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❝Losing mind❞

「Advertencia: capítulo con contenido sensible en varias partes. 」

Yoongi estaba empezando a perder la cabeza.

Y no, no era una broma ni una metáfora, él realmente podía sentir como su cordura se iba drenando poco a poco, gota a gota, como un fregadero descompuesto.
No estaba demente aún, pues los dementes no saben que lo están, y Yoongi aún estaba muy consciente de todo; pero, eso no significaba que no estuviera empezando a experimentar pequeños  lapsos de "locura", los cuales le asustaban demasiado.

Todo comenzó ese día en el baño, cuando Yoongi había terminado los encargos iniciales de Jungkook y decidió ir a limpiar la sangre de su piel.

*Flashback*

Yoongi había ido por los materiales que se le habían pedido, además de hacer una parada en el baño para vomitar y limpiar la sangre de su piel; necesitaba vaciar su estómago desde hacia un buen rato, pero no quiso hacerlo de nuevo frente a Jeon, por lo que se contuvo hasta que salió del sótano; usó mucha agua y jabón para lavarse las manos y la cara, sintiéndose culpable y sucio en demasía aún después de limpiarse.

Sentía que ni siquiera bañarse en cloro lo haría sentir mejor con su propia piel.

¿Lo peor?, no fue verse manchado de sangre ajena frente al espejo, sino lo que su reflejo le mostró, algo que ni siquiera era real...

Terminaba de enjuagar su rostro con agua, llevó ambas manos hacia arriba cubriendo con ellas su cara y manteniéndose así por unos instantes, en un silencioso ambiente para tratar de calmarse, pues aún se sentía asqueado y nervioso.

Casi lo había conseguido, cuando decidió levantar la mirada.
Colocó sus manos sobre el lavabo y recargó su cuerpo hacia adelante, quedando a pocos centímetros del espejo.

En cuánto elevó sus pupilas para mirar su reflejo, sintió como su corazón frenaba por un instante y por impulso retrocedió un par de pasos, hiperventilando.

En el espejo, ahí tan real como podía parecer, vió la imagen de Jungkook parado detrás de él. Este tenía su conocido cabello rosa, desaliñado y con algunas ondas en él; se podían ver sus ojos azules como hielos, tan carentes de brillo y con ese filo perturbador que podría matar con solo un vistazo; reflejaba una sonrisa sádica que se expandía gradualmente, haciéndose amplia y turbia.

Sin embargo, los detalles que más impactaron a Yoongi, fueron la cantidad de sangre que manchaba a Jeon, llegando incluso a resbalar por su rostro y ropa; y el otro detalle, fue como esta misma sangre goteaba desde la mano del peli rosa, la cual, estaba posada firmemente sobre el hombro de Min.

Pudo jurar que sintió el agarre apretado de aquella mano, e incluso la sensación húmeda del líquido rojo sobre su ropa.
También no fue falso el color extremadamente pálido que cobró su piel al ver tal reflejo, y la rapidez con la que retrocedió y giró hacia atrás tampoco fue una mentira.

Yoongi se dió vuelta casi de inmediato, pensando que Jungkook realmente estaba ahí, y que su hora de muerte había llegado.
Pero no, nadie lo acompañaba en ese baño, ni un alma.

—Dios... Pero...—decía en susurros para sí mismo, sin entender que había pasado—Yo lo ví...

Una vez más, dirigió su vista al espejo, y en efecto, ya no había nada más que su propio reflejo allí.
El supuesto "Jungkook" no se veía más, la sangre que había dejado con su mano no estaba ya sobre la ropa de Yoongi, y no quedaba rastro alguno de aquella visión.

Solo lo había imaginado.

*Más tarde...*

El siguiente momento de locura que Yoongi experimentó fue poco tiempo después, cuando Jungkook decidió enviarlo —siempre en contra de su voluntad— al sótano.
Claro que el peli rosa sabía lo que hacía, sabía perfectamente que el chico terminaría asustado o vomitando, y amaba verlo sufrir aunque sea de a poco.

Pero, realmente nunca imaginó que se pondría tan mal.

Yoongi recién había bajado cuando vio las cabezas sobre la mesa de cuchillos, ahí recostadas, esperando por él.
Tragó duro mientras se acercaba a ellas, jalando aire por la boca para evitar sentir los aromas; aún antes de ponerse frente a lo que quedaba de los Kim, contempló la idea de salir corriendo y decirle a Jungkook que no podía hacerlo.

Por supuesto, era una idea estúpida considerando de quién estaba hablando.

—Dios mío... ¿Qué estoy haciendo?...—susurró para sí mismo mientras veía aquellos cráneos—Debí dejar que me matara...

Y justo ahí, frente a sus ojos, juró ver nuevamente algo perturbador.
Algo que lo hizo gritar con terror y retroceder unos pasos, pegándose contra una de las sillas que se encontraban ahí. Yoongi comenzó a hiperventilar, sus ojos se cristalizaron por un momento, e incluso su piel se tornó más pálida de lo normal.

Pues, aunque fuera imposible de creer, Seokjin le respondió.

Cuando Yoongi dijo "debí dejar que me matara", la cabeza del Kim mayor se removió de su lugar.
De estar completamente recostado mirando hacia el techo, pasó a impulsarse hacia adelante, quedando algo inclinado, pero suficientemente de frente como para dirigirle la mirada a Yoongi.

El cadáver —o la parte que quedaba— de Seokjin lo vió con odio, mostrándole un par de iris vacíos y sin una pizca de vida en ellos, mientras que hilos de sangre le resbalaban por las comisuras de los labios, regándose hasta la mesa.

Él gritó: "¡Mi muerte es tu culpa, tú debías morir decapitado, no yo!"

Su voz sonaba áspera, algo grave y, por supuesto, cargada de odio.
Emitía un leve eco fantasmal que inundó por completo el cuarto, haciendo resonar cada palabra una y otra vez. Además, la expresión de molestia del "chico" se combinaba con todas esas señales que demostraban que Kim estaba más que muerto, haciendo que se viera aún peor.

Yoongi, por supuesto, gritó con todas sus fuerzas debido al gran terror que ésto le provocó, casi cayendo al suelo por haberse golpeado con la silla.
Y mientras escuchó como Jungkook lo llamó desde la puerta del sótano, juró oír una última risa de fondo, proveniente de Seokjin, como si se burlara de él por ser el cómplice —o sirviente— de un criminal.

Después de que Jeon lo sacara del trance con su grito, y en cuestión de segundos, la visión desapareció, y Min volvió a ver la realidad: solo estaban las cabezas ahí, acostadas y completamente inmóviles, la voz se esfumó y el eco cesó.
Todo frente a los ojos del peli negro, quien a duras penas podía controlar su respiración.

*Tiempo después...*

El peli rosa salió de la cocina a los segundos, dejándolo solo otra vez.

Min trató de concentrar su atención en cualquier cosa excepto en las cabezas cauterizadas, pero era muy difícil no verlas de vez en cuando.
Repasó las decoraciones de las paredes, las cuales estaban cubiertas por un bonito tapiz rosa pastel y algunos cuadros pequeños con diseños de pasteles y postres; miró fijamente el piso, incluso contando cada rectángulo de madera que lo formaba.

Caminó en círculos por la cocina, tratando de regular su respiración y de no empezar a llenarse la cabeza de ideas. Pensar, en esos momentos, no le haría bien.

Sin embargo, el tercer shock del día le llegó tan sólo unos instantes antes de que Jungkook regresara.

Cuando le estaba dando la espalda a las cabezas de los Kim, juró escuchar voces, voces que por supuesto, no eran reales.
Tampoco fue real lo que vió cuando se volteó completamente confundido intentando buscar de dónde habían provenido los sonidos, y aquello lo hizo gritar de nuevo.

Retrocedió unos pasos hasta que su espalda golpeó el fregadero, provocando que los trastes en él resonaran, y se mezclara el ruido de los metales y plásticos con su alarido de pánico.

Esas voces eran Jennie y Seokjin, hablándole.

Pudo escuchar claramente como ambos le decían al unisono: "Vas a morir, le servirás poco tiempo", entre risas aterradoras y susurros poco entendibles.
Nuevamente tenían ese eco característico, mezclado con un tono de voz áspero.

Eso fue lo que llamó la atención de Yoongi para hacerlo girar sobre sus talones y mirar detrás suyo; cuando lo hizo, todo pasó muy rápido.

Al voltear, ambas cabezas lo miraban de frente, con los ojos completamente en blanco y un par de sonrisas que mostraban sus dientes manchados con sangre. Se burlaban de él, emitiendo pequeñas risas que sonaban más lejanas de lo normal.

Y tan solo un par de segundos después, la imagen cambió; "los Kim" abrieron aún más los ojos y la boca, como óvalos, y de aquellos agujeros salió un liquido negro, algo como sangre demasiado oscura, o brea. Se veía brillosa, pegajosa incluso, y resbalaba por sus mejillas y mentón hasta gotear.
Brotaba de sus ojos y labios, como lágrimas negras que cubrían sus rostros, además de darle ese mismo color oscuro a sus cuencas y cavidad bucal.

Sumándole el hecho de que, cuando abrieron más la boca, emergió de adentro de ellos una serie de alaridos, como gritos provenientes de alguien siendo torturado en el infierno.
Esos gritos llenaron la cocina, y resonaban con un eco insoportable en la cabeza de Yoongi, como si con ello quisieran entrar en su mente.

Era como una película de horror, que para Min se sintió completamente real.

E igual que las veces anteriores, en cuanto Jungkook apareció de nuevo en escena para forzarlo a salir del trance, todo desapareció.
Los sonidos, las imágenes, la brea, todo se fue.
Y solo quedó Yoongi ahí, tratando de encontrar una respuesta al por qué estaba alucinando tales cosas y como poder hacer que se detuvieran.

Ninguna de esas soluciones llegó.



Seis meses después aparezco de nuevo. Ya no deberían de creerme nada de lo que prometo, hasta parezco hombre JAJAJAJAJA (mentiraaaaaa).

Ahora sí tengo ya hecho un calendario de actualizaciones, que espero poder cumplir al menos por un tiempo.

¿Que les pareció Yoongi esquizo? Jsjs
Los amo❤️

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