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IX

El nerviosismo lo invadía haciéndolo temblar mucho más que el frío clima del exterior. Taehyung se encontraba observando a través de la ventana de la cocina, tenía los pies descalzos, frotándolos uno contra el otro, en claro símbolo que trataba de desviar su nerviosismo y concentrarse en lo que haría a continuación. Había dejado a Jungkook dándose un baño en el primer cuarto de duchas, mientras que él utilizó el que estaba ubicado en el segundo nivel, el cual solamente lo utilizaba el personal, pero al ser alguien conocido no tenían problema con que él lo utilizara.

Era la primera vez en mucho tiempo que entraba en la cocina para realizar alguna comida, sus conocimientos culinarios sobre la preparación de recetas tradicionales coreanas eran prácticamente nulos, pero haría su mejor esfuerzo. Revisó la olla arrocera encontrando una buena cantidad de arroz, tenía vegetales, jamón y algas suficientes para intentar hacer un poco de Kimbap, con anterioridad Eunyeong le había enseñado a hacerlo, pero solo fue una vez. Sin embargo, no dejó que eso lo desalentara.

Mientras preparaba los ingredientes para hacer los rollos, en la estufa tenía un poco de sopa de alga a la cual le agregaría tofu, así tendrían comida de reserva, en el caso de que fracasara su intento de preparar Kimbap, a su parecer no se veían muy atractivos, tenían diferente grosor y bien podría parecer que al primer rollo que hizo tuvo un problema con contener el relleno en su interior, pues en las puntas sobresalía algunas tiras de jamón y huevo. A quién engañaba, se veían horribles y casi creaban un desastre en el plato, esperaba que el sabor fuera medianamente pasable. De ahí la razón por la que también tenía más comida preparada.

El olor de la comida invadió el lugar, tanto así que a Jungkook le fue fácil encontrar dónde se hallaba Taehyung, se veía muy entretenido en su tarea mientras cortaba algo en la encimera frente al desayunador, sin hacer ruido tomó asiento en uno de los bancos altos, sonrió de lado al escucharlo murmurar alguna tonada mientras balbuceaba palabras sobre la comida.

Adorable.

Cuando por fin se volteó, el omega podría jurar casi que muere de un infarto gracias al susto que se llevó, nunca imaginó que el alfa estaría ahí, observándolo con una sonrisa tonta como si de un niño se tratase; llevó su mano hacia su pecho sintiendo el retumbar de su corazón y frunció el ceño al ver que el alfa se reía de la situación.

— ¡Por qué apareces solo así!, al menos hubieses dicho algo.

— No quería interrumpirte, parecías muy concentrado – sonrió ladino, divertido de ver la molestia del contrario – ¿Qué estabas haciendo?

Taehyung se volteó hacia la encimera tomando un plato entre sus manos, los rollos de Kimbap a simple vista habían quedado bien, una vez que descartó las puntas, así que confiando en que su sabor fuera igual de bueno a como se veía en el emplatado lo colocó frente a Jungkook quien alzó una ceja sorprendido por la comida que le estaban entregando, tenía mucho tiempo sin comer algo hecho en casa que no fuera comida instantánea o algo a domicilio.

— Toma, esto lo hice yo solo – le acercó un bocado hasta sus labios, le parecía divertido que incluso hiciera una mueca de abrir su boca mientras iba acercando el primer rollo, el cual gustosamente recibió. Las rodajas eran un poco más grandes de lo que acostumbraba, pero el sabor era lo mejor de todo, era delicioso, cualquiera diría "solo es un simple rollo de Kimbap", para Jungkook era la comida que el omega había preparado con amor para él, no podía existir mejor alimento que ese, porque incluso su alma estaba siendo acariciada por el gesto – ¿y, bien?

— ¡Oh! Lo hiciste tú mismo – Taehyung asintió frenéticamente al ver la felicidad con la que Jungkook seguía comiendo su comida – es lo más delicioso que he probado en mucho tiempo.

— No mientas.

— Hablo en serio, la comida de fuera puede parecer muy buena, pero nada se compara a algo hecho en casa – suspiró satisfecho mientras se metía otro bocado a la boca, estaba totalmente hambriento tanto de alma como en cuerpo. Jungkook arrugó su ceño, cerrando sus ojos para saborear mejor la comida, incluso hacía sonidos de satisfacción, llegando al punto de casi fingir llorar – eres impresionante.

— ¡Eh! De qué hablas, esto no es nada. No es para nada impresionante, es solo un simple rollo de Kimbap – sonrió satisfecho por los halagos que recibía, el rubor en sus mejillas se extendió hasta llegar a la punta de sus orejas, la risa nerviosa no se hizo esperar y eso suficiente para avergonzarse al punto de cubrirse el rostro con sus manos hechas puños –. Espera, también hice un poco de sopa.

— ¿Cocinaste todo esto para nosotros? – inquirió Jungkook realmente sorprendido de todo lo que había hecho el omega en tan poco tiempo.

— Para ti – eso ya no fue del agrado de Jungkook, esperaba no escuchar de nuevo la excusa sobre la comida. Se puso de pie bajo la atenta mirada de Taehyung, quien vio cómo sacaba un poco de sopa en un plato, lo cual lo alteró, él era el omega, él debía servir – espera ¿Qué haces? – Jungkook no contestó de inmediato, colocó el plato en el desayunador y luego regresó hasta donde se encontraba Taehyung tomándolo de la mano, lo llevó hasta el asiento que antes ocupaba e hizo que se sentara ahí – ¿Jungkook?

— Comerás conmigo, compartiremos el plato de sopa. Así me ayudarás a terminar toda esta deliciosa comida – le dijo de manera seria, tomó una cucharada con el líquido caliente, olía muy bien, sopló un poco y la llevó hasta su boca tomándola de un solo sorbo, como imaginó el sabor era magnífico, volvió a tomar otra más y esta vez la acercó hasta los labios sellados de Taehyung –. No aceptaré un no por respuesta. La comida es mejor en compañía, ¿recuerdas?

El omega abultó los labios porque la comida la había hecho para Jungkook, no para él, sobre todo porque siempre le enseñaron que el omega debía servir al alfa en cada comida, luego podría comer, cosa que no era muy aceptado porque se pondría gordo si ingería alimentos en cada una de las horas. Subir de peso solo era bien visto por su madre si se trataba de un embarazo e incluso en esos momentos no podía descuidarse, como siempre le repetía.

Taehyung estaba bien sin comer porque había comido suficiente cuando almorzaron las hamburguesas, sin embargo, ver como el alfa se esforzaba porque comiera le parecía demasiado bueno para ser verdad. Abrió un poco la boca y lo siguiente que pudo procesar fue el sabor de la comida, el calor que recorría su cuerpo gracias a la sopa, pero sobre todo se sentía extraño, un alfa estaba actuando protector con él.

Jungkook seguía llevando pequeños bocados hasta los labios de Taehyung, luego cuando veía que se lo terminaba le sonreía y comía un poco, para el omega era como compartir la carga de lo que simbolizaba su mala relación con la comida, para el alfa era su manera de canalizar su instinto protector. Estaban tan absortos en su propia burbuja que no se percataron que llamaban la atención del resto de huéspedes. Cha Hani era una de las últimas omegas rescatadas, sonreía nostálgica mientras acariciaba su abultado vientre de cinco meses, donde su cachorro comenzaba a crecer apenas, le parecía hermosa la escena que estaba viendo desde el umbral de la puerta, aunque no era la única, pues un cuerpo más robusto hizo presencia a su lado asustándola.

— Doctor... – susurró, sus pasos un tanto torpes la hicieron casi tropezar con el alfa, quien la sostuvo, asegurándose que se encontraba bien, ambos de hecho, pues su vista se desvió hacia la curva pronunciada de la omega –. Yo solo quería comer un poco, sé que es pasada la hora, pero... no pude evitar observarlos.

— Son algo digno de robar la atención, ¿no es así? Parece que Taehyung encontró a un alfa bastante inusual – Hani jadeó en sorpresa, cubriendo su boca con su mano para evitar interrumpir a la pareja, que seguía en una burbuja de risas y complicidad.

El alfa le pidió silenciosamente que no hiciera ruido, a lo que ella, muy avergonzada, decidió dejar el lugar y regresar a su habitación. Por su parte, Hoseok estaba con emociones encontradas respecto a lo que veía, se había equivocado al juzgar mal a ese alfa, Taehyung se miraba tan cómodo en su compañía, que dudó por algunos segundos si era prudente interrumpir o no. Últimamente, se había convertido en el peor mentiroso y cargador de culpas de ese lugar, sobre todo con lo ocurrido por la tarde.

Eunyeong tenía razón, debía confiar en el lobo de Taehyung.

— Vamos, Tae, un bocado más, por favor – suplicó Jungkook al enfrentarse por cuarta vez a la negativa del omega, se sentía satisfecho o al menos eso le parecía, pues su cuerpo comenzaba a rehusarse a tener más alimento –. Está bien, si tú no comes, yo tampoco.

— Pero lo hice para ti – replicó de inmediato, tiempo justo para que el alfa introdujera otro bocado más, sonriendo con suficiencia al lograr lo que quería –. Eso no es justo, dije que ya no quería.

— Aún queda mucha comida por terminar.

— Creo que mencionó que ya estaba satisfecho – interrumpió Hoseok la discusión, el alfa lo miró con su ceño fruncido y Taehyung solamente se encogió en su lugar tratando de bajar del banco alto, pero Jungkook se lo impidió colocando una mano en su muslo. Acción que no le agradó a Hoseok pensando que lo estaba obligando. De verdad le resultaba tan difícil controlarse, porque había visto muchas escenas de alfas "arrepentidos" con sus omegas que toda acción podía parecer sospechosa – ahora déjalo, debemos respetar su decisión.

— Hobi hyung no es lo que parece, él solo estaba...

— No Tae, nadie te puede obligar a hacer algo, incluso si es para comer.

— Yo no lo he obligado a nada.

— Entonces, ¿por qué lo obligas a que se quede quieto?

— Porque no ha comido casi nada y me preocupa que siga de esa manera – alzó la voz Jungkook mientras se colocaba entre el omega y ese alfa como lo llamaba él – sé cómo es cuando una persona no se alimenta bien y si ustedes no se involucran solamente harán que empeore.

— Por favor no discutan, Jungkook prometo comer, de verdad – la voz casi rota de Taehyung hizo que ambos alfas volcaran su atención en él, sobre todo la de Jungkook, quien sintió el agarre en su brazo – comeré, en serio lo haré. Seré un buen omega, pero por favor ya no discutan.

Tanto a Hoseok como Jungkook sintieron una daga clavada en su pecho, los dos por distintas razones, Hoseok conocía esa forma de llamarse a sí mismo cuando le discutían por algo, sobre todo con los alimentos, por eso habían dejado de obligarlo a comer más. Jungkook, por otro lado, veía el alma rota de Taehyung, quería cuidarlo, protegerlo y comprender lo que estaba sucediendo con él, se sentía tan perdido, era difícil no sentirse atrapado por el lindo castaño y que este tuviera tantas heridas sin cerrar.

Hoseok intentó acercarse a él, pero fue sorprendido ante la actitud del omega, buscando refugio en entre los brazos de Jungkook, escondiéndose entre su pecho, mientras el contrario daba leves caricias en su espalda, Taehyung no dejaba de decir que prometía ser un buen omega, que sería obediente, eso le partía el corazón. Aunque podía ver sinceridad en el actuar del joven alfa, quien prácticamente lo envolvía entre sus brazos sin dejar de consolarlo.

Toda esa atmósfera le trajo a la memoria lo ocurrido esa misma tarde, recordaba las palabras de Park Bogum, estaba molesto porque un alfa se estaba pasando de listo con el pobre castaño, se encontraba más que indignado porque se atrevió a reclamarlo como omega y lo peor del caso era que Taehyung lo aceptó, sin pretextos, ni entrar en pánico.

Hoseok debía hablar seriamente con ese chico, aceptaría que se relacionaran, pero se encargaría de decirle que Taehyung necesitaba de él como alfa y persona; tenía tanta confusión en su cabeza, porque según Park, el alfa de la prueba solamente lo vio en dos ocasiones, si se trataba del mismo alfa ahora no sabía si se trataba del bueno que no hizo absolutamente nada durante su celo o el malo que poseía al omega, reclamando de forma territorial a Taehyung.

— Alfa, por favor seré bueno...

