XV
Los primeros rayos del sol de la mañana chocaron con el rostro de Jungkook, estaba acostumbrado a siempre despertar temprano, en esas horas donde el sol y la luna congeniaban para crear una oscuridad diferente, pero ahora se sentía desorientado al ver tanta luz entrando por la ventana. Sus ojos se cerraron casi al instante, deslumbrados por el brillo incandescente.
Su mente comenzó a despertar entre flashes fugaces. Cada sección de su cuerpo hacía consciente las sensaciones de los primeros minutos luego de un largo sueño, su espalda baja dolió un poco sacándole una sonrisa, la esencia dulce combinada con la propia invadían cada espacio de la habitación y él amaba que sus pulmones solo se llenaran de ese aire.
Frutos rojos, tierra mojada, cítricos, bosque, rosas y arce. Todo en perfecta armonía.
Una risa silenciosa salió inmediatamente cuando a su mente regresaron las imágenes más gloriosas, no eran creadas por su imaginación como en otras ocasiones fueron reales tanto como el cuerpo a su lado, mordió sus labios sintiéndolos aún hinchados, se aferró a la fuente de calor que se encontraba entre sus brazos, no pudo evitar rozar su nariz contra la suave piel del cuello de cierto alguien que se acurrucaba más. Un leve quejido salió de su boca al no poder sentir una de sus extremidades, para luego sentir un hormigueo intenso.
Había dormido con un brazo alrededor de la cintura ajena, una posición muy común entre ellos, la diferencia de esa mañana era que sus piernas enredadas se encontraban desnudas como el resto de su cuerpo. El omega tenía entrelazada su mano con la de Jungkook, quien disfrutaba de la tranquilidad de su respiración. Comenzó a dejar besos en el hombro de Taehyung, ignorando las marcas viejas de dientes, las cuales desde que comenzaron a dormir juntos se había dedicado a borrar y al parecer funcionaba, Taehyung solamente se removió más entre sueños, suspirando e inhalando profundo ambas esencias.
Jungkook alzó un poco la cabeza, al menos lo suficiente para observar las facciones del rostro de Taehyung, esas que ya conocía de memoria; durante una semana, antes de hacer su rutina de ejercicios, se perdía durante veinte minutos en ese semblante pacífico que Taehyung siempre mantenía entre sueños, donde nadie podía lastimarlo, en algunas ocasiones lo encontró llorando en la madrugada quejándose en murmullos, pero bastaba con soltar un poco de sus feromonas para que se relajara nuevamente. Ahora comprendía mucho mejor la situación, su omega perteneció, en el pasado, a otra persona, una que le hizo demasiado daño, tanto como para salir huyendo y cambiar su nombre.
Se quedó admirando un poco más el rostro ajeno y su lobo lo impregnó de su olor, apareciendo en sus ojos. Era todo suyo, no dejaría que nadie más lo alejara de su lado nunca más. Por favor, que nadie lo aleje...
Aquí estás, te he buscado por tanto tiempo...
Si antes pensaba que su mayor deseo era tener esa visión como la última antes de dormir y la primera acompañando el amanecer, ahora mataría a cualquiera que intentase arrebatárselo. Taehyung era suyo, tan suyo como Jungkook era de Taehyung. Su lobo ronroneó gustoso por estar en sintonía con su parte humana al momento de no querer alejarse un minuto de su omega porque ahí estaba.
... Y no debo cerrar los ojos, para soñar con mi preciosa realidad.
La fuerza en su brazo comenzó a fallarle hasta hacerlo volver a recostarse a un lado, suspirando pesado, sin poder creerse aún los sucesos de la madrugada, se había entregado como nunca antes lo hizo, experimentando nuevas facetas porque esta vez incluso su lobo participó sin la necesidad de estar en celo, estuvo presente, así que ambas partes se encontraban más que satisfechas. Normalmente, su lobo siempre terminaba intranquilo, malhumorado, insatisfecho y él se encargaba de drenar toda aquella energía con ejercicio, ahora parecía que el animal estaba ¿cansado?
¿Debía sentirse extraño por sentirse débil?, quizá eran los efectos de estar con tu destinado. Esa palabra causaba demasiado en su interior, porque eso eran ellos dos, uno solo.
Se quedó bocarriba con la vista fija en el techo, dejando leves caricias en la curva de la espalda ajena, y quizá fue su ansia por saber si todo eso era real o simplemente se trataba de su lobo controlando sus extremidades porque se removió en su lugar hasta rodar fuera del colchón, gateando hasta llegar al otro lado donde se encontraban las bonitas facciones de Taehyung, era tan hermoso, precioso, etéreo. Diosa, era perfecto.
Mi Luna y Mi Sol.
Su vista viajó hasta los labios rosas y abultados del omega, se veían tan apetecibles como siempre lo habían sido, llevado por sus impulsos, se acercó a rozar los propios con esa fuente de vida, porque cada inhalación de Taehyung eran segundos agregados a su existencia, repartió besos en su barbilla, mejillas, nariz y frente, en esta última se detuvo unos segundos observando el ceño fruncido del omega, posiblemente con sus acciones lo estaban despertando, pero no podía detenerse, si recibía un golpe certero de su parte lo recibiría con mucho gusto, quizá podría convencerlo de perdonarlo por interrumpir su sueño con muchos más besos o con algo más.
¿Por qué era tan codicioso cuando se trataba de Taehyung?
El omega se quejó por las cosquillas que sentía en su rostro, empujándolo un poco con sus brazos, gracias a los buenos reflejos del alfa evitó el golpe que iba directo a su cara; Taehyung con su ceño fruncido, aun sin abrir los ojos, murmuró algunas cosas inaudibles y no pudo evitar reír cuando Taehyung tomó las sábanas para girarse, dándole la espalda. Una a la cual le brindó tres besos más y luego lo abrazó por detrás de nuevo.
Su piel se sentía pegajosa debido a los fluidos que no se preocuparon por quitar de su cuerpo, las sábanas eran las recolectoras del mayor de los pecados para el alfa, se trataba del mejor de los milagros que la madre luna le pudo dar. La imaginación de Jungkook regresó exactamente a esa mañana en el centro cuando Hoseok observó con desprecio lo pulcra que estaba la cama luego de su celo, ¿esperaba que fuera una bestia con un ángel como Taehyung?, ahora podría decir que no se resistiría o se controlaría ¿tendría que comprarle unos tapones de oídos a Eunyeong para las próximas noches?
