
uno
NARRADOR OMNISCIENTE.
Era un día nublado en New York, todo parecía indicar que las temperaturas bajarían y eso que apenas estaba por comenzar julio.
Alana miró por el gran ventanal ubicado en el comedor del penthouse del abuelo Santino, había llegado más temprano de lo que se esperaba, quería analizar que todo estuviera en orden para la gran noche.
—Aquí esta mi dulce princesa. —dijo el abuelo llamando la atención de la chica que rápidamente se acercó a saludar. —¿No es muy temprano, querida? Recuerdo haber citado a las 8. —miró su reloj en su muñeca.
—Quise llegar antes para ver que todo estuviera perfecto para la gran noche —se encogió de hombros. —¿Estas listo?
—No podría estar mejor, Ally —dijo el canoso. —La verdadera pregunta es si tu estas lista... —murmuro con una sonrisa, ambos ya sabían a que se referían.
—Deja a esa pobre chica de una vez, Santino. —la voz de la abuela resonó haciendo asustar al hombre. —Harás que no quiera volver
El señor de ojos verdes solo rodó los ojos burlándose y siguió con la mirada a su esposa que tenía varios tubos en el cabello lo que la hacía lucir graciosa.
—Toda la familia se reunirá hoy, eso me pone tan feliz —dijo con nostalgia la más grande. —Alana querida, ¿Gracie no vendrá hoy?
Gracie se llevaba de maravilla con todos los Rolland, en especial con los abuelos quienes ya la habían bautizado como una nieta más en la familia, al igual que Harry, ambos eran los mejores amigos de Alana.
—Si, llegará en un rato con Harry quien por cierto compró un traje especialmente para esta ocasión, ya que dijo que para los Rolland siempre se vería increíble
—le contó a sus abuelos.
—Bueno espero y también traiga en manos un buen regalo para mi si no su hermoso traje no lo valdrá —dijo el canoso con diversión, de verdad que amaba a ese par.
—Ni siquiera lo dudes, abuelo. Comenzó a planear todo con un mes de anticipación
—dijo Alana con una sonrisa. —Estoy segura que su regalo te encantará.
—Más le vale. —bromeó ganándose una mala mirada de su esposa. —Vamos Lizzie! Es solo una broma
El tiempo comenzó a correr, Alana se aseguró que todo estuviera bien con la cena y decoraciones, retoco su maquillaje antes de que dieran las 8 ya que estaba segura que los invitados serían puntuales.
Y no se equivoco, al dar las 8 en punto el timbre sonó, los primeros en llegar fueron los Fiorelí y los Thompson, amigos y socios bastante íntimos del abuelo.
Luego comenzó a llegar la familia, Alana se encargaba de recibir los regalos y guiar a las personas a los diferentes puestos que había, todos la saludaban con amabilidad y respeto, sabían que importante era ella para el abuelo Santino.
Vio llegar a Harry y a Gracie junto a sus padres, quienes venían con sus hermanos los cuales al ver a su hermana mayor saltaron emocionados a saludarla.
—¡Estas más alto, Alessandro! ¿Hace cuanto que no te veo? —saludó a su hermanito el cual la abrazo con cariño.
—Ya no nos visitas tan seguido, Ally. —hizo un puchero.
—Te echamos mucho de menos, hermana! —esa fue Alessia la cual cada vez se hacía más hermosa, al igual que Alessandro. —A sebastian no le gusta jugar con nosotros
—reprochó el niño.
—Eres un mal hermano, Sebastian —le dijo Harry mientras le empujaba el hombro.
—¿No me piensas saludar? —se cruzó de brazos frente Sebastian, el cual rodó los ojos con diversión y se acerco a su hermana. —¿Como están en casa? ¿Papá y mamá siguen peleando? —le preguntó en un murmullo.
—Ya no tanto como antes, pero debo decir que es agotador —bramo el chico, apenas era un adolescente era entendible que lo tomara de esa forma.
—Vayan a saludar al abuelo, no a parado de preguntar por ustedes —le dijo a los 3 más pequeños quienes fueron hacía su abuelo.
Alana bufo y por fin pudo acercarse a sus amigos los cuales tenían una sonrisa en sus rostros. —¿Ya hay alguien? —le preguntó Gracie.
