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023.

Durante ese día, Jungkook evitó a toda costa entrar al salón principal donde se encontraba aquel hermoso como peligroso jarrón. Pues temía que el hechizo volviese a hacer efecto con sólo estar cerca de el. Lo peor es que no podía controlarlo, no sabía si así funcionaba o que en cualquier momento podría caer en un trance y hacer algo terrible.

Pasaba cada momento con un constante miedo.

Al punto que pensaba era lo mejor irse de allí cuanto antes, pero se iría mañana entonces tenía que hacer todo lo posible para controlarse y por mientras, descubrir como diablos romper esa terrible maldición.

Se suponía que un hechizo así se curaba con otro. Es por eso que ahora mismo se encontraba en la biblioteca de la mansión Park, buscando algún libro que hablase de encantamientos y hechizos. Estaba leyendo de reojo algunas páginas de uno que recientemente encontró, cuando una voz masculina detrás suyo le sobresaltó:

—¿Qué haces aquí?

Inmediatamente se volteó, ampliando su mirada al encontrarse al Señor Park al frente suyo, observándole fijamente.

—A-Ahm... Sólo merodeaba un poco por el lugar... —respondió, intentando no sonar tan nervioso.

Aquél hombre realmente daba miedo, a pesar de que fuera bueno, tenía una apariencia sumamente amenazante.

El mayor alzó una ceja, ladeando un poco su cabeza para observar mejor el libro que traía Jungkook en su mano.

—¿Qué estabas leyendo?

—Nada interesante —respondió inmediatamente, escondiendo el libro detrás de él— Historia mitológica —mintió.

Recibió una mirada sospechosa y desconfiada la cuál le hizo ponerse en alerta a cualquier cosa que pudiese pasar.

—Sabes, Jungkook... —comenzó el rubio con voz tranquila— Tú y yo no hemos tenido una charla aún. Me gustaría hablar contigo sobre algunas cosas, sígueme.

Dicho esto giró sobre sus talones y se dirigió hasta los sillones de la biblioteca. Jungkook se quedó inmóvil en su sitio por unos segundos hasta después captar la situación y tragando saliva, devolvió el libro en su lugar y siguió al vampiro.

—Siéntate —le ordenó este. Y obedeció inmediatamente, tomando asiento al frente del hombre.

Quedando ambos mirándose fijamente sin decir nada por unos segundos, el señor Park parecía estar analizando cada pequeño movimiento del pelinegro al punto de pensar que el poder del hombre fuera leer los pensamientos o algo parecido.

—Debo de ser sincero, me negué desde un principio a que vinieras aquí —comenzó a hablar el vampiro— Debido a tu extraña condición. No es la primera vez que escucho sobre un caso parecido, enrealidad he conocido a muchos dhampiros pero nunca me llegué a imaginar que mi hijo fuera a salir con uno...

Jungkook se removió en su lugar, haciendo una mueca pensativa.

—Bueno, supongo que hay una primera vez para todo, ¿no?

—Sí, así es... —suspiró pesadamente— A diferencia de mis hijos, soy una persona que le cuesta mucho convivir entre humanos o llevarse bien con ellos, me he obligado a hacerlo por supervivencia y eso... Pero generalmente no me agradan, por eso me confunde mucho que luzcas como un humano pero en el fondo puedas hacer muchas cosas que nosotros hacemos.

—Lo entiendo, hasta a mí me confunde... —rió suavemente pero se calló al instante cuando el mayor ni le siguió. Carrapeó— Disculpe, ¿en qué trabaja usted?

—En un hospital, específicamente el que se encarga de hacerle exámenes de sangre a los pacientes.

Jungkook alzó sus cejas en sorpresa. —Vaya, ¿cómo hace para mantener el control?

—Con el tiempo aprendes a hacerlo —se encoge de hombros— Ya después recibo mi recompensa que es robar las bolsas de sangre sobrantes.

—Oh, ya veo...

—Pero no hablemos de mí, quiero hablar de ti —se acomodó en su asiento, fulminándolo repentinamente con la mirada— ¿Cuáles son tus intenciones con mi hijo, Jeon?

Aquella pregunta lo descolocó completamente, o mejor dicho, le dejó sin habla. Pues no se la esperaba.

—Yo... —relamió sus labios, nervioso—Quiero algo serio. Realmente amo a su hijo, señor.

—¿Realmente lo haces?

—Por supuesto.

—¿A qué punto? ¿Qué harías por él?

—Lo que sea —respondió sin pensar—Haría lo que sea.

