❝Pretty faces❞
「Advertencia: capítulo con contenido sensible en varias partes.
Dedicado a GUKASTELL」
Las horas pasaron, las clases terminaron.
Jungkook se reunió con los hermanos Kim afuera de la escuela, y aprovechó también para despedirse de Taehyung; el castaño cargaba con la caja de cupcakes ya vacía, y se encontraba con su, todavía, novio Jimin.
Ambos comían los últimos pastelitos, diciendo entre dientes lo rico que sabían.
Jeon sonrió por ese hecho.
—Hasta luego Jungkook.—se despidió Jimin con una sonrisa dulce, mientras acababa de comer su último pedazo de cupcake—Gracias por el postre, ¡cocinas increíble!—y esa, fue su primera interacción con su mayor enemigo.
—No fue nada... Me alegra que los hayas disfrutado Park...—el peli rosa se forzó a corresponder la sonrisa, y luego apartó su vista hacia Taehyung, tratando de encontrar en él un sentimiento de confort—¡Adiós TaeTae!, ¡te traeré más postres pronto!
—Ah sí... Adiós Kookie, gracias.—Kim sonrió levemente y se fue junto a su pareja, sin darle mayor importancia al chico.
Pero para Jungkook, esa mínima atención era suficiente; y también funcionó como una forma de olvidar que cruzó palabras con Park.
Finalmente, regresó su mirada a los hermanos que lo esperaban para irse, y les regaló el semblante más dulce y tranquilo que consiguió fingir.
—Vamos, síganme.—hizo un ademán tierno para señalar que lo siguieran, y ellos obedecieron la petición.
—No sabes lo agradecidos que estamos contigo Jeon, llevamos un buen rato buscando alguna pista de Namjoon y nada...—comentó Jennie con las manos juntas sobre el pecho, demostrando su preocupación.
—Menos mal que tú lo viste antes de que desapareciera, que suerte.—añadió Jin, dándole una palmada amistosa en el hombro al menor.
Jungkook tuvo que contenerse demasiado, tanto para no rechazar ese contacto físico "innecesario", como para no responder algo que lo comprometiera aún más.
Solamente contestó vagamente a sus comentarios, y continuó caminando a unos pasos por enfrente de ambos, avanzando poco a poco hasta su casa.
Para ese momento estaba rebosando de felicidad por todo lo bueno que le estaba pasando en el día, y realmente se estaba esforzando mucho para que eso no se arruinara.
Unos minutos más tarde los tres llegaron a la casa de Jeon, la cual se veía tan bonita y limpia como siempre.
Nadie sospecharía lo que pasaba dentro de tal fachada tan dulce.
—Pasen por favor.—sonrió el peli rosa al meter la llave en la puerta y abrirla lentamente, mirando a sus lados como precaución. Por suerte nadie lo veía.
Jennie avanzó primero, seguida de su hermano, y estando ya los tres adentro, Jungkook rápidamente colocó el seguro en la puerta, tratando de no alertarlos con ello.
No quería cometer errores.
Los Kim miraron a su alrededor, detallando un poco lo que había en el pequeño lugar, y quizá habrían tomado asiento en el sofá y comenzado su "interrogatorio", de no ser porque se dieron cuenta de que no estaban solamente ellos ahí.
—¿Yoongi?—habló Jin, mirando al pálido con evidente confusión y sorpresa—¿Qué haces aquí?...
Min venía saliendo de la cocina justo cuando ellos ingresaron a la casa, y al verlos, no pudo hacer más que quedarse quieto, mostrando una expresión de culpa y miedo. Sabía lo que vendría después.
En ese momento se arrepintió de no haberse encerrado en la cocina o subido a la habitación de Jungkook, con tal de no tener que ayudarlo a recibir nuevas víctimas.
—Él se está quedando conmigo, como un roomie.—dijo con normalidad Jungkook, se estaba volviendo bueno en mentir—¿Verdad Yoon?—lo miró fijamente.
—Si... Si exactamente, eso...—respondió con la voz temblorosa, sin poder dejar de sentir miedo al recibir aquella filosa vista.
—¿Estás bien?, ¿por qué tiemblas?...—cuestionó Jennie, acercándose un poco al pálido.
