Me mantuve despierto casi toda la noche pensando en que seria de mi el día siguiente, no dormía muy bien desde hace días, excepto cuando dormí con Willem, pero ese es un tema aparte.

Las cosas Willem, al menos para mí, eran algo complicadas. Me gustaba, eso lo tenía claro, me gustaba mucho, creo ha sido así desde siempre. Cuando lo conocí, era un chico tan amable y cariñoso, y me sorprende mirarlo justo ahora y ver todo lo que ha crecido en estos años. No supe, y hasta ahora no se, que fue específicamente lo que me llamó la atención de el, su amabilidad, su capacidad por ayudar a todos, su voz, o simplemente su belleza.

Y es que Willem no era, precisamente, poco atractivo. No era de ese tipo de belleza voluptuosa de las revistas, sino que más bien tenía ese tipo delicado que no podías notar hasta que prestabas atención. Y te dabas cuenta que tenía la cara algo redonda, pequeñas pecas repartidas por la mayoría de su rostro. Tenía la boca pequeña, con labios casi rosados y suaves. Ojos igualmente pequeños, y si prestabas atención, podías verlos casi verdes bajo la luz del sol. Casi deseaba que no tuviera el cabello tan largo, pero luego me arrepentía, porque era suave y sedoso, era largo pero igualmente era muy hermoso.

Si, definitivamente me gustaba mucho, y no solo me gustaba.

Tal vez, y solo tal vez, me estaba enamorando de él.

Era tan amable como cualquiera que hablara con él y eso me encantaba, era comprensivo con cualquiera, incluso si cometía errores.

Un ejemplo soy yo. Cometí tantos errores repugnantes en el pasado, y aún así, aún después de saber todo de mi, me ama y quiere estar conmigo.

Era un chico tan bueno y había pasado por cosas horribles, como la muerte de su hermano mayor, Hemming.

Nunca hable con el, ni siquiera lo conocía, solo por las fotos que Willem me mostraba de vez en cuando. Me confesó que tenía un problema al riñón y que debían operarlo, pero salió mal y Hemming murió.

Willem estuvo devastado por semanas, incluso se alejo de nosotros durante las clases. Lo entendí en ese entonces y lo sigo entendiendo, ambos chicos solo se tenían el uno al otro en esa familia, eran su otra mitad, Willem lo amaba y Hemming estaba muerto.

Hubo un momento en el que no pudo más y se derrumbó frente a mí, lloro a mares y lo único que pudo hacer fue aferrarse a mi como un bote a la deriva.

—No es mi culpa Judy...te juro que no es mi culpa, lo amaba con el alma. —Susurro entre sollozos mientras intentaba acercarme más a él. Estaba temblando, como si tuviera miedo, tal vez por la discusión que tuvo con sus padres. —Solo quería hacer lo correcto...te prometo que no es mi culpa.

—Esta bien Wille —Dije, y el rubio lloro más fuerte, porque nadie lo llamaba así, no desde la operación y me castigue mentalmente por eso. —Esta bien, no es tu culpa, recuérdalo con una sonrisa Willem, con esa hermosa energía que te hacia reír.

Por un momento, llore junto a él, y tal vez nunca lo habría notado de sí no fuera porque el pecoso, al separarse, me limpio algunas lágrimas que corrían por mis mejillas. Pero si de por sí ver a Willem en ese estado me rompía el corazón, el echo de verme reflejado en el me dejaba una sensación de vacío.

Al volver al presente, me di cuenta que la clase ya había terminado y que el dichoso rubio me esperaba en la puerta del salón, me levante rápidamente, tomé mis cosas y estábamos por irnos, hasta que el profesor Philips me llamó.

—Señor Francis, ¿Podría hablar con usted un momento? —Pregunto.

Compartí una mirada con el chico, algo asustado. Ese profesor no me daba muy buena espina, pero igualmente asentí.

—Te veo luego. —Me dijo el pecoso.

—Esta bien. —Le sonreí.

Me acerque al escritorio del profesor y espere a que hablara.

—Mire señor Francis, voy a ser bien directo con usted. —Tarareo. —Su...relación con el señor Ragnarsson esta distrayendo a muchos alumnos.

Fruncí el ceño. —¿De que esta hablando?

—Hablo de que... —Se levantó de su silla. —No sabía que usted era..."especial", y que debería tener cuidado con lo que hace.

Alce una ceja, no me sorprendía la verdad.

—¿Sabe como le dicen por ahí? El fenómeno de la clase.

—"El fenómeno de la clase". —Repetí, casi con una voz burlona. —Si soy tan especial, ¿Por que debo ser un secreto?

Se quedó callado.

—¿Qué se supone que significa? —Pregunte irónicamente. —No se siente como un error, y el echo de que tenga sentimientos por otro chico no me hace menos persona, además, una relación homosexual es más sincera que la de un adulto con su esposa, no me diga que es mentira.

Me miró mal, pero simplemente no le hice caso.

Oh vamos, ¿El puede insultarme y yo no?

—Se que soy joven pero entiendo el amor mejor que usted. Y se que probablemente digan que esta mal, pero será mejor que se meta en sus asuntos, profesor.

Le di una última mirada antes de irme del salón.

Llegue a la cafetería, y luego de encontrar a mis amigos, me senté junto a Willem, quien cerró rápidamente el cuaderno en el que estaba escribiendo.

—¿Qué pasa? —Le pregunte, algo divertido ante su nerviosismo.

—Eh nada. ¿Qué te dijo el profesor Philips?

—Nada importante.

—Oh vamos. —Se quejo. —Quiero saberlo.

Rodé los ojos con diversión.

—No seas chusma.

Soltó una pequeña risa haciendo que le sonriera. Su sonrisa se borro y me empezó a mirar distinto como solía hacer, me puso nervioso, lo admito, y estaba casi seguro que estaba sonrojado.

—¿P-pasa a-algo? —Pregunte.

Las mejillas del chico se pusieron rojas.

—Oye, umh, aquí esta el libro que querías de la biblioteca. —Saco un libro de su bolso y me lo pasó.

Estaba evitando el tema y yo no lo dejaría atrás, pero solo por esta vez, cederé.

—Ey Jude. —Dijo JB. —Nosotros nunca te hemos visto con alguna novia, o novio ¿Por qué?

Me encogí de hombros. —No lo se, no he encontrado a mi chico perfecto, supongo.

—¿Y como es tu chico perfecto entonces? —Pregunto el pecoso.

Trague saliva, pensándolo. Me di cuenta que Malcolm y JB hacían caso omiso a nuestra conversación.

—¿Puedo elegir a un personaje de un libro?

Willem esbozó media sonrisa arrebatadora.

—No.

—¿Por qué no?

—Porque me refiero a tus expectativas reales.

—Mis expectativas están basadas en libros, Willem, por eso estoy solo.

—No estas solo.

Algo se encogió en mi corazón y sentí una tremenda ternura por las palabras del chico.

Era muy tierno.

Pase mis dedos por algunos mechones que caían sobre su frente, nuestras miradas se conectaron, le sonreí y me sonrió de vuelta.