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🌸 Valentine's day pt. 2

El dormitorio también estaba iluminado con velas. El olor dulzón que había percibido con anterioridad era mucho más fuerte y ahora Jimin podía distinguirlo perfectamente: vainilla.  

La cama estaba cubierta con un edredón blanco, en donde reposaban pétalos de rosa rojos. Las cortinas estaban abiertas, lo cual les permitía observar un poco la ciudad nocturna a través de la ventana.

Jimin volvía a sentirse conmovido con todos los detalles que le había preparado su pareja.

—Tae esto es hermoso —dijo con los ojos fijos en el precioso perfil de quien tanto amaba.

Tae le dio un beso en la nariz y lo sentó en la cama. Fue entonces que notó que en la mesita de noche había un cuenco con fresas y una botellita de...

—Sirope de chocolate... —dijo sin aliento de sólo pensar en lo que le esperaba.

—Te dije que te iba a encantar —señaló Taehyung. Tomó una fresa del cuenco, se la acercó a Jimin y este la atrapó entre sus dientes, mordiendo y deleitándose con su sabor.

—¿Rico? —preguntó Tae, sentándose a su lado.

—Mucho —sonrió.

—¿Quieres otra?

—Honestamente, no. Estoy lleno —rió— La comida estaba deliciosa, amor —halagó.

Taehyung le sonrió, coqueto.

—Entonces ¿Pasamos a la acción?

Jimin volvió a reír, para después alcanzar la nuca de Tae y atraerlo a su boca y besarle. Ambos suspiraron con el contacto.

El beso comenzó tierno y suave, pero pronto el calor recorrió sus cuerpos y el encuentro de sus bocas se convirtió en algo húmedo y apasionado. Las caricias mutuas llovían por aquí y por allá, buscando más contacto, más piel para tocar.

Taehyung abrió la camisa de Jimin y la deslizó por sus hombros. Besando y lamiendo cada centímetro de piel expuesta.

—Me encantas —murmuró Tae.

Jimin no respondió, estaba concentrado en desnudar a su acompañante. Le retiró la camiseta que llevaba y sonrió triunfante cuando por fin pudo apreciar el torso desnudo ligeramente tonificado de su novio. Acarició a lo largo sin detenerse demasiado, su objetivo era otro. Cuando finalmente llegó al borde el pantalón, empezó a forcejear con el cinturón que Tae llevaba. Pero le fue imposible retirarlo. No cuando sentía la lengua y dientes de su pareja en su cuello y sus manos pellizcando sus pezones.

—Joder. Sácate está mierda de una vez —gruñó con frustración después de varios intentos fallidos.

Ambos soltaron un par de risitas juguetonas, cómplices. Jimin jadeó cuando Taehyung lo empujó hacia atrás, recostándolo.

Su novio le retiró las últimas prendas con rapidez y se quitó las propias antes de subirse a la cama, sosteniendo en su mano la botellita de sirope de chocolate.

—Muero de ganas por probarte —murmuró Taehyung— Abre las piernas para mí, bebé. Así... Eres precioso, Minnie.

El peliazul se acomodó entre las piernas de su novio, una sonrisa traviesa adornaba su rostro y sus ojos brillaban con lujuria. Destapó y esparció por el torso de Jimin tiras de chocolate líquido. Se relamió los labios y se le hizo agua la boca con la exquisita imagen de su pareja. 

—Joder, Jimin. Deberías verte ahora mismo. Te ves tan perfecto.

Mejillas sonrojadas, respiración agitada, su precioso cuerpo desnudo cubierto con chocolate, su miembro erecto, sus pezones rosados que parecían dos brillantes y jugosas cerezas...

Con eso en mente, se agachó y lamió uno, luego lo tomó en su boca y empezó a succionar y mordisquear.

Delicioso, era lo único que podía pensar. El sabor del chocolate, la dulce carne en su boca, las manos de Jimin en su cabello jalando y acariciando, y sus gemidos...