Los hermanos Kim dirigieron su atención a él, tratando de averiguar si Jeon decía la verdad o si pasaba algo más profundo allí.
Y mientras tanto, el peli rosa tomó aquel bate de béisbol que tenía guardado en la sala, y repitió el proceso que había seguido con Yoongi; los desmayaría, y le ordenaría a Min que lo ayudara a bajarlos al sótano.
—Él está bien... Pero necesita compañía aquí.—y con dos movimientos rápidos y certeros, Jungkook los golpeó.
Golpe derecho para Jennie, izquierdo para Jin, usando solamente la fuerza necesaria para dejarlos inconscientes. Ninguno de los dos fue tan hábil ni veloz como para evitarlo, ni siquiera Jin quien fue el segundo en caer.
Yoongi tuvo que ver la escena sin interferir, apretando fuertemente los ojos cuando los golpes resonaron, y observando como los hermanos caían al suelo como fichas de dominó.
En menos de un minuto, ambos ya estaban en el suelo, casi encimados, y con las marcas del bate en su cien.
—¿Viste?, así de rápido se debe ser.—comentó Jungkook con una sonrisa victoriosa, mirando a Yoongi—No fue nada difícil... Y son dos, que bárbaro.
Min no contestó, estaba atónito ante las reacciones de Jeon, que no dejaban de sorprenderlo por lo inapropiadas que eran.
Pero, tuvo que salir de su trance.
—¡Hey, reacciona!—el peli rosa chasqueó los dedos, provocando que el contrario diera un brinco del susto—Toma a Jennie, me ayudarás a llevarlos abajo.
—¿Qué?... N-no...—quiso negarse, pero no tenía opción. Mucho menos cuando tenía una mirada tan fría clavada en él—Está bien...
Jungkook tomó a Jin de los brazos, arrastrando su cuerpo por la sala con dirección al sótano.
Min por su parte, decidió cargar como costal a Jennie, aprovechando que ella no pesaba mucho; y también porque no quería herirla al llevarla por el suelo como un vil trapo.
Por supuesto que no le agradaba ni un poco nada de lo que estaba pasando y haciendo, pero si quería vivir, debía obedecer. Realmente había aprendido a apreciar su vida, aunque fuera a costa de alguien más.
No tardaron más de diez minutos en tenerlos a ambos en el sótano, y claro, Jungkook obligó a Yoongi a atarlos con fuerza a las sillas que antes habían sido su prisión.
Tuvo que amarrar a los Kim como se le ordenó, sin dejar de repetirse mentalmente una y otra vez que nada de eso estaba bien.
Jungkook sonreía con el éxito dibujado en su rostro, y con algo de satisfacción al ver que su ahora cómplice había limpiado bien el lugar. Definitivamente ese era su día de suerte, pensó.
—¿N-necesitas algo más?...—preguntó Yoongi con la voz aún temblorosa cuando acabó su labor. Deseaba que la respuesta fuera no.
—Por ahora no gatito, esperaré a que despierten, y entonces empezaré a necesitar tu ayuda.—Jeon le sonrió con una dulzura tétrica—Tengo algo especial planeado para ellos.
Min tragó duro, y solamente asintió en silencio.
¿Qué otra alternativa le quedaba?
Una hora pasó, y finalmente, los hermanos despertaron.
Al parecer Jungkook se había excedido un poco en la fuerza de sus golpes.
—¡Buenas tardes!, casi noches de hecho...—la primera imagen que los Kim vieron, fue a Jeon sonriendo muy cerca de sus rostros, como si fuera una situación normal—¿Les agrada mi asistente?, resulta que fue tan estúpido como ustedes y ahora vive permanentemente aquí.
Y mientras Jungkook platicaba con naturalidad, los hermanos estaban entrando en pánico, tratando de desatar sus extremidades de la silla.
Por supuesto que no entendían que estaba sucediendo.
—¡Maldito loco, psicópata!—gritó Jin—¡Tú hiciste todo!... Las desapariciones, los asesinatos... ¡Tú te llevaste a Namjoon, verdad!
—¡Vaya, que mente tan veloz!, eres muy inteligente Seokjin, veo que no eres solo una cara bonita.—comentó el menor con cierta burla—Si, tienes razón en todas tus afirmaciones, ¿para qué te miento?