Alana rodó los ojos con fastidio y abrazó a su amiga para después hacer lo mismo con Harry. —Por suerte apenas y vamos iniciando, el abuelo esta muy feliz y ocupado así que seguro lo olvidara
—murmuró.
—Bueno no creo que lo haya olvidado —dijo Harry. —Justo ahora se está acercando con un chico bastante guapo. —decía con cuidado de no ser escuchado, Alana se dio la media vuelta encontrándose con su abuelo. —Señor Rolland, feliz cumpleaños! —Harry estrecho la mano con el hombre y le entregó la caja de regalo que tenía entre sus manos.
—Oh, Edward no te hubieras molestado
—le dijo.
—¿Para un Rolland siempre lo mejor, no es así, señor? —esa fue Gracie quien se acercó a saludarlo. —¡Feliz cumpleaños!
Alana parecía disfrutar de la interacción entre sus amigos y su familia, sin embargo parecía ser que el abuelo no se acercó por esa razón.
—Muchas gracias, Gracie. —Le sonrió.
—Alana, querida! Quería presentarte a el hijo de mi amigo Thomas Gabertí.
El chico era alto y delgado, rubio y con los ojos azules, bastante atractivo. —Soy Gabe Gabertí, y es todo un gusto conocerla, señorita. El señor Santino me a hablado mucho de usted. —su voz era grave.
—Espero que solo cosas buenas —sonreí, haciendo que el sonriera aun más. —Soy Alana. —le ofreció la mano, el cual el tomo y besó. —Ellos son Harry y Gracie —señaló a sus amigos los cuales simplemente le sonrieron, no tenían muchas intenciones de entablar una conversación.
—Los dejaré para que se conozcan. –dijo el abuelo para finalmente marcharse por donde llegó.
Harry y Gracie hicieron lo mismo y se marcharon, dejando a ese par en medio de la habitación.
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—Gracias por estar aquí, todos significan mucho para mi y mi familia. Estoy tan agradecido de que pueda disfrutar este día con ustedes. —Hablaba el patriarca. Todos estaban de pie con una copa de champagne para brindar después de que el canoso acabará con su discurso.
Como ya era costumbre, su esposa estaba de pie a un lado de el y del otro estaba Alana, quien miraba con admiración al hombre alto a su lado.
—Y quiero decirle gracias especialmente a mi esposa que me a acompañado desde hace ya 50 años en mi vida, y por supuesto a mi nieta Alana, que son el pilar de mi larga vida. A toda mi familia que esta hoy aquí y de igual forma a mis amigos y sus familias....gracias por apoyarme en todo, honestamente no puedo creer que por fin estoy en el número 80, apenas ayer recuerdo tener 79... —dijo haciendo que los presentes rieran. —Solo tengo un consejo para todos aquí, rianse, luchen, lloren, gozen y por supuesto, amen a quien quieran amar. Salud! —finalizó.
Todos comenzaron a aplaudirle fuerte, y comenzaron a chocar sus copas con otras, el abuelo abrazo a su esposa y después a Alana quien le dijo que había estado increíble aún cuando estaba muy nervioso de hablar.
La fiesta continuo, eran casi las 11 y Alana no podía recordar con cuantos chicos había hablado toda la noche gracias a su abuelo, pero para su mala suerte ninguno interesante.
La mayoría de la familia se había marchado, aunque aún había bastante gente, la gran parte amigos cercanos de la familia por lo que Alana ya de sentía más cómoda.
—Iré por un trago, ¿quieren algo?
—preguntó la castaña.
—Yo lo que quiero es que quitarme estos tacones —bramó Gracie. —Pero por ahora solo quiero agua.
—¿Agua? Gracie hay todo una barra que- ¿sabes que? yo quiero lo que sea que vayas a tomar tu —dijo Harry.
Alana asintió y se dirigió a la barra que estaba al final del pasillo, ordenó al bar tender y se sentó a esperar.
—Disculpa, ¿tienes Dom Pérignon? —habló una voz a su lado.
—Lo siento, ya se acabó —fue la voz del bartender.
—¿O cualquier otro champagne? —volvió a preguntar. —Mierda. —supuso que la respuesta fue no.
