II
— Hyung ha sido tan amable conmigo...
¡Vete!
— No ha sido mucho...
— Pero hyung lo hace, hace sentirme bien y quiero agradecerle...
¡Aléjate!
— No tienes por qué...
— Una pequeña cena, ¿hyung quisiera cenar conmigo?
¡No!
—Me encantaría...
Kyungsoo no pudo negarse aquella tarde.
Y no lo culpen por sucumbir tan fácilmente cuando un par de bellos ojos chocolate lo veían tan inocentemente tras esos lentes, que joder, hacían ver al chico más sexy que antes.
Kyungsoo simplemente movió la cabeza como un fiel sirviente ante todo lo que él niño de rosa le decía.
Estaba hipnotizado por esos labios rosados levemente humedecidos por esa lengua atrayente.
Estaba mareado por el dulce aroma que su cuerpo desprendía y se me metía en sus fosas nasales, intoxicando cada corriente invisible de aire.
El olor a dulce incrustándose en sus pulmones.
— Espero que hyung pueda venir...
— ¡Lo haré!
Kyungsoo pudo jurar que aquella sonrisa floreciendo en esos labios eran una especie de maldición apoderándose de su cuerpo.
¡Era una locura!
¿Cómo podría tan inocente criatura hacer algo tan oscuro como maldecir? Kyungsoo sonríe tonto dejándose llevar por el movimiento de caderas una vez que su vecino se despide y casi tropieza.
Soo suspira y cruza sus brazos pensando en lo bien que se ven aquellos glúteos moviéndose en esos apretados pantalones negros, pero lo mejor que se verían apresando a su rebelde sexo.
— Dulce Oh Sehun...
¿Por qué tiene que ser tan perfecto?
El pensamiento de que el niño debe ser constantemente acosado por las calles le hierve las venas, y se pregunta si en su trabajo tendrá a todos sobre él.
Pero...
Kyungsoo frunce el ceño sin poder creer que no sabe a qué se dedica su vecino, ni siquiera sabe a dónde va todas las mañanas después de compartir el elevador y ver a las personas alejándose de su presencia.
La idea de que su vecino sea un modelo le parece la más correcta.
Kyungsoo de repente quiere preguntar e ir a comprar todas las revistas en las que Sehun aparece, recortar cada parte de ellas y llenar un muro completo de tal belleza.
¿Por eso las personas lo evitan?, ¿por ser modelo?
Un escalofrío recorre su cuerpo, y los gritos se advertencia se ahogan en su cabeza, como si nunca hubieran existido...él silencia su sexto sentido de supervivencia.
Las preguntas aun así persisten, Soo graba en su cabeza las todas para hoy en la tarde, y se dedica a prepararse para la insistente idea de cenar a solas con el niño que solo viste de rosa.
Que tiene un aroma a dulces...
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