005.
Jungkook escucha la puerta principal cerrarse de golpe y de inmediato alza la vista, dirigiendo rápidamente sus pies hasta el lugar. Y encontrándose con su primo escribiendo concentrado en su celular.
—¿Dónde estabas, Yeonjun? —interroga confundido— Hace un día que no llegas a casa y tu padre estaba vuelto loco.
El chico de cabellos castaños levantó su felina mirada hacia Jeon y una sonrisa macabra adornó lentamente su rostro.
—Sólo trabajaba, es todo.
Jungkook le examinó con los ojos y semblante serio.
—Mhm, yo te veo sin armas.
—No es necesario cuando puedes utilizar la psicología —se cruzó de brazos— Sabes perfectamente de lo que hablo.
—¿Quién es? —pregunta de golpe.
—Park Suni, la chica más linda de la escuela —suelta un largo suspiro, mirando al techo para después hacer una mueca— Lastima que sea un demonio en carne y hueso...
—Espera —frunció el ceño— ¿Ella no es la hermana de Park Jimin?
—Sí, ella es —comenzó avanzar, con los brazos detrás la espalda— Dehecho, la invité a salir anoche... Necesitaba investigar sus comportamientos, como reaccionaría a ciertas circunstancias. No podía llegar y matarla de una, nunca sé si tendrá algún truco bajo la manga y me mate. Sin embargo, logré convencerla de vernos otra vez. Y creo que cierto vampiro será hijo único... —sonrió maliciosamente.
Jungkook se encogió de hombros.
—Como sea —le restó importancia, bostezando— Al parecer estamos relacionados, pues yo tengo que acabar con el hermano.
—¿Enserio? —Yeonjun le miró sorprendido— Joder, la tienes complicada... ese vampiro es-
—¿Difícil? —completó— Sí, demasiado. Pero nada con lo que no pueda tratar, verás como me deshago de él para mañana.
—¿Lo harás hoy? ¿Y tu equipamiento?
—Está en mi mochila del colegio —sonrió— Tú padre me dijo que recibiré una muy buena recompensa por esto, ya la estoy anticipando...
Jungkook caminó lentamente hasta parar al frente del espejo y observar su reflejo nítido y casi trasparente con detenimiento más seriedad.
Yeonjun se colocó detrás suyo, viendo hacia al frente como su reflejo sobrepasaba el de Jungkook al ser completamente humano.
—¿Puedo preguntarte algo? —le dice al mayor.
—¿Qué cosa? —formula Jungkook sin quitar la vista de su reflejo inexistente.
Yeonjun traga saliva antes de hablar, pues en el fondo siente una especie de inseguridad cada que ve a su primo trasformarse lentamente en vampiro cuando estaba sin su collar. No puede evitar sentir que convive con el enemigo, es una sensación extraña pues su instinto dice que debe matarlo, pero por otra parte recuerda que es su familia. Y también humano.
—¿No sientes algún tipo de remordimiento al matar a un vampiro? —pregunta curioso— Me refiero a que... eres prácticamente uno, ¿no sientes cierta empatía al estar aniquilando a tu propia especie? Es un acto muy hipócrita, enrealidad.
Pasan los segundos y Jungkook se mantiene inmóvil con la respiración algo agitada, hasta que finalmente se voltea a una velocidad inhumana, observando con ojos rojizos a su primo.
—Yo no pedí nacer así —espeta con voz más grave de lo normal, asustando levemente al castaño logrando que retrocediera dos pasos, pero poco le importó— ¿Crees que me gusta ser así? Por supuesto que no, lo detesto. Sin embargo no tengo ninguna otra maldita salida... —suspiró, intentando calmarse— Y respondiendo a tu pregunta... me importa una mierda si son de mi propia sangre. Ellos no merecen vivir más, lo único que hacen es matar gente y arruinar la vida de los demás.
Yeonjun asintió lentamente con la cabeza.
—Entiendo.
Jungkook suspira y cierra fuertemente sus ojos, intentando que su parte vampira no se apodere completamente de él. Como siempre lo hace. Nunca podía dejarse llevar por ese túnel de oscuridad que le insita a avanzar y hundirse en él.
Tanteó sus bolsillos, buscando su collar hasta hallarlo y finalmente colocárselo. Logrando desaparecer de a pocos su aspecto inhumano. Finalmente peinó un poco su cabello y se colocó su mochila, despidiéndose de su primo para ir al colegio.
