❝First delivery❞
「Advertencia: capítulo con contenido sensible en varias partes」
Jungkook finalizó su trabajo llamando a Yoongi, quien corrió rápidamente hasta la entrada del sótano.
—¿Qué pasa?—preguntó el pálido cuando llegó, y se quedó nuevamente con el cuerpo temblando al ver la escena de abajo.
El piso lleno de sangre, la mesa se veía roja por doquier, y el hecho de observar los órganos y trozos de Namjoon cortados allí le dio náuseas otra vez. Pero, tuvo que aguantar y hacer caso a Jeon.
—Necesito dos bolsas negras grandes, están en un cajón de la cocina, por favor gatito.—pidió el peli rosa con un tono dulce.
—Si... S-si, de inmediato...—Yoongi se obligó a salir de su shock, y regresó a paso acelerado hasta la cocina.
No demoró prácticamente nada en encontrar las bolsas y en regresar al sótano. Bajó con miedo las escaleras e intentó lo más que pudo no mirar hacia la mesa, o al menos no vomitar de nuevo.
Le entregó su petición a Jeon, y éste amablemente agradeció, para luego indicarle que se fuera y siguiera su trabajo arriba; Yoongi, por supuesto, no dudó en obedecer y salir corriendo del oscuro sitio.
Jungkook abrió una bolsa, y con cuidado guardó allí las partes que había cortado. Metió todo y la cerró inmediatamente, tratando de no dejarle demasiado aire dentro. Quedó un paquete pequeño, el cual colocó justo debajo de la mesa, donde a duras penas se veía.
Posteriormente, se dio cuenta de que el resto del cuerpo de Nam no cabría en la bolsa negra, a menos que lo hiciera más pequeño.
Tuvo que detenerse, y trabajar doble por no pensarlo antes.
Tomó un tercer cuchillo, muy fuerte y afilado, perfecto para usarlo. Se dio el tiempo para cortar las cuatro extremidades de Kim, una por una y con cuidado.
No fue una tarea tan sencilla, debido a la masa muscular que el moreno poseía, pero claro que no se retractó, y terminó su objetivo con éxito; separó primero ambos brazos del cuerpo, viendo como salía sangre por aquellos agujeros recién creados, e imaginando los gritos que hubieran salido de la garganta de Namjoon si él estuviera aún vivo; y finalmente, quitó sus piernas, apenas dejando una ligera separación entre su corte y el torso.
Claro que ésto último le llevó más tiempo por el tamaño de las extremidades.
Una vez que tuvo las cinco partes listas, entonces sí, abrió su segunda bolsa negra, y sonrió con alivio al ver que ésta vez sí podrían entrar todos los restos del chico.
Guardó dentro los brazos, piernas y torso abierto de Namjoon, terminando con un paquete más grande que el primero.
Éste lo llevó a rastras hasta una esquina del sótano, alejada de la luz y pegada a las paredes; designó ese rincón para sus bolsas de carne más pesadas, mientras que debajo de la mesa dejaría las más pequeñas que pudiera tener.
Después se encargaría de enseñarle a Yoongi éstos lugares, para que no cometiera la estupidez de mover las bolsas o subirlas a la casa.
Era casi media noche cuando Jungkook se encontraba en la cocina junto a Yoongi, listos para preparar su postre planeado. O bueno, Min estaba obligado a hacerlo.
Antes de eso, Jeon había tenido que subir a su habitación y cambiarse, quitar toda la sangre que manchaba su piel, y aguantarse el cansancio que ya comenzaba a sentir.
¿Motivo?, olvidó que ya no tenía vino para los cupcakes, y que realmente debía ir a comprar más.
Así que con pesar, salió de casa a una tienda de vinos y licores cercana, y compró dos botellas más de vino blanco, más una de tinto, para prevenir. También compró un botiquín pequeño, ya que el suyo se había agotado hacia unos días, y tenía planeado ocuparlo.
