Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XIV

*ADVERTENCIA: Este capítulo es extra especial... denle mucho amor*

*Autora.exe salió corriendo luego de dejar este breve anuncio*



Las luces amarillas de la carretera eran sus fieles compañeras en el trayecto hasta el apartamento del alfa, parecía que la posición económica que tenía este mismo le daba la oportunidad de vivir en uno de los vecindarios más exclusivos, en cuanto a apartamentos. Taehyung estaba maravillado con lo alto de esos edificios, según Jungkook el lugar donde vivía cada piso solamente tenía cuatro apartamentos, para fortuna del alfa solo tenía un vecino, pero claro ese detalle lo omitiría porque no lo vio necesario de comentar.

Al estacionarse en su espacio asignado, el alfa escuchó un suspiro nervioso proveniente del lado donde se hallaba Taehyung, llamando su atención, la imagen del castaño era un tanto confusa porque mordía su labio y frotaba sus manos constantemente.

— ¿Taehyung, qué sucede?

— No he dormido en un lugar desconocido desde que vivo con Eunyeong – susurró nervioso.

— Estás a salvo conmigo, lo prometo, bonito.

El omega suspiró con una sonrisa en su rostro y asintió, notando como Jungkook bajaba del auto para abrirle la puerta. Le extendió su mano y Taehyung la tomó sin dudar, se sentía bien el tacto cálido. Se dio cuenta de que el alfa colocó el seguro y la alarma del auto sin bajar nada de lo que había comprado, encarándolo de inmediato.

— Sé lo que estás pensando. Las cosas creo que se pueden quedar aquí, mañana volveremos con Eunyeong, yo tengo el día libre, así que nos iremos cuando desees. Descuida solo será por esta noche.

Escuchar esas palabras le trajeron paz a su mente. Se dirigieron al interior del edificio hasta posicionarse frente a los elevadores, el lugar parecía exclusivo con su piso de mármol blanco, mesas de vidrio con enormes jarrones llenos de flores blancas. Taehyung admiraba todo mientras esperaban que bajara el mecanismo que los llevaría hasta el piso del apartamento de Jungkook.

Pronto las puertas se abrieron, dándoles paso para subir, una vez dentro Taehyung tomó una larga inhalación abriendo los ojos con sorpresa, incluso el aroma del lugar gritaba lujo, hacía muchos años que no recordaba que así fue su vida. Lugares exclusivos, cenas con ejecutivos en hoteles de lujo, estar rodeado de personas que siempre lo hacían de menos y en muy pocas ocasiones ser "halagado" por alfas que solo le provocaban problemas, nunca se sintió parte de ese mundo, ya que solo era utilizado como un artículo decorativo que iba al lado de un alfa exitoso.

La diferencia con ese tiempo y ahora era que, con Jungkook, no se sentía un llavero el cual lucía el alfa. Definitivamente, no era un objeto el cual podía utilizar para alardear. Él era una persona, su opinión valía, siempre era escuchado y eso lo hacía sentirse más como Kim Taehyung y no el omega que debe obedecer. Se dejó invadir por esa sensación cálida en su pecho dándose la libertad de abrazarse al brazo del alfa, quien se sorprendió ante su actuar, el reflejo de la caja metálica mostraba la sonrisa del omega y eso lo hizo sentir feliz.

Las puertas metálicas se abrieron y ambos salieron con un aura de felicidad por ir al lado del otro, Jungkook colocó la contraseña, junto con su huella, para entrar, dejando así el paso libre al vergonzoso espacio que llamaba "casa". Se adentraron en total silencio, el alfa no sabía qué decir en esos momentos, su lobo incluso se estaba avergonzando ¿por qué no pensó mejor la idea de llevarlo a su apartamento?, se había dejado invadir por la emoción.

Taehyung se quitó los zapatos, más por costumbre de andar descalzo en casa que por otra razón. El omega se quedó parado a unos cuantos pasos de la puerta observando la oscuridad del lugar, estaba vacío, donde debería estar la sala no tenía ni un solo mueble, sus pies se movieron por sí solos, guiados por la curiosidad del lugar al que había entrado. Descubrió que la cocina estaba totalmente equipada y limpia, pero tampoco había un juego de comedor.

— ¿No hay muebles? – dijo en voz baja, sin embargo, gracias a la ausencia de objetos, las paredes hacían mayor eco, haciendo que su voz resonara, llenando todo el espacio – ¿recién te mudaste?

— En realidad, llevo viviendo aquí casi año y medio – dijo un tanto avergonzado, rascando su cuello –, paso tanto tiempo en el trabajo que no me he preocupado por arreglarlo. No parece que esté habitada, ¿cierto?

Taehyung desvió la vista hacia el espacio vacío donde debería ser la sala y se dirigió hasta ahí, dejando confundido a Jungkook al verlo dar un par de vueltas.

— Bueno, cada hogar es diferente, quizá la tuya sea solo el reflejo de ti mismo. Por ejemplo, eres un alfa inusual, así que por lógica esto debe representar algo de ti.

— Quizá que estoy vacío por dentro.

El omega lo pensó por algunos segundos sin dejar de dar vueltas en el lugar, cerrando los ojos para dejarse llevar. Sabía muy bien que no se trataba de un espacio vacío, más bien era como si ese lugar aún estuviera buscando algo, eso que lo definiría, aquello que le daría un propósito. Jungkook era justo como él, perdidos en un limbo de recuerdos dolorosos.

— No, yo creo que es algo más. Oh, ya sé. Mira Jungkook, tienes una pista de baile justo aquí – mencionó emocionado, comenzando a tararear una canción, para acompañar sus pasos, divirtiendo al alfa – ven, acompáñame. Bailemos juntos.

— Pero no hay música.

— No importa, imagina que es una canción lenta. Tómalo como una práctica de cómo bailaremos la noche del evento de invierno.

Había sido un tema en la cena el comentar que para ese día estarían en uno de los hoteles de la cadena de lujo; Jungkook le mencionó que no era muy bueno para bailar cuando Taehyung preguntó si lo haría toda la noche, ya que para eso eran los bailes. El omega le prometió enseñarle y practicar juntos para que ese día no pasara vergüenza por sus pasos torpes, terminando con un trato entre ambos que le permitiría tener al alfa ese momento tan íntimo, compartiendo una canción lenta.

Jungkook llegó hasta él tomándolo de la cintura, el omega colocó sus manos sobre sus hombros satisfecho con el actuar del alfa; siguió tarareando la melodía mientras los pasos lentos seguían su propio ritmo, en un balanceo un tanto torpe al principio, pero que terminó coordinándose rápidamente. El omega abultó sus labios, haciendo sonreír al alfa.

— Eres un mentiroso, sí sabes bailar.

— Es porque te estoy siguiendo.

— Mentira, yo no estoy haciendo nada.

Siguieron así por algunos minutos más, creando una burbuja especial a su alrededor, quizá se debía a que estaban solos en un espacio vacío o que la compañía del otro hacía llenar de calor el cuerpo contrario. Se sentían plenos y sus lobos no se quedaron atrás, aunque buscaban más.

Jungkook fue el primero en aventurarse rozando narices, esperando alguna reacción negativa o reacia ante su actuar. Llevó una de sus manos a la mejilla del omega, dando leves caricias, mirándose a los ojos.

Por favor, una probada de tus labios, déjame solo un poco.

La distancia entre ambas bocas era mínima, el alfa sentía su corazón retumbando en sus oídos, decidiendo que terminaría con la distancia, topando sus labios con los contrarios, dando leves roces con los propios. Sabían dulces, quería seguir saboreando, pero se detuvo para no asustar más a Taehyung, quien tardó algunos segundos en seguir el beso.

— ¿Por qué hiciste eso? – cuestionó el omega haciendo que Jungkook casi se le fuera el alma, quiso apartarse para darle libertad al omega de ¿gritarle? ¿Insultarlo?, pero antes de tomar más distancia lo detuvo –. No te vayas. La verdad es que me gustó, aunque me tomaste desprevenido.

— ¿En serio te gustó? – quería asegurarse que, lo que sus oídos habían captado en el eco de las paredes era real y no parte de un sucio juego mental, pero sus dudas fueron resueltas al recibir un asentimiento – ¿me dejarías hacerlo de nuevo?

— Sí.

El alfa volvió a acercarse a él con hambre por volver a probar sus rosados labios, terminando con la mano contraria en su boca.

— Pero ahora no, estoy cansado – Jungkook frunció su ceño, pero accedió al pedido directo que hacía Taehyung, respetaría sus deseos, no lo obligaría – ¿está bien eso para ti?

— Puedo esperar.

Jungkook juntó frentes, volviendo a dejar un beso esquimal y por último el tan ansiado beso en la frente. Taehyung se sentía encantado con las muestras de afecto que recibía por su parte. Su lobo prácticamente retozó en su interior, dándole a entender que su alfa era el indicado, no lo obligaría por más deseo que había visto en sus ojos, simplemente accedió a esperar.

Ambos se dirigieron hacia el pasillo oscuro, donde encontrarían la habitación del alfa, la cual estaba igualmente vacía, por así decir, porque lo único diferente en ese lugar con el resto del apartamento eran las cajas etiquetadas que contenían las pertenencias de Jungkook, no había una cama, solo un colchón amplio en el suelo.

— Taehyung...

— No debes disculparte, entiendo que esto también es parte de no tener tiempo de arreglar el apartamento.

— Sí, bueno. No era eso lo que iba a mencionar – Taehyung ladeó la cabeza en confusión – verás, no tengo un pijama para prestarte – en serio, ¿por qué nadie lo detuvo para pensar mejor la situación?, Jungkook quería que la tierra lo tragara y lo escupiera muy lejos –. No pienses mal, pero la razón de eso es que, yo no utilizo ropa para dormir.

— ¡Duermes desnudo! – mencionó casi escandalizado

— ¡No!, en ropa interior – el alfa llevó sus manos a su rostro muriendo de vergüenza, pero una luz iluminó su mente –, pero tengo pantalones deportivos, quizá alguno te quede y definitivamente alguna de mis sudaderas servirá para cubrirte.

Con rapidez se acercó a su closet buscando entre su ropa alguna prenda que le quedase bien a Taehyung, el cuerpo contrario era tan delgado a comparación del propio que dudaba tener algo apropiado para el omega. Logró encontrar su ropa deportiva vieja, ya no le quedaba porque eran una talla menos de los que utilizaba actualmente, regresó la mirada hacia donde se encontraba Taehyung para entregarle la ropa encontrándose con una sorpresa, en un acto reflejo desvió la mirada al notar la silueta del omega, quien ya estaba desvestido.

— ¿Qué haces?

— Me desvisto – dijo con obviedad – no sería la primera vez que dormimos en ropa interior Jungkook, además, tú has dormido con ropa toda esta semana por mí. Yo también puedo hacer esto por ti.

El alfa agradeció que la luz fuera gradual en esos momentos, estaba en una intensidad tenue, eso ayudaba para no ser descubierto con su rostro ruborizado. Claro que no era la primera vez que dormían así, pero en esas ocasiones, fueron por razones diferentes. Aunque no se negaría a tomar de manera positiva la acción del omega, estaba actuando de forma segura respecto a su cuerpo y dejar que él lo viera ya era un extra para Jungkook.

Se desvistió de igual manera, quedándose en bóxer, dejando a la vista su marcado cuerpo, cada músculo resaltaba a la perfección y eso no pasó desapercibido ante la mirada fija del omega, quien ya lo esperaba bajo las sábanas, sin perderse el recorrido que hizo por la habitación al apagar las luces, para luego acercarse al colchón.

Pronto estaban en sus posiciones habituales para dormir, con el alfa abrazándolo de espaldas, dejándole besos en su cabello, dando caricias en su abdomen, el cual ahora Jungkook notaba que se abultaba un poco, era muy tierno y todo se debía a que ahora Taehyung comía más durante los tres tiempos de comida.

El omega se sintió a gusto en los brazos fornidos de Jungkook, la respiración de este le hacía cosquillas en la nuca, pero era la mejor sensación de la vida. Porque se sentía querido, después de tanto tiempo; pues antes no era amado, pero no lo dejaban ir, él sabía que ya no querían estar juntos y aun así no se quería alejar porque era lo único que conocía. Ese alfa se robó su tiempo, queriendo que hasta el más mínimo segundo fuera suyo. En pocas palabras se convirtió como ese mueble viejo, usado y roto que nadie tira solo por costumbre a tenerlo, una cosa que no tiene valor. Lo peor de todo eso era que, de alguna manera, se conformaba con cumplir ese papel, el de un mueble roto, un alma rota.

— Descansa mi Luna – escuchó a Jungkook murmurar contra su piel, el omega se quedó quieto, sin mover un solo músculo. Sabía que el alfa pensaba que ya se encontraba dormido y quizá esa era la razón para que esas palabras salieran de sus labios –. Prometo esperarte todo lo que necesites.   

Las manos sobre su vientre lo incomodaron haciéndolo despertar, sin embargo, no se pudo mover, sintiendo el pánico crecer en su interior conforme aquel tacto avanzaba por su cuerpo, erizándole la piel. Unas manos grandes, toscas y sin nada de delicadeza iban haciendo un camino hasta llegar en medio de sus piernas. Sus músculos se tensaron por completo, sus muslos se apretaron tratando de evitar que profanaran su cuerpo.

Taehyung se removió inquieto, sintiendo un tacto áspero bajo su ropa, no le era para nada placentero que alguien de quien no sabía nada lo estuviese tocando de esa manera, no resistiendo más, se sentó bruscamente en la cama intentando quitar las manos de su cuerpo. Pero el tacto ponía resistencia a no dejarlo en paz, apretando su agarre para no dejarlo ir, tratando de inmovilizarlo. Pudo sentir cómo la bilis subía por su garganta, causándole una sensación nauseabunda que jamás deseaba recordar o bien no de esa manera.

Cuando se volteó para encarar al otro, se encontró de nuevo ahí, el olor a madera no provenía del cuerpo cálido que todas las noches lo acompañaba, se trataba de esa misma habitación en la cabaña, negó una y otra vez queriendo despertar de esa horrible pesadilla. No era posible que estuviera de regreso, no con él. Se congeló al ver los ojos dorados causar perforaciones en su cuerpo como si de dagas venenosas se trataran. Inhaló profundo, sintiendo la esencia del licor tanto natural como adquirido por la bebida.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

No quería estar ahí, no se suponía que debía estar en ese lugar.

— ¿Doyung? – murmuró con terror, temiendo que la pesadilla fuera real.

La mano ajena tomó con fuerza su brazo, dejándolo quieto, su cuerpo, obedeciendo a la orden de aquel alfa. Su hombro dolía, su cuerpo se encontraba débil y eso lo asustaba mucho más.

Tardó unos segundos en despabilarse del sueño en el que había caído, luego de la escena horrible que estaba reviviendo, solo quería abrazarse a sí mismo en un espacio seguro, él recordaba que toda esa escena fue luego de escuchar la aborrecible voz de su supuesto alfa sacándole gemidos sonoros a otra persona, no quería revivir ese momento. Pero la pesadilla parecía más que vívida cuando el alfa lo recostó de manera brusca de nuevo en la cama, colocándose sobre él, inundando sus pulmones de esa esencia, atemorizándolo por completo.

Por favor no.

— Do- – su llamado quedó atorado en su garganta cuando las manos del otro fueron hasta abajo del todo, dirigiéndose a sus piernas para bajarle la ropa.

No podía poner resistencia, su cuerpo aún estaba muy débil. La horrible sensación del tacto lo hacía removerse inquieto, sintiendo desesperación.

— No, por favor – suplicó con lágrimas acumulándose en sus ojos –. No quiero, Doyung...

— Calla Siu, sí quieres. Tú siempre quieres recuerdas, eres un buen omega – le escupió las palabras entre dientes, apretando el rostro del omega de manera brusca, bajando por fin su ropa y Taehyung sintió estremecerse al escuchar cómo lo llamaba por su antiguo nombre, él no era más Baek Siu, pero no tuvo tiempo para replicar, pues se quedó helado al sentir la erección contraria contra su muslo.

No. Eso no estaba bien, no era correcto. No.

— No quiero – le repitió, mirándolo a los ojos, suplicando para que lo soltase, quitando las manos sobre sus muslos, rasguñando la piel –. Esto no está bien. Tú no deberías estar aquí.

El alfa le empujó las manos, sujetándolo de las muñecas, Taehyung se alteró aún más porque por más que se resistiera su cuerpo no ayudaba, no tenía fuerzas, los músculos no le respondían. Miró a los ojos del alfa como si lo retara y este le gruñó, en su típico tono alfa, para controlarlo. Sumisión obligada, siempre fue la mejor arma ante su rebeldía.

El omega sintió cómo su cuerpo se quedaba rígido. Sin embargo, no expuso su cuello en muestra de sumisión. Él ya no le pertenecía, pero se estaba llenando de ira al sentirse tan impotente

¿Por qué?

— Sé que ahora te llamas Taehyung, bonito nombre, pero no olvides que, aunque cambie de etiqueta el recipiente, seguirás siendo solo eso, un objeto de pertenencia para tu alfa.

— ¡No! ¡N-no quiero, suéltame! – suplicó nuevamente.

— Perdiste a nuestro cachorro, pero no te preocupes, haremos otro y otro y otro, hasta que sirvas correctamente como omega y los traigas al mundo – le susurró Doyung. Esto era un recuerdo, ya lo había vivido, pero su miedo a ser encontrado lo estaba haciendo tener esa horrible pesadilla, se estaba combinando el pasado con el presente.

Jungkook, por favor... Sálvame...

— Ni se te ocurra gritar o pedir ayuda. Nadie vendrá, estás solo. ¿Quién querría a un patético omega como tú? No puedes ni siquiera engendrar un cachorro, sigues perdiendo a todos y cada uno. Todo es tu culpa.

— El cachorro... – murmuró bajo, soltando por fin sus lágrimas, recordando que la primera vez que estuvo en cinta Doyung se había negado a marcarlo cuando fue el mismo doctor quien le dijo que debía hacerlo para mantenerlo estable. Con el tiempo dejó de culparse de la pérdida –. Eso no... el cachorrito. Yo no fui el culpable. No quiero, por favor.

— Si lo fuiste, ahora haz silencio. Me aseguraré de hacerte otro más, quizá ahora sirvas para mantenerlo aquí – Doyung dijo entre dientes, tocando su vientre, haciéndolo sentir usado nuevamente cuando el alfa quiso meter sus dedos en su entrada, gruñendo en disgusto porque estaba seco – Mójate.

— Doyung...

Su habla se cortó cuando sintió el ardor proveniente de su intimidad, siendo profanada por largos dedos, que se empujaban hacia su interior con lo poco que había producido su cuerpo gracias a la orden. Todo eso estaba en su mente, fabricado por el miedo de tener un encuentro sexual, pero se estaba dando cuenta de algo importante no era el evento al cual temía, sino más bien al monstruo que habitaba en esos recuerdos.

— Deja de llorar, haz silencio.

Lo estaba desgarrando nuevamente, ultrajando su cuerpo, Taehyung sentía el dolor recorrerle el cuerpo. Las uñas rasguñando sus paredes internas, rasgando la carne tierna, miró al alfa con terror, no podía moverse, temblaba ante cada movimiento mientras sus lágrimas caían.

Un sueño no podía lastimarte, se supone que es algo falso, pero sí lo era, porque podía sentir que se partía en dos.

Taehyung soltó un grito cuando el alfa comenzó a estirarlo con sus dedos, penetrándolo con tres dígitos sin importarle si había espacio para ellos. El omega sollozaba demasiado, causando que Doyung detuviera su actuar, sacando de golpe sus dedos, dejándolo vacío. Le recordó a su primera vez con el alfa, con la diferencia que ahora no le decía palabras para tranquilizarlo, no, esta vez no estaba para eso.

— Detente por favor – le pidió sin dejar de llorar, mirándolo con dificultad por la nebulosa que cubría sus pestañas, humedecidas por enormes gotas saladas –. Te l-lo ru-ruego. Me lastimas.

— ¿No querías tener un cachorro? – el alfa preguntó con burla, justificando su actuar, llevando su boca a su hombro, recordándole la primera vez que le hizo aquella marca tan dolorosa.

Aún estaba procesando el dolor de la mordida, cuando un grito mucho más alto desgarró su garganta, sintiendo el dolor al ser penetrado de golpe, desgarrándolo aún más que con sus dedos, lastimándolo, utilizando de nuevo su cuerpo. Eso no estaba bien y tampoco era correcto.

Auxilio... por favor...

Lo observó nuevamente conteniendo su labio tembloroso, Doyung forzaba cada vez la entrada en él, sacándole gritos silenciosos, esos que dejaban atrapada su voz en el medio de su pecho y su garganta. Quería poder sacar toda la rabia que sentía en su interior, pero algo se lo impedía. Esta había sido la última vez que estuvo con Doyung, ese momento traumático fue el que lo llevó a temer a los alfas cuando se le insinuaban o acercaban.

¿Por qué la Diosa lo estaba haciendo vivir este momento de nuevo?

— Relájate el doctor dijo que después de un mes lo podíamos intentar de nuevo – dijo entre dientes, sacando su miembro y luego penetrándolo con brusquedad, Taehyung sentía descargas eléctricas llenas de dolor recorriendo su cuerpo – Relájate he dicho. Estás demasiado apretado y así no puedo...

— Para, por favor. Detente – repitió en un solo hilo de voz, casi sin aliento, jadeando por aire. Arañaba los brazos del alfa intentando quitarlo de encima, pero todos sus intentos resultaban inútiles.

Unas cuantas embestidas más sirvieron para que el alfa se viniera en su interior, bufando una vez que salió de él. Dejándolo tendido en la cama, inmóvil, con lágrimas en sus ojos, su entrada palpitaba de dolor.

Después de eso no lo volvió a tocar, cada noche regresaba con el aroma de alguien más, mientras que él cuidaba del pequeño cachorro que había dejado esa horrible experiencia, para luego perderlo... quizá era un castigo por ser tan débil...

Tae...

Por favor no, no me llames. No. No. No. No soy digno de ti.




Despertó por fin, casi gritando, asustado, buscando oxígeno para llenar sus pulmones de aire, porque aún sentía su voz atrapada en algún espacio de su pecho. Estaba desorientado, no reconociendo el lugar en el que se hallaba. Sintió cómo una mano se aferraba a su abdomen y lo alejó de inmediato temiendo no haber despertado de la pesadilla.

Pronto el cuerpo a su lado se removió, despertando por la brusquedad de su actuar y Taehyung sintió que sus piernas temblaban cuando intentó levantarse, no logrando coordinar sus movimientos. No le respondía como debían, quería vomitar, se sentía usado y temía que el cuerpo que se movía en el colchón siguiera siendo ese monstruo. La silueta en la oscuridad no era del todo clara y sus sentidos poco conscientes lo hacía no reconocer la voz de la otra persona.

Al verse imposibilitado de movimiento se arrastró fuera del colchón sintiendo el frío helar su trasero, una corriente de aire le erizó la piel, estaba solamente en ropa interior, por supuesto que sentiría frío. No quería regresar a la pesadilla y no estaba seguro si esto solamente se trataba de un sueño dentro de otro mismo, su lobo tampoco ayudaba en esos momentos porque el animal trataba de tomar el control de su cuerpo al querer defenderlo.

— ¿Taehyung?

No, de nuevo. No caería de nuevo.

Siguió arrastrando su cuerpo hasta que su espalda topó con la pared, estaba fría, con temor se encogió ahí mismo, apretando sus piernas contra su pecho, abrazándose a sí mismo, gruñendo por lo bajo, para que no se acercara a él. Taehyung sabía que debía tranquilizarse, no era bueno para él estar así. Esa clase de episodios no los vivía desde mucho tiempo atrás.

Jungkook no podía estar más confundido, aún no se acostumbraba a estar despierto y no comprendía el actuar del omega, jamás había hecho algo así, pasaron tantas noches juntos que, con su poco razonamiento, se le dificultaba procesar la situación. Entre sueños lo escuchó quejarse, pero normalmente con su tacto y soltar un poco de su esencia era suficiente, ahora no sabía cómo actuar.

— Taehyung.

— No te acerques. No me toques – el alfa se paralizó por la manera en la que estaba hablando. Taehyung no lo miraba, simplemente estaba hecho un ovillo, temblando de ¿miedo?, estaba asustado de ¿él? ¿Acaso había hecho algo mientras dormía que no le agradó al omega?

Pudo sentir a su lobo despertando ante la intranquilidad de su parte humana, alertado ante cualquier peligro. Jungkook se fue acercando a él lentamente, asustándose cuando lo vio apretar tan fuerte sus brazos que podía jurar que era cuestión de segundo para que sus uñas volvieran a clavarse en su piel.

¿Qué estaba sucediendo?, todo estaba bien hasta la hora de dormir.

— ¿Qué haces, bonito? – le preguntó con su voz ronca, aún debido al frío y por la falta de uso. Se arrodilló frente a él, no avanzando más allá por miedo a alterarlo aún más. Su propio lobo sintió la presencia del contrario y comenzó a esparcir sus feromonas para llamar su atención, indicándole que ahí estaba – Precioso. Soy yo. Jungkook ¿Qué sucede?

Taehyung alzó la vista con sus orbes destellando un azul brillante, con enormes lágrimas derramándose por sus mejillas. Lo vio frente a él, arrodillado, esperando pacientemente, su rostro bajo la poca luz se notaba realmente preocupado. Su lobo lo reconoció, tomando control de su cuerpo y se abalanzó sobre él, provocando que Jungkook casi caiga de espaldas al suelo mientras sujetaba el pequeño cuerpo de Taehyung que se encogía más, buscando un refugio.

El omega comenzó a restregarse contra su pecho y luego subió a su cuello aspirando la esencia del alfa, dejando que el aroma a bosque lluvioso y arce le invadiera por completo, relajándolo. Había sido solo un sueño, él estaba a salvo en el apartamento con Jungkook y no existía peligro alguno.

— Ya pasó, ahora estás bien. Tranquilo, bonito.

— Tuve una pesadilla.

— Está bien, fue solo eso, un sueño no te hará daño. Yo estoy aquí para protegerte. Confía en mí.

Taehyung sacó su rostro de su escondite encarando al alfa, sus palabras eran como un ungüento en sus heridas pasadas, aliviando el dolor que estas causaban cada que él intentaba hacer algo nuevo. Sus lágrimas no dejaron de salir porque sentía una enorme presión en su pecho.

— Tuve miedo.

— Lo sé, pero ahora estás aquí conmigo y nada puede pasarte.

— No quiero que me encuentre. No de nuevo.

Volvió a abrazarse al fornido cuerpo de Jungkook dejándolo un tanto desconcertado, ¿acaso esas palabras hacían referencia a su vida antes del centro? ¿Estaría bien si preguntaba?, la curiosidad podía más con él y no se resistió. Quizá Taehyung no estaba listo para hablar, pero él necesitaba que confiara.

— ¿Quién no quieres que te encuentre? Dime, por favor precioso, habla conmigo. Necesito que confíes en mí para sanar tus heridas. Si lo permites, claro.

Taehyung tragó duro, confiaba en el alfa tanto como su lobo lo hacía y si quería seguir adelante debía aceptar lo que su corazón e instinto le daban de gritos en su interior. Tomó una inhalación profunda esperando no alejar con sus palabras al alfa, no soportaría que Jungkook lo dejase por su pasado.

— Si quieres saber esto, debo decirte la verdad sobre mí – Jungkook asintió lentamente, con su mirada fija en los ojos azules del omega – mi nombre no siempre fue Kim Taehyung. Antes, de volver a Corea, yo vivía en América, con un alfa, estaba casado con él – un gruñido salió del pecho del alfa al imaginar que sus sospechas eran verdaderas, su cuerpo se tensó aferrando más su agarre a la cintura del omega, pero este supo controlarlo brindando caricias en sus hombros y bajando hasta sus brazos destensando los músculos contraídos –. Vivía bajo sus reglas...

— ¿Las de la pizarra? – murmuró bajo Jungkook, recibiendo una respuesta afirmativa.