—¿¡Dónde tienes a mi hermano!?—volvió a gritar, mientras Jennie solamente se dedicaba a llorar con terror y a luchar con las cuerdas de sus muñecas para intentar safarlas.
—En dos bolsas negras, y una caja de cupcakes.—soltó una pequeña risa—¿Quieres que sea aún más específico?
Jin se quedó helado al escuchar aquello, y comenzó a analizar todo su día, hasta llegar al punto dónde todo se conectó.
Recordó entonces que Taehyung había comido unos pastelitos en la mañana, y que éstos se los había dado Jeon.
Fue ahí cuando entendió que estaba atrapado, no sólo por un loco común, si no por un enfermo.
—Oh por dios... T-Tae... ¿Esos postres eran de?...—y ambos sintieron unas náuseas profundas ante la idea que se había formado en sus mentes.
—Eran hechos con Namjoon, dah.—Jungkook sólo reía y sonreía, sin darle importancia a ninguna de las reacciones de sus víctimas.
Para él era simple diversión.
Y finalmente, para la chica fue demasiado. Vomitó a un lado de su silla, manchando inevitablemente una parte de su ropa; Seokjin estuvo a punto de imitarla, pero pudo resistir.
—Iugh, que asco...—el peli rosa formó una mueca de desagrado, y miró con algo de molestia a Jennie—Vas a tener que limpiar eso Yoongi... O quizá, ella lo haga, depende de mi imaginación...
Min asintió en silencio, mientras la castaña lo veía con aún más terror. No podía siquiera pensar en qué cosas tan retorcidas pasaban por la mente de ese chico aparentemente dulce.
—¡Dime para qué nos trajiste aquí!—el castaño no dejaba de gritar, pero no con una voz de mando ni fuerte, sino más bien con un tono lleno de pavor.
Era una situación en la que gritas en un intento de imponer y salvarte.
—¿Se te acabaron las neuronas tan pronto?, vaya, te tenía fe.—Jeon se burló, y se acercó al rostro del chico con una expresión perturbadora—Adivina adivinador... ¿Quien fue tu novio hace un tiempo corto?
—¿Qué?—Jin respondió confundido. ¿Por qué le hacía una pregunta tan tonta?
—Contesta Seokjin... Te conviene más...—finalmente Yoongi intervino, dando un consejo que seguramente, no serviría de mucho.
—Pues... Estuve con Taehyung hace un tiempo...—contestó sin entender.
—Ajá, ¿y quién más estuvo con él?, exacto, tu hermano Namjoon, tu hermana Jennie... Y todos los demás a quienes asesiné, incluyendo a Yoongi.—explicó Jungkook, esta vez con el odio y la rabia marcados en su expresión.
—¿Lo estás haciendo por él?—habló por fin Jennie, preguntando en un susurro apenas audible.
—¡Claro que es por mi amor Tae!—los dos Kim podrían jurar que apreciaron como las pupilas de Jungkook se hicieron diminutas al gritar aquello—¡Haré lo que sea para que él sea sólo mío otra vez!
—¡No te lo quitamos, es tuyo, quédatelo!—alzó la voz Jennie, con la esperanza de que eso ayudaría en algo.
Cosa que solo hizo enojar más a Jeon.
—¿No me lo quitaron eh?... No, para nada, sólo lo compartieron entre hermanos y ya, ¿cierto?—soltó una risa burlona, mientras su expresión se hacía más tétrica—Que lindos... Que aberración de su parte...
Los hermanos se quedaron callados un momento, sin poder terminar de entender como era posible semejante locura. Cómo podía existir una mente tan rota, capaz de secuestrar y asesinar "por amor".
Ellos sabían que Taehyung tenía aquel amigo un poco raro, pero no sabían que realmente estaba demente a más no poder.
—Pero no se preocupen mis estimados Kim... Ya estoy arreglando cada uno de sus tropiezos con mi amorcito, y pronto todo volverá a ser color de rosa.—añadió con una voz grave y nada linda, mientras se alejaba lentamente de ellos—Yoongi, es hora de empezar... Ya me harté de verlos vivos.
—¿Qué... Qué n-nos vas a hacer?...—se atrevió a preguntar la castaña, y en respuesta, Jeon se rió, mientras se dirigía a la mesa acomodada previamente por Min.
—¿Eres estúpida, o solamente actúas como tal?... Dios mío, lo que tienes de bonita, lo tienes de vacío en el cerebro.—el peli rosa tomó dos cuchillos pequeños, más similares a dagas—¿No es lógico?, los mataré.
—Pero... ¿Por qué él sigue con vida?, ¡no es justo!—reclamó Jin señalando con la cabeza a Yoongi, quien solamente estaba allí de pie, esperando alguna orden de Jungkook.
—Él fue amable, condescendiente quizá... Digamos que se ganó la vida, pero no se la dejé gratis, por eso es mi cómplice ahora.—explicó un poco más "tranquilo", mientras le daba un par de cuchillos similares al pálido—Así que si tu siguiente pregunta es si pueden ganarse lo mismo, la respuesta es no.
—¿¡Por qué!?—gritaron los Kim al unisono, sintiendo como sus lágrimas empezaban a caer nuevamente.
—Porque si dejo vivir a cada persona que secuestro, se pierde mi objetivo, y eso no lo permitiré.—Jeon rodó los ojos, y con un ademán de mano, le indicó a Yoongi que lo siguiera—Comprendan, mi gatito cómplice es especial, ustedes son sólo rostros lindos que merecen morir.
Ambos verdugos se acercaron a ellos con sus armas en las manos, empuñadas con el filo hacia abajo.
Jungkook se colocó frente a Seokjin, y le ordenó a Min quedarse frente a Jennie.
Quería verlos sufrir, sangrar y gritar antes de hacer lo que tenía preparado para ellos; pensó que un poco de tortura previa estaría genial, ya que sabía de antemano que la sorpresa que tenía para los Kim los mataría muy rápido.
No los dejaría morir con tan poco dolor.
—Gatito, recuerda obedecer lo que diga, todavía me puedo arrepentir de darte misericordia.—advirtió el peli rosa con una mirada de reojo y voz profunda, haciendo que el mencionado asintiera con rapidez—Haz lo mismo que yo.
Jungkook empuñó con fuerza los cuchillos, y de un solo movimiento, enterró ambos justo en las manos de Seokjin, atravesando desde el dorso hasta la palma y clavando las puntas metálicas en la silla.
Rápidamente, la sangre brotó, resbalando por los brazos del mueble y cayendo al suelo.
Por supuesto, los gritos del chico no se hicieron esperar, y lanzó varios alaridos cargados de dolor y desesperación. Jamás le había causado tanto terror ni tanto dolor una persona al mismo tiempo.
Y ahora, era turno de Yoongi de obedecer.
—Lo siento mucho Jennie... De verdad lo lamento...—susurró el pálido entre lágrimas, justo antes de imitar el movimiento de su captor.
La chica negó, gritó e imploró que se detuviera, pero Min no podía hacerlo, no podía fallar.
En un movimiento rápido y fuerte, atravesó las manos de Jennie con los cuchillos, igualmente, clavando los filos en la madera del mueble, y haciendo brotar chorros de sangre hacia el suelo y hacia él mismo.
Se arrepintió profundamente de aquello cuando escuchó como la chica gritaba al punto de casi desgarrar su garganta, suplicando que la dejaran en paz.
Y mientras Yoongi seguía llorando de impotencia y miedo, Jungkook sonreía, disfrutando la escena de gritos y lloriqueos que se había formado.
Justo eso quería, verlos sufrir antes de morir.
—Ahora gatito, repite ésto.—habló Jeon con una sonrisa, sacando ambos cuchillos de las heridas que había provocado.
Los sacó de las manos de Seokjin sin absolutamente nada de cuidado, solamente para tomarlos de nuevo con fuerza, y ésta vez, clavarlos en los muslos del castaño.
Atravesó la carne de sus piernas con profundidad y firmeza, sintiendo como la había abierto a un nivel considerable. El líquido escarlata salpicó directamente en la ropa de Jungkook, y mucho más escurrió por los bordes de los muslos hasta llegar al asiento de la silla.
Seokjin no podía más, no era humanamente posible que gritara más fuerte o que llorara con más abundancia.
Simplemente era la peor sensación que había experimentado hasta ese momento.