Pasó su lengua por cada centímetro de piel cubierta de chocolate y acarició la restante. Se deleitó con los gemidos de Jimin resonando en la habitación, mismos que subían de volumen a medida que se acercaba a su límite.

—¡Tae! —gritó Jimin cuando este tomó su miembro y acarició de arriba abajo, lento, torturándolo—Más... rápido...

Complaciendo a su novio, aumento la velocidad de sus movimientos. Jimin se estremecía y movía sus caderas, buscando más contacto. Y cuando finalmente alcanzó el clímax, gritó. Su esencia manchó su propio cuerpo y la mano de Taehyung.

Jimin temblaba y jadeaba, intentando recuperar el aliento mientras Taehyung le besaba el rostro cariñosamente.

—Respira, cariño. Eso es... Eso estuvo bien ¿Cierto? Estoy tan duro por ti, Jiminie. Quiero tomarte. Voy a prepararte ahora ¿Crees que puedes recibirme? ¿O quieres tomar un descanso?

Jimin negó. Tomó el rostro de su menor y lo acercó al suyo.

—Tómame —susurró en sus labios antes de besarle.

El beso era fogoso, la erección de Taehyung se frotaba contra la entrada de Jimin una y otra vez, logrando aumentar más su deseo.

El peliazul se separó. Primero esparció más tiras de chocolate sobre el torso se Jimin y luego tomó un pequeño bote de lubricante de la mesita de noche. Tomó una buena porción y sin mucha ceremonia, introdujo uno de sus dedos en el interior de su novio, quien aún sensible por su reciente orgasmo soltó un fuerte gemido. Volvió a usar su lengua para limpiar el chocolate de la piel de Jimin. Dejó algunas marcas también. No podía resistirse a morder aquella asombrosa piel. También le encantaba torturar sus pezones, Jimin era muy sensible ahí.

Se dedicó a prepararlo rápidamente. Con el segundo dedo dentro, Jimin volvió a inundar la habitación con su voz. Sus gemidos eran el mayor placer de Taehyung. Amaba la sensación que le provocaba su voz excitada y suplicante, mientras lo dilataba.

Habían sido dos días sin su pequeño novio... Pero habían parecido una eternidad. Por lo que tenerlo así, nuevamente entre sus brazos, no hacían más que hacerle sentir increíblemente afortunado.

—¡Ah! ¡Tae, por favor! —suplicó su novio cuando comenzó a embestir su interior con sus dedos— Te necesito dentro...

No se hizo de rogar. Retiró los dedos y cubrió su propio miembro con lubricante. Besó los labios de su novio y después alineó su miembro dolorosamente erecto contra la entrada de Jimin.

—Chim Chim —jadeó, necesitaba hundirse ya mismo en su interior o se correría en ese momento.

Empezó a penetrarlo, despacio. Sin embargo, Jimin se empujó contra él, empalándose contra su base en un movimiento rápido y un gemido ahogado. Taehyung por su parte gimió bajo al sentir la calidez del interior de Jimin, sus músculos apretando deliciosamente su polla.

—Mi niño travieso —farfulló con voz ronca— Mi Chim Chim.

—Tae Tae...

Comenzó a embestir con un ritmo suave, sin querer dañar a su pareja. Pero pronto aumento la intensidad de las embestidas, penetrando con rudeza, haciendo a Jimin gritar de placer con cada toque a su punto dulce.

Su precioso novio se estremecía bajo su cuerpo, completamente entregado a él mientras entraba y salía de su interior. Exquisito. Sus piernas rodeando su cintura y sus brazos alrededor de su cuello. Sus alientos fundiéndose.

—Tae, bésame —pidió Jimin y así lo hizo.

Era un beso completamente desordenado. Sus lenguas batallaban y hasta sus dientes chocaban. Se vieron obligados a separarse por la falta de aire. Ambos estaban muy cerca.

Taehyung besó la frente de Jimin.

—Voy a... —dijo.

—Sí, yo también —añadió Jimin.