Alana alzó la mirada encontrándose con una rubia de (si no calculaba mal) al rededor de 1.80. —Hay algunas botellas en la cocina, puedo conseguirte un poco
—dijo la castaña llamando la atención de la rubia.
Sus ojos verdes se clavaron en los de ella, eran azules, un azul tan intenso que hicieron a sus piernas flagiar, un rostro pálido y muy fino, cejas pobladas, nariz perfilada al igual que la mandíbula y lo que resaltaba, sus labios rojos y carnosos.
—Oh bueno, eso sería genial. —le sonrió.
Alana la miro detenidamente mientras la rubia estaba distraída, tenía un chaleco negro sin mangas a cuello v junto con un pantalón a juego y unos tacones del mismo color, su cabello rubio caía en ondas por sus hombros y no parecía usar mucho maquillaje.
—Acompáñame —dijo Alana.
Mientras esquivaba a toda la gente volteaba a ver hacia atrás para asegurarse que aquella rubia le pudiera seguir el paso.
Finalmente llegaron a la cocina que estaba totalmente limpia y vacía.
—Debe estar por aquí —murmuró la castaña mientras buscaba por todos los cajones y puertas del lugar.
La rubia se mantuvo con la vista en ella, le parecía muy hermosa aquella chica. Su vestido color beige se ajustaba de manera perfecta a su cuerpo, era liso lo cual marcaba más su figura, que para su gusto era perfecto, su cabello castaño claro estaba cayendo por su espalda y de sus orejas colgaban a unos aretes largos de oro, la abertura en su pierna le dejaba ver que sus tacones eran del color exacto a su vestido y aunque eran altos apenas y podía llegar a la altura de su hombro.
—Están justo ahí —la de ojos verdes señaló la gabeta de hasta arriba. —Creo que...
—Oh si, yo lo bajo. —se apresuró a decir la rubia, se acercó y tomó con facilidad la botella que estaba hasta arriba.
—Tienes suerte, es un Dom Pérignon
—musito la castaña mientras observaba la botella.
—Gracias, uhmm.... —dejo un espacio para que la castaña pudiera hablar. —Perdón, ni siquiera nos presentamos ¿Cuál es su nombre?
—Alana, Alana Rolland —dijo dejando un poco sorprendida a la rubia, quien abrió su boca al escuchar su apellido.
—Oh, eres....
—Si, soy la nieta —dijo un poco apenada, nunca se terminó de acostumbrar a que la gente la tratara diferente debido a su apellido.
—Entonces tu eres la asombrosa, Alana. Ally de cariño, ¿verdad? —la castaña asintió con una sonrisa tímida, solo la familia la llamaba así. —Soy Taylor.
—¿Taylor? —extendió su mano para que Taylor pudiera tomarla.
—Swift, Taylor Swift. Un gusto conocerla
—la rubia aprovecho y con su mirada fija en la castaña besó el torso de su pálida mano.
—¿Por que no te había visto antes?
—pregunto la castaña mientras caminaba al lado de Taylor.
—Casi nunca salgo a eventos con mis padres, y hoy nos invitaron a todos —se encogió de hombros. —Mi hermano también está por ahí.
Ambas caminaban de regreso a la barra para que pudieran entregarle la botella al bar tender y pudiera servirle a Taylor.
Se sentaron en las sillas cerca de la barra mientras comenzaban a hablar y compartian una copa del champagne que apenas habían conseguido.
—Bueno me alegra que estés aquí, esta fiesta es muy importante para mi abuelo...
—Ustedes dos se llevan muy bien, ¿cierto? —la rubia bebió de su copa sin despegar la vista de Alana que observaba la forma en la que se había sentado y como los anillos en sus dedos parecían combinar perfectamente.
—Si, bueno crecí con el entonces supongo que debemos llevarnos bien —bromeó haciendo que la rubia sonriera.
—¿Alguien te espera? —pregunto la rubia por lo que ladeo la cabeza algo confundida.
—Creo que tu novio está llamándote.
Miró por detrás de la castaña haciendo que ella igual lo hiciera. Harry estaba de pie tratando de llamar su atención meneado las manos, se disculpó con Taylor y se puso de pie para poder acercarse.
—¿Quien es esa rubia tan hermosa y por qué parece como quisiera comerte de un solo bocado? —murmuró Harry mientras miraba por encima de su hombro.
