Capítulo 18
|| Capítulos finales ||
Las manos de Barry me apartan de él. Nuestros labios se separan y abro los ojos al instante.
—¿Qué haces? —Sus iris reflejan sorpresa y también algo de tristeza. Trago saliva.
No puedo responderle, no sé qué decirle.
—Barry, yo...
—No, Caitlin. Nada de "Barry, yo..." ¿Qué se supone que estás haciendo? ¿Has perdido la cabeza? Estás a punto de casarte. —Me recuerda.
—Lo sé. Sé que voy a casarme y también sé que todavía me quieres. —Él sonríe de lado.
—¿Sabes qué, Caitlin? Que tienes razón. Sí, te quiero. Nunca he dejado de hacerlo.
¿Pero también sabes qué? Que lo nuestro quedó en el pasado, como tu vida aquí.
Así que vete por donde has venido y deja de arruinar mi vida. —Me señala la puerta.
—¿Por qué eres tan terco?
¿Por qué quieres que me vaya? —Sin querer, alzo la voz.
—¡Ya te fuiste, Caitlin! Tomaste una maldita decisión y no hay vuelta atrás ¿Es que no lo entiendes? ¡Nosotros no tenemos futuro!
¿O qué es lo que pretendes?
¿Quedarte aquí y renunciar a tu magnífica vida por mi o que yo vaya a tu maldita ciudad a vivir?
«Deja de soñar despierta, Caitlin.
Las cosas no son tan fáciles.
Hiciste lo que querías hacer y ahora no puedes arrepentirte.
Tu prometido te está esperando.
Largate.»
Sus palabras son como balas directas dentro de mi.
Me entrega los papeles del divorcio y me abre la puerta, camino fuera.
Pero no quiero irme así que me doy media vuelta.
Y cuando lo hago, el castaño me cierra la puerta en las narices.
Y así finiquita nuestra historia.
Cabizbaja y derrotada, camino de vuelta a casa. Mis pasos lentos y abatidos, como mi corazón.
Cuando la noche cae, regreso a casa de Barry.
Rehago mis maletas, metiendo mis vestidos y zapatos.
Entonces veo la bola de nieve que me regalaron al llegar a Nueva York. Sonrío amarga.
Y entonces hago un último acto de rabia y dolor. Agarro con fuerza la bola entre mis manos y la estrello contra la pared.
Los cristales saltan por los aires y caen al suelo.
—¡Maldita mierda de Ciudad!
—Grito. Las lágrimas ruedan por mi mejilla junto con todos los recuerdos de los que nunca podré escapar.
Mis maletas ruedan por el suelo de la casa, me cuesta bajarlas por las escaleras del porche y se quedan atascadas en la hierba.
Apenas puedo ver debido a las lágrimas y por más que me limpie, otras hacen su aparición.
En mitad del camino, George me intercepta.
—¿Caitlin? ¿Estás bien? —No pongo resistencia cuando sus brazos me envuelven.
—Ya tengo los papeles. Daselos al abogado. —Mi voz suena rota y ronca pero me esfuerzo por completar la frase.
Mi prometido los coge y se los guarda.
—Se los daré mañana. —Asiento.
—En lo que había pensado es en celebrar nuestra boda aquí, con tu familia y en tu lugar natal.
¿Qué te parece? —Casi quiero reír.
—Genial. —Él no nota mi sarcasmo, aparentemente.
—Entonces la celebraremos lo antes posible. ¿Te parece?
—Me parece.
Y así concluyo.
Supongo que esto es todo, se acabó. Mi historia con Barry y mi vida aquí. Me marcharé y esta vez, será para siempre.
El siguiente capítulo será el final y tras éste, el epílogo.
¿Qué pensáis? 😊
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