—¡MÁTAME, MÁTAME YA, LO IMPLORO!—aquella fue la única frase entendible que Jin exclamó, y aún así, no se le cumplió.
—Anda Yoongi, hazlo.—ordenó Jeon, ignorando aquella súplica de muerte.
Min tragó duro, cerró los ojos, y obedeció.
Desenterró los cuchillos de las manos de Jennie, y tomándolos con más fuerza otra vez, los posicionó sobre los muslos delgados de la chica.
—Perdóname Jennie... Solo quiero vivir...—susurró nuevamente el pálido, con lágrimas escurriendo por sus mejillas, y una expresión enorme de culpa.
Movió sus manos al mismo tiempo, pero sin darse cuenta, lo hizo más lento de lo debido.
Picó la piel de Jennie, y poco a poco la perforó con el filo del cuchillo; ni siquiera sabía porque no lo había hecho de tajo como anteriormente lo realizó, pero sin querer, acabó causándole más dolor a la chica.
Al hacerlo lento, la castaña pudo sentir como la cuchilla atravesaba y abría sus muslos como alcancía, sentía cada movimiento del filo dentro de su carne, y el como ésta se iba separando por el corte, ocasionando que se desesperara y casi se desmayara.
Yoongi no lo había hecho a propósito como tal, pero igualmente, no lo había modificado a tiempo.
—¡Genial gatito!, hacerlo despacio eh... No lo pensé antes, gran técnica.—felicitó Jungkook dándole un pequeño abrazo por los hombros, dejando sus armas incrustadas en Seokjin.
Min soltó sus cuchillos, dejándolos ahí clavados sin más movimiento, y se encogió en su lugar, tratando de asimilar lo que estaba haciendo.
No quería, pero no tenía alternativa.
—¡SÓLO MÁTAME Y YA!—suplicó Jennie igual que su hermano, con la voz rasposa por tanto gritar, y el rostro cubierto de lágrimas.
Por supuesto, también fue ignorada.
—¿Tú qué dices Yoongi?—Jeon lo tomó de las mejillas para hacer que el pálido lo viera—¿Muerte rápida, o lenta?
El mencionado abrió los ojos con sorpresa, aún sin poder contener el llanto que resbalaba por ellos, y mirando a Jungkook directamente a esos iris azules más fríos que el hielo.
¿Acaso había escuchado mal?, no podía ser real... ¿De verdad se le estaba pidiendo decidir sobre como quitarle la vida a dos personas?
Tartamudeó un poco con las mejillas apretadas, sin poder dar una respuesta o procesar si quiera el cuestionamiento.
Pero cuando vio como la expresión "feliz" de Jeon se iba deformando a un rostro impaciente y molesto, supo que debía obligarse a sí mismo a contestar.
¿Cuál era la elección correcta, para empezar?
—Eh... Y-yo...—tragó duro, cerró los ojos, y finalmente eligió—R-rápida...
Pensó que quizá así, los hermanos no sufrirían mucho más antes de finalmente morir, por lo que creyó que un asesinato rápido y certero les mostraría un poco de piedad. Además no quería seguir ayudando a torturarlos por más tiempo.
—¡Muerte rápida!, no es mi favorita, pero, en vista de que yo te dejé escoger... Lo respetaré.—Jungkook lo soltó, y sonrió levemente, dirigiendo su mirada a los chicos castaños que aún lloraban y suplicaban—Deberían agradecerle a mi gatito, los dejará morir rápido y sin más dolor... Tienen suerte.
Jeon se alejó de Yoongi y de los Kim, caminando nuevamente hacia su mesa de utensilios. Por supuesto que no desenterró las dagas de sus piernas, le hacía feliz verlos sufrir por el dolor punzante de éstas.
Y mientras él buscaba el cuchillo que usaría a continuación, Min se quedó con ambos, sin saber muy bien que hacer ahora.
—Yoongi, p-por favor...—susurró Jin, tratando de que el peli rosa no lo escuchara—Déjanos ir... N-no tienes que obedecerlo...
—Sí tengo qué... Si no lo hago, me matará también...—respondió en un volumen bajo de voz, limpiando sus lágrimas con dificultad—No quiero morir aquí...
—¿Por qué vale más tu vida... Que la mía?...—el castaño casi escupía las palabras, llorando y temblando de miedo.
