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diez. pt2

NARRADOR OMNISCIENTE.

Luego de aquel suceso, tomaron un baño, se aseguraron de limpiar todo, desayunaron y decidieron que era una mañana lo suficientemente calurosa para salir a tomar un chapuzon en el lago.

Fueron hasta el muelle, el cual por suerte se encontraba vacío, Taylor cargo con ella una pequeña manta y algunos bocadillos además de algunas toallas y protector solar.

-No quiero que te quemes mucho.

Explicó la rubia mientras pasaba la loción por los hombros y espalda de Alana quien se encontraba de pie frente a ella con un bikini rojo.

-Creí que te gustaría verme con un buen bronceado. -bromeó.

Swift sonrío y le dio una última nalgada para finalmente dejarla ir, había decidido quedarse afuera con la excusa de querer escribir un poco. Alana le robo un beso y continuo su camino hasta el final del muelle donde se aventó de su solo clavado haciendo reír un poco a la rubia.

Tal como lo dijo, Swift tendió la manta sobre la orilla, acomodó su gorra y comenzó con lo suyo, tenía unos audífonos de cable listos para reproducir alguna canción, sin embargo decidió dejarse llevar por el ruido de los árboles y el agua moverse.

Podía ver a lo lejos la figura de Alana flotar en el lago, sabía lo fan que era tanto del mar como del agua en general por lo que no pudo evitar sonreír al notarlo feliz.

Mientras observaba, sacó su libreta y comenzó a escribir. Las palabras fluían con una facilidad que no había sentido en mucho tiempo. La tranquilidad del lugar y la presencia de Alana parecían inspirarla de una manera muy linda, lo cuál no tardó en tener algunos estribillos listos.

No paso mucho tiempo cuando vio como Alana nado hasta la orilla, subió al muelle y se acercó a Swift dejando un rastro de agua a su paso. Taylor la observó acercarse, disfrutando de la vista de su cuerpo que apenas comenzaba a tornarse rojo y su cabello goteando.

-¿Que escribes? -se puso de pie aún goteando mientras observaba con curiosidad la libreta entre las piernas de la rubia.

-Solo algunos estribillos, quizá te gusten. -dijo. -¿Te divertiste en el agua?

-Si, estaba al punto perfecto.

Tomó una toalla y comenzó a secar su cabello tratando de por lo menos quitar un poco el exceso de agua, sin embargo decidió que era mejor que el sol hiciera lo suyo y lo secara y se tumbo justo a un lado de Taylor boca abajo dejando que el sol bronceara su piel.

Podía sentir como el sol comenzaba a calentar su cuerpo, pero era el match perfecto debido a que su piel aún se encontraba fría. Taylor observo a Alana con una sonrisa, ella encontraba cada rincón de su cuerpo perfecto, su cintura delineada, la curva de su espalda, los pequeños lunares que acompañaban la galaxia en su espalda y por supuesto su cabello castaño que tanto le encantaba. Las gotas que aún se mantenían en su cuerpo parecían ser como pequeños diamantes, ya que brillaban fuertemente a la luz del sol.

-Me encantaría que estoy se volviera constante, Lanni. -murmuró Swift.

Alana miró a verla apoyando su barbilla entre sus brazos cruzados, robo la gorra de Swift y cubrio un poco su rostro, ahora los cabellos rubios de Taylor se veían como oro a la luz del sol, la había convencido de no plancharlo y simplemente mantener libres sus pequeños rulos.

-¿Que cosa?

-Esto, tu y yo disfrutando de momentos así... conociéndonos y sobre todo siendo felices. -dijo. Alana sonrío y puso una mano sobre la pierna de Swift la cual la tomó y beso el dorso. -Ojalá pudiera repetirse.

-Lo haremos cada que tu me lo permitas, Lanni -murmuró, su mirada clavada en el rostro de la chica. -Si por mi fuera me quedaría contigo en este lugar, para siempre.