Ahora estaban frente a la estufa, con los ingredientes listos en tazones gracias a Yoongi, los trastes limpios, las botellas de vino abiertas y un pequeño bowl con los órganos y miembro acabados de lavar. Por supuesto, sólo a uno de ellos le parecía excelente su área de trabajo.
—¿Puedo... Preguntar algo?...—habló suavemente el peli negro.
—Dime.—respondió Jeon, mientras armaba la licuadora con sus piezas.
—¿Cómo...—tuvo que respirar hondo para completar su cuestionamiento—¿Cómo vas a hacer los pasteles con... Namjoon?...
—Que tierna pregunta.—sonrió el contrario, mirando a su compañero—¿No es lógico, gatito?, pondré esas cosas en la licuadora y se hará una especie de pasta o puré... Y entonces lo mezclaremos con los demás ingredientes hasta que todo se haga homogéneo, por eso subí las cantidades de todo.—explicó como si nada.
—Claro, lógico...—fingió apoyarlo, mientras no dejaba de regañarse internamente por lo que estaba haciendo.
¿De verdad cocinaría a una persona junto a un completo enfermo?, bueno... Si eso significaba seguir con vida, y no ser el próximo en convertirse en cupcakes... Entonces era un sí.
Tal como Jungkook había explicado, colocó los órganos uno por uno en la licuadora; tuvo que hacer varios purés, ya que las piezas eran demasiado grandes para hacerlo todo de una sola.
Yoongi se forzó a no vomitar mientras lo veía, y mientras sostenía los tazones para que Jeon vaciara cada "mezcla" que sacaba del aparato.
Todos habían quedado manejables, excepto por el miembro, pues al triturarlo, resultó en una pasta extraña.
El resto sólo constó de revolver todo con todo, hasta que la masa quedara lo más normal posible.
Se mezclaron los ingredientes reales de la receta, con las grandes cantidades modificadas que Jungkook había dado, junto con los distintos tazones llenos de los restos de Namjoon.
Resultó en un bowl grande con una masa de color sospechoso, y con aromas bastante fuertes y repelentes entre sí.
Por una parte, olía a vino y nueces.
Por otra, simplemente despedía un olor muy similar al de una carnicería poco higiénica.
No se llevaban para nada esas fragancias, pero a Jeon le parecieron apetitosas incluso.
Ambos chicos colocaron la rara mezcla en una bandeja para cupcakes, en la cual los moldes eran más grandes de lo común. Llenaron todos, hasta que el bowl se vació, y entonces el trabajo estaba casi terminado.
Yoongi había encendido el horno para precalentarlo, así que cuando estuvo listo, Jungkook pudo meter la bandeja y dejarla allí por un rato.
—Vale, hay que limpiar la cocina.—habló el peli rosa, Min asintió de inmediato.
Ambos recogieron y guardaron los ingredientes que habían usado, además de lavar todos los trastes; Yoongi lavó cinco veces todos los utensilios que estuvieron en contacto directo con las partes humanas, y aún así pensaba que era mejor tirarlos a la basura.
Y sin duda, la licuadora fue la más difícil de limpiar... Sólo esperaba que Jungkook no planeara usarla para futuras sopas o salsas, porque seguramente saldrían con alguna sorpresa.
Finalmente, los cupcakes estuvieron listos, aromatizando el lugar con un olor extraño... Uno para nada común en un postre.
A Jungkook le gustó, a Yoongi le dieron náuseas.
Sin embargo, a pesar de todo lo que ya había hecho, Min jamás se imaginó lo que sucedería después.
—Listos... Hay que probarlos.—sonrió Jeon, mientras el peli negro se ponía más pálido de lo normal.
—¿Vamos a... Comer eso?...—respiró profundo—P-pero... Seguro están bien, no deberíamos desperdiciar ninguno... Mejor guarda todos para Taehyung...—respondió fingiendo una sonrisa.
—¡Anda!, hay suficientes, estoy seguro de que a TaeTae no le importará.—sopló y sacó un pastelito de la bandeja, sintiendo lo esponjoso que estaba—Vamos, muérdelo.
—Prefiero no... Esque no tengo hambre ahora...—Yoongi retrocedió un paso.
—Pero si no te he dado de comer desde hace mucho, además, no me gusta para nada que trates de evadirme así.—y su expresión dulce, cambió nuevamente a una tétrica, que paralizó por completo a Min.
—No no, por favor no te enojes, lo la...—tuvo que callarse si no quería ahogarse con el trozo de pan que entró en su boca.
Jungkook, ya cansado y molesto, aprovechó la habladuría de Yoongi para arrancar un pedazo del pastelito, y meterlo bruscamente a la boca del contrario; no necesitó decir más, tan sólo lo miró fijamente, obligándolo con eso a masticar y tragar sin seguir reclamando.
Jeon también tomó un trozo del postre, y lo comió como si nada.
Ambos masticaban, y mostraban expresiones totalmente opuestas; Jungkook lo disfrutó en realidad, pues para él, la mezcla había quedado perfecta y no se sentía el sabor humano dentro del pastel; mientras que Yoongi, tuvo que tragarlo casi entero, pues éste lógicamente tenía un sabor extraño, que aumentaba conforme más lo deshacía en su boca.
Y además, la idea de estar comiendo una persona no le favorecía en nada a su mente.
—¿Qué te parece?, a mi me gustó, creo que el vino hizo bien su trabajo.—comentó más relajado Jeon, dejando la bandeja sobre la mesa.
—Es... Diferente...—pronunció Min totalmente asqueado—Tiene un sabor... Extraño si lo masticas por mucho tiempo...—respondió tratando de sonar amable.
—Mmm... Quizá con algo dulce encima quede mejor.—formó una mueca pensativa. Daría ternura su expresión con un ligero piquito en los labios y los ojos mirando hacia la nada, de no ser por el contexto de la situación.
—¿Tienes chocolate?... P-podrías ponerles cobertura de chocolate... E inyectarles jarabe de chocolate también...—sugirió Yoongi, mientras buscaba agua tratando de no mostrar sus enormes náuseas.
—¡Perfecto!, tengo algo de jarabe Hersheys en el refrigerador... Podría preparar un poco de betún y salsa de chocolate.—sonrió Jungkook, llendo rápidamente a su refrigerador para sacar nuevos ingredientes.
Estaba emocionado, pues todo le estaba siendo muy bien, y ya quería darle los cupcakes a Taehyung para que los probara. Esperaba ganar su corazón "de nuevo" con ellos.
Dieron las dos de la mañana, Jungkook se encontraba guardando los pastelitos en una caja muy bonita de color rosa suave, con un listón azul para cerrarla, y la firma del chico:
K♡♡kie, colocando una terminación ondulada al final de la "e".
Finalmente estaba listo su presente, y ahora podía irse a dormir.
Rato atrás, había preparado junto a Yoongi el betún y salsa que usarían, y se dedicaron a darles ese toque final a los cupcakes. Yoongi tuvo que comer más de aquella aberración, pero al menos agradeció un poco cuando sintió el sabor directamente del chocolate en su boca, y solamente dejaba leves notas amargas en la garganta, nada demasiado extraño o sospechoso.
Cuando estuvieron listos, Jungkook fue muy amable en darle la oportunidad de dormir en el sofá de su sala, en lugar de ponerle una cobija en el suelo del sótano.
Además, le prestó ropa de su armario, ya que el pobre peli negro seguía con la misma ropa desde que lo había secuestrado, y por supuesto que estaba manchada y maloliente a más no poder; le dio un suéter de rayas lilas y blancas muy acogedor, además de un pantalón blanco holgado y la ropa interior necesaria.
Claro, todo ésto después de permitirle tomar una ducha en su habitación.
Así que, luego de esconder todos sus juegos de llaves, Jeon acomodó un par de cojines y le dio un cobertor de gatitos, armando una cama casera en el sofá más largo.
Yoongi pudo dormir cómodo, aunque teniendo pesadillas constantes debido a todas las escenas que había presenciado.
Y Jungkook subió a su habitación, luego de guardar su regalo en el refrigerador.
