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[💌] - ¿Emperatriz?
-femdom-
-omegaverse-
-harem-
-sultan-
-infidelidad-
[✨] - “Dekuharem” (invertido¿?)
[🧪] - RamdomCondori

— ¿Omega? — el cenizo asintió, viendo a la jefa de la manada de Alfas que tenía como "harem" entre mil comillas ya que nunca se había acercado a ellas.

Bakugo Katzuki era uno de los mayores sultanes, su poder era inigualable entre las naciones de aquella región, un ser sanguinario que a cualquiera podría poner a temblar con su simple presencia e imponencia, un alfa dominante que te hacía respetarlo desde el primer momento.

— Así es... Era un esclavo del sultán Todoroki y bueno... Le asesine y luego tome a ese Omega.

Apesar de ser un alfa dominante tan respetado y fuerte, no tenía un solo Omega bajo su mando, hombre o mujer, simplemente no tenía alguno en su harem personal, el cual por cierto, era conformado únicamente por alfas femeninas, todas con una alta tensión dominante a las que el sultán les tenía eterna confianza incluso sin que las mismas lo supieran.

No tenía un solo hijo, no había tenido un solo contacto intimo con alguna de aquellas alfas, no, jamás, el alfa cenizo era demasiado selectivo, pero aquello solo era para guardar apariencias, entre más harem tuvieras más estatus se te era otorgado, era la única razón por la que les tenía.

— Eso es repentino... Jamás creí que usted pudiera encontrar un Omega sinceramente.

— No me jodas Momo — el cenizo se sonrojo levemente mientras seguía de espaldas a la chica — digamos que... Es alguien especial.

— Si te tiene así, es muy especial — afirmó la pelinegra, la misma había sido una gran compañera, una gran consejera y amiga, su primera "concubina" al ser parte del linaje real, para la desgracia de sus padres había resultado ser Alfa.

— Bien, se los presentaré hoy por la tarde, dicelo a todas.

— ¿Tan pronto?

— Si.

El cenizo se fue de la habitación dejando sola a la pelinegra, Yaoyorozu estaba confundida y curiosa, caminando por los pasillos de aquel enorme palacio fue directo a las habitaciones de sus compañeras de manada, mismas que salieron de inmediato, todas ellas alfas de gran porte y estatus social.

Un "harem" nada convencional.

Las horas pasaron y Momo se fue con todas ellas directo a la sala principal, donde el sultán les presentaría a aquel nuevo miembro de su manada, un Omega, era algo completamente diferente para todo lo que habían estado llevando hasta ahora, un Omega implicaba muchas cosas, sobre todo el cuidado del celo y las feromonas, ya que todas ellas eran alfas dominantes y un Omega sea dominante o recesivo era totalmente sensible a las feromonas de un alfa.

— ¡Yaomomo! ¿Quien es? ¿Ya le viste? ¿Es lindo? — pregunto una pelirrosa morena con completa emoción, sus ojos ámbar brillaban de alegría al saber que al fin tendrían un toque Omega en ese aburrido palacio lleno de alfas.

— No tengo la más mínima idea, Bakugo solo me llamo hoy y dijo eso.

— Ummm, supongo debe ser lindo, si no Bakugo-Sama no lo traería — aseguro ahora una castaña.

— ¡Solo espero que sea lindo! — afirmó una chica de cabello ceniza y sonrisa afilada mientras abrazaba a la castaña por detrás.

— Calma chicas ¿Y las demás?

— ¡Hatzume-San dijo que vendría apenas terminaba con sus "bebés"!

— Jiro estaba en su momento de relajación, o algo así.

— ¡Kendo se estaba arreglando!

— Bien... — la pelinegra les hizo una señal de seguir su camino, las enormes puertas de madera fina se abrieron dejando ver un salón de lo más reluciente, el piso fue enserado tan bien que de podía ver el reflejo propio.

Al final del gran salón había una silla enorme decorada con los acabados más finos, era el trono del sultán, en el mismo estaba Katzuki, peor detrás de este hablaba con alguien escondido, Yaoyorozu no paro al preguntarse si era aquel Omega, por la mirada de Katzuki podía notar que era alguien realmente bajo de estatura, ya que la mirada del cenizo era hacia abajo, muy hacia abajo.

— Hemos llegado su magestad — hablo con educación la pelinegra haciendo una leve reverencia, el cenizo les vio de reojo, sonriendo de lado y diciéndole algo a la persona frente suyo.

