08
Habían pasado unos días desde que [T/N] descubrió ese nuevo mundo lleno de maldiciones y hechiceros. Ahora cada que pasaba por los callejones de regreso a casa o a su tienda no sentía esa sensación extraña y era obvio...Nanami-san e Itadori-kun se habían encargado de la maldición que pululaba por los callejones.
De pronto se volvió costumbre que Nanami fuera a la tienda en la mañana solo y luego fuera a la tienda en la tarde antes de que [T/N] la cerrara acompañado de Itadori.
[T/N] le daba un chocolate caliente a Itadori y donas mientras que a Nanami le vendía la baguette. Y no sólo ellos dos visitaban la tienda de [T/N], también Gojo comenzó a ser un cliente habitual sólo que se dejaba caer a cualquier hora del día y siempre compraba muchos pasteles, por lo general profiteroles rellenos con crema pastelera y bañados en chocolate o pie de limón que a pesar de que era un poco ácido en palabras del mismo Gojo: "Cuando crees que está ácido sientes el azúcar y es un contraste muy placentero"
Esa mañana [T/N] estaba terminando de acomodar los últimos panes que había sacado del horno luego de que Haruki se fuera a sus clases cuando la campana sonó, era Nanami, se había retrasado un poco y no llegó a la hora que siempre llegaba
—Ah Nanami-san—le sonrió [T/N] con su sonrisa radiante — Pensé que hoy no vendrías—agregó a modo de saludo
—Me retrase un poco... — le dijo Nanami serio
—Bueno...te guardé tu pan—le dijo [T/N] animada—Te preparo el café de inmediato...solo déjame traer la otra canasta que tengo atrás—le dijo [T/N] mientras hacía el último esfuerzo para acomodar la canasta llena de pan en la repisa
—¿Necesitas ayuda? — le pregunto Nanami notando qué Haruki no estaba
—Nooooo yo puedo, soy más fuerte de lo que aparento—le dijo [T/N] llena de confianza con una gran sonrisa triunfal antes de entrar a la trastienda y volver a salir a los minutos con una canasta llena de más pan con forma de caracol
—Eso se ve pesado...déjame ayudarte... —le dijo Nanami metiéndose detrás del mesón, pero [T/N] ya la había acomodado al lado de la otra canasta
—Jejeje, te dije que soy fuerte... —le dijo [T/N] sonriendo triunfal y luego tragó saliva al darse cuenta que Nanami estaba muy cerca suyo, tan cerca que podía sentir el aroma a colonia que emanaba de entre su ropa, era entre sándalo y limón—Eeeeem...te preparo el ca-café... —le dijo sonriendo [T/N] sintiendo que Nanami la miraba fijo pero no podía saberlo con certeza porque traía puestos sus lentes, a pesar de eso podía sentir la mirada que le quemaba encima y como si eso no fuera suficiente, Nanami la tenía acorralada entre las canastas y él, así que podía sentir los dos brazos a su alrededor y el torso musculoso como muralla de piedras en frente, pero al parecer Nanami no tenía intenciones de moverse—¿Nanami-san, está todo bien? —le preguntó [T/N] tratando de verle los ojos pero era imposible
—Ah si...disculpa... —le dijo Nanami separándose rápidamente de [T/N], si no le gustaba esa clase de mujer...¿por qué últimamente cada que iba a la tienda y la veía sonreír lo único que quería era buscar una excusa para tocarle la mano o el brazo? Siempre se encontraba en búsqueda de un roce casual...incluso llegó a envidiar a Itadori que cada que iba a la tienda en la tarde [T/N] además de regalarle un pastel le daba un abrazo e Itadori la abrazaba de regreso feliz
—¿Nanami-san? ¿Estás seguro de que estás bien? —le preguntó [T/N], llevaba al menos unos minutos llamándolo porque ya le había preparado el americano, pero el hombre estaba en marte perdido en sus propios pensamientos
—S-si... —le dijo Nanami recibiendo la taza de café que [T/N] le estaba ofreciendo—Gracias... —agregó Nanami y [T/N] le volvió a regalar otra sonrisa haciendo que el pecho de Nanami volviera a latir rápidamente por algún motivo que él realmente no entendía...