—¿Que? Deja de verla, Styles. —Alana tomó sus mejillas obligandolo a dejar de verla.
—Asegúrate que mi abuelo no intente traer a nadie más, juro que acabo de enamorarme de sus ojos —decía.
Harry abrió la boca sorprendido y trató de verla una vez más. —¡Harry!
—Okay, perdón! —se encogió de hombros. —Es bonita y muy-
—¿De quien hablamos? —Gracie llegó a su lado lo cual ambos la miraron alertados.
—La sexy rubia que esta sentada por ahí está coqueteando con Alana —le contó Harry haciendo que sin disimular ni un poco Gracie la comenzará a buscar.
—¿Puedes ser más obvia? —dijo con sarcasmo la de ojos verdes. —Y no me está coqueteando, solo hablamos —trato de hacerse la indiferente.
Gracie volvió su vista y miró a ambos con la boca abierta. —La que está ahí es Taylor Swift, amigos. —decía sorprendida. —¡Es la jodida Taylor Swift, Alana! —dijo emocionada.
Alana y Harry se vieron entre ellos frunciendo el ceño. —Si, ya me dijo su nombre. —dijo la castaña con obviedad.
—¿Siquiera sabes quien es? —Gracie no podía estar más emocionada, su vista iba y venia de la rubia que parecía ocupada con algo en su celular.
—No aun no lo sé, por qur tu amigo Edward me interrumpió justo cuando estaba hablando con ella —exclamó Alana, Harry solo rodó los ojos. —¿Por que estás tan emocionada? ¿Es famosa?
—Literalmente es Taylor Swift, Alana. Taylor Jodida Swift. —le mostró la pantalla en su celular, la cuenta de instagram de Taylor estaba abierta.
Alana observo la pantalla y luego a la rubia de atrás. —Con razón su cara se me hacía conocida —cayó en cuenta.
—¡Necesito una foto con ella! —exclamó Gracie decidida a ir a su dirección, pero la mano en su brazo la detuvo. —¿Que haces?
—No, Gracie. Ella no debe saber que la conocemos o se incomodara. —dijo. —Te la presentaré luego, lo juro.
Gracie bufo enojada y termino por asentir.
—Ahora ayudale a Harry en evitar que mi abuelo me presente a alguien más por el resto de la noche. —le advirtió para darse la media vuelta y regresar a donde Taylor estaba.
—Hey —le saludó haciendo que Taylor se recomposture y sonría. —Perdón por tardar.
—No te preocupes, parecía importante.
—dijo alzando las cejas. —¿El es tu novio?
Alana negó rápidamente. —¡No, dios! Harry es mi mejor amigo, lo conozco desde niña. ¿Por que lo pensaste?
—Bueno parecía que se iban a besar
—admitió algo apenada. —Pero es bueno saber que no tienes novio.
—Dije que Harry no era mi novio, ¿Que te hace creer que no tengo? —dijo, las mejillas de Taylor adoptaron un color rojo haciendo que bajara la mirada bastante apenada.
Río al ver la expresión de la rubia, Taylor rasco su mentón y frunció sus labios.
—Perdón por suponerlo, es muy obvio que alguien tan bonita como tu debe estar bien acompañada. —dijo haciendo que la sonrisa de Alana se ensanchara aún más.
—¿Cuanto llevan? —intento cambiar su ánimo.
Alana río. —Es broma, Taylor. No tengo pareja... aún. —confesó haciendo que la de ojos azules alzará las cejas bastante sorprendida. —¿Que hay de ti, Swift?
—Oh... —fue lo único que pudo decir. —No, yo tampoco —cruzó los brazos. —En realidad hace mucho que no tengo novia.
Alana intentó no parecer sorprendida, aunque la forma en la que su boca se entreabrió y sus cejas se alzaron la delataron.
¿Como era posible que una mujer tan atractiva y famosa como ella no tuviera pareja? Pensó la castaña.
—Ally, veo que ya conociste a Taylor. —la castaña escucho la voz de su abuelo lo que la hizo fruncir la nariz y maldecir por dentro.
