11
La alarma comenzó a sonar, tan fuerte y molesta como siempre con el objetivo de despertar a la persona que supone debería estar dormida... Pero esa persona ya no abriría sus ojos ni cumpliría con la labor de apagar el sonido, deslizar el dedo por la pantalla ni murmurar un "cinco minutos más".
Eran las 7:30 am y el celular de Chan no dejaba de sonar, Felix lo miraba fijamente, esperando a que la batería se agotase por completo y lo hizo, luego de 5 minutos más de ruido el 1% de batería que quedaba en el dispositivo se agotó y la pantalla por fin se apagó, el ruido se detuvo y con ello podía apreciar mejor el silencio que lo rodeaba, silencio externo al menos ya que su cabeza estaba llena de ruido y sus ojos miraban a la nada perdido y aún rodeado de sangre, no se había limpiado después de ocultar el cuerpo, sino que se quedó tirado en el suelo de la sala con la cabeza en blanco.
Las imágenes se repetían como un bucle en su cabeza, realmente lo había hecho, había asesinado a Chan, había dejado que la oscuridad lo consumiese y las voces ganasen. Acercó sus manos a su cabeza, agarrando sus mechones rubios y tirando de ellos con cierta fuerza sin saber que se supone que debía sentir ahora.
Por dios, había matado a alguien, se convirtió en una bestia que despellejó sin piedad a su presa, había asesinado a quien se había convertido en su amigo a sangre fría, sin titubiar en ningún momento mientras clavaba una puñalada tras otra repetidas veces hasta ver esos ojos brillantes apargarse por completo.
—Respira –se dijo a si mismo, inhalando y exhalando temblorosamente, recordandose que debía cumplir con este labor o se asfixiaría.
Se levantó, sus piernas flaqueaban mientras se dirigían a la despensa, tomando un trapeador y un balde. Fregando el suelo con fuerza y una mezcla de desinfectantes hasta que el piso brillaba, sin ninguna mancha, sin ningún rastro de lo que había sucedido, los pequeños datos que solía darle su madre cuando era un niño ahora estaban funcionando.
Procedió a ir al baño luego de esto, dejando primero su ropa en la lavadora antes de ingresar a la ducha, el agua caliente, casi hirviendo, chocando contra su piel, golpeándolo y dejando manchas rojas que arderían más tarde, su cabeza gacha, siguiendo el recorrido del agua teñida de rojo que se iba por el desagüe. Tomó un jabón y fregó su piel, tantas veces que dolía hasta que todo desapareció, solo quedando el rojo a carne viva por culpa del maltrato.
Tomó la toalla, se secó y envolvió con esta, caminando hasta su cuarto, cambiándose por su pijama de polluelos y tirándose en la cama. Sus extremidades tendidas como una estrella, mirando fijamente al techo.
Esperaba que algo pasase, romper en llanto, gritar, golpearse, sentir miedo, desesperación, culpa; esperaba sentir algo, cualquier cosa, y ese era el problema... Porque no sentía nada.
Estaba vacío, no se arrepentía de lo que había hecho pero tampoco estaba conforme, simplemente no sentía nada.
Había matado a alguien, a un chico que, si bien era su rival, también se había vuelto su amigo; había matado a una persona inocente que solo soñaba con salir adelante, con conseguir un buen futuro para él y su abuela; pensaba en la anciana, si recordaría a su nieto, si lo buscaría o quedaría en el olvido. Pensaba en que dirían Jeongin y Hyunjin cuando no vean a Chan en la escuela, que sentiría Jisung.
Pensaba y pensaba pero simplemente... Nada. No sentía nada.
Cerró sus ojos, dejando que el sueño lo envolviese entre sus brazos, demasiado exhausto para seguir esperando.
Era lunes por la mañana, lo que indicaba una nueva semana de clases y durante todo el domingo había estado ignorando los mensajes de Hyunjin, sabía que probablemente sería confrontado en cualquier momento por este pero todavía no sabía que decirle.
¿Debía contarle toda la verdad? ¿Cómo fue la historia? ¿Cómo sus celos por un simple beso lo llevaron a cometer un acto tan despiadado? Como había cedido a la oscuridad de su cabeza, las voces tomando el control de su cabeza...
Pero si lo hacia... Si hablaba, ¿Hyunjin lo delataría? ¿O cumpliría con su promesa de nunca dejarlo atrás?
No lo sabía y el no poder formar su propia respuesta lo mantenía ansioso, tal vez el matar a Chan no le provocó ningún sentimiento más allá de aumentar el vacío en su pecho, pero con Hyunjin las cosas eran distintas, Hyunjin era su mejor amigo desde que eran pequeños, no soportaría que el mayor lo abandonase, su corazón no aguantaría.
Lo ignoró durante la primera hora y corrió cuando toco el timbre, huyendo hasta la azotea, dejándose caer al suelo mientras veía la vista a través de las rejas que impedían que los alumnos pudiesen caer, saltar al vacío y sucumbir a la oscuridad que les esperaba con los brazos abiertos.
—Hyung –se sobresaltó al escuchar una voz llamarlo tan de repente, alzando la mirada y encontrándose con Jeongin quien se sentó a su lado– ¿Está todo bien?
—Yo... –¿qué debía responder?–. No lo se... –murmuró, recostando su cabeza en el hombro del pelirrojo, disfrutando de la gran mano que se encargaba de acariciar su cabeza.
Jeongin era generalmente reacio al contacto pero Felix sabía que al igual que Hyunjin, ambos tenían una debilidad por él, complaciendolo y dejándolo ganar.
Para Jeongin, Felix era su amable y dulce hyung.
—Puedes contarme que sucede si gustas.
¿Debía hacerlo? No era seguro, si le contaba que había asesinado a Chan entonces Jeongin lo reportaría a las autoridades y terminaría encerrado como su madre, y aunque adoraba a su progenitora, no quería terminar como ella. Aún debía conseguir el corazón de Jisung, atrapar a la bella ave en una jaula y guardar el sol para si mismo porque era egoísta y deseaba ser el único que pudiese disfrutar de la calidez del rubio.
Además, si le dijese, entonces tendría que matar al pelirrojo para que así no lo delate, y Felix nunca le haría daño a Jeongin, era su amigo.
Chan también lo fue.
Pero es distinto.
¿En qué?
A Jisung no le gusta Jeongin...
¿Realmente acabas de asesinar a alguien solo porque a Jisung le gustaba?
Si, lo había hecho.
¿Te arrepientes?
—Yo... Creo que hice algo mal, pero no estoy seguro...
—¿Por qué no lo estas?
—No lo se –suspiró–. Simplemente.. No siento nada...
—Quizas sea porque no hiciste nada malo –volteó a verle con ojos curiosos y pensativos.
¿No lo hizo? ¿Asesinar a una persona no fue tan malo?
Lo hiciste por Jisung.
Es cierto, lo hizo por él, lo hizo para estar cerca de él.
Cortaste sus alas.
No realmente, Felix nunca podría herir a Jisung como su madre había lastimado a su padre, jamás le pondría un dedo encima a su sol, él deseaba cuidarlo, mantenerlo para si en una hermosa jaula, una lo suficientemente grande para que crea que es libre cuando realmente no lo es y cuando llegará el momento en que choque contra los barrotes, sería demasiado tarde.
Felix solo se había encargado de mantener la puerta cerrada, de acabar con la molesta ave que incentivaba a su sol a volar lejos de él.
Ahora comprendía que si bien no sentía nada tras lo sucedido, tampoco se arrepentía de ello, y quizás una parte suya sabía que era capaz de mucho más con tal de tener a Jisung a su lado.
Podía ver los labios de Jeongin moverse en otra respuesta pero su cabeza simplemente bloqueo el sonido, no necesitaba oír más.
Sonriendo de a poco fue acercándose al rostro del menor, dejando un pequeño beso en su mejilla y riendo al escuchar su chillido, viendo como el pelirrojo se separaba y alejaba.
—Innie no escapes de mi, deja que hyung te llene esa adorable carita a besos.
—Jamas –se levantó y comenzó a correr, siendo perseguido por el pecoso, ambos riendo mientras jugaban hasta que al fin pudo agarrarlo en sus brazos.
—¡Te tengo!
—Hyung –comenzó a quejarse el pelirrojo, forcejeando pero al final rindiéndose mientras Felix lo abrazaba y se apoyaba en su espalda.
—Ah, mi dulce Innie~ eres tan perfecto para abrazar –rió divertido, disfrutando de los pucheros del menor–. Ahora cuentale a hyung como van esos avances con Hyunjin.
Arrullo de ternura mientras veía las mejillas del contrario teñirse de rojo.
Sabía que a Jeongin le gustaba Hyunjin, el menor se lo había confesado un día, esperando que Felix pudiese darle algún consejo sobre que podía hacer, que cosas le gustaban al azabache y podría conquistarlo.
Jeongin estaba tan enamorado de Hyunjin que jamás podría ser una amenaza para el rubio.
—B-bueno... Fuimos a comer un helado juntos el otro día y él fue realmente dulce –sonrió el pelirrojo y el pecoso sonrió junto a él, disfrutando de ver a su menor tan feliz y enamorado–. Pero no se si tengo realmente una oportunidad, él siempre es así de dulce y amable con todos y a veces pienso que simplemente... –suspiró–. Debería rendirme, además estoy seguro de que le gusta alguien más.
—Escuchame bien Yang Jeongin –lo dio la vuelta, sosteniendo su rostro con ambas manos y abultando sus mejillas–. Tu no te vas a rendir, juntos vamos a pelear por nuestro amor y saldremos victoriosos ¿entendido? –el contrario asintió con cierta dificultad–. Y luego tendremos citas dobles –sus ojos brillaban ante la idea.
—Quieres una cita doble pero seguramente vas a estar tan perdido en tu burbuja de Jisung hyung que ni siquiera vas a notar nuestra presencia –se burló el menor.
—Tal vez pero ese no es le punto, lo importante aquí es que ninguno se va a rendir y si ese tonto de Jinnie llega a lastimar tu corazón, dímelo y yo me encargaré de darle su debida paliza porque nadie lástima el corazón de mi pequeño Innie.
—Ok hyung –rió el menor, correspondiendo el abrazo que le daba el mayor, ambos disfrutando de la calidez que irradiaba del otro.
Se sentía bien estar así, en los brazos de su querido amigo, ignorando la oscuridad que se extendía y lo iba consumiendo cada día un poco más, arrastrando al resto de personas consigo.
No me gustó tanto este capítulo pero me aseguraré de que el siguiente sea mejor ^^
Espero les esté gustando la historia, tengo muchas cosas preparadas~
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