JB definitivamente estaba loco.

Eso era lo único que pensaba Jude mientras veía las decoraciones de la casa que estaban reparando en el lado rico de la ciudad en la que vivían. Al salir, vio a Willem sentado en una plataforma, Malcolm junto a unas herramientas y JB de pie en el techo de la casa.

—Pondrán baños japoneses con calentadores de toallas. —Se quejo el moreno.

—Claro que si, ¿Por qué no lo harían? —Ironizó el rubio.

—Esto era un hogar de tortugas pero ¿A quien le importa?

—Odio las toallas frías. —Lo molesto Willem, Jude lo miró mal. Una de las cosas que odiaba de sus amigos era que lo irritaran con que se preocupaba demasiado por las tortugas.

El rizado subió la mirada hasta el techo de la casa para ver como su amigo castaño se balanceaba tratando de hacer equilibrio con un pie en el aire.

—¿Podrías dejar de hacer estupideces? —Le pregunto, sarcástico.

—Y cuida esa cerveza bufón de circo. —Dijo Malcolm —Porque la que queda es para Jude.

Irónico, porque justo cuando lo dijo, a JB se le resbalo la lata hasta caer justo al lado del más bajo del grupo.

—Y se te cayó, lo que te pido que no hagas y lo haces. —Se quejo Malcolm en voz baja.

Jude rodó los ojos con diversión antes de compartir una mirada significativa con Willem, ambos rieron ante las discusiones de sus amigos.

—Ey, chicos, llego la seguridad, vámonos. —Aviso el pecoso.

—Llegaron temprano.

Willem, JB y Malcolm bajaron hasta el primer piso y rápidamente bajaron por la pequeña resbaladiza que se encontraba en la casa, haciendo que todos cayeran al suelo, se levantaron con rapidez y corrieron por debajo de la casa. El rizado tuvo que guiarse por el rubio para no perderse.

—¡Vamos Gary! —Lo molesto el castaño.

Willem puso una mano en la espalda de Jude para adelantarlo y que el oficial no pudiera agarrarlo.

Llegaron a una cerca donde tenían que saltar para llegar al otro lado, al pasar, el rubio ayudó a su amigo a poder bajar y corrieron a la furgoneta del más alto de los dos, el pecoso de piloto mientras que el ruloso se sentó junto a él.

—¡Vamos chicos! —Les grito a sus amigos, quienes iban trepando la cerca.

Ya los cuatro en el vehículo, podían notar como Gary seguía corriendo atrás de la furgoneta, se burlaron ante esto.

—Miren, Gary quiere un aumento. —Se burlo Malcolm.

—Espera, espera, más despacio. —Le pidió JB, antes de tomar una lata vacía y sacra la mitad de su cuerpo a la puerta abierta.

—¡Vamos Gary, tu puedes! ¡Ahí tienes hermano! —Grito al lanzarle la lata.

—Chicos basta, le causarán un ataque cardíaco. —Dijo Jude, algo preocupado.

—¡Así amigo! ¡Oh, no te pagan lo suficiente hermano! —Los gritos del castaño fueron silenciados gracias a que el pelinegro tomó al chico por el brazo para que se acomodara en el asiento.

—JB basta, basta. —Dijo Malcolm de forma demandante.

—Oh vamos, no seas aguafiestas.

Pasaron unos segundos hasta que el de piel morena habló nuevamente.

—Oigan chicos, creo que me rompí el pantalón.

Los tres chicos restantes estallaron en risas ante las palabras de Malcolm

Las carcajadas cesaron, Willem vio de reojo como Jude jadeaba levemente, luego se dio cuenta que no respiraba así por la adrenalina del momento, si no porque se había lastimado en uno de sus brazos, aún así no dijo nada, porque sabía que si le decía "Jude, déjame verte el brazo" el diría "Estoy bien Willem, no me duele" y si le decía "Podemos decirle a Julia" el seguiría con "No es nada grave, deja de preocuparte" y daría por terminada la discusión.

Siempre, o casi siempre era así, y Willem no iba a cuestionarlo.

Cuando fue a dejar a sus amigos, el rubio entró a su casa y se dirigió directamente a su cuarto, ignorando el regaño de sus padres, estaba de muy buen humor como para aguantarlos.

Nunca se llevó bien con sus padres, recuerda que los maestros cuando el era pequeño, lo elogiaban y admiraban por su empatía y su facilidad por ayudar a las personas, pero sus padres no reaccionaban igual cuando escuchaban eso. Cuando Hemming, su hermano mayor, murió, ambos dejaron de hablarle, lo culpaban por aquello y a pesar de que Willem no les creía, por momentos creía que tenían razón, que pudo haber echo más, que pudo haber ayudado, aunque eso solo duraba unos minutos.

Se sentó en su habitación y, nuevamente, pensó en Jude. Algo tenía ese chico que lo hacía sentir un cosquilleo en su estómago.

Ese dulce y tierno chico de suave voz que conoció a los 9 años, ese chico que a adorado desde que son amigos, ese chico que lo hace sentir cálido.

Quería darle un regalo a Jude por haberle brindado años de amistad, y sabía perfectamente que podría ser.

Tomo su guitarra acústica que se encontraba en su estuche, una agenda y un lápiz, y se sentó en su cama nuevamente.

—And if i told that i love you, you'd maybe think there's something wrong.

—I'm not a man of too many faces, the mask i wear is one.

—Those who speak know nothing, and find out to their cost.

—Like those who curse their luck in too many places, and those who fear are lost.

—I know that the spades are the swords of a soldier, I know that love is not the most important thing.

—I know that diamonds mean money for this art, but that's not the shape of my heart.

—That's not the shape of my heart, that's not the shape...the shape of my heart.

Si, definitivamente tenía que saber que era le pasaba con Jude.