—No... No lo sé, lo lamento...—solo eso alcanzó a decir Yoongi, antes de escuchar los pasos de Jungkook viniendo de regreso hacia ellos.
El chico traía consigo aquel gran cuchillo de cierra filosa que había usado para cortar el cuerpo de Namjoon.
Ya no tenía sangre y parecía que había sido afilado nuevamente, obra de Min por supuesto; lo jugaba entre sus manos y lucía el brillo de éste como si fuera increíble, mientras poco a poco se acercaba por detrás a los hermanos.
—¿Sabían que si se tiene la suficiente fuerza, puedes decapitar a alguien con un solo movimiento?—comentó al aire Jeon, colocándose atrás de Seokjin—No sé que tan cierto sea... Pero se puede comprobar, ¿no?
—Creo que... Solo sería posible con una guillotina...—se atrevió a comentar Yoongi, quizá buscando con eso hacer que Jungkook no intentara cometer tal atrocidad.
No sabía que eso más bien, sonaría como un reto.
—¿Y si lo logro realizar, que gano?, apostemos gatito.—sonrió el peli rosa, colocando el cuchillo sobre el cuello de Jin.
Posicionó el filo justo en su piel, mientras sostenía el arma por sus extremos con ambas manos, tratando de mantenerlo derecho para un corte casi recto.
Considerando que Jungkook tenía una fuerza bastante alta, y el acomodo que le había dado al cuchillo era perfecto para aplicarla sin tanto esfuerzo, quizá lograría decapitar al castaño.
Además, no solamente usaría la fuerza de sus brazos, sino que ocuparía el peso e impulso de su cuerpo para sumar más fuerza al corte.
Tal vez no sería capaz de ejecutarlo en un solo movimiento, pero definitivamente era posible, y lo probaría.
—Es-espera... No... Por favor n-no...—Jin comenzó a suplicar e hiperventilar al sentir el metal sobre su cuello, luchando por unir las palabras con coherencia—¡Ten piedad!...
—¡Suelta a mi hermano!—Jennie trató de intervenir, y empezó a moverse con desesperación, en un intento completamente inútil de impedirlo.
—Contaré hasta tres, y le quitaré la cabeza a este estúpido.—anunció con una risita burlona, mientras empuñaba mejor el cuchillo, y se preparaba para avanzar hacia atrás—Sus cabezas serán una excelente decoración, que bueno que son un par de chicos lindos...
—¡Te lo ruego!—y eso, fue lo último que Seokjin dijo.
—¡Jungkook!—gritó Jennie, y en ese momento, él dió el primer paso para retroceder.
Jeon dió un jalón demasiado fuerte al cuchillo, dando un paso atrás e impulsó su cuerpo retrocediendo un poco más; cuando él se movió, el sonido de la cierra abriendo la piel inundó el sitio, se pudo escuchar como el arma cortó profundamente la garganta de Jin, hasta casi la mitad del cuello completo.
Junto a ello, se pudieron oír los gritos ahogados del castaño, los cuales eran una mezcla entre jadeos, gritos pequeños, y un sonido de ahogamiento debido a la sangre que le llenó la boca en segundos.
Pero, todavía no estaba ni muerto, ni decapitado, por lo que Jungkook repitió la acción anterior.
Se hizo nuevamente hacia adelante, acomodó su cuchillo justo en el primer corte, y con la misma fuerza aplicada, retrocedió.
Dió un par de pasos hacia atrás, haciendo que la cierra lo siguiera, y finalmente, el cuello de Seokjin acabó por ser completamente rebanado.
La sangre salpicó de forma alarmante hacia los alrededores del castaño, y su cabeza cayó justo sobre sus piernas, en medio de los cuchillos que aún tenía clavados allí.
Jennie gritó increíblemente alto cuando la sangre de su hermano le cayó sobre el rostro y el brazo que tenía más cerca de él. Sus gritos de terror se mezclaron con sollozos y lágrimas imparables, junto a varios intentos por alejarse del, ahora cadáver, de Seokjin.
Por su parte, Yoongi se había sentado en el suelo, con las rodillas dobladas hacia su pecho y sus manos cubriendo por completo su cara; estaba temblando, llorando, e implorando que todo terminara ya. No habló, trató de no gritar, e intentó no moverse.
Estaba ahí, completamente aterrorizado.
Y los dos que observaban a Kim en ese estado, podrían jurar que sus ojos aún parpadearon después de que su cabeza cayó.
—¡Listo, gané la apuesta!, ¿ves como sí se puede decapitar sin guillotina, gatito?—celebró Jungkook, dando pasos cortos y ruidosos hasta quedar detrás de Jennie—Una más... Y acabaremos por hoy...
—¡No, no por favor!—suplicó la chica entre sollozos—¡Déjame ir, suéltame!...
—No sería justo, además, ¿para qué quieres irte?, vivirías sin tus hermanos, y con la culpa de haber visto morir a uno... Créeme, te estoy ayudando al matarte.—aseguró el peli rosa, preparándose para repetir el proceso de decapitación.
—¡Solo ten piedad de mi, soy una mujer!—definitivamente, Jennie se había quedado sin buenos argumentos.
—Ay linda... Si supieras que ya maté a tres chicas más antes de ti.—soltó una risa burlona, para después rodar los ojos y hablar con más seriedad—Ya por dios, deja de moverte, así no puedo.
—¡NO!—y ella seguía moviéndose lo más que podía, desesperando a su verdugo.
—¡Yoongi, ven acá!—pero Jungkook se inventaba soluciones sobre la marcha.
El pálido brincó en su lugar cuando escuchó su nombre, y tuvo que obligarse a obedecer.
Se levantó lentamente y con el cuerpo aún temblando, su llanto todavía no cesaba, y en realidad, tranquilo no se sentía.
Con dificultad y temor, caminó hasta estar enfrente de la chica, y miró a su captor, esperando una indicación.
—Tómala de las mejillas y manténla quieta, ayúdame con eso.—Jeon sonaba algo molesto, y con aquella mirada fría característica de él, obligó al contrario a hacerlo.
Yoongi bajó un poco hasta la altura de Jennie, quien estaba aún más desesperada que antes; con sus manos pálidas, apretó las mejillas de la castaña, logrando que por fin se quedara completamente quieta.
Él no dejaba de llorar, pero trató de cumplir sin errores la petición de Jungkook.
El peli rosa finalmente pudo colocar el cuchillo sobre el cuello de Jennie, tomándolo igualmente por ambos extremos.
—¡Sálvame Yoongi!—esas fueron sus últimas palabras de la chica.
—Perdóname Jenn...—susurró entre sollozos Min, y sólo eso pudo decir antes de su siguiente shock.
Jeon repitió el proceso anterior, y de dos cortes, logró decapitar a Jennie.
Fue un poco más sencillo, pues su cuello era más delgado que el de Seokjin, y por lo tanto, no necesitó tanta fuerza.
Con el primer corte la sangre salió a chorros desde el cuello, llenando el rostro de Yoongi con ella; en el segundo corte, la cabeza se desprendió del cuerpo finalmente, quedando entre las manos del peli negro.
Ese fue su shock.
El hecho de haber visto frente a frente como Jennie era decapitada; el observar como sus ojos se abrían demás y se iban tornando en blanco, su boca expulsando gran cantidad de líquido rojo espeso, y los gritos de terror y agonía que ella lanzaba mientras aún lo veía a los ojos.
Tuvo que observar como la sangre empapaba su propia piel y como se iba desprendiendo rápidamente el cráneo del cuerpo.
Eso, sumado a que acabó sosteniendo la cabeza de Jennie con sus propias manos... El pobre de Yoongi se traumaba cada vez un poco más, todo gracias a Jungkook.
Y justo en esos momentos de escenas increíblemente violentas y atroces, era cuando Min se daba cuenta de algo.
Jeon no lo había matado, pero estaba destruyendo su mente al haberlo hecho su cómplice obligado. Simplemente era un método de tortura distinto.
Comenzaba a dudar sobre si sería mejor haber muerto y ya, antes que volverse loco a costa de vivir.
Y después de un año, ¡al fin capitulo nuevo!
Esta historia va a cumplir su segundo año de publicación y todavía no la termino, dios mío.
Espero darle fin antes de este próximo halloween.
P.d: si quieren que les dedique capitulos, solamente dejen muchos comentarios y sigan la historia jsjs.
Los amo❤️
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