Se aferró al cuerpo delgado, olfateando su esencia, su mano llegó hasta el vientre casi plano de Taehyung, regocijándose ante la suavidad del tacto. Entonces todos los recuerdos fueron en reversa, hasta llegar al inicio de todo, no habían utilizado ningún preservativo.
— Joder – murmuró sintiéndose un poco tenso, no es como que a la primera Taehyung quedaría en cinta, ¿cierto?, aunque al ser un alfa puro su fertilidad era más alta, esperaba que la ausencia de su lobo fuera un impedimento para eso, al menos por ahora, por la simple razón que no sabía si el omega estaría dispuesto a tener un cachorro o tan siquiera estuviese listo –, pero sería tan precioso como tú, demasiado hermoso. Basta Jeon, no pienses eso, concéntrate. Carajo, me vas a matar si sucede. Soy alfa muerto.
Taehyung ronroneó en sueños, llamándolo entre susurros, aferrándose a la almohada contraria. El alfa se rio por todo lo que su mente estaba maquinando, besó nuevamente el hombro del omega y cerró los ojos para intentar relajarse en el silencio de la habitación. Invadiéndose con la sensación de sus pieles, tocándose con cada roce, compartiendo el calor corporal. Devolvió la mano al vientre ajeno, sintiendo a su lobo aullar por la felicidad que esa noticia representaba.
Un cachorro de Taehyung y él. ¿Estaban listos para eso?, la respuesta era simple, un enorme y rotundo NO porque realmente debían resolver demasiadas cosas antes. Aunque la noticia, de ser verdadera, le traía una actitud muy positiva, casi como un burbujeo en su pecho. En un tiempo atrás aquello solo le traería disgusto, pero ahora se sentía bien.
Jungkook se sintió pleno y feliz, pero su buen humor se vio interrumpido, gracias al sonido de una llamada en su teléfono. El omega entre sus brazos se removió un poco, alertando al alfa en su interior, esperaba que no despertara por algo así, prefería que fuera por sus caricias insistentes, mas no fue así gracias a que aquel molesto sonido cesó. Una vez volvieron al silencio, Jungkook trató de volver a dormirse, siendo imposible porque el timbre resonó de nuevo.
Era su día libre, después de un año de trabajar como loco. Además, tenía entre sus brazos a su omega con quien quería pasar así el resto de la mañana, ¿se podía ser más injusto?
Suspiró de manera pesada, levantándose de la cama hasta llegar al aparato, viendo el nombre reflejado en la pantalla, deslizó su dedo sobre el vidrió y llevó el teléfono a su oreja.
— Jungkook – por primera vez en mucho tiempo, podía decir que la voz de su hyung le causaba molestia, en especial cuando utilizaba ese tono –, te he estado llamando varias veces y no contestas. Me preocupé por ti, pensé que habías hecho alguna locura.
— Buenos días para ti también hyung – habló con burla y un poco de molestia el alfa porque Yoongi estaba hablando demasiado alto – es un gusto saludarte en mi día de descanso. Un muy buen día para hacerlo, ¿cierto?
— Serían buenos si contestaras el maldito teléfono, carajo, conduje como loco por las calles hasta tu apartamento pensando que decidiste hacer una especie de suicidio con fármacos o qué sé yo.
— Por qué haría algo como eso y lo más importante ¿Qué te hizo pensar que lo haría? – Jungkook gritó en susurros, mientras buscaba con la mirada por todo el suelo para encontrar su ropa interior, la tomó y salió sigilosamente de la habitación tratando de hacer el menor ruido posible.
— Todavía lo preguntas, no has tomado un descanso desde que Chayeon murió y la última vez que dijiste que tomarías un descanso, mencionaste que sería porque intentarías una locura – se escuchaba molesto un poco, ¿histérico? La única locura que había hecho en esa ocasión había sido viajar hasta Busan cosa que no salió muy bien – además, ¿por qué susurras a gritos? Espero que sea por una resaca y no porque intentas otra cosa.
De acuerdo tenía un punto muy importante, pero eso fue durante los primeros meses del suceso, quizá no era bueno desaparecer sin decir nada al respecto. Era su culpa al emocionarse tanto dejando la oficina sin más, porque el día anterior pidió salir temprano sin especificar lo que haría, para poder tener la mejor cita junto a Taehyung, no se arrepentía de absolutamente nada. Ni siquiera le importó el decirle a su asistente que no quería llamadas fuera de horario de oficina porque tendría apagado el teléfono, cosa que fue así hasta que llegaron a su apartamento.
— Tienes razón, lo siento hyung.
— Está bien, me basta con saber que sigues vivo – Yoongi se escuchaba mucho más aliviado una vez pudo expresar toda su preocupación –. Ya que aclaramos esto, puedes abrirme la puerta, estoy en el elevador de tu edificio.
— ¿Tú, aquí?, te refieres a que te encuentras aquí, aquí.
— Jeon, no escuchaste cuando dije que conduje hasta tu apartamento. Ahora ábreme la puerta, estoy llegando a tu piso.
— Hyung no puedo hacer eso en estos momentos – Jungkook comenzó a entrar en pánico, daba vueltas de aquí allá en ropa interior, intentando buscar una solución para evitar que Yoongi preguntará más, ideando alguna excusa que no fuera decir que pasó una noche con Taehyung, era su intimidad, su momento. Quería disfrutarlo todo lo que durara.
— ¿Por qué? – Yoongi lo escuchó agitado y eso disparó todas las alertas de nuevo – ¿no irás a saltar por la ventana, verdad?
En otro momento de su vida quizá no sonaría tan descabellado que su hyung pensara eso, pero ahora lo último que quería era morir, porque su razón de vivir se encontraba descansando en su habitación.
— No soy suicida, hyung, al menos no de esa manera – murmuró bajo al volver por el pasillo hasta llegar a la puerta de su habitación. Por supuesto que no era ese tipo de suicida, porque Jungkook había encontrado una nueva forma de caer en un vacío diferente, cuando se enamoró perdidamente de Taehyung, siendo este la soga que lo detenía de caer en el abismo y la mismísima daga que podría apuñarlo en el corazón si lo llegase a perder.
— Jeon, abre la puerta, hablo en serio o te haré pagar por la puerta rota.
— Amenazas con algo que de todas maneras tendría que pagar – susurró un poco fuerte, exasperado por las cosas que decía su hyung – dame unos minutos. Ahora no puedo abrir la puerta.
— ¿Por qué?
