Capítulo 6
Para Jeong Yunho la vida era... aburrida.
Desde que tenía memoria comprendió su lugar. Creció en una casa prospera donde jamás faltó nada, de hecho, vivió rodeado de lujos mucho antes de que pudiera entenderlos. Su madre era una importante abogada y su padre ocupaba un importante puesto dentro de una reconocida corporación, y el resto de su familia tenían títulos tan ostentosos como esos.
Su mundo se resumía a apariencias y lujos.
Y para vivir en ese tipo de mundo debía de actuar de la manera adecuada.
Lo comprendió mucho antes de que se lo dijeran. Mantener un estatus social era importante en el tipo de mundo donde vivía, así que debía esforzarse por guardar las apariencias. Comportarse adecuadamente, intentar agradar a todo el mundo y que nadie pudiera encontrar alguna falla en él eran lo primordial. Ese fue su modo de pasar cada día de su vida.
Funcionó. Yunho era reconocido por ser amable y amistoso, no tenía conflictos con nadie y prefería guardar la calma cuando las cosas se ponían... complicadas.
Había una gran diferencia entre los que compartían su mundo y él. Muchos arruinaron su reputación haciendo cosas estúpidas; acosar a quienes tenían un estatus más bajo, intentar humillar a los demás con su dinero o jactarse constantemente de las lujosas adquisiciones de sus padres.
Él, por otro lado, mantuvo un perfil bajo. Se comportó adecuadamente con todos y cada uno de ellos, incluso con los que le rodearon con la excusa de "ser amigos" aunque Yunho no podía considerarlos como tal.
Eran un montón de gente complicada, y aunque sus padres siempre le recordaban la importancia de mantener una actitud amable y considerada hacia los demás, Yunho no podía evitar sentir que sus "amigos" eran simplemente aburridos. Siempre hablaban de cuánto dinero se gastaban en cosas extravagantes o de los puestos de trabajo que pensaban obtener en las empresas de sus padres. Nunca se detenían a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida o a tener conversaciones genuinas sobre sus intereses y pasiones.
Siguió adelante, aunque para Yunho, la verdadera diversión y emoción estaban en las cosas simples. Le gustaba perderse en la música, jugar en línea durante horas o explorar la ciudad sin rumbo fijo.
A medida que crecía, Yunho se dio cuenta de que su verdadera personalidad estaba oculta detrás de una fachada de amabilidad y cortesía. Anhelaba autenticidad y conexiones reales, no las relaciones superficiales que en su mundo se consideraban "importantes". Sin embargo, sabía que romper con las expectativas de los demás no sería fácil, por lo que siguió siendo el príncipe amable que todos conocían.
Llegar a la escuela secundaria con esa mentalidad fue deprimente, pero al mismo tiempo... todo comenzó a cambiar desde ahí.
O más bien... alguien comenzó a cambiar todo desde ahí.
Primero empezó con una tontería. Yunho estaba concentrado en hacer sus apuntes de la clase de historia cuando una casual bolita de papel le dio en la mejilla. Yunho giró para mirar a su compañero más cercano a su asiento, Mingi, el estudiante becado si no mal recordaba. Y tenía un montón de bolitas junto al cuaderno.
Yunho le dio una mirada extraña, pero Mingi solo se encogió de hombros. Decidió restarle importancia hasta que, cinco minutos después, otra bolita le dio en la cien.
Después del segundo ataque decidió sonreír a Mingi como si le estuviera preguntando qué estaba haciendo. Sin embargo, Mingi solo hizo una mueca aburrida y desvió la mirada, aparentemente sin interés en seguir con su pequeña travesura.
La clase continuó, pero Yunho no pudo evitar sentirse intrigado por la actitud de Mingi. ¿Por qué estaba intentando llamar su atención? ¿Qué intentaba lograr con eso? Nunca hablaron más de lo necesario. Yunho, como siempre y como con todos, fue amable con él en cada interacción, y Mingi no parecía ser una mala persona.
Al finalizar la clase, Yunho se acercó a Mingi, decidido a obtener una respuesta.
—Oye, Mingi, ¿por qué me lanzaste esas bolitas de papel durante la clase? —preguntó Yunho con curiosidad genuina.
Mingi lo miró fijamente por un momento antes de responder con una voz tranquila pero directa:
—Eres aburrido.
— ¿Qué?
La respuesta de Mingi tomó a Yunho por sorpresa. No esperaba que fuera tan directo y honesto. Y no pudo negarlo del todo. En su mundo de apariencias y lujos, a menudo se había sentido atrapado en un ciclo de comportamiento aburrido y predecible.
Mingi se dio la vuelta y se marchó, dejando a Yunho con una mezcla de emociones. Por un lado, se sentía algo enfadado por el comentario, pero por otro, no podía evitar reflexionar sobre lo cierto que era.
Sin embargo...
¿Por qué venía Mingi a decirle algo como eso? Ni siquiera podrían considerarse amigos, solo vino a atacarle gratis.
Y le dio curiosidad.
A la mañana siguiente, le esperó en la puerta de entrada.
— ¿Por qué soy aburrido?
Mingi se detuvo para mirarle con atención. Por primera vez en mucho tiempo, Yunho se sintió juzgado en una mala manera.
—No reaccionas. ¿Si quiera te enojas?
— ¿Sí?
Mingi arrugó la nariz.
—No lo parece.
E intentó irse de nuevo.
— ¡Oye, aguarda! Esa ni siquiera parece una respuesta real. ¿Mingi? ¿Estás escuchando? ¡Hey!
El resto de ese día estuvo intentando obtener una respuesta clara de Mingi, pero no la obtuvo. Se propuso a conseguirla el día siguiente, y el siguiente a ese... y el siguiente a ese también.
En algún momento, eso dejó de ser importante. A medida que pasaba más tiempo con Mingi, comenzó a ver las posibilidades de una vida más auténtica y emocionante, lejos de las expectativas impuestas por su entorno.
Mingi era una cosa extraña. En un momento podía ser la criatura más calmada sobre la tierra, pero al siguiente alguna idea loca se le cruzaría por la cabeza y cometería la mayor tontería jamás vista. O se enojaría y actuaría como un león rabioso.
Cada ángulo de Mingi era digno de admirar porque era impredecible, y más importante... era autentico.
Todo lo que Yunho no era.
Entonces... él tenía ese tipo de fijación con su mejor amigo, pero no se dio cuenta hasta que le dejó.
En un principio dolió, pero pensaba que podría superarlo. Había vivido años antes de conocerlo, simplemente guiándose por sus propias normas, pero volver en soledad se sintió demasiado pesado y antipático. Antes, al menos tenía la compañía de Mingi para sobrepasar las cosas, y cuando se encontró solo supo que no era bueno lidiando con eso por su cuenta.
Todos se sentían demasiado irritables, las cosas estúpidas que decían le parecieron muchísimo más molestas y tener que soportarlo con una sonrisa en la cara era más complicado que cualquier cosa.
Y extrañaba a Mingi.
Tenía que ser sincero, no fue bueno lidiando con el proceso y en su cabeza no encontraba la forma de solucionar las cosas, sobre todo porque Mingi se había marchado lo suficientemente lejos para expresar su punto.
Por eso, todavía no conseguía asimilar que las cosas se solucionaran tan rápidamente luego de que Mingi dijera la verdad, pero no podía tomarle la importancia que debería.
Simplemente estaban pasando el rato como solía ser... y como debió ser.
—Estás loco si piensas que voy a llevarte, es una reunión familiar —Mingi se quejó desde su lugar frente al espejo, era la quinta vez que estaba arreglándose el abrigo, pero a Yunho le parecía que estaba bien desde el primer momento y Mingi solo estaba siendo paranoico—. Busca algo qué hacer, ¿no tienes algún negocio por ahí que debas atender?
—No, eso lo hice durante la mañana. Además... ¿cuál es el problema? Sabes que soy el hijo favorito de tu madre.
Mingi se volteó a mirarlo con los ojos entrecerrados.
— ¡Con mayor razón! consíguete tu propia familia y deja de intentar robarte la mía.
—Vamos, Mingi, no seas tan terco. Siempre me decías que era prácticamente de la familia, así que, ¿por qué no me llevas esta vez? —insistió Yunho con una sonrisa traviesa—. Han pasado años desde la última vez que los vi.
Mingi resistió un poco más, cruzando los brazos sobre el pecho y frunciendo el ceño. Pero finalmente, después de un momento de reflexión, cedió.
—Está bien, pero solo porque mi madre me preguntó por ti. Pero primero, necesitas cambiarte de ropa, Yunho. No puedes asistir a una cena familiar luciendo como si fueras a una reunión de negocios.
Yunho fingió sorpresa y miró hacia abajo, evaluando su atuendo con un toque de teatralidad.
—¿En serio? Pensé que estaba vestido apropiadamente para la ocasión.
Mingi le dio una larga mirada de pies a cabeza, pero al encontrarse con sus ojos hizo una mueca nerviosa y miró hacia cualquier lado que no fuera Yunho.
—Definitivamente no lo estás. Ve a cambiarte de inmediato. Te esperaré en el recibidor.
Con una sonrisa de victoria, Yunho se dirigió hacia su propio apartamento para encontrar una ropa más adecuada para la cena familiar de Mingi. Aunque había resistido al principio, sabía que Mingi acabaría cediendo finalmente.
No había cambiado, no del todo.
Después de cambiarse de ropa y asegurarse de que su atuendo era apropiado para la cena familiar, Yunho regresó donde Mingi lo esperaba. Se veía notablemente más relajado y dispuesto a aceptar la compañía de Yunho en la cena.
Yunho se acercó a su amigo inclinándose levemente hacia él, lo suficiente para poder susurrarle.
— ¿Listo para irnos, Mingi?
Mingi dio un salto hacia el costado.
—Jodido cabrón. ¡No vuelvas a hacer eso! ¡¿Me escuchaste?!
Yunho se rio.
—Está bien, lo siento. —La disculpa fue de todo menos sincera, lo que hizo a Mingi enfurruñarse un poco más—. Estaba pensando en conducir, ¿qué dices? Tómalo como una disculpa más.
Mingi se llevó una mano al pecho.
—Aceptaré solamente porque es una ofrenda de paz.
Durante el camino hacia la casa, la conversación entre ambos fluyó de manera casual. Sin embargo, Yunho notó que Mingi estaba un poco pensativo, como si tuviera algo en la mente que no estaba compartiendo.
—¿Todo está bien, Mingi? —preguntó Yunho, notando su silencio ocasional.
Mingi le dirigió una mirada fugaz y asintió con una sonrisa forzada.
—Sí, todo está bien. Solo estoy pensando en algunas cosas del trabajo, ya sabes cómo es.
Yunho asintió, sabía que esa era una mentira, pero Mingi era bastante reservado cuando se trataba de sus preocupaciones personales.
A medida que avanzaban por las calles de la ciudad, Yunho debió morderse la lengua para no presionar. Debía esperar hasta que él estuviera listo para hablar.
Solo esperaba que lo hiciera si podía ayudarlo... para que no sucediera lo de la última vez.
Esperaba que, con el tiempo, Mingi pudiera abrirse y compartir lo que lo tenía pensativo, pero hasta entonces, estaba dispuesto a ser un amigo comprensivo y solidario.
No podía cometer errores.
Finalmente, Yunho y Mingi llegaron a la casa de los padres de Mingi. Era una hermosa residencia con un jardín bien cuidado y una fachada imponente. Mingi parecía un poco incómodo mientras se detenía frente a la puerta principal, pero le ofreció una sonrisa a Yunho antes de tocar el timbre.
Después de unos segundos de espera, la puerta se abrió y una mujer de mediana edad con una cálida sonrisa en el rostro apareció en el umbral. Era la madre de Mingi.
—¡Yunho! ¡No puedo creer que estés aquí! —exclamó emocionada y antes de que pudiera reaccionar, ella lo abrazó efusivamente—. ¡Cuánto tiempo sin verte!
— ¡Hey! También estoy aquí, y se supone que soy tu hijo. —Mingi alegó frunciendo sus labios.
—A ti ya te vi la semana pasada, a Yunho no. —Su madre se excusó como si con eso tuviera razón suficiente para ignorar a su verdadero hijo, luego fijó toda su atención en Yunho—. ¡Ha pasado mucho tiempo! ¿Cómo haz estado?
Yunho, sorprendido por la cálida bienvenida de la madre de Mingi, respondió con una sonrisa amable.
—He estado bien. Estoy feliz de venir de nuevo.
— ¡Me alegro! De seguro tienes mucho que contar, has crecido mucho desde la última vez. —Ella le dio una sonrisa antes de girarse hacia Mingi, apretándolo en un abrazo—. Y tú quita ese ceño fruncido, no pasó nada.
Mingi suspiró con resignación y murmuró para sí mismo:
—Sí, sí, dame el abrazo de consuelo, eso no va a reparar mi corazoncito.
—No seas dramático.
—No puedes decirme qué hacer.
—Ya, ya. Deja de sufrir, te compensaré. —Yunho apretó una sonrisa entre sus labios. Mingi parecía estar recibiendo demasiadas compensaciones hoy, pero eran necesarias para que se sintiera feliz—. Ahora, pueden ir al comedor mientras termino de preparar todo. Estoy segura de que tu padre estará feliz de ver a Yunho de nuevo.
Mingi le hizo una mueca, Yunho debió esforzarse más para no reírse. Finalmente, Mingi asintió y condujo a Yunho hacia el comedor, donde se encontraba su padre, un hombre serio pero amable que le dio la bienvenida con un apretón de manos firme.
—Yunho, hace mucho que no te veíamos por aquí. Estoy contento de que hayas venido. ¿Cómo has estado?
Yunho respondió con cortesía y se sentó a la mesa junto a Mingi y su familia. El ambiente era cálido y acogedor, y Yunho se sentía a gusto a pesar de que estaban ignorando el elefante en la habitación.
Era extraño que hubieran cortado todo tipo de lazo durante años y luego, de la nada, se presentara como amigo de su hijo nuevamente.
Durante la cena, la conversación fluyó con naturalidad. Yunho compartió algunas anécdotas de su vida, y la familia de Mingi escuchó con interés. Mingi se relajó gradualmente y participó en la conversación, haciendo chistes y recordando momentos divertidos que habían compartido en el pasado. Yunho notó que la madre de Mingi miraba con ternura a su hijo, y eso lo hizo sonreír.
Después de la cena, todos se trasladaron a la sala de estar, donde continuaron charlando y riendo. En un momento dado, Mingi se levantó y se disculpó, diciendo que necesitaba hacer una llamada telefónica importante. Yunho notó que su amigo parecía preocupado, pero decidió no presionar en ese momento.
En cambio, comenzó a tardar...
Y no pudo quedarse quieto demasiado tiempo.
—Iré a ver cómo está. —Yunho se excusó con una sonrisa antes de dirigirse hacia el jardín.
Justo como esperaba, Mingi no estaba haciendo ningún tipo de llamada. Simplemente se quedó sentado en la banca del jardín mirando hacia cualquier lugar del cielo.
Yunho no dijo una palabra, solo se sentó a su lado en completo silencio.
Al menos, hasta que Mingi habló.
— ¿Quieres preguntar?
Yunho le miró un momento. Mingi se veía demasiado serio ese día, y había estado actuando incómodamente desde que llegaron.
—No lo sé. ¿Quieres contarlo?
—Creo... —Mingi bajó los hombros. Era en momentos así que Yunho se sentía realmente cercano a él a pesar de todo, porque Mingi detestaba mostrar debilidad ante los demás. Sin embargo, ahí estaba con él— ¿Notaste que mi hermano no está?
—Lo hice, pero no pensé que fuera importante. —Yunho recordaba vagamente al tipo. La gente solía decir que Mingi era orgulloso claramente desconociendo a su hermano mayor, porque él era muchísimo más orgulloso y altanero. A Yunho no le agradaba realmente—. ¿Sucedió algo con él durante todo este tiempo?
Mingi suspiró.
—Si... ya sabes... todo el asunto conmigo. —Mingi prefirió no decirlo, optando por titubear frases cortas—. Digamos que... ¿no lo tomó bien?
— ¿Qué...?
Mingi se pasó una mano por el cabello con frustración, los mechones de cabello rojizo se volvieron un poco más rebeldes en ese costado.
—Un poco antes de tomar la beca a Taiwán decidí tener la charla con mi familia. Debía explicarles por qué quería irme tan lejos de pronto, y también... quería decir la verdad. Necesitaba dejar de mentir con alguien por una vez. —Mingi le miró lastimosamente—. Ellos son mi familia, así que era... era lo correcto, ¿no?
—Por supuesto.
Mingi pareció aliviado.
—Sí... bueno... mis padres lo tomaron bien. Decidieron darme todo su apoyo y no hicieron más preguntas, pero mi hermano... —Mingi hizo una mueca, Yunho no necesitó ser un genio para entender qué sucedió con él exactamente—. Me odió por completo.
Yunho sintió el peso de esas palabras. Por supuesto que Mingi acabaría temiendo de todo y de todos si una de las personas en las que más confió le traicionó de esa manera. Si Mingi huyó fue porque toda la situación lo direccionó a hacerlo, y Yunho fue demasiado distraído para darse cuenta.
Le falló.
—No es tu culpa.
—No lo sé... incluso cuando me fui siguió comportándose déspotamente con mis padres. Hizo un escandalo porque ellos estaban "incentivándome" a arruinar la reputación de nuestra familia y discutieron durante un buen tiempo. Al final, él se fue.
—Mingi.
— ¿Qué?
—No es tu culpa.
Mingi le miró un largo rato, pero Yunho le sostuvo la mirada para probar su punto.
—Adoro verlos. Los amo. Pero incluso si dicen que no es mi culpa, no puedo evitar sentirme culpable. —Mingi suspiró como si estuviera agotado—. Lo intenté, ¿sí? Quise ser normal.
—Eres normal.
—No lo que la gente aquí considera normal, por eso...
—Te marchaste. —Yunho le vio hundirse en si mismo en completa derrota, así que se inclinó para abrazarle y mantenerle cerca. Mingi se tensó un poco, pero se relajó finalmente—. Entiendo que todo esto puede ser agotador, pero si necesitas un momento... sabes que me tendrás contigo. No dudes en ninguno de los que te aprecian, yo incluido.
—Sí, yo... prometo que no sacaré conclusiones apresuradas respecto a ti de nuevo. —Mingi habló en un tono bajo, seguramente avergonzado por ese pequeño momento de vulnerabilidad—. Y gracias... ya sabes, por perdonarme.
Yunho ladeó su cabeza con confusión.
—Te dije que no tenías la culpa. Me hubiera gustado que confiaras un poco más en mí, pero no sucedió y no podemos lamentar algo que quedó en el pasado. Solo intentemos hacer las cosas mejor ahora.
Por el bien de ambos.
Porque incluso si Mingi era el que necesitaba ayuda, podía llevar una vida bajo sus estándares.
Sin embargo...
Yunho no funcionaba bien si no tenía a Mingi a su lado.
¡Hola! ¿Cómo están?
Yo estoy intentando activar el super poder que activé con el WooSan para ir sacando estos fics lo más rápido posible. Tenganme paciencia o lloro porque todo en mi vida está medio feo jajan't.
Espero volver pronto, besos.
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