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030


La cama del hospital estaba muy fría y el color parecía no tener vida, justo como yo me sentía ahora. Cada que el recuerdo de lo sucedido ayer volvía, me invadía la tristeza y comenzaba a sentirme sucio, asqueado de mí mismo.

—Hola bebé— gire un poco la cabeza y me encontré con la sonrisa de mi madre, ella había estado llorando, lo rojo debajo de sus ojos me lo decía —¿Cómo te sientes mi amor?.

Me encogí de hombros y desvíe la mirada hacía la ventana entre abierta —Me duele el cuerpo.

Ella se sentó a un lado de la cama y tomo mi fría mano entre la suya —Perdóname, no debiste haber pasado por algo tan horrible— mi madre rompió en llanto y no pude evitar no hacerlo también.

No había visto a Taehyung desde que se desmayó frente a la puerta de nuestra casa y mis padres asustados me trajeron al hospital. Supuse que ahora se encontraba siendo enlistado para vivir en el orfanato pero realmente no deseaba saber nada. Solo quería dejar de pensar, él no tuvo la culpa me obligue a creer pero en lugar de venir por mí, estaba drogándose.

—Cariño. Taehyung quiso hablar contigo— murmuró mi madre y de inmediato note su enojo —Pero no se lo permití, ese chico solo llegó a destruir tu vida, no volverás a verlo.

Cerré los ojos y recordé, tal vez nunca debí haber dejado esa carta ahí. Dónde comenzó todo pero a pesar de todo, yo aún seguía estando enamorado de Taehyung, él no sabía lo que pasaría. Él no tuvo la culpa de crecer en un ambiente tan enfermo pero sin así no podía creer que me arrastró a mí sin tener la culpa de nada.

—¿Dónde está ahora?— pregunté .

—En el orfanato. Ahí también lo atenderán para que no vuelva a consumir drogas— respondió mi madre y beso mi frente. —Pero no pienses más en él, ¿Si?

Asentí abrazándola con más fuerza, no volveré a ver a Taehyung. Me dolía pero tal vez era lo mejor, tenía que empezar a vivir sin él en mi vida. Sin mi primer y único amor.

En la escuela todos me miraban con lástima y algunos con timidez, "el nerd fue violado" estaba en boca de todos y aquellos que me golpearon alguna vez hipócritamente se acercaron a mí más que por mi salud, queriendo saber que había pasado exactamente.

La noticia se había esparcido debido a que la trabajadora social había hablado con el director sobre todo, supongo que alguien debió haber escuchado y lo así todos se enteraron.

Incluso YoonGi, Dahyun y Jeon intentaron estar a mi lado pero no sé los permití. No quería hablar con nadie, no quería sentirme observado ni que nadie me tocara. Me volví incluso más introvertido y el miedo se había instalado en todo mi ser, sentía que en cualquier momento volvería a pasar por algo igual.

—Se que aún no estás listo pero estar encerrado no te hará bien— me acerque acariciando la mejilla de Jin pero él se alejó de inmediato. —Lo siento.

—No te disculpes. Yo soy el raro— respondió y note las marcas rojas en sus muñecas, ¿Acaso había comenzado a lastimarse a sí mismo?.

Lo observé detenidamente hasta que Dahyun entro al aula con una bolsita de galletas, todos los días le traía una —Son de chocolate está vez— sonrió dulcemente.

Pero Jin ya no reaccionaba a nada, aquella inocente y dulce mirada se encontraba apagada y el rencor hacia Taehyung crecía en mí, ¿Cómo fue capaz de romper de esta manera a Jin?.

Tan ajeno a la maldad, su único pecado fue enamorarse del chico equivocado.

— Está bien. ¿Qué más podría pasar en la fiesta de Jeon?— respondió después de comenzar a morder algunas galletas.

—Estarás con nosotros toda la noche, ¿Sí?— sonrió Dahyun emocionada.

¿Pero por qué no podía darle a Jin un mundo sin maldad y protegerlo de todo y todos?.

El cumpleaños número dieciocho de Jungkook fue en grande, sus padres no dudaron en derrochar el dinero para complacer a su hijo así que Jeon invitó a media escuela.

—Min, esas chicas se mueren por ti— bromeó Dahyun golpeando mi hombro —Oh perdón, solo eres de Jungkook, ¿No?.

—Cállate— respondí volteando a ver a Jin quién jugaba con el vaso de refresco que le había dado antes —¿Te sientes bien?— le pregunté cerca a su oído.

Pero él brinco asustado —V-voy al baño— y rápidamente corrió lejos de mí. Mi cercanía le daba miedo.

No, la cercanía de cualquier persona le daba terror.

Y verlo así me rompía el corazón, mi dulce amigo estaba tan destrozado, tan roto por culpa de un estúpido que solo jugó con su amor. Si hubiese llegado antes de nuevo a su vida, no hubiese permitido que nadie lo tocara.

Comencé a contar hasta cien intentando dejar de recordar pero cada que alguien se acercaba a mí me era inevitable no temblar y pensar que me harían daño.

Después de varios minutos salí del cubículo y me quedé atónito cuando salí del baño y ví a Taehyung ahí parado.

¿Por qué estaba aquí?, ¿Había vuelto a hacerme más daño?

—Taehyung...— murmuré.

Y de inmediato volteó, su sonrisa se expandió y se abalanzó hacia mí estrujando me entre sus brazos —¡Mi amor!— exclamó.

—¿Amor?— lo empuje e intente irme pero como siempre, con brusquedad me jalo de la muñeca —Suéltame Taehyung, ya lo hiciste una vez y no volveré a creerte.

—¡Estuve pensando cada maldito día en ti en ese orfanato!, ¡Te quiero a ti no a ellas!— gritó arrastrandome fuera de la fiesta.

Su actitud me decía que estaba totalmente drogado.

—¡YoonGi!— grite pero el sonido de la música opacaba mi voz.

Al salir de la fiesta me quedé callado y decidí no forcejear más pero tenía miedo, por primera vez sentía bastante miedo de Taehyung —¿Por qué mierda andas con YoonGi?, ¡Eres mío!.

—¿De verdad me amas?— pregunté temeroso.

—No, ¿Y qué?. ¡Si digo que eres mío es por qué lo eres!— gritó golpeando mi mejilla. Era la segunda vez que me golpeaba y no hubo dolor, solo me quedé inmóvil tratando de pensar en cómo volvería a lograr ser como antes.

Cuando era feliz o cuando la venda de mis ojos aún no se caía.

Ni siquiera cuestioné o me negué cuando me subió a ese auto negro y condujo a gran velocidad, sólo pensaba en acabar pronto con todo esto. Sabía que el dolor que sentía por dentro jamás se iría.

Sonreí cuando el auto se estrelló contra otro y al fin me sentí liberado. No me importaba morir ahora.

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