XVI
*RECOMENDACIÓN MUSICAL: THE ASTRONAUT*
Así disfrutaran más el capítulo y hacen Stream, hay que apoyar a nuestro Worldwide Handsome... Disfruten personitas bellas.
Durante el desayuno todo había resultado mejor de lo que esperaba el alfa, disfrutaron de una comida, la cual ambos se encargaron de preparar con lo poco de comida que se encontraba en el refrigerador; todo fue muy ameno, incluso las conversaciones que se llenaron de bromas por parte de Taehyung, quien no se resistió el acusarlo por su salida tan abrupta señalando que se había sentido solo. Aunque algo bueno salió de todo eso.
El omega después de quedarse a solas y ya no poder conciliar el sueño nuevamente se acercó a la cocina para inspeccionar, no es que desconfiara de Jungkook, pero sus malas experiencias le jugaron en contra. Para su paz encontró un poco de comida que podrían hacer, la puerta principal estaba abierta, cosa que le hizo saber que verdaderamente su alfa volvería, al menos eso esperaba, aunque dicho alfa tardó un poco más de lo que su paciencia podía tolerar.
Esa había sido la razón por la que buscó refugio en el olor del alfa, pensando que quizá lo abandonaría por muchas horas, pero todo resultó un malentendido, uno muy divertido cuando todo salió a la luz. Jungkook se sentía avergonzado por su actitud, porque su instinto posesivo no quería ningún aroma extraño invadiendo su espacio íntimo, solo quería que existieran ambas esencias combinadas en su apartamento.
Taehyung, por su parte, se sintió halagado por la manera en la que el alfa decía todo aquello, siempre repitiendo que era su espacio y otro alfa era una amenaza en su territorio. Incluso lo hacía reír cada que mencionaba que lo perdonara por mencionar su intimidad a su hyung, que había sido necesario para que no pusiera un pie en su apartamento. Tampoco quería exponerlo, no dejaría que alguien más mirase a su omega en un momento tan vulnerable como íntimo. Era suyo, todo suyo, nadie más tendría derecho a verlo.
Suyo.
Ahora se encontraban camino a la casa de Eunyeong, Jungkook notó cierta incomodidad en el rostro de Taehyung cuando salieron de su apartamento, pero no lo quiso presionar para saber lo que sucedía, el problema era que su preocupación crecía junto con el silencio ajeno. El omega tenía su ceño fruncido mientras abultaba más sus labios sin quitar la mirada de la pantalla y no le decía absolutamente nada, el mutismo lo estaba enloqueciendo.
— Mi sol – murmuró intentando llamar su atención, no teniendo éxito, quizá aún no se acostumbraba a la nueva forma de llamarle, así que probó de nuevo – ¿Bonito? – nada, seguía perdido, totalmente desconectado. Jungkook aprovechó una luz en rojo para colocar una mano en la pierna del omega regresándolo a la realidad, obteniendo toda su atención, el alfa le regaló una sonrisa cálida al notar su sobresalto – Tae, ¿Qué sucede?, has estado callado desde que subimos al auto.
— Eunyeong no ha visto los mensajes de anoche – le dijo con una voz temblorosa, sus ojos comenzaron a cristalizarse, Jungkook pudo percibir cierta emoción ajena en su pecho, elevó su mano para dejarle una caricia en su mejilla y así tratar de tranquilizarlo –, trate de llamarla antes de salir, pero no respondió.
— Quizá estaba dormida o no se encontraba cerca del teléfono.
— Ella siempre devuelve las llamadas o responde los mensajes, pero esto es diferente porque ni siquiera los ha visto – se mordió los labios con ansiedad, el alfa comprendió su preocupación, Eunyeong no estaba en las mejores condiciones y eso ponía nervioso a su omega; tomó la mano de Taehyung dejando un beso en ella antes de poner de nuevo en marcha el auto sin decir nada más – ¿crees que esté bien?
— ¿No dijiste que últimamente duerme más de lo común? – cuestionó Jungkook intentando darle una razón lógica a la falta de respuesta, una que le trajera tranquilidad al omega, quien abultó su labio mientras asentía –. Es posible que aún no despierte. Si algo malo ocurriera ya lo sabríamos.
Aunque tenía unos cuantos días conociendo a la mujer, se había encariñado demasiado, realmente era una imagen maternal que jamás había tenido, pues en su familia la mayoría de madres fallecían por llevar a cabo la estúpida ideología de traer al mundo alfas puros. Esa mujer mayor le entregó demasiado de sí misma, fue la responsable para que ellos tuviesen más tiempo juntos porque desde el momento en el que le sugirió quedarse por una noche en su casa, eso solo dio paso para hacer florecer sus sentimientos en un ambiente íntimo, alentado por la omega mayor, quien siempre se excusaba en pequeñeces para dejarlos a solas.
Rogaba para que no fuese lo que estaba pensando, no quería que sus últimas palabras se trataran de una verdadera despedida, dándole su bendición para cuidar de Taehyung, pero si era así, si se trataba de eso... Diosa, rogaba para que la gran madre Luna le diera la fuerza necesaria para lo que se venía, ¿Por qué le pediría que cortejara a Taehyung en un momento así?, quizá para que el omega no dudara en correr a sus brazos cuando pasara lo peor.
"Jungkook sé que eres un buen alfa, pero Tae no comprenderá que lo cortejas si no se lo dices"
Taehyung seguía intentando llamar al número de Eunyeong sin obtener una respuesta positiva. Su ansiedad iba creciendo, haciendo víctimas a sus uñas, Jungkook lo miró y en un movimiento rápido le tomó la mano, provocándole un estremecimiento al omega, pensando que sería corregido en su mal hábito de morderse hasta sacarse sangre e incluso entonces seguiría, pero el alfa volvió a recordarle que existían maneras diferentes para hacerlo entrar en razón.
Amor puro.
El alfa había comenzado a besar el dorso de su mano como si se tratase del tesoro más preciado, no la soltó ni siquiera para seguir manejando. Hacía los cambios sin soltar su mano, mientras que con la otra seguía controlando el volante, logrando embelesarlo por algunos segundos.
— No te lastimes, tus manos son muy bonitas.
— Lo siento, es una mala costumbre que no puedo dejar – el alfa lo miró de reojo, sonriéndole y volviendo a besar su mano.
— Cambiémosla por otra, una que te haga recordar que no lo debes hacer – Taehyung sentía el cosquilleo en la piel de su mano cada vez que un beso era depositado en ese espacio – la buscaremos juntos.