—¿Hasta sacrificar tu vida por la suya?

Jungkook le miró fijamente, sorprendido y tardándose unos cuantos segundos en responder.

—Sí, lo haría —afirmó— ¿Por qué tanto cuestionario?

—Tu sólo responde —dijo fríamente.

—Vale...

Entonces el señor Park siguió preguntando.

—¿Qué piensas de que sea un vampiro y no un humano?

—Que es genial.

—¿Habías convivido con un vampiro antes?

—Sí... —mintió.

—¿Qué opinas de Suni?

—Que es una joven encantadora —sonrió.

—¿Por qué aceptaste venir aquí?

—Porque sabía lo importante que era para Jimin que yo conociera completamente a su familia.

El vampiro se detuvo por un momento, mordiendo el interior de su mejilla mientras cambiaba de posición en el sofá. Esta vez, cruzándose de brazos.

—Ahora responde a esto —continuó con voz espesa— ¿Por qué tienes una daga de plata en tu mochila sabiendo de antemano que ese material nos lastima?

Jungkook palideció.

—¿Cómo sabe que...?

—Responde.

Tragó saliva.

—E-Es costumbre, la llevo a cualquier lugar al que voy... Es para defensa personal, ya sabe, por si acaso...

—¿Sólo eso?

—¿Acaso no confía en mí? —se atrevió a preguntar.

—No —respondió de inmediato, dejando al pelinegro mudo— Absolutamente no. ¿Cuáles fueron tus intenciones con Jimin desde el principio?

—Las mismas... —respondió después de recuperarse del shock interno— Mire, no entiendo como duda tanto de mí, quiero decir, rescaté a su hija. Al menos, reconozcalo o algo...

El vampiro alzó una ceja, casi impresionado por las agallas del chico al hablarle de esa manera indirecta.

—Lo sé, y gracias. Realmente te lo agradezco. Pero eso no quita mi opinión sobre ti.

—¿Y qué opina de mí?

—Que ocultas algo —dijo sin dudar— Algo que mi hijo no sabe... ¿verdad? —oscureció su mirada.

—No sé de lo que me habla... —murmuró, comenzando a ponerse poco a poco a la defensiva.

—¿Ah no?

—No...

—Bueno, entonces cambiemos de tema —dijo tranquilo y con un tono de voz completamente diferente al pasado— Jimin me contó sobre tu padre, ¿qué sabes sobre él?

Jungkook parpadeó varias veces, sintiéndose extremadamente confundido al cambio radical.

—¿Qué?

—Tu padre, era o es un vampiro, ¿no?

—Ahm... —ladeó su cabeza, aún algo fuera de sí, pues hace unos segundos estaba completamente seguro de que aquel hombre lo iba a atacar— No sé si está vivo o no, lo único que sé es su nombre...

—Jeon Hyun, sí, Jimin me habló sobre eso... Conozco a alguien que se llama así. Era amigo mío hasta que desapareció sin dejar rastro... ¿Crees que talvéz sea tu padre?

—Y-Yo... no lo sé, y no me interesa.

—¿Por qué?

—Porque me abandonó —respondió, algo incómodo y molesto.

—¿Estás seguro de eso?

Jungkook le iba a responder de inmediato que sí, pero se quedó pensándolo por un momento que al final no supo responder.

—Yo...

—¿Papá? ¿Jungkook?

Ambos hombres voltearon inmediatamente sus rostros hacia la tercera persona en el lugar: Jimin, quién les miraba muy confundido.

—Hola hijo, ¿dónde estabas? —saludó tranquilamente el vampiro mayor.

—Salí con Suni a comprar algo, ¿y qué estaban haciendo? —interrogó al mirar de reojo a Jungkook y verlo completamente pálido.

—Oh, nada especial. Sólo estábamos teniendo una pequeña plática, ¿verdad, Jungkook?

El pelinegro tragó saliva y asintió con la cabeza.

—Bueno... —se alejó— entonces me voy para que continúen.

—No, tranquilo —su padre se levantó al instante del sillón, acomodando delicadamente sus ropas— Ya hemos terminado. Jungkook... —le llamó y este le devolvió la mirada— Piensa mejor sobre lo de tu padre, ¿vale? —aconsejó y antes de irse se inclinó para susurrarle— Y aprender a mentir bien.

Jungkook se quedó inmóvil en su sitio mientras sentía la presencia del señor Park alejarse, teniendo una explosión mental dentro de su cabeza.

