XX
Con el correr de los minutos el ambiente se iba tornando más caliente, literalmente hablando. La cabina del auto estaba totalmente invadida por la esencia del omega que iba en la parte trasera, quien ni bien fue depositado en el asiento, se acurrucó haciéndose un ovillo; escuchar los sollozos provenientes de Taehyung era como una tortura para Jungkook quien tenía una pelea constante con su autocontrol, afortunadamente lograba hacer que el malestar del omega fuera menos al soltar más de su propia esencia. El omega apenas y tenía un atisbo de lo que deseaba y eso le hacía doler de manera insufrible, constantemente se abrazaba con demasiado deseo al abrigo de su alfa mientras se dejaba invadir por el olor.
— Alfa... te necesito.
Era lo único que repetía insistentemente el omega, exigiendo por su atención entre murmuraciones, se sentía demasiado asustado, dolía, palpitaba, molestaba y se invadía de calor todo su cuerpo. Jungkook sentía a su lobo inquieto mientras manejaba, aullaba molesto por no poder tomarlo ahí mismo, él también estaba comenzando su celo ¿Necesitaba más pruebas que eran destinados?, por supuesto que no.
Quizá por esa misma razón el omega se dejó tocar cuando sucedió su celo y probablemente aquel atisbo de olor a lubricante no haya sido su imaginación, sino más bien una reacción ante su alfa; para fortuna de Jungkook, el pensar que debía ser igual de fuerte que Taehyung le distraía por algunos segundos, sin embargo, la situación era tan diferente a ese día, porque esta vez el omega pedía por él y por supuesto que no se iba a contener.
Taehyung se sentía demasiado avergonzado por estar apretando sus muslos con tal de sentir un roce que calmara un poco sus deseos, sacándole jadeos y gemidos bajos, el olor de Jungkook causaba una reacción contradictoria en su cuerpo porque aliviaba un poco el malestar y al mismo tiempo potenciaba todo; la humedad se hizo más notoria resbalando con facilidad desde su entrada hasta la parte interna de sus muslos.
— J-Jungkook... Tengo miedo – sollozó desde su lugar, tratando de quedarse lo más quieto posible, el alfa no dejaba de soltar sus feromonas para hacerlo sentir cómodo, pero parecía que su cuerpo entendía que era una manera de atraerlo, reaccionando para humedecerlo cada vez más.
— No temas amor, pronto te haré sentir bien. Lo prometo – Jungkook manejaba de manera automática dando vistazos por el retrovisor hacia la parte de atrás para luego regresarla al camino – espero que me dejes hacerlo.
Aquello había sido un pensamiento en voz alta, uno el cual alcanzó los oídos del omega, un gruñido salió de su pecho, pero no dirigido al alfa, se trataba de Taehyung discutiendo con su lobo, pues el animal se sentía molesto con su parte humana al darle mensajes confusos a su alfa. Lo deseaban, vaya si no lo hacía, no dejaría que el miedo por un celo normal con su pareja le arruinara su unión.
— Alfa... – un escalofrío recorrió la columna de Jungkook, obligándolo a ver por el retrovisor, pues con aquel llamado en voz alta también pudo sentir cómo era tironeado para captar su atención, encontrándose con ojos azules – alfa... por favor te necesito.
Su entrepierna dolió en anticipación, su lobo estaba ansioso por calmar aquel calor. Esta vez no serían unas horas, porque ahora estaría totalmente a disposición de los deseos del omega.
Llegó por fin al estacionamiento, no importándole perder más tiempo en verificar si lo había hecho de manera correcta; fue cuestión de unos cuantos segundos para tener al omega entre sus brazos de nuevo. Joder como agradecía el que sea de noche porque si no, todos verían el prominente bulto en sus pantalones que pedía salir para poder sumergirse en la profundidad del omega. La piel de Taehyung quemaba con el contacto y un simple roce con la piel o la ropa causaba demasiadas sensaciones en él, sentía el palpitar en muchas zonas que jamás esperó sentir de esa manera.
Todo ese proceso le recordaba la charla sobre cómo su cuerpo se prepararía para el alfa que sería su compañero. Su abuela le había explicado que era como la propia polinización de las flores, las abejas se encargan de hacer un baile sobre los pétalos, acariciándolos con su aleteo; todo comienza con un movimiento haciendo que la flor suelte polen cada vez más, el pequeño bicho recibe todo aquello y más mientras se posa sobre la superficie previamente preparada para luego fecundar la flor con la misma esencia.
¿Por qué recordaba todo aquello en esos momentos?, por la misma razón que su cuerpo estaba acomodándose, preparándose de manera perfecta para recibir al alfa, lubricando a borbotones, podía estar seguro de que la humedad había traspasado sus propias prendas. Sentía cómo su interior se removía, junto con una presión extraña bajando, mientras que su entrada no dejaba de humedecer y expandirse un poco más de lo normal. Diosa, en serio, anhelaba volver a sentir a su alfa dentro con toda esta nueva experiencia y su lobo estaba totalmente de acuerdo, lo quería ya.
Jungkook siseó al sentir una succión en su cuello, las manos de Taehyung jugueteaban con su cabello, lo estaba desconcentrando, joder, necesitaba llegar a su apartamento, solo faltaban unos cuantos pisos más para estar ahí. El alfa no había tenido esta necesidad por complacer a alguien como lo sentía con el omega, ahora que estaba en celo era como si también estuviera siendo afectado en todos los sentidos, incluso parecía que, aquel celo repentino volvía con una mayor intensidad. Moría por darle a su omega todo de él, hacerlo sentir amado y deseado. Joder si no anhelaba saborear el cuerpo de Taehyung, crearse un mapa mental de cada cráter que se hacían llamar curvas.
Su luna era perfecto, demasiado como para tomarlo en un lugar tan vulgar como el elevador de un edificio o el pasillo, estaban cerca de la puerta que encerraría toda su pasión, conteniendo todo en un espacio seguro, solo faltaban unos cuantos pasos más para estar dentro del apartamento. Debía concentrarse y no caer ante la tentación del lobo de Taehyung, que parecía haber tomado el control completo. Ni bien había puesto un pie dentro cuando el omega se removió en sus brazos, cansado de no obtener lo que quería, haciendo que Jungkook lo bajara. Se observaron por algunos segundos, esperando que todo explotara, ¿Quién iba a dar ese primer paso?
— Eres malo – habló el omega abultando sus labios y pegando su cuerpo al de Jungkook, encerrándolo contra la superficie fría de la puerta – te necesito demasiado. Alfa, ¿acaso no me deseas?
— Claro que te deseo – dijo en voz baja el alfa sintiendo cómo el omega se frotaba contra su cuerpo – Diosa, hueles tan delicioso... – intentó besarlo, pero Taehyung tenía otros planes, quería provocarlo, saber cuál era su límite para que al fin lo tomara; Jungkook bufó al fallar dos veces, era demasiado escurridizo y sus gemidos al sentir su agarre no ayudaban a mantener todo bajo control –. No me hagas esto.
— ¿Hacer qué? – el omega volvió a acercarse y esta vez dejó un beso en su barbilla. Jungkook no se resistió a dejar que sus manos vagaran por el delgado cuerpo de Taehyung, aún no hacía ningún movimiento porque quería que el omega disfrutara cada etapa de su celo, pero también debía admitir que le encantaba esta manera de juguetear con él. Un pequeño grito provino del omega cuando las grandes manos del alfa tomaron su trasero y comenzaron a amasarlo, derritiéndose bajo el tacto – Alfa...
— Estás muy húmedo mi precioso omega – dijo burlón al notar cómo poco a poco el lobo caía en sus encantos, dejándose besar, exigiendo más cercanía, al frotarse una y otra vez – Diosa, no lo soporto más.
Jungkook le quitó el abrigo que tanto estorbo hacía para poder acceder al cuello de su omega; Taehyung estaba utilizando un suéter de cuello alto y el alfa pudo jurar que se volvería loco si no lo quitaba o rompía. Entre movimientos torpes logró despojarlo de las prendas superiores, aún no terminaba de regocijarse, por ello, cuando el omega posó sus manos en su pecho, tomando la camisa, halándola con fuerza para hacer que la mayoría de botones se salieran. Alzó la ceja, mientras que en su rostro se formaba una sonrisa complacida, esta definitivamente sería la mejor forma para recibir el nuevo año.
— Ven aquí.
El omega fue alzado de nuevo, enrollando sus piernas alrededor de la cadera del alfa. Jungkook agradecía que su apartamento estuviese vacío en estos momentos porque no habría nada con lo cual toparse, podía concentrarse completamente en los besos demandantes del omega y sus constantes roces en búsqueda de más fricción. El alfa lo sostenía posesivamente de los muslos, podía sentir la excitación creciendo en su interior, el contacto con la otra piel le hacía saber que la situación era parecida e incluso mayor.
