Parte 2
La clase terminó y las más jóvenes se cambiaron rápidamente, ya que como siempre sus padres les esperaban en el estacionamiento, aunque su preocupación estaba en evitar a McKenzie, así que se alistó veloz, apresurando a sus hermanas a salir, pero mientras bajaban le oyó
— Hey Billy! ¿Sigues perdiendo el tiempo aquí? — la brusca y reconocible voz de Amanda DeLisle le llamó la atención, no solo porque es raro oír a la áspera rubia socializar sino también porque resultaba increíble que el bullicioso pelirrojo estuviera aún en la escuela
— No soy Billy — el inmediato reclamo no venía de la chillona voz del puberto de enorme nariz, era agradablemente grave, juvenil pero con un marcado acento refinado y extranjero, por supuesto que ella reconoció tanto esa masculina voz como a su poseedor, alto y elegante se ponía de pie frente la malencarada rubia — Ah... eres tu Mandy — soltó Nigel, alzando la ceja incrédulo o expectante
Claro que era imposible confundir a un chiquillo cabezón e imprudente con un joven apuesto y atlético, ese obscuro cabello rojizo era único — Cállate y deja de perder el tiempo — ordenó Mandy sujetando al chico desde su negra chamarra, jalándolo consigo
— No, espera, estoy esperando a alguien — Uno apenas si se resistía, tal vez intentando no dañar su ropa, pero la voluntariosa rubia no parecía interesada en sus reclamos
Sus hermanas veían todo con cierta diversión, DeLisle es mayor a ellas aunque sigue siendo menor y algo pequeña ante Uno — Perdona Mandy pero no tenemos tiempo — desde la salida del auditorio venía McKenzie con su grupo de amigas, pasaron a su lado casi divertidas con la reacción del avergonzado chico — Vamos — llamó la rubia al castaño rojizo
— ¡No puedo creerlo, nos estás atrasando! — reclamante e irritada la pelirroja Fulbrigth lo apresuraba
— Lo siento Mandy, tal vez después — Nigel se disculpó apenado, en cambio la malencarada rubia lo empujo lejos con feroz mirada — Vendré mañana — musito el castaño rojizo.
Aun si la altiva rubia ya iba rumbo el estacionamiento, a la camioneta de su madre
— ¡¡Diablos, apresúrate!! — lo llamó Fulbright, gritando mientras el resto de chicas se adelantaron al fondo del estacionamiento, donde una van negra parecía esperarlos
El chico apenas si dio un vistazo rumbo Mandy antes de seguir al resto
— ¡Ya llego el profesor! — exclamó su hermana, tan emocionada que casi le destroza el tímpano, echando a correr hacia el auto las llevaba tomadas de la mano
Sin considerar al resto en el camino casi chocan con el mayor — Woa — sorprendido Nigel le frenó la cabeza antes que lo golpeara
— Ah, Uno — musito ella nerviosa y apresurada
— Cuidado al volar — él les sonrió soltándola con una leve caricia
Ella no logró articular nada a diferencia de su intrépida hermana menor — No es nuestra culpa que seas tan lento — se mofó Buttercup divertida
Avergonzada ella quiso detenerse y disculparse pero Uno soltó una alegre carcajada — Ya, claro — dijo reiniciando su carrera — Nos vemos chicas — gritó y para su sorpresa ya iba a más de medio estacionamiento
Ellas pararon incrédulas al verlo llegar junto a su grupo cuando hace un par de segundos estaba a su lado — Wow — musito Bubbles, sin poder entrar
— ¿Qué pasa? — preguntó el profesor Utonium, sin bajar del auto, extrañado de que las tres se detuvieran tras abrir la puerta trasera
— Yo soy más rápida — gruño Buttercup entrando y sentándose rápidamente en su lugar, junto la ventana
Pero ella no pudo decir nada, en silencio solo pudo ver a Nigel Uno divertirse con sus amigos, siendo el abrazo entre él y Rachel lo que la hizo voltearse al salir de ahí.
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