-¿Que nos lo impide?

Taylor sonrío levemente, aunque la pregunta era simple, la complejidad de su respuesta era muy grande.

-Nuestras vidas fuera de este lugar.

Alana asintió y no dijo más, en realidad ninguna lo hizo. Rolland tomó los audífonos de Taylor y se hundió en las melodías que se reproducían, mientras que Taylor continuo escribiendo en su pequeña libreta, ahora ya no eran simples estribillos o canciones, comenzaba a escribir pensamientos más profundos, pequeñas poesías sobre el momento que compartían y lo que significaba para ella.

De vez en cuando levantaba la vista y observaba a Alana, quien estaba tumbada boca abajo, disfrutando del sol y de la música que llenaba sus oídos. Alana cambio su posición y ahora estaba boca arriba pero con un sueño bastante profundo, la rubia observo que con el tiempo las marcas en su cuello y abdomen comenzaban a brotar.

Pasó la yema de su dedo sobre una marca en su abdomen bajo y se inclinó para dejar un suave beso sobre este, una ola de preocupacion la había inundado. ¿Ya lo había notado? ¿Se enojaría?

Estaba roja y comenzaba a tornarse morada, al igual que las demás en su cuello y piernas, se sintió culpable.

Cuando el sol comenzó a bajar, Alana despertó. Taylor estaba a su lado abrazándola por la cintura, como si con su agarre pudiera evitar que se fuera.

Peinó su cabello y depositó un beso en sus labios haciendo casi instantáneamente despertar a la rubia.

-Hey, -murmuró Taylor, con una sonrisa soñolienta-¿Dormiste bien?

Alana asintió, desperezándose mientras que tenía una sonrisa cariñosa.

-Sí, como un bebé. ¿Cuánto tiempo estuve dormida?

-Unas cuantas horas. -respondió Taylor, observándola con atención. Alana se permitió subirse sobre el regazo de Taylor y abrazarla como un koala, quedándose así por algunos minutos.

-Lanni, hay algo que quiero que hablemos.
-la voz de Taylor resonó en el lugar, Alana se enderezó aún sobre su regazo y la miro ladeando un poco su cabeza.

-¿Todo bien, Tay?

Taylor tomó aire, tratando de calmar sus nervios y su preocupación, realmente se sentía culpable.

-Es sobre las marcas en tu piel... -dijo suavemente-No me di cuenta de lo inconsciente que fui anoche, fui muy ruda. Me siento terrible, yo no quería lastimarte.
-dijo mientras pasaba sus manos por el cuerpo de ambas menor.

Alana miró su abdomen y cuello, dándose cuenta de las marcas que habían aparecido. Su rostro mostró sorpresa por un pequeño instante, sin embargo luego sonrió, tranquilizando a Taylor quien se veía triste.

-Tay, no te preocupes. Estoy bien. -dijo, acariciando la mejilla de Taylor y se inclinó a besar sus labios suavemente. -No me lastimaste, cielo. Fue bonito, me gustó.
-aclaró. Taylor exhaló un pocl aliviada, pero aún tenía una mirada de preocupación en sus ojos.

-¿De verdad? No quería que te sintieras incómoda, se lo mucho que te gusta utilizar ropa-

Alana cayó sus palabras con su dedo y acaricio sus mejillas mientras que Taylor pasaba y acariciaba toda la extensión de sus piernas.

-Te lo prometo. -Alana respondió con firmeza-Confío mucho en ti, Taytay. Y sé que nunca me harías daño a propósito

Se quedaron mirándose a los ojos por un momento, hasta que Taylor rompió el silencio, aún preocupada.

-De todas formas, seré más cuidadosa. No quiero que escondas tu cuerpo por mi culpa. -un pequeño puchero apareció en sus labios.

Alana le dio un beso suave mientras reía, le encantaba lo inocente que podía llegar a ser la rubia, aún cuando algunas horas atrás le decía todo tipo de palabra sucia que le llegara a la cabeza.