— E-estoy en ropa interior – dijo, mientras se colocaba su ropa deportiva, la que usualmente utilizaba por las mañanas para hacer ejercicio.
— Y eso qué, no es como si tuvieras algo diferente a mí. Somos hombres, ¿si sabes eso?
— Joder hyung, solo pido cinco minutos.
— Bien – el alfa suspiró aliviado, de por fin haberlo convencido – te tardas un minuto más y tiro la puerta abajo.
La llamada terminó y Jungkook no podía dejar de maldecir por lo bajo, lo único que lo dejaba con los pies en la tierra era la imagen del omega en su colchón. Tendría que alejar a su hyung de su apartamento porque no permitiría que alguien profanara aquella atmósfera pacífica, mucho menos un alfa dejando su aroma por ahí, era su territorio, su omega.
Mío, nuestro omega.
Terminó de ponerse una sudadera negra y se giró para mirar una vez más a Taehyung, estaba boca abajo, mostrándole su magnífica espalda, profundamente dormido. ¿Por qué tenía que aparecer su hyung en un momento como ese?, sonrió enternecido al verlo abrazarse a su almohada, frotando su rostro contra ella; se acercó lentamente hasta llegar a la orilla del colchón, agachándose frente al omega, quitó algunos cabellos de su hermoso rostro y delineó con sus dedos su mandíbula, bajó con parsimonia por la curva de su espalda, haciendo que la piel se erizara.
Sus labios volvieron a besar el hombro de Taehyung y por último dejó uno más en su mejilla, sonriendo cuando el omega se quejó en sueños, removiéndose más al empezar a despertarse.
— Buenos días, mi Sol – le susurró, Taehyung abultó sus labios en un puchero pronunciado, abrió los ojos lentamente sin dejar de lado su ceño fruncido junto con la expresión un tanto malhumorada. Era más que obvio que las mañanas no eran lo suyo, mucho menos si tenía un alfa pegajoso perturbando su sueño, pero Jungkook no podía resistirse a querer comérselo a besos.
— Me despertaste – su voz estaba un poco ronca, pero eso no le quitaba lo divertido en su tono de acusación ante sus acciones, sacándole una sonrisa amplia.
— Lo lamento, no me resistí a besarte. No ahora que ya he probado tus labios y tu piel – se acercó de nuevo a él despejando su frente y así plantarle un beso, otro más en la mejilla y pasar su nariz por su cuello, haciendo sonrojar a Taehyung mientras reía por las cosquillas.
— Te faltó aquí – señaló sus labios entre torpes movimientos, Jungkook quedó encantado con su pedido y no tardó en complacerlo, suspiró sopesando sus siguientes acciones, de verdad no quería alejarse, pero su puerta estaba a escasos segundos de ser derrumbada por su hyung y conociendo su temperamento sería capaz de buscarlo por todo el apartamento – ¿Por qué estás despierto tan temprano?
El omega aún tenía sus ojos cerrados, hablando con pucheros pronunciados, provocando que Jungkook se derritiera de amor por él. Tan perfecto y tierno, una combinación letal para un corazón tan débil como el del alfa.
— Debo salir un momento, ¿está bien? – le dijo el alfa y Taehyung lo miró extrañado, frunciendo aún más su ceño –. Iré por el desayuno.
— ¿Puedo ir contigo? – le pidió con un puchero en sus labios, uno que claramente tenía el fin de convencerlo, pero lo único que ganó fue un beso y una negación.
— Quédate descansando. Volveré pronto, lo prometo – el omega decidió no insistir más porque conforme se hacía más consciente de su cuerpo, se daba cuenta de lo adolorido que se sentía, así que terminó accediendo.
Jungkook alzó la mano para dejar una caricia en el cabello esponjoso del omega, pero este cerró los ojos de inmediato, esperando una mano pesada o un golpe; el alfa suspiró, dejando suspendida su acción por algunos cuantos segundos hasta que lo notó relajarse, debía tener mucha paciencia para que todo el tema del contacto físico pasara de ser incómodo o algo que evoca miedo, a ser recibido de manera positiva.
— Sabes que jamás te lastimaría, ¿verdad? – le murmuró mientras enredaba sus dedos en las hebras castañas, el omega murmuró una afirmación –. Por favor, no lo olvides cada vez que intente acercarme a ti – Taehyung murmuró un "de acuerdo" comprendiendo a lo que se refería el alfa –. Ahora, descansa o bien puedes tomar un baño si te sientes incómodo.
— Báñate conmigo – suplicó el omega enderezándose un poco, tomándole la mano para evitar que se fuera, la oferta le pareció más que tentadora, pero con todo el pesar de su corazón tuvo que negarse – por favor.
— Qué te parece, sí, me esperas y cuando vuelva, nos damos un baño juntos – le sugirió el alfa, notando un poco decaído el semblante de Taehyung, aunque de igual manera asintió, recibiendo un beso más –. Duerme un poco más, ¿está bien?
Tanto el alfa como el omega se sentían extraños con cada tacto, era irreal cada caricia y lo único que les hacía saber que no era producto de su imaginación provenía del cosquilleo en su piel, ese que se formaba e incrementaba con cada beso, no importaba cuantas veces se habían besado cada que se unían o las pocas veces que sucedió durante la madrugada antes de quedarse dormidos. Seguían causando la misma sensación, pero al mismo tiempo de una manera distinta, haciéndolos adictos, con hambre de robar el siguiente suspiro que exhalaban los labios ajenos y así con el siguiente beso, y todos los que vinieran.
Taehyung sonrió más que encantado, con toda la cantidad de besos que Jungkook dejó en su rostro, volvió a encogerse debajo de las sábanas, mientras que el alfa se encargaba de cubrirlo totalmente, se inclinó por última vez para dejar otro beso más e inconscientemente llevó su mano al vientre plano del omega. ¿Debía comprar algún medicamento?, no, debía esperar a hablar con el omega.
— Te veo pronto, mi Sol.
El omega sonrió, derritiéndose de amor por tantas muestras de afecto, dejándolo salir de la habitación, observándolo atentamente mientras guardaba su billetera y teléfono en los bolsillos. El sonido de la puerta principal siendo cerrada le hizo saber que Jungkook ya no estaba en el apartamento y por alguna extraña razón el estar en un lugar ajeno, posiblemente sin tener opción a salir, no le trajo la conocida ansiedad. Se dejó invadir por la paz y el silencio, cayendo tan pronto en el mundo de los sueños nuevamente, casi.
Mientras tanto, Jungkook se arrepentía de no haber dejado que su hyung se desquitara con la puerta de su apartamento, quizá de haberlo hecho no estaría escuchándolo quejarse una y otra vez del porqué tardó tanto en salir, para luego tenerlo con un interrogatorio exhaustivo sobre la razón de su aroma combinado con uno más dulce.
Era simplemente una locura, Yoongi no podía dejar pasar por alto que, después de tanto tiempo solo, de una semana a la otra, el alfa llegara a la oficina con un leve toque a frutos rojos y cítricos, incluso utilizaba bufandas durante los últimos días, pero ahora, había sido totalmente marcado por el omega misterioso.
— Si tan solo me hubieses dicho que estabas ocupado, nada de esto estaría sucediendo y te habrías ahorrado la incómoda conversación – repuso Yoongi ante el semblante molesto de Jungkook –. Es decir, no hueles, apestas a omega. Carajo, al parecer uno de nosotros sí pudo pasar una buena noche...
Jungkook trató, en serio que sí, con todas sus fuerzas para no sonrojarse, mientras caminaban por la calle, con dirección a una pequeña cafetería, de la cual siempre disfrutaba tomar un café cuando regresaba de su caminata matutina; pensándolo bien ahora podría llevar eso y quizá comida, ¿le gustaría a Taehyung el café?, joder, a veces su mente se pasaba de lista pensando que todos tenían sus mismos gustos. Quizá podría comprar varias opciones y si ninguna resultaba debía cargar con la vergüenza de comprar algo que no era de su gusto.
— Vaya, sí que te dejó fuera de órbita – volvió a interrumpir Yoongi al notar que ni siquiera estaba prestando atención a su historia.
— Lo siento hyung, muero de hambre y solo pienso en comer.
— Claro, con esa cara que tienes, imagino que no es comida, precisamente lo que quieres – el alfa casi tropieza con sus propios pasos al escuchar el descaro de esa insinuación y lo peor de todo, es que era verdad, Diosa, se había vuelto adicto al cuerpo de Taehyung, bastó una noche, no, un par de horas para que eso sucediera – que descarado eres Jungkook-ah, ni siquiera te molestas en disimular.
— Basta, hyung – murmuró Jungkook avergonzado, subiéndose la capucha en un fallido intento de ocultar el rubor en su rostro – solo acompáñame a comprar comida para desayunar.
— Espera, pensé que, cuando dijiste que bajáramos para ir por desayuno, te referías a nosotros – detuvo sus pasos para analizar toda la situación, el aroma emanando del interior del apartamento, la apariencia desaliñada de Jungkook, además de su actuar extraño, podía significar solo una cosa –. El omega sigue en tu casa.
El menor se mostró impasible, guardando la compostura, por dentro era una algarabía, pero por fuera debía mostrar un semblante más tranquilo.
— Vamos, hyung.
— No me dejes con la intriga, mocoso, desconsiderado. Este hyung ha cuidado de ti desde que... – se interrumpió en su discurso pues, Jungkook lo vio con su ceño fruncido, era una cicatriz que con fácil presión aún dolía, soportaba que la mencionaran, pero tenía un límite cuando la utilizaban de comodín en alguna situación como si ella fuera la razón negativa de todo. Siempre era desde, nunca un antes, y Jungkook no permitiría que siguieran haciendo lo mismo, porque Chayeon fue importante para él y el cachorro perdido era lo único que su lobo aceptaba de esa relación, así que ambas partes se sentían vulnerables, mucho más ahora que estaba formando un nuevo vínculo –. De acuerdo, no lo mencionaré. Al menos dime si lo conozco.
Se detuvieron en la entrada de la cafetería, siendo recibidos por el aroma de café recién hecho y unos toques de azúcar por los postres; definitivamente ahí no iba a encontrar algo para el desayuno, pero el café lo llevaría.
— Hyung, podemos discutir el tema en otro momento – Yoongi lo miró con sus ojos entrecerrados sospechando nuevamente de las acciones de Jungkook –. Ya sé, tengo una idea. Es tu día libre también, porque no invitas a comer a Jimin hyung, ustedes dos han estado más, cómo lo digo ¿unidos?
— Ni me recuerdes a ese omega testarudo. Tengo una horrible resaca y todo por su culpa – Jungkook no entendió muy bien la razón de eso, ¿sucedió algo como una pelea entre ellos? – a veces no comprendo por qué me hace enloquecer tan rápido, saca lo peor de mí o no sé en realidad lo que evoca. En ocasiones solo quiero estar a su lado y en otras siento como si utilizara un repelente para que no me acerque.
Jungkook ladeó la cabeza, confundido por lo que escuchaba; se parecía mucho a lo que el omega mencionaba del alfa, con la única diferencia que Jimin insistía que debía alejarse del alfa, pero que le era difícil pelear con su propio lobo. El menor observó a su hyung entrando a la cafetería con un semblante un tanto ¿incómodo?, sí, quizá esa era la palabra.
Ambos se acercaron para realizar sus pedidos y agradecía que su hyung no preguntara la razón de comprar cuatro cafés diferentes, por su parte el mayor solo pidió un café frío, quizá Jungkook estaba acostumbrado al malhumor de Yoongi o en esta oportunidad se encontraba demasiado sensible aún por lo ocurrido en la noche, pero fue consciente de la conducta de este, era un tanto más agresiva, dejando de lado su resaca, había algo más.
Una vez con los cafés en mano, comenzaron su trayecto de vuelta al apartamento de Jungkook, con la diferencia que ahora era un tanto silenciosa la situación.
— Hyung, ¿sucedió algo con Jimin hyung?
— Nada relevante, salimos tarde ayer por su sesión de fotos para la colección de primavera y fuimos a beber un poco – el alfa conocía el significado de tomar unas copas con Jimin, porque cuando Jungkook quiso perderse en el alcohol, el rubio fue el primero en acompañarlo para encargarse de cuidarlo, ¿cómo tenía tanta resistencia si era tan pequeño? – al final de la noche, alguien se le intentó acercar insinuando cosas y me enojé porque Jimin solo lo ignoró.
— No comprendo, ¿Cuál es el problema entonces?