Sus mejillas se colorearon de rosa y al mismo tiempo sus ojos picaron un poco por las lágrimas que amenazaban con hacerlo deshacerse en llanto, estaba un tanto susceptible ante las emociones, tan solo el día anterior habían tenido una cita romántica, se entregaron en cuerpo y ahora debía lidiar con la preocupación de no saber nada de Eunyeong. ¿Era una mala persona por solo pensar en él?
— Es extraño, no lo crees, que ni siquiera Hoseok contestara las llamadas – murmuró, más como un pensamiento en voz alta, pero pronto entendió que sus palabras podrían tener repercusiones en el omega.
Taehyung se soltó de su agarre marcando el número de su hyung. En ningún momento pasó por su mente llamar a Hoseok porque su pobre mente abrumada solo tenía pensamientos sobre la omega mayor; llevó el aparato hasta su oído esperando una respuesta rápida, lamía sus labios totalmente nervioso, sintiéndose un tonto por no llamarlo antes, se suponía que el alfa estaría cuidando de la mujer, él debería tener información sobre el estado de salud, pero no obtuvo respuesta.
— ¡Por qué ninguno responde! – llevó sus manos para cubrir su rostro, sentía que una enorme piedra hacía presión en su pecho asfixiándolo.
Jungkook comenzó a expulsar un poco de sus feromonas para tranquilizarlo, escuchar los sollozos de Taehyung no era para nada agradable porque eso le provocaba sentirse impotente al no saber cómo consolarlo. Jungkook se sintió ansioso y eso se incrementó cuando por fin divisó la calle donde estaba la casa del antiguo matrimonio Choi. Sintió que el alma dejaba su cuerpo notando una ambulancia estacionada afuera, conforme se fue acercando todo era más claro, el alfa desvió ligeramente la vista hacia su derecha, mordiendo su labio, anticipando la tempestad que se avecinaba. El omega alzó la vista extrañado por su silencio, hasta que lo vio, sus ojos se nublaron por las lágrimas de inmediato.
— Detén el auto. ¡Para! ¡Necesito bajar, ya!
Sus palabras fueron órdenes claras, el alfa simplemente las cumplió lo más rápido posible, quedando estacionados un tanto alejados de la residencia, apenas dos casas antes; ni bien el auto se dejó de mover, Taehyung bajó corriendo entre torpes pasos, atravesando el jardín de la casa continua. Su pecho ardía, sus piernas pulsaban por el cansancio, el dolor en su cuerpo lo frustraba.
El mundo se detuvo, quedando en un total silencio cuando ante él estuvo la imagen clara de su pérdida. Hoseok se encontraba saliendo junto con uno de los paramédicos y seguido vio salir una camilla, con una especie de sábana metálica cubriendo algo. Su cuerpo se quedó anclado al suelo, con miles de imágenes provenientes de sus recuerdos, los más hermosos que pudo tener durante esos años. El ruido del exterior era opacado por un pitido en sus tímpanos.
¿Eso era real? ¿Lo que estaba delante de sus ojos era parte de otra de sus pesadillas o de la cruda realidad?
Hoseok volteó en su dirección, su semblante decaído fue solo el detonante para que sus piernas flaquearan dejándose sucumbir ante el dolor, unos brazos fuertes lo sostuvieron antes de caer de rodillas en el cemento y justo en ese momento, cuando fue envuelto en una burbuja de esencia dulce y lluviosa, un grito desgarrador salió de lo más profundo de su pecho una y otra vez. Con cada segundo que pasaba la pérdida era más latente, no existía más la persona que por años cuidó de él, ya no estaba.
Quiso salir corriendo para abrazarse al cuerpo inerte que era subido al vehículo, pero de nuevo estaba atrapado en un agarre que, no se imponía, simplemente lo sostenía de la caída libre que representaba la muerte de un ser amado. Se removió con tanta desesperación hasta rasguñar la piel ajena, dejando a la vista pequeños hilos rojos. Se sentía solo, en un mundo tan gigante, sin familia o alguien que se preocupara por él, no había nadie. Estaba dejando que el vacío lo absorbiera, ¿podía alguien sacarlo de ahí?
— Tae. Por favor mi sol. Tienes que tranquilizarte, estoy aquí – la voz amortiguada del alfa fue su respuesta inmediata, dejó de removerse, quedándose totalmente quieto, recibiendo besos en su cabeza – no te dejaré solo amor, aquí estoy.
El omega bajó la mirada notando en sus manos temblorosas cómo sus uñas se incrustaban en la piel nívea, asustado de su propio actuar, soltó los brazos causando que más hilos rojos salieran de las heridas, volteó a ver a la persona que con tanto amor le abrazaba y se encontró con los ojos de Jungkook totalmente cristalizados, soportando el dolor, tanto físico como el emocional de verlo tan destruido.
"TaeTae, confía en tu alfa, él es el único que te sostendrá en tus peores momentos. Lo entenderás cuando suceda"
Amaba la sabiduría de Eunyeong, sobre todo las enseñanzas que le dejó durante esa semana, los momentos compartidos y ahora entendía su actuar dejando que Jungkook se infiltrara más en su vida. Le pidió que abriera su corazón y eso fue lo que hizo, lo dejó entrar para que iluminara toda la oscuridad. Entonces comprendió las palabras de Eunyeong, la persona que jamás lo dejaría solo, se hallaba ahí con él, sin importar cuán roto se sentía, le mostró que no importaba su pasado, que lo detendría de caer en el abismo.
Se aferró al cuerpo de Jungkook, volviendo a sollozar y como en muchas otras ocasiones fue consolado, la diferencia era que esta vez no lloraba por miedo, estaba devastado por otra pérdida más en su vida, pero ahora no se encontraba solo. Tenía un alfa que lo veía con adoración, lo protegió desde el primer momento, lo amaba, Diosa, él era amado de verdad y quería amar con la misma fuerza porque por primera vez se sentía merecedor de eso.
Ambos sintieron su lazo ser fortalecido, sus lobos aullando por encontrarse al fin después muchos años; el alfa lo consolaba de una manera tan calidad que se sentía anestesiado del dolor, algo que lo hacía poder seguir cuerdo y no enloquecer de nuevo, perdiéndose a sí mismo.
— Jungkook, no me dejes... por favor no te alejes – el alfa estaba más que conmovido por la situación, él no pensaba dejarlo solo, porque, así como Taehyung encontraba un refugio en su presencia, Jungkook tenía un lugar seguro establecido en la existencia de Taehyung – Alfa te encontré... no nos vuelvas a dejar.
El azul zafiro encaró los ojos oscuros de Jungkook, quería comunicarse con el lobo en su interior, el alfa lo pudo sentir en su pecho como tironeaba insistente, no podía negarse a un llamado así, dejó a la vista el rubí en sus ojos, guardando silencio.
