o28. in major trouble ii
o28. ❝ nothin' happened in the
way i wanted, every corner of this house is haunted. and i know you
said that we're not talkin' but i miss you, i'm sorry ❞
❝ EN GRANDES PROBLEMAS II ❞
🛌 —————— INMEDIATAMENTE SU SENTIDO DE EMERGENCIA SE ACTIVÓ.
Debido a tanto estrés y presión, el cuerpo de Sofía se apagó y se fue hacia un lado. Gavi fue el más rápido de todos y actuó antes de que ella pudiera chocar con el suelo. Echó su silla velozmente hacia atrás para poder tener el espacio suficiente que permitiría que ella pudiera ser atrapada por sus brazos.
—¡Mira lo que has hecho, mamá! —exclamó el mayor.
Todo el mundo se puso de pie alterado y, casi como algo ya instaurado en sus sistemas, comenzaron a moverse en ayuda de la chica.
Eduardo se puso de pie—Gavi...
—Sí, ya sé, yo lo hago —casi leyéndole la mente, el sevillano supo que Eduardo iba a pedirle que la cargara hasta su habitación para cuidarla y ponerla en la posición correspondiente mientras despertaba.
Aquello asombró a la mayoría de los presentes. La forma en que el chico había actuado con tanta rapidez y decisión. Conociendo como nadie a la chica y lo que necesitaba.
A Joshua le hirvió la sangre.
—Yo puedo llevarla —ofreció el inglés.
Pablo lo miró mal una vez que ya tuvo a su castaña sobre sus brazos—No empieces con tus gilipolleces ahora Josh. Se ha desmayado.
—Pero yo puedo.
—No —lo cortó en seco—, yo la llevaré...Tú ni has sido capaz de reaccionar a su desmayo. Te has quedado estático. No sabes qué hacer siquiera en un caso así —aquello se lo susurró.
Davies estaba furioso. De no ser porque estaban en medio de un desmayo de Sofía, el chico se lanzaría a arañarle la cara.
—Te quedas aquí —fueron sus últimas palabras antes de irse por las escaleras con la mujer en sus brazos.
El inglés maldijo en su lugar y eligió acompañar a Eduardo junto a Pedri en busca de su equipo médico para atender a la chica cuando despertase.
Pablo finalmente llegó hasta la habitación de su amiga y allí la recostó en la cama. Levantó sus piernas como de costumbre y se aseguró de que nada le estuviera apretando.
Cuando acabó se sentó a su lado y suspiró.
Y la miró.
Carajo...Ahí estaba otra vez.
Igual que ese día en Catar, Gavi se le había quedado mirando mientras dormía. Inconsistentemente su mano se fue a su mejilla y la acarició con ternura. Sonrió de lado mientras admiraba su apacible rostro y sólo deseó que toda aquella ansiedad que sentía se fuera y que pronto pudiera sentirse bien.
Estaba realmente perdido.
Y no sabía qué hacer.
Jamás, en su vida, se había sentido así.
—Sé que nunca tengo que jugar con mis enfermedades pero...Esta vez tuve que hacerlo.
El futbolista pegó un brinco del susto y de alejó del cuerpo de la chica cuando la oyó hablar.
—¿¡Sofía!?
La aludida abrió los ojos y lo miró con una sonrisa cómplice.
—¿Perdón?
Efectivamente, la chica no se había desmayado. Sólo había creado la ocasión perfecta para escapar de su abuela y lo que ella estaba queriendo decir.
—¿Fingiste un desmayo? —le reclamó él.
Alzó una ceja—¿Me estabas acariciando el rostro?
El chico se congeló en su lugar y estuvo muy seguro de que los colores se le habían subido al rostro. Avergonzado porque evidentemente había sido descubierto en su actuar, el andaluz quiso que la tierra lo tragara.
—No... —quiso hacerse el desentendido.
—Bueno, entonces yo no fingí un desmayo —se cruzó de brazos.
—Sofía —la regañó—. No mientas con eso. De verdad que me has dado un... —eligió cambiar su respuesta—. Nos has dado un gran susto.
—Oye, fue una medida de emergencia —se sentó en la cama—. Era eso o que mi abuela siguiera soltando la sopa y nos cayera media familia Cadaval encima.
Dudó un segundo—Sí, confieso que nos vimos realmente en aprietos pero...No debiste hacer eso.
—Deja de regañarme, no es el momento —quiso ponerse de pie.
El lo impidió sujetando sus caderas—Nuestra conversación no ha acabado.
