Capítulo 10
— ¿De verdad te dijo eso? Me parece una tontería, si pidió tu ayuda debía saber que podrías no estar de acuerdo con su punto de vista. Además, solo le diste una crítica constructiva, no debía tomárselo personal.
Mingi hizo una mueca quejumbrosa después de darle un sorbo a su café frío que esta vez sí era un caramel macchiato helado.
—Eso fue lo que intenté decirle, pero solo se molestó más. No importa, supongo que está tomando esas actitudes de la supervisora Min, será un gran asistente para ella si continua por ese camino.
—Eso o ambos terminan desgarrándose las gargantas mutuamente, mientras no terminemos teniendo más trabajo estaremos bien.
Mingi sonrió al escuchar a Keonhee ponerse de su lado. Era bueno tener un pequeño apoyo después de un día algo revoltoso, aunque no sabía si debía referirse a sus acciones como un apoyo pequeño porque Keonhee tuvo un ojo en Mingi todo el día. Hizo lo posible por ayudarlo en un par de tareas, le invitó el almuerzo y ahora se encargó de llevarlo al área de descanso después de discutir brevemente con el asistente de la supervisora Min.
Mingi quería ser cuidadoso a su alrededor, constantemente recordaba que arruinó todo desde que le dijo a Wooyoung que le gustaba Keonhee para que olvidara su plan de emparejarlo con Yunho. Eso llevó a que Wooyoung evidenciara cierto gusto que Keonhee parecía tener por él... y finalmente todo se fue al tacho cuando Yunho comenzó a creer que sí le gustaba Keonhee.
Sin embargo... Keonhee era demasiado amable como para simplemente ignorarlo, Mingi no era bueno siendo cruel, mucho menos si Keonhee no había hecho más que preocuparse.
Y ahora Mingi quería sentir que alguien se preocupaba por él.
Alguien diferente a Yunho.
Las cosas no estaban complicadas entre ellos, de hecho, todo se sentía como uno de sus absurdos sueños adolescentes. Yunho estaba pendiente de él en cada momento, cuando estaban solos era extrañamente pegajoso y lo colmaba de afecto. Mingi se estaba obsesionando un poco con los besos y las caricias, sobre todo con la constante atención.
Su irritable fijación por Yunho que alguna vez fue una mezcla de enamoramiento y admiración parecía renacer poco a poco, y Mingi no podía estar más asustado por ello.
Yunho no le quería en la forma que alguna vez deseó que lo hiciera. Yunho le extrañaba como su mejor amigo y confidente, no como un amante. Estaba haciendo todo eso para que Mingi se quedara, pero no para que se quedara con él.
Su impulso principal era ayudarle, no desearle. Nada de lo que hacía para Mingi era por los motivos correctos y debía entenderlo antes de que una idea estúpida se le metiera en la cabeza.
Extrañamente acabó refugiándose un poco en Keonhee. Todo el mundo —inclusive Yunho— esperaba que Mingi terminara teniendo al menos un par de citas con él, al menos para probar este nuevo lado que Yunho le estaba ayudando a descubrir. De algún modo se sentía como estar haciendo lo correcto.
Mingi solo tenía que presionar hacia abajo la ola de sentimientos cálidos que le venían al pecho cada vez que pensaba en Yunho.
Ese hombre podía ser la definición de perfección y definitivamente le estaba dejando saber cómo sería tener un novio perfecto, pero lamentablemente esa faceta de Yunho estaba prohibida para él. Todo lo que tendría cuando terminara era su perfecto mejor amigo al que podía admirar desde lejos.
Ayudaría si finalmente comenzara a fijarse en Keonhee de verdad. Era un buen hombre, amable y encantador, físicamente su tipo. Si seguía haciendo todas esas pequeñas acciones encantadores tal vez podría llegar a su corazón al final.
Era un poco cursi pensar así. Mingi jamás se interesó por tener una pareja real, demasiado ocupado escapando para vivir como quería, pero todo estaba cambiando ahora que Yunho entró a la ecuación para cambiar la perspectiva que tenía sobre sí mismo.
Tener a una persona que de verdad le amara lo suficiente para ser su otra mitad, sostenerle y cumplir lo que para Mingi se sentían como caprichos podría ser suficiente.