—Te extrañé mucho, Minnie —sus pieles chocaban, las uñas de Jimin se clavaban en su piel. Besó su nariz y lo miró con adoración, sus ojitos estaban entrcerrados, su ceño levemente fruncido debido a todas las sensaciones, su piel sonrosada de manera preciosa, sus cabellos pegados a su frente debido al sudor— Te amo, Jimin.

Su novio quiso responder, pero le resultó imposible. Lo único que salía de su boca eran gritos, gemidos y jadeos. Sintió como su orgasmo llegaba inevitablemente, abrasador y destructivo.

—Mírame, Jimin. Quiero que me mires cuando te corras.

Jimin obedeció y se encontró con su mirada. Sus ojos estaban llenos de amor y deseo. No había vista más preciosa.

Un golpe más a su próstata y llegó a su límite.

—Tae... ¡Taehyung! —su cuerpo entero se tensó y gritó cuando finalmente llegó a su orgasmo. Oleadas de placer hicieron que temblara y se arqueara, ejerciendo presión en el miembro dentro suyo. Sollozó y sintió sus extremidades debilitarse mientras Taehyung se venía en su interior con un gruñido.

Tae atrapó los labios de Jimin y lo besó con ternura y parsimonia.

—También te amo, Tae —dijo el pelirosa con una sonrisa.

El menor le dedicó una de sus características sonrisas cuadradas, para después salir de su interior y acomodarse a su lado. Cuando estaba apunto de abrazar a su pareja, este se alejó con una risita.

—Hay que limpiarnos primero.

—Tienes razón, pero antes... Uhm...

Se besaron una vez más antes de que Tae fuera a por una toalla, la humedeciera y volviera para limpiar a su pareja y a sí mismo.

Luego ambos se deslizaron bajo las mantas con un suspiro y se abrazaron.

—No podré caminar mañana —comentó Jimin.

Taehyung rió y le dio una nalgada, haciendo que Jimin pegara un gritito e hiciera un pequeño berrinche.

—Gracias, Tae.

—¿Por qué?

—Por está noche. Ha sido increíble.

—No hay nada que agradecer, Minnie. Haría cualquier cosa por ti.

Acarició su mejilla con el dorso de la mano y dejó varios besos. Se sentía cansado y a juzgar por los ojitos adormilados de Jimin, él también. Pero tenía que decírselo, después de todo, ese también había sido el objetivo de la noche.

—Tae Tae —llamó entonces Jimin.

—¿Sí, bebé?

—Mudémonos juntos.

Tae se quedó sin palabras por unos segundos.

—¿No te gusta la idea? —cuestionó Jimin, su voz era firme y segura, pero notó que sonaba un tanto dolida.

—No —dijo Tae, pero se dio cuenta de su error y rectificó— ¡Sí! Es decir...

Jimin le sonrió y besó su mejilla, tratando de tranquilizarlo.

—Está bien, Tae. Si piensas que no es el momento no hay problema...

—No es eso, Chim. Es que... —esta vez sonrió, al notar la coincidencia— quería proponerte lo mismo y me tomó desprevenido el que tú lo dijeras primero cuando ese era mi objetivo —rió— El punto es que sí, Jimin. Quiero que vivamos juntos. Quiero despertar a tu lado cada mañana y poder besarte o hacerte el amor. Cocinar para ti y mimarte, o apoyarte en días difíciles. Quiero recibirte después de un día agotador de trabajo o de la Universidad y anhelo inmensamente el no tener que salir corriendo en busca de ropa limpia para ir a clases —Jimin rió con lo último, era algo que pasaba muy seguido cuando Tae se quedaba, por eso había optado por dejar ahí un par de prendas.

—No sabes lo feliz que me sentí cuando llegué hoy y me recibiste —comentó Jimin— Quiero eso todos los días. Saber que cuando acabe el día, podré regresar a casa. A mi hogar, contigo.

Sonrieron.

Volver a casa. Esa era la clave. Porque Taehyung se sentía en casa con Jimin. Él era su hogar. Eran el hogar del otro.

Un hogar lleno de amor sin duda...
Y besos dulces, por supuesto.

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