Al entrar a la habitación Jungkook se alejó del beso con su respiración agitada, mientras miraba fijamente las reacciones contrarias, si Taehyung se arrepentía de algo este era el momento porque si no lo detenía ahora dudaba mucho de poderse contener luego. El omega bajó lentamente sus piernas sin romper el contacto visual, el zafiro brillando en sus ojos llamando a su lobo para que apareciera, podía sentirlo y su lobo gustoso se dejó ver, con el rubí brillando de manera intensa.
— Quédate aquí – suplicó, mientras acunaba su rostro entre sus manos, no estaba pidiendo algo, estaba exigiendo e implorando –. No me dejes solo. Quédate conmigo, por favor.
— Sabes que no te dejaré – murmuró apenas el alfa, pues el ajuste en su rostro se apretó más mientras veía al omega negar frenéticamente con la cabeza, su lobo tomó más control gracias a los efectos de su propio celo, logrando obtener una sonrisa de Taehyung – ¿Quién está pidiendo por mí?, parece que mi omega es exigente ¿no es verdad? – cuestionó, mientras sostenía las manos contrarias – dime mi luna, ¿Qué necesitas? ¿Por qué pides por tu alfa si lo tienes aquí?
— Alfa... Jungkook tengo miedo.
— No debes temer amor mío – murmuró Jungkook, acercándose más hasta juntar frentes –. Debes decir lo que deseas recuerdas, no puedo entenderte si me hablas desde el miedo. Habla con tu alfa, por favor mi luna.
— ¿Puedes... dejar a tu lobo presente?, quiero estar con él – así que era eso, su pequeño lobo posesivo estaba pidiendo por su alfa. Jungkook sonrió ampliamente compartiendo el mismo pensamiento con su animal, por supuesto que se dejaría mimar por el omega y en definitiva que no le dejaría toda la diversión a su humano.
— Eso no lo tienes que preguntar mi luna, estamos aquí para complacerte.
El rubí en los ojos del alfa le brindaron tranquilidad al omega que solo buscaba pasar su primer celo con su verdadera alma destinada. Quería demostrarle que no era defectuoso y así como su parte humana deseaba al humano, sus lobos rasguñaban por estar unidos. Un gruñido bajo salió de su pecho por la disputa que tenía en su interior, el animal quería unión, el humano no estaba listo, sobre todo porque no quería recibir su marca estando en una etapa de celo. ¿Quién ganaría aquella discusión al final?
Una sonrisa surcó los labios del omega, quien rompió la distancia entre sus bocas, sellando aquellas palabras del alfa como una promesa, el lobo de Jungkook estaba dispuesto a complacer los deseos de su omega. Los besos pasaron de unos simples roces a una danza magnífica, la cual era dirigida por sus lenguas. Entre pasos torpes avanzaron hasta que los pies del omega toparon con el colchón cayendo lentamente, sin romper el beso, las manos del alfa comenzaron a dejar caricias en la piel de Taehyung, haciéndolo volver a sentir de nuevo una explosión de calor recorriéndole el cuerpo; sus caderas se alzaron en anticipación para recibirlo, desesperado por más contacto.
Jungkook amaba la manera en la que el omega reaccionaba a cada caricia, sus dedos ágiles se perdieron rápidamente en el interior de los pantalones del omega, sacándole un jadeo cuando tomó su miembro, empezando un vaivén placentero que lo hacía arquear aún más su espalda. El alfa se aprovechó de la situación para así despojarlo de ambas prendas, le encantaba la facilidad con la que lograba quitarlas por el tipo de ropa que utilizaba el omega.
— Te deseo... – susurró cerca de su oído erizándole la piel.
¿En qué momento se había quitado los zapatos?, no podía decirlo, mucho menos teniendo las manos del omega en sus pantalones, dando tirones desesperados por sacarle la ropa. Jungkook sonrió divertido, pero no perdió el tiempo, se separó de aquel magnífico cuerpo y se despojó de todo. Sus manos pasearon sobre los muslos de Taehyung sacándole un gemido ahogado cuando uno de sus dedos rozó una parte sensible, toda la piel del omega era una zona erógena en esos momentos, Jungkook no se resistió en saborear aquella esencia que lubricaba tanto las piernas como la entrada del omega, la cual pedía atención.
Taehyung se removía impaciente y al mismo tiempo extasiado al sentir como subía por el interior de sus muslos, pasando su lengua, dejando a su paso un camino húmedo diferente, anticipando el momento de sentirlo más cerca de su intimidad, pero el alfa lo torturaba desviándose en cada oportunidad. Pasando la punta de su lengua en toda su piel, en los lugares donde sabía que lo harían perder el control, era cuestión de tiempo para que exigiera por él. Delineando la longitud de la erección palpitante, saboreando el líquido transparente de la punta del mismo.
— Sabes jodidamente delicioso – murmuró Jungkook sin dejar de saborear el lubricante –. Tan dulce como tu propia esencia.
Sentía cómo los labios del alfa hacían un recorrido, detallando toda su piel, haciéndolo delirar entre jadeos cuando percibía una que otra lamida o bien alguna mordida en la parte interna de sus muslos, su cuerpo respondía a cada impulso eléctrico, estaba entre el frenesí del celo y la pérdida absoluta del control. Las manos del alfa lo sostuvieron de la espalda baja para acercarlo más a su boca, su abdomen estaba siendo mimado con más besos húmedos, eso no debería hacer que su interior retozara, pero lo hacía porque se combinaba perfectamente con la primera vez que el alfa hizo aquella acción. Taehyung se incorporó poco a poco hasta hacer que ambos se les hundieran las rodillas sobre el mullido colchón.
Entre movimientos ansiosos, se sentó sobre el regazo del alfa para obtener fricción en sus miembros, Jungkook jadeó complacido por los movimientos contrarios, sus manos se movían libremente por las curvas del cuerpo de Taehyung. Sus labios comenzaron a hacer un recorrido desde su cuello hasta llegar al lugar que en un primer instante no le agradó, su lobo gruñó en total acuerdo; sus dientes acariciaron la piel del hombro de su omega, sacándole un estremecimiento.
— Mío, solo mío.
— Alfa te n-necesito, no puedo más...
Jungkook llevó sus manos hacia las caderas ajenas, elevándolas lo suficiente para posicionar uno de sus dígitos en la entrada del omega, escuchándolo gemir tan deliciosamente, notando cómo el mismo buscaba mayor contacto, embistiéndose él mismo. Joder, era totalmente fácil hacer aquello a la primera porque ahora gracias al lubricante natural y que el cuerpo del omega estaba preparado para recibirlo, no debía hacer todo ese juego previo para estimularlo. Aun así, le encantaba ver el deseo de Taehyung por sentirlo.
— J-Jungkook, por favor – Taehyung apenas podía hablar entre jadeos y su respiración agitada, le sostuvo el rostro al alfa, acercándose a besarlo, mordiendo el labio inferior de manera exigente, enredó sus dedos en el cabello de Jungkook y lo separó abruptamente –. Solo hazlo, te quiero dentro, ahora.
— Será un placer.
El omega sintió cómo su cuerpo se estremecía, mientras bajaba lentamente sintiendo cómo su interior recibía gustoso a su alfa, joder, era suyo. Ese alfa frente a él era totalmente suyo.
Jungkook sentía que perdía el control de sí mismo al estar dentro de Taehyung, el cuerpo del omega lo recibía de una manera tan satisfactoria que lo hacía sentirse demasiado bien, se ajustaba a él y al mismo tiempo lo abrazaba como dos piezas que encajaban. Su pelvis se alzó un poco más en el momento justo que el omega caía completamente, haciendo que el cuerpo contrario se abrazara a él, dándole la libertad de tener los botones erguidos a su total disposición. Gustoso comenzó a dar atención al derecho con su boca mientras esperaba que el omega se acostumbrara a la intromisión.
Las uñas de Taehyung se incrustaron en su espalda, arañando un poco, joder que sí tenía un serio problema con calentarse con esa simple acción. Llevó su atención al botón izquierdo, sin dejar de juguetear con el derecho, el cual era estimulado con sus dedos que en conjunto a su saliva lograban un efecto adictivo en el cuerpo del omega, quien lentamente comenzó a buscar atención en su interior, moviendo las caderas en círculos.
— J-Jungkook...
— Si lo deseas es todo tuyo mi luna.
— N-no, te quiero a ti – dijo entrecortado, negando frenéticamente al saber que él no sería capaz de lograr lo que el alfa si – Mu-muévete – dijo entre jadeos – hazme tuyo... por favor. Duele, haz que no duela más.
