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Terminaba de cepillar sus blancos colmillos mientras se miraba al espejo de los baños. Su reflejo era una imagen nítida, casi transparente, pero no del todo invisible. Por ello podía verse en el, así que peinó ligeramente sus cabellos grises y acomodó su uniforme azul antes de salir de vuelta al mundo exterior.

Al hacerlo, las miradas de varios estudiantes cayeron inconscientemente hacia su persona, como siempre. Y aunque le molestaba un poco, lo podía entender. Pues su sola presencia era increíblemente llamativa, captaba la atención de cualquier humano al pasar. Comenzó a caminar por los pasillos con su peculiar y característica forma de andar: pronunciada y elegante.

Durante años, había trabajado arduamente en reformar su imagen vampírica a una más humana, para poder pasar desapercibido. Como una evolución. Sin embargo, algunos rasgos de su rostro era algo inusuales para los demás, su piel blanca y sus colmillos. Esto último, los tenía a un tamaño casi normal, únicamente crecían cuando iba a alimentarse. Al convivir diariamente con humanos, esta acción se le dificultaba al principio de sus años de vida y específicamente del colegio. Pero poco a poco, fue enseñado y aprendido a comportarse y controlarse.

Cuando tenía hambre llevaba consigo siempre una reserva de sangre en pequeños envases de jugo, tomándolos con tranquilidad en los recesos sin levantar ninguna sospecha. Pues la gente creía que era sabor a fresa, como él inventaba.

En fin, su vida era relativamente normal. Trataba de poder llevarla así. Sin que su verdadero ser se apoderara de él constantemente. Sabía controlarlo, o eso creía. Desde que llegó él.

Jeon Jungkook.

Fue un día común y corriente cuando lo vió por primera vez. Inmediatamente su pulso se aceleró y un sentimiento de familiaridad se apoderó de él. La sangre del humano olía realmente exquisito, dulce, desde su posición podía sentir el sabor en su paladar y luchó contra sus sentidos internos como nunca lo había hecho, pues le pedía a gritos que la probara.
Se sintió demasiado aturdido y asustado, pues aquello jamás le había pasado. Talvéz tendría sentido si hubiese estado hambriento o algo parecido. Pero justamente en ese momento estaba tomando uno de sus jugos. No tenía sentido. Así que concluyó que simplemente la sangre de aquél chico era realmente deliciosa, no la había probado, pero con sólo olerla podía intuirlo perfectamente.

Jungkook tenía "un no se qué", que captaba toda la atención de Jimin.

Además de ser jodidamente atractivo, en su mirada y forma de actuar. Le resultaban realmente interesantes al vampiro.

Y peor fue cuando se enteró de que serían compañeros de clase. Pues tenía que estar aguantando la tentación prácticamente a metros de él. Jimin sabía controlarse, pero con ese chico se le dificultaba más.

Talvéz unos días. Talvéz unos cuántos y su sed se controlaría, volviéndose a la normalidad. Eso esperaba, pues sus nuevos impulsos le aterraban a cagarla en grande. Y esque su principal regla era, obviamente, no salir de sus casillas. Pero Jungkook... Jungkook lo sacaba completamente. Y eso que ni siquiera le había hablado, solo había pasado una semana desde su integración al colegio y ya todos habían caído a sus pies. A pesar de no hablar mucho y mostrarse algo tímido. Jungkook era carismático y amable. Lo que ocasionaba que las personas llegarán a amarlo con sólo compartir dos palabras con él.

Jimin evitaba a toda costa hacerlo. Pues le ponía nervioso, mucho. No sabía cómo reaccionaría su cuerpo ante tal acción. Y en el fondo, me molestaba. Pues se suponía que él no podía dejarse intimidar por ningún humano, pues prácticamente los vampiros eran superiores a ellos. ¡Joder, él los devoraba! ¿Entonces porqué no podía dejar que su corazón latiese como desquiciado con la sola presencia del humano? Era extraño.

Entró a su aula al sonar la campana de entrada, saludando cordialmente a sus compañeros. Todos sentándose uno por uno mientras se contaban anécdotas o chismes.

Yoongi, uno de sus mejores amigos, se sentó a su lado e inmediatamente bostezó estirándose en el proceso.

—Casi me tragas —bromeó divertido.

El azabache cerró su boca y le miró con el ceño fruncido.

—Cállate, no dormí nada.

Jimin rodó sus ojos.

—¿Quién te tiene cazando ratones a las tres de la mañana, Yoongi? Nadie, sólo tú.

—Bah, igualmente valió la pena —se encogió de hombros y se acomodó mejor en su asiento mientras lamía con disimulo su mano.

Jimin dejó de prestarle atención al resultarle asqueroso e incómodo. Aunque estaba acostumbrado. Yoongi era un híbrido. Cuando le daba la gana se transformaba en un precioso gato con pelaje negro y brillante.

Sí, Jimin no era el único "diferente" en aquél lugar. Existían más seres mitológicos y fantásticos allí. Entre todos se llevaban, bueno, la mayoría. Pues tenían en común una cosa: mantenerse siempre al oculto. Algunos eran enemigos mortales por naturaleza, otros se llevaban mejor.

En fin.

—¿Dónde está Jungkook? —preguntó Jimin observando a su alrededor al no ver al pelinegro por ningún lado.

—¿Quién? —soltó con desinterés.

—Jungkook.

—Ah, tú humano...

—¡Que no es mi humano, joder! —espetó con rabia demostrada en sus ojos rojos.

Yoongi le miró serio y después sonrió levemente. Para cualquier otra criatura o humano, un vampiro enfadado era realmente aterrador. Sin embargo él estaba acostumbrado a eso, pues constantemente disfrutaba hacer enfadar a Jimin.

—Tranquilo, amigo... —bostezó una vez más— No tengo idea de dónde está, tampoco lo vi en los pasillos. Seguro llegará tarde, como siempre.

Jimin asintió pensativo, volviendo a su posición.

La profesora de historia finalmente entró al aula, provocando el silencio inmediato de todos debido a su fama de ser la docente más estricta y brava del colegio. Todos le temían. Excepto Jimin y Yoongi. A ellos les daba igual, sin embargo preferían no hacer nada que la hiciese enojar, para evitar problemas.

—Buenos días, estudiantes —saludó sentándose en el escritorio— Comenzaré a pasar lista y espero que nadie esté ausente —avisó entredientes mientras abría el expediente. Pues si había algo que más detestaba, era que los alumnos faltaran a su clase.

Jimin levantó la mano cuando su nombre fue dicho y suspiró cansado al pensar que lo más probablemente la profesora se pondría peor de humor ante la ausencia del humano.

—Jeon Jungko-

—¡Presente!

Aquello fue gritado por el mismísimo Jungkook quién había entrado justo a tiempo al aula, con la respiración agitada, sus cabellos negros y ropa algo desordenados.

—¡Joven Jeon, ¿qué son estas horas de llegar?! —le reclamó la profesora.

—M-me desperté tarde, señora Kim...

La mujer bufó negando con la cabeza y al instante señaló a Jimin, quién sintió su corazón detenerse ante el susto.

—¡Detrás del Joven Park, siéntese allí ahora! —ordenó en voz alta.

Jungkook asintió con la cabeza y haciendo una reverencia, caminó a pasos rápidos hasta Jimin para ubicarse en el pupitre detrás de él.

Park escuchó el latido del corazón de Jungkook más cerca que nunca y tragó saliva.

Mierda, le iba a dar un paro cardíaco.

Aunque esto era ridículo ya que él no podía morir, pero ese no es el punto.

—De acuerdo, estudiantes. El día de hoy les haré un examen sorpresa. ¡Y no quiero ninguna queja! —ordenó— Saquen sus materiales.

Los jóvenes con muecas de molestia y resignación en sus rostros, comenzaron a acometer su orden sin chistar o soltar algún comentario desaprobatorio.

Jimin escuchó la voz de Jungkook maldecir en voz baja mientras buscaba en su cartuchera.

—¡Pss, hey! —el chico le llamó en susurros, tocando su hombro.

Jimin se tensó inmediatamente y se volteó con disimulo, mirando por encima del hombro al pelinegro e intentando controlar los impulsos que se apoderaron de su ser ante el tacto.

—¿Sí?

—¿Tienes un lapicero que me prestes? Olvidé el mío en casa al hacer la tarea...

Sin dudarlo mucho, el peligris le pasó un lapicero de tinta negra en silencio.

—Gracias —dijo Jungkook con una gran sonrisa en su rostro que hizo al corazón de Jimin latir cómo idiota.

Retomó de nuevo su posición, cerrando fuertemente sus ojos mientras contaba mentalmente. Intentando calmarse. La sangre de Jungkook olía tan jodidamente bien.

—Oye...

¡Mierda!

Inmediatamente se volteó, mirándole a los ojos y con el ceño levemente fruncido.

—¿Qué? —soltó de mala gana.

—Perdón por molestarte... —Jungkook hizo una mueca y el vampiro sintió remordimiento— Pero quería confirmar algo. ¿Eres Park Jimin, cierto?

Jimin asintió lentamente con la cabeza.

—Oh, genial —sonrió y le tendió una mano— No nos hemos presentado formalmente, mi nombre es Jungkook. Aunque creo que ya lo sabes... —se encogió de hombros.

—Hola... —murmuró el peligris aceptando su mano con algo de temor.

Pudo jurar ver un brillo extraño y particular en los ojos de Jungkook junto a una sonrisa al entrechar su mano. Aunque al separarlas, un olor demasiado fuerte le golpeó de manera abrupta, mareándole y aturdiéndole al instante. Un olor que no había reconocido antes.

Entonces levantó su mano y lo vió.

Sangre.

Inmediatamente sus ojos se movieron hacia la mano de Jungkook, la cuál traía un corte fino en su palma.

Era de él.

—Uh, lo siento por eso... Me corté accidentalmente con el cuchillo —se excusó Jeon algo avergonzado.

A continuación sacó un pequeño pañuelo de su bolsillo.

—Déjame y te limpio —dijo acercándolo hasta la mano de Jimin pero de inmediato este la apartó.

El vampiro se giró devuelta a su asiento mientras hacía presión sobre su muñeca con su otra mano, observando la sangre de Jungkook con devoción y ojos totalmente abiertos.

—Hey, Jimin —Yoongi le miró extrañado— ¿Estás bi-? —inmediatamente el vampiro le mira y puede ver el color rojo en sus ojos junto a su respiración acelerada, a los segundos comprende todo— Vete ahora —le dice firme y serio.

Jimin levanta su mano limpia, llamando la atención de la profesora quién estaba comenzando a entregar los exámenes.

—¿Puedo ir al baño, porfavor? —pide con ojos suplicantes.

La mujer le mira seria por unos segundos y después asiente con la cabeza. Era algo obvio que aceptara, pues para nadie era un secreto que Jimin era su alumno favorito.

Ante la afirmación Jimin se levanta de un golpe de su asiento y a pasos rápidos sale del salón. Aprovechando que los pasillos están vacíos, no duda en utilizar sus poderes vampirísticos y llegar a una velocidad inhumana a los baños, encerrándose en un cubículo.

Exhalando fuerte mira la palma de su mano temblorosa ante la anticipación.

Era la sangre de Jungkook. No podía creerlo. Y olía tan bien.

Sus ojos se tornan en un rojo con la misma intensidad del color que la sangre en su piel y sus colmillos crecen lentamente a su tamaño normal. Acerca su mano a su boca y sin esperar mucho pasa suavemente su lengua por toda la extensión de su palma.

Y cuando siente el sabor, gime de placer.

Tenía razón, la sangre de Jungkook era jodidamente deliciosa. Tenía un sabor dulzón combinado con el metálico original. Pero había algo... Había algo en ella que simplemente le hacía sentir como si tuviera fuegos artificiales en su interior. Exquisito.

Inmediatamente comenzó a lamer de forma salvaje los restos de sangre en la palma de su mano, sin dejar ninguna gota. Y desesperándose al acabarse todo.

Quería más, Jimin necesitaba más.

Su cuerpo temblaba, su vampiro interior le estaba pidiendo a gritos que tomara más, que fuera tras aquél humano y lo bebiera entero. Pero no, no podía hacerlo. Era una locura. Debía de controlarse, sólo tenía que hacerlo y...

En ese momento un estudiante el cuál no conocía entra tranquilamente a los baños.

Lo ve por el rabillo de la puerta lavarse las manos mientras silbaba y por instinto ve su cuello, su yugular palpitando, llena de sangre, llena de vitalidad.

Su corazón late más fuerte, sus colmillos comienzan a picarle y dolerle. Tenía hambre, mucha hambre. Y los jugos llenos de sangre estaban en su mochila la cuál dejó en el aula. Cerró fuertemente sus ojos ante el impulso que se apoderó de su ser. No quería, no quería hacerlo. Hace meses estaba absteniéndose. Pues lo detestaba, por eso obtaba por los jugos diarios. No quería matar.

A pesar de no ser la sangre que él realmente quería. Era sangre y eso es lo único que importa, podía calmar momentáneamente su sed. De lo contrario podía cometer una catástrofe y no quería hacerlo.

Sin embargo por más que intentara, no podría nunca ocultar su verdadera identidad.

Un maldito chupasangre.

—Lo siento... —susurró.

Y dicho esto, abrió la puerta del cubículo y se lanzó hacia el estudiante.



HI GUYSSS! Nuevo fic! uwu
Esta vez con una de mis temáticas favoritas de por vida: vampiros.
Se me había cruzado por la mente hacer algo así en el pasado pero no me había atrevido a hacerlo pues pensaba que no tenía el conocimiento suficiente, pero ayer me lo propuse y averigüé todo lo que pude.

En fin, este fanfic no sólo se enfocará en vampiros, sino como dice la descripción, hablaré y se hará mención de otros personajes ficticios, místicos, fantásticos. Ysi, gran parte serán los integrantes de bangtan y etc...

Sólo les diré una cosa, nada es lo que parece...

Espero disfruten mucho esta historia y que le den mucho amors. 🖤

(Psd: Taehyung no es un vampiro, no es spoiler o algo así solo puse el gif para hacer referencia a la historia. Aunque él será algo diferente... )

Nos vemos, chau. <3

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