¿Entonces el señor Park sabe todo? ¿Pero cómo es posible? Y si fuera así. ¿Por qué no le había hecho nada? ¿Por qué no le había dicho a Jimin? Talvéz eran tonterías suyas, pero no dejaría pasar por alto que aquella conversación estuvo sumamente sospecha y extraña.

¿Estaría el señor Park tramando algo contra él?

—¿Jungkook?

Agitó su cabeza, saliendo de su trance existencial y dándose cuenta de que tenía a Jimin sentando de cuclillas al frente suyo, mirándole de manera interrogante y confusa.

—¿Sí?

—¿Estás bien?

—Claro que sí —fingió una sonrisa— ¿Por qué preguntas?

—Pues, te veo raro... ¿Mi padre te habrá dicho algo malo o que te asustó? Porque si es así dímelo y lo mato —frunció el ceño.

—No, no. Nada de eso, solo me dejó pensando pero... no es nada malo.

—¿Estás seguro?

—Sí, cariño —se levantó del sofá al mismo tiempo que el peligris lo hizo, entrelazando sus manos y quedando uno al frente del otro— No deberías de preocuparte tanto por mí...

—¿Cómo no hacerlo? Si eres mi-... —se detuvo, presionando sus labios.

—¿Tu qué? —alzó una ceja.

—Nada... —murmuró, bajando la mirada.

Jungkook elevó una de sus manos para tomar delicadamente el mentón de Jimin y hacer que le mirara a los ojos.

—Dime —pidió con voz suave.

Jimin suspiró.

—Verás... todo esto está pasando tan rápido... —hizo una mueca— Tú y yo. Recuerdo estar odiándote hace meses por perseguirme en el colegio y ahora te amo infinitamente, estás en mi casa, conoces a mi familia y todo es tan perfecto que me cuesta pensar que sea real... ¿Es esto posible? Jamás había sentido algo parecido a lo que siento por ti en toda mi vida...

—¿Estás hablando en serio? ¿Ni siquiera a los quince novios que tuviste antes de mí?

Park rió.

—No, ni uno solo. Tú... eres diferente, joder, tan diferente... —dijo, rodeando con sus brazos el cuello de Jeon— Y... dicen que los vampiros somos la imagen de perfección, pero... tú me pareces la persona más perfecta que hay...

—Yo no soy perfecto... —negó, tomando su cintura— Tú eres el chico perfecto aquí, jamás seré algo parecido a ti. Eres una completa obra de arte, Park Jimin... —sonrió cuando el vampiro lo hizo— Y estoy locamente enamorado de ti.

Prosiguió a besarle suavemente después de estas palabras, dejando ir sus inseguridades y preocupaciones al derretirse en sus labios. Al sentir su piel bajo sus manos y el calor de su boca, pensando que jamás renunciaría a algo como esto. A alguien como Park Jimin. Era tan irónico y divertido como los papeles se invirtieron, al principio su plan era enamorar al vampiro, pero quién diría que el que se terminaría enamorando sería él y cambiando su mundo por completo.

—¿Entonces eres mi novio? —preguntó Jimin sobre sus labios, mirándole a los ojos.

Jungkook suspiró, haciendo una mueca y Jimin se sorprendió de esta acción.

—Creo que... aún no es el momento...

—¿Qué? —se alejó un poco confundido— ¿Entonces cuando es el momento?

—Es complicado... —mordió su labio inferior, nervioso— Hay... unas cosas que tengo que decirte antes de dar ese gran paso, ¿entiendes?

—¿Qué cosas? —le miró extrañado.

—Unas ahí...

—Jungkook... —advirtió.

—¿Qué?

Jimin colocó una mirada amenazante.

—Dímelo ahora.

—No, ahora no —respondió inmediatamente.

—¿Por qué no?

—Porque prefirio decírtelo en otro momento, y en otro lugar. No aquí.

—¿Entonces vamos a mi habitación? —dió un paso atrás hacia la puerta.

—No, me refiero a que no quiero que sea en tu casa.

Jimin se detuvo en seco, mirándole seriamente.

—¿Estás ocultándome algo malo?

—¿Por qué no vamos a comer? Escuché a Suni abajo, seguro la cena debe de estar lista o algo así... —comenzó a caminar hacia la puerta, haciéndose el desentendido.

—¡Jungkook! —Jimin le llamó, entre molesto y confundido— ¿A dónde vas? ¡Vuelve aquí y respóndeme!

—¿Qué dijiste, cariño? No te escuché. Iré a comer —murmuró saliendo completamente de la habitación.

—¡Jeon! Ahg... —gruñó el vampiro, cruzándose de brazos.