— Que el tipo se le acercó a Jimin – dijo con obviedad, mientras que el menor se sumergía en sus pensamientos, ¿se había perdido de algo?, intentó preguntar por más información, pero Yoongi se le adelantó – así que, como buen... ¿Amigo?, intenté defenderlo de ese alfa, y se molestó conmigo porque comenzó a decir que lo veía como un omega débil que no sabía defenderse. Hizo una escena sin sentido, me abofeteó cuando le dije que no alzara la voz – Jungkook trató de mantener un semblante serio, pero era demasiado divertido escuchar aquel suceso y no imaginarlo –. Salió del lugar como poseído hasta que paró un taxi.
— ¿Y lo seguiste?
— ¿Qué?, no. ¿Acaso no escuchaste la parte donde dije que me dio una bofetada? ¿Qué podía esperar si lo seguía hasta su casa? ¿Una patada en los...?
— Está bien, ya entendí. Se enojaron el uno con el otro.
La situación, además de hilarante, le parecía ridícula. Jungkook conocía a ambos, siempre existía cierta tensión por sus actitudes tan similares, chocando todo el tiempo. El omega nunca se dejaba intimidar ante los alfas, no le gustaba cuando lo hacían sentir una damisela en apuros, cuando él por años tomó clases de defensa personal, así que la ayuda solo la pediría si se veía en serios apuros. Por su parte, Yoongi era un tanto testarudo, pero con un enorme sentido de justicia, cada que veía alguien haciendo de menos a una persona, siempre su instinto protector salía a flote.
Una combinación explosiva entre ambos.
No fue difícil para el menor comprender que después de ser abandonado en la calle, el alfa mayor regresaría para seguir bebiendo, posiblemente hasta calmar su mal humor y un poco de su orgullo herido. Quizá ni siquiera haya dormido como se debe. Razón por la cual ahora tenía ojeras pronunciadas.
Ambos se sumieron en un silencio, el cual encerraba, diversión en el rostro de Jungkook, su mente un tanto lenta, ahora unía de mejor forma las piezas de aquel complicado rompecabezas, sus hyungs podían ser tan cabeza dura que no se daban cuenta del comportamiento del contrario, Jimin siempre estaba rodeando al alfa tratando de demostrar lo fuerte que era sin importar su jerarquía o su empalagoso olor que no era más que una cortina de humo; mientras que Yoongi intentaba cuidar de él. Las partes humanas no notaban el extraño cortejo que sus lobos mantenían.
— Supongo que ahora puedo estar más tranquilo, sabiendo que estás vivo. Aunque no sé qué tanto, me relaja el saber que estés con un omega, al menos dime si lo conozco.
—Hyung, es mi omega – sonrió, llevándose el vaso de café a sus labios, esperando el momento en el que captara sus palabras.
— ¿Taehyung? – Jungkook asintió divertido al ver cómo abría sus ojos –. Vaya, no diré que no lo esperaba, de hecho, si decías que no era él te ganabas un buen golpe luego de tanto caos que armaste por él.
El alfa dejó salir una sonrisa tímida, negando con la cabeza ante lo mencionado, ni en sus más locos sueños dejaría que fuera otra persona quien estuviese ahora en su apartamento. Yoongi decidió que había sido suficiente información y que no estaba interesado en saber más al respecto, así que con una simple despedida se dirigió hasta el estacionamiento, mientras Jungkook ingresaba al edificio.
Una vez en el elevador ansió llegar a su piso, rogándole al mecanismo para que fuera más rápido. Suspiró pensativo sobre la excusa que diría de su salida tan repentina, ¿le pediría explicaciones?, no quería que Taehyung se sintiera incómodo al saber que alguien más conoce sobre su intimidad, pero tampoco era como si mencionar que su hyung llegó para saber si estaba vivo fuera algo malo, definitivamente no tenía por qué mentirle a ese lindo omega, no lo merecía.
Taehyung se encontraba en la habitación del alfa, hecho un ovillo con una camisa de Jungkook que encontró entre la ropa sucia, el olor del alfa relajaba a su lobo inquieto, quien luego de quedarse solos sumidos en la paz del lugar, despertó sintiendo la ausencia. El omega trató de volver a quedarse dormido dando vueltas en el colchón, pero nada funcionó, se sentía incómodo por estar pegajoso, estaba un tanto húmedo en su entrada y eso era imposible de ignorar así como el hecho de necesitar la cercanía del alfa a quien se había entregado, llevó su mano hasta su vientre, nostálgico porque sabía que ahí no habría nada, ni ahora y probablemente mucho menos en un futuro cercano.
Su útero había pasado por dos abortos y según los análisis que le habían realizado, debido a sus celos irregulares, la oportunidad de volver a quedar en cinta sería muy difícil, debía recuperarse completamente para lograrlo. Doyung en muchas ocasiones le provocaba su celo, eso hacía que sus hormonas se descontrolaran, por años no concebía por la misma situación y cuando lo hizo fue porque el alfa se había ido por dos meses fuera de casa, dejando que su cuerpo descansara.
Abultó sus labios con disgusto, pues ahora había encontrado un alfa bueno, que también sufrió en su pasado por una pérdida, con quien podría tener un nuevo inicio. ¿Eso involucraba cachorros?, sí, ¿justo ahora?, no estaba del todo seguro, debido a su misma condición, su útero estaba muy lastimado, prácticamente se encogió y subió demasiado, tanto que en los estudios, después de su segundo aborto decían que podía ser estéril, pasó llorando por noches seguidas amargamente.
Cuando llegó a Corea, Hoseok le envió a realizarse exámenes y el panorama había mejorado explicando que solo era cuestión de tiempo para que su cuerpo se ajustara, desintoxicándose de cualquier efecto de los supresores, regularizando sus celos, aunque necesitaba recuperarse para volver a quedar en cinta ¿y si pasaba su celo con Jungkook? ¿Eso cambiaría algo?, tendrían que hablarlo con él porque su cuerpo se lo estaba advirtiendo, junto con su lobo que se encontraba más que realizado con la idea de haber encontrado a su alfa.
Escuchó el sonido del código en la puerta y eso lo alertó, poniendo aún más ansioso a su lobo, Jungkook había regresado, no los dejó solos como estaban tan acostumbrados, eso era pasado, ahora su alfa volvía a ellos siempre, como lo prometió desde el principio.
Jungkook abrió la puerta con cierta dificultad por los objetos calientes en su mano. Su apartamento seguía estando en total silencio, asumiendo que era debido a que Taehyung seguía durmiendo, colocó los cafés en el desayunador de la cocina intentando hacer el menor ruido posible, sin embargo, un aroma un poco más dulce lo llamó. Su nariz se movió olfateando el aire, buscando la fuente ya conocida.