Ella se vio tomada por sorpresa y el habla le costó por los primeros segundos.
—No hay charla, Gavi. Esto se acabó. Digamos que desperté y ya.
—Sofía, deja de escapar de mí. Mierda por favor —la sostuvo por las mejillas.
Ella se apartó sintiendo un escalofrío ante aquel tacto. No podía permitirse disfrutar ese lujo.
—No estoy escapando de ti, estoy haciendo lo que es mejor para todos.
—Eso no es lo mejor para todos —negó.
—Tú no tienes idea.
—Tú tampoco —le rebatió.
—Gavi, no quiero volver a pelear contigo —cerró los ojos sintiendo el dolor de la noche anterior.
—No hay porqué hacerlo. Sólo habla conmigo. Háblame, dime...
La puerta se abrió.
En un impresionante acto reflejo en velocidad, Cadaval volvió a acostarse en la cama, cerró los ojos y se hizo la dormida sin pensar quién había ingresado al cuarto.
No me lo van a creer.
—Primero que nada, quiero decir que estoy aquí porque mi hijo me ha obligado a venir a disculparme.
Temeroso y con la piel de gallina —de nuevo— el palaciego se giró para ver a la abuela Sonia.
Esa mujer estaba en todos lados.
—Segundo —caminó hacia ellos sentándose junto al chico—, a Eduardo se le perdió el botiquín así que lo están buscando.
Ella guardó silencio.
Y frunció el ceño.
—Aguarda un segundo.
Gavi tragó saliva—¿Todo en orden, Nana?
Ésta entrecerró los ojos y estiró su mano hasta la barriga de la chica, allí comenzó a moverla para poder hacerle cosquillas.
Y como era de esperarse, la chica se sacudió ante el acto dejando en evidencia que estaba despierta ante sus convulsiones y su risa.
—¡Nana! —reclamó ella molesta.
—Niña mentirosa —la apuntó—, estabas despierta. Te vas a ir al infierno por mentirosa.
—Sí...Desperté hace unos segundos —mintió—. Sólo descansaba los ojos.
—A mí no me engañas...
—¿Que no habías venido a disculparte? —se cruzó de brazos.
—A eso me mandó tu papá.
—¿Entonces?
Se encogió de hombros—No lo haré porque no hice nada malo...Estaba diciendo la verdad y tenía que manifestarla.
—No, no tenías que hacer nada porque nada pasa —siguió ella protestando.
—¿Ah no?
—No —contestó ella.
Posteriormente le dio un codazo a Gavi para que saliera de su trance y la apoyara en eso.
Él sacudió su cabeza—Ah, sí...Digo no, no pasa nada.
Entonces la mayor gruñó.
De repente, Sonia los tomó a ambos por una oreja, haciendo que se quejaran por la fuerza que estaba ejerciendo en ellos respectivamente. La acción los tomó por sorpresa. Una bastante mala.
—¿Ustedes creen que yo nací ayer? ¿Eh, bicharracos? —su voz era realmente seria e ignoró las plegarias de los menores para que los soltara—. Tengo muchos más años y experiencias encima que ustedes. Seguramente no seré capaz de darme cuenta de que está pasando aquí.
Finalmente los soltó y ellos se masajearon el área agredida en silencio, todo mientras miraban a la anciana con cara de espanto.
—Par de mentirosos —los apuntó con los ojos entrecerrados—. Una visionaria siempre será visionaria y lo que yo vi no fue que le estuvieras buscando algún grano al chico...Ustedes se iban a besar.
El tono de voz de Sonia fue un poco más elevado de lo normal y ambos chicos se le acercaron para hacerla callar y su nieta le tapó la boca.
—Más bajo, Nana —le reclamó ella.
—Ah, entonces es verdad —una sonrisa apareció en su rostro.
—¿Qué? No, no, no...Ahora sí que estás desvariando. Ponte los lentes a la próxima.
Al oírla la mayor la volvió a jalar de una oreja por unos segundos haciendo que se quejara—No me insultes, Sofía Valeria.
—Perdón, perdón.
—Además —apuntó a Gavi—, el cutis de este niño está muy lindo y sano como para que tenga espinillas.
—Sí, es verdad —Sofía sonrió embobada y quiso tocarle la mejilla, pero al recordar a quien tenía al frente, se arrepintió a medio camino—. Le...Le he recomendado productos de rutina facial muy buenos.
—¿Qué es lo que está sucediendo aquí? —los analizó—. Ustedes dos escondiéndose como criminales en los cuartos con las intenciones de besarse...¿Qué son? ¿Amantes?