-Vamos a casa. -dijo Alana finalmente
-Me muero por una ducha caliente y una cena deliciosa.

Taylor sonrió, levantándose junto a Alana y comenzando a recoger sus cosas. No estaban muy lejos por lo que en menos de 5 minutos Alana ya se encontraba tomando un baño relajante.

-¿Que te parece si vamos a cenar al pueblo que esta a unos cuantos minutos? Leí que tienen los mejores puestos de comida. -dijo Taylor desde la cama alzando un poco la voz para que Alana la escuchara a través de la puerta del baño.

-Si, genial. -unos pocos minutos después la castaña salió con una toalla cubriendo si cuerpo si piel brillando y su cabello húmedo cayendo sobre sus hombros. Taylor no pudo evitar admirarla, su belleza natural siempre la dejaba sin aliento.

-De acuerdo, me bañare y saldremos en un rato -se acercó, dejó un beso en la parte trasera de su nuca y se metió al baño.

[>>>]

El trayecto hacia el pueblo fue corto y agradable, con Taylor al volante y Alana seleccionando la música perfecta para animar el recorrido, de vez en cuando Taylor soltaba el volante y tomaba la mano de la otra chica para fingir que era su micrófono.

Al llegar, encontraron el pequeño pueblo muy animado, con luces brillantes y el ruido de la gente disfrutando de la noche. Los puestos de comida estaban alineados en las calles, ofreciendo una variedad de platos que hacían agua la boca.

Era una de las primeras veces en las que Taylor salía sin nada de seguridad, y eso la hacía estar pendiente de todo y todos, y no por ella, le preocupaba Alana. La tranquilidad y la inesperada salida eran nuevas para Taylor, quien estaba acostumbrada a la constante presencia de guardaespaldas y demasiadas medidas de seguridad. Pero esa noche quería disfrutar del anonimato, mezclarse con la gente del lugar y simplemente ser una más en la multitud de personas que se encontraban en ese lugar.

Alana, por su parte, parecía despreocupada, muy impresionada por las luces y los aromas que llenaban el aire. Notó la tensión en Taylor y le apretó la mano con suavidad, buscando calmarla.

-Todo está bien, amor. No te preocupes por nada, solo relájate. -Alana le dio un beso en la mejilla y jaló de ella para unirse a la multitud.

Caminaban de la mano, explorando cada puesto de comida con curiosidad. Comenzaron con unos tacos de pescado y una mezcla de salsas caseras que resultaron ser una delicia, luego de que Taylor las mirara con asco. Después pasaron a probar unas empanadas de variedades de queso elaborados en el lugar mientras acompañaban con algunas latas de gaseosa que compraron al llegar.

-Esto es un delicia. -murmuró Taylor abriendo los ojos con sorpresa, tenía un trozo de aquella empanada. -Tienes que probarla.

La castaña hizo una mueca para luego abrir la boca. -Eso es, ahora muerde.

Alana hizo lo pedido y se sorprendió al sentir el delicioso sabor, era una mezcla de sabores que simplemente eran muy perfectos todos juntos. -Wow...

-¡Te dije! -exclamó.

Ambas se divertían, sin tener que preocuparse por sí la gente las miraba, estaban seguras de que a nadie le importaba su presencia, todos parecían estar absortos en su propio mundo disfrutando de la animada noche en el pequeño pueblo.

El bullicio de las conversaciones y las risas a su alrededor formaban una especie de música de fondo, que las hacía sentirse aún más a gusto y sin ni una sola preocupación. Se paseaban de la mano por cada puesto, observando y escuchando las historias de su preparación, debatiendo sobre cuáles habían sido sus favoritos y cuáles no tanto.

-¿Has probado esto antes? -preguntó Alana, señalando un puesto que vendía churros rellenos de diferentes sabores.

