03
[T/N] estaba limpiando la tienda como siempre, hablando con Ren-san mientras ésta se tomaba su chocolate caliente cuando de pronto se abrió la puerta de la tienda y la campanita sonó
—Ya cerramos... —le dijo [T/N] volteándose para ver a Nanami, estaba un poco más serio de lo normal —Oh, Nanami-san, bienvenido...te guardé un baguette... —le dijo sonriendo [T/N], estaba ordenando los libros de la estantería
—Gracias... —le dijo Nanami caminando hasta el mesón esperando a que [T/N] lo atendiera, estaba con un poco de prisa, tenían una pista sobre la maldición que estaba creando humanos modificados, pero tampoco quería quedarse sin su pan, y ya era muy tarde...
—Bueno...yo ya me voy... —les dijo Ren-san a ambos poniéndose de pie, Nanami observó a Ren-san, era más alta que [T/N] y su cabello lacio, tez blanca y unas marcas de expresión en los costados de sus ojos almendrados, era delgada y sus dedos eran largos y finos
—Ah, espera...te tengo un regalo para ti y tu esposo—le dijo [T/N] sonriendo mientras corría hasta detrás del mesón y le embalaba dos trozos de pie de limón
— [T/N]-chan, no es necesario que nos regales cosas... —le dijo feliz Ren-san con un tinte rojo en las mejillas, claramente le gustaban las atenciones de [T/N]
—Lo sé...pero me gusta regalarte cosas... —le dijo sonriendo feliz— Así que acéptalos, por favor... —le pidió [T/N] sonriéndole feliz
—Gracias, los comeremos juntos—le sonrió Ren-san tomando la bolsa con los dos pasteles—Adiós, nos vemos mañana... —agregó
—Adiós Ren-san, dale mis saludos a tu esposo—le dijo [T/N] sonriendo, luego observó a Nanami y le sonrió—Voy por tu baguette... —le dijo [T/N] caminando hasta la trastienda
—Gracias... — murmura Nanami muy serio, era la segunda vez que veía a [T/N] regalarle pasteles a esa cliente...incluso a él le había regalado de su almuerzo el otro día y le regalaba cafés de vez en cuando sobre todo en la mañana haciendo que Haruki se molestara.... no entendía como era que una vendedora regalara sus productos a diestra y siniestra
—Ten Nanami-san — la voz melodiosa de [T/N] lo sacó de sus pensamientos
—Ah, gracias... —respondió este recibiendo la baguette envuelta que [T/N] le estaba pasando—Ten... —le dijo pasándole la tarifa
—Tu vuelto... — le dijo [T/N] mientras le pasaba el cambio
—Consérvalo... — le dijo Nanami negando con su cabeza sin aceptar el cambio de regreso, pero sin querer con un tono un poco brusco haciendo que [T/N] frunciera su ceño sorprendida, Nanami arqueo sus cejas, era la primera vez que veía a la mujer con su ceño fruncido y de alguna forma se veía atractiva
—Insisto... —le dijo [T/N] intentando pasarle el dinero
—No... consérvalo... — le dijo entre divertido y curioso, Nanami quería saber que haría la mujer
—Pues...entonces llévate este trozo de pie de limón—le dijo mientras dejaba el dinero en el mesón y sacaba un trozo de pie de limón
—No me gustan las cosas dulces—le dijo Nanami serio negando con su cabeza mientras tomaba la baguette con la intensión de salir de la tienda
—Regálaselo a esa persona que sí le gustan—insistió [T/N] sonriéndole mientras ponía en frente de Nanami el trozo de pie recién embalado, Nanami apretó sus dientes, si bien era simpática y muy amable también era muy cabezota
—No lo veo con tanta frecuencia... — le dijo Nanami como excusa sin recibir el paquete con sus manos y negando nuevamente con su cabeza
—Pues mejor aún, así lo vas a visitar—le sonrió [T/N] con su mejor sonrisa de servicio al cliente, Nanami iba a decir algo, pero la puerta de la tienda se abrió
—Nanamin-senseiiii—le llamó un chico de unos 18 años y cabello rosado—¿Por qué demoras tanto? — agregó viendo a su alrededor—Oooooh, es muy bonita esta tienda ahora entiendo porque vienes siempre acá...y tienen libros— agregó sonriendo, entrando a la tienda y comenzando a inspeccionarla rápidamente, [T/N] observó a Nanami y este se puso muy rígido y apretó sus puños, entonces [T/N] aprovecho la oportunidad
