Día 0
-¡Yoosung! Parece que nos tocó juntos para el proyecto.- deslizó su mano por la mesa mientras se sentaba a un lado del chico rubio
-Ah- suspiró cansado -Sí... Por desgracia.
-¡Hey! Vengo en son de paz y te pones así, ¿cuál es tu maldito problema?- se quejo frunciendo el ceño y apoyando el mentón en su mano, sin quitarle la mirada de encima y pudo ver claramente como el oji púrpura puso los ojos en blanco
-Tú eres el "maldito" problema, Julieta. Mira, si vamos a hacer esto juntos será sin que me estés molestando porfavor, ¿de acuerdo? Me voy.- se puso de pie y termino de guardar su cuaderno en su mochila cuadrada
-E-eh, ¿no comenzaremos hoy con el trabajo?- lo vió intentando buscar alguna manera de que no se fuera
-No, estoy cansado y tengo un torneo al rato.- hecho el tirante de su mochila de lado y acomodó su silla en su lugar, comenzando a bajar los escalones del aula
-¡Espera!- corrió a tomarle de su muñeca, pero la presión fue demasiada
-Ahg, sueltame, no soy un juguete.- se quejo de dolor
-Perdón... No es mi culpa que seas tan delicado.- murmuró lo último
-Y no es mi culpa que seas tan bruta.- le contesto comenzando a molestarse
-¡Oye!- no se iba a dejar
Julieta Erwin nunca se dejaba, lo que le había dado la fama de chica brusca y grosera, consiguiendo así espantar a casi todos de su lado, y aunque eso había sido principalmente en su vida de instituto, la mala reputación se había quedado con ella hasta la fecha, pasando la universidad alejada de todos aunque no lo quisiera así.
-Mientras menos tiempo pase aquí es mejor.- vió como apretó el tirante de su mochila y continúo su camino
-¿No te interesa tu futuro?- lo siguió mientras bajaba las escaleras casi a su lado
-Eso no te importa.- ni siquiera le dirigía la mirada
«Siempre me importaste...» se congelo y se detuvo escalones arriba
-¡Deja tu estúpido juego y concéntrate en la vida real! ¡Tonto!- le grito intentando parecer molesta, pero claramente estaba preocupada
Y sin ganas ya de verlo a la cara cuando el comenzó a voltear a verla, bajo corriendo, chocando hombros con brusquedad al pasar a su lado, y salió dando un portazo.
Yoosung solo se quedó ahí, estático sin entender a la de cabello púrpura.
-¿Pero que le pasa?- soltó frustrado -Da igual, no me interesa...
Negó con la cabeza e intentó dejar de hacer el esfuerzo de entender a su compañera. Por más que haya intentado llevarse bien o siquiera mantener la paz, la chica que parecía un torbellino andante, no lo dejaba hacerlo.
¿Contexto? Julieta, quién nunca jamás en la vida le interesó algún chico que no fueran de sus videojuegos o de sus Doramas, de repente comenzó a fijarse en aquel sonriente y amable rubio adicto a los juegos y el cual no la evitó desde el primer día después de enterarse de su fama pasada.
Yoosung Kim solo quería evitar tener a otra persona molestándolo como su amigo pelirrojo lo hacía. Pero lo que peor le parecía de aquella chica era que se le pegará como chicle para molestarlo.
Salió del aula y camino por el campus hasta la biblioteca. Tenía que ponerse al día para el examen que sería en unas horas y el cual no había estudiado nada por pasarse todo el día tratando de calificar para el torneo de aniversario de LOLOL.
Jalo una silla y se acomodo, sacando sus libros, pero la verdad era que no tenía ni idea de que hacer.
-¡Ash! ¿Es en serio?- se quejo frustrado en voz alta echando su flequillo hacia atrás
-Shhh.- recibió de parte de algunos alumnos que leían en la misma fila de mesas
-Oh, lo siento, lo siento.- se disculpó apenado susurrando
-Así que sí eres un tonto a fin de cuentas.- un susurro en su oído le hizo sentir la piel de gallina y dar un corto brinquito en su lugar
-¡Yah! ¿¡Otra vez tú!?- aporreo su mano en la mesa
-¡Shhh!- repitieron más molestos
-Oh, lo siento.- volvió a soltar
-Jeje...- una risa contenida y bajita se escapó de los labios de la chica de piel oscura mientras se sentaba a lado de él
-Porfavor, no tengo tiempo para tus bromas de mal gusto.- sin darse cuenta, frunció sus labios haciendo un puchero que resultó encantador para la peli morada
-Oh, Yoosuny~... ¿Te parece de mal gusto que te diga que me gustas?- torno su voz a una algo añinada que sabía que le desagradaba al rubio
-Iugh...-se estremeció- No me digas así, me darás pesadillas.- soltó con desagrado
Julieta lo sabía, nada de ella era lindo, todo era tosco, incluso era más masculina que el joven teñido. Resultaba ser una mujer "bruta" para la mayoría de la gente, y aunque intentará aparentar que no le importaba nada de eso, no podía evitar sentir su corazón adolorido y angustiado por no ser alguien normal.
Incluso su apariencia no le ayudaba. Si bien no era gorda, tampoco era delgada, era de cuerpo grueso y con mucha fuerza natural, fuerza que perfeccionó comenzando a entrenar unos años atrás, dándole una apariencia algo fornida. Su piel chocolate era otra cosa que, si bien le gustaba, le ocasionaba algunos problemas a la hora de conseguir un trabajo a medio tiempo.
Julieta no era para nada el prototipo de belleza coreana, y es que, después de todo, apesar de haber nacido y crecido ahí, su ascendencia era extranjera.
-Me conformo con eso, al menos me tendrás en tu mente. -sonrió de lado apoyándose en la mesa, viéndolo intentando concentrarse en sus libros pero sin éxito
-Porfavor, deja de verme. -se quejo en voz bajita
-No puedo... ¿Por qué me gustas tanto, pequeño cachorro? - apretó sus labios pensando seriamente en voz alta
-¡Deja de decir eso!- se paró de golpe gritando, apretando sus puños y ojos cerrados, así como también, levemente sonrojado
-Eso es todo jovencito, fuera de aquí.- la voz del bibliotecario molesto se hizo presente
-¡¿E-eh?! ¡Pe-pero vengo a estudiar!
-No lo parece, ¡fuera! -señaló al final de los estantes de esa fila, donde encontraría el camino a la salida
Rendido, recogió desganado sus cosas y salió casi arrastrando su mochila.
-Oh... -no pudo evitar soltar la peli morada sintiéndose mal por ocasionar que sacarán al pobre chico
-¿Y tú? ¿Vienes a estudiar o solo buscas donde dormir? -y también recibió parte del regaño
-¿Ah? ¿No puedo venir a estudiar? -pregunto descortés levantándose y poniendo una de sus manos en su cadera
-No me lo parece-, la vió de pies a cabeza juzgandola -fuera también-le ordenó
-Tch... -apretó los dientes y se contuvo de insultarlo, saliendo molesta de ahí
Una vez afuera y acostumbrando sus ojos verde oliva a la luz del sol del medio día, busco desde arriba de los escalones de la biblioteca a algún chico bajito y escuálido decaído. Y pronto dio con él: estaba en una banca no muy lejos, con sus piernas cruzadas y batallando por entender su libro de Medicina 2.
Emocionada por haberlo encontrado, bajo casi brincando los escalones y se acercó a él.
-¿Necesitas ayuda? -se sentó a su lado, cerca, realmente cerca, casi metiendo su cabeza en el libro para comprender rápidamente en qué sección se había quedado el de su estatura
-Ahg...-un suspiró cansado de su parte le hizo alzar su cabeza y ver qué el chico al parecer estaba contando hasta diez para calmarse
Su blanco rostro, limpio de cualquier imperfección, y el cual envidiaba un poco, con el ceño levemente fruncido estaba a solo unos centímetros del de ella.
«¿Que pasaría si lo beso ahora? ¿Me demandará? Ahh, no, ¿en qué quedamos? Nada de forzarle, a fin de cuentas, tendrá que ser mío.»
Por fin, después de los segundos designados, los ojos violetas del joven dieron con los suyos. Se congelo al verla tan cerca de su cara, y enseguida pudo captar que la chica estaba concentrada en sus labios.
¿¡Lo besaría?!
-N-no piensas hacerlo, ¿v-verdad? -pregunto tartamudeando y casi temblando
Y entonces alzó sus ojos para ver su expresión completa.
No había ningún sonrojo, ningún rastro de deseo en sus grandes ojos inocentes, solo había ¿horror?
Se apartó enseguida de él, apretando la madera de la banca en sus manos y sus dientes en su boca. Su mandíbula tensa y sus ojos conteniendo algunas cuantas lágrimas que apenas comenzaban a acumularse fueron espantadas cuando abrió sus ojos y los enfoco al cielo.
-¿Por que crees que te querría besar, niño?- soltó fría, queriendo herirlo como él lo hizo con solo una expresión en su rostro
Y se levantó de golpe, con los ojos de Yoosung aún sobre ella.
-Nos vemos después de clases aquí, quieras o no debemos comenzar a planear el proyecto, es para la próxima semana y cuenta como el 40% de la calificación semestral.- sin volverle a dirigir la mirada, salió casi huyendo de ahí, y pudo sentir un aire algo dolido en sus palabras
«¡Ah! ¡Es una bruta, tonta! ¿ Me pensaba besar? ¡¿Me pensaba besar?!» estaba exaltado jalando sus cabellos sin importarle que algunos estudiantes pasarán y se le quedarán viendo raro «¡No! Por nada debe besarme ella, que... que... Horror... Yo no soy un niño...»
-Aish... Debo tener más cuidado con ella.- volteó a ver el camino por el cual había desaparecido -Baje demasiado la guardia por estudiar...- colocó su libro en su cara, viendo hacia arriba y acomodándose en el banco
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El timbre lo hizo despertar de golpe, tirando el libro de su cara y espantando a una paloma que reposaba tranquila sobre él.
-¡Aahh! ¡Defiende la torre!- gritó exaltado -¿Eh?- volteó a ver a todos lados
El sol ya se ponía detrás del edificio de la biblioteca. Se había quedado profundamente dormido y se había perdido el día de clases... Incluyendo el examen.
-¡Es que soy un idiota!- se levantó de un saltó, pateando el concreto con piedritas incrustadas
-Sip, lo eres.- oyó la voz femenina que tanto le fastidiaba a un lado suyo -¿Qué tal la siesta? ¿Conseguiste el cofre?
-¿Qué haces aquí?- su rostro colorado porque alguien haya presenciado su pequeña rabieta le arrancó una sonrisa ladina a la de piel oscura
-Llegue hace como una hora, creí que te habías sentido mal y te habías largado a casa, pero ya veo que estabas muy concentrado soñando con LOLOL, jeje...- una corta risa de burla se le escapó -Dime, ¿conseguiste el cofre?- insistió divertida
-¿¡Por qué no me despertaste?!
-Te veías cansado hoy, e incluso estabas roncando, pensé que una siestesita te ayudaría.
-¡No si tengo un exámen!
-Hey, no me reclames a mí, el examen de todas maneras lo hubieras perdido aún si te hubiera despertado apenas llegué.
-¿Pero por qué no me despertaste? Hace una hora que llegaste.
-Ya te dije, quería que descansarás, no es bueno dormir menos de ocho horas, y por tus ojeras querido, se que duermes mucho menos que eso.- explico mientras se ponía de pie -Ahora, ¿quieres ir a ver lo del proyecto o quieres irte a casa?
-¿Si digo que a casa aún así me arrastraras a hacer la tarea?
-Nop, fue un día agotador para mí también, creo que debemos descansar.- confesó mientras tronaba sus fuertes brazos, captando la mirada de Yoosung sobre éstos
Podía ver cómo el músculo comenzaba a marcarse de una manera delicada apenas. ¿Podía una mujer tener tales músculos?
-¿P-practicas algún deporte?
-¿Ah? Sí, boxeo una vez a la semana, ¿por? ¿Te interesa? Puedo conseguirte un descuento, el gimnasio es de un amigo de hace años, como solo voy un día no me cobra.- ofreció amable, cosa que sorprendió al delgado
-N-no gracias.- se rasco algo incómodo la nuca, ¿cómo confesar que en realidad no creía tener la disciplina para entrenar? -Vamos a la cafetería que está en la entrada para trabajar.
-De hecho...- «quiero tener una cita contigo...»- conozco una cafetería mejor, y quizá más tranquila. Ahora mismo debe estar saturada la de siempre. ¿Aceptas?- pregunto nerviosa por su respuesta
-Ehm...- «no quiero ir más lejos, tengo una partida pendiente.»- No creo que sea...- y en ese momento cerró la boca al notar la mirada algo dolida que la joven intentaba disimular «Creo que ya he sido lo suficiente grosero con ella hoy. Solo será un trabajo y ya.» -De acuerdo.- soltó bajito como queriendo no ser oído, pero los repentinos ojos iluminados de la chica le hicieron darse cuenta que quizá cometió un error en aceptar.
-Sígueme entonces. Es mi lugar favorito, te gustara, tiene qué, jaja.- pudo notar como su tono cambio a uno entusiasmado pero sin dejar su acidez
Durante todo el silencioso trayecto, Yoosung se mantuvo tres pasos atrás de la peli morada.
-Eh... ¿Yoosung?- le llamo deteniéndose, y creyendo que el chico terminaría de alcanzarla, pero no fue así, al contrario, se mantuvo a distancia
-¿Mm?
-¿Por que no ca-- su pregunta se vio interrumpida por chubascos cayendo repentinamente- Aish, no ahora porfavor, ven corre, ya estamos cerca.- Sin permiso, estiró su brazo y tomó con algo de fuerza la mano del chico y echo a correr.
Dieron la vuelta por una angosta calle de diferentes negocios, y por fin, llegaron al pórtico de la cafetería.
Suspiró aliviada dándose cuenta que no se habían mojado mucho y que sus mochilas estaban casi intactas por el agua.
-Al menos no arreció pronto.- asomó su cabeza más allá del toldo azul oscuro y pudo ver el cielo negro por la tormenta que probablemente caería pronto
-Sí, pero ya puedes soltarme.- Yoosung soltó algo incómodo tratando de soltarse deslizando su mano por la de ella que lo apresaba
-¿Ah? ¿Y si no quiero?- sonrió con malicia y dio un paso cerca de él, con sus felinos ojos sobre los púrpura del varón
-Porfavor Erwin, no empieces con tus cosas ahora. Solo quiero hacer la tarea e irme de aquí.
-¿A qué cosas te refieres? ¿El que me gustes tanto y te quiera conquistar?- frunció sus labios haciéndose la inocente
-¡No te gusto! ¡Solo son tus bobas bromas de siempre! ¡Y ya sueltame que me desagrada tus enormes manos!- logro safarse con fuerza, está vez, demasiado fácil
-Tch... Infantil.- chasqueo su lengua disgustada
Justo cuando estaba por alzar su mirada a su compañera que había soltado esas palabras, paso a su lado sin decirle nada, rozando hombros.
La campanilla de la entrada sonó, y un amable "bienvenido" se oyó. El mesero en seguida se acercó a la joven apenas arrastró una silla junto a la ventana, creyendo que había llegado sola.
-Hola, ¿gustas lo de siempre?- le pregunto sonriendo
-No... Esta vez solo dame un café doble americano. Y creo que mi compañero va a ordenar también.- intentó sonar amable, pero de verdad que no podía fingir que estaba decepcionada por como estaban llendo las cosas
-¿Viene alguien más?
-Sí, está...- se congelo al notar que el rubio ya no estaba ni siquiera fuera del establecimiento
Se había ido sin siquiera decirle nada más.
Sus labios temblaron conteniendo la frustración y el dolor en su corazón que estaba sintiendo. Él joven mesero que seguía de pie a un lado suyo pudo notarlo.
-Perdón... Pero siempre si voy a querer lo de siempre.- logro controlar su voz y emociones, desviando su mirada al menú que tenía enfrente como tarjeta decorativa en la mesa
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Se tiró a su cama boca abajo después de cambiarse su empapada ropa por correr bajo la lluvia hasta el metro. Hundió su rostro en la almohada y soltó un largo gritito ahogado.
-¡Ah! ¿Fui muy duro? ¿Me pase?- comenzó a preguntarse a si mismo despegando su cara de la almohada -¡No! Fue lo correcto, o si no nunca parará con sus bromas tontas.- se aseguro
Pero algo le picaba aún la conciencia. Esa espinita que no le dejaba concentrarse en querer dormir.
-Rika hubiera sabido aconsejarme...- su semblante se torno a uno decaído y justo cuando sus pensamientos deprimentes comenzaron a llegarle como bombarderos, se levantó y corrió a su computador, encendiendo la máquina y entrando a su videojuego favorito
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-Gracias.- dijo al levantarse de aquella cómoda silla de madera después de dos horas
-Vuelve pronto.- se despidió alzando un poco más su voz para que aquella joven le prestará algo de atención, ya que todo el rato que se quedó no apartó para nada sus ojos de su laptop y libreta donde hacía muchos apuntes.
La campanilla sonó, y un suspiro se escapó de sus labios con sabor a frappé de avellana.
-Y así termina el fracaso de intento de cita... Conmigo misma claro jaja.- río con algo de amargura negando con la cabeza -Fua... Mañana será otro día.- se animó sola y emprendió camino a su dormitorio en la universidad el cual había solicitado desde inicios de clases
Pero había un problema. Desde hacía unos días atrás no dejaba de sentir que alguien la observaba, pero cada que volteaba a ver, no había nadie cerca. Y en la oscuridad de la noche, en las calles encharcadas y con la tenue llovizna sobre ella, la sensación era aún mayor.
Se intentó relajar, creyendo que solo era su idea. Relajo sus músculos, sin embargo, trono sus dedos, preparándose para cualquier cosa.
«De haber sabido que regresaría sola, no me hubiera quedado tanto tiempo... Yoosung, ¿por qué te fuiste?»
Aceleró el paso, y pronto llegó a la entrada de los dormitorios estudiantiles, sintiéndose un poco más a salvo.
Tomo aire aliviada, pero justo cuando iba a dar el paso para cruzar la calle, alguien paso a su lado, apurado, chocando y tirando su celular que llevaba a la mano.
-Como lo siento.- una tenue voz salio del desconocido que llevaba un suéter negro con la capucha encima, y sin poder ver parte de su rostro, se agachó para recojer el objeto del suelo
-Descuida.- tomó el celular que él le extendió
Se dió veloz la vuelta y continúo su camino, así como la oji verde, que apenas llegar a su respectiva habitación, tomó un largo baño, y apenas salir, se acostó en su cama.
-Mañana será otro día- repitió y quedó dormida, mientras su celular sufría de un "pequeño" hackeó
Iniciamos con esta nueva historia, y mi primer fanfic de Mystic Messenger. Quiero aclarar que yo apenas estoy en las rutas comunes, aún no he logrado juntar los relojes suficientes para, siquiera la ruta de 707 o Jumin, así que perdón si se me escapa algún detalle que en las rutas más avanzadas se ven.
¿Pero que les pareció este primer capítulo?
¿Cuál fue su impresión de la protagonista y su relación con Yoosung?
Les agradezco mucho la oportunidad que le den a la obra, en serio.
Y bueno, Liian se despide, cambio y fuera!
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