[☠️]
Horas más tarde, el timbre resonaba fuertemente por los pasillos indicando la deseada salida de clases. Jungkook sale de su aula y camina hacia la salida, apoyándose en una pared para esperar a Jimin. Pasaron los segundos hasta que sintió como se acercaba, giró su cabeza observándolo caminar hacia él, de aquella forma tan elegante y sensual que tenía. Su piel blanca reluciendo en todo su esplendor al igual que sus cabello plateados bajar por su frente a juego con su delicado y perfecto rostro de ensueño.
Jungkook no lo iba a negar, Park Jimin era una preciosidad.
Los vampiros también se caracterizaban por su increíble aspecto físico, aunque mayormente les funcionaba para atraer a los humanos y después devorarlos. Cosa que no pasaría con Jeon, así que despejó cualquier pensamiento al respecto sobre Park. Y conforme se acercaba, podía sentir como el cuerpo del peligris se tensaba levemente hacia su presencia, por él.
Jungkook no era idiota, sabía lo que provocaba en Jimin. Era consciente que para los vampiros su sangre era realmente exquisita, ¿y cómo no? Si la de los humanos era néctar esencial, y la de los vampiros es también deliciosa y poderosa, ¿cómo sería el resultado de la combinación de las dos? Un manjar, su sangre. Y claro que sacaba provecho de ello, era una de sus grandes ventajas. Hasta le llegaba a subir el ego al saber lo que podía provocar en un vampiro, era increíble.
—Hola, Jimin —saludó con su mejor sonrisa cuando el peligris se detuvo al frente suyo— ¿Listo para ser mi guía?
El vampiro sonrió levemente, contagiándose de su sonrisa.
—Claro.
—Bien, vamos —comenzaron a caminar chocando levemente hombro con hombro, hasta finalmente salir del instituto.
—¿A dónde quieres ir primero? —preguntó Jimin, metiendo sus manos en su pantalón negro.
Jungkook se volteó a verle con el ceño fruncido.
—¿Cómo?
—De la ciudad —especificó Park— ¿Qué quieres ver primero? ¿No íbamos a eso?
—¡Oh, claro, claro! —asintió lentamente, pensando en un lugar antes de ir al planeado— Uhm... ¿Qué recomendarías? —le miró— Tú eres de aquí, supongo que conoces algún lugar lindo dónde ir.
Jimin hizo una mueca, pensativo.
—Bueno... hay un lago-
—¡Sí! —le interrumpió Jungkook, mirándole emocionado— Perfecto, quiero ir ahí.
—Pero ni siquiera me dejaste terminar... —le miró confundido.
—No es necesario, con sólo que lo digas ya sé que es un buen lugar, vamos —se dió media vuelta, caminando hacia la derecha.
—Ahm, Jungkook... es por allá —murmuró Jimin señalando hacia la izquierda.
Jeon se detuvo de golpe y rápidamente devolvió sus pasos.
—Claro, tú eres el guía —rió levemente comenzando a seguir al vampiro.
—————
Pasado el tiempo, donde caminaron uno al lado del otro hablando cosas triviales y simples, finalmente llegaron al lago, el cuál era grandísimo y hermoso.
—Vaya, es realmente grande... —Jungkook estaba impresionado— ¿Seguro que no es un mar?
Jimin rió levemente.
—No, es un lago. También pensé eso la primera vez... ¿Te gusta? —le miró de reojo.
—Me encanta —sonrió a su dirección—¿Es tú favorito?
—Sí... —el peligris contempló el lago, enternecido— Me gusta venir frecuentemente para despejar mi mente y demás, te lo recomiendo.
—De seguro es genial —dijo, mirando a su alrededor, el viento soplando levemente sus cabellos negros— Hey, mira allá —señaló a lo lejos un puesto de hot dogs— ¿Tienes hambre? Puedo invitarte a uno.
Jimin levantó las cejas en sorpresa.
—Oh, gracias pero... no soy muy fan de eso... —respondió, obvio que no, la comida humana era asquerosa para él— Pero... si tú quieres puedes ir por uno.
Jungkook negó.
—Quiero que comamos lo mismo, ¿qué te gusta a ti? —preguntó apropósito mirándole ladino.
—Ahm... —el peligris mordió levemente su labio— No tengo hambre —mintió.
Jeon se acercó unos pasos más a él.
—¿Seguro? —preguntó arqueado una ceja y doblando levemente su cuello.
Jimin observó de reojo el mencionado, sintiéndose a morir ante la cercanía y el olor que la sangre de Jungkook desprendía, el cuál llevaba mareándole y tentándole desde hace rato.
—N-no... —tragó saliva, mirándole a los ojos— Estoy bien.
Jungkook iba a seguir insistiendo pero de improvisto un extraño sujeto se les acerca, ofreciéndoles de muestra pan de ajo.
—No, gracias —respondieron al mismo tiempo para después proseguir a mirarse sorprendidos.
—Ahm... —Jeon intentó buscar una excusa rápida— Soy alérgico a él.
Jimin asintió.
—A mi simplemente no me gusta.
Jungkook quiso reír por sus adentros al sentir como literalmente se estaban mintiendo mutuamente al frente de sus caras. Era divertido e interesante a su vez. A continuación miró a su alrededor y pensó que ya habían estado demasiado tiempo allí, o mejor dicho, ya se estaba tardando demasiado en acabar con aquél hermoso chico.
—¿Qué tal si vamos a otro lugar? —sugirió a Jimin.
—¿Dónde?
—Uhm... —se hizo el pensativo— Un lugar donde haya menos público, no me gusta convivir con tanta gente, ¿sabes?
—Sí, a mi tampoco.
—Vamos por allá —señaló de repente a lo lejos un lugar en específico.
Jimin siguió su dedo y se sorprendió.
—¿Al bosque?
—Claro, quiero ir ahí —sonrió.
—No creo que sea posible, está prohibido entrar allí...
—¿Enserio? —le miró sorprendido— Oh, no tenía idea... —hizo una mueca.
Jimin observó a Jungkook con el semblante algo decaído y no pudo evitar sentir pena por él, lo cuál no le gustó para nada pero no es como si hubiese podido detenerlo.
—Quizás... —torció su boca, pensando—Podamos entrar por el lado izquierdo, allí no hay seguridad y nunca hay gente...
El rostro de Jungkook se iluminó en una tierna sonrisa que hizo al corazón de Jimin dar un vuelco.
—¡Genial! —tomó su mano— ¡Andando!
Jungkook comenzó a arrastrar a Jimin hasta el lugar dicho por el vampiro, alejándose poco a poco de la ciudad y adentrándose más al bosque, siendo recibidos por la capa oscura de los pinos y el silencio tranquilizador que este poseía. Pasando al único sonido de sus pies pisando las pequeñas ramas.
—¿A donde vamos? —preguntó el vampiro al cazador, sintiendo su pulso intranquilo al no haber soltado su mano aún.
—Quiero enseñarte algo.
—¿Enseñarme? —Jimin los detuvo, mirándole confundido— Pensé que nunca habías visitado este bosque...
Jungkook sintió su pulso detenerse.
—Es verdad —respondió rápidamente con algo de nerviosismo en su voz— Sólo... me pareció ver algo interesante a lo lejos.
Jimin asintió lentamente con la cabeza, algo extrañado y retomando su caminar junto al pelinegro, sólo que esta vez sin tener sus manos unidas.
Se adentraron un poco más, durante unos minutos compartiendo algunas cuántas palabras y datos sobre el bosque. Hasta que finalmente llegaron a lo que supuestamente Jungkook quería ver: un prado repleto de flores amarillas.
El pelinegro se detuvo, mirando de reojo como el vampiro observaba fascinado toda la extensión del lugar.
—¡Wow, es hermoso! —exclamó el peligris sin poder ocultar su rostro maravilloso ante aquella vista, pues jamás había visto algo parecido y eso que normalmente acostumbraba a pasearse por el bosque, sólo que nunca había ido a esta zona.
—Realmente lo es... —concordó Jungkook dejándose llevar por un momento del paisaje, hasta que se obligó a salir de su ensoñación— Joder, debo ir al baño... —excusó con molestia— ¿Te importa si te dejo un momento?
Jimin se encogió de hombros sin mirarle, dejando su mochila a un lado.
—No hay problema.
Jungkook asintió y, llevando su propia mochila, se dió media vuelta para adentrarse de nuevo al bosque, subiendo la pequeña colina hasta llegar detrás de un gran árbol y esconderse allí.
Por otro lado, Jimin miró de reojo detrás suyo, asegurándose de que Jungkook se hubiese ido completamente para después sonreír y comenzar a deshacer parte de su uniforme, quitándose el saco azul, quedándose sólo con la camisa blanca de botones y desajustando la corbata que hace rato le estaba incomodando.
Dejó todo encima de su mochila en el suelo y sin pensarlo más avanzó velozmente hasta el prado, introduciéndose en él y comenzando a juguetear con las flores tal como un niño. Quedando encantado con la sensación de liberar polen cuando pasaba alrededor de ellas, creando una lluvia de esporas doradas a su alrededor y cayendo unas cuantas en su cabello y rostro.
Jungkook bajó su mochila de su hombro, abrió el zipper para sacar el enorme arco que llevaba junto a una flecha. La cuál estaba creada con madera de estaca, siendo mortal. Apoyó su espalda contra el tronco, colocando la flecha en el sitio adecuado y acomodándose mejor.