-No, pero se ven deliciosos. -respondió Taylor con una sonrisa para jalarla y acercarse a él puesto. -Hey.

La chica que atendía el pequeño puesto de quedo casi helada al ver a ambas mujeres, Alana pareció notarlo y soltó la mano de Taylor y dio un paso hacia el lado contrario, cosa que Taylor no notó.

-¡Dios mio santo! Taylor, soy fanática de tu música. ¿Podríamos tomarnos una foto? -la chica parecía que en cualquier momento se iba a desmayar.

-Solo si me regalas una bolsa de esas delicias. -señaló el recipiente donde aquellos postres descansaban.

La joven atendió el pedido con una rapidez increíble y con mucha emoción, metió los churros rellenos en una bolsa mientras intentaba mantener la calma. Alana observó la escena con una sonrisa, divertida por la naturalidad con la que Taylor estaba manejando la situación.

-Aquí tienes. -dijo la chica, entregando la bolsa a Taylor con manos temblorosas
-Y gracias, de verdad. Eres una inspiración para mí. -Hablaba tan rápido que les costaba un poco entender

-Gracias a ti. -respondió Taylor, tomando la bolsa y sonriendo para la foto junto Maya, nombre que leyeron en su camisa.

Taylor río y miró a Alana la cual se encontraba mirando la interacción.
-Gracias, Maya. -dijo Alana.

Sacó un par de billetes de su bolsillo, los suficientes para pagar la bolsa de Taylor y dejar una considerable propina y lo dejó sobre el recipiente donde decía "propinas de maya"

Taylor regresó junto a Alana luego de despedirse y ambas se dirigieron a un banca cercana para disfrutar de los churros.

-¿Has visto la cara de la chica? -bromeó Alana mientras tomaba un churro y le daba un mordisco-Estaba al borde del colapso, juro que vi como sus manos temblaban mientras empacaba los churros.

-Sí, fue adorable. -respondió Taylor, riendo-Pero honestamente, estos churros son aún más deliciosos de lo que esperaba.
-dijo evitando que la comida saliera de su boca haciendo tope con su mano.

-Estas un poco -señaló su boca.

-¿Eh?

-Tu boca, está-

Con su pulgar limpio el resto de azúcar que tenía al rededor de sus labios, parecía toda una niña pequeña comiendo algunas golosinas, es más, podía jurar que los ojos de Taylor se veían 3 veces más claros de lo normal.

Taylor sonrío y le robo un beso para luego seguir explorando el "mercado nocturno", solo habían descubierto que se llamaba así por que había una gran pancarta que lo mostraba al entrar.

Continuaron caminando por el lugar con tranquilidad, hasta que escucharon algunos ruidos, a lo lejos, una banda local comenzó a tocar, y la música en vivo llenó el aire con una energía increíble. Taylor no pudo resistirse y, con una sonrisa traviesa, tomó a Alana de la mano y la llevó al centro de la plaza, donde varias parejas ya estaban bailando.

-Vamos, bailemos. -dijo Tay con entusiasmo, Rolland estaba segura de que ni siquiera sabía que tipo de música era sin embargo acepto la invitación bastante gustosa.

Se unieron a la multitud de personas, dejándose llevar por la música y la alegría del momento. Alana giraba con diversión sin saber exactamente como moverse, sin embargo hizo su mayor esfuerzo, su vestido blanco se movia a la par mientras Taylor intentaba seguirle el ritmo, su risa escandalosa no paro en toda la noche.

Decidieron tomar un descanso luego de casi 4 canciones seguidas, Alana jaló a Taylor hasta un espacio tranquilo y ambas pudieron sentarse a descansar con tranquilidad.

Sus sonrisas eran las más reales, el buen ambiente era totalmente palpable y sus corazones latían con rapidez. No dijeron mucho, no tenían por qué hacerlo, con sus compañías era suficiente.