— ¿Me encontraste? – cuestionó dudoso ante la declaración del lobo contrario, Taehyung estaba dominando totalmente en esos momentos como si se tratara de un mecanismo de defensa, donde el lobo ponía en reposo la razón. Jungkook era mitad razón y mitad instinto, así que su lobo no dejó que conociera aquel secreto, no hasta estar seguro de lo que hablaba el omega.
— En el bosque no llegaste a mí cuando te llamé, pero ahora estás aquí.
Jungkook acunó su rostro, sosteniéndolo de las mejillas, no comprendiendo muy bien a lo que se refería el lobo, se acercó a rozar narices en un beso esquimal, trató de preguntarle a su propio animal interno, pero este mismo tampoco tenía una respuesta certera, ¿le estaba ocultando algo? ¿Por qué lo estaba ignorando de esa manera? Los ojos de Taehyung seguían llenos de lágrimas, pero lo veía con tanta adoración que necesitaba saber realmente el significado de sus palabras, pero lo averiguaría en otro momento.
— Tienes razón, ahora estoy aquí y no dejaré que nadie más te haga daño o estés solo – le susurró mientras se acercaba a su frente y dejaba un beso – por favor, vuelve a descansar.
— ¿Te quedas? – Jungkook asintió, sonriéndole, entonces el omega volvió a abrazarlo, enterrando su nariz en el espacio del cuello del alfa, un siseo salió de los labios de este cuando rozó la herida recién hecha – ¿te duele mucho?
— No mucho – sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo cuando los labios de Taehyung se posaron en el lugar, aliviando un poco el ardor – si sigues así sanará más rápido.
Taehyung se volvió a abrazar a su cuerpo disfrutando de lo que representaba ese momento; el alfa lo estaba llenando de sus feromonas como si se tratara de una burbuja de aislamiento donde el exterior no podía dañar a Taehyung, al menos no en esos cuantos segundos, eran ellos nada más, sintiendo el frío calando en sus cuerpos, el omega no dejaba de frotarse contra su pecho murmurando una y otra vez, diciendo que lo había encontrado.
— Mi alfa – el omega sostuvo las mejillas contrarias, quería saber si también lo aceptaría, ¿le permitiría algo así?, pero era más instinto que razón, así que no se contuvo más, Jungkook se tensó al sentir los labios contrarios contra los suyos en un movimiento un tanto torpe, aunque solo fue eso, un casto choque de labios. El sabor salado de las lágrimas estaba presente como símbolo claro de la situación, se quedaron viendo intensamente hasta que los ojos del omega cambiaron.
— Taehyung – la voz rasposa de Hoseok los interrumpió, el joven alfa se tensó en el momento que el omega se aferró de nuevo a su cuerpo inhalando profundamente su esencia porque era lo único que le traía paz en ese momento, no quería escuchar a su hyung porque entonces todo volvería a doler, Jungkook lo miró con su ceño fruncido, negando con su cabeza. El mayor comprendió la situación – Jungkook, yo debo decirles algo.
Taehyung se soltó del cuerpo del alfa, encarando a Hoseok con su mirada totalmente dolida, llena de reproche, sus labios se abultaban mientras temblaban, evitando soltar más sollozos, pero no lo soportó más. Algo invadió su cuerpo, intentando ponerse de pie con la ayuda de Jungkook, quien no lo dejó caer en las tres ocasiones que sus rodillas fallaron, su poco equilibrio lo hacía tambalearse y agradecía poder sostenerse del alfa para tomar fuerza.
— ¿Q-qué fue lo que pasó hyung?, ayer estaba muy bien. Compartimos toda una tarde juntos mientras conversábamos, ella me veía pintar hasta que se quedó dormida – Hoseok intentó explicarle la situación, pero aún estaba aturdido, por las preguntas provenientes tanto de los paramédicos como ahora por parte del omega –. Lo prometiste hyung, dijiste que la cuidarías y que llamarías si sucedía algo, tú... Tú mentiste, ¡¿por qué no llamaste o respondiste mis llamadas?!
— Tae...
— ¡No...!, lo prometiste hyung. De nuevo me mientes, dices cosas que lastiman, discutes con Jungkook y... y... – su respiración comenzó a ser errática, se estaba mareado, sin embargo, el estar gritando todo lo que había ocultado en su interior lo hacía sentir más liviano, dando paso a la culpa, siendo la causante de su desequilibrio –, no pude... yo no pude...
— Eunyeong lo pidió así Taehyung-ah – exclamó Hoseok logrando obtener el silencio del omega, Jungkook solo no quería perder la cabeza en esos momentos porque debía estar fuerte para Taehyung, el sonido de la ambulancia llamó la atención de los tres, provocando más lágrimas en los ojos del castaño –, ella me pidió que la sedara no quería sufrir más. Jamás imaginé que... nunca pensé que se cumpliera su deseo, Eunyeong esperaba que esa fuera la última inyección, ella misma me lo dijo.
— ¿Sufrió mucho cuando...? – murmuró aún con su voz rota, imaginando que quizá por la noche empeoró; la omega mayor durante las últimas noches se quejaba mucho más, Taehyung sabía que era cuestión de tiempo, pero no esperaba que lo hiciera cuando no estuviera.
— No Taehyung, muy posiblemente sucedió durante la noche cuando dormía – Jungkook estaba sumido en un silencio autoimpuesto, recordando cada palabra de Eunyeong, desde planear días antes la salida de ellos, hasta llegar a la tarde anterior donde le dijo que cuidase del omega –, en estos momentos será llevada para que cremen sus restos. Yo me encargaré de hacer los trámites respectivos.
— Pero yo...
— Tae, será mejor que entremos a la casa, estar aquí fuera puede hacer que enfermemos, no lo cree Hoseok-ssi – este asintió en respuesta – vamos, está haciendo demasiado frío.
Taehyung no se podía mover, sus piernas le fallaban, no se sentía listo para dar un paso, pero de eso se encargaría Jungkook, quien lo tomó en brazos, alzándolo como una pluma que, con el correr de los días, aumentaba su peso. Una gran sonrisa escapó de sus labios de manera inconsciente, poder percibir un cambio en el cuerpo ajeno simbolizaba crecimiento, un cambio positivo en la mayor de las tempestades. El omega recostó su cabeza en el hombro del alfa mientras sus brazos se aferraban al cuello de este, encontrando refugio en ese espacio.
El ambiente cálido en el interior de la casa había sido reemplazado por uno desolador, demasiado frío ante la ausencia de ambos ancianos. Jungkook podía sentir el cambio palpable, mientras que Taehyung solo podía encogerse más entre sus brazos, haciendo un mal movimiento que le sacó un quejido bajo, el dolor en su espalda baja junto con su reciente actividad sexual no era del todo grato en esos momentos.