— ¿Jungkook? – se escuchó la voz del omega en el eco del pasillo, el alfa sonrió ampliamente y se dirigió a su encuentro, bastaron cinco pasos para que se quedase sin aliento ante la imagen frente a él –. Volviste, estaba a punto de llamarte, me sentía un poco solo, no sabía si tardarías mucho. ¿Sucede algo?
Kim Taehyung, eso era exactamente lo que ocurría. Jungkook no era consciente, pero tenía una cara de tonto enamorado, perdido en detallar todo el cuerpo ajeno que entre movimientos inseguros se removía, dándole una vista idílica.
Taehyung estaba parado en el medio del pasillo, usando su camisa blanca, esa que utilizó el día anterior y que estaba seguro haberla puesto en el cesto de la ropa sucia, Diosa, se veía jodidamente bien utilizándola como única prenda, le quedaba grande así que apenas llegaba a cubrir la mitad de sus muslos, las mangas le cubrían las manos permitiendo ver solamente sus dedos, tenía el cabello alborotado y no había dejado de morderse los labios.
Madre luna.
Se acercó sin quitar la mirada de su objetivo, el omega lo esperó, sintiendo un estremecimiento al encontrarse a centímetros de esa mirada lujuriosa, para luego sentirse en las nubes, saboreando los labios ajenos, sus lenguas tenían una danza rogando sentir mucho más de ese cosquilleo tan placentero. Taehyung mordió el labio del alfa haciendo que abriera más la boca, tomando esa oportunidad para ganar la batalla y explorar la boca ajena. La respiración comenzaba a agitarse, el aire escaseaba, pero ninguno daba un paso lejos.
— Sabes a café – murmuro Taehyung entre roces de labios.
— Tome un poco cuando venía de regreso. Tenía que distraer a Yoongi hyung de alguna forma, no podía dejar que estuviera cerca. También compré uno para ti, – ambos jadeaban por aire, lamiendo sus labios para seguir probando al otro en los restos que quedaban en sus labios
— ¿Por eso saliste así? – cuestionó divertido Taehyung, recibiendo un asentimiento –. Mi alfa es un posesivo.
— ¿Disculpa?, pero lobito precioso, tú también lo eres. Debo recordarte... – Jungkook fue callado con besos, no evitando reír –. Quieres comer ahora que el café está aún caliente – Taehyung negó lentamente.
—Dijiste que, al regresar, tomaríamos un baño.
Jungkook no se iba a negar a algo que él mismo prometió, verlo con sus labios hinchados y ese brillo especial le provocaba una sola cosa, querer estar a sus pies, complaciendo cada uno de sus deseos y si su hermoso, precioso y perfecto omega le pedía algo como un baño juntos lo haría.
Lo alzó en sus brazos, sosteniendo su agarre en los muslos ajenos, las piernas del omega se enrollaron en sus caderas; con pasos lentos, pero seguros, se dirigieron al baño entre risas y uno que otro beso. Taehyung renegó cuando llegaron a la puerta del baño, no quería bajarse, prefería no perder el calor de Jungkook, ¿esto era lo que se sentía estar enamorado? Porque definitivamente le encantaba. El alfa lo convenció de bajar, diciendo que el desvestirlo sería algo rápido, ya que no tenía puesto más que la camisa y su ropa interior.
Jungkook abrió la llave para que la tina comenzara a llenarse con agua tibia, prefería darse un baño ahí porque al menos en ese espacio tan reducido tendría una buena excusa para tener el cuerpo de Taehyung aún más cerca, sin escapatoria.
El omega se deleitó con la vista del alfa quitándose la sudadera negra, Diosa, era majestuoso a la vista, tenía una espalda fornida y se sintió avergonzado porque podía ver el rastro de rasguños provocados por sus uñas. Jungkook lo descubrió sonrojado hasta las orejas y la sonrisa que le brindó no fue de mucha ayuda a su estado, ahora lo tenía de frente y eso empeoraba las cosas porque veía las marcas en el pecho amplio del alfa, junto con la marca de la mordida. No resistió más, terminando por cubrirse el rostro con sus manos.
— ¿Qué sucede, mi Sol? – trató de quitar las manos de su rostro, pero el omega se negó – ¿Qué pasa? – habló divertido ante la actitud, se acercó hasta su cuello, provocándole cosquillas y que se removiera en su sitio con risas, Jungkook no se detenía en dejar besos en la tersa piel, consciente que el rubor en las mejillas ajenas se debía a las marcas en su propio cuerpo –. Anoche no actuabas así de tímido, hace unos minutos no sentías vergüenza – murmuró respirando en la piel ajena, causando escalofríos y corrientes eléctricas en el cuerpo de Taehyung.
— Es diferente ahora – dijo, saliendo por fin de su escondite al ya no resistir un segundo más de la doble sensación, sentía cosquillas que lo hacían reír y al mismo tiempo era placentero percibir cada roce, provocando que su piel se erizara –, no podía verte o lo que hacía.
— Entonces, no te agradó lo que hiciste – le preguntó saliendo por fin de su cuello, mirándolo directamente a los ojos, con una mirada de preocupación. Quería devolverle esa confianza, una vez más, demostrarle que él era suyo. Tomó la mano de Taehyung pasándola por su pecho hasta llegar a la marca en su cuello, siseó al sentir el contacto ajeno, pero no rompió el contacto visual –. Estas marcas son todas tuyas bonito y a tu alfa le encantan.
Jungkook aprovechó el desconcierto del omega para de nuevo acercarse a su cuerpo, rozando sus labios contra la cálida piel, Taehyung ladeó la cabeza para darle más espacio sin percatarse que estaba siendo desvestido por unas manos ágiles que en cuestión de dos movimientos la camisa que utilizaba cayó al suelo, sintió como los dedos del alfa jugueteaban con el elástico de su bóxer, para luego meter la mano en su interior, sacándole un jadeo por las traviesas caricias que dejó en su prematura erección, no se sintió cohibido cuando terminó de quitarle la última prenda, al contrario, podía percibir el deseo y eso le encantó.
El alfa se puso de pie encarándolo y le extendió la mano para ayudarlo a ingresar a la tina, Taehyung disfrutó la sensación del agua tibia en su cuerpo.
— ¿Tú no entrarás? – cuestionó, pero la sonrisa traviesa en el rostro de Jungkook le hizo sonrojar, y mucho más cuando terminó de quitarse la ropa.