Se preparó para dormir, y antes de subir a su cama, tachó todos los nombres necesarios en su lista.
Ansiaba poder eliminar más personas de su hoja de papel, y por supuesto que lo haría lo más pronto posible.
Al día siguiente, el peli rosa despertó muy feliz, impaciente por ir a la Academia y encontrarse con Taehyung, después de varios días sin acercarse ni un poco a él.
Lógicamente, luego de arreglarse, colgar su mochila en su hombro y tomar la caja de cupcakes, le dio indicaciones precisas a Yoongi, pues lo dejaría solo por primera vez fuera del sótano.
Sabía que obedecería, o al menos confiaba en que Min era lo suficientemente inteligente como para saber lo que le convenía.
—Vale, me iré a la Academia, así que te dejaré tareas por hacer, ¿de acuerdo?—Yoongi asintió—Bien... Necesito que limpies el sótano, que no quede nada de sangre, y por favor, no toques las bolsas que dejé allí anoche, no las muevas para nada. Deja el sitio limpio y aromatizado, porque seguramente lo usaré pronto.
—Okey...—Min lo miraba con atención, aprendiendo todo de memoria.
—Y acomoda la cocina y la sala, quiero ver todo en su lugar, ya que ayer lo dejé desordenado por cansancio.—sonrió cuando el contrario asintió rápidamente—Por último... Vas a ir a la cocina, y comerás algo, lo que gustes del refrigerador, no quiero que estés débil cuando requiera tu ayuda con otra víctima, ¿está bien?
—Y... ¿Si me acabo alguna cosa de tu despensa?...—preguntó suavemente Yoongi.
—No importa, lo entenderé.—sonrió más—Ah, y ayer compré un botiquín, creo que ya te ha dolido la mano lo suficiente... Así que te permitiré curar tus heridas de los dedos, también necesito que sanes rápido para que puedas continuar ayudándome. El botiquín está en mi habitación, justo sobre mi cama... Sólo entras por él, y sales inmediatamente, ¿entendido?
—Sí, entendido.—afirmó el peli negro, para luego dar un suave suspiro—Gracias Jungkook...
—No es nada gatito.—sonrió, y caminó hasta la puerta—Nos vemos por la tarde, no te asomes a ninguna ventana ni trates de forzar cerraduras, y cuídate.
Dicho ésto, ambos hicieron un gesto con la mano para despedirse, y Jungkook salió de su casa con rumbo a la Academia, mientras Yoongi se apresuraba a ir a la cocina, pues moría de hambre.
Jeon corrió hasta la entrada de la Academia, justo cuando vio a Taehyung cruzar la reja él solo; quizá esperaría a su, aún novio, Jimin, así que aceleró sus pasos para alcanzarlo mientras tuviera oportunidad de privacidad.
—¡TaeTae!, ¡buenos días!—saludó el peli rosa, con los ojos brillando y las mejillas algo rosadas.
—Ah... Hola Jungkook.—contestó serio el castaño—Hacia un tiempo que no te veía.
—Si... Supongo que hemos estado ocupados ¿no?—mantuvo su sonrisa, tratando de ignorar que "su amor" le había llamado "Jungkook", en lugar de "Kookie".
—Claro.—Taehyung suspiró, mirando más la caja de cupcakes que al chico que la sostenía—¿Y eso para quién es?
—¡Para ti!, sé cuanto te gustan los pastelitos en invierno, y te hice unos... Para disculparme por el tiempo que llevaba sin acercarme a ti.—Jeon le extendió el regalo, ansioso por verlo comer una de sus creaciones.
—Gracias... Se ven bien.—Kim recibió la caja, e inmediatamente la abrió, sintiendo el aroma dulce inundar rápidamente su nariz—Que rico... ¿Son de chocolate?
—Chocolate, vino blanco y nueces, una nueva receta que estuve probando.—sonrió enormemente al ver como Taehyung tomaba un pastelito.
Le dio una mordida grande, llevándose un gran bocado.