Una vez puesto todo correctamente, tomó una bocanada de aire antes de girarse y salir de su escondite, levantando el arco y apuntando instintivamente al frente. Con un ojo abierto y el otro cerrado, movió la flecha buscando desesperadamente pero con lentitud al vampiro pues no lo veía por ningún lado. Hasta que finalmente le divisó a lo lejos, en medio del prado, guió rápidamente la flecha hasta su pecho, exactamente donde estaba su corazón. Estiró más la flecha, listo para disparar, sin embargo el chico se agachó para recoger algo, impidiéndole a Jungkook hacer tal acción.
Soltando una maldición, esperó pacientemente a que se levantara y cuando lo hizo, el pelinegro pudo observar como tenía unos cuántos dientes de león en la palma de sus manos. El vampiro los miraba con detenimiento, Jungkook aprovechando esa distracción apuntó de nuevo, pero en ese momento Jimin sopla suavemente, provocando que las pequeñas plantas volaran alrededor y comenzará a reír.
Jungkook soltó un jadeo de la impresión, debilitando ligeramente su agarre al ver la hermosa sonrisa de Jimin.
Nunca le había visto sonreír de esa manera, mostrando su ilera de dientes blancos, radiantes y perfectos, haciendo juego con sus afilados colmillos. Contempló como sus ojos se achinaban y su nariz se arrugaba, más sus cabellos plateados y rostro de ángel siendo golpeados levemente por la brisa.
Jeon se quedó hipnotizado, bajando lentamente el arco. Pues en su vida jamás había visto a un vampiro tan bello.
En ese entonces, Jimin comenzó a caminar hacia otra dirección buscando algo en el suelo, talvéz más dientes de león, quién sabe.
Jungkook en ese momento parpadeó varias veces, sacudiendo rápidamente su cabeza y saliendo de su ensoñación, algo abrumado. Miró de vuelta al vampiro y suspirando pesadamente levantó el arco, enseñando la afilada punta plateada de la flecha, dirigiéndola nuevamente hasta el pecho del peligris.
Inhaló y exhaló lentamente con el ceño fruncido. No podía dejarse llevar por la atracción, era un vampiro más del montón, uno más el cuál eliminar. Presionó sus labios y sin pensarlo más, soltó la flecha.
Estaba preparado para cualquier tipo de escenario, pero jamás para lo que pasó a continuación. La flecha fue directamente hacia Jimin a una velocidad increíble, sin embargo no avanzó ni diez metros cuando desapareció por arte de magia, quemándose hasta hacerse cenizas.
—¿Pero qué carajos...? —Jungkook tenía los ojos abiertos como platos, sin poder creer lo que había visto.
Completamente confundido, sacó rápidamente otra flecha detrás suyo y la colocó en el arco, apuntando de nuevo al vampiro y disparando una vez más. Y volvió a pasar. La flecha nunca llegó a Jimin, se deshizo completamente. Era como si hubiese una barrera protectora contra el vampiro.
Entonces, muy obstinado, Jungkook bajó el arma, pensando en que era inútil seguir intentando. Además de que estaba desperdiciando flechas en algo que no entendía. Se sacó el arco y lo guardó deprisa junto a lo demás. Se colocó devuelta su mochila en el hombro y avanzó rápidamente hasta el peligris.
Más tarde se encargaría de averiguar que demonios pasó, por ahora debía de conocer más al vampiro. Talvéz tenía algo oculto, algún poder que le hacía indestructible, no sabía.
—¡Jimin! —le llamó, captando su atención— ¿Qué haces?
El nombrado se detuvo y le miró con una sonrisa avergonzada, debido a que ahora estaba todo cubierto de polen y flores.
—Me divierto, ¿qué no ves? —levantó una ceja.
Jungkook soltó una risa seca.
—¿Esta es tú forma de diversión? —observó a su alrededor con una sonrisa burlona.
—Fue idea tuya venir —Jimin se acercó a él, sacudiendo un poco sus ropas y cuando estuvo a centímetros de su cuerpo, extendió un diente de león a su rostro— Pide un deseo y sopla.
Jungkook alzó una ceja, mirando con diversión la pequeña plantita y después a Jimin. Este último le insistió con la mirada que lo hiciera, entonces el pelinegro rodó sus ojos y cerrándolos por unos segundos, los abrió para finalmente soplar con delicadeza.
Jimin le sonrió cuando los pequeños restos blancos se esparcieron alrededor, y Jungkook le devolvió la sonrisa.
"Desearía que no fueras un vampiro para no tener que matarte, Jimin"
Las cosas se pondrán muy interesantes a partir de ahora.
¿Qué les va pareciendo?
Nos vemos, chau.
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