Capítulo 37
SooMin nunca se imaginó que JungKook iría por su propia cuenta a buscarla y a conducir por ella, de por sí, ya le parecía excesivo tener que hacer que el chico la sacara de esos paparazis, pero Jeon JungKook la estaba protegiendo, tal como se había prometido así mismo.
Habían perdido de vista a los paparazis, Soo seguía mirando por la ventana en el auto asegurándose de que estaban a salvo, cuando le preguntó al chico sobre los guardaespaldas él simplemente le dijo que se calmara.
Habían llegado a la cima de una colina realmente lejos de la ciudad, desde allí apreciaban como toda ella estaba cubierta de nieve, a SooMin le gustó la vista.
— Esto es realmente bonito—sonrió—Pero insisto, debiste venir acompañado JungKook...
— Si hubiera hecho sería incómodo poder ser cariñoso contigo—acarició su mejilla y aprovechó de acomodar unos mechones de su cabello oscuro— ¿Te sientes mejor?
— Se siente bien tener esa sensación de libertad—asintió mirando esos ojos inocentes— ¿Los chicos estuvieron de acuerdo con dejarte venir solo?
— Sí y no—se sonrojó tomando su mano acariciando el dorso de ésta.
SooMin guardó silencio disfrutando de aquella vista y de la caricia dulce que su novio le daba, sonrió divertida por el hecho de que jamás pensó salir de aquel centro de rehabilitación con un novio. Mucho menos que ese novio sería Jeon JungKook, poco a poco fue borrando la sonrisa al ser consciente de lo que les esperaba.
— ¿Has hablado con tus padres? —JungKook la regresó a la realidad.
— Hoy no pero anoche hablé con mi madre, ella no sabe que estoy contigo en este momento, cree que quiero estar sola en mi libertad—suspiró recostándose del asiento subiendo sus piernas a éste, JungKook se dedicó a mirarla disfrutando de ese silencio, cuando se era Idol eran pocas veces las que realmente estaban tranquilos.
— ¿Y....quieres estar sola? —Soo lo miró—Porque puedo dejarte en donde quieras, puedo irme y...
El maknae se calló cuando su novia besó su mejilla sonriéndole un poco, JungKook se sonrojó sin evitarlo, él enserio era demasiado adorable e inocente en algunas cosas.
— Quiero intentarlo, JungKook-ah.
— ¿Qué? —parpadeó varias veces.
— No te niego que tengo miedo de que esto salga mal por culpa del resto, pero nunca lo sabré si no lo hago y siéndote honesta...—suspiró apretando suavemente su mano—Creo que he llegado a ese punto de mi vida en donde quiero arriesgarme.
Recordó la conversación con el señor Kwang al despedirse de éste.
— No estarás sola, estaré contigo siempre y cuando lo quieras—dijo seguro—Y sobre nuestros problemas emocionales...aprenderemos a lidiar con ello.
— Terminaré de aceptar que soy la loca novia de Jeon JungKook...—esta vez el chico la calló besando su mejilla.
— Ya te lo he dicho, si tú estás loca...yo lo estoy el doble.
[...]
Una semana después
— No puedo creer que vayamos a comer con tu novio—la señora Yeong supervisaba que el personal de la casa organizara a la perfección la mesa en el comedor con una hermosa vista al jardín nevado—Imagínate cuando se casen y deba organizar la boda...
— Mamá—reprochó SooMin, a veces su madre se emocionaba de más y ella tenía que regresarla a la realidad—No vayas a sofocarlo con esas cosas, ¿Sí? -pidió.
— Sí, cierto, esto sólo es un almuerzo para conocerlo más...socializar...—asintió—Pero piénsalo, luego viene la boda...
— Mamá—repitió rodando los ojos.
— Me gustaría conocer a sus padres—apareció el señor Yeong cruzado de brazos, el hombre había "solucionado" parte de sus problemas con SooMin, pero tenía la esperanza de que ésta sentara cabeza de una vez—Ya sabes, saber cómo ha sido educado ese chico...
— Vaya, hemos evolucionado—fue sarcástica— ¿Quieres saber del chico con el que querías casarme?
— Eso es peor que mis esperanzas de organizar la boda—opinó su madre.
— Mamá, papá, por favor, JungKook suele ser tímido con muchas cosas y se avergüenza en ocasiones—los miró—Por favor, no lo asusten.
— ¿Con quién crees que estás hablando, jovencita?
— Sobre todo tú, papá—apuntó.
— Deberías ir a arreglarte, faltan dos horas para que llegue—su madre la empujó despacio en dirección a las escaleras.
[...]
SooMin se miró al espejo una vez más sabiendo que era inusual y extraño verla llevar eso, pero quería verse bonita para JungKook, al fin y al cabo, era su novio, ¿No? Tenía derecho.
Llevaba unas mallas negras debajo de una falda que llegaba hasta la mitad de sus muslos, era de cuadros pequeños y con un estilo clásico, en la parte superior tenía una camisa de mangas largas color negro, le gustaba que las mangas cubrieran más arriba de las muñecas, escogió unas Converse negras y blancas, se colocó la gargantilla que el mismo JungKook le regaló en su cumpleaños y alisó su cabello hasta dejarlo completamente liso. El flequillo de su frente caía parejo sobre sus cejas dándole hasta un aspecto dulce.
— Espero que le guste—se miró una vez más al espejo dando una vuelta.
— ¿Debes cambiar tu forma de vestir por un chico? —dio un respingo al escuchar a su padre, éste vestía con un traje negro y de corbata.
A veces su padre le hacía dudar, de repente actuaba como debía, pero otras veces volvía a ser el mismo. SooMin comenzaba a creer que tanto él como su madre simplemente querían hacerlo bien por una vez en sus vidas.
— Sólo quiero verme bien para él.
— Te ves bien, te ves hermosa para mí y la opinión de tu padre es más importante que la de tu novio—se acercó a su hija tomando sus manos—Soo...lamento todo lo que he dicho hasta ahora.
— Tus palabras lastiman mucho.
— Lo sé, tu madre me lo ha dicho y quiero ser un padre para ti, quiero ser el padre que necesitas—le sonrió de lado— ¿Me das una oportunidad?
SooMin asintió abrazándolo por unos minutos.
[...]
JungKook miró aquella gran casa dejando salir el aire de su boca, una pequeña nube salía de sus labios por la baja temperatura, al llegar a la puerta se miró una vez más su ropa, iba con unos pantalones negros, zapatos del mismo color y brillantes por lo nuevo que eran, suéter blanco con cuello de tortuga junto a un chaleco negro que era algo largo, iba peinado con su flequillo hacia adelante pero lo acomodó mejor con sus manos que se congelaban.
Tocó el timbre y en poco tiempo el mayordomo de la casa lo recibió, lo llevaron a la sala donde el chico miró algunas fotos en la chimenea que se encontraba encendida, sonrió de lado al ver a SooMin con sus padres en algunas fotos, pero la que llamó realmente su atención fue una foto donde una SooMin de unos catorce años aparecía junto a una chica de su misma edad, ésta era de cabello negro azabache y ojos marrones, más alta que Soo.
Iba sobre la espalda de la chica y JungKook supo quién era.
— ¿Qué estás mirando? —el maknae dio un respingo al escuchar su voz. Miró en su dirección y se sorprendió de ver a SooMin tan...arreglada.
"¿Ella está usando una falda?"
— Ahh...yo...
— ¿Tú? —lo alentó a seguir deteniéndose a su lado. Tomó la foto que JungKook había estado viendo y sonrió con algo de tristeza, el maknae aclaró su garganta algo anonadado aún.
— ¿Ella es...?
— Sarah—asintió—Es la nieta del señor Kwang, estábamos en secundaria—acarició el marco de la foto—Su madre nos tomó esta foto cuando ganamos en el equipo de voleibol.
JungKook comprendió porque usaban uniforme.
— ¿Eras buena? —miró a la SooMin de catorce años, iba despeinada, sonreía ampliamente, sus ojos reflejaban ese brillo que sólo un niño posee, lucía más baja y un poco más delgada a comparación de ahora, esa era la Yeong SooMin que no había conocido la depresión, la ansiedad ni los ataques de ira aún.
¿Alguna vez la vería así de ese modo?
— Entré al equipo por Sarah, ella amaba los deportes, supo que me gustaba el voleibol y no dudó en animarme a entrar con ella—sonrió dejando la foto en su lugar bajo la mirada del chico—Tengo entendido que te gustan los deportes.
JungKook recordó las clases de natación que ambos tomaban.
— Sí, un poco—miró sus ojos-SooMin.
— ¿Sí?
— Luces muy hermosa—y dicho eso se inclinó para besar su mejilla, pero Soo prefirió dar un corto beso a sus labios sonriéndole.
•••
💙
PD. Así vestía SooMin...
PD2. Y así vestía JungKook 🐰
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