Diosa, amaba a este hombre, no le importaba lo que el resto de personas opinaran sobre el tiempo de conocerse, no tenía que pasar más para saber que Taehyung era su destinado, lo amaba con completa locura. Sus caderas se elevaron, empujando el interior del omega, haciendo que el contrario aferrara su agarre en sus hombros, sacando dulces melodías para los oídos de Jungkook, quien se regocijaba cada que un gemido salía de sus labios. El omega lo tumbó contra el colchón, impresionando a Jungkook cuando logró hacer aquello, sin embargo, la impresión del momento no duró mucho, pues tener a Taehyung sobre él moviéndose desbocadamente era la mejor sensación.
Aferró su agarre a la cadera contraria, elevándose un poco para comenzar a embestir de igual manera, encontrándose con los movimientos de Taehyung, llegando tan profundo que sentía delirar en cada pequeña succión de la cual era víctima su miembro.
— M-más... J-Jungkook por favor... alfa...
— Te escucho... dile a tu alfa lo que deseas – Jungkook no dejaba de dar estocadas certeras en el interior del omega, no podía controlarse, ya no más, estaba más que afectado por las feromonas de Taehyung, dio una embestida más profunda buscando el punto dulce del contrario haciéndolo gemir más alto al encontrarlo.
— N-no pares...
— ¿Qué cosa? – cuestionó el alfa, acelerando el ritmo de sus estocadas, besando la curvatura del cuello que estaba totalmente expuesta para él – ¿quieres que me detenga? – lo vio negar frenéticamente, desesperado por no poder articular palabra alguna, pues cada que lo intentaba Jungkook empujaba más para evitarlo – con palabras amor, quiero escucharte ¿quieres que pare? – volvió a cuestionar sin dejar de torturar aquel punto de delirio de Taehyung, quien apenas atinó a negar con la cabeza – ¿No puedes decirlo con palabras?
Jungkook detuvo sus movimientos lentamente, dejando que Taehyung recobrara un poco de su cordura, la cual solo duró segundos porque la mano del alfa envolvió el miembro contrario estimulando la piel sensible. El gemido del omega fue glorioso, porque eso mismo fue el detonante para que movimientos automáticos iniciarán, embistiéndose solo. Cada jadeo solo excitaba más al alfa, Taehyung lo estaba usando para su propio placer y él amaba sentirlo enloquecer cada que se movía mínimamente.
— Jungkook no pares... por favor... Te deseo demasiado. Muévete – lloriqueó, intentó moverse de nuevo, pero notó la sonrisa del alfa, antes de poder interpretar aquel gesto ya se encontraba de nuevo en el colchón con Jungkook sobre él.
El alfa se alejó de la cercanía del cuerpo contrario, llevó sus manos hacia las piernas del omega, con agilidad las fue elevando hasta colocarlas alrededor de su cuello, Taehyung no comprendía muy bien lo que hacía, pero la posición era perfecta para sentirlo aún más profundo, sus manos se aferraron a las sábanas cuando recibió la primera estocada, su interior abrazaba la erección de Jungkook de manera perfecta y sobre todo su punto dulce era vilmente torturado.
Sus respiraciones eran entrecortadas, los jadeos y gemidos invadían el silencio de la noche, ambas esencias volvían a estar combinadas de manera armoniosa. Era cuestión de tiempo para que su tan esperado orgasmo se diera, Taehyung podía sentir la sensación invadiéndolo por completo. Jungkook no estaba muy alejado de lo mismo, lentamente bajó las piernas del omega, flexionándolas lo más que pudo hasta dejarlas en su pecho.
— Déjalas ahí, sostenlas – dijo agitado, lleno de lujuria, mientras buscaba una almohada para colocarla debajo de la espalda del omega, quien ya estaba a la expectativa de lo que haría su alfa – trata de no venirte tan rápido – dijo en voz baja cerca de su oído erizándole la piel; un chillido salió de sus labios al sentir un leve apretón en su muslo, seguida de una estocada –. Mi precioso omega, eres mío y nadie me detendrá de tomar lo que es mío.
— Soy tuyo, por favor, por favor, p-por favor... tómame.
Las manos de Jungkook se hundieron en el colchón, lo suficientemente cerca del cuerpo contrario. Sus caderas comenzaron a marcar un ritmo cada vez más rápido, entrando con facilidad gracias a la humedad que lo recibía en un abrazo cálido, apretándolo, incluso succionándolo un poco cada que el omega apretaba en su interior. Diosa, era demasiado perfecto, su lobo estaba esperando el momento justo, brillando con el rubí en sus ojos, encontrándose con el zafiro, ambos ansiando que sus humanos no arruinaran lo planificado.
Taehyung sintió su orgasmo, arremolinarse en su vientre, algo en su interior se estaba preparando, descendiendo de manera perfecta, anticipando lo que se avecinaba. Jungkook estaba tan absorto de toda razón que fue guiado por su propio lobo a acercarse más, las piernas del omega se abrazaron a su espalda, dándole más espacio para posicionarse más sobre él; instintivamente buscó la curvatura del cuello de Taehyung, perdiéndose en la fuerte esencia que provenía del lugar, sus colmillos picaron en sus encías y el cuerpo del omega comenzó a estremecerse por la estimulación que estaba sintiendo, no soportando más.
Gotas blancas fueron las predecesoras de tiras saliendo con la esencia del omega manchando ambos cuerpos. Jungkook pudo sentir cómo era abrazado por el interior de Taehyung, haciendo que su nudo se instalara en el lugar perfecto, ensanchándose cada vez más. El omega estiró su cuello mínimamente rendido ante su alfa, esperando ser tomado, Jungkook fue consciente por algunos segundos de su acción, deseaba marcarlo, pero aún no lo conversaban, este no era Taehyung pidiendo por ese lazo, se trataba de sus lobos conspirando para enlazarse. Con agilidad llevó sus dientes hacia la otra almohada, enterrándolos con toda su fuerza mientras su esencia quedaba en el interior del omega.
Le había prometido a Taehyung que no haría nada sin su consentimiento, que, aunque su lobo rogara por cachorros sería la decisión de su parte racional por la que él se dejaría llevar, no era correcto, se sintió culpable al casi fallar en aquellas palabras, al decir que no haría nada de eso.
Los sollozos de Taehyung comenzaron a hacerse audibles, llamando la atención de Jungkook, quien aún con las réplicas de su propio orgasmo apenas y se podía concentrar, sus oídos zumbaban, su visión era un tanto borrosa y su lobo estaba molesto. Con delicadeza llevó su mano hasta la mejilla del omega para comenzar a dejar besos en todo el rostro, pensando que sus lágrimas se debían al dolor del nudo.
— No llores precioso, solo es un momento, ya pasará.
— De nuevo, no me marcaste – Jungkook abrió los ojos con sorpresa al escuchar aquellas palabras pensando que quizá y solo quizá Taehyung era quien estaba hablando, pero una vez se dio cuenta pudo respirar tranquilo. El omega intentó moverse, pero el dolor provocado por el nudo no se lo permitió quejándose de inmediato, abultando sus labios – ¿Por qué, alfa?, yo quiero estar enlazado contigo, ¿tú no quieres eso?
— Mi amor, por supuesto que lo quiero – murmuró en voz baja sin dejar de besarlo –, pero debes entender que ambos deben estar de acuerdo. Qué dirá tu parte humana si despierta de su celo con una marca.
— Él lo va a aceptar.
El omega volteó la cara evitando encarar a Jungkook, se sentía molesto porque en el último segundo la parte humana de su alfa logró dominarlo, aunque él tampoco estuvo lejos de aquello, pues cuando intentó exponer más su cuello alguien en su interior lo detuvo.
— Omega – llamó el alfa al notar aquella actitud, parecía que alguien se había encaprichado y no de una buena manera – mi Luna, si tú y yo nos unimos es porque todos estamos de acuerdo, no solo porque ustedes dos conspiran. Me dejarías hablar con Tae, él también debe saber de tus intenciones – el omega lo pensó por algunos segundo, sintiéndose incómodo por no poder moverse a su gusto, sentía la viscosidad en su interior y los fluidos resbalando por sus muslos, no quería estar en esos momentos, quizá cuando regresara la ola de calor esos dos habrían hablado, él estaría más limpio y podría seguir disfrutando – Omega...
El lobo poco a poco dejó el control a su parte humana, haciéndose consciente de su entorno, lo que estaba sucediendo le hizo sentirse nervioso y con su mano temblorosa tocó la curvatura de su cuello sintiendo la piel lisa, suspirando con tranquilidad. Taehyung regresó la mirada hacia el cuerpo que estaba sobre él, encontrándose con ojos parpadeando en rubí.
— Hola – murmuró, mientras una sonrisa se asomaba en sus labios.
El alfa comenzó a besarlo lentamente, amaba ambas partes de su omega, pero debía hablar seriamente con Taehyung sobre lo sucedido, quizá el tiempo que debían esperar para que su nudo bajara les daría el espacio suficiente hasta que su calor volviera. Serían los veinte minutos más importantes para ambos, a Jungkook le importaba saber la opinión sobre la marca porque joder si no quería estar así de unido a él.
— ¿Rompiste otra almohada? – cuestionó divertido Taehyung al ver a su alrededor, el relleno estaba esparcido por el colchón y en el cabello de Jungkook se encontraban uno que otro pedazo. Llevó sus manos hacia el rostro de su alfa, quitando los mechones que se adherían a su frente –. Pareces cansado, ¿pasó algo malo?
— Casi te marco – mencionó aún agitado, recuperándose del esfuerzo que hizo en el último momento. Taehyung no se veía asustado, más bien parecía desconcertado – descuida, no sucedió nada de eso.
— Lo noté, fue por alguna razón, es acaso que, ¿Tú no lo quieres? – cuestionó Taehyung con su voz temblorosa. El alfa se acercó lentamente a él, cuidando de no lastimarlo con algún movimiento brusco, haciéndolo estremecer cuando besó su hombro, subiendo a su cuello, aspirando su esencia, dejando más besos con un poco de humedad.
— ¿Y tú?
El silencio fue su única respuesta, Jungkook sabía que Taehyung se sentía inseguro, un lazo era un tema delicado, una marca es demasiado importante, sobre todo en el caso del omega que simplemente recibió una marca temporal para hacerlo sentir mejor mientras estaba sufriendo.
— Si mi lobo...
— No – lo interrumpió, volviendo a encararlo con una mirada seria. Jungkook necesitaba dejarle en claro que no era una decisión solo porque sus lobos caprichosos lo querían, ellos también debían estar listos – Tae, escúchame – llevó su mano a la mejilla de Taehyung para dejar leves caricias –. Tú mejor que nadie debe saber lo que significa una marca. Si decidimos hacerlo, esto es para siempre, amor, ¿comprendes eso?, te ataría a mí.
Taehyung no pudo evitar encogerse y sisear un poco al removerse demasiado, sacándoles un jadeo doloroso ambos, Jungkook gruñó bajo al sentir como su nudo era apretado en el interior del omega, como acto reflejo llevó su mano al cuerpo contrario para impedir que se moviera más; la imagen que tuvo frente a él casi le hace sentir la peor escoria, el omega tenía sus ojos brillando por la acumulación de lágrimas.
— ¿Te lastimé? – preguntó angustiado, Taehyung negó lentamente –. Lo siento, precioso, no quise gruñirte. Solo no te muevas muy brusco, puede ser doloroso para ti, ¿de acuerdo?
— No es eso – mencionó Taehyung intentando que su voz saliera lo menos rota posible, pudo notar la confusión en la mirada del alfa y antes que cuestionara lo interrumpió –, no quiero que pienses que no quiero tu marca... y tu lobo se sienta rechazado...
— Hey, tranquilo. Escúchame, ¿sí? – le acunó el rostro para que no cortara el contacto visual mientras conversaban –. Mi lobo no se sentirá rechazado porque esperaremos por ti hasta que te sientas listo. Una marca simboliza que nos uniremos para siempre, quiero que lo tomes muy en cuenta – dijo en voz baja –. Yo soy tuyo desde hace mucho y te esperaré.
El omega no veía dudas en los ojos del alfa, tenía una mirada suplicante y al mismo tiempo le brindaba seguridad. Su lobo le echó en cara lo bueno que era su alfa, Taehyung lo sabía muy bien, no necesitaba que se lo reprochara de esa manera.
— Okay – murmuró en voz baja.
Jungkook comenzó a relajarse al notar cómo el omega perdía el miedo en sus ojos.
— Recuerda, no es una marca temporal que se pueda quitar o borrar – dijo en voz baja, llevando una de sus manos hacia el hombro de Taehyung, sintiendo la piel erizándose bajo su tacto –. Es permanente. Piensa que es como un tatuaje, es una decisión de la cual debes estar seguro, recuerdas lo que mencionaste sobre tus dibujos.
— Sí.
— Bueno, es parecido. Ante la sociedad te verán como un omega marcado, algunos tendrán pensamientos de que eres intocable y otros que eres débil, ¿comprendes?
— Sí.
— Sobre todo, no podrás estar con otro alfa a menos que te fuercen y eso no... – apretó su mandíbula de solo pensar en la idea de alguien más, obligando a Taehyung a pasar por un proceso tan doloroso como era el borrar la marca de un alfa con otra – mataría a cualquiera que intentase algo así.
Las lágrimas que estaban acumuladas en los ojos de Taehyung se desbordaron completamente, se acercó a Jungkook, tomándolo de su cuello, rompiendo la distancia para poder besarlo. Sus labios encajaban perfectamente, creando una armoniosa danza, el omega delineó con la punta de su lengua el labio inferior del alfa para así terminar el beso.
— Mi abuela me contaba muchas historias sobre lo que representaba una marca, decía que, cuando un alfa y un omega se aman, deciden unirse para nunca más separarse – sus labios se abultaron al recordar eso que tanto esperó y ahora que podía hacerlo, no estaba seguro si estaba listo – ¿tú me quieres? – cuestionó, Jungkook asintió sin dudarlo, sacándole una sonrisa –. Yo también te quiero, pero no sé si este sea el momento correcto para hacerlo. Quizá porque no llevamos mucho tiempo conociéndonos o porque vamos muy pocas veces... haciendo... pues... esto – murmuró tímido refiriéndose a la situación actual – está bien para ti si digo que aún no me siento listo, aunque ya hayamos...
El alfa sonrió enternecido y besó su frente. Amaba que se sintiera tan libre para expresar sus inseguridades, qué mejor lugar y momento que ese donde eran tan vulnerables.
— Mi amor, mi Luna, mi omega – susurró, haciendo énfasis en cada uno de los nombres – Esto no se trata de las veces que lo hemos hecho. Además, no es cuestión de una follada, amo tu cuerpo, pero también quiero hacerle el amor a tu alma, desnudarla hasta llegar a conocer tus demonios, quiero entrar en tu mente, que pienses en mí y recuerdes cada una de nuestras locuras, quiero que la sensualidad de tu alma y el deseo en ella sea encontrarse con la mía hasta ser una sola, y en ese momento te darás cuenta de que le habré hecho el amor a cada una de tus partes. Cuando veas que conozco hasta el último demonio de tu ser y aun así siempre quiera estar cada minuto de mi vida contigo...
El nudo en el interior del omega comenzó a bajar, dejándolos por fin libres, provocándoles un estremecimiento. Jungkook salió lentamente de él sin dejar de mirarlo.
— Entonces, solo entonces entenderás que estás listo para unirnos – se acercó a su cuello olfateando el espacio al cual llamaba hogar, dejando unos cuantos besos húmedos, haciendo estremecer el cuerpo contrario –, y yo estaré tan feliz cuando eso suceda. Que dudo poder controlarme.
Al otro lado de la ciudad, dentro de una de las habitaciones del hotel Flor de Loto, se daba una escena un tanto peculiar entre un alfa y un omega. Ambos se encontraban recostados en la amplia cama en una posición ¿incómoda? Quizá comprometedora, si acaso el chico rubio a su lado despertaba de un humor poco agradable, por la sencilla razón que el omega se había apropiado de él, dejándolo inmóvil, gruñéndole cada que intentaba zafarse. Yoongi no podía evitar estar tenso, no mientras Jimin se aferraba a él como si de un pequeño gatito se tratase frotándose constantemente.
El plan solamente era llevar a Jimin a su habitación en el hotel, su sorpresa fue que no tenía ninguna reservación a nombre del omega; el rubio incluso tuvo la osadía de reírse de él mientras seguía siendo llevado como bulto de carga en plena recepción del hotel, grande fue su molestia cuando los empleados del lugar le informaron que no tenían más espacios disponibles debido al evento, dándole así una negativa de poder brindarle hospedaje al rubio pasado de copas.
Así que ahora estaba en la que debía ser su habitación privada, donde se relajaría durante esos días de descanso con tranquilidad disfrutando el nuevo año, pero a cambio tenía un omega demasiado ebrio aferrado a él, quizá su sistema había dejado de bombear sangre y estaba mutando en un nuevo licor fermentado porque podía jurar que el olor de Jimin cambiaba a unas tonadas distintas a las normales, era más, ya no le molestaba que fuera dulce su esencia ¿era posible que alguien le cambiase el olor por exceso de alcohol?, no, debía estar alucinando por el cansancio.
