021.
Jungkook mantenía la vista fija en su comida sin siquiera mover un cubierto o algo. Estaban él y la familia Park sentados en una gran mesa mientras conversaban amistosamente entre ellos. A excepción de él, pues aunque intentaba, no podía unirse a la conversación o comer. Pues los acontecimientos de hace una hora en el salón con aquél jarrón, y como su cuerpo reaccionó sin su consentimiento lo mantenían con la mente aún en blanco y en shock.
—¿No vas a comer, Kook? —susurró Jimin quién estaba al lado suyo.
—Eh... no tengo hambre —respondió algo fuera de sí.
—¿Qué? Pero si anteriormente dijiste que tenías hambre... —le miró confundido.
—Claro, claro —parpadeó y sonrió— Lo siento, estaba pensando. Voy a comer ahora...
Jimin observó a Jungkook comer un pedazo de pizza de manera lenta y casi forzada, mientras parecía tener un debate mental consigo mismo. Parecía estar fuera de este mundo.
—¿Seguro que estás bien? Haz estado actuando muy extraño... —hizo un mohín.
Jeon alejó la copa que tenía en sus manos y negó con la cabeza, restándole importancia.
—Estoy bien.
No. Por supuesto que no estaba bien. ¿Cómo lo estaría si hace una hora estuvo a punto de destruir el objeto encantado que protegía a los hijos Park de todo daño físico? El cuál efectivamente era parte de su pasada misión, que por cierto, la había dejado hace días. Porque estaba completamente seguro de que no iba a dañar a nadie más. Entonces, ¿Qué mierda fue todo eso? ¿Por qué pasó?
Y después de darle vueltas y vueltas al asunto, logró llegar a una horrible conclusión.
Estaba hechizado.
O algo parecido.
Efectivamente su maldito tío tenía algo que ver en todo esto, al enterarse que no iba a continuar con la misión le impuso un encantamiento para que lo hiciera a la fuerza. El cuál habrá obtenido de alguna bruja, y eso era lo más extraño pues supuestamente ellos eran enemigos también de las brujas. ¿Entonces qué carajos hacía su tío involucrándose con una de ellas? Jamás habría sospechado de que aquél, "jugo de naranja" era más ni menos que una maldición para él.
Se sentía sumamente enfadado y decepcionado. Aunque también traicionado, pues se suponía que su tío comenzaba a entenderle o algo parecido. No pensaba realmente creer en sus palabras de "apoyo", pero no dudaría de que le habían hecho algo de ilusión sobre la posibilidad de un cambio en sus vidas. Pero sólo fueron patrañas. Pura mierda y mentira. Un engaño, y tampoco debería de sorprenderse tanto al venir de alguien como su querido tío.
Joder.
¿Ahora qué haría? ¿Cómo se quitaría esto de encima? ¿Qué tenía que hacer?
Lo que más sentía ahora mismo, era miedo. Pues aquél hechizo era más fuerte que él, lo trasforma en una persona que no es, se apodera de su cuerpo como si estuviera poseyéndole y obligándole a hacer cosas contra su propia voluntad. Sino investiga como deshacerse del hechizo, en cualquier momento puede destruir el jarrón y romper el encantamiento para poder matar a Jimin.
Como desde un principio había sido predicho que pasaría.
Y no, no podría vivir con ello. Jamás.
—¿Jungkook?
Esta vez la voz del señor Park fue la que le llamó, el pelinegro le miró inmediatamente atento.
—¿Gustas? —el hombre le extendió una copa llena de sangre.
Jeon le miró sorprendido y algo dudoso.
—No tienes que hacerlo sino quieres —le susurró Jimin en su oído al verlo indeciso.
Hasta que finalmente asintió con la cabeza.
—Está bien —sentenció agarrando la copa que le dió el mayor y acercándola inmediatamente a sus labios, donde la olió y giró el líquido rojo oscuro en círculos por unos cuantos segundos hasta que se armó de valor y comenzó a beber con tranquilidad bajo la atenta mirada de los vampiros.
Bebió y bebió, deleitándose con el sabor que efectivamente no le decepcionaba. Pues era realmente bueno, terminándose así toda la copa.
—¿Qué tal? —preguntó nuevamente el señor Park, con una media sonrisa.
—Deliciosa —Jungkook sonrió, enseñando sus colmillos ensangrentados. Los cuáles habían salido a la luz mientras bebía.
Y así continuó el trascurso de la cena, la sangre extrañamente había logrado relajarlo un poco y poder convivir con la familia de manera normal. Sintiéndose poco a poco más parte de ellos y de su círculo. Tal vez sea porque en cada copa que terminaba de sangre sentía su vampiro interno crecer y brincar de regocijo, liberándose más y más.
Cuando la cena terminó, Jungkook agradeció por la comida y deseó buenas noches a los demás, aún cuando era consciente de que los vampiros no dormían pero al menos hacían algo parecido: en términos humanos se llamaría descansar, se acuestan y bajan sus defensas quedando en estado de reposo, la diferencia es que ellos no duermen realmente, ni mucho menos sueñan, en el fondo están despiertos con los sentidos activos a todo lo que pase a alrededor, sin bajar la guardia.
Sólo que algunos vampiros bajaban más sus defensas que otros. Por ejemplo, Jimin era uno de ellos. Realmente parecía como si estuviera durmiendo de verdad.
En fin. Después de despedirse, Jungkook subió hasta su habitación mareado, pues además de la sangre, había consumido un poco de vodka que al parecer ellos también bebían por puro capricho. El alcohol no les afectaba en nada pero al él sí. Por eso estaba dispuesto en ir a su habitación y recostarse hasta que el efecto se le pasara.
Pero al parecer Park Jimin tenía otros planes para él.
O mejor dicho, con él.
Grande fue su sorpresa cuando al estar en su habitación, desvistiéndose para ponerse su pijama, la presencia de Jimin aparecer inesperadamente en una esquina de su habitación le hizo casi dar un infarto.
—¡Mierda! —exclamó cerrando fuertemente sus ojos mientras llevaba una mano a su pecho desnudo, pues apenas se había desbotonado la camisa— ¡Cuántas veces te he dicho que dejes de aparecer así de la nada!
Jimin soltó una pequeña risa coqueta, saliendo de la oscuridad, avanzando hacia el pelinegro.
—¿Qué pasó, Kook? ¿Ya estabas empezando sin mí? —preguntó con voz suave, deteniéndose al frente del más alto.
Jungkook tragó saliva. —¿De qué hablas?
Park sonrió maliciosamente y rodeó el cuerpo de Jeon hasta detenerse detrás suyo, donde llevó sus manos hasta la camisa de este y la bajó lentamente mientras comenzaba a repartir suaves besos sobre la piel de su hombro. Jungkook inmediatamente se estremeció, o mejor dicho, se calentó.
—¿Por qué no viniste a mi habitación? Te estaba esperando... —susurró el peligris en su oído por medio de besos alrededor de su cuello.
—Y-Yo... no pensé que... hablabas en serio... —murmuró lentamente el contrario con la voz contenida, intentando resistirse mientras hacía su cabeza instintivamente a un lado.
—¿Por qué no? —habló sobre la piel del otro, rozando sus colmillos.
—Está tu familia aquí, Jimin... —suspiró pesadamente.
El vampiro rió una vez más.
—¿Y quién dijo que podían escucharnos?
Jungkook se quedó medio confundido y sorprendido, y también algo más.
—¿A que te refieres?
—Las habitaciones están diseñadas específicamente para ser contra sonido. Cualquier ruido de adentro, por más fuerte que sea, no se escuchará afuera... Ni siquiera por el oído de un vampiro.
—¿Y por qué?
—Mi padre lo quiso así... ¿Perfecto, verdad?
El pelinegro suspiró y sonrió suave, volteando lentamente su cuerpo hasta quedar al frente de Jimin y tomar fuertemente su cintura.
—Perfecto.
A continuación, todo pasó muy rápido, Jungkook llevó en un abrir y cerrar de ojos a Jimin hasta un escritorio de la habitación, donde lo sentó y se metió entre sus piernas para después unir sus labios y besarle con ganas. Inmediatamente el peligris le rodeó la cintura con sus largas y perfectas piernas mientras que con sus manos desordenaba el cabello negro del más alto e intensificaba sus besos.
Se besaron y manosearon por varios minutos hasta que Jimin separó sus bocas y le susurró entrecortadamente a Jungkook:
—Muérdeme.
—¿Qué? —el contrario estaba peor que él y algo ido.
—Quiero que me muerdas, Jungkook —pidió, suplicante y ladeando su cabeza para exponer su piel blanquecina. En una posición de sumisión que sólo los vampiros entre parejas y de mucha confianza hacían. Permitiendo así que un vampiro bebiera la sangre del otro— Porfavor, muérdeme...
Jeon se quedó momentáneamente en shock, pero no duró mucho pues después sintió un calor recorrer todo su cuerpo más una extraña emoción. Nunca había mordido a alguien, ni siquiera a un humano, ni mucho menos un vampiro. Lo único que había mordido en su vida eran animales pero jamás bebía su sangre. Sería la primera vez que lo haría. Con Jimin.
En silencio sacó lentamente la camisa del vampiro, dejándole semidesnudo, mostrando su blanca y perfecta piel.
—¿Estás seguro de esto? —preguntó sobre sus labios.
—Completamente —respondió y le dió un corto beso.
Jungkook entonces acercó su rostro al cuello de Jimin, y apenas rozó su nariz, sintió el cuerpo del peligris temblar bajo sus tacto, agarrándole fuertemente de los hombros.
Cabe destacar que los vampiros tienen irónicamente el cuello muy sensible, cualquier contacto erótico los hacía estremecerse fuertemente pues son el triple de sensibles en esa zona que el ser humano. Hasta podían llegar a tener orgasmos con sólo la estimulación del cuello por medio de besos y caricias.
Jungkook entonces comenzó a besar el cuello de Jimin, de manera lenta y tortuosa y como respuesta obtuvo un pequeño jadeo agudo del vampiro quién echó inmediatamente su cabeza hacia atrás y cerró sus ojos, iniciando una secuencias de jadeos que poco a poco pasaban a ser pequeños gemidos provocados por la boca y lengua del dhampiro.
—Kook... —suplicó, sintiendo la espera demasiado tortuosa para seguir resistiendo.
Y de manera instantánea, como si hubiese leído su mente, Jungkook enterró sus colmillos en su piel logrando que gritara de placer y sorpresa. Aunque su boca no pudo quedarse cerrada ni callada cuando este comenzó a succionar rápido y veloz su sangre. En Jungkook se notaba su emoción y maravilla ante la nueva sensación y experiencia pero lo que no sabía es que estaba provocando un huracán de placer y sensaciones al pobre vampiro quién no podía parar de gemir. Park se aferraba como podía ante el impotente Jeon mientras sentía como su cuerpo cedía cada vez más y más a caer encima del escritorio, aunque esto no pasó pues inmediatamente el pelinegro le rodeó la espalda con su fuerte brazo y lo atrajo nuevamente hacia él, intensificando su mordida.
—J-Jungkook, ah... —gimió Jimin, rasguñando la espalda marcada del contrario.
Finalmente el mencionado sacó sus colmillos de golpe, casi de manera salvaje, sus ojos estaban completamente rojos y su rostro irreconocible. Pues con aquél acto su vampiro interior había salido a la luz totalmente. Sostuvo el cuerpo débil de Jimin con sus brazos, era evidente, se había pasado, pero la sonrisa de satisfacción del contrario le decía que estaba bien. Entonces tomó su rostro y le besó apasionadamente, un beso lleno de sangre y colmillos de por medio. Se había intentado controlar todo ese rato, pero el hecho de morder a Jimin, probar por primera vez su sangre, escuchar sus melodiosos gemidos (logrando sólo provocarle) y la sensación de tenerlo completamente bajo su merced fue la gota que derramó el vaso para perder toda su cordura y delicadeza.
Se alejó mordiendo con fuerza el labio inferior del peligris y sacándole un suave jadeo.
—¿Estás bien? —preguntó con voz ronca, rozando sus narices.
Jimin, con la respiración agitada, sólo pudo asentir con la cabeza al verse incapaz de vocalizar debido a la poca fuerza que tenía en ese momento. Jungkook le contempló, se veía extremadamente hermoso. Sus labios brillantes y abiertos con sensualidad junto a su cabello gris y brilloso, más sus mejillas sonrojadas y ojos entrecerrados que le miraban fijamente de manera seductora.
—Qué bueno, porque ahora no voy a parar —sentenció antes de alzar el cuerpo de Jimin por medio de sus piernas y llevarlo velozmente hasta la cama donde cayeron de golpe sobre esta.
Tan rápido que ni siquiera el peligris había terminado de respirar cuando Jungkook se colocó encima suyo y reclamó salvajemente su boca.
¿Sabían que los vampiros, además de la sangre, viven prácticamente del sexo?
Bueno, pues Jungkook y Jimin no serían la excepción esta noche. Ni la próxima, ni la que sigue después, ni nunca más.
Ahora mismo se encontraban sacándose la ropa mutuamente de manera rápida y ansiosa, deleitándose con la vista que tenían del contrario.
Y vaya vista...
Jungkook volvió a encarar a Jimin contra el colchón, comenzando a besar cada centímetro de su cuerpo, especialmente su cuello pues sabía lo sensible que era para él. Todo estaba sucediendo tan rápido que cuando menos se dieron cuenta, Jeon ya estaba dilatando la entrada de Park con sus dedos llenos de lubricante. A veces los encorvaba un poco hacia arriba para poder tocar la próstata del contrario y sacarle un fuerte gemido.
Cuando finalmente lo sintió listo, sacó sus dígitos y alineó rápidamente su miembro contra la entrada de Jimin, deteniéndose justamente en ese momento.
—Hazlo —le incitó el peligris, agitado—Fóllame. Soy todo tuyo ahora. Haz lo que quieras conmigo... Saca tu lado vampiro y no tengas piedad de mí.
Y efectivamente, eso hizo. Jeon no esperó más y le penetró fuerte, sacándole un grito de placer. Ni siquiera le dió tiempo de respirar o terminar de acostumbrarse cuando ya se estaba moviendo rudamente sobre él, dándole fuertes y profundas embestidas que tocaban su punto dulce, logrando que viera las estrellas por segundos. Rodeó la cintura de Jungkook con sus piernas y enterró las uñas en su espalda bronceada sin poder parar de gemir como un loco, pues era demasiado.
El sexo entre vampiros era el mejor que había.
—Mhg~ J-Jungkook... —gimió cuando este besó su cuello con vehemencia mientras le embestía con fuerza, sintiendo como poco a poco llegaba al límite. A su vez que escucha al pelinegro jadear y gruñir sensualmente contra su oído— E-Estoy cerca...
—Oh no, bebé. Vas a tener que resistir más... —susurró Jungkook en su oído—Esto aún no ha terminado...
Jimin gimió en respuesta mientras que el contrario depositó una ilera de besos desde su oreja hasta besar sus labios, dejándole sin aliento.
De pronto Jungkook se aleja y sale de su interior, toma sus caderas e inmediatamente todo a su alrededor giró cuando le dió vuelta con facilidad. Pegando su pecho contra las sábanas y levantando su trasero al aire, gimiendo de placer cuando volvió a hundirse en él de forma brusca, tomando sus cintura con posesión y comenzando a embestirle duro sin dejarle tiempo de respirar.
Park gemía agudamente en cada fuerte y pausado empuje, tanto que se sintió avergonzado por un momento y escondió su rostro en la almohada amortiguado así sus gemidos.
Sin embargo esto no pareció gustarle a Jungkook pues inmediatamente gruñó en desacuerdo y, sin dejar de moverse, se inclinó para tomar el cabello grisáceo de Jimin y levantar su rostro de la almohada.
—No te cubras, quiero que gimas para mí. Tus gemidos son hermosos. Vamos, quiero escuchar lo bien que te hago sentir, Park.
Le embistió más rápido y fuerte a propósito, volviendo completamente loco al vampiro.
—¡Aah, ah, sí! ¡Jungkook! —arrugó fuertemente las sábanas.
Entonces después de un tiempo el mencionado se detuvo para levantar a Jimin por la espalda, dejando que se apoyara con sus manos sobre la cama, poniéndolo en cuatro. Tomó nuevamente sus caderas y continuó moviéndose, esta vez de forma más rápida de modo que ambos se mecieran en sincronía y gimieran gustosos. Estaban cerca de su liberación, la podían sentir y lo daban a entender al otro por medio de sensaciones que se enviaban juntos. Jeon se inclinó hasta pegar su pecho contra la espalda de Jimin, rodeándole completamente y estando en esa posición más cerca de su rostro. Comenzó a embestirle suave, en un vaivén tortuoso para el peligris quién no dudó en lloriquear y gemir al respecto.
—¿Te gusta, cariño? —susurró Jungkook en su oído, mordiendo el lóbulo de su oreja.
—Mierda, sí~ ah... —murmuró el vampiro, ladeando su cabeza a un lado con sus ojos en blanco al estar completamente sumergido en el placer.
Una mano del pelinegro tomó su mentón y lo llevó a sus labios para besarle lentamente y con delicadeza, nada parecido a sus embestidas. Teniéndolo gimiendo prácticamente en su boca.
—Joder, me encantas... —gimió Jungkook— ¿Yo te encanto, bebé? —preguntó y comenzó a besar su cuello.
—Mhm, m-me fascinas... —echó su cabeza hacia atrás con la boca abierta sin dejar de jadear cuando sintió su orgasmo acercarse— Oh, K-Kook... —intentó avisar.
El mencionado entendió el mensaje y también sintiéndose a la deriva, se levantó para tomar sus caderas y comenzar a embestirle salvajemente. Los gemidos de Jimin aumentaron poco a poco de volumen hasta que finalmente se corrió en un grito gutural, rasguñando las sábanas hasta romperlas. Casi segundos después, Jungkook le siguió, liberándose deliciosamente en su interior por medio de un gruñido.
Cayeron los dos de golpe sobre la cama, uno al lado del otro, completamente agitados y con sus corazones latiendo fuertemente. Sin embargo, a pesar de toda la acción pasada, uno de ellos no se sentía cansado debido a su condición de vampiro.
En cambio el otro, mitad humano, estaba como si hubiese corrido un maratón.
—J-Joder, eso fue...
—Intenso —completó Park.
—Demasiado.
—¿Estás bien? —Jimin se incorporó para acercarse al cuerpo inerte de Jungkook.
Y este no ocultó su sorpresa al verlo completamente estable, otra vez, con su cabello grisáceo arreglado y rostro sin ninguna gota de sudor. Como sino acabara de tener sexo descontrolado hace prácticamente treinta segundos.
—¿Cómo carajos luces tan bien? —preguntó aún con la respiración entrecortada.
Jimin rió.
—Bueno, cuando eres un vampiro y tienes sexo lo único que puede detenernos somos nosotros mismos. Podemos follar y follar por horas sin cansarnos. En tu idioma podría decirse que tengo mucho aguante y me recupero nuevamente en segundos.
—Es increíble... —murmuró, negando con la cabeza.
—Lo sé —el vampiro sonrió con orgullo para después acurrucarse al lado del contrario y besar tiernamente su mejilla— Estuviste asombroso por cierto. Ahora sólo quiero estar haciéndolo contigo todo el tiempo... —mordió seductoramente su labio inferior bajo la atenta mirada de Jeon.
—Joder, yo igual —soltó este, sobrellevado y con una sonrisa estúpida en su rostro—Pero dame un respiro, cariño.
—¿Segunda ronda? —insistió el vampiro, relamiendo sus gruesos labios mientras se acercaba más a la boca del contrario.
Jungkook aún no se había recuperado completamente pero de igual forma sonrió, enseñando sus colmillos y asintiendo con la cabeza.
—Vale, pero no me mates.
—Jamás lo haría... —susurró antes de besarlo lentamente.
Con ello, Jeon recuperó mágicamente todas sus energías e inmediatamente los dió vuelta con una máxima velocidad, cambiando de posición ahora él arriba y aprisionando las muñecas del peligris contra el colchón para después besar la piel de su cuello.
Lo último que Jimin sintió antes de perder la cordura fueron unos afilados colmillos tantear nuevamente su cuello.
Y después, todo fue estrellas.
Bueno gente, por fin estos dos cosharon ahre en algún tenía que pasar, además de que la tensión sexual entre ambos era muy alta. Hicieron como tres posiciones, fUA ,tremendos.
Espero les haya gustado, bye.
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