— Tae, mírame – rogó una vez más Jungkook logrando sacarlo del refugio que había buscado en su propio cuerpo, encontrando tranquilidad en que sus ojos no habían cambiado de nuevo, su lobo seguía en reposo, eso le dio alivio – no quise gritar frente a ti. Tampoco estoy molesto contigo, solo quiero que comas un poco más hasta que te sientas realmente satisfecho, justo como hoy en la tarde, ¿harías eso por mí?

— Sí.

Pasmado, sin habla y anclado al suelo, vio como Jungkook volvía a dirigir bocado tras bocado para que Taehyung comiera más de la porción común, se asombró al ver que terminó aquel plato de sopa y comió unas cuantas rodajas del Kimbap que se encontraba en un plato, él no recordaba que hayan comprado eso y se veía bastante fresco, a decir verdad, toda la comida se veía hecha ahí mismo ¿Taehyung había cocinado para el alfa?

— Muy bien, creo que ahora sí has comido de verdad – lo felicitó Jungkook con una enorme sonrisa. Le limpió las comisuras de la boca, quitando todo rastro de comida, permitiendo perderse por algunos segundos en esos ojos llenos de emociones – ¿te sientes satisfecho? – Taehyung asintió como respuesta, sonriendo tímido al verlo alejarse de él para tomar los platos sucios y poder lavarlos –. Eso me alegra. La comida estuvo deliciosa, no podías quedarte sin comer. Ahora, qué te parece si vas a lavar tus dientes mientras ordeno todo aquí y luego regresas por mí.

— Sí.

Sonriente se levantó del banco alto y salió dando saltos por el pasillo, Hoseok estaba desconcertado, ni siquiera era el mismo de hace unos minutos. Tampoco tenía el azul en sus ojos, su lobo no estaba presente, nunca había visto algo así ¿Jungkook le ordenó el reposo?

— ¿Cómo hiciste eso?

— ¿Qué cosa?

— Que obedeciera para comer ¿Cómo hiciste para...?, le diste una orden previa o ...

— No es cosa de obediencia, doctor Jung, simplemente es intervención. Además, ahora veo que usted es una especie de protector con él, ¿no es así?

— Mi trabajo es darles un ambiente agradable.

— ¿Eso incluye mentirles? ¿Aceptar que no coman? ¿Imponerse? – Jungkook dejó de lavar el último palillo y encaró por fin a Hoseok, quien lo veía con mala cara, se estremeció ante el semblante del alfa, no estaba imponiendo su jerarquía, pero no podía evitar querer doblegarse –. No le haré daño a Tae, pero entienda, si ustedes dejan que no coma seguirá empeorando. Si le miente como lo hizo respecto a no decirle sobre mí también lo está dañando – el alfa se sorprendió de escuchar esa acusación, estuvo a punto de intervenir cuando fue interrumpido – él no me dijo nada de eso, al menos no directamente, pero sí me preguntó sobre mi falta de memoria por el celo, así que quiero aclarar una cosa. Soy muy consciente de todo lo ocurrido y que usted trate de alejar a todos de Tae solo hace que él se aísle más, le hace mucho más daño callando.

El cosquilleo en su pecho le indicó a Jungkook de la cercanía del castaño buscándolo con la mirada, Hoseok dudó un poco por su silencio y cambio de actitud tan repentino, él no había percibido al omega, sin embargo, el alfa seguía con la vista fija en el mismo punto esperando al castaño, quien no tardó mucho en aparecer por el umbral de la puerta listo para guiar al alfa hacia su habitación.

Taehyung casi salió corriendo para regresar con el alfa, Jungkook le había pedido que volviera por él porque no sabía dónde dormirían. Diosa, le había dicho que pasara la noche con él, ya que en el lugar no tenían tanto espacio de alojamiento y fue esa misma razón por la que ahora estaba de vuelta en el lugar tomando la mano del alfa sin darle explicaciones a su hyung, no tenía por qué hacerlo. Jungkook solamente se dejó guiar por el castaño luego de musitar una despedida breve a Hoseok. El pasillo estaba oscuro, pero tenía al mejor guía llevándolo de la mano.

Hicieron una breve parada para que Jungkook también lavara sus dientes y su rostro, la imagen del omega esperando por él fue divertida porque Taehyung no dejaba de balancearse de un lado a otro, haciendo notar su impaciencia. Ni bien terminó, fue nuevamente arrastrado por el pasillo hasta llegar a la última puerta.

Entraron a oscuras en la habitación casi tropezando uno con el otro, la única iluminación era el reflejo de la luna, una brisa fría recorrió el lugar provocándole a los dos un escalofrío. Jungkook quería encender las luces para poder ver a Taehyung, pero este tenía un plan muy diferente. Con el mismo misterio con el que entraron lo llevó hasta la cama, la cual no era tan amplia como la anterior en la que habían pasado el celo, pero cumplía su función con espacio suficiente para descansar.

Pronto Taehyung hizo que Jungkook se sentara en la orilla de la cama, quería pedirle algo muy íntimo al alfa, pero se avergonzaba de solo pensarlo, por eso mismo decidió que era mejor no tener las luces encendidas, así no vería su rostro ruborizado.

— ¿Taehyung, podemos encender las luces? – el castaño negó con su cabeza olvidando que el contrario no le vería hacerlo o al menos no del todo –. No veo nada, si la situación te incomoda puedo dormir en la sala.

— No. Esto, yo necesito esto – hizo silencio por unos segundos esperando algún reproche por parte del alfa cosa que nunca llegó – quiero pedirte algo como recompensa por haber comido – el alfa no pudo evitar reír ante lo tierno que se escuchaba, dejó pasar el hecho que veía la comida como un castigo el cual cumplió y ahora sería recompensado, ya mejorarían esa parte.

— Dime.

— Puedes hacer, lo que hiciste esa noche – murmuró tímido.

— ¿Qué cosa?

— ¿Me dejarías tocar? – el silencio fue lo único que recibió, mientras el alfa entraba en total pánico ¿Qué clase de pregunta era esa? ¿Quería tocarlo, a él? ¿Tocar qué cosa? –. Quiero decir, tu cuerpo. No es necesario que te quites la ropa, solo... yo... es decir.

Jungkook no procesó muy bien sus acciones siguientes, pero pronto el silencio de ambos se hizo en la habitación, el alfa había tomado la mano de Taehyung y la colocó en su pecho justo donde las sintió por primera vez, soltándolas con lentitud, dejándose hacer, su lobo se regocijaba pidiendo obtener más contacto, intentando convencer a su parte humana que se moviera, pero Jungkook no lo hizo, por el contrario, no movió ni un solo músculo tratando de complacer el pedido tan extraño, que estuvo dispuesto a satisfacer. Sintió como la mano del omega rozaba apenas sobre su ropa, delineando cada músculo que llegaba a palpar, no comprendía ese comportamiento, pero tampoco le desagradaba.

Taehyung estaba ensimismado, concentrado en las sensaciones que cosquilleaban bajo su tacto, quería tocar más allá de donde Jungkook había colocado su mano, en serio lo anhelaba, pero no quería tomar más de lo que le estaban dando, era como si una barrera de fuego le impidiera moverse más de lo permitido.

"¿Qué haces tocando? Conoce tu lugar, quien toca es el alfa, quien toma es el alfa. Un buen omega solo recibe lo que su alfa le da"

El alfa notó el cambio en su esencia, algo no iba bien como al inicio, incluso el tacto era temeroso, como si estuviera dudando. Con cautela elevó su mano de nuevo, llevándola hacia la silueta frente a él, acarició la mejilla de Taehyung para darle tranquilidad, quizá dándole esa especie de permiso que estaba buscando tener.

— Tae – murmuró sin dejar de dar leves caricias – puedes tocar, solo hazlo. Omega...

El omega disipó cualquier pensamiento y alzó ambas manos para tocar ahora con mayor seguridad, sintió los hombros anchos destensarse bajo su tacto, sus pectorales marcados, los cuales existían entre la nebulosa de recuerdos vagos, era una imagen latente en especial al haber despertado justo en ellos. Presionó un poco para sentir el abdomen firme y siguió bajando hasta llegar al borde de la sudadera. Dubitativo levantó un poco la prenda, el alfa le había dado permiso de tocar, en ningún momento le gruñó o quitó sus manos, intentó subir un poco más sintiendo el calor transmitido de piel con piel.

Jungkook tuvo un leve estremecimiento al sentir el frío ambiente, pero se concentró en lo que estaba haciendo el omega, curioso de sentir cómo buscaba más contacto, entonces la situación fue un poco más clara para él. Recordó el momento en el que su lobo pidió permiso para tocarlo para así poder quitar las prendas hasta quedarse solamente en ropa interior. Esta vez debía ser más cuidadoso, con su selección de palabras, el lobo de Taehyung estaba en reposo, le había permitido cuidar de la parte humana.

¿Qué podía hacer para calmar la curiosidad del omega?

Para sorpresa de Taehyung, el alfa se quitó la prenda que tanto estorbo estaba haciendo, aunque él le había dicho que no era necesario, moría por quitarla, ¿habría leído su mente?, entonces recordó aquella mirada penetrante, color rubí, intentó buscarla, pero no tuvo éxito, por lo que entendió que la parte humana estaba totalmente de acuerdo con sus acciones. Se dio la libertad de sentir cada rastro de piel, percibiendo las reacciones contrarias, no eran tan sensibles como las suyas y eso le hizo avergonzarse.

— Jungkook, no quiero que duermas en el sofá – la risa del alfa fue inmediata – duerme conmigo.

— De acuerdo.

— Como esa noche – con vacilación quitó los botones de la camisa de su pijama a rayas dejando al descubierto la piel de su pecho, estaba en la seguridad de la oscuridad de su habitación, sabía que no lo vería – puedes tocar tú también.

— No lo haré, hasta que tenga tu consentimiento.

— Pero yo...

— Sabes a lo que me refiero. No eres un objeto Taehyung, eres una persona, no algo para utilizar.

— Es porque, ¿no te parezco lo suficientemente bonito? – murmuró el omega sintiendo una vez más el rechazo de Jungkook, había pensado que, quizá, su lobo no quería dañarlo y esa era la razón de abstenerse, pero con esto, ¿es que acaso algo malo sucedía con él? Recordaba que siempre que pedía algo debía dar algo a cambio, mucho más si tenía el atrevimiento de pedir adicional a lo que ya le había dado, como el quitar la prenda del alfa – prometo que estoy limpio, no tengo defectos, puedes usarme, yo puedo...

Sus balbuceos fueron callados en el momento que Jungkook se abalanzó sobre él dejándolo debajo de su cuerpo, la respiración de este era errática, tenía las manos apoyadas a cada lado de la cabeza de Taehyung, imágenes horribles pasaron en su mente como una película de terror cuando cerró los ojos esperando gritos, algún tirón en su pelo, el cual ahora estaba largo y se arrepentía porque se podía tener un mejor agarre en el caso que intentarán lastimarlo, pero, en cambio, solo recibió un roce delicado en su frente, el alfa estaba dejando caricias con su nariz mientras olfateaba un poco de su esencia para tranquilizarse y relajar al omega, hizo un diminuto beso esquimal y luego acercó su cuello a la nariz contraria justo donde su olor era más fuerte.

Taehyung se quedó quieto, inmóvil de todos sus músculos, él nunca había estado así de cerca del cuello de un alfa, pero su nariz disfrutó de la esencia a bosque que lo envolvió en una burbuja relajante. El alfa sintió cosquillas en su piel por los leves movimientos, cuando estuvo seguro de que el castaño estaba más que perdido en olfatear, se dejó caer a un lado de él atrayéndolo contra su pecho; Taehyung se refugió de inmediato en ese espacio que se amoldaba justo para protegerlo. Sus dedos hicieron círculos sobre la piel desnuda, canalizando su propio nerviosismo.

— Jamás vuelvas a decir que quieres que te utilice – el castaño abrió los ojos, encontrándose con el fornido cuerpo del alfa, sintiendo las caricias que este dejaba en su cabeza, intentando adormecerlo, no siendo suficiente con la esencia, sino también con el tacto – no eres un objeto el cual los alfas deben usar – entonces los sollozos no se hicieron esperar, quiso separarse del agarre de Jungkook, pero este solo lo abrazó más contra sí – aún no comprendo por lo que pasaste, sé que tienes heridas profundas, pero se lo prometí a tu lobo.

Taehyung tragó saliva para por fin recomponerse, si Jungkook se negaba a tocarlo de esa manera, entonces, solo quizá si lo pedía de la manera correcta, el alfa no se ofendería al insistir una vez más, porque el omega estaba más que deseoso de sentir el tacto ajeno, poder impregnarse del calor y esencia del alfa.

— ¿Qué fue lo que le prometiste a mi lobo? – cuestionó saliendo de su escondite, encarando a Jungkook – ¿prometiste que no me tocarías si yo no estaba de acuerdo? – el alfa asintió en respuesta –, pero ¿Qué pasa si el que quiere seguir tocando soy yo?

Esa declaración tomó por sorpresa a Jungkook, no pensó que después de pedirlo una vez lo volvería a mencionar, tendría que recalcar que su cuerpo comenzaba pertenecerle, Kim Taehyung se estaba convirtiendo en el dueño de todo en él, cuerpo y alma, pero si estaba pidiendo tocar quizá no se refería a simples caricias.

Se incorporó lentamente y seguido de eso Taehyung también lo hizo, estaba nervioso, podía olfatearlo, pero no dejaría que el omega hiciera de lado sus deseos, no con él ahí. Le acunó el rostro, ahora teniendo menos dificultad al ver en la oscuridad gracias a que sus ojos se habían acostumbrado, topó frentes rozando sus narices en un tierno beso esquimal e inspiró profundo, llenándose de la esencia contraria.

Diosa, muero por probar tus labios.

— Mi cuerpo es un lienzo en blanco – le tomó las manos para colocarlas de nuevo sobre su piel desnuda, sintiendo cómo el calor le hacía erizar la piel por el choque de temperaturas – tus manos pueden hacer con él lo que desees.

— Quiero... – Jungkook solo murmuró un sonido, perdido entre las caricias, con los ojos cerrados, simplemente esperando pacientemente que siguiera su discurso –, no sé cómo hacer lo que quiero.

— Está bien si no lo puedes decir con palabras – susurró, aun con los ojos cerrados –. Muéstrame con tus manos lo que quieres hacer.

El omega con un temblor en sus manos bajó con parsimonia, causando una sensación tortuosa en el cuerpo del alfa, porque moría de ansias por saber lo que quería de él, pronto la respuesta lo hizo jadear, cuando un roce torpe junto con la sensación de uñas rasgando sobre la ropa que cubría su entrepierna subía y bajaba, haciéndolo casi flaquear en su control. Tomó una respiración profunda y abrió los ojos, teniendo la vista más maravillosa, el omega mordía su labio, mientras que la luz de la luna hacía un reflejo hermoso en su piel.

— Eso es lo que deseas – Taehyung asintió un poco tímido – entonces tómalo, es todo tuyo.

— Pero, ¿Cómo lo hago? – la voz temblorosa del omega encerraba tantas inseguridades, Jungkook ladeo la cabeza sin comprender a qué se refería su pregunta, cuando sus dedos no dejaban de torturarlo con caricias yendo de arriba a abajo – no sé cómo tocar.

— Hazlo como lo harías contigo mismo – un suspiro tembloroso se escuchó y las caricias se detuvieron, Taehyung bajó la mirada avergonzado por las palabras del alfa, quien le hizo levantar el rostro tomándolo de la barbilla, quería darle la suficiente confianza sin importar qué tan nervioso se hallara – justo como lo haces para darte placer en tus celos.

— Yo no... nunca he hecho eso – Jungkook frunció su ceño, ¿nunca se había tocado? – no se me permitía...

Jungkook no quería escuchar más de eso, le estaba hirviendo la sangre y no de la manera que le gustaría, así que acalló el discurso con su cercanía, aferrando su agarre en la pequeña cintura, haciéndolo temblar, sin quitar el contacto visual lo recostó lentamente sobre la superficie blanda, el omega abrió las piernas dándole la bienvenida al alfa, quien no sabía si identificar la acción como algo a voluntad o una mala costumbre de su cuerpo. Se acercó hasta su cuello, olfateando su esencia para tranquilizarse y una vez hecho eso se sintió listo para hablar.

— Nadie te enseñó que el cuerpo es para sentir placer y no solo para ser usado, ¿cierto? – Taehyung sintió que las rodillas le temblaron por el tono de voz que utilizó Jungkook, pero atinó a negar con la cabeza – permíteme mostrarte de lo que, por años te han privado ¿Puedo tocar?, lo haré solo si estás de acuerdo.

— S-sí

Taehyung sintió como un choque eléctrico en sus labios, fue por milisegundos, pero fueron suficientes para querer más de eso, el alfa había dado un beso efímero, algo que podía parecer un fantasma de no ser por el cosquilleo que dejó ante su aparición seguía presente. Apenas había rozado sus belfos con los contrarios y él no pudo evitar derretirse ahí mismo, entregándose a merced del alfa.

Jungkook solo quería obtener la atención del omega con aquel casto beso del cual él también fue víctima, tendría que controlarse demasiado; se concentró en su tarea principal, mientras sus manos comenzaron a acariciar el cuerpo delgado de Taehyung, llegando hasta la orilla de los pantalones y el omega pronto levantó sus caderas para que fuera retirado, Jungkook sonrió de lado porque le gustaba que fuera condescendiente en ese momento, esperaba que lo hiciera con el fin de complacerse a sí mismo y no con el de seguir una orden que no estaba implícita.

Bajó ambas prendas con parsimonia hasta dejar desnudas las espectaculares piernas torneadas del omega, no pudo contenerse en dejar un recorrido con sus labios en la tersa piel. Taehyung chilló un poco al sentir una lamida en la parte interna de su muslo, apretando las sábanas y haciendo puños porque todo era nuevo para su cuerpo, podía sentir la euforia creciendo en su interior. Un gemido sonoro salió de su pecho cuando una nueva explosión de sensaciones invadió su piel, provocando que su espalda se curvara, al sentir una lamida en su entrada, subiendo tortuosamente hasta llegar a la punta de su erección.

Jungkook lo estaba haciendo delirar con su lengua, yendo desde la base hasta su glande, deteniéndose unos segundo para pasar la punta de su lengua en el pliegue de unión. No podía evitar retorcerse bajo el tacto del alfa, quien no lo aprisionaba, simplemente lo contenía lo suficiente para extasiarse, comenzando a marearse ante la falta de suficiente oxígeno. Taehyung no resistió la sensación, tomándolo del cabello, Jungkook sonreía satisfecho al notar que su respiración era intermitente, jadeando con los labios entreabiertos, sin embargo, no dejó que aquello lo detuviera de darle placer.

Con el residuo de fluidos que cubrían la erección ajena comenzó a hacer círculos en su sensible piel, llenándolo de una sensación cosquilleante, inexplicable ¿Qué era eso que se acumulaba en su bajo vientre?, un sonoro gemido se escuchó cuando el alfa comenzó un ritmo lento y firme en toda su longitud, regresando de vez en cuando a su glande, lo estaba enloqueciendo sentir, invadirse de tanto.

Era demasiado, no podía soportar tanto, necesitaba algo, no sabía muy bien lo que era, la desesperación llegó a él y con ello se sintió abrumado de la ola expansiva que amenazaba con crecer cada vez más si no le ponía un fin.

— P-para, por favor. Detente – suplicó con sus lágrimas acumulándose en sus ojos y como si sus palabras fueran órdenes, los movimientos se detuvieron, pronto sintió la calidez del tacto de Jungkook cubriendo su mejilla, quitando una lágrima traviesa que se atrevió a salir y rodar por su mejilla, el alfa se recargó sobre la cama con su otra mano esperando que Taehyung recobrara el aliento. Se acercó hasta su rostro, inclinándose para dejar un beso en su frente y no se alejó, permitiendo que lo olfateara.

— ¿Estás bien? – le dijo en voz baja, quiso besar los labios abultados de Taehyung, pero se contuvo, porque las lágrimas del omega no dejaban de rodar por sus mejillas, sin embargo, lo vio asentir como respuesta a su pregunta, besó con delicadeza su rostro percibiendo el sabor salado de cada gota cristalina que salía de los ojos ajenos, aun sin separarse del cuerpo tembloroso del omega –. Aquí estoy, no temas.

— L-lo siento, se sentía muy bien todo lo que estabas haciendo... es solo que yo... – inhaló profundo, llevó sus manos hacia su rostro cubriéndolo, percibió el roce de los labios ajenos en el dorso de cada una y solo así se tranquilizó un poco, porque con ese simple gesto el alfa le demostraba que todo estaba bien. Sintió cómo de la misma manera en la que había quitado su ropa volvía a ser colocada, con la misma delicadeza con la que tocaría un pétalo de rosa –. Me sentí abrumado. Por favor no te molestes conmigo.

— No podría enojarme contigo, recuerda esto, tú mandas sobre tu cuerpo y decides en qué momento detener todo – Taehyung analizó las palabras del alfa, porque eran muy ciertas, una simple frase fue suficiente, en otras circunstancias sus ruegos habrían sido ignorados e incluso callados no de una manera agradable – ¿disfrutaste lo que hice? – el omega asintió – ¿quieres que se repita, no ahora, en otro momento? – otra afirmación más, eso le bastó a Jungkook para dejarse caer sobre el colchón y atraer el pequeño cuerpo contra sí.

— Gracias, por... nadie me había tocado así.

Taehyung se abrazó a su torso inhalando la esencia del alfa, llenándose de calma y entonces sus emociones combinadas hicieron estragos. Sollozos ahogados invadieron la habitación, Jungkook sentía como cada gota salada resbalaba por su piel, apostaría que había una mezcla de fluidos en su pecho y no precisamente el que se imaginaría cualquiera. Era una escena asfixiante por el ambiente que estaba creando el omega, se estaba desahogando con todas sus fuerzas, gritos bajos, sollozos, lágrimas y balbuceos, era lo único que se escuchaba.

Jungkook esperaba que ese alfa que le había provocado tanto daño jamás volviera a aparecer en la vida de Taehyung, que no se acercara ni siquiera a metros de distancia porque no respondería de la mejor manera si llegase a irrumpir de nuevo en su vida. No entendía muy bien la conexión de ambos lobos, pero parecía que el omega lo había escogido, lo reclamó y suplicaba por él, porque justamente eso pudo ver segundos antes que este se colocara en reposo. Silenciosamente, hizo de nuevo la promesa, repitiéndola en un susurro.

Prometí cuidarte.

Las caricias no cesaron hasta que Taehyung por fin se quedó dormido, el alfa sabía que por la mañana amanecería con los ojos hinchados de tanto llorar, sin embargo, no quiso despegarse del cuerpo delgado que tanto se aferraba a él, con mucha dificultad y siendo lo más cauteloso que podía logró cubrir ambos cuerpos con una manta que se encontraba a los pies de la cama, estaba totalmente impregnada de la esencia dulce del omega, eso junto con el ronroneo de la respiración acompasada de Taehyung, fueron la combinación perfecta para arrullarlo hasta quedarse profundamente dormido.

Los primeros días del año nuevo siempre traían consigo la incertidumbre de lo que vendría los próximos meses, todo dependía del inicio con el que este te recibiera. Taehyung había tenido el menos afortunado de todos, su cumpleaños número dieciséis pasó hacía unos días, de la peor manera posible, presentándose como un omega, siendo la desgracia de la familia, al menos esas fueron las palabras de su padre. Aunque jamás esperaron que se presentara como alfa, habrían preferido que fuera un beta o un alfa de menor jerarquía.

Luego de crecer doce años en un continente diferente al de su nacionalidad, el racismo ya no era lo único con lo que tendría que lidiar, ahora se sumaba el hecho de tener que ser un omega. Su madre se encargó de prácticamente torturarlo por días, enseñándole a ser "un buen omega", las enseñanzas involucraron muchas cosas como obediencia, sumisión, ser perfecto, lo que englobaba el tener una imagen estética, cosa que solo se lograba con dietas estrictas, mucho peores de las que ya estaba acostumbrado.

Su estómago dolía, hacía ruidos cada cinco minutos y lo único que podía contener era agua, le habían prohibido ingerir más alimento del que se le daba en cada comida, las cuales eran dos, podía escoger en la mañana y en el almuerzo o bien almorzar y tener una pequeña merienda porque su horario de comida terminaba a las cuatro de la tarde hasta las ocho de la mañana del siguiente día.

— ¿Cuántas veces te he dicho que te sientes derecho? – escuchó el reproche de su madre al encontrarlo con una mala postura, mientras observaba por la ventana el atardecer – si no aprendes modales, ningún alfa te reclamará.

— L-lo siento madre – un ruido proveniente de su estómago hizo que las estilizadas cejas de la mujer frente a él se alzaran.

— Espero que ni se te ocurra comer más, la hora de la comida terminó y nadie quiere omegas gordos, a menos que estés embarazado.

Los tacones volvieron a resonar contra el piso, dándole a entender que estaba de nuevo solo en aquel lugar. Esperó tanto tiempo frente a la ventana que una vez anocheció y la servidumbre se fue a dormir, fue su oportunidad para escabullirse en la cocina para encontrar un poco de comida.

Al llegar hasta el refrigerador se encontró con los espacios llenos de vegetales, y frutas, se le hacía agua la boca imaginando que podría comer, bastaría con una de esas fresas rojas y jugosas. Sus movimientos fueron en cámara lenta, como si todo aquello se tratara de un espejismo que desaparecería en cualquier momento, casi pudo sentir la fruta entre su boca, pero todo lo que sintió fue un agarre fuerte en su muñeca haciéndolo jadear de dolor.

— ¡Qué te dije sobre la hora de la comida! – antes de intentar responder, su madre se encargó de dejarle en claro su grave error, con su mano libre le propinó una bofetada tan fuerte que Taehyung pudo sentir el sabor a hierro proveniente de su labio, el cual había sido herido por uno de los anillos de su madre – ningún alfa quiere omegas desobedientes.

Comenzó a pedir piedad ante el temor del actuar de su madre, la cual seguía gritándole lo mal omega que era. Cada palabra se clavaba en su corazón para dañarlo, lastimarlo y hacerlo sentir inferior.




Despertó agitado, sintiendo la humedad en sus mejillas, abrumado por el recuerdo horrible de esa pesadilla, que solo era parte de los fantasmas de su pasado. Intentó moverse del lugar en el que estaba, pero unos brazos fuertes lo inmovilizaron, sintió su nuca cosquilleando por la respiración contraria. Con la mente aún nublada intentó darse vuelta rogando para no encontrar la escena a la que tanto miedo le tenía, pero todo lo contrario a lo que esperaba, fue recibido por un rostro diferente, entonces se recordó a sí mismo que ya no se encontraba en ese lugar.

Jungkook el alfa apenas se removió entre sueños, abultando un poco los labios, apretándolo más en su agarre.

La claridad de la habitación era mínima, lo cual le hacía saber que de nuevo era muy temprano por la mañana; sus ojos ardían y dolían por haber llorado tanto, su nariz estaba un poco congestionada, pero eso no le impidió sentir la esencia relajante del alfa. Por unos segundos se extrañó de no sentir a su lobo dominando completamente su cuerpo, la noche anterior notó que estaba un poco ausente, no le tomó importancia hasta ahora.

¿Lo había dejado solo? ¿Ya no regresaría?

Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando leves caricias fueron dejadas en su abdomen desnudo, eran solamente unos cuantos toques inconscientes, pero lo hicieron reír bajo por las cosquillas que le provocaron. Renuente a salir del calor, tuvo que tomar toda su fuerza de voluntad para moverse despacio y salir poco a poco de los brazos de Jungkook.

Se veía tan tranquilo, demasiado etéreo con ese perfil marcado, sonrió satisfecho de encontrarlo de nuevo ahí a su lado.

"Se lo prometí a tu lobo"

Eso era lo último que recordaba, una promesa del alfa hacia su lobo, ¿era por eso que no aparecía?, se sentía aliviado porque aún lo sentía, no había desaparecido, solamente parecía dormido en su interior, como si luego de mucho tiempo tomara un merecido descanso.

Con pasos tambaleantes se acercó hasta la mesa donde tenía todo el material de pintura, subió la manga de su pijama, mirando su brazo desnudo de color y se sintió nostálgico, tomó asiento en su silla, dispuesto a hacer un nuevo diseño, un suspiro sonoro le hizo recordar que no estaba solo en aquella habitación, sacándole una sonrisa tímida. Escogió el color amarillo y comenzó a trazar pequeñas líneas que formarían los pétalos de la flor que lo acompañaría ese día.

Una vez terminado el diseño del diente de león en su brazo sonrió satisfecho con su trabajo, durante toda esa semana el dibujo de la rosa solamente fue un símbolo de los deseos de su lobo queriendo tener un atisbo del alfa. Observó por unos instantes hacia la cama donde Jungkook dormía, no era lo que esperaría de un alfa, al contrario, le había convencido para comer sin que pensara en las calorías o si era mucha comida, no había sido el hecho que sus elocuentes palabras hicieran la magia, no, fue su lobo llamándolo desde el interior para decirle que todo estaría bien.

Todo ese tiempo en la mirada de Jungkook se encontraba oculto su lobo, que, aunque no se manifestara como el suyo, siempre estaba ahí, con sus hipnotizantes ojos, si lo veía fijamente siempre existían pequeños destellos rojos que le recordaban que ahí estaba él. Tomó su diario de metas y logros para comenzar a escribir lo que sucedió en el día y parte de la noche anterior, siendo una total contraparte de la pesadilla que lo atormentó por la noche.


Regla #7. "No puedes comer antes que tu alfa"

Un alfa me alimentó y se preocupó porque comiera

Meta: comer de nuevo una hamburguesa sin remordimientos


— ¿Qué haces despierto tan temprano? – el tono rasposo en la voz del alfa le erizó la piel, era bastante bajo, pero no llegando a uno de mando, sin embargo, lograba hacer que su cuerpo reaccionara – ¿sucede algo?

Taehyung negó lentamente como respuesta, porque realmente por su cabeza pasaban muchas cosas, pero no sabía cómo describirlas. Quería encontrar una explicación de lo que estaba ocurriendo con su lobo ¿Por qué Jungkook dijo prometer algo? ¿Por qué después de tanto tiempo su lobo decidía dejarlo?, alzó la vista notando el semblante aún adormilado del alfa, parecía un sueño, uno que le hacía ruborizarse, desvió la mirada a su diario, repasando las letras que acababa de escribir evitando la mirada contraria. Quizá ese era el momento de hablar y no de esconderse, decidiéndose así por dejar el diario de nuevo en el escritorio y apenas alzó la vista la imagen ante él lo desconcertó.

— Tuve un mal sueño anoche – murmuró, bajando la mirada, no podía verlo a la cara, mucho menos teniendo a la vista el trabajado torso de Jungkook, quien notó la manera nerviosa en la que lamía sus labios – y cuando desperté, no pude volver a dormir porque tú estabas aquí.

— ¿Debo sentirme ofendido por eso? Fuiste tú quien insistió en que me quedara – habló divertido Jungkook, entendía el porqué de su actuar nervioso, pero le parecía graciosa la forma de excusarse. El silencio fue su única respuesta, dándole paso para observar con mayor detenimiento al castaño, se veía tierno, todo ruborizado, mordiendo su labio y su característico tatuaje de ¿diente de león? ¿No era una rosa? – Tae.

— ¿Sí?

— Tu tatuaje, el del brazo, ¿no se trataba de una rosa?

— Oh, ¿te refieres a esto? Es un dibujo, no es un tatuaje – sonrió alzando un poco la mirada – me gustaría hacerlo permanente, pero soy tan indeciso que, temo hacer algo y al siguiente día me arrepienta o ya no sea de mi agrado – abultó sus labios, mientras daba un vistazo a su brazo – también porque le tengo miedo a las agujas – eso lo hizo reír, logrando sacarle una sonrisa a Jungkook – así que siempre lo cambio.

El alfa pensó que era algo tierno, admiró la técnica que utilizaba para que la pintura fuera lo más similar a un tatuaje, la mesa detrás de él estaba llena de diferentes pinceles, tintas y distintas cosas que no alcanzaba a ver. De ahí provenía aquella mancha roja en su camisa y eso le recordó algo que tampoco era permanente en el omega.

— ¿Es cómo con tu pelo? – Taehyung ladeó la cabeza al no comprender del todo la pregunta – ahora es castaño y el día que te conocí era rojo.

— Ah, eso. Bueno, quería probar algo diferente, alguien me dijo que me vería bien utilizando colores en el pelo, así que utilice también pintura temporal – se cubrió el rostro sintiendo la vergüenza crecer en su interior al admitir todo aquello –, pero no lo volveré a hacer es muy extravagante.

Jungkook se puso de pie con un solo objetivo, llegar y romper distancia con el castaño, cuyas palabras parecían dudosas, ocultaba algo y necesitaba mirarlo a los ojos para asegurarse de estar en lo correcto. Se paró frente a él para luego acuclillarse, tomándolo por sorpresa, sus ojos seguían siendo oscuros, lo cual significaba que su lobo seguía en reposo, debía tener cuidado porque la versión de Taehyung que tenía frente a él era quizá la más vulnerable.

¿Por qué yo? Se preguntó, extrañado, de no conocer el verdadero trasfondo de la elección del omega. No mencionaría nada sobre sus propias dudas hasta que Taehyung se sintiera más tranquilo, al menos esperaba no defraudar la confianza que le había sido otorgada. Se miraron intensamente, sumergidos en un silencio donde solo las respiraciones de ambos se escuchaban, de pronto los ruidos provenientes del estómago de Taehyung lo hicieron sonreír.

— ¿Tienes hambre? – el castaño asintió nervioso esperando de nuevo una reacción negativa –. Qué te parece si, mientras tú te cambias de ropa, por algo más cómodo, yo preparo algo para desayunar – los ojos contrarios brillaron en asombro por lo que estaba diciendo Jungkook, ¿un alfa, haciendo una cosa como esa? Involuntariamente, comenzó a negar –. Oye, no seré un experto cocinando como tú, pero algo se me ocurrirá.

Jungkook sonrió ampliamente al ver la confusión en la mirada contraria, claro que no iba a permitir que se negara a algo tan simple como el dejar que preparara la comida de ambos. Le dio un leve apretón en las mejillas y se puso de pie de nuevo para dirigirse a la puerta, Taehyung lo miró fijamente esperando el momento en el que aquella broma terminara, pero eso en ningún momento sucedió, al contrario, con cada paso que daba se alejaba más, dejando en claro que era en serio y lo más importante ¿iba a salir así de la habitación? Su lobo no estuvo de acuerdo.

Una corriente de aire le erizó la piel desnuda al alfa, eso junto con el cosquilleo en su pecho le advirtieron de algo, miró hacia abajo y luego regresó la mirada hacia la cama donde se encontraba la sudadera gris. Pudo sentir un pequeño tirón en su interior que lo hizo entender el desagrado de alguien ante su salida; ciertamente era gracioso sentir como entre sus lobos se comunicaban.

Al terminar de colocarse la prenda, todas las sensaciones mermaron, haciéndole saber que ahora sí estaba de acuerdo con su aspecto. Salió casi a hurtadillas, temiendo perturbar el silencio del pasillo, si bien recordaba, había más personas en el lugar ¿Cuántas? Aún no lo tenía claro, las pocas horas que fue consciente estando en ese lugar, apenas y logró percibir tres olores diferentes al de Taehyung y por supuesto al de ese alfa.

Su andar fue detenido abruptamente al notar que otra persona se le había adelantado en utilizar la cocina, claro que entendía que era para todos, pero no esperaba que alguien más estuviese despierto tan temprano. Al encontrarse frente a frente pudo detallar de mejor manera al alfa, su semblante parecía cansado, con unas ojeras prominentes y manteniendo un perfil bastante decaído. Eso no evitó que le diera una sonrisa de labios casi sin ánimos.

— Oh, eras tú...

Esto iba a ser interesante, sin lugar a dudas no perdería esa oportunidad con Hoseok.

"Todo inició con una tarde lluviosa, perdiéndome en tu sonrisa"

"Las nubes grises solo me traían recuerdos nostálgicos, ahora construyo nuevos llenos de color"

"Vuelvo a ti en cada ocasión que te alejas, por favor déjame tocar de nuevo tu piel"

"Nunca imagine que ese día me llevaría de vuelta a ti"

"Mis dedos pican por detallar el contorno de tu silueta, pero temo romperte con mis ansias"

"Solo quiero seguir despertando a tu lado, que seas lo último que ronde mis pensamientos y lo primero que vean mis ojos al amanecer"

Autora.exe salió huyendo después de publicar este capítulo.

Saludos a todos mis bellas personitas.

Estos serían nuestros niños cocinando juntos.


Pasando la noche juntos


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