Intentó cerrar sus ojos una vez más, pero no podía evitar distraerse. Volteó a ver el cuerpo a su lado y le pareció como si un ángel hubiera bajado del mismo cielo, uno que se adueñó de su cama en cuanto entraron al lugar. El alfa al ingresar a la habitación comenzó a recostarlo de manera delicada en aquella mullida superficie, pero ni bien fue bajado lo suficiente, Jimin se tiró contra el colchón amplio de la cama, retozando, rodando y rehusándose a obedecer, Yoongi intentó hacer que por lo menos se quitara los zapatos o bien el maquillaje que tenía puesto siéndole imposible, las manos hábiles del pequeño omega lo condujeron a caer junto a él, murmurando palabras sin sentido.
— Duérmete Min, es mejor que te resignes por esta noche – murmuró para sí mismo cuando en una de las tantas veces que Jimin se abrazó a él terminó tocando su entrepierna sacándole un jadeo – mierda, esto no debería ser así – tomó una inhalación profunda y su nariz cosquilleo por un aroma un tanto extraño.
Comenzó a olfatear el ambiente con su ceño fruncido, buscando aquello que le estaba molestando a su olfato, haciéndole fácil distraerse de los movimientos involuntarios de Jimin. Percibía el olor del jazmín y té de limón emanando del pequeño cuerpo del omega, su mirada no pudo evitar observar a detalle la silueta perfecta del rubio. Diosa, por qué le pasaban ese tipo de situaciones con él, ¿no podían tener un encuentro normal?, la luz tenue de la habitación no ayudaba en nada para que conciliara el sueño, no cuando el muslo del omega se había encaprichado con mantener una parte de él despierto. Todo le jugaba en contra.
Yoongi intentó soltarse de la prisión humana, pero a cambio solo obtuvo un ataque a su corazón, Jimin estaba abultando sus labios en una clara muestra de su disgusto ante su actuar, se veían totalmente apetecible y ese era el problema, el alfa no quería sentirse así respecto al omega; no cuando este era tan testarudo al pensar que él se quería imponer de alguna manera sobre él. Mucho menos después de aquel discurso atropellado donde se empecinó en reprocharle todas las veces que había mencionado lo empalagoso que era su olor.
¿Por qué no podía seguir oliendo de esa manera dulce y asfixiante? Así no tendría la necesidad de acurrucarse contra su cuerpo, de querer hundirse en su cuello para obtener más de esa esencia totalmente diferente y que en definitiva iba más con el omega.
¡¿Por qué ahora hueles tan delicioso?!
— Hyung – dijo en voz baja el omega, aún tenía sus ojos cerrados o quizá simplemente estaban hinchados junto con el resto de su cara debido al alcohol ingerido, sin importar eso Yoongi no movió ni un músculo, se quedó observando – Yoongi hyung...
¿Debía responder o quedarse callado?, quizá simplemente estaba soñando ¿con él?, no eso tenía que ser un error. El alfa se tensó al verlo removerse de manera torpe para sentarse con cuidado en la superficie blanda. Se veía tan tierno frotando sus ojos mientras abultaba más sus labios, hacía gestos graciosos y se quejaba por lo bajo, pero Yoongi no comprendía lo que decía, estaba demasiado absorto en contemplarlo, detallándolo completamente. De pronto Jimin lo encaró con uno de sus ojos abiertos y otro siendo cubierto por su pequeña mano.
— Yoongi hyung, ¿Dónde estamos? – murmuró con su voz ronca, Yoongi no sabía qué decir en esos momentos, estaba viendo al modelo principal de la compañía con una imagen que jamás había visto y, sin embargo, se veía jodidamente bien ¿Cómo era eso posible? – ¿Hyung?
— Es una de las habitaciones del hotel, la mía de hecho, ya que cierto señorito no tenía ninguna reservación.
— ¿Nosotros debíamos hacer eso? – interrogó mientras poco a poco iba estirando su cuerpo, una murmuración afirmativa le hizo regresar la mirada hacia el alfa –. Pensé que Seokjin hyung haría eso por nosotros, al menos por mí al hacerme trabajar este día – mencionó Jimin, inspeccionando el lugar en el que se encontraban – ¿por qué están encendidas las luces?, y ¿Por qué no me quité los lentes de contacto?, ahora mis ojos arden.
Quejas y más quejas era lo único que escuchaba el alfa por parte de aquel pequeño omega rebelde, ¿no conocía la palabra, gracias? Un simple agradecimiento habría sido suficiente, le había dado tantos dolores de cabeza por una noche que no quería saber nada más sobre lo que tenía que decir, Yoongi sintió como algo cosquilleo en su nariz provocándole un estornudo. Cuando menos esperó el omega se levantó de la cama, para comenzar a ir y venir en toda la habitación murmurando cosas de nuevo.
— Lo olvidé... Lo olvidé... Ah, ya pasaron doce horas
— ¿Jimin? – interrogó el alfa al verlo tan ¿asustado?, quizá estaba entrando en pánico. Una punzada en su cabeza lo hizo molestar, se encontraba cansado y no comprendía el parloteo que tenía el omega – ¡Jimin, basta! ¿Ahora qué te sucede?
— No lo entenderías hyung. Esto no es bueno – Jimin tomó distancia hasta casi llegar al otro lado de la habitación, abrazándose a sí mismo, entrando en pánico.
Yoongi se preocupó realmente al no comprender lo que pasaba y mucho más al verlo en ese estado, se puso de pie comenzando a acercarse hasta él como si de un llamado de auxilio se tratara, su lobo no pudo evitar estar alerta al ver que Jimin estaba tan inquieto, siguiendo su propio instinto comenzó a expulsar un poco más de su esencia.
— Hyung, eso no ayuda, tu olor, solo empeora las cosas.
— Solo quiero ayudarte Jimin-ah ¿Qué sucede?, dime – Yoongi dio otros tres pasos más, un tanto vacilantes, hasta que pudo percibir a totalidad aquello que cosquilleaba en su nariz, haciéndole estornudar por la invasión tan repentina ¿acaso ese olor eran mandarinas?, sin importarle su incomodidad siguió acercándose al omega que lo observaba con ojos cristalinos – está bien Jimin, soy yo, sabes que no te haré daño. ¿Qué es lo que olvidaste? ¿Por qué te preocupa tanto el tiempo?
— No entiendes – comenzó a abrazarse a sí mismo para evitar sentirse desprotegido –, puedes por favor dejar de hacer eso, tu aroma es el problema.
— ¿Por qué dices eso? – cuestionó un poco confundido y con su orgullo herido.
Jimin se deslizó por la pared hasta dejarse caer al suelo, rindiéndose a lo que era tan inevitable de contener, él mismo lo podía sentir saliendo de su cuerpo; ya no tenía el inhibidor de olor, el efecto había dejado de funcionar dejando escapar su esencia ¿Por qué Seokjin y Namjoon le habían hecho algo así? El alfa aprovechó el momento y se acercó del todo al omega, arrodillándose frente a él.
— ¿Te molesta mi aroma? – preguntó cauteloso el alfa queriendo encontrar una explicación lógica a la situación, Jimin negó abultando sus labios – entonces, ¿Qué sucede con mi olor? ¿Por qué dices que es el problema?
— Porque tienes más de un olor hyung – dijo en un solo hilo de voz muy bajo, pero perfectamente audible para el alfa que sintió una confusión invadiéndolo, no daba crédito a lo que estaba diciendo el omega. Su lobo le gruñó por lo ignorante que estaba siendo –, puedo percibir tu esencia con tres aromas.
— ¿Cómo lo sabes? – Jimin frunció el ceño, encarando al alfa con un semblante menos temeroso, cambiándolo por uno molesto – es decir, puede que te confundas con alguna otra esencia y por eso crees que es eso. Quizá el olor que dices sea nada más el suavizante de ropa o...
— No conozco ningún producto de limpieza que huela así. Uno que combina perfectamente con tus otros dos olores
El alfa se quedó congelado en su sitio, ¿en serio debía confiar en lo que tanto le insistía su lobo durante ese tiempo? Eso significaba que aquella necesidad de cuidar del omega era real y no solo producto de un capricho.
— Dime una cosa Yoongi hyung – el alfa se quedó sin palabras al escuchar aquel tono de voz molesto – ¿percibes mi aroma? ¿Alguna vez lo has sentido?
El alfa sopesó las palabras del omega, realmente eran pocas las veces que sintió el aroma contrario, y en cada una de esas ocasiones el omega trataba de escabullirse de su lado, salía corriendo como si del portador de la peste se tratara; ese último pensamiento lo hizo fruncir su ceño, impacientando a Jimin al ver que no le daba una respuesta rápida.