Gavi pareció ahogarse con su propia saliva y comenzó a toser mientras la contraria le acariciaba la espalda.
—¡Abuela!
—¿Qué? Estoy tratando de entender —se cruzó de brazos—. Según yo a ti te gustaba el otro...El canario, o bueno, eso fue lo que me dijiste
—Es una historia muy larga que ahora no te voy a explicar.
—Entonces te gusta este —volvió a apuntar al palaciego y éste volvió a toser.
—Abuela ya basta, ahora no, en serio —contestó más seria aún acariciando la espalda de Pablo para que dejara de toser.
—Pues eso explicaría muchas cosas y que mi intuición jamás se equivoca —rió orgullosa como para sí misma—. Yo sabía que el que te gustaba era...
—¡Abuela! ¿Podrías dejar de ser tan metiche por un instante al menos?
—¿Pero es él el que te gusta ahora?
—Abuela.
—O bueno, quizás el que siempre te ha gustado.
—Abuela, ya estuvo.
—Ojo de loca nunca se equivoca...
—Abuela...
—Pues venga, ¿Te gusta o...?
—¡Sí! ¡Sí me gusta!
El cuarto quedó en silencio.
Irritada porque la insistencia la hizo hablar de más, Sofía dejó caer su cuerpo de espaldas en el colchón y se sintió sumamente avergonzada. No obstante, su abuela la miraba con una sonrisa complacida. Más allá de lo que ella había causado, se sentía gratificada de que fuera su propia nieta la que confesara aquello ante ella.
Y Gavi, bueno...Seguía confundido y absorto en toda la situación.
La abuela Sonia había llegado bastante lejos.
—Bien —suspiró y se puso de pie—. Los dejo solos.
No tenía ninguna intención de ir a acusarla con su papá ni del desmayo ni sobre el futbolista. Lo único que quería era darles el momento para ambos aclararan sus sentimientos.
Sentimientos que...Ella ya había descubierto.
Otro silencio se generó entre ambos y estaba siendo muy difícil poder romperlo. Ambos estaban nerviosos, y extremadamente tensos.
—Sofi... —quiso comenzar a decir él.
—No quiero hablar de esto ahora.
Ella lo interrumpió inmediatamente y se puso de pie lo más rápido posible para alejarse de él.
—Oye, oye no, espera —el futbolista fue mucho más veloz que ella y la tomó por la cintura, dándola vuelta para quedar frente a él. Sus pechos chocaron—. Yo necesito hablar de esto ahora.
—No es un buen momento —trató de evitar su mirada y de que sus manos no se apoyaran en su pecho, pero lo último fue imposible.
—Pues tiene que ser este momento —buscó sus ojos—. Me he bancado un vuelo de 7 horas desde Catar para poder hablar contigo... —aún no conseguía que lo mirara—. Abandoné a mi selección y viajé antes.
—Yo no te lo he pedido.
—No, pero yo lo necesitaba —harto de no poder mirarla a los ojos la tomó por la mandíbula obligándola a que sus ojos se conectaran. El gesto revolvió todo dentro de la chica—. Sofía, no he podido pegar un ojo desde lo que pasó.
Lo que pasó. Cuando se refería al beso con esa frase lo hacía parecer el peor pecado del mundo y a ella no le gustaba.
—¿Crees que yo sí? ¿Sobre todo después de que me gritaras en la cara?
Gavi se removió en su lugar y guardó silencio unos segundos, teniendo aquella escena más que clara en su cabeza.
—Sé que te mentí y asumo eso, si quieres que te vuelva a pedir perdón lo haré, pero...Por todos los años que nos conocemos no considero que me merecía ser tratada de esa forma.
—Lo sé, lo sé, perdóname...Perdí los estribos, no me controlé y sé que te traté del asco, perdón... —suspiró—. Pero tienes que entenderme...Me acababa de enterar que todo lo tuyo con Pedri era mentira y para colmo que yo te....
—Okey, okey —lo detuvo antes de que concluyera la frase—. Ya lo sé, no tienes que repetírmelo.
—No quiero que pienses que es algo que no me importa —no sabía como explicarse—, porque sí me importa lo que tú sientes.
—¿En serio te importa?
—Sí, en serio yo...
—¿Y ahora qué? ¿Eh? ¿Ahora vamos a repetir esto de estar a escondidas con las intenciones de besarnos porque simplemente te gustó que alguien te diera un beso?
—Sofía —cerró los ojos.