— ¿Estás bien? – cuestionó el alfa colocándolo en el sofá de la sala, inspeccionando con la mirada para encontrar la razón de su quejido, no comprendiendo muy bien el rubor en sus mejillas. Era confuso porque su cara estaba roja de tanto llorar, pero tenía un semblante diferente – ¿Qué sucede bonito?
— Me duele... – murmuró en voz baja tratando de encontrar con la mirada a su hyung quien se hallaba aún en la cocina, Jungkook no comprendía muy bien a lo que se refería, la situación no le daba tiempo a su cerebro para procesar de manera correcta hasta que escuchó el final de aquella frase –. El trasero.
— Oh – el alfa no pudo evitar que una sonrisa se asomara en sus labios junto con una risa que salió de su boca, avergonzando más al omega, quien no dudó en cubrirse el rostro, mientras que Jungkook intentaba darle un beso en sus mejillas sonrojadas, ahora la tristeza se combinaba con la vergüenza y el alfa no ayudaba, bueno en realidad sí porque lo estaba distrayendo del dolor – pequeño, déjame ver tu rostro. No dejarás que te dé un beso – Taehyung negó aun sin quitar sus manos, creando una barrera donde los labios de Jungkook no dejaba de intentar buscar los propios –, bueno, entonces tendrá que ser donde te duele.
— Eres un sucio – le acusó destapándose el rostro para encararlo, logrando ver una enorme sonrisa en los labios ajenos antes de sentir aquellos belfos rosados entrando en contacto con los propios, luego en sus mejillas, en su nariz y por último uno más lento en la frente. Taehyung abultó sus labios y miró fijamente los ojos de su alfa – no es justo, te ríes y solo me das besos en todas partes menos en los labios, uno de verdad. Dijiste que lo harías porque me duele.
— Si bien no me equivoco, los labios no te duelen amor y yo dije que besaría donde... – Jungkook fue interrumpido de la manera más tierna posible, el omega había tapado su boca con su mano
— No hables tan alto – susurró, quitando su mano por fin de los labios del alfa, recibiendo un beso en su palma que le produjo cosquillas – Basta. Esto es tu culpa.
— ¿Mía?
— Sí.
— Anoche no escuché queja alguna cuando pedías más – murmuró con una sonrisa ladina en su rostro, sabía que no era el mejor tema para distraerlo, pero no quería verlo mal, le gustaba más cuando sonreía, aunque entendía que el dolor también era parte de amar porque su lindo omega había sido formado a base de eso y él se encargaría de unirlo pieza a pieza –, mi precioso... mi luna, no llores, me duele verte así.
El mayor de todos se había mantenido al margen de la situación dándoles su espacio, había visto cómo Jungkook controlaba la situación de la mejor manera, era notable que el lobo de Taehyung ya había escogido a su nuevo protector. Ese era uno de los lemas de Be Live "Seremos sus protectores hasta que encuentren el propio", sin embargo, jamás pensó que escucharía esa conversación tan íntima, así que con un carraspeo les recordó que no se encontraban solos del todo.
— Lamento interrumpir, pero tenemos que hablar – el alfa veía hacia el otro lado, justo donde daban las escaleras, una vez tomó la suficiente fuerza para hablar se dirigió a uno de los sofás individuales de la sala, mientras que Jungkook y Taehyung se encontraban en el más amplio, tomados de las manos –. Primero, quiero disculparme con ambos por mi actitud, quiero empezar contigo – señaló a Jungkook, quien frunció su ceño totalmente confundido – no estaba muy seguro de cuáles eran tus intenciones con Taehyung, al principio, debes comprender que las circunstancias en las que nos conocimos fueron durante tu celo y él solo quería estar a tu lado, era desconcertante ver que después de años temiendo a los alfas te aceptara solo así.
— Les sigo temiendo hyung, pero Jungkook es mi alfa – mencionó con su voz sonando un poco congestionada, pero estaba más que convencido de lo que decía.
— Lo sé, entiendo que actué de manera incorrecta y por eso, espero que me perdones, solo quería protegerte que volviera a suceder lo mismo, el sufrir por un alfa – suspiró de manera pesada al pensar que su actuar no tendría perdón – mentir no tiene justificación incluso si es por intentar hacer un bien.
— Hoseok-ssi – lo interrumpió Jungkook no queriendo escuchar más de su discurso – me gustaría que de ahora en adelante no se entrometa en la vida de Taehyung, no más de lo necesario, al menos, él decidirá cuánto lo incluirá en sus decisiones. Lo que quiero que comprenda es que necesita poner límites, no puede decidir sobre él, me incluyo en eso por si lo está pensando.
— Pero, yo te quiero en mi vida, al igual que a Hobi hyung – aclaró rápidamente Taehyung al escuchar esas palabras, no quería quedarse solo en esos momentos. Jungkook lo encaró tomándolo de las mejillas para dejar un beso en su frente.
— No me iré a ningún lado, solo digo que ninguno de los dos podrá decidir sobre ti. No está de acuerdo con eso, Hoseok-ssi – le lanzó una mirada de advertencia al alfa contrario, quien respondió de manera afirmativa.
Hoseok no sabía cómo sentirse al respecto, Jungkook tenía tan poco tiempo de conocer al omega y parecía llevarlo de mejor manera que él mismo en muchos años de intervención, por supuesto que no tenía nada de estudios psicológicos y la confianza en sus años como profesional lo hicieron sobrepasar los límites permitidos, debía alejarse por el bien de Taehyung, el alfa tenía razón en mencionar que el omega tendría la última palabra sobre mantener su relación de amistad.
El omega se aferró al cuerpo de Jungkook, quien con gusto lo recibió, envolviéndolo completamente, balanceándose un poco como si quisiera adormecerlo. No quería perder a su hyung, pero entendía el punto de vista de su alfa.
— ¿Qué pasará ahora con todo? – murmuró aún refugiado entre los brazos de su alfa, quien no dejaba de darle caricias y uno que otro beso.
— Haremos una ceremonia donde todos participaremos...
— ¿Vendrá la familia de Eunyeong?
— Intentamos contactar con ellos desde que sucedió lo de Seok, pero no respondieron, solo logramos hablar con una nieta, pero vive en el extranjero. Dudo mucho que aparezcan porque ella misma dijo que jamás se relacionaron con ellos – Taehyung recordaba todas esas veces en las que Eunyeong le comentaba que no perdía la esperanza de conocer a su familia –. Por lo pronto, tanto Seok como Eunyeong te dejaron la mayoría de sus pertenencias Taehyung – eso sorprendió al omega, Hoseok entendía la sorpresa de este porque hasta él mismo actuó así cuando Eunyeong se lo comentó –. No te alarmes, es más un bien económico como un seguro, existe una cuenta con dinero ahorrado que está a tu nombre.