[🖤]


En la noche, luego de cenar, Jungkook entra silenciosamente a la habitación de Jimin, después de tocar dos veces y escuchar una aceptación de entrada. Lo ve sentado al respaldar de su enorme cama leyendo un libro con lentes y pijama puestos, viéndose completamente adorable de esa forma.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Jimin con voz neutra, sin apartar la mirada del libro en ningún momento.

Jungkook cerró la puerta detrás de él y avanzó lentamente, tragando saliva.

—Vine a hablar. ¿Estás molesto conmigo?

—Sí.

—¿Es por lo de ahorita?

—Sí.

—¿Podrías aunque sea mirarme? —insistió al fastidiarle que el peligris ni siquiera lo hayase visto de reojo desde que entró.

—No.

—Jimin, porfavor. Mírame —pidió, sentándose al borde de la cama.

Park suspiró pesadamente, cerrando de golpe el libro y dejándolo en la mesa de noche. Prosiguiendo a pegar más sus piernas a su pecho mientras se cruzaba de brazos y hacía una expresión que de no ser porque realmente estaba enojado, a Jungkook le hubiese resultado adorable.

—Bien... —exhaló profundo cuando finalmente había obtenido la atención del vampiro— Mira, hay algo que debo decirte. Es algo que... me está sucediendo y sé que tengo que decírtelo antes de que comenta un error.

—¿Cuál error?

Jungkook vaciló en decirle o no, otra vez. Y Jimin se terminó hartando de seguir esperando.

—¿Sabes qué? Sino vas a decirme entonces vete de aquí —espetó, apartando la mirada y con la mandíbula tensa.

—Jimin... es que, sinceramente no sé como decírtelo...

—No confías en mí —confirmó.

—No es eso...

—Me mientes. Y odio las mentiras. Dime la verdad ahora o sal de mi habitación.

Conectaron nuevamente miradas, ambas con diferentes sentimientos e inseguridades.

Y Jungkook en ese momento pensó.

Estoy muerto. Definitivamente si él se entera de todo soy hombre muerto.

—La verdad es difícil de decir —sinceró— Planeo hacerlo pero-

—Deja de poner excusas —le interrumpió— Sino quieres decirme la verdad entonces no lo hagas, pero no me busques hasta que te decidas en hacerlo... —con un movimiento de mano, abrió la puerta de su habitación— Puedes irte —ordenó indirectamente, tomando nuevamente el libro para seguir leyendo.

Jungkook hizo una mueca y con pesadez se levantó de la cama, dirigiéndose a pasos lentos hasta la salida. La realidad es que no se sentía listo para decirle toda la verdad a Jimin. Le daba miedo, era un cobarde. Tenía miedo de su reacción, de perderlo. Y sabía que tenía que hacerlo cuánto antes de que se llegase a enterar de otra manera, inclusive peor.

Debía de actuar rápido.

Si no sería demasiado tarde.

[🖤]

Jungkook despertó, pero no era él. Sino el hechizo manipulándole una vez más, dejándolo en un trance y la voz de su tío en susurros diciéndole que bajara al primer piso. Y eso hizo, primero salió con sigilo de su cama, donde estaba durmiendo. Siguiendo aquella voz y semidesnudo, bajó lentamente las escaleras con mucho cuidado de no hacer ningún ruido. Era de madrugada y todos estaban descansando en sus respectivas habitaciones lejos de donde se dirigía.

Al salón principal.

Donde estaba aquél jarrón vino.

Con su vista rojiza, avanzó lentamente hacia el objeto y repitió los pasos que había hecho el día anterior. Dejando la caja de cristal en el suelo, prosiguió a tomar el jarrón con sus manos, sin embargo en el momento en que lo hizo escuchó un pequeño sonido provenir en el interior de este, como si hubiese algo adentro. Y cuando introduce una mano para averiguar, lo que se encuentra es con dos amuletos: uno blanco y otro negro. El blanco tiene el nombre tallado de Jimin y el negro dice Suni.

"Esos son los verdaderos objetos encantados"

Le dice una voz en su cabeza.

"Destruye los dos"

Ordena.

Entonces Jungkook, completamente hipnotizado, eleva desde la cadena a ambos amuletos a la altura de su rostro y simplemente con su mirada, y sin pensarlo dos veces, les enciende fuego.

Incinerándolos.

Fue cuestión de segundos cuando ya estaban hechos polvo. Dejó los sobros dentro del jarrón, lo colocó nuevamente en su lugar y encima la caja de cristal. Como si nada hubiese sucedido.

"Listo. Oficialmente el encantamiento ha desaparecido. Ahora, ve por el vampiro primogénito."

El color de sus ojos se volvió más intenso, pues el origen de su hechizo fue creado con ese objetivo, haciéndose más intenso y difícil de combatir. Ahora nada ni nadie podría detenerlo, solo volvería a la normalidad si completaba oficialmente la misión.

Subió de nuevo y entró sigilosamente a la habitación de Jimin, con su daga de plata en mano. Cerró la puerta y se quedó observando fijamente a la figura del vampiro reposar tranquilamente en su cama.

"Parece dormido, pero no lo está. Sé cuidadoso y no hagas tanto ruido o lograrás activar sus sentidos y te atacará."

Inmediatamente contempló la daga por unos segundos y después se volteó nuevamente en dirección a la cama, reforzando más su agarre en el arma al observar con ojos asesinos al vampiro.

"Avanza"

Comenzó a cortar poco a poco y de manera silenciosa la distancia que tenía con el peligris. Y cuando estaba a un metro, la voz dijo firme:

"Mátalo"

Y ahí fue cuando volvió momentáneamente a la normalidad. Quedándose petrificado en su lugar, con los ojos abiertos de par en par y el corazón a punto de salirse del pecho. Los recuerdos de él bajando al salón, de él encontrando los amuletos y después... él destruyéndolo.

Entonces sintió algo en su mano y bajó la mirada, era su daga, su daga de plata apuntando a Jimin. E inmediatamente unió puntos.

Su corazón se detuvo.

"Mátalo, Jungkook"

—No... —negó en un murmullo, retrocediendo aterrado de Jimin y haciendo ademán de soltar el arma pero simplemente no podía abrir su mano. Y cuando creyó controlar su propio cuerpo, fue inútil, pues por sí sólo el hechizo volvió y le comenzó a exigir avanzar hacia el vampiro— No, no, no, no, porfavor, no... —susurraba desesperadamente, retrocediendo lo más que podía.

Sin embargo el hechizo era demasiado fuerte y logró finalmente hacerlo avanzar.

La respiración de Jungkook estaba descontrolada, sus ojos sólo demostraban miedo y dolor cuando se encontró al borde de la cama, contemplando el pecho de Jimin subir y baja lentamente. Junto a su rostro angelical con los ojos cerrados. Entonces una fuerza sobrehumana le obliga a levantar temblorosamente la daga en posición de incrustarla, inmediatamente lleva una mano a su propia muñeca, intentando detenerse a si mismo con fuerza.

"Hazlo, Hazlo, Hazlo"

—No, no puedo hacerlo, porfavor no... —suplicó a quién sea en voz baja, sintiendo su voz quebrarse en cada palabra— Déjame en paz.

"Mátalo y todo acabará"

—No... —negó con la cabeza, la mano comenzando a dolerle al estar deteniéndose a sí mismo.

A continuación, todo pasa muy rápido.

El hechizo vuelve a consumir a Jungkook completamente, dejando de forcejear y levantando el arma filosa a una altura considerable para tener una buena puntería a su corazón. La voz vuelve a decir: mátalo. Y le obedece, bajando la daga de un golpe, sin embargo no pudo llegar al objetivo pues inmediatamente una mano en su muñeca le detiene fuertemente.

Tanta fue la sorpresa que Jungkook vuelve a la normalidad, y cuando se da cuenta está siendo retenido por la mano del mismísimo Park Jimin quién con sus increíbles reflejos le detuvo.

Un silencio horrible se forma combinado con las pesadas respiraciones de ambos, Jungkook está inmóvil y mirando aterrado a Jimin quién sólo le observa fijamente como anonadado, mirando de reojo el arma apuntando a él y después a Jungkook, así sucesivamente. Como si estuviese captando seriamente la situación. En shock. Y sin soltarle para nada del mundo.

—N-No es lo que piensas... —balbucea Jungkook, pálido y sin saber que hacer— T-Te juro que no es lo que parece...

Jimin no responde, sólo le sigue mirando de aquella manera tan fría y sin sentimientos. Mientras refuerza su agarre en su muñeca, provocándole dolor.

—P-Puedo explicarte...

En ese momento, Jimin sintió un deja vú, un sentimiento que meses atrás tenía contra Jungkook cuando apenas se conocían y no creía volverlo a tener.

Desconfianza.



A partir de ahora se viene el drama intenso, gente. Prepárense mentalmente.

Also. ¿Cuáles son sus teorías del final? Quiero leerlas, quién sabe, talvéz alguno la pegue...

Bye, bye.

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