20. El evento Simonds (Parte I)
Mi cuerpo envuelto en un vestido elegante me recibía frente al espejo. Mientras que mi cabello dejaba caer unas ondas que le daban ese toque diferente a mi rostro.
No podía creer lo que mis ojos estaban viendo.
Una Raven maquillada, con un vestido elegante, largo, algo ceñido al cuerpo y con tacones altos.
¿Cómo es que alguien como yo podía cambiar tanto su aspecto en tan poco tiempo?
Seguí mirándome en el espejo del vestidor de la habitación de Kacey. Anonadada y confundida mientras tocaba los rizos hechos por mi amiga.
-¿Ya estás lista, Raven? -preguntó Kacey desde afuera.
-Ajá -dije todavía en estado de sorpresa.
Mi amiga entró sonriente al enorme vestidor de su habitación y al verme ahogó un chillido de emoción.
-No puede ser, Ray. Te ves hermosa -expresó muy emotiva observando el vestido que me había regalado para el evento social de esta noche.
Kacey me comentó que cada año los Simonds organizaban una reunión formal con personas importantes para la empresa de ropa que dirigía su familia. Y como ella nunca ha sido del tipo de chica rica que le emocionan esas cosas, nos invitó para evitar sentirse ahogada por tanta superficialidad.
-Aun no puedo creerlo, key. ¿Realmente soy yo? -continué mirándome en el espejo con una expresión de sorpresa.
Me encantaba cómo lucía, pero me sentía extraña pues era un lujo que no podía permitirme por situaciones de la vida.
Mi amiga se acercó a mí sosteniendo algunos accesorios en su mano.
- ¡Te ves increíble, Ray! Ese vestido resalta tus ojos. Vamos a añadirle un par de cosas y te verás aún más fabulosa -mencionó entusiasmada.
Sonreí un poco. Sentía una mezcla de emoción y de nerviosismo mientras Kacey me colocaba unos pendientes brillantes y una pulsera delicada.
- Perfecto, ya está -dijo Kacey ajustando los accesorios
Asentí, sintiendo un cosquilleo en el estómago. La idea de asistir a un evento tan elegante me emociona, pero también me llenaba de inseguridades. Nunca había estado rodeada de un montón de gente sofisticada y adinerada.
-Espero no desentonar... -dije en tono bajo.
-¡Por favor! Eres perfecta tal y como eres. Ahora, ven, vamos a mostrarle al mundo lo hermosa que eres -comentó mirándome fijamente.
Ambas salimos de la habitación y bajamos las escaleras hacia la gran entrada de la casa. Al llegar al final, mi mirada se encontró con la Aidan, quien para mi sorpresa, esperaba en la entrada con un traje formal que le quedaba impecable.
Realmente no pensé que vendría, después de todo lo que ocurrió en su casa el otro día.
Su cabello lucía muy bien peinado, casi parecía un hombre adinerado.
Al irnos acercando, noté en Aidan una expresión diferente.
-Raven... te ves... bonita -dijo con dificultad.
Pude sentir en ese momento cómo me sonrojaba ante su cumplido, así que solo pude sonreír tímidamente. No quería que Kacey sospechara que tenía algo con Aidan, pues no sabía cómo explicarle todo.
Pero, ¿realmente él pensaba eso de mi?
-Gracias, Aidan. Tú también luces genial -comencé a jugar con un mechón de cabello inconscientemente.
La reunión comenzó y el ambiente se tornó clásico y elegante, lleno de gente prestigiosa conversando sobre negocios y cosas por el estilo. Por un momento me detuve a observar a las violinistas tocando suavemente en un rincón y mi corazón se apretó al recordar mi propia experiencia con el violín.
Tocar el violín...
Mi escape de este absurdo mundo.
Era algo que me fascinaba. La verdad, aún no podía creer cómo de la noche a la mañana todo eso se acabó.
Aidan se acercó a mi mientras ambos observábamos a las violinistas.
-Te verías increíble tocando aquí, ¿sabes? -rompió el hielo.
Lo miré sintiendo una punzada de nostalgia.
-Sí... me encantaría hacerlo -dije con tristeza.
Aidan frunció el ceño, notando el sentimiento en mi voz.
-No deberías dejarlo ir así. Tienes talento, Ray. Deberías mostrarlo al mundo, y sé que algún día podrás cumplir tus sueños.
Sus palabras me dejaron pensando un poco. Por un breve segundo quise pensar en las posibilidades de volver a tocar, pero muy en el fondo sabía que mis circunstancias me lo impedían, y yo ya no podía hacer nada.
Justo entonces, Kacey apareció e interrumpió mis pensamientos al tomar del brazo a Aidan con una sonrisa brillante de oreja a oreja.
-¡Disculpen chicos! Aidan, quiero presentarte a mis padres como mi amigo especial -contó Kacey mientras se llevaba a Aidan quien parecía estar un poco tímido.
A medida que se alejaban, mis emociones se llenaron de una mezcla de alivio y soledad. Sin embargo, esa sensación duró poco cuando un hombre de cabello negro, y apuesto, pero claramente mayor, se acercó a mí.
-Buenas noches. No pude evitar notar tu interés por la música clásica. Es fascinante, ¿no crees? -preguntó el hombre extraño sonriendo.
Lo miré con desconfianza.
-Sí... antes tocaba el violín -dije intentando ser educada.
El hombre levantó una ceja, intrigado.
-Debes ser muy buena entonces. La música tiene una forma especial de conectar a las personas... -empezó a hablar.
Mientras hablaba, no podía dejar de pensar en que había algo familiar en él; sus rasgos me recordaban a alguien que he visto antes, pero no pude identificar quién era exactamente. Mi intuición me decía que debía tener cuidado.
-Bueno... fue hace tiempo. Ya no toco más... -mencioné con cautela.
-Qué pena. La verdad soy un fanático de la música clásica. ¿Te parece si vamos por una bebida y conversamos un poco más del tema? -inquirió el sujeto expectante mientras sonreía.
En ese momento, Aidan regresó y notó nuestra conversación. Su expresión cambió ligeramente; había confusión y algo más en sus ojos mientras observaba al hombre sin despegar sus ojos de encima.
-Hey, Raven... ¿te gustaría dar una vuelta? -preguntó interrumpiendo.
El extraño lo miró brevemente antes de sonreírle con desdén.
-¿Es tu novio? -preguntó.
-El... -el hombre me interrumpió de inmediato.
-Entonces supongo que si no es tu novio puede dejarnos en paz, estábamos a punto de tener una agradable charla -soltó mirando a Aidan con arrogancia.
Aidan parecía un poco aturdido, así que me tomó suavemente de la mano y comenzó a alejarse del hombre sin decir nada más.
-Vamos a buscar algo para beber o algo así... -me dijo en voz baja, asentí ante aquello.
Mientras caminamos juntos hacia otro lado del salón, sentí cómo mi corazón latía más rápido por la cercanía de Aidan y por la extraña sensación que me dejó la interacción con aquel hombre desconocido.
-¿Te dijo algo malo? -interrogó Aidan preocupado.
Negué con la cabeza.
-No, aún así te agradezco que me sacaras de allí. Me sentí un poco incómoda, en verdad muchas gracias -le agradecí.
-Descuida, enserio me preocupé. Lo ví acercarse de lejos y noté una expresión rara, además te veías incómoda. Supe entonces que debía intervenir -contó, sus ojos azules fijos en los míos.
Me sentí un poco aliviada, el hecho de que alguien se preocupara así por mi me hacía sentir que podía permitirme relajarme un poco y por primera vez soltar la carga de ser yo quien cuidara de otros. Era una sensación nueva y diferente, pero aún así bastante agradable.
De pronto comencé a sentirme un poco rara, incluso sentía que la cabeza me daba vueltas. Pero no quería decirle a Aidan, temía dañar la situación.
-Aidan, ¿puedo esperarte en el jardín? Quiero tomar aire fresco -dije sin más.
Aidan me miró de inmediato aún sin soltar mis manos.
-Tus manos están heladas. ¿Te sientes bien? -preguntó con preocupación en su tono de voz.
-Estoy bien, solo quiero ir a tomar aire afuera -comenté.
-¿Segura? -interrogó.
-Sí, lo estoy -dije separando mis manos de las suyas.
-Bueno, espérame afuera. Iré a buscar alguna bebida que no contenga alcohol -comentó. Por un momento quise preguntar cómo sabía que detestaba el alcohol, pero quizás la respuesta era bastante obvia.
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El jardín de la mansión de Kacey era muy hermoso y espacioso. La noche estaba fresca y tranquila, pero yo estaba inquieta mientras esperaba a Aidan. Había tomado asiento en un banco y el leve mareo que sentía pareció desvanecerse. Así que saqué mi teléfono para distraerme. Noté enseguida que un grupo de la escuela estaba colapsado de mensajes, al revisarlos mi corazón se detuvo cuando me topé con un cartel, la cara de Eliob apareciendo en él, me dejó confundida.
Decía textualmente:
"Desaparecido. Si lo ves, llama al siguiente número..."
La preocupación se apoderó de mi. Y entonces de inmediato empecé a recordar algunos momentos con Eliob junto a los fragmentos de nuestra separación.
Pensar en las cosas raras que han estado sucediendo últimamente me dieron un escalofrío.
¿Qué está pasando?
¿Cómo desapareció Eliob?
¿Y por qué nadie me había dicho nada?
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