Todavía tenía miedo, pero así como Yunho le estaba ayudando a disipar el miedo... alguien nuevo podría ayudarle a desaparecer el temor a tener una relación en esa sociedad que le dio la espalda antes de poder decir una palabra.
¿Verdad?
Mingi hizo una mueca inconscientemente. Eso se sentía como huir, pero de una manera diferente que no involucraba un avión.
— ¿Mingi?
Mingi levantó la mirada para fijarse en Keonhee, él le miró cuidadosamente.
—Dime.
—Oh, no es nada. Solo te quedaste quieto por un momento, me preocupé cuando pusiste mala cara. —Keonhee soltó una risa pequeña y desvió la mirada mientras le dio un sorbo a su café—. Eres un poco adorable, ¿sabías?
Mingi boqueó.
Oh, bueno.
Era extraño que usaran ese tipo de adjetivos para referirse a él. Mingi estaba acostumbrado a que los elogios se mantuvieran en una línea seria, nada tierno.
A menos que fuera Yunho, desde que recordó el apodo de "princesa" no había nada que se lo sacara de la boca.
—Basta, no lo repitas.
Keonhee se rio por el calor que Mingi tenía en las mejillas, pero esa reacción solo fue debido a que recordó las tonterías de Yunho. De verdad no podía seguir una línea de pensamientos sin que su recuerdo interfiriera.
El sonido del reloj inteligente en la muñeca de Keonhee lo obligó a centrarse de nuevo.
Keonhee hizo una mueca.
—Lo olvidé, tengo una reunión de equipo ahora.
—Mucha suerte con eso. —Mingi intentó que su apoyo sonara sincero, pero no pudo evitar pensar que se escuchó algo tosco.
Eso no le importó a Keonhee. Él solo le sonrió de vuelta.
—Gracias.
Después de una rápida despedida, el se dirigió de regreso a las oficinas de marketing. Mingi sabía que debía hacer lo mismo, pero de verdad necesitaba un momento para él o terminaría enloqueciendo pronto.
Quería creer que este desastre dentro de su mente comenzó cuando tuvieron sexo. La segunda... o tal vez la cuarta vez, o seguramente un punto en el medio en que comenzó a arruinarle los sesos. A Mingi no le gustaba pensar demasiado en cómo se daban las cosas entre ellos porque apenas podía sostener la vergüenza de la primera vez que follaron.
Esa fue una noche demasiado rara. Mingi jamás permitió que alguien lo dominara y tampoco estaba preparado para que sucediera porque suponía que Yunho tenía un limite para los favores que le hacía. Aparentemente el único que tenía los limites puestos era Mingi, y tampoco eran fuertes porque se derrumbaron tan pronto Yunho le dijo que podían hacerlo.
La experiencia fue surreal. Mingi estaba preparado que su falta de experiencia hiciera de todo un desastre, pero Yunho se encargó de cuidarlo a cada momento, fue gentil y rudo en partes iguales, sabiendo perfectamente donde tocar para dejarlo disfrutar del momento.
El cuidado posterior fue lindo también. Mingi estaba más que acostumbrado a hacer todo, así que tener a alguien que se encargó de limpiarlo y le besó las mejillas solo por mimarlo fue suficiente para que se le calentara el pecho.
Sentirse merecedor de afecto era tan extraño y alucinante al mismo tiempo.
Mingi tuvo que recordarse a sí mismo que solo fue una prueba, algo que llamarían por el bien de la ciencia, aunque no estaba seguro de poder determinar que le gustaba estar debajo de alguien o solo le gustaba estar debajo de Yunho.
Iba a ser difícil encontrar a un hombre que le hiciera competencia. Yunho tenía la personalidad, la cara, el cuerpo y una polla que...
Era mejor que se detuviera ahí.
Mingi estaba haciendo lo mejor que podía, ¿correcto? La ambigüedad en Yunho tampoco estaba ayudándole mucho.
Después de convertir sus piernas en gelatina temblorosa la primera vez, Yunho preguntó si podían cenar y la siguiente hora se la pasó comiendo el tteokbokki que le preparó. Mingi comió más lento de lo normal, preguntándose si solo acabó de vivir una alucinación y nada de eso pasó en realidad.
Entendió que no cuando tuvieron sexo al día siguiente también. Mingi ni siquiera podía recordar por qué razón en concreto, seguramente era algo más sobre sus inseguridades que poco a poco estaban pasando a segundo plano.
Uff, qué desastre.
Mingi echó un vistazo a su celular, pasando de los mensajes sin leer que tenía de sus amigos y enfocándose en la última conversación que tuvo con Yunho. Sus mensajes se detuvieron alrededor de las tres de la tarde cuando apareció para pedir disculpas por no poder almorzar con Mingi por culpa de alguna reunión, Mingi simplemente le dijo que estaba bien y que Keonhee le invitó el almuerzo.
Todo lo que recibió después de ese mensaje fue el condenado emoji de la carita sonriente.
Yunho no era estúpido, él debía saber que ese emoji representaba cualquier cosa menos alegría, era puro y duro sarcasmo.
Solo que Mingi no entendía a qué se refería completamente y no estaba seguro de querer saberlo, por eso solo lo ignoró el resto de la tarde.
Yunho parecía estar haciendo lo mismo.
Qué tontería.
Antes de que pudiera hundirse en sus pensamientos de nuevo, le llamó la atención ver al director de relaciones públicas apareciendo junto a su asistente, debían estar teniendo una conversación bastante seria. Mingi observó cómo intercambiaban palabras apresuradas, ocasionalmente asintiendo con seriedad. Después de unos minutos, San se disculpó con su asistente y se dirigió hacia la terraza contestando una llamada.
Bueno, el novio de Wooyoung era un hombre bastante ocupado.
Pero... Mingi estaba buscando a alguien que le ayudara con otro de sus grandes problemas respecto a Yunho y ese podía ser el momento que estaba buscando.
San era un gran amigo de Yunho, todo el mundo sabía eso. Era obvio que el que debía saber algo era él.
Se levantó rápidamente intentando seguirle el paso a San, encontrándolo cerca de la barandilla y todavía inmerso en una conversación que Mingi apenas logró entender porque estaban hablando en alemán, uno de sus idiomas menos favoritos.
San finalizó su llamada telefónica y guardó el teléfono en el bolsillo de su traje. Al levantar la vista, notó la presencia de Mingi y le sonrió.
—Hey, Mingi. No te vi ahí, ¿cómo estás? —San le saludó con amabilidad.
—Oh, fantástico. ¿Qué hay de ti? Te ves realmente ocupado.
San se encogió de hombros. Él se veía bastante relajado, aunque estaba haciendo algo importante hacia solo unos minutos.
—Usualmente pasa, no es la gran cosa.
— ¿Entonces tienes un minuto? Será rápido, lo prometo.
San le miró un poco confundido, de seguro extrañado por la inesperada atención de Mingi.
Él mismo se sentía un poco incomodo. San se veía como una buena persona, Wooyoung no hacia más que soltar elogios cada vez que hablaba de él, y se sentía mal que Mingi se acercara solo para hacer preguntas.
Tal vez en otro momento podrían conocerse mejor, pero ahora Mingi sabía que San era el único que podía darle respuestas verdaderas. Y es que la misma noche que su relación con Yunho dio un giro por completo se había encontrado con algo extraño.
Algo que sabía, no podía preguntarle a Yunho. Sería demasiado incomodo intentar hablar de algo que Yunho claramente no estaba interesado en contar.
¿Se sentía como un metiche? Sí, esperaba que aceptarlo disminuyera la culpa.
—Oh, creo. ¿Qué necesitas de mí?
Mingi tragó.
—Necesito que me digas todo lo que sepas sobre Hae Yoorim.
Al escuchar ese nombre la actitud de San cambió, su postura relajada se volvió tensa y su sonrisa fue reemplazada por una mueca incomoda. Mingi supo de inmediato que tenía razón, San podía darle información sobre esa misteriosa mujer.
— ¿Cómo sabes de ella? Pensé que Yunho evitaría decirte cualquier cosa sobre Yoorim
Mingi jadeó.
— ¿Cómo sabes que soy cercano a Yunho?
—Porque yo soy cercano a Yunho. Sé que fueron a amigos hasta que te fuiste a Taiwán, luego regresaste aquí y debí escucharlo quejarse sobre como lo ignorabas y te ibas.
Mingi sintió que su respiración se cortaba. No tenía ni idea de que San supiera tanto, así que definitivamente él-
— ¡¿Qué más sabes?!
San dio un paso hacia atrás.
—Joder, no me asustes así. —Se quejó—. Solo sé que se arreglaron durante tu fiesta de bienvenida, ahora entiendo que son amigos. Supuse que Yunho evitaría contarte sobre Yoorim porque te burlarías de él.
—Oh...
Está bien, podía volver a respirar en paz. Lo que menos necesitaba era que alguien más supiera de lo que Yunho y él estaban haciendo porque sería complicado de explicar una vez acabase.
—Yoorim es la hija de un empresario importante aquí en Seúl. Yunho estuvo saliendo con ella durante un par de meses, pero terminó la relación hace algún tiempo. Ella no reaccionó de la mejor manera... bueno, en realidad reaccionó de la peor manera. —San suspiró como si estuviera agotado de solo recordar esa situación—. ¿Cómo te enteraste de ella? Supongo que si me estás preguntando a mi es porque Yunho no te dijo nada.
Mingi se sonrojó.
—Leí un mensaje.
—Entonces ella tiene otro número de nuevo. —San pasó una mano por su cabello para peinarlo de nuevo, luego se fijó en Mingi otra vez—. Lo siento, no debería ser yo el que esté contándote sobre ella. Deberías ir con Yunho primero, tal vez logres meter algo de sentido en su cabeza porque sigue creyendo que ella se detendrá por su cuenta.
— ¿Ah? ¿Por qué yo?
—Creo que te escuchará si se lo dices tú, parece tener un punto débil por ti.
Mingi parpadeó sintiendo que estaba delante de la persona que podía decirle toda la verdad, pero sabía que San se negaría a hacerlo.
A pesar de eso, volvió a preguntar.
—Wooyoung no sabe de mi extraña amistad con Yunho, ¿verdad?
—No lo sabe. Le gustaría que se lo dijera, lo sé, pero no es un secreto mío para contar. Si ustedes intentan mantenerlo en secreto deben tener sus motivos.
Mingi agradeció que San fuera así de noble, sobre todo considerando lo insistente que podía ser Wooyoung en ese aspecto.
— ¿Puedo hacer una última pregunta?
—Claro, el problema es que no sé si puedo responderla.
—Demonios. —Mingi hizo un puchero frustrado—. ¿Al menos puedes decirme como se ve Yoorim? Si lo que me dices es cierto, siento que ella puede estar rondando a Yunho y dudo poder ayudar si no la conozco.
San lo pensó un poco, pero finalmente cedió.
—Se ve justo como el tipo de Yunho.
— ¿El tipo?
San pareció un poco confundido.
— ¿Realmente no lo has notado? Son amigos desde hace mucho.
—Sí, pero cuando estábamos juntos le hacía el quite a la gran mayoría de las chicas. Era extraño que aceptara una cita.
Mingi sintió que San estaba pensando en algo mucho más profundo que en su pregunta, pero prefirió no molestarlo más.
—Mujeres altas, esbeltas, pero de muslos gruesos. Los rasgos de la cara siempre son agudos, ojos rasgados y labios rellenos. Ah, y el cabello en alguna tonalidad de rojo. Si alguna chica con ninguna de esas cualidades se acerca a él entonces la rechazarán cortésmente. —A medida que soltaba cada característica, Mingi notó que San comenzó a mirarlo detenidamente hasta que volvió a sus ojos—. Justo como pensaba, se ven un poco como tú.
— ¿Disculpa?
—Siento que no debí notar ese detalle. —San hizo una mueca como si se hubiera metido en un problema donde no quería estar—. No importa. Solo ve con Yunho si quieres preguntar algo más, me siento mal soltando información que no me corresponde. Solo te digo sobre Yoorim porque siento que tu podrías ayudar.
—Gracias.
—No hay de qué.
Mingi se despidió torpemente con un par de movimientos de sus manos, a San debió parecerle gracioso porque solo se rio. Dejando que la mezcla de emociones le impulsara a hacer cosas de nuevo, Mingi regresó al edificio pensando que debía tomar el consejo de San y buscar respuestas directamente con Yunho.
Tomó el ascensor hasta el piso de la presidencia mientras intentaba convencerse a sí mismo que Yunho no se enojaría por entrometerse. Era un tema delicado, y sinceramente esperaba poder ayudarle en algo justo como San sugirió.
Yunho ya estaba haciendo muchísimo por Mingi sin esperar nada a cambio, era momento de que hiciera algo. El gerente Han podría quejarse sobre él más tarde, ahora tenía algo que resolver.
Al llegar a la oficina de Yunho pudo respirar tranquilo al notar que Wooyoung no estaba por ninguna parte, eso significaba una excusa menos en su camino.
Inhaló profundamente antes de llamar a la puerta.
—Pase.
Mierda, su voz. ¿Ya podía desistir?
No, no debía. Estaba haciendo esto porque quería saber más de Yunho, ayudarle si era posible. No importaba que tuviera tantas cosas en la cabeza, se suponía que Yunho y él eran amigos.
¿Cierto?
No pudo seguir con su verborrea mental porque la puerta frente a él se abrió de golpe. Yunho le miró aburridamente debajo del umbral, luciendo justo como hacía durante las tardes; atractivamente cansado.
—Sí, sabía que eras tú.
Mingi frunció el ceño.
— ¿Por qué?
—Titubeas mucho antes de hacer cualquier cosa, otro hubiera simplemente entrado. —Yunho dio un paso al costado y sostuvo la puerta para él—. Adelante, entra.
Mingi cruzó los brazo sobre su pecho y recargó su peso en una de sus piernas.
— ¿Vas a preguntar por qué vine?
—No necesito saber, sé que lo dirás en algún momento de todas formas.
Yunho tomó una de sus manos que intentó esconder de él, pero bastó con un empuje para obligarlo a entrar a su oficina. Mingi odiaba que Yunho estuviera teniendo tanto poder sobre él, solo esperaba no terminar justo como lo hizo años atrás.
Qué horror.
—Para que lo sepas, no te estaba ignorando antes. Solo no supe como contestar ante tal magnitud de respuesta.
Yunho hizo una media sonrisa mientras se sentaba otra vez tras su escritorio, Mingi odió que tomara su papeleo de nuevo a pesar de que él estaba ahí.
—Me dijiste que tenía prohibido hacer de cupido contigo, por eso preferí guardarme las emociones cuando dijiste que saliste con Keonhee.
—No tiene nada que ver con eso, él es una buena persona.
—Ajá. Y te gusta.
—No es necesario que digas eso.
Yunho rodó los ojos.
—Lo que sea. La siguiente vez dímelo, así no me sentiré culpable por dejarte mientras estás con otro olvidándote por completo de mí.
Mingi intentó buscar la burla en su tono de voz, pero no consiguió encontrarla.
— ¿Estás molesto?
Yunho le miró con sorpresa, bajando los papeles sobre el escritorio de nuevo.
—Claro que no, princesa. ¿Por qué lo estaría?
Claro, ¿por qué lo haría? Mingi no le importaba en lo absoluto.
Gracias a eso volvió a recordar su verdadero motivo para estar aquí. Mingi prefirió apretar los puños a sus costados intentando darse ánimos, aunque sus uñas le hirieron un poco las palmas.
— ¿Puedes contarme sobre Yoorim?
Mingi esperaba que Yunho reaccionara ante su nombre, pero en su lugar él simplemente se frunció el ceño y se inclinó ligeramente sobre el escritorio para mirarlo de cerca.
El silencio llenó la habitación, solo interrumpido por el zumbido lejano de una impresora en la oficina de al lado. Mingi se esforzó por mantener la mirada de Yunho, pero sus ojos oscuros parecían escudriñar cada rincón de su mente.
— ¿Cómo te enteraste de ella?
—Yo... uhm...
—Princesa.
—Leí un mensaje. —Mingi tragó intentando evadir la mirada de Yunho, pero no lo estaba consiguiendo—. En... en tu teléfono. Ella era muy insistente, ¿sí?
— ¿Y por qué estabas revisando mi teléfono? —preguntó Yunho, su tono manteniendo la calma a pesar de la tensión palpable.
—No es como si lo hiciera a menudo. Fue un accidente. —Mingi trató de sonar casual, pero sabía que no estaba logrando engañar a Yunho—. Está bien, te dejaré golpearme por eso, pero no puedes simplemente...
Su voz cayó mientras Yunho se levantaba de su escritorio, acercándose a Mingi a paso lento. No le gustó la forma en que su postura se volvió tensa, tampoco la incomodidad que le generó su mirada. Se veía justo como hacía hace unos meses cuando aún estaban peleados.
Oh, mierda.
—Eso es invasión de la privacidad, Mingi. ¿Por qué estabas revisando mi teléfono?
Por un momento pensó que le tomaría la palabra. Mingi debió cerrar sus ojos y encogerse un poco sobre si mismo para dejar de mirar lo que sea que Yunho fuera a hacerle ahora. ¡Lo arruinó, sí! Pero él no debía actuar así de aterrador de nuevo.
Otra vez, Mingi odiaba cuando Yunho se enojaba.
Sin embargo... lo único que recibió fue un golpecito en la frente.
—Solo juego contigo. ¿Por qué de la nada te volviste metiche?
Mingi jadeó, regresando a mirar a Yunho solo para encontrarse con su sonrisa juguetona.
— ¡Te dije que ella era muy insistente! Pensé que podía ser algo importante, así que pensé en contestar por ti, pero solo era ella rogando porque le hablaras.
Yunho le pellizcó la mejilla.
—No eres mi asistente e incluso si lo fueras tampoco te dejaría hacer eso. Tienes suerte de que te quiera lo suficiente para no enojarme contigo.
—Lo sé, déjame ir.
Yunho le soltó, pero no se alejó. Mantuvo su cercanía para mirarlo como si Mingi acabara de poner un buen enigma delante de él.
En realidad parecía que eso acababa de hacer.
—Puedo hablarte de ella, pero no quiero hacerlo ahora.
— ¿Ah?
—Dame tiempo hasta que decida hablarlo contigo, necesito... ordenar un par de cosas antes. ¿Está bien?
Mingi deseó golpearlo.
—Claro que no. Ella parece estar haciendo algo realmente malo contigo y no te veo ni medianamente preocupado por eso.
Yunho se inclinó un poco más cerca.
— ¿Estás preocupándote por mí?
— ¡Sí! ¿No es obvio?
Yunho sonrió ante la confesión de Mingi, como si estuviera complacido por su sinceridad. Sin previo aviso, Yunho se inclinó y capturó los labios de Mingi en un beso suave, pero lleno de intenciones.
Fue un beso que dejó a Mingi sin aliento, borrando cualquier preocupación o tensión que hubiera acumulado durante ese día agotador. Los labios de Yunho eran cálidos y seguros, y Mingi se dejó llevar por el contacto, cerrando los ojos y permitiendo que el beso se prolongara.
Cuando finalmente se separaron, Yunho le dedicó una mirada intensa que hizo que el corazón de Mingi latiera con fuerza. La mano que se aseguró en su espalda baja para mantenerlo cerca no ayudaba a que su corazón se detuviera tampoco.
— ¿Te sientes mejor ahora? —preguntó Yunho, su aliento acariciando suavemente los labios de Mingi.
—Sí, supongo que sí —respondió tratando de recuperar el aliento y procesar lo que acababa de suceder.
Yunho le acarició la mejilla con ternura.
—Me alegra escucharlo. Ahora, ¿quieres hablar sobre algo más, o prefieres que dejemos las conversaciones difíciles para otro momento?
Mingi iba a contestar, pero la puerta de la oficina se abrió de pronto, rompiendo el momento. Antes de que Mingi pudiera apartarse, escuchó un jadeo nervioso. Al girar la cabeza hacia la puerta, se encontró con Wooyoung, quien los miraba con sorpresa, los ojos abiertos.
— ¡Oh, carajo! No vi nada, nada en absoluto.
Wooyoung cerró la puerta sin decir nada más, pero ambos pudieron escuchar perfectamente como se rio del otro lado de la puerta.
Mingi miró a Yunho con reproche.
—Alguien va a tener que explicarle y no seré yo.
Yunho suspiró.
—Yo me encargo.
Volví. Tengo sueño gente, no me da el espiritu para revisar el capítulo así que si hay alguna parte que no se entienda avisenme para cambiarla.
Les recuerdo que no staneo más allá de Ateez y Bts, los idols que ponga de personajes secundarios es porque me faltan papeles jaja. Esta vez me volvieron a ayudar para elegir a la chica, lo siento si no les gusta que los involucre, pero no hay nada más que pueda hacer.
Ya, no doy más. Volveré pronto.
Saludos. <3
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