01 ; caffeine
Mientras que la lluvia pegaba contra las calles y las gotas escurriendo en la vidriera. El sonido del agua caliente dejándose caer en la taza de porcelana. El silencio siempre reinaba en la cafetería que le gustaba a Whisper.
Estaba concentrada leyendo su libro subrayando sus frases favoritas por hoja, en cuanto esperaba al mesero para que le trajera su café para degustar de esa hermosa tarde de lluvia, con ese característico olor humeante a café por dentro y la tierra mojada por fuera.
Pasó poco cuando su pedido fue entregado, agradeciendo por la bebida y tomándola, disfrutaba del sabor amargo de aquella bebida de todas sus mañanas, tardes y hasta noches.
El sonido retumbante en las calles junto con la bebida caliente hicieron que una sensación de tranquilidad recorriera el cuerpo de la loba de color beige, soltando un suspiro satisfactorio luego del trago, volviendo a leer su libro.
La paz y serenidad era lo que principalmente reinaba la cafetería, con su ambiente cálido y conmovedor, la loba disfrutaba de cada segundo dentro de esto.
De repente el ruido de la campana en la puerta sonó, junto con una respiración agitada y notablemente cansada, pero la expresión cansada de cierta lémur cambió al reconocer el rostro de su chica. Rápidamente se dirigió hacia la mesa donde se encontraba su novia y tomó asiento en el lugar vacío a lado de ella.
—Ay, Whisp, no sabes como me empape allá fuera. Pero estoy bien con solo verte —dijo, mostrándole una sonrisa reluciente.
La loba movió ligeramente su cabeza en forma de negación, desaprobando a la chica de sus acciones. Cerró su libro y lo arrastró delicadamente hasta quedar a un lado de ella.
—Debiste traer aunque sea una chamarra, ahora vas a pescar un resfriado.
—No, no, no hay de que preocuparse amor. Sabes que soy fuerte —presumió, haciendo un conejo con su brazo.
Whisper se rio ligeramente, le encantaba las locuras de su amada. Su corazón saltaba por aquello y la hacían querer unirse a sus maravillosas ocurrencias.
El mesero había llegado a entregarle su café a la de color beige y sin dirigirle palabra a la contraria, se retiró.
—Mm, que grosero. Ni siquiera me vio o me dijo que si quería algo.
—Le mencioné que el café no era de tu agrado, tal vez fue por eso —habló, para después darle un pequeño sorbo a su deleite. Tomar café en las épocas de lluvia era su pasión.
—Mi amor, ¿de nuevo tomando esa cosa tan amarga? —hizo una mueca de desagrado cuando vio la bebida—. Uy, debes probar mejor una malteada o un té chai de vainilla, ¡esas sí son bebidas! —exclamó lo último. Ante lo dicho, se le podían ver hermosos destellos en los ojos a la mayor. Le encantaba hablar de esas fantasías dulceras.
—Lo sé —rio, sin dejar la taza de porcelana en la mesa—. Pero, siempre me ha despertado y me ha dejado con un buen sabor en la boca —confesó la menor, mirando el café.
—¿Más que yo? —dijo, con un pequeño puchero. Ni ella misma se la podía creer, estaba celosa de una bebida.
—¿Qué me gusta más el café que tú? —preguntó, a lo que la contraria asintió, esperando su respuesta—. Por supuesto que... —se detuvo, mirando la impaciente cara de su novia. Ahora era ella la que le jugaría una broma. Alargó más su pausa, pero finalmente dijo—: no.
—¡Cariño! ¡me habías asustado!
—A sido una gran jugada —ella sonrió de manera divertida.
—Eso sin duda —admitió, demostrando que estaba vez fue ella la que cayó en el juego. Aunque, también se unió a la sonrisa divertida de la loba.
En eso la campana de la entrada sonó de nuevo, había entrado una chica rosada con hermoso vestido rojo intenso. Cerró su sombrilla y la dejó en un bote donde estaban la de los demás clientes.
La eriza conectó su mirada con la de alguien más, sin observar a su alrededor, solo se enfocaba en ese alguien. Se acercó a su mesa y se sentó a lado de él, no sin antes de darle un beso en la mejilla.