— ¡Responde! – Yoongi se sobresaltó al escucharlo tan impaciente, tomó una inhalación profunda y ahí estaba cosquilleando en su nariz, jugueteando con las papilas gustativas de la punta de su lengua, haciéndolo salivar. Volviéndose mucho más claros sus recuerdos, asintiendo lentamente, sintiéndose extraño y un tanto dudoso por responder – puedes decir o más bien, serías capaz de descifrar ¿Cuál es mi aroma ahora?
— Hueles a Jazmín, té de limón y ... – comenzó a olfatear más veces, llenándose del último aroma; abrió los ojos con sorpresa, encarando al omega – mandarinas, ¿eras tú? ¿Es tuyo ese olor? – Jimin asintió resignado al hecho de haber sido descubierto –. Pero, pensé que tu aroma era vainilla y chocolate blanco – mencionó el alfa arrugando su nariz en total desagrado porque ambas esencias eran demasiado empalagosas para su sensible olfato, Jimin sonrió por primera vez en toda la noche, una real no la falsa que solía utilizar, atacando nuevamente el corazón del alfa.
— Es una esencia falsa para ocultar la verdadera, pensé que estabas enterado de la existencia de eso, las promocionamos cuando fue mi primer trabajo en la compañía.
Su tono de voz era entre melancólico y un tanto divertido por la situación, ver al alfa con una mirada totalmente descolocada le parecía lo más hilarante de la noche. Los ojos de Yoongi iban y venían de un lado al otro mientras tenía la boca entreabierta por la impresión que tenía sobre la nueva información; una acción que siempre hacía cuando intentaba recordar algo o bien trataba de buscarle lógica.
Un estornudo se escuchó en el eco de la habitación, haciendo que Jimin borrara su sonrisa al ver de nuevo la incomodidad en el alfa, algo que por supuesto Yoongi no notó.
— Pero no entiendo, ¿por qué ocultar tu aroma de todos?
— No de todos hyung – murmuró en voz baja, mientras su vista se enfocaba en sus manos – solo lo ocultaba de ti. Jungkook fue el primero en descubrirlo, pero le supliqué que guardara el secreto, al principio no comprendió la razón, pero fue muy discreto. Después fueron Seokjin y Namjoon quienes descubrieron que yo era el culpable de agotar las muestras de ese producto.
— Aguarda un momento, todos estaban enterados de esto – Jimin asintió haciendo una mueca entre culpable y despreocupada – ¿Por qué ocultarlo de mí cuando el resto ya sabía de tu secreto?
— Tú sabes lo que significa que alguien pueda percibir tu tercer aroma – Yoongi lo sabía, simplemente se sentía reacio a que la posibilidad existiera, sin embargo, asintió – yo sé cuál es tu esencia. Hueles siempre a menta, es el que liberas más en la oficina, café cuando te relajas o estás pensativo y por último el de chocolate amargo. Ese siempre está acompañando a los otros dos, pero solo para mí. Por eso me descubrió Jungkook porque dije que me molestaba tu olor a chocolate amargo en una de las tantas veces que me hiciste enojar. Nadie más lo percibe Yoongi hyung, solo yo.
La palabra destinado rondó mil y una veces dentro de la cabeza de Yoongi, tenía tantas preguntas por hacer, tanto por mencionar que no sabía cómo ordenar sus dudas o sus emociones. Estaba molesto porque su lobo le reprochaba todas las veces que se rehusaba a acercarse a Jimin para buscar más contacto con él. Yoongi de verdad quería estar al lado del omega, el problema era que, con esa esencia empalagosa se le hacía imposible, era como un repelente.
— Entonces, ¿Tú sabías que éramos destinados? – cuestionó, Jimin asintió, sintiéndose culpable –, y te ponías esa cosa asquerosa para que yo no me acercara – otra respuesta silenciosa le fue brindada – ¿Por qué?
— Por la sencilla razón de que a ti no te gusta mi olor.
— ¿Qué?
— Cuando nos conocimos, yo utilicé un inhibidor porque estaba demasiado nervioso al tener una entrevista contigo y para evitar incomodar al resto con mi olor decidí ocultarlo – Jimin no quería ocultar más aquello, ya no había razón para hacerlo –. Cuando obtuve el trabajo decidí que ya no sería necesario utilizar algún producto para que mi aroma pasara desapercibido por ti. Al contrario, pude sentir a tu lobo llamando al mío, pero me negué a que existiera esa posibilidad. Cuando llegó mi primer día en el estudio, al comenzar las tomas, entraste con tu aspecto de ejecutivo malhumorado, estornudando por una alergia, diciendo que, de donde provenía ese olor molesto a mandarinas.
El alfa sintió que su pecho se apretaba al ver los ojos brillosos del omega, decir aquellas palabras le dolían, Yoongi no pudo odiarse más a sí mismo porque esas palabras debieron significar rechazo hacia su destinado. Él recordaba muy bien ese día porque justamente llegó al estudio para ver al omega trabajar, pues desde la primera vez que lo vio se quedó flechado por su belleza, parecía un ángel caído del cielo y cuando entró al lugar aquel olor le invadió las fosas nasales de una manera tan agresiva que no pudo evitar sentirse molesto porque lo estaba distrayendo de ver a Jimin, haciéndolo estornudar una y otra vez.
Aquel comentario había hecho sentir muy mal a Jimin quien en un primer instante se sintió halagado, porque el alfa ingresó mencionando que el estudio olía de maravilla, preguntando al personal si había utilizado algún ambientador especial para darle la bienvenida al nuevo modelo, todo un conquistador, su lobo se sintió tan feliz que, por eso soltó más de su esencia para atraerlo, pero tan pronto hizo aquello Yoongi tuvo un ataque de alergia diciendo que el aroma a mandarinas lo estaba molestando, tanto así que se retiró prácticamente corriendo.
¿Debía sentirse feliz por encontrar a su destinado o tenía que dejarse invadir por el sentimiento de rechazo?, desde ese momento comenzó a utilizar inhibidor de olor y una esencia falsa, esa que utilizaban los betas, o bien los omegas recesivos. La situación resultó peor, pues ahora Yoongi mantenía demasiada distancia con él porque su aroma empalagoso le disgustaba obteniendo comentarios donde constantemente mencionaba su empalagoso olor.
Su lobo comenzó a sentirse verdaderamente dolido por las palabras de su alfa, lloraba cada que este mencionaba algo respecto a ellos y Jimin solo podía ignorar cada una de sus palabras porque sabía que esos comentarios no existirían si él no utilizara aquellas esencias falsas. Cada que se ocultaba detrás de aquella cortina de humo empalagoso, su lobo lloraba, pues sabía que solo recibiría rechazo y más rechazo de su propio alfa.
— Te ocultaste de mí sin decirme algo o por lo menos enfrentarme como lo sueles hacer con el resto de personas – le dijo con reproche el alfa al comprender toda la situación –, era esa la razón por la que siempre te alejabas de mí.
— Siempre decías que odiabas mi aroma.
— Porque utilizabas esos asquerosos olores empalagosos que me daban migraña – habló exasperado por lo que estaba sucediendo, su nariz comenzó a picar de nuevo, sacándole otro estornudo más.
— También por eso decidí no decir nada, siempre tienes alergia – reprochó abultando sus labios, encogiéndose en su lugar –. Además, si tú sabías que éramos destinados te ibas a acercar demasiado y todos dirían que obtuve el puesto por estar con el jefe de personal, así que decidí quitarme de la ecuación, eliminando el problema de mi olor. Resultó muy bien porque tus alergias disminuyeron
— Jimin-ah, tú no eres el problema, que te importe las opiniones del resto del personal, puedo comprenderlo porque estabas iniciando, pero – murmuró en voz baja, aventurándose a acercarse más al omega, sus manos temblaban en anticipación por acunar el rostro ajeno – mis alergias no se deben a que tu aroma me moleste como tal.
— Pero siempre estás estornudando y diciendo que te molesta.
— Y lo hace, pero es por la falta de costumbre ¿Cómo quieres que no reaccione así si cada vez que tengo un atisbo de tu aroma lo escondes? – no soportó más la distancia entre ellos y menos aún sintiendo el magnífico olor del jazmín y el té de limón llamándolo, el olor de las mandarinas se camuflaba de manera perfecta entre los otros dos, una combinación idílica –. Tienes una idea de las peleas que he tenido con el rabioso de mi lobo porque siempre estaba diciendo que eres su omega. Intentaba acercarme a ti en cada ocasión y tú lo único que hacías era alejarme de una u otra forma – con cuidado lo tomó de las mejillas acariciando la poca carne de estas, cosa que le sacó un gruñido.