El mayor volteo y vio a todo su "harem" reunido, incluso a aquellas que llegaron tarde, a Katzuki no le importaba una mierda, así que solo lo dejo pasar, sonriéndole a las siete chicas se puso frente a ellas.

— Escuchen, les voy a presentar a mi futura emperatriz, tratenlo con respeto por favor, no voy a tolerar absolutamente ninguna falta hacia él
¿Escucharon? — todas asintieron — bien, Deku, ven aquí.

Detrás del enorme trono salió un pequeño chico de cabello verde, sus ropas finas y aterciopeladas transparentes hacían verlo tan lindo, un tocado de joyas doradas que se ajustaba a su cintura que era visible gracias al velo transparente frente a la misma, un pantalón bombacho y brillante que hacia resaltar, sus pies descalzos y sobre su nariz un velo firme y transparente que le daba un aire de misterio y ternura, sus ojos verdes como el mismo bosque que se reflejaban curiosos a su presencia, un cabello verde con reflejos en negro que solo lo hacían lucir aún más adorable.

Delgado, pequeño, adorable, era un Omega simplemente perfecto, todas quedaron asombradas, aquel pequeño ser era mucho más hermoso de lo que habían planeado, entendían la obsesión de su sultán con el pequeño Omega, es solo que era simplemente una maravilla, carajo, tenían un problema muy grabe entre piernas.

— Se llama Izuku Midoriya, tiene 19 actualmente.

Que joven.

— Era perteneciente al reino Todoroki, pero saben que los derroque y... Bueno, ahí le conocí, escuchen bien, Deku será marcado por mi y solo por mi, se atreven a hacerle algo y juro que las mataré sin ningún tipo de piedad, cuiden de él, muéstrenos todo sobre el castillo y como es que las cosas funcionan aquí — aseguro tomando de los hombros al pecoso — me retiro, tengo cosas que hacer, les dejo está importante tarea.

El sultán se fue dejando solo al pecoso con todas las alfas, Izuku se sentía un poco inseguro con ello, pero no por ello no trato de socializar, Todoroki siempre le reprendía por eso, era tímido, pero a la vez le gustaba intentar hacer amigos, contradictorio a su timidez, el bicolor le mantenía en cautiverio por lo mismo, ya que no toleraba que más gente admirará su belleza o su dulce voz.

— H-h-hola... — saludo el pecoso con temor, las alfas seguían embobadas, aquel manjar que les habían dejado era simplemente genial — Y-yo, l-llevemonos bien... Porfavor — las chicas veían fijamente al chico frente suyo, era diminuto, incluso para ellas que por su anatomía mujer eran relativamente bajas comparado con el tamaño de un alfa varón.

El pecoso había extendido su mano con delicadeza, no lo habían notado, pero teni pecas en aquellas lindas mejillas, Momo aclaro su garganta y se puso frente a todas, era la líder al final del día.

— Momo Yaoyorozu, para servirte Midoriya-San — el pecoso se sonrojo cuando la alfa tomó su mano y le dió un ligero beso.

Las demás se acercaron emocionadas ante el acto de su líder, era como decirles "lo harán así, les toca" ¿Saben?

— ¡Yo soy Mina Ashido! Es un gusto Midoriya.

— Me llamo Uraraka Ochako, es un placer, Deku-Kun.

— ¿Deku? — pregunto tímido el pecoso.

— Así te llamo el sultán Bakugo ¿No? — Izuku se sonrojo a más no poder, pero aún así asintió temeroso.

— ¡¡Yo soy Toga Himiko! Es un gusto Izuku-Chan~.

— Me llamo Jiro, Kyoka Jiro.

— ¡Soy Hatzume Mei! ¡Eres muy lindo! ¡Puedes servirme para probar a mis bebés!

— Me llamo Itzuka Kendo, es un gusto Midoriya-Kun — el pecoso le sonrió a todas, haciendo una pequeña reverencia les sonrió.

— Es un placer a todas, porfavor llevemonos bien y no tengamos problemas — todas asintieron a lo dicho.

Así paso el tiempo, con Izuku ahora siendo parte de la familia del sultán, todas le enseñaban algo diferente, Momo sobre el castillo y su historia, así como datos importantes sobre el cenizo y esas cosas, Mina era la experta en el baile tradicional, ella le mostraba todo lo necesario para que fuera la misma estrella de cualquier baile especial, Ochako era una muy buena amiga para platicar y leer, ambos podían pasar horas y horas leyendo y platicando de eso después, Jiro era la experta en la música de le región, la chica siempre le sonreía mientras tocaba la pequeña guitarra que se le había otorgado para hacer piezas musicales.