—¿Esa no es Amy?
—Lo es —afirmó la beige, observando ahora a la persona con la que se encontraba—. Y el chico no es...
—¿Shadow? —hablaron en unísono la pareja. Whisper se sorprendió de que fuera el erizo ónix que estaba ahí con Amy y no Sonic.
—Bueno, eso no es nuevo.
—Tangle, ¿tú lo sabías?
—¡Claro! Pero no te lo había dicho —lo último lo había dicho en un hilo de voz bajito, apenada de no haberle contado sobre la relación de los erizos. Sabía que Whisper no le importaba tanto los chismes, pero Amy es una gran amiga de Tangle, como si fuera parte de su familia.
—No me enoja que no me lo hayas contado —confesó—. Casi no hablo con Amy y mucho menos con Shadow. Sin embargo, pienso que Amy es como una pariente tuya, porque tú hablas más con ella.
—Fue un error mío, pero ¡oye! Nunca es tarde para arreglar las cosas.
La bicolor tomó la mano de su novia, y se levantó junto con ella. La loba con sus buenos reflejos, solo pudo tomar su taza de café.
—Tangle, ¿qué haces? —preguntó desconcertada.
Con la otra mano, la lémur tomó el libro de la beige y empezó a caminar hasta la mesa de la pareja de erizos.
—Vamos a hablar con ellos —susurró contenta.
—¿Qué? No, espera, siento que es de mala educación.
—Yo no lo veo así. Vamos conocemos bien a Amy, sé que jamás se enojaría por esto.
—Pero, Shadow... —conocía maso menos a la eriza y sabía que era linda persona, sin embargo, la mayoría tenía en cuenta que el azabache era alguien frío. No quería ver esa mirada seria fulminando a su novia y a ella.
—Se ve muy diferente, solo míralo.
En algo tenía razón la lémur, y es que el erizo se veía... muy feliz. Feliz al estar con Amy, ¿pero cómo reaccionaría al estar con ellas e interrumpiendo su cita?
—Además, verlos juntos me recuerda a nosotras. Somos una curiosa combinación —apretó un poco su agarre y le sonrió a la beige.
¿Curiosa combinación?
Era cierto. Amy es amable y tierna, y por otra parte Shadow es alguien serio y maduro.
En su caso, Tangle es simpática y muy divertida, y ella es algo tímida y razonable.
Tal vez, ambas parejas tenían algo en común.
Finalmente estuvieron en frente de su mesa.
—¡Hey, Amy! Que gran sorpresa verte por aquí, y a Shadow también. —dijo emocionada la mayor, sin ninguna pena alguna. Todo lo contrario a la loba, que estaba detrás de ella totalmente apenada.
—¡Tangle! Que bueno volver a verte —sonrió, y miró que alguien más estaba detrás de la lémur. Supuso de quien se trataba—. Me da gusto volver a verte también, Whisper.
Fue entonces que la beige se mostró ante los erizos y les correspondió con un gesto tímido, con la cabeza ligeramente viendo hacia el suelo.
—Hola Amy y... Shadow.
—¿No gustan sentarse con nosotros?
—Oh, emm, ¿no les molesta? —comentó Tangle, rascándose la nuca.
—Claro que no, ¿verdad, Shadow? —volteó a ver a su novio y él negó con la cabeza.
El chico observó cada detalle cuando ambas se sentaron, aunque su mirada estaba más enfocada en la loba, que había puesto su libro en frente de ella. Presintió que andaba nerviosa, puesto que estaba temblando un poco. Claramente no era el frío que la lluvia ocasionaba, eso lo tenía en claro, porque lo había visto con diferentes personas que le temían.
La eriza leyó mentalmente lo que decía la portada del libro, "Medicina Interna", jamás hubiera pensado que a la novia de su amiga le gustara el tema de la medicina.
—Así que, ¿te gusta la medicina, Whisper?
—Amm, bueno... yo.
—Ella está estudiando medicina —habló la bicolor muy emocionada—. Quiere ser una doctora, y yo sé que lo logrará. ¡Será la mejor de todo Mobius!
Whisper se apenó más. No pudo responder y en vez de eso, su novia lo había hecho por ella.
—Eso suena increíble, tengo fe en que lo lograrás.
—Gracias —fue lo que contestó la chica.
—Y adivinen quién está estudiando para ser una exitosa repostera —habló la lémur, para después responderse ella misma de una forma graciosa—. Yop.
—Wow, eso sí que es una gran sorpresa. Es decir, jamás me lo hubiera imaginado que tenías pasión para los postres.
—Uf, si tú supieras, Amy —cerró sus ojos, imaginándose todas esas delicias. Esto hizo que la eriza riera y su novia la viera con una hermosa sonrisa.
Cuando Whisper volvió a tener la cara en frente, que conectaba directo con la mirada del ónix, nuevamente miró hacia abajo.
—En cambió yo dejé de trabajar temporalmente en la cafetería de Vainilla, porque me dediqué a abrir una florería. Siempre fue uno de mis sueños y al fin pude realizarlo.
—¡Eso suena súper, Amy!
—Sííí —alargó la í en un tono alegre.
Hubo un largo silencio. La eriza y la lémur, pero sobre todo la loba estaban incomodas por esté mismo. Pero la que rompió la burbuja, fue la bicolor, esta vez hablándole al azabache.
—¿Y tú, Shadow?
El chico no respondió, ya que seguía viendo a la de color beige. Estaba pensativo. Algunas veces se preguntaba sí tenía que sonreír, para que la gente ya no lo viera como una amenaza. Quería dejar de intimidar.
—Whisper, ¿cierto? —la loba lo miró, asintiendo levemente—. No tienes que tener miedo, yo no muerdo. Bueno, a veces —dijo, dirigiendo su mirada a la rosada. Incluso le mostró una ligera sonrisa pícara.
Amy se rio con nervios y sin que la otra pareja se diera cuenta, le dio un pisotón a su novio, aquel solo soltó una leve queja.
¿Acaso se refería a... ?
Oh, por Chaos, Shadow dio a entender algo muy íntimo con la eriza.
La tierna pareja de chicas se encontraban a reventar sus mejillas por lo dicho. Sabían que era un tema común entre parejas, pero ellas querían ir despacio, disfrutando cada momento de su relación.
—A lo que voy es que, siéntete en confianza. Mis días de destruir el mundo terminaron cuando conocía a Amy, ella además de recordarme la promesa de María, me hizo ver que el mundo también tiene bondad en el corazón de las personas —comentó el ónix a la loba, que escuchaba atenta a sus palabras. De igual manera quedó impresionada y fascinada por las palabras de Shadow, jamás imaginó que ese erizo llegara a cambiar. Ahora se culpaba de pensar así de él, sin antes conocerlo—. Y sigo trabajando para G.U.N. —terminó de decir, dirigiéndose ahora a Tangle.
—Perdón si bajé la mirada. Jamás juzgaré a una persona, sin antes conocerla —mencionó Whisper, ahora demostrando su tierna sonrisa que tanto le gustaba a la lémur—. Me da mucho gusto conocerte mejor, Shadow.
—Sin duda, Amy tiene a un gran hombre como novio —la lémur emocionada por su amiga, le guiño el ojo—. Oye Shadow, no le digas a Sonic, pero eres mejor que él en esté aspecto.
—Soy mejor que ese erizo en todos los aspectos.
—Bájale a tu ego, amor.
Las 3 chicas se rieron con excepción del único hombre en la mesa.
La lémur tomó un poco del café de su novia y lo saboreó. La loba ya la conocía, estaba por esperar su respuesta de decirle que "le hace falta mucha azúcar", y sí efectivamente, no tardó mucho en decir aquello.
Whisper solo se acercó a su cara y le plantó un dulce beso, el cual Tangle respondió gustosa.
Amy las vio con ojos de ternura, dando un leve suspiro. El azabache tomó su mano que estaba sobre la mesa, acariciándola suave. Fue donde poco a poco, la eriza se acurrucó en el pecho de su novio.
Sin que ninguno se haya dado cuenta, aquello había terminado en ser una cita doble, y el comienzo de una nueva amistad.
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