Vio como Taylor se puso de pie y le sonrió. —Señor Rolland —estrecharon manos. Alana de igual forma se puso de pie a un lado de Taylor y miro a su abuelo, estaba de pie junto a un chico de aproximadamente su edad o un poco más grande.
—Ally, querida. —llamó la atención de su nieta. —¿Ya conocías a Oliver? Es el hijo de William. —dijo.
El castaño sonrío, cosa que hizo que Alana de igual forma lo hiciera, tenía unos ojos casi iguales a los de Taylor solo que estos estaban un poco más obscuros, casi parecían ser grises.
—Parece que tu y yo ya nos conociamos, soy Alana. —le extendió la mano.
El castaño la tomó y se acercó para besar su mejilla por algunos cortos segundos.
—Claro que nos conocemos, no podría olvidar nunca esos bellos ojos. —le sonrió haciendo que las mejillas de Ally se tornaran un poco rojas y el abuelo Santino sonriera con satisfacción.
—Oliver, ella es Taylor. —y como si fueran las amigas más íntimas, Alana sostuvo del brazo a Swift y la acercó un poco.
—Oh vaya, mucho gusto Taylor. Soy Oliver Lambert. —le extendió su mano.
—Taylor, Taylor Swift. —estrecho su mano y apenas le sonrió.
—Ally, cielo ¿por que no le muestras a Lambert la casa? —ofreció el abuelo.
Alana le dio una mirada rápida a Taylor que se veía bastante seria y después a los dos hombres.
—Oh en realidad eso seria genial. —dijo Oliver. —Estoy pensando en comprar un penthouse en Tribeca, algo sencillo.
—contó.
El abuelo se despidió y se alejó, por su parte Taylor simplemente regreso a la barra, no se sentía del todo cómoda estando en medio de ambas personas.
Oliver le ofreció su brazo el cual Alana tomó, y cuando se alejaron a lo lejos le murmuró un "lo siento" a Taylor la cual simplemente le sonrió y negó restandole importancia.
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—Llámame, podemos vernos cuando tu puedas. —le dijo el castaño.
No iba a mentir, había pasado un buen rato con el, se conocieron, rieron y por supuesto se divirtieron hablando el uno con el otro.
El abuelo y Alana se despidieron de los Lambert y notaron que los Swift también estaban por marcharse. Los ojos verdes buscaron a los azules, los cuales encontró mirándola.
—Scott, amigo. Gracias por haber venido, hablo en serio. —el abuelo y Scott se abrazaron al igual que con Andrea.
—No, gracias a ti por invitarnos. —sonrío.
—Tu nieta es toda una muñequita de porcelana, Santino. —habló Andrea, ahora todos los ojos estaban sobre Alana quien simplemente río un poco apenada. —¿Ya conociste a mi hija Taylor? Es un muy buen partido. —Taylor que estaba a un lado de ella recibió unas palmaditas en las mejillas por parte de su madre.
Los ojos de Alana se abrieron más de lo que le hubiera gustado y río un poco.
—¡Mamá! —esa fue la voz de Taylor regañandola.
—Claro que se conocen, estaban hablando hace un rato, ¿cierto? —dijo el canoso. Lo cual Alana asintió.
Gracias a Scott que comenzó a preguntar algunas cosas de la estructura de la casa los mayores se adelantaron dejando solas a ambas chicas, una más apenada que la otra.
—Perdón por eso, Alana. —se disculpó la rubia con una mirada algo apenada. —Mi mamá siempre es así, está desesperada por que encuentre a.... a alguien —rasco su nuca.
—No te preocupes, Swift. Estoy acostumbrada —le restó importancia haciendo un ademán para que comenzarán a caminar hacia la salida.
—¿Te fue bien con Oliver? —pregunto la rubia, debía asegurarse de que el no fuera un problema en su plan de coqueteo.
Alana frunció las cejas, hasta que recordó al chico Lambert. —Algo intenso, pero me la pasé bien, aunque en realidad me hubiera gustado quedarme contigo... —confesó.
La rubia sonrió sintiendo que su corazón dio un vuelco. —A mi también me hubiera encantado que te quedaras. —le dijo.
Alana no iba a decirlo en voz alta pero la mirada que le estaba dando Taylor estaba haciendo que le sea difícil poder mantener sus buenos y sanos pensamientos en su cabeza.