—¿Vamos a salir juntos, tomados de la mano? ¿Vamos a decirnos lo mucho que nos queremos? ¿Vamos a anunciar a las redes sociales que tenemos algo? Pues no, eso no va a pasar porque tú no sientes nada por mí.
Sus palabras fueron tan directas y tan rápidas que a penas le dieron tiempo al sevillano de responder. El corazón se le apretó y cuando la chica vio que no sabía qué decirle sonrió de lado y soltó:
—Me voy a Londres mañana temprano.
Él abrió los ojos como platos y se preparó para objetar algo pero ella lo interceptó:
—Y no, no me puedes acompañar porque tienes dos partidos en los siguientes durante esas fechas a que acabe el Mundial...Ya me aseguré de eso.
—¿En serio te aseguraste de que los shows calzaran con mis partidos para que no fuera a verte? —la miró incrédula.
—Sí —contestó decidida pero con un nudo en el estómago; llena de temor.
Pablo la analizó sin poder creerlo, pensando por un instante que era otra Sofía la que tenía en frente suyo. Sonrió con incredulidad y movió la cabeza de lado a lado.
—Tú realmente piensas que te puedes deshacer de mí.
—Al menos por ahora.
—¿Por qué?
—Porque quiero evitar lo inevitable.
—¿Y qué es lo inevitable? —alegó cada vez más desesperado.
—El rechazo —la palabra llegó con dureza al corazón del chico y fue aún más dolorosa para ella misma que la había dicho.
Recién allí Cadaval se dio cuenta que el agarre del chico en su cintura no se había aflojado ni un poco.
—No soy una idiota Pablo, y no tienes que fingir nada para hacerme sentir mejor —hizo una mueca—. Yo siempre he sido y seré tu mejor amiga y soy consciente de que no me ves como algo más.
El muchacho la miró cabizbajo y sin la intención de decir otra cosa; sabía que la podía hacer sentir peor.
—Toda mi vida he vivido el rechazo, Gavi. Si tuviera que vivir el tuyo...No lo podría contener.
—Lo siento, yo...
—...Y yo prefiero saltarme esa parte —lo cortó dando por finalizada aquella charla.
Posteriormente oyeron murmullos provenientes de las escaleras y la joven asumió que alguien venía de camino.
—¿Podrías quitar tus manos de mi cintura, por favor? —le dijo al chico con voz suave y temblorosa, como si en realidad no fuera ese su deseo.
Él tardó unos segundos en hacer caso, ya que aún seguía estancado en la situación y también había algo dentro de él que no quería soltarla...Pero tuvo que hacerlo.
Sofía sintió frío cuando él la soltó.
Tuvo que sacudir su cabeza y volver a plantar sus pies en la tierra.
—Me volveré a acostar. Si alguien pregunta sigo dormida ¿Vale? —dijo regresando a la posición en la que él la había dejado.
El sevillano no fue capaz de emitir palabra, sólo asintió.
Y justo cuando Cadaval volvía a cerrar los ojos, la puerta del cuarto se abría repentinamente dejando entrar una nueva y desesperada figura a la escena.
—¿Cómo está? ¿Ya despertó? —Josh se dirigió inmediatamente hacia la chica casi ignorando la presencia de Pablo.
Cuando recapacitó lo miró en busca de una respuesta y frunció el ceño al verlo. El chico estaba estático en su posición y con la mirada fija en un punto inexacto de la pared.
—Eh, futbolista —el inglés chasqueó los dedos haciéndole despertar—. Te he hecho una pregunta.
—Oh... —sacudió su cabeza—. Sí, está bien, aún no despierta, pero debe de estar por hacerlo.
El de cabello más largo asintió pero aún mirándole extraño—¿Y a ti que rayos te pasa? Pareciera que viste un fantasma.
Gavi puso los ojos en blanco. El odioso trato de Davies lo trajo de vuelta a la cordura y a estar atento en sus 5 sentidos.
Observó como el muchacho traía las compresas que Pedri supuestamente debería haber traído como siempre lo hacía respetando su rol —estaba muy seguro de que se las había quitado sólo para ver a Cadaval— y comenzaba a ponerlas sobre su frente.
Chasqueó la lengua y se apoyó de brazos cruzados en la pared—Le ponemos las compresas una vez que ella despierta.
La alerta detuvo el actuar del inglés y tuvo que tragarse todos los insultos que tenía guardados para el sevillano. Sin decir algo o siquiera mirarlo regresó las telas húmedas al plato con el que había llegado y lo dejó en la mesa de noche.
—¿En serio siempre andas por ahí con ese aire de superioridade porque conoces más a Sofía? —escupió aún dándole la espalda.
—Sólo cuanto tú estás aquí —soltó con el mismo tono de voz—. Y se dice superioridad, idiota. Mejor trabaja en tu español.
—¿Ah sí? ¿Y que hay de tu inglés, pueblerino? —finalmente se giró a verlo y le habló en inglés—. ¿Puedes siquiera unir dos palabras?
Soltó una risa nasal—Mi inglés está muy bien, ya que tengo constantemente a mi lado a la mejor profesora —con su cabeza apuntó a la chica.
Así es, le había respondido en inglés.
Joshua apretó la mandíbula y se puso de pie para mirarlo cara a cara, luego soltó:
—Tú y yo, afuera.
El inglés fue el primero en salir con la cabeza casi echando humo y Gavi le siguió tratando de aguantarse la risa.
Cuando el sonido de la puerta cerrándose se oyó, Sofía abrió uno de sus ojos asegurándose de que estuviera por fin sola. Obviamente había escuchado todo.
Una vez en el pasillo, el sevillano esperó con tranquilidad cual fuera el veneno que Josh fuera a soltarle. Metió sus manos a sus bolsillos y aprovechó que era un poco más alto que él para observarlo de reojo.
—Estás acabando con mi paciencia, pueblerino.
—Yo a penas he hablado —se encogió de hombros.
—¿Por qué no te quedaste en Catar? —juntó las palmas de sus manos como si estuviera rogando—. Se suponía que estarías ahí y que no llegarías hasta pasado mañana...Cuando ella ya se hubiera ido.
—Primero que nada, no sabía que ella iba a irse; todo esto fue una sorpresa. Y segundo...Volví por ella, teníamos cosas que hablar.
—¿Cosas que hablar? —el contrario asintió—. ¿Y esas cosas no podían esperar a...? No sé ¿Dos semanas más?
Soltó una risa nasal—No, claro que no...Son cosas muy importantes que la involucran a ella...Y a mí.
Frunció el ceño—¿A ella y a ti? Vamos muchacho, ¿Por qué no la dejas en paz de una vez por todas? Suéltala, por favor, déjala ir, ya han pasado años.
—¿Para qué? ¿Para que se vaya contigo? —tuvo que aguantar su risa.
—Quizás sí —la confiada y afirmativa respuesta del chico lo tomó por sorpresa—. No nos vemos de hace tiempo y creo que...Creo que esta puede ser mi oportunidad de hacer las cosas bien y tener algo con ella.
Apretó su mandíbula para evitar que la sonrisa se le subiera al rostro—¿Tener algo con ella?
—Sí, además me ha dicho que no está con nadie y que no le interesa nadie de momento —sonrió orgulloso.
Gavi ya no podía más. Tuvo que agachar su cabeza levemente para ocultar la risa que se estaba aguantando.
—Así que ¿Eso te dijo? —él asintió—. Vaya...Qué pena —el inglés frunció el ceño—, porque te aseguro que en este momento tienes cero posibilidades de tener algo con ella.
Abrió los ojos como platos—¿Qué?
—Lo que has oído...Lo lamento, pero te puedo asegurar de que no podrás tener algo con ella.
—¿Y acaso tú si?
—Yo no dije eso —negó inmediatamente.
—Mira, futbolista —se le acercó—. Te ves muy rudo en la cancha ¿No? Muy agresivo e intransigente...Pero es sólo una fachada de fútbol...
—Vale, ves mis partidos, eres un tierno —lo molestó.
—...Ya que aquí...Evidentemente eres nada —el palaciego apretó la mandíbula y calló—. Deja de hacerle daño a Sofía y da un paso al costado. Espero que sólo tenga que pedírtelo de buena manera.
—Yo no le hago daño —alegó—, es mi... —por un segundo le incomodó responder—...Mejor amiga.
—Exacto.
La corta respuesta del nativo de Londres lo dejó meditando más de lo debido, y su rostro fue motivo de risa para el contrario. Se había dejado llevar demasiado.
—Sofía se va a Londres conmigo y tú...Tú te quedas aquí.
Gavi lo observó en silencio y a penas se movió. No quería darle la razón o la noción de que había ganado esa conversación pero la odiosa personalidad de Joshua ya lo tenía agotado.
Sonrió de lado—Ahora, si me disculpas...Iré a ver a Sofía, tiene que haber despertado.
Y sin otra cosa que agregar e inflando el pecho, Davies se alejó de él orgulloso e ingresó al cuarto para atender a la chica.
Cuando estuvo solo, el futbolista quiso explotar. Tuvo que contenerse incluso para no tener un ataque típico de la masculinidad porque de verdad estaba cabreado. Sí, esa era la palabra.
Joshua era una persona que detestaba porque siempre era así con él. Tenía sentido ahora, pero siempre lo había tratado mal, siempre estaban peleando, teniendo roces y todo a causa...De la conexión que cada uno tenía con Sofía.
Pero en ese momento él había cruzado una línea.
Segundos más tarde, escuchó más pasos subiendo por las escaleras y se dio cuenta que se trataba de los padres de Sofía junto a Pedri. Los dos primeros no se percataron mucho de su presencia en el pasillo sino que inmediatamente fueron a la habitación a ver a su hija. Sin embargo, el segundo se detuvo a ver a su amigo al notarlo en ese estado.
—Eh tío, ¿Qué pasa? Tienes una cara de pocos amigos que se nota a leguas —lo tomó por los hombros haciéndolo volver a la tierra.
Antes de responder su vista se fue a la puerta de la habitación, y cuando recordó que Davies estaba allá adentro su rostro se transformó tal cual le pasaba cuando alguien lo cabreaba en un partido.
—Detenme ahora, o voy cometer un crimen. Voy a enseñarle a ese tipo el camino corto de vuelta a Londres.
González abrió los ojos de par en par—¿Por qué? ¿Qué pasa?
—Nada, nada —se calmó rápidamente. No quería armar una escena en presencia de Sofía—. Creo que es mejor que me vaya.
—¿Qué? ¿Por qué? —el canario realmente estaba confundido—. Pero, Sofía...
—Está bien acompañada —sonrió de lado—, y no creo que le apetezca seguir viéndome por ahora.
—Venga hombre, eso no es así.
—¿Me vas a dejar o pido un uber?
—Pero Gavi, hemos venido hasta aquí por esto. No te dejes vencer por el idiota de Joshua. Íbamos bien.
—¿Me vas a dejar o pido un uber? —repitió inexpresivo.
Sí, ya se le había acabado la batería social y ahora junto a ello se le había desvanecido toda la valentía con la que había llegado. Estaba agotado y ya se le habían ido todas las ganas de intentar algo. Sí, estaba derrotado...Lo habían derrotado.
Y, al menos por ese momento, él no quería luchar más.
Al verse limitado en sus opciones el canario sólo suspiró agotado.
—Bien —tomó las llaves de su coche que tenía en su bolsillo—. Vamos.
Ambos comenzaron a bajar las escaleras en un tenso silencio.
—Eso sí, yo voy a volver después para ver como está ella... —se detuvieron al terminar los escalones—. ¿Quieres que le diga algo de tu parte? ¿Por qué te fuiste o....?
Su voz quedó en el aire, esperando si el atinaba a completar la frase o algo. No obstante, el sevillano quedó perdido en sus propios pensamientos avergonzados y en la intensa mirada de la abuela Sonia que aguardaba sentada en el sofá de la sala. Cuando oyó a los jóvenes bajar, los miró con curiosidad.
Pablo estaba harto de eso, sentía que esa mujer ahora podía escudriñar su alma.
Sólo suspiró.
—Sólo dile...Que lo siento.
¿Por qué lo sentía realmente? Por todo en realidad. Por haberse enojado, por haberse ido, por haber perdido la valentía igual que ella y no poder hablar, por dejar que Joshua se quedara con ella siendo que él debería haberlo hecho.
Por todo lo que no hizo.
Ahora la entendía. Se sentía como ella y la comprendía más que nunca.
La valentía sí podia desvanecerse como el humo.
Pero también...También puede volver.
Y debería hacerlo pronto.
HOLA HOLAA, SEGUIMOS SUFRIENDO YA LO SÉ OKEI
como están hoy??? qué les pareció este cap? TENIA MUCHAS COSAS ASI QUE DIGANME QUÉ MAS LES GUSTOOO. el fake desmayo de la sofi? Nana? su charla con gavi? LA DISCUSIÓN DE GAVI Y JOSH? AAA DIGANME <3
ya sé que ya se los dije pero NO QUEDA NADA PARA EL FINAL <3 y estoy muy emocionada 😭 se vienen tantas cositasss
120 votos para actualización ✨
bueno amistades, no olviden VOTAR y COMENTAR que me hace muy muy feliz <3 UN ABRAZOOOO
Nat
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