EPÍLOGO:
DULCE PLACER.

                    Decir que Alexa Cahill no había pasado unos de los mejores momentos estando en la compañía de Tony Stark sería mentir de manera atroz.

      Ella se divertía cuando estaba con él. Se sentía apreciada y protegida. Disfrutaba mucho la dinámica que compartían. Consideraba que el hecho que ambos actuaran como niños, pero al mismo tiempo como adultos, sólo podía funcionar mientras permanecían en la compañía del otro.

      Alexa Cahill estaba segura que, mientras que siguiera compartiendo momentos con Tony Stark —sin importar que tan breves fueran—, ella seguiría siendo feliz.

      En ese preciso momento, Alexa estaba siendo sostenida entre los brazos de Tony. Sus ojos se perdían en las llamas del hogar frente a ellos mientras inspiraba el embriagador aroma de su colonia. Ella se acomodó sobre su pecho con una suave sonrisa cuando notó que el castaño había caído dormido.

      Fue entonces cuando ella, en su compañía, sintió un dulce placer.