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"Aveces el amor no huele a rosas sino a sal"

Naruto era hombre muerto, lo sabía, lo presentía incluso si Sasuke aún no le había dicho nada. No era que el Uchiha fuera del tipo hablador, especialmente cuando se enojaba.

Sin embargo con el pasar de los años, Naruto de alguna u otra manera había aprendido a leerlo, los leves cambios en sus expresiones, tono de voz o su olor, porque aveces Sasuke era tan reservado que incluso siendo omega y por lo tanto poseer un olor ligeramente más intenso, los cambios en este eran tan imperceptibles que algunas veces pareciera que se quedaban en un estado estático entre rosas y agua marina.

Pero para Naruto no era así, notaba cuando Sasuke pasaba de oler a brisa del mar y flores a oler a rosas marchitas, incluso cuando estaba con sus emociones a sus extremos más negativos su olor podía traducirse en literalmente en sal, desde el punto de vista de Naruto claro, porque para otros estos cambios eran por poco imperceptibles.

Así que, volviendo al tema, Naruto tenía ya un pie en la tumba. Había notado el olor salado de Sasuke por toda la casa desde hace ya varios días, sin embargo el omega actuaba como si nada, seguía sonriendo tranquilo cada que llegaba de la oficina a altas horas de noche e incluso seguía dándole un beso de despedida antes de partir a sus misiones.

Sin embargo aún seguía estando ese olor a sal y marchito, tan intenso y casi asfixiante a olfato de Naruto que incluso Sakura cuando vio a Sasuke sintió el cambio, diciéndole que olía un poco más salado de un normal.

No supo cuál era el problema hasta que un día volviendo a altas horas de la noche de la oficina que ocupaba como hokage, vio a Sasuke sentado en su sala, bastante enojado pero aún así usando una de las camisas de Naruto.

"Pensé que no te dignarías a regresar esta noche y volverías hasta en la mañana tal como las anteriores" dijo con tono frío.

Sasuke no era el tipo de persona que reclama por pequeñeces, mucho menos sabiendo la razón de porque llegaba tan tarde. No fue sino hasta que vio los pequeños restos de lágrimas en sus mejillas que lo comprendió.

Sasuke se sentía solo.

Y él no lo había notado.

Siempre se jactó se conocer el carácter de Sasuke y saber cuándo le pasaba algo y como lidiar con él. Pero se equivoco.

Suspiro resignado, quizás un poco enojado consigo mismo y se acercó a Sasuke.

No dudo ni un segundo en en abrazarlo, ambos lo necesitaba, necesitaban ese abrazado en ese momento.

"Deberías desaparecer menos seguido, usuratonkachi, la casa se siente demasiado vacía y últimamente mis misiones son más cortas, así que no seas tan idiota y no me dejes de esa forma", dijo como reclamo aunque en el fondo contenía una risa al notar el ligero rastro de miedo en el olor de Naruto.

"Sí, tienes razón, lo siento, Sasuke."

"Solo deja de ser tan distraído y con eso me basta." Finalizó el Uchiha, ahora con una ligera sonrisa al sentir como el rubio dejaba un beso ligero en su cabeza.

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