Toga era la experta en arma blanca, de ve en cuando le mostraba como usarlas, desde cuchillos, navajas, tijeras, etc, Hatzume era una gran científica, o algo que Izuku comprendiera, haciendo cosas para facilitar todo solo hacía que Izuku quedará de lo más impresionado, por último Kendo, la chica era experta en batallas cuerpo a cuerpo, sus puños tenían una fuerza descomunal que le sorprendia que fuera propia.

Así paso el tiempo, Izuku era un gran alivio para aquel ambiente lleno de alfas que solo sabía gruñir y marcar territorio, pero en fin, ahora ya estaban totalmente llenos de dicha con ese pequeño Omega que era como una rosa en medio de un campo de hierbas venenosas.

Aquella noche era especial, un ritual que solo sucede una vez al año en aquella nación, algo tan impresionante que resultaba hasta peligroso.

Un celo masivo.

Todo alfa nativo tenía su celo en aquella luna llena, todos menos el sultán, aquello demostraba su estatus al ser fuerte a la luna llena de aquella noche.

Izuku estaba listo para la gran ceremonia, emocionado ya que, al ser el Omega oficial del sultán, debía asistir aunque fuese peligroso, Izuku no estaba nada asustado, quería ayudar a sus amigas alfas en este momento tan difícil, además de que Katzuki estaría ahí, así que no habría mucho problema realmente ¿No?

En el lugar había múltiples alfas listos para el gran momento, la suerte de estar ahí es que estaba junto a Katzuki, el cenizo lo mantuvo a su lado por temor, no dejaria que alguien tomara a su pequeño Omega.

— ¿Ellas estarán bien? — pregunto viendo al selectivo grupo de Alfas, las mismas demostraban su porte con hermosas prendas doradas y copas de vino tinto.

— Son Alfas fuertes, no te preocupes por ellas, solo tratarán de marcar a uno que otro Omega, pero nada interesante.

Izuku le vio con preocupación, pero aún así asintió.

La ceremonia paso sin más, las feromonas revueltas hicieron que Izuku fuese llevado a su habitación, el pecoso estaba sonrojado y jadeante debido a la sobre estimulación de olores en el entorno, Katzuki supo de inmediato que había sido una terrible idea exponerlo a tanto, así que le dejo la habitación más custodiada a su pequeño Omega, no dejaría que un solo alfa se le acercara.

El pecoso estaba en aquella habitación, las luces apagadas y solo el aún algo embriagado por los múltiples aromas, pero de ellos unos cuantos resaltaban, eran pocos, pero Dios, hacían que su cuerpo entero se sintiera caliente y deseara a aquel o aquellos alfas, no, aquellas, eran mujeres, si, mujeres alfas las que lo tenían así.

Unos pasos se escucharon por el pasillo alertando al Omega, seguido de unos quejidos y luego la puerta se abrió, el pequeño Omega se asusto un poco cuando se reincorporo para ver a quien se que se hubiese metido en su habitación.

— ¿Quien...? — ni siquiera pudo terminar de hablar cuando unos labios lo invadieron, su cuerpo se estremeció cuando fue echado de vuelta a la cama mientras era besado con brusquedad, el pecoso estaba atónito, su cuerpo se estremeció cuando aquella persona le tomó de las muñecas y lo dejo inmóvil en el lugar.

Las feromonas de un té fino llegaron a su nariz, mareandolo y, al igual que hace un rato, sus mejillas se sonrojaron y su cuerpo Omega comenzó a reaccionar.

— Ngh~ b-bas... Basta~ — su corazón comenzó a palpitar, realmente no quería que se detuviera.

— Midoriya-San~ — el susurro en su oído le hizo abrir sus ojos con sorpresa, enfocando su mirada noto aquellos ojos azabaches tan atrayentes que lo dejaron hipnotizado por un tiempo — carajo, no sabes desde cuándo espero está maldita oportunidad — sus mejillas se sonrojaron, pero un golpe de consciencia llegó a su ser, no debía permitir aquello, era el Omega del sultán, no podía traicionarle de ese modo.

Así que intento apartarla, en serio que lo intento, pero simplemente su fuerza era nula a comparación de la alfa sobre suyo.