Ladeó la cabeza esperando que el omega le diera un poco de espacio, dándole a escoger dónde se posicionaría, ya fuera detrás o frente a frente. Taehyung entendió las intenciones de Jungkook, pensando por unos segundos hasta que se encogió en el espacio reducido, dejándole un lugar frente a él. Quería verlo a los ojos.
Jungkook ingresó a la tina elevando el nivel agua, sonrió ante la mirada tímida de Taehyung, estaba encogido en su lugar con las rodillas pegadas al pecho mientras que él podía rodear su pequeño cuerpo con sus piernas, cosa que obviamente hizo, acercando mucho más sus cuerpos.
Tomó la esponja de baño y con ella terminó de mojar la parte superior del cuerpo del omega, viendo como poco a poco se destensaba, una vez estuvo satisfecho, con eso volcó un poco de jabón en la misma haciendo espuma, limpió los brazos y un poco de su pecho. Cuando Taehyung se sintió menos tímido decidió que era su turno de limpiar a su alfa, frotando con delicadeza la piel nívea que ahora tenía marcas rosas, se veía tan concentrado en su tarea de asearlo que le parecía completamente adorable.
— ¿Lavarás mi cabello también? – le dijo divertido el alfa al notar la concentración con la que tallaba su cuerpo.
— ¿Quieres que lo haga? – sus ojos brillaron con emoción, Jungkook asintió con una sonrisa amplia que le llegó hasta los ojos, le extendió la botella de shampoo, pero antes que le fuera arrebatada de las manos la retiró viéndolo con cierta propuesta silenciosa – ¿Qué ocurre?
— Dejaré que lo hagas, si yo también puedo hacerlo.
Taehyung sonrió tímido mientras asentía, quería demostrarle que verdaderamente confiaba en él. Todo se envolvió en una burbuja y no en las del jabón, ambos masajeaban el cabello contrario, sintiendo plenitud en lo bien que se sentían las caricias, porque esa era la definición perfecta para lo que estaban haciendo, mientras el omega hacía peinados divertidos con la espuma, Jungkook decidió que la distancia seguía siendo demasiada, apretándolo con sus piernas, acercándolo más.
El omega perdió el equilibrio tanto que sus manos buscaron sostenerse del cuerpo frente a él, escuchando su risa. Ahora entendía el juego, Taehyung decidió que ambos podían jugar y su lobo se reflejó por algunos segundos en sus ojos, alzó su cuerpo bajo la atenta mirada del alfa, que no perdió un segundo la vista majestuosa del agua escurrir por la piel tersa de Taehyung, tragó duró al sentir cómo su cuerpo reaccionaba a un simple movimiento.
Ahora que captaba su atención era mucho más fácil hacer su siguiente movimiento, un poco torpe, pero sin perder la confianza se montó sobre el regazo de Jungkook, rozando su entrepierna un poco con la contraria, sacándoles un jadeo, se inclinó hacia el frente amagando un beso, el alfa pudo saborear los labios ajenos aun sin toparlos, quedó desconcertado cuando sintió los belfos haciendo un camino desde su lóbulo derecho, pasando por su cuello y por último un ardor que le sacó un siseo doloroso, apretando sus manos a la cintura de Taehyung.
Ya había sido marcado anteriormente, incluso durante la noche fue víctima de eso, pero ahora era algo muy diferente. Los dientes del omega se habían encajado más profundo en su piel.
— ¿Y eso que fue?
— Una mordida – dijo simplemente como si fuera algo muy obvio y lo era, solamente quería tener un semblante desinteresado ante su acción –, es una marca de pertenencia.
— ¿Sí?
— Sí, eres mi alfa y con esto te estamos reclamando como nuestro – dijo mientras regresaba a los labios de Jungkook, escuchando un gemido placentero cuando por fin podía saborearlo de nuevo de esa forma tan exquisita, tan hambrienta ¿Qué clase de bestia sexual había despertado la noche anterior y dónde estaba su tierno omega? – ¿Aceptas serlo? – murmuró Taehyung entre besos lascivos, delineando el belfo inferior del alfa con su lengua. El omega hizo un movimiento circular con sus caderas, provocando mayor fricción entre ambos cuerpos – alfa... ¿Por qué no me marcaste como tuyo?
Jungkook abrió los ojos con sorpresa, notando los ojos azules. Su pequeño lobito travieso, parecía que alguien estaba entrando en su pre-celo, podía deducirlo por la actitud del omega, no se trataba de un pedido como los anteriores, incluso el cosquilleo en su pecho se sentía diferente. Así que decidió contestar aquella demanda de una forma que el lobo de Taehyung no se sintiera rechazado.
— Eso es algo que se debe hablar antes mi sol – le habló bajito, mientras acariciaba una de sus mejillas, lo vio abultando sus labios, el omega sintió una presión extraña en su pecho haciendo que Jungkook también lo percibiera, eso lo llevó a desviar la mirada hacia la mordida en el hombro de Taehyung – quiero que tú también estés de acuerdo y no obligarte a unirte a mí.
— Entonces, ¿puedes...? Alfa, por favor... – volvió a suplicar mientras se inclinaba mucho más sobre él, jugando un poco con la erección del alfa, frotándola con la propia, provocando que ambos gimieran.
Santa mierda. Diosa, lo iba a terminar matando de la manera más placentera.
Las manos del alfa bajaron hasta posicionarse en el trasero de Taehyung que suspiró complacido ante el tacto, apretó y masajeo la carne, era un vicio. Joder, su omega era una droga adictiva. Pronto un leve aroma, más intenso de lo normal en la esencia del omega, se hizo presente, regresando a la tierra a Jungkook, quien terminó la danza en la que sus labios se habían sumido, quedando a centímetros del rostro contrario, jadeando por aire.
— Mi precioso omega – murmuró al notar el azul profundo en los ojos ajenos mucho más intenso – ¿Qué sucede?, dile a tu alfa lo que quieres.
— Quiero... – tragó duro, respirando de manera entrecortada – pasar mi celo con mi alfa.
Los ojos se le ampliaron en sorpresa a Jungkook, ¿se había equivocado respecto al pre-celo?, olfateó un poco el ambiente para asegurarse que aquello estaba sucediendo en esos momentos, la esencia no era tan fuerte como lo sería en un celo común, sus dedos viajaron hasta la entrada del omega haciéndolo gemir cuando frotó el lugar, quizá bajo el agua no se notaría tanto el lubricante, pero nada le dio indicios que estuviera en lo correcto. Entonces, ¿Por qué se lo pedía?
Taehyung sabía lo que estaba haciendo el alfa, aun así, dejó que siguiera tocando su cuerpo por la única razón que él lo estaba disfrutando, pero antes que Jungkook mencionara algo lo interrumpió. Su lobo estuvo de acuerdo en dejarlo hablar, volviendo a estar en reposo.
— Aún no llega, solo son síntomas – se mordió los labios cuando Jungkook se escondió en su cuello, un tanto avergonzado, aunque eso no le quitaba que fuera su espacio favorito para estar y perderse –, pero quiero pasarlo contigo. No he tenido uno en mucho tiempo, así que... yo solo quiero.
Sintió un escalofrío, recorrerle el cuerpo al sentir el agarre en su trasero, apretándose, seguido de una lamida en su cuello. El alfa quería dejarle en claro que la idea le fascinaba.
— Si lo que quieres es usarme – le susurró en voz baja, como si no fueran solamente ellos dos en la tina, haciendo estremecer el cuerpo contrario, el aliento en su piel provocaba demasiadas sensaciones placenteras. Jungkook sabía que esa palabra causaba un choque eléctrico en la mente del omega, pero quería darle a entender que era suyo totalmente, con parsimonia llegó hasta su oreja, rozando los labios con el lóbulo –, yo seré tu marioneta para complacer todos tus deseos.
Joder, ¿Cómo podía hacer que una palabra que tanto repudió se escuchase tan caliente?, quizá porque el alfa no la utilizó con el mismo fin con el que a él le habían enseñado. No le estaba diciendo que era un cuerpo al cual usar en el celo, lo estaba seduciendo a complacerse mutuamente, dándole la libertad de hacerlo como él quisiera, teniendo un alfa que se entregaba a su merced, proclamándose como suyo.
— Será un honor cuidar de ti – la voz amortiguada de Jungkook se escuchaba un poco ronca, debido a la libido; el alfa fue consciente cuando el cuerpo contrario se destensó bajo su tacto que habían funcionado sus palabras. Pasar un celo con Taehyung representaba mucho más que solamente el evento, porque el omega le estaba confiando plenamente su yo vulnerable – mi sol, prometo cumplir cada deseo en tu celo, estaré rendido a las órdenes de tu lobo – una luz de alarma se encendió en la cabeza de Jungkook, saliendo por fin de su ensoñación dejando sorprendido a Taehyung cuando lo tomó de las mejillas. El celo del omega representaba que su lobo estaría más predispuesto a tener cachorros, pero qué sucedería si esa posibilidad ya había sido cumplida y solo provocaba evitar el calor de Taehyung –. Anoche no utilizamos ningún preservativo.
— Eso no importa – dijo con un tono nostálgico – tampoco es algo por lo que debas preocuparte en mi celo.
— Pero... – Taehyung quitó las manos que le sostenían el rostro, para ahora ser él quien tomó las mejillas ajenas, callando a Jungkook con un tierno beso.
— No es algo por lo que debas preocuparte ahora – el alfa frunció su ceño, por lo que Taehyung no se negó a darle una explicación –. No puedo quedar en cinta – esa era una noticia fuerte para una pareja que recién estaba formando un vínculo, la punzada en su corazón fue mayor al comprender que, quizá y solo quizá todo tenía que ver con el pasado de Taehyung –, mi cuerpo no está en la mejor condición, al menos eso fue lo que decían los estudios la última vez, hace varios meses, con la regulación de mis celos todo volverá a su lugar. Debo hacerme unos nuevos, pero todo será después de este celo.
— Entiendo – dijo Jungkook relajando su ceño, comenzando a dar caricias en el cuerpo delgado que seguía sobre él – entonces, me encargaré de tener mucho más cuidado. ¿Sabes cuándo podría ser? – Taehyung se encogió de hombros negando.
Era un tema un tanto inusual, la condición de Taehyung lo hacía mucho más complicado, el historial de sus celos provocados y muy posiblemente otros muchos suprimidos, eso en conjunto con los abortos no daban el mejor de los panoramas. Su corazón se estrujó al recordar las palabras del omega mencionando que no podía quedar en cinta.
Taehyung sabía que por la cabeza de Jungkook pasaban demasiados pensamientos, su ceño fruncido junto con su semblante preocupado se lo dejaba más que claro, llevó su dedo índice a la frente contraria, masajeando el área, deshaciendo las arrugas producidas. Sonrió cálidamente cuando obtuvo su atención de nuevo.
— Todo estará bien, alfa. Lo prometo.
Era jugar sucio, pero Jungkook no negaría que el ser llamado así a voluntad propia le fascinaba. Aunque por fuera haya cambiado su semblante por uno más tranquilo, sus años para mantener sus pensamientos en la fortaleza de su mente resultaron de maravilla para evitar que se reflejaran sus emociones negativas, ahora estaría mucho más al tanto del sentir de Taehyung, si esto solo se trataba de indicios de su celo, estaría más sensible y susceptible a cualquier cambio.
— Y yo cuidaré de ti. Lo prometo mi omega.
"Por años me persuadieron que el amor era un bello fantasma"
"Ahora que te tengo frente a mí todo es más claro"
"Quiero tomar el aire que exhalas con cada palabra y que me robes el oxígeno para que lo hagas tuyo, siendo parte de ti"
"El fuego normalmente destruye, pero cuando se trata de ti se convierte en deseo"
"Eres mi perfección, el único camino que decido tomar, el fuego que me hace revivir"
Muy buenas ¿noches? ¿madrugadas?, no importa. Muy buenas a todos mis personitas bellas, sé que pensaron que me había olvidado de ustedes, pero no fue así. Aquí está la nueva actualización, sin importar cómo me sentía, a pesar de todo sí se pudo.
Pasó algo gracioso con este capítulo, no esperaba que terminara así. Pero una cosa llevó a otra y Jungkook se nos puso cariñoso, y Taehyung con un pre celo, creo que nuestros niños no son los únicos que comienzan a ser descarados ¿cierto?.
Saluditos para todos personitas bellas, se les aprecia muchísimo por el apoyo que siempre le están dando a la historia tanto aquí como en sus comentarios de Tik Tok. Sí los veo todos o al menos la mayoría... Manténganse saludables, coman bien y tomen mucha agua. Cuidado con los virus de gripe o mutaciones raras de enfermedades. Purple hearts...
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