Lisa había decidido contarle a Jennie sobre los extraños sentimientos que había descubierto por ella, pero quería esperar hasta el día lunes.

Todo cambió cuando escuchó que su amiga HaSeul le había pedido una cita a una tierna chica con un gusto particular por los suéteres. Al oír esto la curiosidad le ganó, por lo que decidió preguntar por el nombre de la chica. HaSeul le había respondido un "Kim Jennie".

Lisa estaba completamente sorprendida al saber esto, por lo que decidió contarle a su amiga sus dudas sobre Jennie.

HaSeul había reaccionado de la manera más amable y le había aconsejado ser sincera con Jennie, Lisa había asentido y no había dicho más allá de eso.

Llamó a su novia para acordar una cita, inconscientemente el mismo día en que HaSeul y Jennie tenían planeado salir. Había decidido contarle sobre su pequeño dilema y terminar su relación.

Aquel sábado le pidió a su novia terminar con la relación. Al inicio, ella había reaccionado algo mal, pensando que la chica le había engañado. Luego de caer en cuenta que Lisa se encontraba confundida respecto a lo que sentía por Jennie, no hizo nada más que acariciar su brazo y decirle que la apoyaba, pero que le diera algo de tiempo para analizar las cosas.

Ella ya deducía que Lisa tenía algún tipo de atracción por Jennie.

Ambas se querían, pero sabían que no debían estar juntas como una pareja porque Lisa ya no la quería de esa manera.

Se habían despedido con un beso en la mejilla, tomando diferentes direcciones.

Lisa estaba por salir del centro comercial, cuándo vió el rostro de Jennie a lo lejos.

La chica estaba sonriendo a HaSeul y ésta le sonreía de vuelta. ¿Por qué no se había dado cuenta lo hermosa que era la sonrisa de Jennie?

Todo este tiempo debió haber sido una idiota para no darse cuenta.

Después de esto, no pudo controlar el impulso de querer estar junto a Jennie y luego de cruzar miradas, ya se encontraba frente para decirle lo primero que le vino a la mente.

— Jennie...yo-yo creo que me gustas.

Luego de esta extraña confesión, Jennie no supo qué decir. Estaba bastante segura que era algún tipo de broma o un juego de parte de Lisa, por lo que mordió su labio inferior y miró a Lisa con algo de enojo.

— No molestes, Lalisa. Estoy...estoy en una cita. — Dijo Jennie en voz alta tomando con algo de incomodidad la mano de HaSeul, ésta hizo una pequeña sonrisa y Lisa hizo una mueca.

— No estoy molestando, en realidad creo que me gustas. — Soltó Lisa con algo de descaro y HaSeul elevó una ceja, sintiéndose incómoda.

Ningúna supo qué responder ante tal declaración, por lo que HaSeul decidió romper el hielo.

— Um, Lisa ¿Quieres un helado? — Dijo Haseul hacia su amiga y Jennie abrió los ojos.

— ¿Ustedes se conocen? — Preguntó Jennie y Lisa quiso responder, hasta que Haseul le ganó.

— Sí, somos amigas cercanas. De hecho, Lisa me ha hablado de t-

— ¡Me encantaría un helado de esos gigantes! — Interrumpió Lisa. — Que tenga brownie, chocolate, fresa y todos los sabores que puedes incluir. Por favor, tómate tu tiempo Seul.

Haseul elevó una ceja y negó con la cabeza. Le habían interrumpido la cita, pero a decir verdad le daba igual.

Prefería que Lisa dejara de mentirse consigo misma respecto a los sentimientos que tenía por Jennie.

Haseul se levanta del asiento y se aleja, mientras que Lisa se sienta frente a Jennie.

— ¿Por qué estás aquí?

— ¿Por qué me dejaste de hablar?

— Yo pregunté primero. — La de mechas rosadas frunce el ceño y Lisa sonríe nuevamente.

El corazón de Jennie se acelera de nuevo.

— Está bien, es porqué me gustas. Ahora dime porqué me dejaste de hablar.

— No mientas con eso, Manoban. — Jennie intenta cambiar de tema, pero Lisa no se lo permite.

— No miento, es la verdad. Me gustas, me gustas mucho. — Lisa acerca su rostro al de Jennie y ésta lo aleja con un sonrojo.

— ¿No habías dicho que creías que te gustaba? — Alza la ceja.

— Bueno, hace unos segundos acabo de confirmar que realmente me gustas. Ahora responde mí pregunta, por favor. — Dice lo último con algo de tristeza. —¿Fue por la sopa de ese día?, ¿estaba tan mal?

Jennie creyó que Lisa era la persona más adorable, pero luego recordó la razón por la que decidió ignorar a Lisa.

— No, no fue por eso. — Lisa no entendía.

— ¿Y entonces por qué? — Jennie no apartó la mirada y Lisa volvió a preguntar, siendo aún más insistente. — ¿Por qué Jennie?, Si hice algo para que me ignoraras, dímelo por favor.

— ¡Porqué me gustas! — Gritó Jennie cerrando los ojos por completo y todos en el local, lograron escuchar aquello.

Lisa abre los ojos con sorpresa al ver como Jennie lloraba en silencio, intentando tapar sus ojos con sus pequeñas manos.

Lisa se levantó del asiento para acercarse a Jennie y besar su frente, en un intento de calmarla, le susurró que salieran del lugar para que no vieran a Jennie llorar.

Ambas salieron y se sentaron en unas sillas que estaban frente al local.

— Jennie...¿A qué-qué te refieres con que te gusto?

— Sabes a lo que me refiero, Lalisa. Me gustas tanto que no pude evitar ponerme mal por ese día. Donde tú novia te llamaba y tu le decías cuánto la querías, mientras le decías que irías a su casa para hacer quién sabe qué. Tú no me quieres, Lisa. — Jennie no sabía de dónde había llegado aquel impulso, pero decir aquello se sentía demasiado bien, que no podía parar. — Llevo demasiado tiempo gustando de ti, que me afecta tanto que vengas aquí y me digas que te gusto como si nada. Es injusto, ¿sabes?, es tan injusto conmigo misma.

— Jennie, y-yo lo siento, dios. No sé qué decirte, lo lamento tanto. No me había dando cuenta lo que sentías por mí y siempre creí que te gustaba molestarme o algo parecido, pero ahora me doy cuenta que no era así y realmente lo siento, pero no miento cuando digo que me gustas.— Lisa no estaba mintiendo, en verdad lamentaba no haberse dado cuenta de los sentimientos que Jennie sentía por ella.

Jennid abrió los ojos sorprendida y frunció el ceño.

— ¿Q-Qué tan segura puedo estar que no me mientes?

— ¿Quieres que te de una prueba que no miento? —bHabló con el corazón acelerado.

Jennie asintió.

— Cierra los ojos por favor.

Jennie obedeció, sin preguntarse la razón de esto y Lisa se acercó lentamente a sus labios.

El corazón de Lisa estaba acelerado, puesto que no solía ser una persona impulsiva, pero al ver la desconfianza que le demostraba Jennie. Recordó la película romántica que su hermana le obligó a ver y una idea vino a su mente.

Besar a Kim Jennie.

Estaba nerviosa porqué no sabía cómo Jennie iba a reaccionar, pero le daba igual.

Todo le daba igual.

Al inicio el beso fue algo incómodo porque Lisa era la única que hacía leves movimientos, pero cuando Jennie cayó en cuenta que lo que sentía eran los labios de Lisa, le siguió la corriente.

Ambos labios se movían al compás del otro con algo de torpeza. Los dedos de Jennie se hundieron entre la nuca de Lisa para aumentar la profundidad del beso y ésta posó sus manos sobre la cintura de Jennie.

Antes que Lisa tuviera la oportunidad de introducir la lengua en la cavidad bucal de Jennie, HaSeul las interrumpió.

— Wow. — Había dicho Haseul y ambas se despegaron de inmediato. Estaban completamente sonrojadas y Jennie sentía que se iba a derretir de lo caliente que se sentía su rostro. Lisa seguía tomando con posesividad la cintura de Jennie.

— ¿Qué quieres? — Pregunta Lisa.

— Nada, me iba a despedir. Creo que ustedes tienen muchas cosas que hablar. — Y hacer. Quiso decir lo último pero la expresión en el rostro de su amiga le dijo que no era el momento.

— ¿Haseul?, y-yo lo siento... — Susurró Jennie en voz baja y la mencionada negó con una sonrisa.

— No te preocupes, Jennie. Nos vemos luego.

Luego que Haseul se fuera con un enorme helado en manos, Jennie se separó de Lisa.

— No creas que todo se soluciona por un beso. — Negó y Lisa sonrió.

— Entonces, permíteme conquistarte como se debe.