— Él siempre me vigilaba, fue mi alfa desde los dieciséis años, apenas habían pasado unos meses de presentarme cuando eso sucedió. Mis padres pensaron que era un buen alfa por ser de una familia distinguida. Acepté porque para eso me educaron y él dijo que cuidaría de mí, pero solo fue una pantalla – suspiró melancólico, recordando ese momento – al principio me trataba bien hasta que llegó la noche de bodas y bueno no le agradó mucho el que me quejara, luego me impuso reglas para ser el omega perfecto para él. Creo que mi madre influenció mucho en eso, aunque debo admitir que tenía mucha más imaginación para crear normas que se adecuarán a mí. La pizarra solamente es un recordatorio de todas esas tontas cosas que debía cumplir y cuando logro romper una la anoto.

— Si él fue quien impuso la mayoría, ¿Por qué no está la número uno? ¿Qué tan terrible era? ¿Cuál es?

Una sonrisa rota se formó en el rostro de Taehyung y Jungkook temió lo peor. Jamás se imaginó las palabras que saldrían de la boca del omega.


Regla #1: "Sumisión total con tu alfa"


El alfa sintió la bilis haciendo estragos en su esófago, qué clase de tipo era ese para imponer sus reglas sobre un omega. Decir que alguien debía estar bajo el control de otra persona era repugnante ¿Cuántas veces habría utilizado la voz de mando sobre Taehyung? Y lo peor, ¿en qué situaciones la utilizó?, porque Jungkook solo podía imaginar el cumplimiento de esa regla a base de voz de mando.

— Me lastimó de muchas maneras, pero la peor fue cuando me hizo perder a nuestros cachorros – Jungkook sintió que el alma dejaba su cuerpo con la mención de los cachorros –. Mi estado era muy delicado y él debía marcarme para crear un vínculo con el bebé, pero se negó rotundamente. Cuando perdí el primero me deprimí mucho y nos mudamos a Canadá con la idea de darnos un cambio. Una tarde lo descubrí con su asistente en la oficina, no entré, fue suficiente con escuchar gemir a la chica. Esa misma noche regresó muy tarde a la cabaña en la que nos quedábamos, apestaba a licor y a omega. Comenzó a tocarme y cuando me negué, prácticamente me forzó a...

Jungkook temblaba aún aferrado al cuerpo de Taehyung, ¿en serio le había hecho tanto daño y se atrevía a llamarse a sí mismo un alfa?

— Quedé en cinta por segunda vez, quise aferrarme a la idea que, quizá y solo quizá si lograba mantener ese cachorro en mi vientre por más tiempo que el anterior, él querría marcarme por fin. Aunque no fue así, estaba en el tercer mes de gestación, cuando un día comencé a sentirme muy mal y decidí ir al médico, dijo que el cachorro estaba perdiendo líquido amniótico, que podría perderlo si no guardaba reposo – tragó duro suspirando y sopesando sus próximas palabras – decidí que le diría a mi alfa que estaba embarazado, esperando una buena reacción, pero al llegar la tarde me di cuenta de que yo no podía mantener por más tiempo al cachorro en mi interior.

— ¿Tuviste otro aborto?

— Sí, pero esa vez mi lobo fue quien lo sufrió, muté porque mi alfa trató de hacerle daño al cachorro cuando le suplique que me llevara al hospital, enloqueció diciendo que yo era quien lo engañaba y por eso estaba embarazado. Así que con las pocas fuerzas que mi animal interno tenía debido a la pérdida, huimos – Taehyung sintió como si un peso se quitara de su pecho al estar confesando aquello, dándole la libertad de continuar con su historia – cuando llegué al centro de Be Live, mi cachorro ya no estaba. Ellos me ayudaron a cambiar mi nombre, pasé de ser Baek Siu a Kim Taehyung.

El alfa no resistió más y envolvió entre sus brazos al omega, quien seguía temblando, se aferraba a su cuerpo y pronto sintió como enterraba su nariz en su cuello, olfateando, Jungkook no se contuvo para soltar un poco más de su esencia y así relajarlo, él debía ser el pilar fuerte en esos momentos y no ser quien perdía el control, para así no salir en búsqueda de ese alfa y arrancarle la garganta con sus colmillos.

Su lobo iba y venía en su interior, inquieto por consolar al lobo blanco en el interior de Taehyung, quien lo llamaba, buscando más contacto. Jungkook atinó solamente a llevar su mano a la glándula del omega, dejando caricias leves, agradeció que Hoseok le haya compartido el dato de cómo tranquilizarlo, en uno de sus tantos encuentros en la casa de Eunyeong.

Una vez más tranquilo fue el omega, quien deshizo el abrazo para mirarlo a los ojos.

— Gracias – susurró apenas con su voz rota, el alfa no entendía por qué agradecía, pero la respuesta no se hizo esperar – por demostrarme que los alfas son diferentes, estando de una manera más íntima con un omega. Además, tu lobo ha sido tan bueno conmigo, aunque tiene problemas para controlar sus emociones y gruñe por todo – un gruñido bajo salió del pecho de Jungkook solo como muestra que su lobo lo escuchaba, haciendo reír a Taehyung por la respuesta inmediata, pero eso solo le hizo seguir dando caricias en el rostro del alfa –. Está bien, sé que eres así.

El alfa jamás se sintió tan perdido y al mismo tiempo tan cómodo, buscó más contacto de la mano ajena, frotando su rostro, su lobo, dando ronroneos como si de un cachorro se tratase recibiendo mimos.

— Eres como un tierno cachorro gruñón. Espero que lo sigas siendo, al menos conmigo, no me importaría que seas así por protegerme, a tu lado me siento bien, no quiero que eso cambie.

— Entonces domestícalo.

— ¿Cómo dices? ¿Domesticar? ¿Qué significa eso?

— Significa que crees un lazo con él, hablo de tu parte humana, no de tu lobo – le murmuró el alfa aun con sus ojos cerrados sosteniendo la mano de Taehyung que había detenido sus caricias –. Para mi lobo pueden existir cientos de miles de omegas en el mundo y no ha necesitado de ninguno, así como el tuyo, aunque tuvo un alfa, realmente no lo necesitó; puede que para tu lobo yo sea un alfa más con el que se topó en su camino, pero si creamos un lazo, si domésticas a la bestia en mi interior, nos necesitaremos tanto como nuestros lobos lo hacen por el otro.

— Pero, un lazo es doloroso.

— No mi precioso – abrió los ojos, con una sonrisa enorme en sus labios porque le explicaría a su omega que existían varios tipos de lazos y vínculos – te diré el secreto más importante – tomó la mano de Taehyung colocándola en su pecho, cubriéndola con las propias – aquí existe un cosquilleo desde el primer momento en el que te conocí, tironea cada vez que tu lobo me llama o me necesita, ¿sabes, por qué lo sé? – el omega negó lentamente – porque solo con los ojos del corazón se puede ver claramente, lo que está frente a ti, pero lo que es invisible aquí – le picó la frente haciendo referencia a su mente.

El alfa tomó en brazos a Taehyung para llevarlo de vuelta al colchón que llamaba cama en su vacía habitación, lo colocó con muchísimo cuidado en la superficie blanda y él se quedó sentado frente al omega que no dejaba de sonreír

— ¿Recuerdas la historia que me contaste en el bosque? – Jungkook murmuró una respuesta afirmativa, no atreviéndose a hablar por miedo a que el omega se quedase callado y no dijera nada más –. Yo dije que eras Sirio, por ser tan brillante como esa estrella – el alfa sonrió ante la confesión, totalmente complacido –, pero no era verdad que lo dije solo por eso. Eres Sirio porque, mi lobo pasó muchas noches aullando a esa estrella, llamando algo que percibió hace dos años en el mismo descampado.

Jungkook abrió los ojos en sorpresa, estaba totalmente mudo, ambos sentados sobre el colchón de su habitación, siendo iluminados por la luz de la luna que entraba a través de la ventana. Con parsimonia, Taehyung fue acercándose un poco más, hasta que la distancia entre ellos fue casi inexistente, haciendo que sus bocas se encontraran a milímetros de la otra. Logrando saborear aquellos labios en un leve toque.

El alfa se quedó helado, rígido e igualmente sorprendido por su propio actuar y quizá su corazón se emocionó demasiado porque lo escuchaba retumbar en sus oídos, quizá fue demasiado que hasta su lobo estaba haciendo estragos en su interior, pero eso solo fue el inicio de la avalancha, porque sin pensarlo devolvió el beso con un poco más de contacto que el recibido. Taehyung le tomó las mejillas con sus manos temblorosas, aspirando el aire que exhalaba, abrió su boca lentamente, ladeó la cabeza para intensificar el beso que no iba más allá de roces de labios, junto con respiraciones compartidas.

Movimientos torpes, dubitativos, un poco bruscos por parte de Jungkook al intentar profundizar más, mientras que luchaba por controlarse. Con la respiración aún agitada fue testigo en cámara lenta del momento en el que el contacto terminó, sintiendo cómo su piel quemaba por obtener más.

Pero qué codicioso eres Jungkook.

— ¿Precioso? – había salido en un susurro, como si no fueran los únicos en ese espacio frío que ahora, con ambos juntos, estaba llenándose de calor. Su voz aún estaba ronca por la falta de uso, con las manos dudando sobre dónde tocar, terminó poniéndolas en las mejillas contrarias, para admirar la belleza etérea frente a sus ojos – ¿a qué se debe eso? – indagó, no realmente porque le haya disgustado la acción, más bien era una forma de asegurarse que lo estaba viviendo y no soñando como en muchas otras ocasiones.

Ante el silencio de Taehyung, el alfa tomó la iniciativa de acercarse de nuevo, no obtuvo ningún rechazo por parte del contrario, estaba aceptando y recibiendo cada beso fugaz que Jungkook dejaba sobre sus labios.