Lo saboreó por unos instantes, mientras miraba a Jungkook un poco extrañado; pero no era por el sabor, más bien, le causaba algo de conflicto la acción tan repentina del chico al que estaba ignorando desde hacia mucho.
No creyó volver a recibir ninguna atención de parte de Jeon, pero realmente los cupcakes estaban ricos, así que agradeció.
—¿Qué te parece?—preguntó el peli rosa, pensando que quizá había detectado algo raro.
—Saben delicioso... Aunque dejan un sabor algo amargo en la garganta, ¿porqué?—respondió Kim, mordiendo nuevamente el postre.
—Ah, debe ser por mi ingrediente especial.—suspiró aliviado—Le puse un poco de canela, tal vez se mezcló un poco diferente con el vino y eso.
—Sí, puede ser.—y el castaño no paraba de comer los cupcakes, sin saber absolutamente nada—Pero son muy ricos, gracias por el detalle Kookie.
"Kookie", una palabra de seis letras que hacía a Jungkook muy feliz. Lo hacía sentir que, todos los crímenes que había cometido hasta el momento, valían totalmente la pena.
Pero su escena juntos terminó rápidamente, gracias a que llegaron los hermanos de Namjoon, Jennie y Jin, a su lado.
Ambos se veían muy preocupados, y se notaba que ya llevaban mucho tiempo preguntando exactamente lo mismo.
"¿Saben algo de Namjoon?"
—No... ¿Porqué?—respondió Jungkook, con su clásica faceta de inocente.
—Esque no ha llegado a casa, ni contestado el teléfono... No sabemos donde está o con quién, y estamos bastante preocupados por él.—explicó Jennie.
—Y bueno, alguien nos dijo que lo vieron contigo el último día que vino a clases, así que quisiéramos saber si tú tienes alguna idea de donde podría estar.—añadió Jin.
Un estudiante anónimo les había dicho aquello, explicando que un chico de cabellos rosas estaba con Namjoon fuera de la escuela, antes de que se notificara como desaparecido.
Y por desgracia, solamente Jeon tenía esa descripción de color capilar.
—Ah... Bueno...—el chico sintió como sus mejillas se ponían calientes, temiendo no poder mentir correctamente y acabar inculpado. Tuvo que obligarse a relajarse, pues podría joder todo su trabajo en dos segundos, y definitivamente no quería eso—Sí, estuvimos juntos ese día.
Taehyung lo miró mal, parecía celoso.
Además, le pareció extraño aquello... ¿Qué demonios hacía Jungkook con ese idiota mujeriego?
Pero, tenía cupcakes para llenarse la boca, así que decidió callar y no meterse; en fin, ¿qué le importaba?, Jeon podía hacer lo que quisiera.
—Salimos sólo por un café después de clases, y luego dijo que iría a su casa.—explicó el peli rosa con toda la calma que podía—Se fue, y ya no supe más de él.
—Demonios...—maldijo Jin con un chasquido de lengua—Ésto sonará acusatorio, pero tú fuiste la última persona que estuvo con él probablemente... ¿Te molestaría decirnos todo lo que hicieron juntos?, quizá podamos sacar alguna información de eso.
Jungkook pensó en negarse, hasta que lo tomó como una oportunidad doble, tal como aquella que tuvo con Lisa y Rosé.
De todos modos ambos estaban también en su lista, y amaba matar dos pájaros de un tiro.
—No para nada, les diré todo lo que necesiten.—sonrió una pequeña sonrisa tierna—¿Porqué no me acompañan a mi casa después de clases?, así podremos hablar mejor.
—¡Muchas gracias!, te deberemos una muy grande.—sonrió Jennie, sintiendo alivio al estar cerca de tener pistas sobre el paradero de su hermano.
Por supuesto, ninguno de los tres Kim presentes sabían lo que ocurría detrás de toda la escena. Ni mucho menos se imaginaban que Taehyung estaba comiendo, justo frente a ellos, un postre hecho con restos de Namjoon.
Me tardé y ya no subí el capítulo ayer, pido perdón.
En fin, quiero ver muchos comentarios porfi, así me motivo a actualizar más.
Los amo❤
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