—Hey, ¿eres estudiante de Nanami-san? — le preguntó [T/N] al chico que estaba revisando el estante de libros
—S-si...algo así... —le respondió muy animado mientras se acercaba al mesón y observaba a Nanami quien estaba claramente molesto
—¿Te gustan las cosas dulces? — le preguntó [T/N] saliendo de detrás del mesón para estar frente a frente al chico y regalarle una gran sonrisa
—Mmm si... — le dijo un poco pensativo asintiendo lentamente con su cabeza—Pero a Gojo-sensei le gustan más—agregó viendo que la mujer tenía un paquete envuelto en papel Kraft y una pitilla de cáñamo
—Bueno acá hay un pie de limón si gustas te lo puedes comer o dárselo a tu profesor—le dijo con una sonrisa [T/N] pasándole el paquete al chico quien sonrió feliz
—Wow, muchas gracias... Uhm... [T/N]-san—le dijo Yuuji leyendo el nombre en el delantal
—De nada, tesoro—le sonrió [T/N] triunfal sólo para ver que Nanami seguía muy tenso y se le notaba una vena en la frente, lo cierto era que verlo enfadado le pareció divertido, incluso un poco tierno
—Mi nombre es Itadori Yuuji—le sonrió Yuuji antes de hacer una reverencia
—Un gusto Itadori-kun mi nombre es [T/A - T/N], puedes llamarme [T/N]-san si gustas—le sonrió [T/N] viendo al chico quien le sonrió de regreso, a [T/N] le dio la impresión de que era como un rayito de sol
— [T/N]-san muchas gracias por su regalo—le sonrió Yuuji feliz
—¿Quieres que te regale algo más? ¿tal vez un muffin o una dona? —le ofreció [T/N] al ver que el chico le echó una rápida mirada a la vitrina que ella tenía lista para la mañana siguiente, Yuuji le iba a contestar, pero Nanami lo interrumpió
—Vámonos, Itadori-kun—le dijo serio Nanami con un tono de voz muy severo— [T/N]-san, adiós— se despidió sin verla mientras tomaba a Yuuji del cuello de su uniforme y lo arrastraba fuera de la tienda
—Aaaah—murmuró [T/N] divertida, sin querer vio una faceta nueva de Nanami-san y le gustó de cierta forma—Adiós, Nanami-san...bye Itadori-kun—se despidió [T/N]
—A-adiós [T/N]-san—se despidió Yuuji antes de que Nanami lo metiera al auto que los esperaba fuera de la tienda
[T/N] se rio para si al ver que igual, Nanami-san, de una u otra forma se llevó el pastel. Entonces cerró caja, puso la alarma, cerró la tienda y comenzó a caminar de regreso a su casa.
Nuevamente mientras caminaba sentía esa sensación extraña al pasar por los callejones de que algo o alguien la miraba fijo desde el callejón, se puso los audífonos y comenzó a correr a casa sintiendo un escalofrío recorrer la columna vertebral. Cuando llegó las luces de su casa estaban apagadas, se apresuró a entrar y cerro todo con llave. Fue a la habitación de Haruki que era lo único que tenía luz y se lo encontró durmiendo sobre su escritorio con libros y cuadernos abiertos a su alrededor, [T/N] suspiró, Haruki estaba esforzándose para sacar buenas calificaciones en sus exámenes...pero lo que más la relajó fue el hecho de que Haruki estaba en casa y a salvo...vio la cama y sobre la cama estaba su gata carey hecha una bolita durmiendo en medio de la cama de Haruki
—Hey...debes salir para dejar que Haru duerma...está muy cansado... —le dijo en un susurro [T/N] a su gata mientras la tomaba en brazos, entonces su gata solo soltó un maullido y se dejó tomar en brazos, [T/N] la dejó sobre el sofá de la sala de estar y volvió a la habitación de Haruki para acostarlo en la cama y cubrirlo con las mantas, luego se preparó un té y se fue a dormir a su habitación, seguida de su gata quien se acostó a su lado
—Buenas noches Malvavisco... —le dijo [T/N] acariciándole la cabeza a su gata quien comenzó a ronronear a su lado
Al día siguiente la rutina iba como siempre, se alistó para salir, tomó el bus para llegar antes y se encontró con Haruki amasando panes, hornearon juntos y desayunaron juntos. Luego de un rato, antes del mediodía Haruki, como siempre, se fue a su escuela y [T/N] se quedó sola en la tienda.
—Cualquier cosa me llamas... —le dijo Haruki antes de irse a modo de despedida
—Claro que no te llamaré, estarás estudiando...ya vete... —le dijo [T/N] con una gran sonrisa mientras lo empujaba fuera de la tienda, entonces vio que una patrulla de policías se estacionó en frente de la tienda y se bajaron dos
—Me quedaré... —le dijo Haruki
—Ya vete... —le ordenó [T/N] viendo que los dos policías se les acercaban
—Hola buenas tardes, ¿ustedes trabajan en esta tienda? —le preguntó uno
—Si... —le dijo Haruki serio y frunciendo su ceño para verse más adulto
—¿Podemos hablar con el dueño? —le preguntó el policía mientras el otro policía le hacía una señal de que iba a la tienda contigua
—Si, yo soy la dueña...¿qué paso? —le preguntó [T/N] inclinando su cabeza a un lado mientras estudiaba al policía que tenía en frente, traía una carpeta color café de papel entre sus manos y tenía un lunar debajo de su ojo izquierdo
—Bueno...necesitamos que en su vitrina o en algún lugar visible ponga estos carteles... —le dijo el policía indicando una carpeta que tenía en sus manos
—Cl-claro...adelante... —le invitó [T/N] —Bueno Haru-chan, que te vaya bien hoy, nos vemos en casa—le dijo a modo de despedida a Haruki para luego besarle la mejilla mientras el policía entraba a la tienda, una vez que vio que Haruki caminó hasta la parada del bus, [T/N] entró a la tienda
—Podemos poner los carteles en el ventanal...¿de qué son? —le preguntó [T/N] al policía quien ya tenía cuatro carteles desplegados en el mesón, eran de personas desaparecidas, [T/N] sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y que su sangre se helaba. Eran cuatro personas, tres niños y un estudiante que estaban desaparecidos. [T/N] tragó saliva duro...y miró al policía quien la miró de regreso con la misma mirada que ella tenía
—Lo sé...estamos haciendo todo lo posible por encontrarlos... —le dijo a modo de disculpa el policía igual de afectado que [T/N] quien asintió en silencio y de detrás del mesón sacó cinta adhesiva. En silencio entre ambos pegaron los carteles en el ventanal que daba a la calle para que todos los peatones pudieran verlos
—Espero los encuentren pronto... —murmuró [T/N] sintiendo un vacío en su pecho
—Lo haremos... —le dijo el policía convencido y [T/N] asintió—Cualquier cosa, si los ve o sabe algo nos llama al teléfono de los carteles... —le pidió el policía antes de salir a repartir más carteles en otra tienda
Con una sensación de nudo en la garganta [T/N] siguió su día, indicándoles a todos los que entraban que por favor vieran los carteles y llamaran en caso de verlos. Finalmente, la hora de cerrar llegó y ni Ren-san ni Nanami-san entraron a la tienda, [T/N] pensó que tal vez Ren-san estaba enferma...y Nanami-san...bueno no lo culparía si se hubiera enojado con ella por hacer que Itadori-kun se llevara el pastel que él no quiso llevarse...estaba pensando en eso mientras ordenaba las mesas y limpiaba cuando de pronto la puerta de entrada se abrió
—Ah, Ren-san, pensé que no vendrías hoy... —dijo [T/N] animada antes de voltearse para ver que un hombre bastante alto y de aspecto muy extraño entró a la tienda
—Hola, disculpa no soy Ren-san...verás...mi estudiante me dio anoche un pie de limón que estaba exquisito...dijo que se lo habían regalado...y en el envoltorio estaba el logo de tu tienda... —le dijo con una gran sonrisa, [T/N] lo miró con detenimiento, era muy alto...al menos medía unos dos metros, su cabello era delgado y blanco, usaba una venda negra en sus ojos y sonreía despreocupadamente. Ahora que lo veía bien, su ropa negra asemejaba a la ropa que traía Itadori-kun sólo que no tenía capucha roja
—Oh... —murmuró [T/N] cayendo en la cuenta de que debía ser Gojo-sensei—Tú eres Gojo-sensei.... —le dijo [T/N] sonriendo e indicándolo con el dedo, sabía que era de mala educación, pero le salió sin querer, entonces bajó su mano y la guardó dentro del bolsillo de su delantal avergonzada
—Eeeeeeh...¿me conoces? ¿Nanamin ha hablado de mí? —le preguntó emocionado, dando dos zancadas y llegando hasta donde [T/N] estaba al lado del estante de libros
—O sea...hablar, hablar... —comenzó [T/N] tratando de recordar lo que Nanami-san había dicho de Gojo-sensei —Mmmmm.... —murmuró pensativa— Sólo dijo que te gustaban los dulces ¿te gustó el pie de limon? —le preguntó entusiasmada mientras que con una mano le indicaba la vitrina llena de pasteles
—Estaba muy bueno—le sonrió Gojo —Así que vine por más... —agregó
—Jeeee...bueno...tengo los de la vitrina... —le dijo [T/N] caminando detrás del mesón
—Mmmm...¿qué me recomiendas? —le pregunto Gojo agachándose para que sus ojos quedaran a la altura de la vitrina, podía ver unos pasteles con chocolate y forma de cisne, otros con forma de conejitos, unos profiteroles, muchos muffins de diferentes colores y sabores, donas variadas, trozos de tortas, pies de limón y otros de manzanas, strudels y macarrones.
—Bueno...ya que te gustó el pie de limón...te recomiendo la tarta de manzana...está muy buena... —le dijo muy seria [T/N]
—Ok, entonces me llevo dos trozos de tarta de manzana...uh y cuatro macarrones... —comenzó Gojo viendo los pasteles —Y dos de esos pasteles con forma de conejitos... —le dijo sonriendo
—Bien—le sonrió [T/N] y comenzó a embalar los pasteles que Gojo-sensei le había pedido, luego de cobrarle la tarifa y antes de pasarle el paquete, se lo quedó mirando, entrecerrando sus ojos
—¿Hmh? ¿pasa algo? —le preguntó Gojo inclinando su cabeza a un lado
—¿Puedo pedirte un favor? —le preguntó [T/N] inclinando su cabeza hacia el lado opuesto de la cabeza de Gojo y éste sonrió
—Depende...¿qué me pedirás? —le preguntó Gojo apoyando sus codos en el mesón y acercándose demasiado al rostro de [T/N] haciendo que sus respiraciones se mezclaran
—¿Puedes entregarle algo a Nanami-san? —le preguntó [T/N] sin inmutarse por la cercanía que Gojo tenía al traspasar su espacio personal, entonces Gojo sólo sonrió
—Claro—le dijo sonriendo, [T/N] asintió y caminó hasta la trastienda, tomó la baguette que le guardaba a Nanami y se la pasó a Gojo
—Muchas gracias—le sonrió [T/N]
—Adiós [T/N]-chan, nos vemos, seré un cliente habitual en tu tienda—le sonrió Gojo antes de irse con dos bolsas de papel.
[T/N] esperó a que se fuera para cerrar la tienda, correr a la trastienda y desplomarse sobre una silla
—Maldición—murmuró roja de vergüenza cubriendo su boca con una de sus manos—¿Ese hombre no conoce lo que es el espaciopersonal? —balbuceo para si jadeando, además de tener el rostro y las orejas rojas de vergüenza sentía que su corazón latía a mil por hora
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