Si pensaba que la piel del omega era adictiva, fue porque no había probado sus labios de esa manera, Diosa, un beso no podía darle tanto placer como lo estaba haciendo en esos momentos, pero lo hacía. Era tan adictivo que le fue imposible no ansiar el respirar el mismo aire de Taehyung, ese que era exhalado por los pulmones del omega.

Con el correr de los segundos, Jungkook podía sentir que cada vez que se alejaba existía algo que tiraba de él para regresar a los labios contrarios, ¿Y si Taehyung solamente lo estaba complaciendo por ser un alfa?, que tal, si solamente seguía lo que le había dicho de la Regla #1. Entonces eso significaría que abusaba de lo que se le dio en un inicio, pero, Diosa, no podía dejar de tener ese roce con la boca ajena sin sentir el cosquilleo en su pecho como fuegos artificiales. Eso fue así hasta que Taehyung se alejó un poco, mirándolo a los ojos con su ceño fruncido.

— No sé, por qué... – murmuró en voz demasiado baja, apenas audible, haciendo sonreír a Jungkook, parecía la respuesta a sus pensamientos –, pero se siente bien si lo sigo haciendo.

Taehyung no entendía por qué lo había besado de esa manera, tampoco quería encontrarle razón a algo que estaba cargado de sentimientos. Pero lo que sí hizo fue volver a sorprender al alfa.

Regresó a besarlo, esta vez siguiendo sus instintos, retiró las manos que aún seguían en su rostro y le tomó de las muñecas para que le rodearan la cintura, mientras que él llevaba las propias al cuello del alfa y Jungkook no pudo resistirse ante el pedido silencioso que quedó suspendido en el aire, cargando el cuerpo contrario para subirlo encima de su regazo, joder, el contacto fue como tocar las puertas del mismo cielo o ¿fueron las del infierno?. Eso no importaba, no cuando era Taehyung quien hacía pequeños movimientos con la cadera para intentar obtener más contacto calentándolo más, como si eso fuera posible, estaba perdido entre los roces de sus bocas y el calor de la piel.

— Tae... – murmuró, estaba sin aliento, oculto entre el cuello del omega, aspirando y lamiendo, quería rogarle que no parara, pero ¿el qué?; sin embargo, Taehyung le dio eso que estaba pidiendo sin poner resistencia. Diosa, el omega se estaba deshaciendo entre sus manos con jadeos, caricias y todo por él, solo para él.

Taehyung disfrutó cuando el alfa tomó el control, tomándolo de la cintura, mientras lo recostaba sobre el colchón, subiéndose sobre él, no imponiéndose, solo colocándose en ese espacio, el cual desde la noche del celo le perteneció. El instinto le hizo separar las piernas como dándole la bienvenida, el alfa tomó el recibimiento de manera gustosa acoplándose en el espacio, tan perfecto como esa primera vez que estuvo ahí.

Escuchó el pequeño gemido que salió de los labios de Taehyung, fue la mejor armonía acompañada del placer al sentir el roce en ambas erecciones, aquellas que estaban separadas nada más por ropa interior, las sensaciones fueron demasiadas para el omega tanto que buscó de dónde sostenerse, encontrando el amplio pecho del alfa, fuerte y cálido.

El alfa no lo privó de sus acciones, al contrario, se dejó hacer bajo su tacto, deleitándose así de tocar la suavidad de la piel de Jungkook, estaba caliente, jodidamente caliente y Taehyung disfrutó de tocarlo.

Se regocijaba el sentir el cosquilleo en sus dedos, joder si no le encantaba pasar sus manos por los anchos hombros, el pecho con esos firmes pectorales y, Diosa, amaba que Jungkook gruñera apenas cuando sin querer raspó con sus uñas la tersa piel, descubriendo que le encantaba hacerlo porque obtendría ese majestuoso sonido, proviniendo de la garganta del alfa, tan ronco, que le hacía estremecer.

Entonces abrió un poco más la boca para así dejar que Jungkook lo besara como quisiera, ambas salivas mezclándose, escapando en pequeños hilos por las comisuras de sus labios si los movimientos no eran lo suficientemente rápidos. Eran besos desordenados, llenos de frenesí, pero se trataban de los más placenteros que le habían dado. Taehyung no recordaba ser besado así, con pasión verdadera, no producto de algo bestial, los besos de Jungkook eran su nuevo vicio.

¿Por qué sabía hacerlo tan bien? ¿Hubo alguien más que le había dado besos así? ¿Jungkook había hecho lo mismo con aquella alfa? ¿Fue ella quien le enseñó a tocar de esa manera?

Diosa, qué importaba si la última pregunta era afirmativa con tal que lo siguiera haciendo solo para él, se aseguraría de ser el último a quien le diera cada una de sus caricias, Kim Taehyung sería el único digno de poseer aquellos besos, de deleitarse con aquellos jadeos, gruñidos y gemidos, se encargaría que fueran solo para él.

Mío, Mío, Mío.

El alfa lo sorprendió cuando presionó más sus caderas contra su cuerpo, sacándole un jadeo tembloroso, sentía corrientes eléctricas, recorrerle el cuerpo por ese contacto y su primer instinto fue tomarlo de los hombros.

— ¿Qué sucede? – preguntó Jungkook, separándose un poco por la acción que tuvo el omega, viendo destellos azules en sus ojos, mientras que los propios tenían reflejos rubíes, eran hipnóticos para Taehyung, y fue entonces que su iris se pintó totalmente de azul por voluntad propia, expresando el deseo que provocaba el alfa en él.

— Te deseo – le dijo en voz baja, con una enorme sonrisa al notar la impresión en los ojos contrarios, acarició los hombros del alfa, subió hasta su cuello para luego juguetear con su cabello, obteniendo un pequeño ronroneo de satisfacción.

Perdido entre las caricias, Jungkook volvió a juntar sus labios, siendo gustosamente recibido, pero solo obtuvo pequeños besos, el alfa apoyó sus codos a los costados de su cuerpo y llevó una mano hasta su rostro, donde se dedicó a delinear sus facciones con la yema de sus dedos. El alfa seguía aspirando la esencia dulce del omega desde su boca, haciéndolo salivar, saboreándolo cada vez que tragaba.

Jungkook relamió sus labios regocijándose al encontrar pequeños rastros del sabor del omega, estaba ansioso, desesperado por obtener más. Taehyung también lo estaba.

— Alfa, por favor. Te deseo.

¿Estaba soñando acaso?, si eso era así, por favor no lo despierten, porque no quería vivir un día más sin tener al omega.

Le acarició una vez más el rostro con una sonrisa cálida y Taehyung la recibió gustoso, buscando más de su tacto, cerrando los ojos para disfrutar cada sensación, inconscientemente inclinó la cara a un costado encontrando la suave palma del alfa, sus labios no se contuvieron dejando besos leves, frotando sus mejillas contra la calidez. Jungkook detuvo sus movimientos para acercarse de nuevo a su boca, atrayéndolo en un beso apasionado.

Si no fuera necesario el aire, Jungkook no se habría separado de los labios ajenos, pero eso le dio libertad para besar su barbilla, hacer un recorrido hasta llegar a la fuente de su esencia, se quedó ahí algunos segundos, llenando sus pulmones de esa droga tan adictiva, bajó hasta llegar a su pecho, mientras sus manos recorrían las curvas del cuerpo del omega que se deshacía entre su toque. Sus dedos jugaron con el borde de la ropa interior de Taehyung y este entendió el pedido silencioso levantando sus caderas para facilitar el quitarlo.

Jungkook bajó por sus piernas con parsimonia, como si intentara torturarlo, porque una vez llegó a sus tobillos lo siguiente que sintió fueron los labios del alfa, realizando el recorrido de vuelta a él entre pequeñas mordidas y lamidas. Siseó un poco cuando en la parte interna de su muslo recibió una mordida un tanto más demandante, acompañada de una leve succión.

Taehyung se dejó hacer, pues las manos del alfa se sentían tan bien, brindándole una sensación indescriptible, el aliento de Jungkook rozó contra su miembro haciéndolo arquear la espalda. Llevó una mano al cabello del alfa, halando de él para regresarlo hacia arriba. El alfa lo miró divertido, mientras mordía su labio inferior, disfrutando de la vista del omega hecho un desastre por mínimas muestras de cariño.

— ¿Sucede algo? – le interrogó besando su mejilla, Taehyung boqueó unas cuantas veces para reponerse, sus manos llegaron de nuevo al pecho del alfa para separarlo un poco.

— ¿Qué es lo que quieres? – cuestionó con las palabras un poco atropelladas, su voz era aterciopelada a los oídos de Jungkook –. Dime, ¿Qué deseas de mí? Alfa, ¿Qué quieres que haga?

El alfa sonrió comprendiendo que, quizá cuando tenía un encuentro sexual no se le daba la libertad y solo se mostraría sumiso, esa era la actitud que debía tener frente aquel alfa, le demostraría que esto era totalmente diferente.

— ¿Qué es lo que quieres tú que haga? – le preguntó, volviendo a inclinarse sobre él para dejarle otro beso en su mejilla – ¿Qué esperas tú de mí?, dime omega ¿Qué deseas de tu alfa?

Taehyung separó sus labios, dudando un poco por la pregunta, todo eso era nuevo para él ¿Cómo debía contestar a eso? Realmente no sabía lo quería o más bien no podía expresarlo con palabras y solo deseaba que Jungkook de alguna manera leyera su mente, sus acciones, lo que fuera, que simplemente lo tomara para saciar su anhelo de ser consumido por el alfa.

— Dije que te deseaba – recalcó sus palabras, más como un recordatorio para él mismo por verse abrumado del peso que tenían aquello que dijo –. Eso significa que tienes libertad de usarme. Tú mencionaste que no harías algo sin mi consentimiento, ya te lo di.

Jungkook se río, no burlándose, más bien fue una acción involuntaria al notar los labios abultados frente a él, era como si el omega le replicara su falta de actuar. Juntó frentes, haciendo que sus narices se rozaran, dándole un beso esquimal con la punta de las mismas y volvió a mirarlo a los ojos.

— ¿Recuerdas lo que hablamos? – con lentitud bajó su mano hasta llegar a la entrepierna palpitante del omega, sin llegar a tocar, desesperándolo –. Tu cuerpo no es para utilizar o usar, es una vía para poder unirnos físicamente. No solamente sirve para engendrar y complacer. Aunque eso te hayan enseñado, debes entender que está mal, aunque tu lobo me suplique que lo tome y pida cachorros, tu parte humana debe también estar de acuerdo, para así poder disfrutar, ¿comprendes eso?

El alfa no dejó que respondiera, regocijándose al escuchar el jadeó como una reacción automática de la caricia que recibía en su miembro, que se endurecía bajo el tacto de su mano. Taehyung no comprendía lo que sucedía con su cuerpo, era distinto, estaba siendo tocado de una manera diferente. Un estremecimiento recorrió todo el cuerpo del omega.

— ¿No te agrada que te toque así?, dime, ¿Necesitas que pare? Sabes que lo haré.

— No – Taehyung tragó duro, separando un poco más las piernas, dándole la libertad para ser tocado, suspiró satisfecho cuando el alfa obedeció a sus deseos, acariciando, complaciéndolo a él y no viceversa – solamente... se siente diferente.

— ¿Diferente? – murmuró Jungkook mientras le besaba la barbilla, pasando por su mandíbula, subiendo a sus mejillas y terminando en el lóbulo de su oreja, lamiendo un poco esa zona.

— El que fue mi alfa no me tocaba así – respondió Taehyung, perdido en las sensaciones, el escuchar la mención del pasado doloroso de su Omega hizo gruñir al alfa, apretando un poco más en su agarre. Obteniendo un jadeo.

— ¿Y quién dijo que yo soy como ese alfa? – le dijo entre dientes y Taehyung disfrutó la mirada de Jungkook, se veía molesto, pero no con él, parecía estarlo con su pasado –. Ningún otro alfa te va a volver a tocar. No mientras seas mío.

Jungkook suspiró pesado, llenándose de ansiedad por sus propias palabras, tenía pánico que el omega entendiera de manera diferente sus palabras, joder, le había dicho que era suyo en voz alta, pero parecía una pertenencia como si de un objeto se tratase. Incluso dejó de tocarlo temiendo lo peor.

— Yo... lo que quise decir es... lo que dije... es solo que.

El omega sonrió por la tensión que provocó en el cuerpo del alfa aquel supuesto malentendido; llevó sus manos a las mejillas de Jungkook, dándole caricias que causaron el efecto buscado, el tranquilizar al contrario.

— Comprendo, también me siento así respecto a ti – Taehyung entendía el trasfondo de esa posesividad –. Si yo no estuviese de acuerdo con esto o no quisiera que me toques, créeme que serías el primero en notarlo – le dijo en voz baja sin dejar de lado las caricias – yo solo... Estoy un poco nervioso.

— Eso lo sé, pero ahora estás conmigo – le interrumpió Jungkook en un susurro – solo quiero que entiendas que, jamás te lastimaría.

— Lo sé.

— Y tampoco dejaría que alguien más vuelva a lastimarte o a tocarte – le prometió con sus ojos llenos de súplica para que comprendiera su punto – Ni a ti, ni a tu lobo. Jamás, Tae. Jamás lo haría, y si pasara, no me lo perdonaría.

Taehyung no pudo haber escogido mejor respuesta que la que dio a continuación. Lo atrajo hacia su cuerpo para besarle y Jungkook tuvo que sostenerse con firmeza de la superficie blanda en la que se encontraban para no caer del todo sobre el omega, quien con manos ágiles comenzó a deslizar la única prenda que tenía el alfa en su cuerpo.

Diosa, vaya si no anhelaba ese toque.

El alfa se separó un poco para despojarse de la prenda a totalidad, sin quitarle la mirada al cuerpo debajo de él, su miembro palpitó aún más al ver al omega abrir las piernas, preparándose para recibirlo, con los labios hinchados y húmedos, producto de sus besos, sus ojos brillando en azul zafiro en un llamado casi exigiendo todo de él.

Mío, todo mío, tan mío.

Mío... – Jungkook murmuró bajo, dejando que su lobo se expresara por él, no le importó privarse de decirlo, solo quería tocarlo y no se hizo esperar más al volver a pasar sus manos por la piel tersa de Taehyung, regresando a acoplar su cuerpo sobre el contrario. El omega lo tomó del cuello, enterrando su nariz en ese espacio tan íntimo, concentrándose en llenar sus pulmones de la esencia del alfa, su lobo regocijándose al sentirla provenir directamente de la piel nívea.

Gimió más que complacido al sentir cómo Jungkook se frotaba contra él, el omega juraba que su cuerpo se convertía en una parte erógena bajo el tacto del alfa, no importaba dónde Jungkook tocara, la reacción era inmediata, encendía su piel, estremeciéndolo.

Por favor, más.

— Eres mío – Jungkook parecía querer dejárselo, claro, no como un mandato, había algo diferente en el tono de su voz, la manera en la que lo decía, solo provocaba que Taehyung sintiera humedad, una que nunca experimentó, humedad que brotaba a borbotones de él sin siquiera tener la necesidad de un celo o bien una orden. Diosa, solo eran besos y el cuerpo fornido del alfa frotándose sobre el suyo.

Pero Jungkook necesitaba una cosa más de él, algo que le permitiría por fin saciar su hambre del omega. El alfa se separó para encararlo, respiraba a través de su boca, saboreando el aire en su saliva, recolectando los rastros de los labios ajenos en los propios con su lengua. Sus manos se posicionaron sobre los muslos del omega, acariciando con parsimonia.

— ¿Me dejarías...? – comenzó su pregunta, dejando desconcertado a Taehyung al no comprender lo que pedía, pero su mirada le hizo recordar a esa primera vez. De nuevo le pedía permiso, le suplicaba –. Está bien si yo... ¿Me dejarías entrar en ti? – inquirió despacio y Taehyung no pudo sonreír más porque no era posible.

— Claro que puedes – argumentó, para luego sorprender a Jungkook cuando cambiaron de posiciones, dejando al alfa bajo él, subiéndose totalmente sobre él – ¿me deseas alfa? – este asintió aún impresionado –. Entonces tómame, alfa, compláceme.

Taehyung posicionó las manos del alfa en su trasero y Jungkook se mordió los labios, sus ojos brillaron en totalidad del rojo rubí, soltó una sonrisa coqueta al apretar la carne suave que le había sido entregada. El omega lo veía desde arriba, pero su lobo no reprochó por la acción, al contrario, se regocijaba, sintiéndose más que halagado por la iniciativa del omega, le estaba mostrando que era él quien lo escogió, por lo tanto, quien dominaría en ese momento se trataría del omega.

Su cuerpo se estremeció cuando el omega delineó su abdomen con sus dedos, subiendo lentamente, erizándole la piel, estallando como dinamita todos sus sentidos cuando llegó a sus pezones, siendo pellizcados levemente, haciéndolo gemir profundo. Música para los oídos de Taehyung que se regocijó por obtener esa reacción.

— ¿Qué pasa alfa? ¿Está bien si toco aquí? – preguntó Taehyung torciendo un poco más los pezones del alfa, haciendo que se endurecieran y este se rio al escucharlo usar sus mismas palabras, mientras jadeos salían de sus labios, asintió con la cabeza al volver a sentir la descarga eléctrica debido al contacto por la falta de respuesta.

Jungkook empujó sus caderas contra el omega, frotándose descaradamente en el trasero húmedo. Lo vio jadear entrecortado y fuerte, respondiendo con movimientos circulares, causando mejor fricción, el alfa siseó ante el placer. Lo tomó de la cintura, haciendo que se acercara para alcanzar su cara, juntando de nuevo sus bocas una vez más, dejando que sus manos volvieran a las nalgas de Taehyung, amasando, masajeando y de vez en cuando apretando, separando poco a poco hasta llegar a su entrada, dos de sus dedos juguetearon con la cordura del omega y este no resistió la descarga de placer, enredando sus dedos en el cabello del alfa, dejando el zafiro frente al rubí.

— ¿Qué haces? – jadeó confundido por el actuar de Jungkook.

— Te prepararé para mí, bonito – le dijo Jungkook con una sonrisa – así me aseguro que estés a gusto y sea placentero.

— ¿Preparar? – preguntó con un poco de burla en su tono, se reía internamente de él mismo porque esa palabra no la conocía en el ámbito sexual – ¿cómo harás eso? ¿Usarás tus manos de nuevo?

Había sido usado una y otra vez desde que tenía dieciséis años, por aquel que llamó su alfa alguna vez. Jamás lo prepararon, no comprendía el significado de eso. Pero Jungkook era tan distinto, definitivamente él sería el último en tocarlo, porque no soportaría el tacto de nadie más. El alfa se sentó aún con él encima, dejándolo a horcajadas, se acercó a su oído, provocándole cosquillas, que pronto se volverían otra cosa.

— Dedos, precioso. Utilizaré mis dedos.

Jungkook llevó su brazo hasta rodear su cintura y Taehyung lo besó como respuesta, para que no notase el rubor en sus mejillas por aquellas palabras, encantado con la sensación que dejaban los labios del alfa contra los suyos, sus lenguas, jugueteaban entre sí, inspeccionando con la propia la boca ajena y dejando mordidas en los belfos rosas del alfa. Era una danza indescriptible, imposible de explicar lo que le hacía sentir los besos de Jeon Jungkook, su alfa, al que su lobo había elegido.

El alfa lo bajó lentamente hasta volver a recostarlo sobre el colchón, Taehyung se dejó hacer, a la expectativa de su próximo movimiento, sintiendo un dedo llenándolo, quizá ardió un poco, pero era soportable gracias a su lubricante natural el cual le permitió al alfa ingresar un segundo dígito, el ardor fue reemplazado por algo muy distinto, un cosquilleo que le calentó el vientre cuando Jungkook masajeó lentamente, estirándolo, acostumbrando su interior para recibirlo.

La preparación se volvió enloquecedora para Taehyung, quien comenzó a dejarse llevar, moviéndose en vaivenes y círculos, buscando que los dedos del alfa ingresaran más. Jungkook rio al sentir cómo su mano se empapaba de lubricante, pronto ingresó un tercer dígito el cual no tuvo resistencia para entrar, el alfa presionó un poco en el interior dejándolos ahí y Taehyung bajó la mano para intentar quitar la de Jungkook, pero el alfa no lo dejó, echó la cabeza hacia atrás, apretando la mandíbula, invadido de tanto placer que sentía desmayarse.

Sus miradas se conectaron, los ojos azules de Taehyung lo veían con hambre. Diosa, Jungkook sintió a su lobo retorcerse bajo su piel ante esa actitud. Volvió a presionar el interior del omega sacándole un gemido. Y se acomodó sobre su cuerpo, empujando sus caderas para darle una doble estimulación.

Un hormigueo le invadió en todo el cuerpo, su piel cosquilleaba, sus pezones se sentían duros y sensibles; la fricción de sus miembros le hacía enloquecer, pero necesitaba más.

El omega logró sacar los dígitos que lo llenaban tan deliciosamente, empujó hacia un lado al alfa, cambiando de nuevo las posiciones, quedando arriba de él y Jungkook observó desde abajo, maravillado con lo que tenía frente a él. Llevó sus dedos a su boca para saborear los fluidos restantes en ellos, todo bajo la atenta mirada de Taehyung, quien se sonrojó, sintiendo que sus mejillas no podían estar más rojas, sus ojos brillaron aún más, tenía el flequillo pegado a la frente por el sudor, Jungkook gimió gustoso al saborear aquel glorioso líquido.

Deliciosamente magnífico.

— Qué hermoso brillas desde ahí arriba mi Luna – le dijo mientras lamía sus labios degustando el sabor del omega, sujetó las caderas de Taehyung con ambas manos, una de estas resbalando un poco por los residuos de saliva –. Eres precioso.

Taehyung le sonrió alzando sus caderas, impaciente por sentirlo verdaderamente dentro de él, jamás había necesitado tanto ser llenado así.

— Joder – murmuró el alfa, con los ojos llenos de lujuria ante la visión del omega, jugueteando un poco con su entrada y su miembro, el rubí de sus ojos quemaba la piel del omega como una llamarada, le sujetó el trasero, agarrándolo con un poco más de fuerza para que dejara de moverse y así por fin alinearse perfectamente –. Quiero verte tan lleno de mí – el tono bajo en su voz delataba cuánto se estaba conteniendo por ingresar en él, Taehyung tomó la erección ajena con sus largos dedos, haciendo estremecer al alfa, sacándole otro gruñido de placer –. Vamos precioso, quiero verte follándote a ti mismo.

— ¿Dónde quedó mi alfa caballeroso? – interrogó divertido sin dejar de jugar con la cordura del alfa, al verlo tirar la cabeza hacia atrás fue su señal para acomodar el pene ajeno contra su entrada, obteniendo una mirada intensa mientras bajaba lentamente, llenándose de él, echó la cabeza hacia atrás, jadeando, amando la sensación.

¿Así se debía sentir desde siempre o era efecto de estar con Jungkook?, era como si el alfa fuera esa pieza que faltaba en su vida.

— Joder, Tae – dijo entre dientes y el omega lo miró aún con la respiración irregular, acostumbrándose a la intromisión que él mismo había hecho –. Llámame...

Taehyung hizo un movimiento leve con sus caderas en círculos, el pene en su interior apenas y se movía, abrazado por sus paredes internas y el alfa no dudó en aferrar su agarre en sus caderas, guiando los movimientos. Los gemidos de Jungkook eran como notas musicales de una nueva composición armónica y él era el artista de eso. Joder entre sus sonidos favoritos, siempre el de la lluvia ganaba por sobre todo, porque le recordaba su libertad, eso fue así hasta que lo escuchó respirar, agitado de placer.

— Llámame sucio si quieres, pero siempre imaginé que te sentiría así – sus palabras eran arrastradas, casi sin aliento y Taehyung dejó salir un gemido al ser víctima de las sensaciones en su interior.

— ¿Es así? – interrogó, colocando sus manos sobre el pecho del alfa para sostenerse, mientras que este no dejaba de dar caricias en su espalda, cintura, trasero y muslos. Jungkook sentía que se perdía cada vez que el omega alzaba las caderas para penetrarse con más profundidad, buscando su propio placer.

Diosa, era mucho mejor que la imaginación.

— Sí, joder, sí – gimió el alfa, sus jadeos fueron más cuando Taehyung empezó a montarlo, sin un ritmo establecido, eran movimientos torpes, descontrolados y guiados por su propia necesidad de obtener placer –. Claro que pensé en ti, teniéndote así.

— ¿Pensabas en mí estando así? – interrogó Taehyung, juntando sus cuerpos, enredando de nuevo sus dedos entre las hebras oscuras del alfa, quien estaba hipnotizado por los ojos del omega, drogado con el olor dulce que emanaba de la piel contraria.

El crítico, combinándose con los tonos frutales, en conjunto a la explosión floral de las rosas, era una exquisita mezcla. Jungkook quería quedarse en ese lugar hasta ahogarse en la esencia contraria.

Sus manos se movieron a través de la espalda de Taehyung, lo abrazó haciendo que sus cuerpos se unieran más, como si eso fuera posible; el omega sonrió, para luego gemir cuando el alfa alzó las caderas, penetrándolo deliciosamente, de manera profunda y certera, una y otra vez, la fricción en su interior lo hacía ver estrellas, reflejadas en constelaciones dentro de los ojos oscuros de Jungkook.

— De esta manera también te imaginé – le dijo en voz baja, llevando sus manos de nuevo a su trasero, dejando un pequeño apretón –. Tan mío.

Joder ese hombre lo iba a volver loco, Taehyung le sonrió, se enderezó un poco entre los movimientos constantes, sintiendo cómo era penetrando, lento y profundo, para luego recibir varias embestidas, ambos jadeando y gimiendo, pero sin dejar de mirarse.

— Mío, mío, mío – el alfa repitió como si de un mantra se tratase, casi ahogado por la falta de aire, las manos de Taehyung estaban en su pecho apretando y pellizcando sus pezones, de vez en cuando raspaba con sus uñas al sentir la profundidad de sus embestidas, acción que descubrió que le traía placer, el omega notó que a Jungkook le gustaba porque hacía esos movimientos a propósito, podía sentir como se ponía más duro cada que él reaccionaba de una u otra forma.

El alfa le gruñía para que se moviera más y Taehyung, encantado, cumplía con lo pedido, no por orden sino por autoplacer. Se acercó a su rostro, amagando un beso que jamás llegó a los labios del alfa, siendo el cuello de Jungkook su verdadero objetivo, en el espacio donde su esencia era más intensa. El alfa se sorprendió al sentir cómo el omega volvía a hacer esa acción, mordiendo, pero esta vez un poco más fuerte, sacándole un siseo, junto con un jadeo.

Taehyung lo observó atentamente, volviendo a la herida recién hecha, lamiendo los pequeños hilos rojos que salían, una vez satisfecho se enderezó, lamiendo sus labios bajo la atenta mirada del alfa, sonrió de lado y comenzó un vaivén delicioso, su cuerpo se movía de manera lasciva sobre el alfa.

— Mío, alfa es mío – dijo y Jungkook soltó un gruñido disfrutando de las acciones del omega, sin embargo, ya había sido suficiente dominio de su parte, tomó las caderas ajenas empujándolo hacia abajo mientras él alzaba sus caderas, moviéndolo a su gusto, Taehyung no pudo más que simplemente sujetarse de los amplios hombros del alfa, jadeando cuando fue llevado más hacia el cuerpo de este – ¡Ah! – se quejó al sentir los dientes del alfa clavándose en sus clavículas, haciéndole estremecerse por el cosquilleo que dejaba su saliva repartida por la punta de la lengua de Jungkook, la cual dejaba caricias húmedas por su piel.

Inconscientemente, echó la cabeza hacia atrás para darle más libertad de vagar por su piel y quizá estaba siendo demasiado escandaloso, pero joder nadie lo detendría de serlo, agradecía que Jungkook no tuviera una cama la cual hiciera más ruido del que ya provocaba él con su boca, sin embargo, ni aunque se lo pidiera el mismo alfa se callaría y definitivamente este no lo iba a hacer, mucho menos mientras lo follaba de esa manera alcanzando el punto, justo ahí donde su cuerpo tembló, donde su estomagó se contrajo, jamás fue testigo de esa reacción, pero anhelaba que el alfa no se detuviera. Estaba tan seguro que, si no fuera por su condición, Jungkook fácilmente lo embarazaría por la manera en la que era tomado.

Un grito agudo salió de la garganta de Taehyung, víctima del placer que le estaba nublando todos los sentidos.

Jungkook lo alzó de las caderas, escuchando un quejido por parte del omega al sentirse vació, pero fue cuestión de segundo para volver a sentirse igual de lleno, cuando de nuevo estuvo recostado sobre el colchón. El alfa apoyó sus manos a los costados para apoyarse de mejor forma y Taehyung chilló de nuevo en el momento que le alzaron las caderas, recibiendo una palmada en su nalga.

— Vamos mi precioso, tú puedes. Sé que también sabes moverte así.

Diosa, madre luna, claro que podía.

Fue suficiente con esas indicaciones para que el omega buscara con sus movimientos embestirse al mismo tiempo que el alfa se movía, tan jodidamente bien que Taehyung pudo sentir las piernas fallándole, pero eso no lo hizo detenerse de seguir buscando lo que su cuerpo le exigía, el problema es que por sí solo no lograba alcanzarlo, el hormigueo en su vientre le decía algo que no entendía, pero que quería descubrir.

Se trataba de un cosquilleo pequeño proviniendo desde alguna parte de su abdomen, uno que causaba vibraciones cada que tocaba ese punto en su interior, estremeciéndolo, haciéndolo expulsar más de su esencia por cada folículo de su piel. Quería buscar cómo calmarlo, no sabía de qué manera, la ansiedad de alcanzar algo desconocido lo desesperaba, y las manos del alfa que avivaba el fuego en su piel cooperaban con la sensación, aunque existía algo mejor.

Su pene. Duro y profanador de su interior.

— Jung-Jungkook... a-alfa, por favor – suplicó el omega, su voz estaba entrecortada, miró a los ojos a Jungkook, rogando porque calmase la sensación en su interior que lo estaba enloqueciendo. Tragó duro en el momento en que el alfa le sonrío de lado, se lamió los labios con la punta de su lengua, mirándolo con hambre ¿Por qué se veía tan jodidamente bien haciendo eso?, era un ataque directo y el omega estaba perdiendo ante una sonrisa, Taehyung lo atrajo de nuevo hacia él para calmar el deseo de morder sus labios, empezando una pelea con sus lenguas.

Se estremeció cuando el alfa chupó su labio inferior, sintió como el cosquilleo se intensificaban haciéndolo explotar en una sensación nueva dentro de él, fueron suficientes unas cuantas embestidas más para que su pene eyaculara de manera escandalosa, manchando ambos abdómenes, haciendo gruñir al alfa, complacido por sentir como sus uñas rasguñaban su piel.

Taehyung necesitó abrazarse a la espalda de Jungkook cuando comenzó a ser llenado con el nudo del alfa justo después del orgasmo de este, Diosa, dónde había estado ese hombre toda su vida porque nada se le comparaba a ninguna experiencia anterior. Dolía, por supuesto, que lo hacía, pero el alfa supo distraerlo acoplándose a él, los dos sumiéndose entre besos apasionados, suspirando en la boca del otro, jadeando por aire, mareados por la explosión de sensaciones, pero sin apartarse, con los brazos aferrándose al cuerpo contrario, unidos no nada más por el nudo, sino también fundiéndose en un abrazo.

Siguieron besándose todo el tiempo que les tomó recuperar la estabilidad en su respiración, Taehyung fue el primero en terminar aquel encuentro entre sus bocas, sintiendo hinchados sus labios, suspiró, juntando frentes, con sus brazos sosteniéndose aún de los hombros del alfa porque las oleadas y réplicas de su tan ansiado cosquilleo seguían haciendo estragos en su cuerpo, Jungkook le acarició el rostro, delineando con parsimonia su mandíbula, bajando hasta su abdomen deteniéndose ahí.

— ¿Estás bien, precioso? – cuestionó el alfa, aun con su voz ronca. Taehyung asintió como respuesta, una vez se aseguró de ello, volvió a acoplarse sobre cuerpo ajeno, Jungkook se dejó hacer, encantado con las caricias que el omega dejaba en sus brazos, cuello y por último sus mejillas –. Nos quedaremos así por un buen rato – le sonrió culpable, pues veía la incomodidad en el rostro del omega, sin embargo, se veía tan satisfecho que la pregunta en su mente no dejaba de martillar –. Tae, tú... quiero decir... tú no...

¿Cómo decía algo así?, su cabeza no estaba funcionando al cien por ciento en ese momento para tocar el tema con delicadeza. Sin embargo, no hizo falta que se torturara más, porque Taehyung entendió.

— No, nunca – murmuró tan bajo que Jungkook casi no lo escucha –. Yo...

— ¿Por eso no sabías cómo pedirlo? – le interrumpió rápidamente, evitándole más vergüenza por estar respondiendo una pregunta así de íntima, diciendo que jamás había tenido un orgasmo, sin embargo, la respuesta fue inmediata. El omega asintió, mordiendo su labio.

— Nunca... yo, jamás había experimentado algo así – completó su respuesta, totalmente convencido de lo que decía –. Pero... tú entendiste cuando lo pedí. Diosa, ni siquiera sé cómo nombrarlo – cubrió su rostro con ambas manos dándole una visión demasiado tierna al alfa.

— Se le llama orgasmo mi precioso – le sonrió gustoso en responder la duda del Omega – ¿Y, lo disfrutaste? – era una pregunta más para su orgullo, pero le dejó sin aliento el susurro de un "Sí"

Jungkook se relajó totalmente al sentir una liberación total en el interior del omega, haciendo estremecer a Taehyung al momento de sentir cómo eyaculaba en su interior. Con una sonrisa coqueta se sonrojó al notar cómo las mejillas ajenas también se pintaban de un rosa muy bonito, quizá era más intenso y lo podría ver mejor con más luz, pero al estar a oscuras la luz de la luna era la única que estaba siendo testigo de su amor.

— Puedo preguntar ¿Qué fue lo que te hizo cambiar de parecer?, es decir, para llevarnos a este momento

— Me has tratado tan bien – murmuró el omega, dejando caricias en el cabello del alfa, como si estuviera dándole un halago por todo lo sucedido, pero se trataba de más –. Y yo no sabía... nunca pensé que podían tratarme así al momento de... Bueno, ya sabes, esto. Solo me dejé llevar, por lo que mi instinto me decía que hiciera, aunque no esperé que termináramos así – señaló ambos cuerpos sacándole una risa al alfa –. Me gusta así. El roce de tus manos con mi piel, lo que provocas. Me gusta. Tú me gustas.

El alfa pudo sentir un tirón en su pecho, mientras que a Taehyung se le aguaron los ojos, amenazando con hacerlo llorar, pero no quería, no antes de poder decirlo todo.

— ¿Desde cuándo te has sentido así, respecto a mí? – lo vio abultar sus labios, como si dudara o más bien pensara su respuesta.

— Cuando nos reencontramos y te pedí que te quedaras en el centro – le contestó seguro –. Después que nos despedimos, ya te extrañaba. Pensé que era algún capricho de mi lobo, pero... la verdad es que nadie me había dado tanta libertad como tú, no se preocupaban por mí, no como tú. Jamás me tocaron así o pedían permiso, ni siquiera preguntaban si estaba cómodo con algo – Taehyung lo miró a los ojos con los suyos volviendo a ser café –. Pero tú, lo hiciste desde la primera vez y yo no sabía qué hacer sin tener tu tacto.

— Esa es la razón por la que cada noche me buscabas para dormir a tu lado – el omega asintió lentamente, recibiendo un beso en la frente –. Gracias por confesarlo – Jungkook salió de su interior al sentir cómo su nudo ya había bajado, sacándole un estremecimiento al omega –. Eso quiere decir que me dejarías dormir contigo cada noche.

— Si gustas, pero ahora que lo sabes puedes decidir... – comenzó Taehyung a intentar justificar sus acciones, acariciando sus mejillas –. Incluso podríamos hacer esto cada noche, cuando Eunyeong mejore. Pero debes prometer que me besaras y...

Jungkook lo interrumpió, callándolo con un beso, una y otra vez, cada que intentaba hablar, dejándose caer por fin sobre el colchón.

— Prometo besar cada lunar y cada curva de tu cuerpo hasta fabricar un mapa en mi mente – le dijo sellando su promesa con otro beso más –. Te lo haré todas las veces que quieras y lo pidas.

Se acurrucaron uno al lado del otro, entrelazando sus piernas, tomándose de las manos, velando el sueño del otro, esperando ver quién caía primero, hasta que ambos se dejaron llevar por el cansancio.

"Quiero cubrirme con tu cuerpo, abrázame y no me sueltes. Sujetame con tus brazos fuerte"

"Siento cada latido de tu corazón, haciéndose uno con el mío"

"Mi cuerpo fue hecho para mantener el calor en tu cuerpo, aunque sientas frío en tu interior yo te abrigaré"

"Mis labios encontraron un nuevo hogar en los tuyos, no puedo dejar de besarlo, he caído ante ti"

"Te besaré para hacerte sentir amado como nunca antes, para que me recuerdes cada día al despertar y vuelvas a mí"

"¿Esto es realmente lo que es estar enamorado?"

Pues, esto es un regalo para ustedes. También para mí porque ya graduada dije, vamos a hacer un capítulo especial, extra largo y con un poco de todo... 

Este capítulo está dedicado a mi amiga, sin ella yo no me habría aventurado a escribir esta historia... Te amo amiga... Tsunade_Dark 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro