Llegó el día de la fiesta de graduación. Hace unos días, Jeongin se había teñido el pelo nuevamente, pero esta vez a un color celeste. Suspiró tranquilo, mientras acomodaba su cabello y luego empezaba a abrochar los botones de su camisa blanca. Le parecía gracioso el hecho de la que más nerviosa estaba era su madre en vez de él.

Lo único que le faltaba, aparte de ponerse la chaqueta del traje, era abrocharse los botones de sus muñecas. Al ver que no lo lograba frunció su ceño e hizo un pequeño mohín.

—Te ves lindo haciendo ese puchero —Jeongin elevó la vista hacía el espejo, para ver por medio de este que en la puerta de su habitación estaba Chan sonriéndole.

El alfa llevaba un traje negro con una corbata con algunos puntos grises. Su pelo estaba correctamente peinado, dejando a la vista su frente. A la altura de su pecho había un broche enganchado en forma de una flor blanca.

—¿Hace cuanto que estas aquí? Y lo más importante, ¿Cómo entraste?

—Estoy desde que frunciste tu ceño —se acercó al omega para tomar una de sus muñecas, miró al peli-azul para pedirle permiso con la mirada, Jeongin asintió y Chan empezó a abrochar los botones de la muñeca del pálido—. Y tu mamá me dejó entrar, me dijo que te venga a buscar y que te diga que te apures.

Cuando Chan terminó de abrochar los botones de la camisa, Jeongin elevó la mirada para ver al alfa.

—Gracias... —dijo en un murmuro.

Estaban tan cerca, de hecho, si daban un paso más podrían fácilmente llegar a besarse.

—¡Chicos! ¡Bajen o llegaremos tarde a su graduación! —los jóvenes se separaron rápidamente.

—D-Deberíamos irnos —Chan rascó su nuca, mientras miraba otro punto de la habitación con un leve sonrojo adornando sus mejillas.

Jeongin tomó su chaqueta y se la puso rápidamente. Bajaron apurados, mientras se dirigían a la puerta principal de la casa que daba a la calle.

—¡Hey! Esperen, esperen —la pareja se detuvo para mirar a la mujer quien en sus manos tenía una cámara—. Júntense para tomarles una foto.

—Mamá... —Jeongin la miró reprochándole con la mirada.

—Shh... hagan lo que les dije, rápido, rápido —los jóvenes se juntaron. Chan pasando una de sus manos por la cintura de Jeongin, mientras el pálido pasaba su mano por la espalda del rubio, ambos sonreían. La omega mayor presionó el botón de la cámara para tomar la foto.

Cuando pensaban que aún no tomaban la segunda foto, Chan miró a Jeongin, haciendo que el último mencionado lo mirase también, sin quitar sus sonrisas. Claramente la madre de Jeongin tomó rápidamente la foto, definitivamente esa sería su foto favorita.

—Listo, es hora de irnos.

La graduación se llevaría a cabo en el gimnasio del colegio, el cual los suficientemente grande para que entren muchos más cursos.

Estaba adornado elegantemente, había mesas para cuatro personas con los nombres de las parejas, para los padres había distintas mesas, un poco más grandes para que varios padres pudieran sentarse juntos.

Chan y Jeongin caminaron a la par tomados de la mano, no sabían en qué momento decidieron juntar sus manos, pero de cualquier forma estaban cómodos. Caminaron hacia la mesa que tenía sus nombres junto con el de sus amigos, además de un ramo pequeño de flores de plumbago.

"Esta mesa es para: Bang Chan & Yang  Jeongin / Hwang Hyunjin & Kim Seungmin. ¡Feliz graduación!"

La última pareja mencionada ya estaba sentada en sus respectivos puestos. Al llegar, Jeongin se quitó su chaqueta y la dejó en el respaldo de su silla que estaba junto a la de Chan. Se sentaron y esperaron pacientes a que todos llegaran mientras conversaban entre ellos emocionados, pero a la vez tranquilos.

La música empezó a escucharse por todo el lugar luego de que hayan llegado todos los graduados. Algunos bailaban animados, otros cantaban animados, o algunos solo comían lo que vieran en la gran mesa que contenía algunos bocadillos.

Jeongin había decidido salir fuera del gimnasio y respirar el aire fresco. Desde fuera se podía escuchar la música, pero en menor volumen, era mucho más cómodo. Escuchó la puerta del gimnasio abrirse y luego unos pasos acercándose a él mientras la puerta volvía a cerrarse.

—Te estaba buscando —era la voz de Chan. Jeongin volteó para mirarlo.

—Te acepto —dijo sin nervios, seguro de su respuesta. Chan lo miró confuso.

—¿Eh?

—Ya se cumplió un mes, el cortejo acabó —le sonrió divertido. Chan empezó a asentir recordando que ese día se cumplía un mes.

—Oh, cierto. ¿Entonces...? —Chan caminó para rodear con sus brazos la cintura del peli-azul mientras le sonreía.

—No me hagas decirlo de nuevo —Chan le hizo un mohín pidiéndole que lo diga de una vez más. El omega hizo una mueca para luego mostrarle una leve sonrisa al alfa. Elevó sus brazos para posarlos en los hombros de Chan y juntar sus manos detrás de su cabeza—. Te acepto, y te quiero para el resto de mi vida, Bang Chan.

Ambos se sonrieron para, por fin luego de mucho tiempo de espera, juntar sus labios en un beso lento, disfrutando el momento sin apuro alguno.

Un alfa dulce, un omega frío, sin algún interés en ser como la sociedad quería que fueran, ¿qué más daba? Ahora ambos podrían disfrutar sus vidas juntos, ¿y quién sabe? Quizás en otra vida también vuelvan a unirse por medio de sus lobos. De cualquier forma, frío o dulce, sabían que serían felices juntos.