—¿Quieres hablar de algo? —le preguntó [T/N] pensando en que tal vez Nanami tenía alguna clase de problema y que por eso estaba tan distraído, pero Nanami sólo negó con su cabeza en silencio y pensando en que siempre quería rozar o simplemente tener contacto físico con [T/N] se fue a sentar en silencio al sillón que siempre se sentaba y comenzó a beberse su café para volver a pensar sobre lo que le estaba pasando...la campana volvió a sonar y la voz de [T/N] sonó melodiosa en respuesta
—Bienvenido— [T/N] sonrió al nuevo cliente hasta que se dio cuenta que era el detective Ito —D-detective... —murmuró [T/N] con un hilo de voz
—Tranquila, hoy vengo como cliente no como detective—le dijo sonriendo, mostrándole que hasta iba con ropa de civil, traía un abrigo color barquillo, un suéter verde musgo y unos jeans
—Ah... —suspiró [T/N] —Lo siento en serio no sé por qué, pero la policía me pone muy nerviosa... —le confesó [T/N] aliviada
—Tranquila, pasa más seguido de lo que crees... —le dijo Ito sintiendo
—Bueno...Ito-san ¿en qué te puedo ayudar hoy? —le preguntó [T/N]
—Kazuki... —le dijo Ito muy serio
—¿Mhm? —le preguntó [T/N] sin entender ladeando su cabeza a un lado viendo a Ito
—Llámame Kazuki... —le dijo con una sonrisa
—Oh...uhm... —murmuró [T/N] un poco nerviosa detrás del mesón—Uhm...K-ka-kazuki-san... —balbuceo [T/N] y Kazuki sólo sonrió mientras apoyaba sus codos en el mesón para verla divertido por lo nerviosa que estaba
— [T/N]-chan, quiero un capuchino y un trozo de strudel—le pidió viéndola a los ojos y [T/N] pudo notar que tenía los ojos cafés claros
—O-ok... —le respondió [T/N] roja como tomate mientras se volteaba para prepararle el capuchino, entonces Kazuki comenzó a verla fijamente, viendo como sus caderas se balaceaban de un lado a otro mientras [T/N] manipulaba la máquina de café, el cuidado que tenía al hacer espuma de leche con la maquina y se sonrió al ver el rostro concentrado de [T/N] mientras comenzaba a hacer una hoja con la espuma de la leche en la taza de capuchino—Kazuki-san, si gustas te vas a sentar y te llevo todo cuando esté listo—le dijo [T/N] sonriendo mientras dejaba la taza del capuchino en el mesón y comenzaba a sacar de la vitrina un trozo de strudel para luego servirlo en un plato
—Te espero...quiero conversar contigo... —le dijo Kazuki aún con sus codos apoyados en el mesón viendo atentamente a [T/N]
—¿C-conmigo...? —le preguntó sin entender [T/N] —¿Me contarás sobre Ren-san? ¿ya saben dónde puede estar? —le preguntó esperanzada, pero Kazuki hizo una mueca
—Lo siento no puedo hablar del caso con alguien que no es de la familia...te lo dije... —le dijo Kazuki
—Oh...o-ok... —murmuró [T/N] sin entender el motivo de por qué el detective querría hablar con ella, entonces le sirvió la comida y lo miró expectante
—Quiero conocerte mejor... —le dijo sin rodeos Kazuki
—¿A mí? —le preguntó [T/N] confundida indicándose con el pulgar
—Si...a ti... —le dijo Kazuki mientras le daba un sorbo al capuchino —Mmmm delicioso...-sonrió viéndola a los ojos de una forma en que [T/N] se sonrojó un poco, hablaba del capuchino, pero daba a entender que se lo decía directamente a ella y eso la puso un poco incomoda, la verdad es que no sabía cómo reaccionar ante situaciones así porque casi nunca le pasaban a ella así que optó por responder de manera segura
—Gracias, es por el grano de café lo traemos directamente de Italia—le sonrió [T/N]. Kazuki iba a hablar de nuevo pero la campana sonó otra vez y esta vez entraron tres policías hablando distraídamente
—Oh detective Ito-san, que casualidad... —le saludó uno mientras dos se le acercaban al mesón a [T/N]
—Hola, bienvenidos, ¿en que los puedo ayudar? —les preguntó [T/N]
