taehyung estaba bien, ahora podría concentrarse en su verdadero paciente que en esos momentos era Jungkook. Le pidió al omega que les brindara un poco de intimidad, pero lo vio negar frenéticamente mientras abultaba sus labios, Taehyung no quería alejarse de su alfa, tanto así que se dirigió con rapidez a su lado para aferrarse a su cuerpo.
— No quiero hyung, revísalo así, conmigo aquí.
— Me temo que no puedo hacer eso Taehyung, puede que sea tu pareja destinada y por eso busques protegerlo, pero te sentirás incómodo al ver el chequeo, no me dejarás trabajar correctamente.
— Tranquilo mi luna, estaré bien – murmuró Jungkook, se moría por darle caricias al pequeño cuerpo que se aferraba a él, pero en esos momentos sus músculos no le respondían –, tranquilo, no moriré por un chequeo del doctor Jung ¿cierto?
— Tonto, no te atrevas a decir esas cosas – se frotó más contra él – Hobi hyung solo se encargará de hacerte sentir mejor, ¿cierto, hyung?
— No puedo asegurar nada, quizá no termine bien después de revisarlo y el diagnóstico sean unas cuantas horas de vida.
— ¡Hyung!
La risa de ambos alfas invadió la habitación, quizá no estaban en las mejores condiciones de amistad, pero al menos la tensión entre ellos se reducía con el pasar de los días. Jungkook trataba de hacer las paces con el mayor por la simple razón que, era él quien conocía todo el historial médico de Taehyung y gracias a eso ahora conocía algunos datos interesantes sobre su omega.
— Tranquilo Tae, no lastimaré a tu alfa, pero sí necesito revisarlo a solas.
— Mi luna – llamó Jungkook al omega – entre más rápido me diga si me estoy muriendo antes tendré tus mimos – Taehyung abrió sus ojos con sorpresa, el alfa se quejó bajo cuando recibió un golpe leve, que en su estado débil era mucho más que un simple toque – ¡Auch! – lloriqueó el alfa.
— Alfa tonto – murmuró Taehyung abultando sus labios, intentando controlar el temblor del mismo, volvió a verlo, notando su semblante tranquilo a pesar de estar mal. Se acercó hasta sus labios y dejó un beso tierno – llama si me necesitas – susurró.
Jungkook conocía el significado de esas palabras, se refería a utilizar aquel lazo invisible y fuerte que tenían, murmuró una afirmación, siendo suficiente para que el omega se retirara, cerrando la puerta detrás de sí. Ambos alfas escucharon una segunda puerta siendo cerrada y Hoseok regresó la vista hacia Jungkook.
— ¿Salió?
— Está en su habitación creativa – mencionó el alfa, volviendo a sentirse peor porque la presencia del omega era lo que le ayudaba a mantenerse un poco estable.
La revisión comenzó sin esperar más pues el cambio fue muy notorio. Hoseok tomó los signos vitales de Jungkook, afortunadamente estaban normales para su estado actual; sacó de su maletín un relajante muscular y lo inyectó de inmediato para que el menor pudiera por fin descansar, eso haría que sus músculos dejaran de estar tensos y la fiebre bajaría, porque esta misma era provocada debido a que el cuerpo del alfa no terminaba de acostumbrarse, se encontraba en un ir y venir de su mutación.
El dolor era algo normal porque las fibras de los músculos se rompían preparándose para mutar y al mismo tiempo sanaban demasiado rápido por la adrenalina, manteniendo así la mutación del cuerpo humano. Con Taehyung fue diferente porque despertó luego de horas de haber mutado y pasó inconsciente más tiempo debido a su recuperación, así que para las siguientes veces ya no tuvo los mismos efectos, eran menores a los que pudo haber padecido con la primera mutación.
— Eso bastará para que todo vuelva a la normalidad – le comentó Hoseok mientras guardaba todos sus utensilios –, escuche que pasaron el celo de Tae juntos.
— Sí.
— La cita para sus estudios ya está agendada, si no lo acompañaras avísame o bien a Bogum – un gruñido fue su respuesta – de acuerdo, ya entendí, lo harás tú.
— Park estuvo con Tae la noche que sucedió su celo, no necesito que se entere sobre cómo se encuentra mi omega.
— Lo sé – habló con obviedad el mayor, conocía la historia completa, pero le gustaba jugar con los nervios del alfa – parece que Tae le comentó que estaba seguro de que esa noche entraría en celo y lo hizo guardar el secreto. Park aceptó acompañarlo durante todo ese tiempo, incluso lo llevó para que hiciera el cambio en su cabello, supongo que ahora está más en sintonía con su lobo.
— No tienes idea – se burló Jungkook al recordar cómo había ido evolucionando el omega, mejorando en su comportamiento y cambiando ciertas inseguridades –. Por cierto, tú y yo tenemos una conversación pendiente.
— ¿Ahora me tuteas? – el menor sonrió ladino, él también disfrutaba poner de los nervios, al mayor –. Bien, la última vez que me preguntaste por los cuidados del celo de Taehyung, no quise mencionar nada sobre las marcas porque pensé que lo cuidarías de verdad, Jeon. Contéstame algo, ¿alguna vez has visto un omega con ese color de ojos? – el alfa negó en una murmuración –. Eso es porque Taehyung es un omega puro. Claro que su lobo no iba a aceptar a cualquier alfa después de despertar como lo hizo y cuando supe de tu jerarquía fue quizá un sentimiento agridulce, pensé que esta podría ser la oportunidad de una posible pareja digna y al mismo tiempo temía que lo lastimaras – Hoseok estaba con un semblante serio hasta que regresó la vista hacia Jungkook, sonriendo burlescamente –, pero mírate ahora el gran alfa puro, marcado por su omega y tirado en un colchón porque su lobo salió.
— Oh, haz silencio. No molestes – un siseó se escuchó por parte de Jungkook cuando intentó moverse un poco, obteniendo la ayuda del mayor – ¿Taehyung sabe lo de su condición de omega puro?
— Lo sabe, pero no del todo. Cuando sucedió lo de su cachorro no quiso escuchar palabra alguna sobre su lobo o por qué había mutado – Hoseok sopesó sus palabras pues había notado el atisbo de una mordida en el cuello del omega y si las palabras de Taehyung eran ciertas, muy probablemente fue anudado en más de una ocasión durante su celo – Jeon, la condición de Taehyung lo hace más especial respecto a un embarazo.
— Lo sé, mi madre también era una omega pura – Hoseok se quedó impresionado al saber que su jerarquía venía de una unión de puros, aunque también se sorprendió cuando le dio la razón como en muy pocas veces lo había hecho –, por eso quiero asegurarme que esté todo en orden. No he percibido nada, ya sabes a lo que me refiero.
— Dudo que lo percibas así nada más, Taehyung no es cualquier omega.
El menor no podía estar más de acuerdo con eso último, porque, aunque sus sentidos estuviesen más desarrollados, estar con otro puro hacía las cosas más interesantes. Ahora comprendía aquella voz de omega que hizo despertar a su lobo, fue el mismo Taehyung, quien logró que la mutación se diera en cierta forma. Se tenía poco conocimiento respecto a una voz de omega, no era igual a la de mando de un alfa, esta era más bien como un llamado dominante del omega hacia su alfa o bien el caso de un puro podía utilizarlo con alfas de menor jerarquía para defenderse.
El que la utilizara no simbolizaba una orden explícita que debía ser acatada, Taehyung podía usarlo todas las veces que lo deseara porque su voz era la representación de aquellos tirones exigentes. Jungkook estaba más que encantado de que su omega encontrara aquella fuerza en sí mismo para hacerse escuchar.
— Hoseok-ssi – llamó al mayor en un tono más bajo, comenzaba a sentirse cansado y sospechaba que era efecto de la inyección – escuché que le dijiste a Tae sobre hacerse una prueba de sangre – el mayor murmuró una afirmación –, puedes quitarla de la lista, por favor, no me gustaría ver a mi omega triste porque en un pedazo de papel dice que sus resultados son negativos.
— No lo iba a obligar a hacerla – murmuró Hoseok con culpa – fue solo el estrés del momento, no lo sometería a eso conociendo su pasado.
— Gracias.
— Pude ver que tiene una marca – mencionó simplemente tratando de no darle mucha importancia – ¿es temporal? – Jungkook, asintió – fue porque él lo pidió o un error que casi termina en... – la negación de Jungkook fue como brisa fresca para el alfa, si aquello era decisión del omega entonces quería decir que estaba avanzando – y, ¿Has pensado en marcarlo?
— Por supuesto que sí, muero por hacerlo, pero quiero que él me lo pida – Hoseok frunció su ceño y Jungkook no se detuvo de reír –. Me refiero a que no lo quiero obligar. Lo hablamos antes, dijo que quería estar seguro y yo respeto eso, un lazo así no es cualquier cosa; tanto él como yo anhelamos que sea en las mejores condiciones. Ninguno hemos tenido la oportunidad de unirnos con otro, así que cuando suceda será mucho más especial. Sé que Taehyung tiene miedo de no poder quedar en cinta y por eso está esperando estos estudios, así que estaré apoyándolo siempre.
El mayor debía admitir que ese chico tenía los pies sobre la tierra, al menos ahora no debía preocuparse en proteger a Taehyung. El alfa se dispuso a salir de la habitación, una vez notó que el relajante muscular empezaba a hacer efecto, Jungkook despertaría en unas horas sin molestias y sabía que su omega lo llenaría de mimos.
Al abrir la puerta de la habitación se encontró con cierto alguien que se encontraba demasiado cerca, como para ser una coincidencia.
— Escuchar conversaciones ajenas es de mala educación Taehyung-ah.
— También mentir lo es – lo acusó de inmediato desviando la mirada hacia el interior de la habitación, Hoseok lo notó a la defensiva, pero era razonable –. Estará bien, ¿verdad? – suplicó con la mirada –. Por favor no me ocultes nada hyung.
— Tranquilo Tae, es un alfa fuerte, le di un relajante muscular para que duerma y tú deberías hacer lo mismo.
Con una simple despedida Hoseok se dirigió hasta la salida, antes de abrir la puerta principal regresó la mirada, pensando que era seguido por el omega, pero lo encontró de pie en el marco de la puerta de la habitación principal, mordiendo sus uñas, mirando ansioso el interior. Estuvo a punto de mencionar algo, sin embargo, no fue necesario, pues Taehyung de un momento al otro se adentró al lugar, posiblemente por haber sido llamado por Jungkook. Satisfecho con la situación salió sin más.
El omega se acurrucó contra el cuerpo cálido de Jungkook, ronroneando satisfecho por saber que ahora todo estaría bien, la acompasada respiración del alfa lo relajaba totalmente, su lobo incluso se sentía orgulloso de su alfa al lograr verlo así de majestuoso.
— Tae – susurró Jungkook despertando al omega para observar con detenimiento el rostro contrario, aún tenía los ojos cerrados, pero parecía consciente – ahora podemos mutar juntos como lo prometiste.
— Sí – quizá no estaba del todo consciente, porque aún hablaba como cuando deliraba en fiebre, pero eso no le quitó a Taehyung abrazarse de nuevo al cuerpo y responder todo lo que tenía por decir.
— Bonito – volvió a llamarlo, el omega simplemente murmuró una afirmación para hacerle saber que lo escuchaba – Seokjin hyung quiere que trabajes en la compañía como fotógrafo permanente, ¿aceptas?
— ¿De verdad?
— Sí, tiene un proyecto nuevo en el cual pidió por ti...
Lo siguiente que pudo percibir Jungkook en su estado semiconsciente fue el rastro de demasiadas muestras de afecto, algunas murmuraciones que no comprendió, pero podía sentir la euforia en el omega desbordándose. El alfa apenas y sonreía satisfecho de causar aquella emoción, para por fin dejarse llevar una vez más ante la inconsciencia que le provocaba el medicamento. Taehyung siguió dejando caricias en su rostro hasta que estuvo seguro de que el sueño de Jungkook se había vuelto profundo, dejando por último un beso en su mejilla.
Se levantó cuidadosamente del espacio junto al cuerpo del alfa y con el mayor sigilo apagó la luz de la habitación, salió al pasillo para asegurarse de hacer lo mismo con el resto de luces hasta que por fin sus pasos regresaron a su habitación creativa, donde había estado dibujando algo especial mientras esperaba que la revisión de Jungkook terminara; hacía mucho que no pintaba algo en su piel y eso le dio nostalgia, así que sin más tomó sus materiales para iniciar su creación.
Cada trazo era mucho más simbólico que antes, las curvas que dibujaba eran un símbolo de algo diferente. El rojo resaltaba sobre los pequeños detalles verdes, el negro solo era un complemento más. Detalló el símbolo de infinito, adornado con ramilletes de rosas, dejando caer algunos pétalos y se sintió más que feliz con el resultado.
Aplicó un poco de fijador de cabello en su piel, logrando que brillara un poco más el dibujo, una vez satisfecho con lo que había plasmado en su piel, no pudo evitar sonreír ampliamente. Su alfa de verdad había vuelto a él después de tanto tiempo.
— El camino de pétalos de rosa me llevó a mi infinito.
"Quiero ser esa alma unida a ti, para protagonizar nuestra propia historia"
"Ahora sabes todo de mí, así como yo lo sé de ti"
"Tu voz es como ese suave canto que me arrulla y me devuelve a ti para atravesar la oscuridad"
"¿Me has llamado?, aquí estoy"
"Porque solo tú tienes todo el poder sobre mí"
"Eres lo único que conozco como definición de amor, todas las respuestas residen en esos bellos ojos, en esa luminosa alma"
Bueno, he vuelto mis personitas bellas, espero hayan disfrutado este capítulo tanto como yo. De verdad que me volví loca inspirada escribiendo, no podía parar de agregar cosas, razón por la que me tardé un poquito más.
Ahora, novedades. Hice un instagram donde tengo la intención de subir imágenes, alguna que otra historia y poder interactuar con ustedes con la cajita de preguntas. Manita arriba para quienes vieron mi prueba fail de live en Tik Tok y en instagram, jejeje. estaba probando cuál me gustaba más para hacerlo en una oportunidad muy próxima.
Además de esto, me encontré con que tres personitas bellas estuvieron y van a estar de cumpleaños este mes, así que. MUCHAS FELICIDADES PERSONITAS BELLAS...
Se les aprecia muchísimo a todos personitas bellas, no olviden mantenerse saludables, no privarse de lo que les hace feliz, como leer Sweet Rain cof* cof* y nos estamos leyendo muy pronto. Super Purple hearts para todos.
Dibujo de Tae
Pintura en su brazo
Pd: no soy buena para la edición, pero se hizo lo que se pudo 😬😬😬
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