— ¿Y la casa? – cuestionó Jungkook, pues él sabía lo de la cuenta a nombre del omega, había sido partícipe de aquello. Hoseok negó lentamente, un tanto consternado.
— Me temo que está a nombre de su hijo, pero ante la falta de la presencia de algún familiar quedará en manos de Be Live, como una casa de paso, claro si se cumple con el plazo de tiempo.
— ¿Puedo quedarme en ella, al menos por un tiempo? – cuestionó Taehyung con sus ojos cristalinos, pensando que pronto ese lugar al que llamó casa por cuatro años dejaría de serlo. Recibió un asentimiento como respuesta, sintiendo calidez al saber que al menos por algunos días podría estar ahí y si todo resultaba a su favor podría estar mucho más. Se levantó de su asiento bajo la atenta mirada de ambos alfas y caminó hasta llegar frente a Hoseok sorprendiéndolo –. Te perdono por mentirme antes hyung, sé que lo hacías para protegerme.
— Tae yo...
— No quiero hablar más por ahora, quiero... dormir un poco – murmuró bajando la mirada, sintiendo una punzada producto de un dolor en la cabeza por haber llorado, Jungkook se levantó para sostenerlo al ver cómo perdía el equilibrio, un gruñido salió de su pecho al notar cómo Hoseok lo sostenía de la cintura –. Estoy bien alfa, solo debo ir a descansar.
Sin dar más explicación subió las escaleras prácticamente corriendo, Jungkook contra su voluntad se quedó en la sala dándole su propio espacio, no quería invadir ese momento, posiblemente estaba pasando por demasiadas cosas y debía procesarlo a su ritmo.
Tanto el mayor como el menor se dejaron caer en el sofá, cansados tanto física como emocionalmente, Hoseok estaba comenzando a marearse por la sobrecarga de feromonas, miró fijamente a Jungkook, quien estaba recostado con la cabeza hacia atrás. Le parecía extraño que no saliera corriendo detrás de Taehyung, cuál cachorro como siempre lo hacía.
— No lo vas a acompañar, ya que eres su alfa.
— Soy su alfa, pero también comprendo que necesita su espacio y en estos momentos si necesitara de mí lo sabría sin necesidad de palabras – murmuró aun sin dirigirle la mirada –, créame su lobo, es bastante explícito cuando busca algo de mí.
— Apesta a ti – la voz de Hoseok atrajo la atención de Jungkook, que con agilidad se incorporó en su asiento, encarando al otro alfa, quien parecía un tanto ensimismado – justo como sucedió la primera vez – ahora ambos se veían directamente a los ojos, el menor no comprendía a lo que se refería –, lo que quiero decir es que no es como los últimos días, esto es diferente, sus esencias están combinadas ¿acaso ustedes?
— En serio va a preguntar eso justo ahora Hoseok-ssi – le interrumpió Jungkook con su ceño fruncido – creo haber dicho que no se debería meter en la vida de Tae, esto lo incluye porque es su intimidad.
— Iba a decir si acaso ustedes eran, algo así como una especie de destinados – divagó Hoseok en aquella declaración, recibiendo un semblante serio que trataba de ocultar quizá la emoción burbujeante de Jungkook, pero al no recibir respuesta decidió que dejaría el tema, se estaba metiendo de nuevo en la vida del omega –. Disculpa, es la costumbre. Supongo que tengo que aprender a no meterme en su intimidad – el alfa recalcó aquella palabra para dar a entender que comprendía la situación.
— Déjeme decirle que tiene muy malas costumbres Hoseok-ssi.
Ambos se quedaron en silencio de nuevo, Hoseok no tenía mucho tiempo para quedarse, debía ir a recibir los restos de Eunyeong, ya que los de Seok los tenían en el centro ubicado en la ciudad. Debía hacer demasiadas cosas para un día tan fatídico. Entonces recordó los últimos deseos de la anciana.
— Jungkook – el menor alzó una ceja esperando por su discurso – Eunyeong me comentó que has estado cortejando a Taehyung estos últimos días – Jungkook asintió en respuesta –, por lo que, en contra de mi voluntad debo entender que ahora eres su alfa, dado que ambos huelen al otro – no mencionaría que escuchó la conversación de ambos haciendo referencia a su actividad sexual de la noche anterior, era demasiado vergonzoso, pero eso no le evitaba querer colmar un poco la paciencia del menor, le parecía divertido cómo se enojaba –, así que por favor, en nombre de Eunyeong y mi persona, queremos que cuides de él, sé su alfa, pero no solo de palabra, sino alguien que de verdad lo proteja. Verás, él tiene un pasado, el cual...
— No tiene que explicarme su pasado Hoseok-ssi, él ya me lo dijo. Lo sé todo – el asombro en los ojos ajenos lo dejó un poco intrigado, sin embargo, decidió seguir ignorando el actuar contrario – conozco lo sucedido en el bosque, su anterior alfa y...
— ¿Sabes de eso? – Jungkook asintió con su ceño fruncido – nadie conoce su historia antes del centro. Ni siquiera la primera vez que ingresó, luego de la pérdida del cachorro, no quiso hablar al respecto. Supongo que ya lo reclamaste como tuyo, por eso te tiene tanta confianza.
— De hecho, creo que fue su lobo el que me marcó como suyo – habló divertido recordando su herida en la curvatura de su cuello –, así que soy yo quien le pertenezco a él.
Hoseok no podía creer la situación, el omega había contado toda su historia a alguien, y no a cualquiera, al alfa que su lobo escogió. Ni siquiera él conocía detalles de su pasado, incluso el tiempo que tuvo de terapia solo fue de ayuda para que se abriera un poco al mundo, pero no tuvieron éxito para que hablara respecto a su pasado, quedándose sin revelar absolutamente nada.
— Supongo que, dadas las circunstancias, Taehyung estará bien, pero ¿podré confiar plenamente en ti? – cuestionó el mayor, Jungkook ya no veía hostilidad en sus palabras, más bien parecía incertidumbre.
— Escuche Hoseok-ssi – tomó una larga inhalación, buscando su propia estabilidad en la esencia de su omega, sentía un pequeño cosquilleo en su pecho, pero nada que lo alertara de un llamado, así que con eso pudo seguir con su discurso –, hace algunas semanas me mintió, bueno nos mintió a ambos de una forma muy descarada. Créame que pasé demasiadas noches pidiéndole a la Diosa para que me diera una oportunidad de encontrar a Taehyung, mi Luna, porque le diré algo, yo estoy muy enamorado de él y no, no es un efecto efervescente que se irá con el tiempo porque entonces no sentiría cada emoción o sentimiento haciendo estragos en mi pecho y mi mente.