Se quedaron en silencio, Alana tenía la sonrisa más tonta mientras observaba a Taylor. Escucharon voces cerca.
—¿Ya la invitaste a salir, Taylor? —Andrea llego a su lado haciendo que ambas chicas salieran de su trance.
—No, señora Swift. Aún no lo hace —le dijo a Andrea, la cual volteo a ver a Taylor con una mirada matadora. —Y tengo que admitir que me estoy cansando de esperar. —se cruzó de brazos.
—Ven aquí, Alison.
Mientras que Scott y el abuelo seguían hablando, Andrea arrastro a Taylor lejos de Alana para comenzar a regañarla, la castaña le sonrió de manera burlona a Taylor quien se veía confundida, aunque su mirada nunca dejó de ser para Alana.
Cuando Andrea se acercó fingió que no las había visto pelear y le hizo una mueca con la boca. —Perdonala, cielo. Taylor es así, tarda en captar indirectas y es muy lenta.
—le dijo en forma de secreto haciendo que Alana riera un poco. —No te preocupes, ya hable con ella, pero las déjare para que se pongan de acuerdo. —le sonrió y se fue.
Taylor se acercó con una mirada bastante burlona, se cruzó de brazos frente a ella y espero a que diga algo. —¿Te divierte ver como mi madre me regaña?
Alana se encogió de hombros luciendo adorable y río. —Ella me cae bien.
La rubia bufó y metió sus manos en los bolsillos de su pantalón para recargarse sobre una pierna. —¿Cuando estas libre?
—Depende de la persona. —frunció los labios. —Para ti estoy libre el domingo.
–sonrío maliciosamente.
—Eso es perfecto por que el domingo es MI día libre, pero pasare por ti a las 6 e iremos a cenar a un lugar increíble —explicó Taylor, sus ojos como ya se estaba haciendo costumbre estaban clavados en el verde de Alana, encontraba su color bastante mágico.
—¿Es una pregunta o-?
—No, te estoy avisando. —recalcó haciendo reír a la castaña. —Es el momento donde me pides mi número... —murmuro.
—No, te daré el mío. —Alana extendió su mano y espero a que el teléfono de Taylor estuviera sobre el. La rubia bufó y sacó de su bolsillo su celular y se lo entregó con pesar. —No tienes contraseña, mujer fiel, me gusta.
Taylor sonrío.
—Llámame y quizá considere acompañarte... —le regreso el celular.
—¿Ahora te harás la difícil, Rolland?
—Las cosas fáciles no valen la pena, Swift.
Taylor estaba apunto de responder cuando la pareja Swift y el abuelo Santino se acercaron diciendo que ahora de verdad era tiempo de irse.
Los señores Swift se despidieron con cortesía y por último Taylor se acercó para poder besar la mejilla de la castaña. Se inclinó, ya que era notablemente más alta que ella y beso su mejilla para después murmurar.
—Tienes suerte de que me gusta lo complicado. —le sonrió de manera pícara y se fue luego de estrechar su mano con el señor Rolland, subió a la camioneta donde sus padres iban y se fueron.
El canoso y la castaña los miraron irse, eran los últimos en el lugar, por lo que no se debían preocupar en entrar pronto.
—Creí que te gustaban los hombres...
—Bueno yo creí que te aburría hablar de arquitectura y finanzas —le respondió en el mismo tono.
El abuelo río y le extendió la mano para que chocaran los 5, los cuales su nieta gustosa acepto, se abrazaron y finalmente entraron.
Ambos con una sonrisa victoriosa y satisfecha, brindaron con una copa de champagne.
—Por que la gran noche salio de maravilla.
—propuso el abuelo alzando su copa.
Alana asintió y choco su copa con la de el para luego beber de todo el líquido y servirse un poco más.
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N.A: holitaaa, ya comenzamos con un nuevo ficcccc que emocionada estoyyy!
se que dije que prefería terminar el anterior para comenzar este pero me ganó la emoción y ya decidí comenzar este. ¿Que opinan les gustó? Es la primera vez que hago un prólogo, me lo recomendo una amiga y pues espero y haya quedado bien.
Díganme que esperan, que opinan y si les gustaAaaa, los quiero demasiado y espero les guste como se irá desarrollando<3
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