La sonrisa que recibió a cambio fue como una caricia a su alma, era un gesto solo para él. Diosa, tanto tiempo esperando este acercamiento y que Jimin se tornara tan dócil con él, era la mejor sensación porque siempre se enfrentaba al omega estando a la defensiva.
— Creo que juntarte con Jungkook te está haciendo mal, hyung – una risa divertida se hizo escuchar en toda la habitación, mientras que una que otra lágrima resbalara de los ojos del omega, gotas cristalinas que eran retiradas con delicadeza por Yoongi –, ya eres lo suficientemente gruñón como para que hagas eso.
— No lo haría si no me molestara el hecho de que... – Yoongi se detuvo en su argumento porque era algo por lo que ya habían discutido anteriormente y no quería arruinar el momento. Ya habría tiempo para conversar sobre la dieta excesiva que estaba llevando a cabo el omega.
— ¿Qué cosa?
— Nada, olvídalo por ahora, ¿sí? – murmuró, dejando de nuevo caricias leves en las mejillas del omega, quien se sintió más que complacido al recibirlas –. Jimin-ah, puedes prometerme algo – el omega asintió lentamente, esperando pacientemente lo que diría –, no vuelvas a esconder tu aroma de mí. Joder, no tienes una idea de lo adictivo que es para mí en estos momentos.
El sonrojo en el rostro de Jimin fue instantáneo, junto con un estremecimiento, su lobo estaba atento a cada palabra que salía de los labios del alfa, estaba moviéndose de un lado al otro aullando por más cercanía y las caricias que recibía en su rostro junto a la mirada cálida eran su perdición.
— Lo prometo hyung – susurró perdido en el brillo dorado de los ojos del alfa – también a ti.
Jimin sonrió embelesado ante el lobo que se manifestaba frente a él, como si estuviera demandando de su atención, no solamente para la parte humana estaba buscando aceptación de él, también el alfa en el interior de Yoongi lo exigía, le pareció graciosa la actitud de este cuando volvió a gruñir.
— No me gruñas, alfa de cuarta – murmuró divertido.
Era tan perfecto, tan etéreo que aún no podía imaginar estar un segundo lejos de él. Diosa luna, amaba a ese hombre que le mostró una cara diferente de la vida, su lobo tenía razón al elegirlo. Eso le recordó que su celo seguía tan fuerte como si se tratara del primer segundo y apenas unos minutos atrás había despertado de nuevo envuelto en una ola terrible de calor desesperante. Necesitaba calmar el dolor, la incómoda necesidad de ser llenado pudo más que su sueño y cansancio, pero al ver a su alfa estando plenamente dormido, no pudo evitar estar en una encrucijada, entre despertarlo o dejarle descansar.
Su lobo exigía atención de su alfa, reprochándole por no tener un lazo que los uniera para así facilitarle las cosas. Inconscientemente, llevó su mano a su hombro, donde el fantasma de aquella marca temporal ya no causaba ningún sentimiento, no se sentía listo para estar unido con Jungkook, no porque no lo amara, sino porque debía esperar. Era mejor estar seguros de que su cuerpo ya no estaba defectuoso, su mayor miedo siempre fue ese, atar al alfa a una unión con un omega que no podría traer cachorros a este mundo. Pero durante esos pocos minutos logró encontrar un intermedio entre los deseos de su animal y guardarse hasta el momento oportuno.
Alfa... despierta... te necesito...
Jungkook se removió lentamente al sentir como algo o alguien lo llamaba de manera insistente, sentía su cuerpo pesado, sus extremidades dolían, sus músculos estaban tensos, pero eso no evitó que su lobo despertara por los llamados de su omega. El calor lo comenzó a envolver de nuevo endureciendo cierta parte. Parpadeó lentamente para acostumbrarse a la luz del nuevo día, no sabía muy bien el tiempo que había dormido o bien cuántas veces despertó así en los últimos ¿tres días?, quizá, pero el ser arrullado con la esencia de su omega debía ser el mejor regalo de la Diosa.
Una sonrisa se instaló en su rostro al recordar la razón de su incomodidad, importándole muy poco el ser despertado luego de pocas horas de sueño. El olor a frutos rojos, cítricos y rosas lo invadió de inmediato, era un llamado exigiendo por su atención. Buscó con la mirada hasta dar con su objetivo, ese que estaba esperando con ojos anhelantes a que despertara.
Se veía demasiado hermoso, le hacía recordar a cuando su lobo se quedó sentado sobre sus patas traseras, aguardando a tener privacidad, solo que esta vez, el lobito no buscaba ser ignorado.
— Hola bonito – murmuró con un tono de voz ronco. Poco a poco se incorporó sintiendo cómo caía la sábana que apenas y cubría la mitad de su cuerpo, sus huesos tronaron, destensando su cuerpo – ¿llevas mucho tiempo despierto?
— No, pero te estaba esperando – mencionó el omega mientras gateaba regresando al colchón posicionándose frente a él, Jungkook acarició la mejilla de su precioso omega, para luego dejar un beso cálido en sus labios; uno que comenzó a ser demandante conforme el calor lo iba invadiendo de nuevo. Taehyung se subió a horcajadas sin separarse del beso, sintiendo la calidez de la piel de su alfa ir en aumento, las manos de este haciendo un recorrido por su cuerpo lo hacía estremecer – alfa...
— ¿Sí?
— Puedes hacer algo por mí – murmuró aun sin despegarse de los labios contrarios, Jungkook apenas pudo responder, entre jadeos, cuando el omega comenzó a hacer círculos y movimientos provocadores, despertando más su propia erección – duele mucho... haz que pare por favor. Te necesito – el alfa sonrió apenas entre los besos desordenados, hasta que el omega se separó llegando a su oído – alfa...
Era demasiado para poder soportar un minuto más, Jungkook regresó a besarle los labios con necesidad, sintiendo como todo volvía pieza a pieza, había un amor profundo, tan desenfrenado que se encontraban al borde del precipicio, la necesidad de estar con el otro los invadía, la pasión era la mejor compañía. Estaban demasiado hambrientos el uno del otro, queriendo amarse, fundirse en cuerpo y alma sin importar nada más que ellos mismos.
Aquel espacio vacío, con paredes aburridas, blancas y lisas, se volvió su refugio, donde podían entregarse mutuamente sin que nadie interviniera, sus lobos lo sabían, solo era cuestión de algo más para que comenzaran a dejar salir a flote todo lo que resguardaron con recelo por años, por lo menos se conformarían con algo temporal.
Con lentitud el omega se alzó lo suficiente para alinearse correctamente, distrayendo al alfa con sus caricias y besos necesitados, hasta que fue bajando con parsimonia, casi penetrándose a sí mismo. El tiempo era totalmente suyo, al menos así lo pensaron, pero su burbuja se vio interrumpida por el sonido de una llamada, ruido que alertó a Jungkook, sacándole un quejido al omega al ser detenido.
— No respondas – se quejó cuando fue devuelto al regazo de su alfa, mientras abultaba sus labios – alfa, no contestes la llamada.
Jungkook no lo iba a hacer, le parecía gracioso la manera en la que estaba siendo acusado por su omega porque sus planes eran tomarlo ahí mismo, pero no podía evitar juguetear en ese momento. Hizo el amago de intentar alcanzar el aparato y como esperaba, Taehyung gateó rápidamente para hacerlo antes que él, una lástima que todo resultara como el alfa quería, porque ni bien fue liberado del agarre del omega, lo tomó con un solo brazo, aferrándolo a su cuerpo quedando detrás de él. Comenzando a besar toda la piel expuesta de su cuello, escuchándolo ronronear.
El alfa tomó la pierna de Taehyung para subirla, dejándola sobre su cadera, sosteniéndola con su mano, creando el espacio suficiente para poder apoderarse una vez más de ese espacio. Mientras tanto, el omega se sentía perdido entre el recorrido de los besos que hacía el contrario en toda su piel, hasta que soltó un jadeo, uno ahogado al percibir cómo era estimulado en su erección y su entrada goteante, se sentía demasiado bien el ser tocado de esa manera tan necesitada, besado con demasiada pasión. Joder, lo hacía sentir más caliente de lo que ya estaba.
El sonido que antes había sido una molestia había terminado y ahora solamente estaban ellos para amarse, el único ruido que era aceptado era el que provenía de ellos mismos, eran las últimas horas del celo, las más fuertes para cada uno, Jungkook quería dejarle en claro que él era su alfa, por más dominante que pudiese ser, solo Taehyung tendría la clave para domar a su lobo, volverlo un cachorro, un fiel seguidor.
Las caricias del alfa eran gentiles, sin dejar de ser llenas de lujuria y deseo, contrastaban muy bien con cada descarga eléctrica que recorría el cuerpo del omega, cada que era estimulado de una u otra manera, otro gemido ahogado quiso salir del pecho de Taehyung cuando aquel punto fue tocado, para luego sentir el vacío dentro de él.
— Alfa, duele... por favor.
— Está bien mi luna, alfa te ayudará.
Con delicadeza alzó más la pierna del omega, cuidando de no lastimarlo, sin forzar el cansado cuerpo de Taehyung, tomándolo como si se fuera a romper con algún mal movimiento. Se alineó lentamente, notando el deseo contrario, al buscar tener más contacto con él, no dejando que hiciera movimientos bruscos. Entró de una manera delicada, abrazando el cuerpo delgado, llevando su mano hasta el vientre plano de Taehyung para sostenerse, comenzando un movimiento lento y profundo, mientras repartía besos en toda la piel del cuello expuesto.
— Alfa, muévete, por favor... necesito – sus palabras quedaron atoradas al sentir embistes más profundos, seguían siendo movimientos lentos, pero con un ritmo más acelerado, entrando rápido y saliendo despacio, acariciando todo el interior de manera tortuosa – así, solo no pares.
La habitación encerraba cada una de las súplicas del omega, los gruñidos del alfa eran respuesta a cada gemido que provenía de los labios de Taehyung, jamás se cansaría de escucharlo, seguían siendo la mejor composición sinfónica.
— Necesito... por favor... – suplicó de nuevo el omega, sintiendo el remolino ir creciendo en su interior conforme las embestidas iban incrementando de ritmo, torturando su punto dulce, haciéndolo delirar. Apenas coordinaba sus movimientos, pero al final expuso del todo su cuello – temporal... muerde, por favor.
— ¿Temporal? – jadeo apenas el alfa sin dejar de moverse con frenesí – ¿quieres una mordida temporal?
— S-sí, sí, sí.
Jungkook gruñó alto, su lobo tomó el control de su cuerpo, enredó sus dedos en el miembro de su hermoso omega para comenzar a masturbarlo, quería que ambos disfrutaran de su orgasmo al mismo tiempo, su pulgar evitó el paso de la venida inminente, causándole espasmos a Taehyung, las súplicas por la liberación llegaron a los oídos del alfa, pudo sentir el nudo creciendo, formándose y limitando el movimiento, sus dientes comenzaron a picar, llevó sus labios hasta el precioso espacio al cual llamaba hogar para por fin profanar la delicada piel en el momento justo en el que Taehyung se sintió desfallecer al ser víctima de su orgasmo. Era doloroso y al mismo tiempo placentero, una sensación opacaba a la otra al mismo tiempo.
El alfa soltó justo a tiempo su agarre en el lugar, lo suficiente para dejar una marca temporal como se lo habían pedido, algo que estaba planificado por sus propios lobos, porque el omega sabía que su parte humana debía acostumbrarse primero a la visión de aquella marca en su cuello para estar seguro de dar el siguiente paso, eso había sido parte del trato.
Ambos se hallaban exhaustos, se quedaron sintiéndose plenos con el efecto placebo que provocó la marca temporal, Jungkook comenzó a sanar la herida de manera diligente, lamiendo cada gota de sangre que brotaba, hasta que la piel se fue cerrando. Taehyung bajó lentamente su pierna de la cadera ajena, al sentir la extremidad acalambrada, era un poco más cómodo estar en esa posición para que el nudo no lo lastimara o incomodara de más, era la posición en la que casi siempre dormían haciéndola demasiado familiar y confortable. Su alfa había pensado en todo para hacerlo sentir seguro.
— ¿Por qué pediste algo así mi luna? – susurró Jungkook, mientras dejaba besos en su nuca.
— Quizá no sea duradera, pero es suficiente para hacerle saber a todos que te pertenezco – murmuró, tomando la mano del alfa que se había instalado en su vientre – será perfecta cuando decida que sea permanente.
— Que lobito más listo – ronroneó el alfa dejando caricias – el cambio de cabello también es parte de eso.
— Sí.
— ¿Por qué rubio?
— Para que te recuerdes de mí, aunque no me veas en los ojos de mi humano.
— Mi luna... yo jamás te he olvidado.
El omega sonrió ampliamente, satisfecho con lo que acababa de suceder. Se sentía plenamente feliz, sabía que su cuerpo comenzaría a responder naturalmente para prepararse, era cuestión de días para que todas las piezas encajaran perfectamente. Mientras tanto dos almas comenzaban a unirse como una sola, volviendo a encontrarse después de ser separados, la mente de Taehyung divagó por unos segundos regresando al día de su cumpleaños, su lobo ronroneó satisfecho con lo que había hecho esa misma tarde cuando Jungkook salió, dejándolos solos, dando así tiempo de revisar aquella lista que tanto odió por años, esa que era un recordatorio de todo lo que debía ser. Una sonrisa ladina se asomó en sus labios de inmediato llamando la atención del alfa.
— ¿Qué es tan divertido?
— Solo, soy feliz... sé que lo seré contigo alfa.
Reglas del omega Perfecto
1. Sumisión total con tu alfa:
Ω Soy libre, no necesito pedir permiso o tener miedo.
2. Tener contacto físico con otros alfas está prohibido:
Ω Me puedo relacionar con otros y eso no es malo.
Ω Aún no me gusta el contacto físico excesivo
Ω Siempre quiero sentir sus caricias, que me toque él.
3. No hablar sin permiso. Aprende a callar:
Ω Mi opinión también cuenta y puedo ser tan torpe al hablar como yo quiera
Ω Aún tartamudeo cuando me pongo nervioso.
4. Nada de maquillaje o cosas femeninas (aretes, pulseras, anillos, collares. Excepción: el anillo matrimonial):
Ω Tengo mucho maquillaje por usar
Ω Debo aprender a utilizarlo mejor.
Ω Compraré otro par de pendientes.
5. Nada de extravagancias en el pelo (permanentes o colores):
Ω Pintaré mi pelo de rojo...
Rubio...
Rojo...
Rubio...
¡ROJO!...
¡¡¡¡RUBIO!!!!
Ω ¿Una permanente? (¡¡¡SI!!!)
6. Siempre estar presentable para tu alfa:
Ω Le gusta cómo me veo, incluso al despertar
Ω Debo cortar mi pelo. (¡¡¡NO!!!.)
7. No comer antes que tu alfa:
Ω Él hace el desayuno o la cena (La mayoría de veces pide comida.) (Deliciosa)
Ω Siempre comemos juntos.
Ω Nuestro alfa cocina delicioso (¡Pide la comida casi siempre!) Pero es deliciosa)
8. Un omega siempre está listo para su alfa (siempre quieres):
Ω Sí, siempre quiero...
Ω No siempre, pero... (con él sí.) De acuerdo, con él sí.
9. Nada de tecnología sin supervisión (no teléfono, no internet, ni computadora)
Ω Aprendí a hacer videollamadas.
Ω También puedo escuchar música.
10. No comerás de más, el sobrepeso no es bueno
Ω Comemos tres o cuatro veces al día. Me gusta cómo me veo ahora.
Ω ¡¿Eso que veo es una barriga?! (¿Cachorro?) Es por comer tanto (A los cachorros también les gusta comer) ...
11. Siempre debes contestar las llamadas
Ω Siempre contesto sus llamadas.
Ω Le gusta que le llame si lo extraño.
"Tu amor es el centro de mi locura. Te proclamaste como mi universo y tus besos son los pequeños destellos que llenan nuestra galaxia"
"Si esta fuera nuestra última noche, le rogaría a la luna que nos deje vivir una fantasía eterna para nunca terminar con este sueño"
"Nos dejamos llevar por la pasión del momento, tu aliento chocando, estremeciendo mi cuerpo"
"Te amo desmesuradamente, sintiendo el deseo en lo profundo de mi alma"
"Puedo saborearte con la punta de mis dedos y sé que eres perfecto"
Hola a todas mis personitas bellas, pues... creo que el capítulo quedó bonito, potente a mi estilo supongo... ay mejor huyo antes que se invada la inseguridad. La que escribió este capitulo no era yo, fue mi versión hormonal. Mejor hablemos de ustedes y como algunos se releyeron todos los capítulos, creo que ahora encontraron más datos por ahí, pequeños detalles importantes jejeje
Se les quiere muchísimo personitas bellas, no olviden dormir sus horas, no sean como la autora que anda como mapache, tomen mucha agua, coman saludable y les mando mucho cariñito.
PD: ya vieron qué bonitos quedaron los separadores con sus hojas volando... jejeje
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