Cuando la noche cayó y la temperatura bajó supieron de que era hora de marcharse, aún cuando la "fiesta" parecía estar en su climax, pero no, Taylor no podía arriesgarse a conseguir un resfriado, tendría algunos shows pronto. Caminaban mientras hablaban en voz baja sobre todo lo que habían visto y probado

-Me gustó, tenías razón, Swift. -acepto la castaña. -Fue increíble, gracias. -se inclinó sobre su asiento y beso su mejilla.

-Me alegra que te haya gustado, debo decir que no estaba en mis planes, sin embargo salió mejor de lo que podría imaginar. -dijo.

Puso en marcha el auto y se encontraron tomando la ruta más más más tranquila para llegar una vez más a la cabaña.

Una vez ahí, ambas tomaron un baño super rápido y se encontraron en la sala de estar, Taylor se acercó a la menor con una taza de té, se había molestado en preparar algo para ambas en vez de peinar su cabello.

-¿Té antes de dormir? -Alana asintió y corrió como una niña antes de tirarse sobre Taylor quien descansaba en el sofá.

Alana se acomodó junto a Taylor, sintiendo el calor del cuerpo de la rubia contra el suyo, la cual dejo su taza a un lado solo para poder abrazar el cuerpo de la castaña con mejor comodidad.

-¿Alguna vez has pensado en alejarte de todo? -preguntó Alana de repente, sus ojos fijos en el fuego que crecía cada vez más dentro de la chimenea que Taylor había prendido al llegar.

-Algunas veces -la rubia lo pensó un poco. -Pero mi vida puede llegar a ser complicada, no es fácil para mi simplemente dejar todo.

Alana asintió. Estaba muy consiente de la persona que era Taylor, de lo influyente que se había convertido, era una estrella en el ojo público, con una vida expuesta y analizada bajo literalmente una lupa. Sabía muy bien que la idea de escapar siempre había sido tentadora para ella, pero nunca lo suficiente como para hacerlo.

Ahora que estaba en el estrellato la presión era aún mayor. Cada paso que daba, cada decisión que tomaba, era observada y criticada por cientos y millones de personas en el mundo. No era fácil encontrar momentos de tranquilidad como el que habían experimentado esos dias y eso hacía que cada instante con Alana fuera aún más preciado para la cantante.

-Pero incluso estos pequeños momentos de escape son suficiente para mi. -decía. Alana la escuchaba con atención aún cuando estaba de espaldas a ella.

Ambas se quedaron en un silencio cómodo y acogedor. Sus cuerpos se tocaban sin ninguna segunda intención mientras que disfrutaban del ambiente sano y amoroso.

-Prometo que siempre encontraré tiempo para nosotras. -murmuró Lanni. -Se lo importante que es para ti el tiempo de calidad...

Taylor sonrío levemente y abrazó más a Alana sintiéndose como una adolescente, como sus mejillas se tornaban rojas, su estómago se llenaba de esas famosas mariposas y por supuesto su corazón palpitando al mil.

Después de terminar su té, ambas se acurrucaron aún más y así se durmieron, acurrucadas y en paz, agradecidas por haber encontrado ese rincón que ahora se había vuelto un refugio para su amor.

La cabaña se convirtió en su propio nido, donde podrían ser simplemente Taylor y Alana, sin las futuras presiones y expectativas del mundo al rededor de ellas.

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N.A: DENADA, DÍGANME GRACIAS

me ganó mi emoción y ya lo voy a subir, en realidad debería subirlo el viernes o sábado pero pues 🤷 quería darles un poquito de contenido taylana antes de que todo explote:P

OK QUE LINDO CAPÍTULO, MÁS LES VALE VOTAr Y COMENTAR O SI NO ME ENOJO Y DESAPAREZCO POR 1 MES

ya saben, díganme que les gustaría ver, que creen que pase y sobre todo si les gusta o no

depende de ustedes si subo otro antes del viernes‼️‼️🤫

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