— Comprendo. Solo quiero que entiendas la situación y que yo...
— Me permite un minuto, aún no he terminado de hablar – interrumpió el menor – sé que lo que hizo fue con el fin de protegerlo de alfas que pueden hacerle daño, pero solo quiero hacer de su conocimiento que soy una buena persona. Sin importar cuál sea mi jerarquía, no me gusta la sumisión, la crianza alfista o los ideales de un omega ideal. No fumo, no tomo porque lo intenté una vez y fue un desastre total. Jamás he ido a prisión o me han detenido por ir con exceso de velocidad. Soy saludable, no me meto con cualquier persona y aun así respeto aquellas personas que dan esos servicios porque lo hacen para sobrevivir. Tengo una responsabilidad afectiva hacia mi persona y la de Taehyung por el amor que le tengo. Odio las injusticias y detesto las noticias de la tarde que solo presentan acontecimientos horribles de la sociedad porque me parece una publicidad innecesaria hacia un foco fatalista.
— Jungkook...
— No tengo padres a los cuales pueda insultar y aun así no dudaría en darle un golpe por hacerlo porque fueron personas maravillosas que estuvieron para mí cuando lo necesité sin importar cuán corto fue el tiempo. Eso no me detiene en querer formar un futuro junto a Taehyung porque creo que lo vale todo. No dudaría un segundo en darle todo lo que merece, lo que me pida se lo daré, lo que quiera se lo facilitaré. Quiero que sea él quien tome las decisiones de su vida mientras que yo lo veo triunfar y lo apoyo en lo que desee – Jungkook respiraba un tanto agitado, sentía un gran peso en su pecho y demasiadas lágrimas en sus ojos acumulándose, pero sabía, vaya si no estaba más que enterado que esos sentimientos no eran suyos – y una última cosa Hoseok-ssi, yo realmente, en serio lo amo, pero tengo miedo de asustarlo, tanto que intento ser paciente con él e ir a su propio ritmo. Así que la próxima vez que dude de mí le pido que lo reconsidere.
El mayor se quedó sin palabras, no podía creer que todo eso había salido como una catarsis provocada por él mismo, quizá lo había empujado tanto hasta llegar a ese punto que Jungkook no toleró más. En todo el discurso no cortó el contacto visual y aun ahora, cuando veía reflejos rojos en sus ojos, no parecía una amenaza, sino un anuncio del lobo en el interior del menor que se manifestaba ante él declarando que aquello era real.
— ¿Hoseok-ssi? ¿Me escuchó? – cuestionó Jungkook al notar que no obtenía ni una respuesta del contrario –¿Hoseok-ssi? Por favor no me haga repetir todo eso que dije antes, porque no lo haré.
Hoseok se puso de pie, tomó una inhalación profunda llenándose de nuevo del olor de ambos, volviendo a sentirse mareado, se sostuvo de la superficie blanda del sofá en el que estaba sentado con anterioridad, una vez logró estabilizarse sacó el sobre que tenía guardado en el bolsillo y se lo extendió a Jungkook, quien con un poco de recelo tomó el papel, notando la letra y el nombre escrito.
— Es una carta que escribió Eunyeong antes de, bueno, tú entiendes... se la quería entregar a Tae, pero viendo las circunstancias será mejor que tú lo hagas – Jungkook lo vio alejarse con dirección a la puerta, así que se puso de pie también y lo siguió.
— Ya te vas, solo así. Ni siquiera te despedirás de Tae, también te necesita.
— Ahora te tiene a ti, no tengo nada más que hacer. Tampoco tengo dudas, que lo protegerás, incluso si es de él mismo. – le extendió la mano como si estuvieran cerrando un trato, el menor, no muy convencido de sus palabras, se resignó a tomarla, prefería estar en paz –. Por cierto, no sabía que también mutabas.
— ¿Mutar?
— Sí, como lo hace Tae – mencionó Hoseok con obviedad, pero al notar el desconcierto contrario dudó un poco de la verdad que conocía –. Tu lobo es negro con ojos rojos, ¿cierto?
— Jamás he mutado, le pedí a Tae que me enseñara, pero aún no lo hemos hecho – Jungkook parecía una persona diferente, el semblante serio había sido reemplazado por uno emocionado, parecía un cachorro – ¿Cómo sabe eso?
— Quizá, le debas preguntar a tu omega, pregúntale si puedes ver sus pinturas – le sonrió ampliamente mientras abría la puerta – creo que te puede interesar mucho, pero guarda el secreto, yo no te dije nada.
Jungkook estuvo a punto de detenerlo, pero un tirón en su pecho lo detuvo, llevando su vista hacia las escaleras pensando que encontraría ahí a la persona responsable, otro tirón junto con un cosquilleo intenso le advirtió que estaba siendo llamado. El mayor comprendió su silencio y se despidió casi por cortesía porque no obtuvo respuesta más que un asentimiento. Cerró la puerta detrás de él, sintiendo que su decisión era la correcta.
Mientras tanto, en el segundo nivel de la casa se encontraba el omega hecho un ovillo en su cama, junto con varias prendas que le pertenecían a Jungkook, gracias a que durante esa semana que el alfa vivió con él, su lobo se tomó la libertad de hacer un pequeño hurto, tenía suficiente ropa sucia, que estratégicamente había guardado, ocultándola de Jungkook. Resultaba que el alfa era muy metódico con su ropa y siempre la llevaba a lavar al llegar a casa, pero las últimas prendas que se quedaron sin lavar eran las que, ahora, tenía colocadas sobre su cama junto con las sábanas impregnadas de aroma. Pero no era suficiente, aun estando rodeado de la esencia del alfa, no se terminó de sentir a gusto.
Había subido a su habitación para descansar y también para ocultar la última pintura que realizó la tarde anterior, la cual aún se encontraba en el caballete que dejó frente a la ventana de la habitación de Eunyeong, se había escabullido lo más rápido que podía para sacarla de ese lugar, era algo que deseaba mostrarle a Jungkook, pero ahora con lo sucedido ya no se sentía con muchos ánimos. Antes de colocarla en un lugar seguro, la observó con detenimiento, parecía una pintura creativa, pero se trataba más de una representación del deseo de su lobo, nuevamente.