— Ngh... Y-ya-yaoyo... Ah~ — el pecoso jadeo cuando una mordida ligera llegó a su cuello, haciendo que todo su cuerpo se estremeciera y sintiera la necesidad de dejarse hacer, entonces, la puerta se abrió, la luz dejo ver a otras figuras imponentes, la mezcla de aromas hizo que su cuerpo se sintiera aun mas sensible, además, la alfa sobre suyo comenzó a sacar más y más feromonas en busca de marcar su territorio.

— Yaomomo~ deja algo para las demás, no es justo que te comas sola al Omega del sultán.

— No hay ninguna cláusula que diga que debo compartirlo.

— No era una pregunta Yaoyorozu-San, es una orden — la alfa pelinegra se reincorporo, viendo de reojo el cuerpo excitado del pequeño y lujurioso Omega.

— Compartiré, pero, soy la líder de esta manada, así que yo seré la primera en probarlo — ninguna se negó, al final del día así iba la jerarquía en cualquier tipo de cosa.

— ¡E-esperen! Y-yo... E-esto, no, no está bien, soy el Omega del sultán... N-no pueden... — la pelinegra lo tomo de la mandíbula con cuidado, viéndole fijamente para sonreír de lado.

— No, Izuku, eres solo un integrante con un renombre de este harem... No hay una sola regla que indique que no podemos follar entre nosotros — el pecoso se sonrojo ante la palabra, su corazón comenzó a palpitar con fuerza al momento en el que la mayor le beso.

Un beso de lo más lujurioso que dejo a Izuku sin aliento, sonrojado y jadeante solo pudo asentir a lo que se venía.

Yaoyorozu comenzó, la alfa utilizo sus feromonas para lograr excitar a Izuku, dejándolo al borde del placer y orgasmo con sus simples toques, los suspiros del pequeño pecoso eran un mar de deleite para todas las alfas presentes, las prendas desaparecieron en el pequeño Omega, dejando ver un diminuto pene que apenas y se hacía notar, debajo de este, un lindo coño rosado y sin usar que se veía tan jodidamente lindo.

Yaoyorozu sin pensarlo levantó las piernas del pequeño y se hundió en el lugar, lamiendo sin cuidado ante aquella deliciosa esmeralda, su lindo coño lleno de fluidos que ella se encargo de limpiar. Izuku no podía estar más que nervioso, su cuerpo reaccionando a la mamada que le estaba haciendo la chica, sus piernas tan firmemente tomadas por la chica, no le permitía moverse ni un centímetro, incluso cuando su cuerpo pedía a gritos cerrarse por la vergüenza y placer que le ocasionaba.

— ¡A-AH!~ — Kendo, harta, se acercó al pecoso y usando aquella deliciosa boquita que solo dejaba ir gemidos, comenzó a besarle de una forma más que apasionada, el pecoso se sorprendió al ver a la alfa pelinaranja siendo tan autoritaria, era como si tuviera una competencia con la alfa que ahora mismo le estaba destruyendo el coño.

Mina igual no se quedó atrás, lamiendo el cuello del pecoso mientras dirijia su mano a su miembro, Izuku se sorprendió al sentir aquello, pensó que las mujeres alfas tendrían coño también, vaya sorpresa y tamaño.

Ochako hizo lo mismo que Mina, pero del lado contrario, mientras las otras tres comenzaron a masturbarse frente al pecoso, querían dejar a Izuku tan lleno que incluso Katzuki oliera sus feromonas.

— Ngh~ c-chicas... Y-yo...~ — la pelinegra mordió ligeramente los labios mayores del menor — ¡A-AH!~ — el cuerpo de Izuku se estremeció ante la sensación y se corrio, dejando su cuerpo tembloroso, sus finas piernas aún sobre los hombros de Yaoyorozu temblaban cuál gelatina, Izuku estaba avergonzado, en su vida había tenido un orgasmo como el de ese momento.

— Creo que ya es suficiente del juego previo — el pecoso se sorprendió ante lo dicho por la pelinegra, todas las demás alfas le vieron, las que estaban con Izuku se retiraron, dejando a su líder hacer su parte primordial, la pelinegra vio el cuerpo del Omega, tan hermoso, tan pequeño, tan delicioso, un pequeño Omega perfecto que no hacía más que enloquecerla al punto de desear derrocar al mismo Bakugo para quedarse para siempre con la vida de aquel pequeño. Dejándo todo de lado, bajando su ropa inferior, dejo ver su miembro, grande y grueso que hizo a Izuku tragar en seco, el miedo de lo que estaba or suceder lo atormentó — Descuida, seré delicada — el pecoso se acomodo abriendo sus piernas, su instinto se lo pedía a gritos — sé que es tu primera vez... Así que disfrútala — el pecoso se sonrojo al enterarse que Momo sabía aquel tipo de información.

Las demás alfas admiraban el momento, ninguna se movió, solo observaron como su líder abría las piernas del pequeño y lindo Omega para meterle la polla de una sola estocada.

— ¡¡AGHHN!! — el cuerpo de Izuku se estremeció, arqueando la espalda y cuerveando las piernas. Sus instintos estaban al tope, jadeando al sentirse tan lleno, su coño apretó la polla de Yaoyorozu como si fuese un bebé succionando su biberón, mierda, estaba tan jodidamente lleno.

Momo estaba en el paraíso, sentir como aquel dulce y, antes, virgen coño envolvía su pene la haua delirar, sentirse en el mismo cielo y desear más. Un va y ven lento comenzó, haciendo que Izuku tratara de seguir el ritmo con sus caderas para así ambos sentir mayor placer, los ojos del pequeño Omega fueron directo al par de pechos de la mayor ¿Qué sería lamerlos? Momo río ante la mirada de Izuku, una mirada lujuriosa que hizo que ella igual se excitara.

— ¿Quieres probar? — el pequeño Omega levantó la mirada sonrojado y avergonzado al ser descubierto, pero apesar de ello, asintió.

La mayor bajo con cuidado sus ropas dejando salir un solo pecho, Izuku se sorprendió por la forma y color, trago en seco y se acercó a lamerlo cm cuidado, mientras tanto la mayor seguia metiéndole la polla hasta el fondo, provocando que Izuku gimiera aún con su pecho en su boquita.

— ¡Ya es suficiente! — grito Toga — queremos nuestro turno — Momo guardo su pecho ligeramente mojado y tomando del brazo al pequeño Omega lo sentó ensu regazo aún con su polla en su lindo coño.

— Tienen dos agujeros y dos manos disponibles, usenlos — el menor se sorprendió cuando la major jalo sus nalgar para abrirlas y dejar ver su entrada, Toga se relamio los labios y, aprovechando los fluidos que cayeron en el lugar, entro de una sola domesticada, Izuku volvió a arquear la espalda ante la sensación.

— ¡¡A-AH!!~ E-es... E-es demasiado...

— Y aún hay más — Kendo se puso a la altura de la boca de Izuku, el pecoso ni había terminado de voltear cuando la mayor le metió la polla de golpe, Izuku era un desastre, Ochako y Mina se acercaron a las manos de antes, Jiro termino por follar el culo de Izuku junto a Toga, mientras que Hatzume jugaba con el cuerpo entero del precioso haciéndolo estimularse mientras se masturbaba.

Izuku era un desastre en feromonas y pollas, su cuerpo tan usado que se sentía tan bien, pero solo por las chicas con las que lo hacía, maldita sea era una  sensación tan deliciosa que lo hacía sentir vivo, tan jodidamente vivo que no quería parar. Por desgracia todo tiene un final y aquel dulce momento llegó a su fin cuando Momo se corrió en su coño junto a las otras dos alfas en su culo, Mina y Ochako se corrieron en sus manos y Kendo en su boca.

Las alfas dejaron al Omega en paz, su cuerpo lleno de semen, jadeando y teniendo espasmos, su cuerpo entero temblaba y su respiración era algo entrecortada, pero, mierda, se había sentido tan bien.

Momo, como la lider, se acercó a Izuku, levantando su mentón le dió un dulce beso en los labios, Izuku sonrió levemente y se dejó consentir luego de ello.

— No será la única vez, Midoriya-San — aseguro Momo viendo al Omega ya bañado y restaurado — tu lindo coño necesitará que lo críen — los ojos del precioso se abrieron sorprendidos, pero a  su vez, una sensación de tranquilidad llegó a su ser.

— Sí, les agradecere que me críen — todas sonrieron ante ello y se lanzaron a abrazar y besar a su pequeño Omega.

Eran una manada completa.


¡¡Nuevo cap mis babys!! Espero les siga gustando, me encantó este cap (q se note q amo el Momodeku), osea, es que simplemente escribir a Izuku ser sometido hasta por el aire es mi afición ¿Saben? Pero bueno ¡Los amo!

Pd- ¿Han visto "Alice in borderland"? Ptm, está 10/10, estoy amando la serie y ya hasta llore, jsjsjs.

Pedidos aqui------------>

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