—Hola, venimos por un pedido grande...Ito-san dijo que acá había una cafetería así que venimos a surtirnos de snacks—le sonrió el más cercano a ella, los otros dos comenzaron a hablar con Kazuki y uno comenzó a comerle el trozo de strudel de manera furtiva
—Claro... —le sonrió radiante [T/N]
—Queremos 20 americanos para llevar y...¿tiene más donas? —le preguntó el policía viendo que en la vitrina habían unas diez donas
—Si...en la trastienda...¿cuántas necesitan? —le preguntó [T/N]
—¿Cuántas tienes? —le preguntó el policía muy serio entrecerrando sus ojos haciendo que [T/N] soltara una risita divertida
—Jajajaja, lo siento...iré a ver... —le dijo volteándose para ir a la trastienda—Me quedan 30 donas más esas que están en la vitrina... —le dijo [T/N] mientras sacaba la cabeza por la puerta de la trastienda
—Nos llevamos las donas también... —le dijo el policía que estaba haciendo el pedido mientras los otros dos con Kazuki estaban explorando la tienda. Luego de que [T/N] embalara las 40 donas y preparara los 20 americanos en vasos desechables y que les cobrara la tarifa... los policías iban a irse, pero les faltaban manos para los cafés
—Detective, ¿nos ayuda? —le preguntó el que se había comido de a poco y de manera furtiva el strudel
—Claro...te comiste mi pastel así que me comeré tus donas... —le dijo molesto Kazuki y luego miró a [T/N] quien veía mucho más relajada y divertida viendo a los cuatro hombres —¿Cuánto te debo, preciosa? —le preguntó Kazuki con una sonrisa pícara
—Oh, no...la casa invita...además se comieron tu strudel... —le dijo [T/N] sonriendo, pasando por alto el hecho de que Kazuki le había llamado "preciosa"
—Si el café y las donas tienen éxito en la comisaría, entonces seremos clientes frecuentes... —le dijo el policía que le hizo el pedido
—Ah pues entonces nos estaremos viendo más seguido...tendré más donas para mañana... —le dijo [T/N] llena de confianza en sus productos y con esa despedida los cuatro hombres salieron de la tienda
Nanami había sido testigo de todo eso y estaba muy molesto. No entendía el motivo, pero por alguna razón estaba MUY molesto, no sabía si era el hecho de que el detective tuviera la audacia de ir de civil a la tienda o que le coqueteara descaradamente a [T/N] o que ésta sólo sonriera inocente ante todas las cosas que el detective decía, o de que se dio cuenta que la mujer realmente tenía algo que hacía que las personas a su alrededor fueran agradables con ella, o de que él hubiera dado su brazo derecho por estar metido también en esa conversación o que sabía que los policías volverían todos los días porque el café y los productos que [T/N] vendía eran jodidamente buenos...y entonces... ocurrió la guinda del pastel
— [T/N]-chan— la voz de Gojo lo sacó de sus pensamientos, Gojo había entrado como si él fuera el dueño del lugar y estaba hablando animadamente con [T/N] —Me encanta...quiero tres... —le pidió, estaba al igual que el detective apoyando sus codos en el mesón e inclinado hacia adelante lo más adelante posible restándole espacio personal a [T/N] quien por algún motivo, razón o circunstancia era muy amigable con Gojo
—Satoru, Nanami-san está allá... —le dijo [T/N] sonriendo—Si quieres te voy a llevar tu chocolate caliente y tus pasteles mientras conversas con Nanami-san—le ofreció inocentemente [T/N]
— [T/N] eres la mejor... —le dijo Gojo sonriendo y dando dos zancadas para llegar hasta el sillón donde estaba Nanami con su mejor cara de "Púdrete, Gojo"
—Que coincidencia Nanamin—le dijo sonriendo Gojo mientras se sentaba con sus piernas muy abiertas al frente de Nanami
—¿Desde cuándo que vienes acá? —le preguntó molesto Nanami sintiendo que una vena comenzaba a palpitar en su frente
—Uhmmmm, [T/N], ¿desde cuándo que vengo acá? —le preguntó distraídamente Gojo a [T/N] sólo para hacerle ver a Nanami que él ya la llamaba por su nombre
—Mmmm...después de que probaste mi pie de limón—le dijo sonriendo [T/N]
—Cierto—le dijo Gojo sonriendo y luego viendo a Nanami —Muy cierto...luego de que Yuuji me llevó el trozo de pie de limón...ya soy un cliente regular en la tienda... —le dijo cruzando sus piernas
—Ten, Satoru...disfruta de tu comida—le sonrió [T/N] dejando en frente de Gojo tres macarrones de frutilla, un trozo de pie de limón y el tazón gigante de chocolate caliente con malvaviscos
—Gracias... —le sonrió Gojo y se volteó a ver a [T/N] como caminaba hasta detrás del mesón para comenzar a repasar las superficies— [T/N] es muy linda y me agrada mucho...como no tiene energía maldita es muy agradable estar a su alrededor... —le dijo Gojo mientras comenzaba entusiasmado a comer su trozo de pastel, entonces Nanami sólo lo ignoró, realmente estaba muy molesto...lo peor era que ya se había atrasado para juntarse con Ijichi e Itadori pero no quería dejar a [T/N] a solas con Gojo
—Mmmm, ¿no tenías que juntarte con Ijichi? —le preguntó Gojo como si le leyera la mente mientras se terminaba el pie de limón y comenzaba con los macarrones
—Aún estoy a tiempo... —le dijo molesto Nanami—Te esperaré para que nos vayamos juntos... —agregó cruzándose de brazos
—Luces molesto... —le dijo Gojo haciendo un puchero
—No estoy molesto... —le respondió Nanami más molesto viendo que [T/N] le sonreía a clientes que entraban de nuevo a la tienda, se distrajo observándola, tenía un aura muy purificante a su alrededor y cuando él trató de ayudarle hoy con la canasta pudo sentir su aroma, era dulce como a cacao y vainilla
—Nanamin... —la molesta voz de Gojo lo sacó de sus pensamientos
—¿Qué? —le preguntó mal genio
—Tu celular estaba vibrando... —le dijo Gojo, entonces Nanami sacó su celular del bolsillo de la chaqueta, era una llamada perdida de Ijichi y muchos mensajes...habían encontrado al chico que era sospechoso del incidente del cine de hace unos días atrás
—Tengo que irme... —le dijo Nanami serio y molesto por irse
—Ok...que te vaya bien... —le dijo Gojo poniéndose de pie con su tazón vacío
—¿También te vas? —le preguntó Nanami
—¿Qué? No...ahora viene la mejor parte...converso con [T/N] —le dijo sonriendo Gojo, Nanami entrecerró su ceño
—¿De qué conversan? —le pregunto molesto
—¿Y a ti qué te importa? Me dijiste que no te interesaba [T/N] —le dijo Gojo sonriéndole y el celular de Nanami volvió a vibrar justo cuando éste iba a responderle—Ve...te llaman... —agregó mientras caminaba hasta el mesón donde estaba [T/N] y se volvía a apoyar en sus codos— [T/N] como siempre todo está delicioso... —le dijo Gojo sonriendo
—Ah que bien que te gustó—le sonrió de regreso [T/N], entonces Gojo le tomó la mano derecha y le besó el dorso justo cuando Nanami se acercaba a ellos, sólo para que Nanami viera que él le daba un beso en la mano a [T/N]
—Muchas gracias—le dijo Gojo sonriendo, [T/N] iba a hablar, pero Nanami los interrumpió
—Lamento interrumpirlos, pero quiero pagar mi cuenta... —le dijo serio Nanami notando que Gojo había quitado su técnica sólo para tocar a [T/N] y besarle la mano
—Nanami-san, no te preocupes...la casa invita... —le sonrió [T/N]
—Insisto... —le dijo serio Nanami
—Ah yo pago tu cuenta...ya vete que Ijichi te necesita—le dijo Gojo viendo a Nanami y haciendo un gesto como quitándole importancia con su mano—Con [T/N] nos arreglamos luego... —agregó para ver a [T/N] y ésta se encogió de hombros
—Si, Nanami-san... si tienes que irte, hazlo...ya te dije la casa invita... —le sonrió [T/N] amable
—Hazle caso a tus senpais, Na-na-min~—le dijo Gojo sólo para molestar a Nanami
Nanami entrecerró sus ojos...era imposible que Gojo estuviera seduciendo a [T/N], era muy cierto él había dicho muchas veces que no le gustaba esa clase de mujer, pero...Gojo tampoco era del tipo que salía con alguien como [T/N], y aun así se veía que se llevaban muy bien, se conocían hace menos tiempo y ya estaban llamándose por sus nombres, Nanami los observó y Gojo le quitó del delantal un poco de harina
—Tenías un poco de harina—le dijo Gojo sonriéndole a [T/N]
—Ah, gracias... —respondió [T/N] —Que vergüenza, estaba atendiendo toda sucia...me iré a cambiar de delantal...¿puedes cuidarme la tienda un momento, por favor, Satoru? —le pidió [T/N] a Gojo
—Claro, ve tranquila... —le dijo Gojo parándose erguido como si fuera guardia real
—Luego de que [T/N]-san vuelva nos vamos... —le dijo Nanami molesto
—¿Por qué? —le preguntó Gojo
—Porque...a ti no te gusta...¿por qué le coqueteas? —le preguntó Nanami
—¿Celoso? —le preguntó Gojo sonriendo
—C-claro que no...pero no está bien... —le dijo Nanami
—Entonces vete... —le dijo Gojo sonriendo—Si no te gusta ni te interesa...¿qué te importa lo que yo haga? —le preguntó viéndolo hacia abajo, erguido completamente
—Bien... —ladró Nanami dándose media vuelta y saliendo de la tienda
—Orgulloso... —se rio entre dientes Gojo viendo cómo Nanami caminaba rápidamente por la acera
—Gracias, Satoru—le sonrió [T/N] de vuelta—Ahora cuéntame más sobre esa chica que te gusta... —le pidió mientras comenzaba a rellenar la vitrina con más pastelillos
—Trabaja en una chocolatería cercana... —le dijo Gojo sonriendo casi con corazones por ojos recordando a la dueña de la chocolatería
—¿En la chocolatería Ensueño? —le preguntó [T/N] entusiasmada
—Si...en esa misma... —le dijo Gojo cubriendo con una mano su boca, se sentía como adolescente, si bien había salido con muchas mujeres antes, esta chica de la chocolatería lo tenía vuelto loco, cada que la veía o iba a la chocolatería su corazón latía a mil por hora y se ponía muy nervioso, hasta olvidaba las palabras...y cuando comenzó a hablar con la dueña de la chocolatería, una mujer de la misma contextura que [T/N], con curvas para morirse en ellas, cabello ondulado y unas hermosas pecas en sus pómulos que la hacían lucir aún más irresistible se dio cuenta que estaba perdidamente enamorado de ella, sin remedio...el hechicero más poderoso estaba perdidamente enamorado de una maestra chocolatera y no había nada que él podía hacer más que rendirse y rogar para que semejante diosa del chocolate se fijara en él...mal que mal...podría ser el más fuerte de todos...pero no se comparaba con la divinidad encarnada que era la dueña de "Ensueño"...él quien siempre pensó en que el amor era la peor de las maldiciones y por ende nunca se involucró emocionalmente con nadie...él que pudiendo salir con quien quisiera...moría cada que la dueña de la chocolatería le dedicaba una mirada o le dirigía la palabra aunque sea para cobrarle los bombones y los chocolates que compraba no solo para agradarle si no porque también eran muy ricos, entonces [T/N] le sonrió feliz
—La conozco, es muy tierna y simpática, es la chica más dulce que existe en la faz de la tierra... —le dijo [T/N], la conocía muy bien, no podía decir que eran amigas, pero sí hablaban de vez en cuando, a veces iba a la tienda a comprar pan y le llevaba de regalo bombones a ella y a Haruki—Si quieres puedo ayudarte... —le dijo [T/N] muy entusiasmada, tomando ambas manos de Gojo entre las suyas y apretándolas con fuerza, no había nada que le gustara más que una buena historia de amor
—¿En serio lo harías por mí? —le pregunto Gojo indeciso
—Clarooooo, cuenta conmigo—le sonrió [T/N] dando pequeños saltitos de felicidad
—[T/N] eres la mejor—le dijo Gojo feliz
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