Su corazón dolía demasiado y lo único que ayudaría a calmar ese sentimiento sería su alfa. Recordar las caricias, besos y el calor del cuerpo contrario lo hizo extrañar en demasía a Jungkook, razón por la que ahora se encontraba en un desastre lleno de ropa.
No le importó que su lobo se diera a la libertad de llamar al alfa a través de aquel lazo que formaron, que sin ser hecho por una marca era tan efectivo como estar unidos. Tan pronto como lo pidió se escucharon los pasos de Jungkook subiendo por las escaleras, luego en el pasillo lo escuchó detenerse y por último tocó a su puerta, Taehyung se encogió aún más sobre el montón acumulado en su cama.
— Bonito, ¿puedo pasar? – no hubo respuesta, al menos no verbal, pues el alfa sintió otro tirón más en su pecho que le indicaba que pasara, al menos eso fue lo que entendió. Cuando abrió la puerta lo vio en medio de las sábanas y algunas prendas. Así que ahí estaban sus camisas sucias, conocía muy bien ese espacio en el que se había metido el omega, le pareció muy conveniente, así que con mucha cautela se fue acercando hasta llegar al lado de la cama donde podía encarar a Taehyung –. Hola mi sol – le murmuró mientras se acuclillaba, aun sin tocar el nido – ¿Me llamaste o fue tu lobito?
— Los dos – murmuró mientras sorbía su nariz, tenía los ojos hinchados de tanto llorar, Jungkook lo vio abrazando una de sus camisas entre sus manos como si se la fuesen a quitar.
— Mi sol, si tanto me extrañabas no debiste hacer un nido, sabías que estaba aquí mismo – el ceño fruncido del omega lo dejó un poco confundido, como si no supiera de lo que estaba hablando. Jungkook conocía los nidos porque fue uno de los métodos que intentaron con Chayeon cuando estaba en cinta, obviamente ninguno era omega para comprender la complejidad y conexión con eso, pero eran momentos desesperados – ¿Qué sucede?
— ¿Qué es eso que dijiste?
— ¿Un nido? – el omega asintió – es dónde estás justo ahora, en medio de mi ropa y las sábanas, ¿nunca habías hecho uno?, o ¿no conoces a lo que me refiero? – una negación silenciosa con ojos cristalinos fue su respuesta, el alfa no comprendía muy bien a cuál de sus dos preguntas respondía, pero decidió elaborar un poco más para que el omega entendiera –. Pues, un nido lo hacen los omegas cuando están por tener un celo, cuando necesitan sentirse protegidos o si están por tener cachorros – la última palabra hizo que algo en el corazón de ambos se removiera con nostalgia.
— Nunca había tenido la necesidad de armar uno – dijo incorporándose un poco, viendo a su alrededor, parecía como si un tornado arrasó con todo en su cama, estaba desordenado y eso le hizo sentirse mal ¿Por qué se sentía así? – esto es... está, muy horrible – sus lágrimas se acumularon, sintiendo vergüenza que el alfa haya visto algo así, tomó la camisa de Jungkook para ocultar su rostro con ella ¿Por qué su lobo había permitido que Jungkook viera algo así?
— Amor, mírame – dijo con voz melosa el alfa, mientras que Taehyung seguía negando frenéticamente – ¿estás molesto conmigo por entrar y ver tu nido? – otra negación, Jungkook seguía aún en su lugar, no se había acercado ni siquiera a tocar una prenda por temor a la reacción de su bello sol – entonces, ¿estás avergonzado? – una afirmación frenética junto con algunos sollozos y balbuceos inaudibles fue su respuesta –. Mi sol, no debes sentir vergüenza, a mí me parece muy hermoso.
— No mientas, está horrible.
— Eso no es verdad, está muy lindo. Además, no olvides que es tu primer nido – lo vio salir un poco de su escondite y le sonrió ampliamente –, te digo por qué estoy seguro de que es muy hermoso – el omega asintió, atento a lo próximo que diría – te lo diré, pero si me dejas acompañarte ¿Me dejarías abrazarte mientras estamos en el medio de tu nido?
— S-sí.
Jungkook sintió un leve tirón en sus piernas cuando por fin se puso de pie, la posición le estaba cansando, así que en cuanto obtuvo el permiso del omega subió con mucho cuidado de no mover absolutamente nada, por más desordenado que pareciera, esa había sido la forma en la que Taehyung lo acomodó, muy a su manera, con mucho de su instinto y poca experiencia al respecto, así que para el alfa también era importante mantener el orden en el desorden.
Se colocó detrás de Taehyung, envolviéndolo prácticamente con su cuerpo, mientras este se acurrucaba más contra él, encogiéndose todo lo que daba su cuerpo. Jungkook lo abrazó hasta tratar de fundirse con él de nuevo.
— Tú, ¿Cómo es que sabes de un nido de omega?
— Cuando, Chayeon estaba en cinta, sufrió demasiado – comenzó a murmurar el alfa mientras que su nariz estaba olfateando la curvatura del cuello de Taehyung –, su cuerpo rechazaba al cachorro de todas las maneras posibles, pero mi aroma la tranquilizaba o lo hacía más llevadero – sonrió un poco nostálgico al recordar ese momento –. Como una manera de ayudarla, el doctor mencionó que podríamos hacer un nido.
— ¿Ella hizo uno? – habló sorprendido y al mismo tiempo curioso – ¿aun siendo alfa tuvo ese instinto?
— No, yo lo hice porque mi lobo insistió en cuidar del cachorro y yo quería que ella se sintiera mejor de alguna manera – una risa divertida salió de sus labios – estaba horrible, ambos éramos alfas, ninguno sabía muy bien lo que estábamos haciendo, pero en serio quería que funcionara.
— ¿Lo hizo?
— Al principio, después de eso... bueno, ya conoces la historia – el omega se volteó lentamente encarando a Jungkook, dándole un beso en la barbilla, el alfa se sentía tranquilo a pesar de estar comentando algo que por muchos años evitó hablar –. Ahora entiendes por qué sé que el tuyo es el más hermoso.
— Eres muy malo mintiendo – murmuró el omega, mientras delineaba con la yema de sus dedos las facciones del alfa, quien sonrió divertido ante la acusación –, pero está bien, sé cuando lo haces para hacerme sentir mejor.
Taehyung se volvió a abrazar a él, enterrando su cara en el amplio pecho del alfa, frotando su rostro con el fin de impregnarse completamente de la esencia de este. Jungkook pudo percibir el aroma intensificándose de nuevo en Taehyung, su lobo estaba tratando de marcarlo de nuevo ¿Cómo era posible que ahora le pertenecía a ese precioso omega?
Mío, mío, mío.
Jungkook amaba a ese lobo blanco, tan majestuoso, había derribado todas sus barreras de defensa solo para él. Eso le recordó dos cosas, quería volver a ver al lobo de Taehyung y debía preguntar respecto a lo que mencionó Hoseok.
— Tae... – Taehyung murmuró una afirmación – has visto alguna vez a otro lobo. Me refiero a otra persona que mute como tú lo haces.
— No, pero mi lobo ha visto de cierta manera al tuyo – Jungkook no sabía cómo sentirse al respecto, tenía demasiadas preguntas por hacer y ninguna se lograba formular para salir – ¿te gustaría ver?
El alfa asintió ante lo mencionado y lo próximo que vio fue a Taehyung levantándose con agilidad de la cama, sorbía un poco su nariz en un intento por respirar mejor cosa que no funcionó, al menos las lágrimas habían cesado. Jungkook lo vio abrir su closet y sacar lo que parecía un lienzo cubierto con una bolsa un poco grande, poco a poco lo fue sacando, mientras se mordía el labio con nerviosismo, dándole ciertas miradas fugaces.
Tomó también el que estaba en su escritorio que, también se encontraba cubierto y con ambos lienzos, volvió a su intento de nido. Le parecía horrible, su lobo no se sentía a gusto con ello, ahora que lo veía mejor, pero el alfa le dijo que estaba hermoso, eso era suficiente para él; se prometió a sí mismo que se esmeraría por construir uno mucho mejor cuando fuera necesario, sobre todo para la parte de prepararse y crear ese espacio seguro.
Nuestro nido...
Estando muy decidido, reveló ambas pinturas dejando al alfa sorprendido, Jungkook no podía creer lo que tenía frente a él, una pintura con un lobo negro y en la segunda tenía plasmada la cara de dos lobos, mitad y mitad, uno blanco y el otro negro como si estuviesen creando una combinación, no, se trataba de algo mucho más fuerte, era una manifestación de la unión de ambos lobos.
Taehyung incluso dejó que los viera más de cerca al colocarlos sobre la cama, sintiéndose orgulloso de haber logrado lo que quería, vio cómo Jungkook pasaba la yema de sus dedos sobre la imagen plasmada en el lienzo asombrado por lo que tenía frente a él, su lobo se sentía halagado porque también tuvo mucha participación en la creación de ambos lienzos.
— ¿Cómo sabe tu lobo que así se ve el mío?
— Supongo que es algo de lobos – murmuró Taehyung, estaba lamiendo sus labios constantemente esperando el momento justo para preguntar, pero su lobo no tenía tanta paciencia – ¿te gusta, alfa?
El alfa en su interior se sentía más que halagado por la imagen de él mismo, existía esa parte artística de Taehyung que siempre veía más de lo que tenía frente a sus ojos. Para Jungkook el omega era como el arte mismo, pero de una forma abstracta, porque, él no era arte por cómo se veía todo el tiempo, no era un artista por manifestarlo, sino por todo aquello que conformaba su ser, componiendo la más hermosa obra, un alma pura.
Con mucho cuidado tomó ambas pinturas, colocándolas sobre la mesa de noche, una vez se aseguró que estaban a salvo, se abalanzó sobre Taehyung. Diosa, amaba a ese hombre con locura y estaba seguro de que moriría si llegase a pasarle algo. Ante ese miedo, se acercó al rostro contrario y comenzó a repartir besos, hasta que llegó a sus labios, delineando el belfo inferior con su lengua, dando roces leves, quería que Taehyung percibiera que sus deseos no solo eran poseerlo, sino también amarlo intensamente porque no existía palabra para demostrar lo que sentía.
El omega demandó más contacto en el beso, Jungkook con gusto lo complació, su precioso omega podía ser tan tierno como exigente, porque seguía jalando un poco de su pelo para acercarlo más y al mismo tiempo sus labios inexpertos hacían que perdieran el ritmo, sin embargo, no le importaba en lo más mínimo. Joder, percibía la temperatura subiendo en el cuerpo contrario, bendito pre-celo y sus hormonas descontroladas, harían estragos con su poco autocontrol ahora que ya había probado a Taehyung.
La respiración comenzó a ser apnea, siendo el aire una necesidad, provocando que se separaran, pero solo lo suficiente para tomar caladas de aire compartido, donde el aliento del otro chocaba con cada exhalación. Diosa, lo amaba en serio que sí, ¿Cómo era posible caer así por una persona?, no lo entendía, tampoco quería comprenderlo. Estaba absolutamente convencido de que no existía algo en el omega que no adorara.
Amaba la forma en la que sus ojos se achicaban al reír, junto con esa sonrisa cuadrada que iba perfecto con su personalidad tierna; la manera en que sus labios se abultaban para regalarle esas dulces expresiones. Amaba la manera en la que sus manos siempre buscaban refugio en su piel, dejando un cosquilleo latente y una calidez inimaginable, la manera en la que sus brazos encajaban perfectamente alrededor de su cuello. Ni hablar de la forma en la que siempre lo veía, demostrándole cuánto lo amaba, porque Jungkook podía sentirlo y verlo a través de esas ventanas que daban un vistazo al alma más pura.
Pero sobre todo, amaba la manera en la que ambos eran la cura del otro.
— Jungkook – murmuró en voz baja Taehyung aun con su respiración agitada – te quiero.
— También te quiero mi sol.
"Me encuentro en un sueño donde el rubí y el zafiro se unen para formar la mejor unión"
"La luz de la luna nos mostró el camino de vuelta a nuestro hogar"
"Por una fracción de segundos te desapareciste, me dejaste solo y ahora que te he encontrado no pienso soltarte"
"Desperté llorando sin tenerte a mi lado durante muchos amaneceres"
"Me siento aliviado ahora que te tengo a mi lado, el mañana es nuestro y prometo amarte como si fuera a perderte, abrazarte como si estuviera despidiéndome por última vez"
"Para sentirte con más intensidad en cada respirar, hasta que se nos agote el tiempo"
Creo que ni ustedes ni yo estábamos preparados para este momento de la historia ¿cierto?, no se crean a mí también me dolió. Lloré mucho mientras lo escribía y mucho más editando. Eunyeong fue un personaje que disfruté demasiado creando y estoy segura que la mayoría se encariñaron con ella.
Espero se encuentren saludables todos y si no es así o están pasando pasando por un momento muy feo les mando mucho cariñito. Recuerden que los matices grises también son parte de la vida. Así que coman saludable, tomen mucha agua, hagamos mucho stream a The Astronaut, porque es una canción muy bella y se merece todo el apoyo. Y purple hearts para todos...
Así imagino a Tae mostrando sus cuadros...
PD: les dejo la imagen de la pintura de los dos lobos a continuación...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro