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012.

—¿Jimin? ¡Jimin! ¡Jimiiin!

El peligris salió abruptamente de sus pensamientos, mirando interrogante a su compañero.

—¿Qué pasó?

Yoongi bufó.

—¿Acaso estás sordo? Te pregunté que cómo te fue anoche con Jungkook y te desconectaste del mundo.

—L-lo siento, yo... —parpadeó, recapitulando la pregunta— Bien, muy bien —le sonrió tranquilo.

El felino le miró con los ojos entrecerrados.

—Estás mintiendo.

—Claro que no —responde enseguida.

—Jimin, no soy idiota, lo veo en tu mirada. ¿Qué sucedió?

—Nada, Yoongi —entornó sus ojos y suspiró— Sólo me debilité mucho y talvéz bebí de la sangre de Jungkook hasta el punto de casi matarlo. Pero todo bien.

Yoongi escupió la leche que estaba bebiendo en ese momento.

—¿Qué?

—¡¿Qué?! —Taehyung apareció de la nada.

Jimin sonrió forzosamente.

—Mierda, Jimin —maldice el azabache llevando sus dedos al puente de su nariz— Dime que Jungkook está bien.

—Sí, tranquilo. Está bien, lo llevé con Namjoon a tiempo.

—¡¿Lo llevaste con el brujo?! —Yoongi le miró, impactado.

Park suspiró e hizo una mueca.

—Lo sé, lo sé. Fue arriesgado pero... no tenía otra opción. No tengo idea de cómo me detuve en el momento, pero al verlo inconsciente simplemente entré en pánico y lo llamé.

—¿Entonces se salvaron la vida mutuamente? —preguntó Taehyung, confundido.

—A-algo así...

Min reprimió una risa.

—No puedo creer que fue tu primera cita en décadas y terminó mal. De seguro el chico ni quiere volver a verte.

Jimin de inmediato le fulminó con la mirada y con un movimiento mágico de su mano le cerró la boca a Yoongi. Literalmente porque ya no podía abrirla para hablar. El híbrido al instante se enfadó y entre sonidos amortiguados comenzó a pedirle que lo volviera a la normalidad.

—Para tu información... —comenzó el vampiro ignorándole con los brazos cruzados— Él me volvió a pedir que saliéramos, idiota. ¿Y eso significa? —sonrió arrogante.

Yoongi respondió pero no se le entendió nada.

—¿Lo dices enserio? ¿Y cuándo? —interrogó el tritón, impresionado.

—Esta noche —sonrió.

—¿Qué? —amplió su mirada— ¿Tan pronto?

—Sí, supongo —se encogió de hombros y después le miró inseguro— ¿Es tan malo?

Taehyung ladeó la cabeza, pensando.

—Uhm, no enrealidad. Sólo que personalmente lo veo apresurado pero está bien —sonrió suavemente— Entendería a Jungkook por querer pasar más tiempo contigo. Eres una persona muy adictiva, a la gente le gusta pasar el rato contigo.

Jimin soltó una pequeña risa.

—Bueno, si tú lo dices.

—¡Mhm! —replicó fuertemente Yoongi, llamado la atención.

El vampiro suspiró y le quitó el encantamiento con un chasquido.

—Vuelves a hacerme eso y te juro que te rasguño la cara —espetó el pelinegro enfadado.

Jimin sacó sus garras al instante, dedicándole una mirada retadora.

—¿Quieres intentar?

Yoongi gruñó, haciendo ademán de transformarse de no ser que el timbre del receso le detuvo. Entonces resopló, rindiéndose y sentándose en su pupitre.

—Respecto a lo de Jungkook... —le dijo a Jimin después de unos minutos— ¿Dónde se verán?

—No lo sé —mintió.

—¿Porqué siento que estás mintiéndome de nuevo, Jimin?

El nombrado soltó un largo suspiro.

—Te dije que no sé.

—Y yo no te creo.

—¡Déjame en paz! —protestó harto, dándola la espalda al híbrido.

Escuchó al azabache chasquear la lengua mientras maldecía.

—Sigo pensando lo mismo que te dije la vez pasada, Jimin. Espero no lo hayas olvidado...

El vampiro no respondió, sólo se dedicó a poner atención en clase y fingir que le ignoraba. Cuando enrealidad sí le había escuchado y no, no lo había olvidado.


——— [🖤] ———

Llegó antes al bosque. Se dió cuenta debido a que no sintió a Jungkook allí. Ni siquiera podía oler su aroma, y eso que podía hacerlo estando el chico a kilómetros. Lo cuál ahora era una gran desventaja, pues desde que había probado completamente la sangre del pelinegro, supo desde ese momento que se volvería adicto a ella. Y así fue, anoche no pudo dormir por el simple hecho de pensar en ese exquisito sabor. Mierda, era deliciosa. Terriblemente deliciosa. Y quería más, mucho más.

Sin embargo sabía que sería muy difícil obtenerla de nuevo. Además por mucho que quería, no podía hacerlo. Pues temía volver a hacerle daño al chico. Así que trajo un bolso de lado consigo, el cuál estaba lleno de sus famosos jugos para poder combatir la sed y las ganas que tendría durante toda la noche.

Sólo esperaba no perder el control.

Alzó su vista al cielo oscuro, decorado por cientos de estrellas y una hermosa luna llena. Las copas de los árboles le impedían ver más allá, había una suave brisa y un ambiente tranquilo.

Para matar el tiempo, comenzó a caminar lentamente por el bosque, adentrándose más a él. Y mientras cometía tal acción, sin querer pisa algo, rompiéndolo. Inmediatamente baja la mirada y se percata de lo que hizo, aunque eso es lo que menos le interesa al ver el objeto: una flecha.

Frunce el ceño y se agacha para recogerlo, pues la punta tenía algo extraño. Se levantó mientras la observaba con detenimiento, pasando sus dedos con delicadeza por el metal. Hasta terminar en la madera de la punta, donde al instante identifica que es de una estaca y aleja la mano con miedo en su mirada.

—¿Qué haces?

La voz de Jungkook le hace pegar un brinco del susto y se gira rápidamente a verlo.

—¿Esto es tuyo? —le pregunta alzando la flecha con voz seria.

El rostro del pelinegro pierde su color por un segundo.

—No —responde al instante, aunque sea mentira.

—¿Sabes de quién es? —vuelve a preguntar mientras la mira.

Jungkook se acerca con cautela y traga saliva.

—No tengo idea.

—Qué extraño... —murmura Jimin— Jamás había visto algo como esto, es madera de estaca impregnada en una flecha. Un disparo al corazón y podría matar a cualquier vampiro.

—Sí, lo sé —responde sin pensar y el peligris le mira al instante— Q-quiero decir... —balbucea nervioso— Es algo obvio, ¿no? Pero no pensemos mucho en eso... Las estacas no sólo se utilizan en contra de los vampiros, también son excelentes para afilarse y utilizarse para cazar animales.

Park asiente lentamente con la cabeza.

—Ya veo, tiene sentido... —suspira y arroja la mitad de la flecha a un lago cerca con su máxima fuerza— Es por si acaso —se excusa ante la mirada sorprendida de Jeon.

—¿Esperaste mucho por mí? —pregunta el pelinegro.

—No tanto. Llegué hace unos minutos.

En ese momento, nota la mochila que Jungkook llevaba en sus hombros en la cuál sobresale un gran arco y amplia su mirada.

—¿Prácticas arquería? —pregunta asombrado.

—Oh, esto... —la mira de reojo y asiente con la cabeza— Sí.

—Eso es genial... ¿Puedo verlo? —pide con voz suave, refiriéndose al arco.

Jungkook inmediatamente asiente y se acerca a un árbol para bajar su mochila y apoyarla allí. A continuación saca el arco y el respaldar con las flechas. Esta vez trajo las normales y no las que normalmente usaba, que eran las de estaca. Obviamente para que Jimin no sospechara. Se colocó el pequeño bolso en el hombro y con cuidado le pasó el enorme arco al vampiro.

Este lo tomó y lo contempló fascinado.

—Vaya... es hermoso —murmuró al notar su madera de mármol y tallado trivial— Quisiera ver una demostración.

—¿Ahora? —preguntó elevando sus cejas.

—Sí, si no es mucha molestia... Tengo curiosidad de ver cómo la utilizas.

—Vale.

Jimin le pasó el arco y Jungkook lo tomó, caminando hasta colocarse en el medio del lugar.

—¿Ves eso? —preguntó señalando a lo lejos unos árboles donde en el medio del tronco estaban tallados unos tipo tableros para utilizarlos como blancos.

—Sí —respondió, siguiendo su mirada.

—En los primeros días que llegué aquí, venía aquí a practicar, así que yo mismo hice esos tableros.

—Oh, están muy lindos. Tienes un buen talento artístico —halagó el vampiro.

Jungkook se sonrojó ligeramente.

—Gracias...

Sin esperar más, sacó una flecha detrás y la colocó en el medio del arco para finalmente alzarlo, apuntando el primer árbol. Eran seis. Inhala y exhala lentamente, con un ojo abierto y otro cerrado. Poniendo toda su concentración en ello, pues si realmente quería impresionar a Jimin, debía de hacerlo perfecto. Dirigió la punta de la flecha al centro del tablero y después de unos segundos lo soltó, dando en el blanco.

Entonces al instante se voltea rápidamente hacia el otro y repite la misma acción, luego al otro y así sucesivamente. Saca la flecha, la coloca, eleva el arco, apunta y dispara. Todo en una velocidad y cálculo increíble, dando todos al blanco.

Sin siquiera titubear ni respirar un poco.

Cuando termina con el último árbol, el silencio gobierna el bosque a excepción de su pesada respiración. Volviendo a la normalidad, relaja su cuerpo y baja el arco mientras escucha un pequeño aplauso de Jimin.

—Wow, eso estuvo increíble —dijo, impresionado— Jungkook, realmente eres muy bueno en esto. ¿Cómo aprendiste?

—Pues... me enseñó un maestro... Claro, además de mucha práctica y constancia —sonrió.

El vampiro asiente pensativo y juguetea nerviosamente su labio inferior antes de preguntar:

—¿Puedo intentar?

Jeon se detiene en seco y le mira sorprendido por unos segundos antes de asintir con la cabeza.

—Claro, ven.

El contrario obedeció, y mientras llegaba el pelinegro fue y vino velozmente para recoger la flecha del árbol el cuál usarían. Le entregó el arco y flecha a Jimin quién hizo el intento de colocarla correctamente pero fallando, obtando por una mala y graciosa posición que hizo reír a Jungkook.

—Déjame enseñarte —dijo sonriente mientras se acercaba y se colocaba detrás de él.

Jimin inmediatamente se tensó cuando las manos de Jungkook se posaron sobre sus brazos, bájandolos lentamente a la altura de sus hombros.

—Rejaláte —le murmuró en voz baja el contrario, tocando su abdomen y espalda para colocarlo recto.

Jimin tragó saliva.

¿Cómo mierda quería que se concentrara si estaba tan cerca de él y hasta tocándole?

Joder, esto sería más difícil de lo que pensó.

—Bájalo un poco, estira tus brazos —indicó el más alto y Park lo hizo, sin apartar su mirada del frente en todo momento.

—Qué exigente —se quejó divertido.

—Sólo procuro que lo hagas bien.

A continuación el dhampiro se colocó al lado de Jimin, a centímetros de su cuerpo.

—Ahora... —comenzó en voz baja observando todo el rostro del vampiro hasta terminar en sus labios— Tu boca es tu ancla.

—¿Disculpa? —preguntó el contrario levantando las cejas, sin mirarle.

—Coloca la flecha a la altura de tu boca.

Jimin lo hizo.

—Bien... —Jungkook guió una de sus manos y la colocó encima de la del vampiro, específicamente a la que estaba sosteniendo la punta del arco, guiándolo mejor al blanco— Relaja aquí... —su otra mano la posó en el hombro del chico con delicadeza. Entonces prosiguió a mirarle atentamente, aún si este estaba con su vista fija al frente—Respira... —susurró, observándole— Ya.

Y Jimin disparó, la flecha aterrizando perfectamente en el puro centro.

—Lo hice —el peligris jadeó sorprendido, y sonriente giró su rostro hacia Jungkook quién le estaba mirando fijamente.

De inmediato la sonrisa se fue lentamente al percatarse de lo cerca que se encontraban, pues ninguno había cambiado su posición. Se miraron fijamente en silencio por un largo tiempo, con las respiraciones algo agitadas y sincronizadas.

Finalmente Jimin fue quién rompió el contacto, apartando la mirada de manera nerviosa.

—Yo... —rió suavemente— Eres buen profesor.

—No lo creo—corrigió— Simplemente eres ágil e inteligente.

Y ahí estaban otra vez, mirándose de aquella intensa pero hipnotizante manera. Parecía que ninguno quería alejarse del otro. Era como un extraño imán que los atraía.

—Ahm... —Jungkook logró salir de ese trance, bajando la mirada mientras le quitaba con delicadeza el arco a Jimin— Voy a guardar esto, ¿sí?

—Claro —asintió, apartándose— Yo voy por uno de mis jugos...

Jungkook terminaba de guardar el arma cuando se volteó observando como Jimin se tenía dos jugos enteros en sus manos, tomando uno y después el otro, a una velocidad increíble. El mitad humano quedó asombrado.

—Wow, de verdad tienes mucha hambre... —rió nerviosamente.

—¿Se nota mucho? —bromeó, dejando los envases vacíos en su mochila— Estoy bien, ahora —sonrió forzadamente.

Jungkook también sonrió. Jimin entonces comenzó a caminar de nuevo hacia él.

—Sabes, no me gustaría cazar animales hoy... —dijo, haciendo una mueca— No creo que sea algo bonito.

—¿Ah no? —le miró sorprendido— Pensé que aceptaste venir porque estabas deacuerdo con eso.

—Enrealidad acepté porque quería pasar más tiempo contigo... —soltó sin pensar y de inmediato sus mejillas se sonrojaron— Digo, y-yo pienso que podríamos hacer otra cosa...

Jungkook, quién le miraba fijamente con expresión tranquila y una pequeña sonrisa, cambió a un ceño fruncido al escuchar sus palabras.

—¿Y que quieres hacer?

Jimin hizo una mueca pensativa, cruzando un brazo y llevando una mano a su barbilla. Entonces le dedicó una mirada pícara a Jeon.

—¡El primero que llega a la colina, gana! —exclamó antes de tocarle rápidamente el hombro y salir corriendo a una máxima velocidad.

El contrario se quedó confundido y sorprendido por un momento hasta finalmente entender el juego y soltando una risa comenzó a correr también, siguiendo a Jimin. Cómo era mitad vampiro, también podía utilizar la máxima velocidad que estos poseían para transportarse rápidamente de un lugar a otro. Siguió avanzando hasta llegar más cerca del peligris. Este al notar su presencia aceleró su paso, quedando nuevamente de primero. A Jungkook no le pareció esto y, sacando su lado competitivo, comenzó a avanzar más rápido. Logrando alcanzar a Jimin y mirándole con una sonrisa arrogante.

Se miran rápidamente de manera retadora hasta que por estar distraído (mirando a Jimin), Jungkook choca el rostro contra una pequeña rama que le hace caer. Park ríe mientras sigue su camino, dejando al pobre Jeon detrás.

El pelinegro escupe algunas hojas que inconscientemente consumió de su boca y soltando un pequeño gruñido, rápidamente se levanta para comenzar a correr de nuevo.

Cuando Jimin ve a Jungkook acercarse a él, aumenta su velocidad pero es en vano porque el otro también lo hace. Quedando finalmente ambos corriendo un lado del otro en medio del bosque, donde sus risas y pasos se escuchaban como ecos alrededor. Esquivando juntos árboles y arbustos, intentando llegar a la meta.

Sin embargo, cuando parecía que Jimin era el que iba a ganar. Jungkook extrañamente comienza a pasarle. El peligris podía jurar haber visto los ojos del chico completamente rojos cómo la sangre, logrando confundirle en demasía y cuando menos se dió cuenta ya habían llegado a la colina.

Jungkook llegando de primero y pegando un grito de alegría.

—¡Sí, gané!

Jimin se detuvo a su lado, respirando agitadamente y mirándole divertido.

—Tuviste suerte porque tienes mi sangre en tu cuerpo.

Con aquellas palabras logró desaparecer cualquier eje de alegría del pelinegro quién en ese momento le miró anonadado.

—¿Qué dijiste?

Jimin sonrió con suficiencia.

—Eso, la sangre que Namjoon introdujo en tu cuerpo, era mía. Y gracias a eso esque tus poderes son más fuertes. Bueno, él me dijo que eso pasaría...

Jungkook parpadeó varias veces.

—E-Eso no lo sabía... —tragó grueso y después volvió a la normalidad, sonriendo— Cómo sea, acepta que te gané.

Jimin volteó sus ojos.

—Bien, me ganaste.

Jeon ensanchó su sonrisa de conejo y Jimin se perdió momentáneamente en ella, pensando que era realmente adorable y lindo. Al parecer el mitad humano le estaba hablando sobre algo pero no estaba prestándole atención pues una idea muy loca se había formado en su cabeza.

—Jungkook... —le llamó suavemente y este de inmediato le miró atento— ¿Sabes que ahora tienes más sangre de vampiro que de humano, verdad? Bueno, será algo momentáneo pero tardará un poco en volver a la normalidad.

El pelinegro asintió.

—Lo sé, ¿y qué con eso?

Park tragó saliva, recordando las palabras que le había dicho el brujo Namjoon respecto a los cambios que sufriría Jungkook ante las consecuencias de tener su sangre. Advirtiéndole que podrían ser peligrosos y fuera de control sino había alguien a su lado que le ayudara.

Y uno de esos cambios repentinos sería la sed de sangre.

—¿No te sientes extraño? —insistió el vampiro, mirándole con precaución— ¿No sientes algo diferente?

Jungkook frunció el ceño, echándose un ojo él mismo para después encogerse de hombros.

—No, me siento igual.

Justamente en ese momento, muy a lo lejos, un hombre se resbalaba con una roca al intentar cruzar un pequeño río, cayendo a este y haciéndose un profundo rasguño con una rama filosa que allí se encontraba. Y cuando la sangre comenzó a brotar de la herida, el olor inmediatamente llegó hacia las fosas nasales de ambos jóvenes.

Especialmente Jungkook quién inmediatamente se tensó en su sitio y las pupilas de sus ojos crecieron, comenzando a sentir una extraña y frustrante sed.

—Mierda —soltó llevando una mano a su cuello al sentirlo seco.

Jimin volteó a verlo, quedando sorprendido al ver su estado. Namjoon tenía razón.

Jeon inmediatamente comenzó a asustarse por aquella sensación y lo que estaba pasando. Anteriormente lo había sentido pero siempre intentaba ignorarlo, nunca dejando que su lado vampiro se apoderara de él. Pero ahora era diferente, pues era más fuerte que él y no podía detenerlo.

Sentía que se iba a morir sino bebía ese líquido.

—J-Jimin, ¿qué está pasándome? —preguntó con voz entrecortada por su respiración agitada, mirando con ojos preocupados y asustado al peligris.

—Está bien, tranquilo... —este se acercó a él con cautela, intentando calmarlo con su voz pero no daba resultado. Entonces no le quedó de otra que tomar sus mejillas y obligarle a que le mirara a los ojos— Escúchame, Jungkook. Vas a tener que hacerlo. Tienes que atacarlo.

Jungkook palideció, alejándose bruscamente de Jimin.

—¿Qué? ¡¿Estás demente!? ¡N-no puedo hacer eso!

En ese momento el olor llega de nuevo a su nariz y más cuando el hombre intentaba curarse la herida pero en vez de eso la abre más. Jungkook sintió como sus colmillos salían de repente sin su permiso, teniendo que agarrarse del tronco de un árbol para no dejarse llevar completamente.

—No se va a calmar hasta que lo alimentes —explicó Jimin refiriéndose al vampiro interno de Jungkook.

—N-No lo haré, no puedo hacerlo... Jamás lo he hecho, y-

—Yo te enseñaré, voy a ayudarte —le interrumpió, acercándose a él— Déjame ayudarte.

—No.

—Porfavor.

—Dije que no lo haré —espetó, mirándole amenazante y con ojos oscuros.

Jimin se detuvo y asintió firme.

—Vale, si no quieres está bien —suspiró pensando en otra solución.

Entonces recordó su mochila y tuvo una idea.

—Puedo darte de mis reservas —sugirió mirándole emocionado— Claro, eso puede funcionar. Ven.

Tomó su mano y con su máxima velocidad los llevó nuevamente hasta el inicio del bosque donde estaban sus mochilas. Rápidamente caminó hacia la suya y la abrió, sacando un envase. A continuación se volteó y lo extendió hacia Jungkook, quién lo miró con pavor.

—Anda, no es la gran cosa. Sólo bebes y ya. Te prometo que te gustará —sonrió, enseñando su perfecta sonrisa blanca junto a sus colmillos.

El dhampiro miró el envase y después a Jimin sucesivamente. No quería hacerlo, pero la sed podía más con él ahora mismo. Así que soltando una maldición, se rindió. Aceptó el "jugo" y llevó la pajilla hasta sus labios de manera temblorosa, dudando por un momento sí hacerlo o no. Pero al oler el aroma, no lo pensó más y bebió cuidadosamente un poco. La sangre oscura subiendo lentamente por el tubo blanco de la pajilla. Y cuando la probó, no demostró emoción alguna sólo supo en ese momento que quería más y más. Así que acomodó la pajilla y comenzó a absorber con vehemencia. No podía describir exactamente el sabor, pero era único. Así podía definirlo, nunca se imaginó que la sangre humana pudiese saber tan... bien.

—¿T-Tienes otro? —preguntó a Jimin al terminar, con los labios rojos por la sangre al igual que tenía restos alrededor de su boca.

Por su lado, Park sólo le miraba fascinado.

—Claro... —asintió estúpidamente con la cabeza y sacó otro, siéndole arrebatado por Jeon antes de que se lo diera— Joder, cálmate bestia —bromeó al verlo beber desesperadamente.

Jungkook soltó un pequeño gemido de satisfacción al terminar el segundo envase.

—Ahg, c-cierra la boca... —murmuró con la respiración agitada— Mierda esto es genial... ¿Cómo nunca lo había probado antes? Ahora te entiendo perfectamente.

Ambos rieron al mismo tiempo.

—¿Te encuentras mejor? —preguntó el peligris.

—Sí...

—Vale, ¿qué tal si vamos a otro lado? —sugirió.

Jungkook asintió y juntos hicieron ademán de irse pero entonces el pelinegro volvió a oler la sangre de aquél hombre a lo lejos y se detuvo, su rostro girándose inconscientemente hacia esa dirección. Ya no tenía tanta hambre como antes, pero el hecho de ir y probarla en carne propia le resultaba extrañamente muy tentador.

—¿Quieres hacerlo?

Jimin repentinamente le habló a su lado, cerca de su oído, mientras él tenía la vista aún al frente.

—No lo sé...

—¿Porqué lo dudas?

—No quiero lastimarlo.

—Oh, no lo harás. Sólo será una pequeña mordida, no tienes que matarlo si eso piensas. Podemos hacer que duerma un rato y después...

—No creo poder hacerlo —negó, angustiado.

—No vas a matar, porque no estás hambriento al punto de hacerlo. Podrás controlarte. Yo te vigilaré y ayudaré. ¿Realmente quieres hacerlo?

Suspiró.

—Creo que sí... Y mucho, p-pero no sé.

—Vamos, Jungkook... —Jimin tomó su brazo, dándole una pequeña caricia mientras le susurraba al oído, manipulándole— Me enseñaste tú mundo... Y ahora... Déjame enseñarte el mío.

En ese momento Jungkook volteó a verlo y después de mirarse por unos segundos, finalmente sonrió en respuesta.

Jimin llevará a Jungkook al lado oscuro, buajaja.

Estén atentos porque publicaré otro en minutos.

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