Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

chapter one. king and queen

.˚ׅ ❛ capítulo uno
king and queen ❜𓈒˙

























━━━━━⋆ ˚。⋆🪷⋆ ˚。⋆━━━━━

Mis ojos viajaban con rapidez por cada tecla del piano al que mi mano se deslizaba con una velocidad tremenda.

En una tarde calida en Auradon, he llegado temprano para tener un poco de tiempo a solas y poder practicar más con diferentes instrumentos a los que he fallado. Mi parte de la habitación que se partia en tres esta llena de hojas con diferentes canciones, un violín, un ukelele y una guitarra color negro con dibujos de flores verdes. Lo pinte con mi tía Lottie cuando mi abuelo paterno me regaló mi primera guitarra a los nueve, así que la he conservado desde entonces y lo más estresante es que tampoco soy buena en eso.

Escucho como se abre la puerta despacio, dirigiendo la vista en un segundo a mis dos amigas: Rochelle y Hanna, hijas de Rapunzel y Tinkerbell.

—Santo dios, ¿a qué pollo Navy estará matando?— pregunta Rochelle, creyendo que no la escucho.

—No se, pero definitivamente el pollo está sufriendo— responde Hanna con una mueca en su cara.

No las miro, pues no puedo despegar la mirada de las telas un segundo más o fallare otra vez.

—Y puede escucharlas— les digo a ambas chicas, dejando de tocar y volviéndome a ellas —¿Tan mal se escucha?

—Uh, ¿De verdad quieres que respondamos a eso?— pregunta la más pequeña, Hanna.

Se adentra a la habitación, dejando sus maletas sobre su cama con cortinas verdes. Rochelle le sigue sus pasos hasta la cama con cortinas rosas y pinturas en todos lados, incluyendo el techo.

—Linda, yo digo que te tomes un descanso, una cansada empieza a tocar los instrumentos mal, mi mami me dijo eso— me responde Rochie en un tono dulce.

Suspiró  —No puedo, he estado practicando desde en la mañana que llegue y esto tiene que ser perfecto, si no entonces…— dejó la frase al aire.

Debo insistir en explotar los talentos que no existen en mi.

—Sabes, por que no te detienes un rato, te relajas un poco, y nos cuentas como fueron tus vacaciones ¿si?— dice Hanna, dándome un medio abrazo, así que le sonrió.

Rochelle asiente de acuerdo —Exacto Navy, vamos a detenernos un momento, si quieres más al rato te ayudo a practicar.

—¡Si! ¿Ves? No hay nada de qué preocuparse— asegura Hanna —. Sabes, Navy, no por que tu padre sea bueno con los instrumentos significa que tu tengas que serlo. ¿Recuerdas a mi tía Rosetta? Bueno, ella es un hada de jardín y no le gusta el lodo, no hay por que ser perfecta en todo.

Rió un poco, aunque la idea de no ser buena en ningún instrumento no me convence del todo. Termino aceptando y cambiando de tema, sintiendo mi mano adolorida, me levanto y me siento en mi propia cama hecha un desastre de ropa y maletas.

—De acuerdo, empecemos con las vacaciones— les digo a ambas —Fueron normales, he estado tratando de manejar un instrumento como mi padre, pero parece que no saque su talento, así que me ha estado ayudando junto con el tío Louis, aunque intentan darme ánimos, veo que se ponen tapones en los oídos cuando me volteo. Pero, seré mejor, como debo ser ¿Y qué tal sus vacaciones? Rochelle, ¿Trajiste los libros de tu mamá? Amaría leerlos.

La mencionada asiente — ¡Si!, los traje, además de que te traje un regalo, pero está en mi maleta y antes de que le reclames, a ti también te traje algo Hanna.

—¿Tan especial soy para ti?—le responde Hanna con una sonrisa sarcástica en su cara—, es broma Rochie, a ver, ¿Qué me trajiste? Ilumíname.

Al decir eso, Hanna da un brinco y cae sobre la cama de Rochelle, con ambos brazos detrás de su cabeza, le sigo sentándome junto a Rochelle.

—A Navy copias de algunos libros de mi madre y a ti te traje una pintura hecha por mi y mamá, de la vista de Corona, por eso que me dijiste que te encantaba la vista y querías un cuadro de ella— dice la rubia mientras se para para darnos nuestros respectivos regalos.

—Yo sólo quería la pintura hecha por Rapunzel, para así venderla por internet— le responde Hanna, mientras admiraba la pintura —. Es broma Rochie, muchas gracias, dile a tu madre que la amo, y a ti también.

Mire los títulos de los libros en mi regazo, habia títulos como «pintura para principiantes» y «cómo no ser un desastre en la cocina» ese último me serviría demasiado.

Miro a ambas chicas  —Bueno, mi mamá en realidad les trajo algo a todas— corrí hasta mi cama y saque una canasta —Beignets, la especialidad de mi mamá y del mejor restaurante de Nueva Orleans, disfruten y aprovechen que no se los voy a cobrar.

Ambas empezaron a gritar, haciéndome reír de la emoción. Los postres de mi madre son bastantes populares aquí en Auradon también, por lo que varios estudiantes habían hecho encargos, pero mi madre siempre hacia algunos encargos especiales para mis amigas, y para Ben y su familia.

—Vaya, no sabía que reaccionarían así— menciono —Y solo tomen uno porque si comen muchos van a vomitar de lo llenas que estarán.

—¿A quién le importa vomitar, cuando tienes postres horneados por tu madre al alcance de tu mano? —responde la rubia menor mientras tomaba un pastelillo.

—¡Exacto!, los postres de tía Tiana son espectaculares mataría a medio Auradon por una migaja de un pan suyo— dice Rochie tomando un postre del tupper.

—Uh, especialmente a Chad—interviene Hanna, rodando los ojos.

Rió un poco, golpeandola con la tela que cubría la canasta.

—No lo digas ni de broma— le regaño como mi madre a mi.

—Por muy mal que me caiga Chad a el lo vendería por una bolsa de alimento para Percy— dijo calmadamente la más alta de las tres mientras pone sus manos en su nuca.

—¡Cierto! ¿Rochie, donde esta Percy? — pregunta Hanna mientras toma otro pastelito, recibiendo un golpe en su mano por mi parte — ¿Y eso por que fue?

—Dije: solo uno, no quiero vomitó en mis cosas, ¿De acuerdo?— le regañó una vez mas, guardando todo en la canasta y dejándola sobre la cama.

—Aquí está Percy, en vacaciones agarro la maña de estar en mi nuca para atacar a la gente, como mi papá— comenta la rubia mientras acaricia a su mascota: un camaleón.

—Que suerte debe ser tener al señor Rider como papá, ¿Verdad, Hanna?— me burle, tratando de no reírme.

La mencionada sólo asintió la cabeza y con una sonrisa en su cara.

—Ya basta con esos chistes, porque yo no te digo nada a ti, Navya, porque tu padre está guapísimo— grita Rochelle, mientras reía agarrando su sartén que solo Dios sabe de dónde lo sacó con la intención de pegarles en la espalda.

Abrí la boca con indignación y tome su hombro para molestarla.

—Lo lamento, hijastra— le digo, haciendo que Hanna suelte una carcajada.

—Basta, por que la viejita luego no podrá caminar ¿cierto Navya?— le dirigió una mirada cómplice a su amiga.

Niego —No sé de qué me hablas.

—Son unas tontas, solo recuerden que soy solo dos meses mayor que ustedes— exclamó Rochie con una sonrisa mientras se acostaba en su cama.

Me recosté junto a ella, mirando el techo mientras Hanna hacia lo mismo. Observé la hermosa pintura que Rochelle había hecho en su habitación, siempre había admirado su forma de colocar todos los detalles en su pintura.

—Deberías abrir una tienda Rochie, y como frase poner “Vendo pinturas, si compras dos te llevas un abrazo por parte de mi padre” — habla Hanna —. Yo sería la primera clienta.

Reí un poco —Ah, yo iría todos los días— sonreí burlona, llevándome una mirada amenazadora de Rochelle  —Ya, ya, me callaré.

—Le haría caso a su broma pero decidiré ignorarla, así que solo diré que de pequeña sí pensé en vender cuadros, pero sentiría que es más una obligación que un hobbie— explicó calmadamente Rider — pero cuando gusten obvio les pintó algo.

Mi boca de abrió de forma automática, apunto de hacer una broma «pintame a tu padre y te doy toda mi fortuna de Maldonia» pero decidí quedarme callada.

—Me encanta la idea— dije, temiendo que el sartén me dejase sin la mitad de mi cabeza.

—Deberías hacerlo, te iría muy bien — responde la otra chica, dejando de un lado las bromas.

—Gracias chicas, igual saben que uno que otro mes abro comisiones aquí en Auradon para ganar dinero, no me gusta depender tanto de mis padres— comentó Rochie.

Asentí —Así podrás comprarnos el desayuno todas las mañanas y nuevos vestidos.

—Apruebo la idea de los vestidos —asintió la rubia menor.

Mire a Rochelle y entonces me levanté, colocándome los tacones bajos.

—Deberíamos dar un paseo, me intoxicó de tanto encierro— propongo.

—Eso dijo mi madre y terminó conociendo a mi padre— comenta Rochelle con una sonrisa por su broma.

—¡Entonces vámonos!— Hanna da un brinco de la cama y se coloca su abrigo. La observo con ambas cejas alzadas —, ¿Qué? No podemos estar solteras toda la vida ¿o sí?

Asiento —Tiene razón, ya me cansa la idea de verlas todos los días— bromee, palmeando sus hombros antes de tomarlas de los brazos para salir.

—Hanna hablaba por nosotras, tú tienes a Ben, que en cualquier momento se juntan— soltó Rochelle.

Me detuve en seco, tragando saliva muy rápido y ocasionando que empezará a toser desesperadamente, mientras Hanna me daba palmadas en la espalda.

Sí, debía admitir que hubo un momento donde Ben, mi mejor amigo, fue mi flechazo, pero nada más eso, se me olvidó con los años, ahora somos solo amigos y compañeros de clase.

—Hey, respira un poco, ¿quieres? no queremos que te mueras joven —Hanna palmeo mi espalda.

—¡Ben es mi mejor amigo! ¡Jamás haría eso! Nos conocemos desde el primer año, además, escuché que está comprometido con Audrey— negué una y otra vez, sacudiendo mis rizos.

—Puede que engañes a media preparatoria, pero no nos puedes engañar a nosotras, tus mejores amigas— argumenta Rochelle.

La miro mal, buscando algo con que contradecirla pero nada se me ocurre, nada más que: —¿y si mejor me caso con tu papá? Sería una buena madrastra, lo juro.

— Solo si yo me puedo casar con el tuyo— exclama inocentemente la rubia.

—Uh, ¿Eso quiere decir que serían hijastras de la otra? —pregunta Hanna, confusa.

—No, quiere decir que si soy madrastra de Rochelle la encerraré en la torre más alta con una bruja malvada— respondí, cruzandome de brazos y orgullosa por mi respuesta.

—No saquemos los traumas, lo ruego, por que si no estaríamos aquí todo el día —Hanna alargó la letra “o”.

—Si haces eso tendré que darte con mi sartén, mi madre me crió bien— argumentó la más alta.

Estuve apunto de responder cuando llamaron a la puerta, lo cual también nos hizo callar a las tres. Hanna abrio la puerta y Ben apareció frente a nosotras, confundido por nuestros gritos.

Me paralice y si no fuera porque mis amigas me están sosteniendo de ambos brazos, ya me hubiese desmayado aquí mismo.

—Hola, chicas— saluda Ben, sonriendo de lado a lado.

—Uh, Rochelle, no es hora de… ¿retoque en el baño? —Hanna entrelazo su brazo con el de la más alta.

—Creo que si, tengo que cepillar mi cabello— le responde Rochelle a Hanna mientras ambas se iban corriendo al baño de su habitación.

Cerraron la puerta con fuerza, haciéndome saltar un poco y bastante confundida.

Mire a mis dos amigas, sin poder creer lo grande que era su traición, sin embargo, le sonreí a Ben para ocultar mi mueca de coraje. Cuando subí la mirada, note que Ben me miraba, asustandome por un momento de que tuviese bien el maquillaje en el rostro.

—Es bueno volver a verte— le digo, rompiendo su contacto.

—Lo mismo digo, ¿Quisieras dar un paseo? Quiero darle otra vuelta al campo.

Reí un poco —El campo ha sido el mismo desde siempre, Ben.

Asiente, abriendo la puerta detrás de él para dejarme pasar primero, por lo que me sigue el paso por el pasillo, donde los alumnos pasan con sus maletas en busca de sus dormitorios.

—¿Llegaste está mañana?— me inquiere Ben.

—Sí, llegué muy temprano, creo— sonrió un poco —Aunque creo que deberíamos hablar de ti, felicidades por tu compromiso.

Sonríe un poco, aunque no animado, lo cual me desconcierta.

—No he hecho una propuesta aún— acepta.

Mi ceño se aligera —¡Ah! Lo siento, creí que ya se lo habías propuesto a Audrey en las vacaciones, con esos rumores, quería felicitarte primero.

Niega —No, como te digo, aún no lo hago, aunque tampoco es que sepa cómo hacerlo, mi padre me ha dado algunos consejos pero aún así, ¿Cómo estoy seguro de que esto sea lo que quiero?

Encogí mis hombros —Bueno, mi tía Lottie siempre me ha dicho que debes sentirlo en el corazón.

—¿Sentirlo? ¿Como es?

Pienso, recordando la plática que mi tía Lottie me dio cuando cumplí quince, ella es una amante de las historias de amor y del sentimiento en si, por lo que es uno de sus temas de conversación favoritos y yo no me canso de escucharlos jamás, es como si yo viviera en esas historias con finales felices, donde el príncipe hace todo por su futura reina, escuchar como se enamoran poco a poco y sentir lo que ellos, como si me pasará a mi.

—Bueno, debes sentir mucha felicidad, porque cuando miras a esa persona te hace sentir mucha felicidad, créeme, he visto a mi papá cuando mira a mi mamá y ellos derraman amor para toda la ciudad— digo, riendo un poco —Tambien debes saber que harías todo por esa persona, incluso si eso significa que debes renunciar a tu reino por ella, debes querer pasar tiempo con esa persona y dejar que la oxitocina te invada los oídos y todo tu cerebro y corazón, aunque no literalmente.

Ríe un poco —Supongo que no es lo que siento entonces.

—Debes decírselo, Audrey es una buena persona— le digo, mirando hacia los árboles.

Ben me observa —¿Tu ya sentiste eso antes, Navya?

Me tomo de los brazos, debido a que el calor me quema los brazos y niego con la cabeza.

—No, ¿Y tú?

Niega —No, pero espero que me pase algún día.

—Ya llegará nuestro momento— aseguro.

—Tal vez, pero no quisiera esperar, me gusta más las cosas espontáneas.

—Sí, somos muy diferentes, aunque yo tampoco quisiera esperar tampoco— acepto —Mi coronación es el próximo año, así que debo estar lista pero no sé si podré estarlo, aunque la tuya es este año, así que no puedo decir nada.

Sonríe —Sí, también tengo miedo de lo que pueda pasar y más estando solo.

Bufo —Claro, deberíamos casarnos para que podamos tener al menos eso seguro— bromeo, riendo sola.

Sin embargo, Ben se detiene, haciéndome mirarlo.

—Buena idea.

Mi ceño se aligera —Oye, era broma, ríete.

Ríe —No, lo digo de verdad, así no tendre que ser presionado por mi padre.

Alzó ambas cejas —¿Entonces soy tu segunda opción?

Niega —No, siempre serás la primera opción, pero esto es una idea millonaria.

—Creo que perdiste la cabeza— reí.

—Vamos, Navya, solo piénsalo— me pide avanzando un poco sus pasos hacia mi, luego tomando mis manos entre las suyas —Ya no tendríamos que preocuparnos por eso, tus padres te dejarían en paz y los míos también, seríamos reyes y gobernaremos como queramos.

Mi corazón da un vuelco cuando se coloca de rodillas, mirando a los ojos en todo momento. El aire se me va y no puedo creer que lo esté haciendo de verdad.

—Navya de Maldonia— empieza y niego.

—Ya cállate.

—¿Quisieras ser mi esposa?

Me quedo estática, más que el árbol junto a nosotros que si hablará diría algo como «acepta, sabes que quieres hacerlo» porque de hecho, la idea sí es millonaria. La tensión, todo se acabaría, mi coronación se apresuraria para este año junto a la de Ben solo que en el reino de Maldonia, ya no tendría que aprender ni un solo instrumento porque sería reina, ya no tendría que ser perfecta porque sería reina ¡Todo encaja!

Guardo silencio unos momentos, en los que parecen horas y finalmente, hago lo que mi cerebro me dice.

—¿Tienes un anillo?— cuestionó.

Ben se apresura en buscar entre sus bolsillos pero termina dándome el que lleva en su propia mano. Un anillo de oro con el símbolo de una bestia, Ben lo coloca en mi dedo y se levanta riendo.

Esto podría ser una mala idea, pero al menos tendré a mi mejor amigo para apoyarme.

De regreso a mi habitación, no he dejado de mirar el anillo una y otra vez desde que le pedí tiempo a Ben para decirle a mis padres y él a los suyos, ya que una noticia así no se toma a la ligera y más porque se suponía que debía casarse con Audrey.

Me siento un poco mal por ella, aunque luego recuerdo lo despreciable que fue conmigo cuando nos conocimos y aquella ocasión donde me pidió que no me acercara mucho a Ben si fuera yo, una clase de amenaza a la que no obedecí porque si algo me ha enseñado mi madre, es que debo ser una mujer fuerte que no le toma importancia los problemas que involucren a un hombre.

Así que, abro la puerta con fuerza y entonces escucho un fuerte golpe, dándome cuenta que Hanna está en el suelo, sosteniéndose la frente.

— ¡Pero por todos los sartenes!, ¿que te paso?— exclama una Rochelle preocupada.

—¡Por dios! No es como que hayas visto al papá de Rochelle, ¿que te sucedió?— escuché la voz de Hanna

Pero yo no puedo responder a ninguna de sus preguntas y me temo que estoy por sentirme peor.

—Nada— suspiro, negando con la cabeza —Nada.

Voy hasta mi cama y me recuesto, abrazando mis piernas con la mirada de ambas chicas en mi. Sé que ellas me apoyaran sin importar nada y que me darán ánimos ante la idea del matrimonio, así que decido decirles.

—Estoy comprometida— suelto de la nada.

—¡¿Qué?!— ambas chicas sueltan un grito

— Te vas veinte minutos de la recamara y regresas ¡comprometida!— exclama Rochie en shock —Ben tiene mucho que explicar.

—O nos cuentas todo, o te sacamos de la habitación, necesitamos mantenernos informadas— dice Hanna.

Miro a ambos e intento volver a hablar, pero las palabras no salen, simplemente no lo hacen de mi boca por más que las pienso. Entonces entiendo que la tensión en mi cuerpo ha llegado a su máximo nivel, así que ahora, a menos que me relaje, no diré una sola palabra.

Rochelle mira a Hanna y viceversa, entendiendo mi crisis y mi estado de lo que he sufrido desde pequeña. Es como una clase de bloqueo que me sucede ante tanta tensión, otro factor que temo que me suceda en mi coronación.

—Creo que tengo la solución perfecta — dice Hanna de pronto —. ¡Noche de pijamas!

—¿No todos los días que estamos aquí son una pijamada?— pregunta Rochelle, de forma inocente.

—Pero esta es una ocasión especial, no todos los días Navya está comprometida— responde la menor, dándome una sonrisa que devuelvo.

Algunas horas después de mascarillas, chocolate, galletas y beignets de mi madre, escucho la conversación entre Rochelle y Hanna todo el tiempo, metida en las cosas que les diría a ambas como respuesta y que jamás saldrán de mi boca. Rochelle está pintando las uñas de Hanna, de modo que yo estoy quitando los últimos rastros de mascarilla de mi rostro

—¿Y cómo fue?— inquiere Hanna hacia mi, llevándose un jalón de mano de Rochelle en forma de regaño —¿Qué? ¡Yo quiero saber!

—Yo también, pero no la molestes— le murmura.

Me mantengo quitando los rastros, tomo aire, y entonces me siento más relajada y lista para hablar. Rochelle y Hanna me miran, esperando a que suelte algunos detalles después de dos horas.

—Bueno— empiezo, aclarando mi garganta —Ben y yo creemos que el compromiso nos ayudará a ambos para nuestro reinado, es como un trato, así que no se emocionen.

—¿No emocionarnos? ¡Literalmente 5 minutos antes de que salieras de la habitación lo predecimos!— exclama Hanna, emocionada.

—¿Qué preguntas tienen? Las responderé, lo juro.

—¿Te dio un anillo? Aunque el valor no importa, pero aún así ¡Queremos verlo!— exclama Rochelle.

—¡Sí, eso!— entiendo mi mano, y Hanna y Rochie la toman— ¡Espera! ¡¿Es el anillo que suele usar normalmente?!

Asiento —Sí, es ese.

—No puede ser, nunca he visto a Ben quitarse ese anillo en mis dieciséis años de vida— dice Rochelle sorprendida —De hecho creo que lo he visto con la marca del anillo en su dedo por el bronceado

Rió un poco —Si, es que fue repentino. Como sea, les pido que no le cuenten a nadie, aún estoy pensando como decirle a mis padres, así que si me corren de casa ¿Alguna podría adoptarme?

—Mamá estaría encantada de tenerte como hija— dice Rochie con una sonrisa dándole una capa a las uñas de Hanna con esmalte transparente.

—A menos que quieras vivir en una cabaña con mi mamá, estás totalmente invitada a quedarte cuanto tiempo quieras— Hanna se vuelve a mi.

Pero eso hace que Rochelle le jale la mano, y le de una mirada indignada, haciéndome reír un poco.

—Hann, deja de moverte, estropearas el diseño— le reclama.

—Lo siento— murmura la chica con una pequeña sonrisa en su rostro.

—Al menos tendré hogar— respondo en forma irónica.

—Bueno, pero no nos preocupemos por un hogar para Navy, pronto tendrá otro castillo enorme— exclama la rubia mayor burlonamente.

Sonrío —A partir de ahora tienen que hacer una reverencia para referirse a su futura reina— bromee, haciendo reír a ambas.

—No digas estupideces— Hanna dice mientras se ríe.

—A la única persona que le hago reverencia es a Maximo— señala Rochelle.

—No era una petición— insisto —Pero, cuando sea su reina, pueden pedirme cualquier cosa, haré lo que sea por ustedes.

Hanna me sonríe y toma mi mano, dándome un pequeño apretón en forma de apoyo. Durante el resto de la noche, Hanna y Rochelle no habían dejado de llamarme «próxima reina de Auradon» lo cual me hace reír un poco al inicio, pero termino aceptándolo, aceptando la idea de que pronto me casare y lo mejor de todo es que será con mi mejor amigo.

Me mantengo esa noche sobre mi cama mirando el techo, cuando Hanna y Rochelle se han quedado dormidas una abrazada de la otra. Aún sosteniendo el anillo, no me arrepiento de nada sobre el plan, de hecho creo que es de las mejores ideas que Ben y yo hemos tenido y estoy segura de que nuestro futuro está lleno de arcoiris como el de mis padres, solo que jamás me enamoraría de Ben, jamás.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro