Un mes después

— ¿Has guardado todo? —preguntó Matthew viendo como el maknae dejaba su bolso y su maleta junto a la puerta, todas sus cosas estaban allí guardadas. El armario estaba vacío, el escritorio ya no estaba desordenado, todo estaba tan vacío en aquel cuarto que JungKook no podía creer que había estado allí por un año.

— Sí, eso creo, he revisado que nada se haya quedado—suspiró encontrándose con la mirada de Matthew—Gracias por todo.

— Gracias a ti por permitirme acercarme a ti—asintió sonriendo un poco—Se sentirá raro no venir a despertarte para correr un rato.

JungKook sonrió ladinamente mirando la habitación una vez más, Matthew bajaría sus cosas, quiso ayudarle, pero cuando distinguió a la chica de cabello oscuro supo que tenía otra cosa por hacer, SooMin se lamentó de haber entrado al que había sido el cuarto del chico, se sentó al borde de la cama, JungKook hizo lo mismo sentándose a su lado.

— Vaya...no creí que se vería tan...

— ¿Vacío?

— Sí, supongo que esa es la palabra—asintió—Siento que este año se fue volando—dijo mirándole.

SooMin tendría que quedarse hasta enero y si su comportamiento empeoraba sería el doble de tiempo que tendría que permanecer allí, por fuera lucía muy tranquila, pero por dentro quería echarse a llorar, el chico que le gustaba saldría libre y....dudaba si realmente esperaría por ella.

— Prométeme que vas a escribirme pase lo que pase y vas a llamarme sin importar qué—tomó su mano entrelazando sus dedos—SooMin, no quiero que estés sola.

— Pero te vas y me quedaré sola—le recordó—Vamos, hablas como si fuera una niña que no puede valerse por sí misma, si ese es el caso entonces quiero que hagas lo mismo.

— Vendré a verte cada día de visita y....te prometo estar aquí el día que salgas de este lugar.

— Enfoquémonos en el ahora—dio un suave apretón a su mano—Cuídate mucho, ¿Sí? Nada de exigirse de más o presionarse, eres humano y tienes derecho a sentirte mal.

JungKook asintió siendo consciente de ello.

— Desearía quedarme—murmuró acariciando el dorso de su mano.

— Piensa en esto, debes irte para aclarar todo con la prensa y tu agencia—forzó una débil sonrisa—También con los chicos.

— Haré lo que pueda, pero si la prensa y los fans no terminan de aceptar esto...

— Entonces terminaremos—SooMin lo tomó desprevenido. Éste la miró con los ojos bien abiertos mostrando terror en su rostro.

— ¿Qué? No, SooMin, no puedo hacer eso sólo porque no aceptan esto...

— Ellos no van a aceptarme nunca, JungKook, valoro tu esfuerzo, pero...seamos realistas, bebé—usó un tono dulce y usó por primera vez esa palabra con él, no quería enojarse con ella en ese día, pero no le agradaba que pensara así—Tu carrera es importante y tus fans son parte de tu carrera.

— ¿De qué estás hablando? Me dijiste que era humano, que merecía enamorarme, merecía sentir y padecer...

— Realmente quiero lo mejor para ti, JungKook.

— Y yo quiero lo mejor para ti, SooMin—señaló serio sin soltar su mano—Por favor, no actúes como ellos esperan que actúes porque nunca has ido con la corriente.

— Quiero que pienses en las posibilidades de un "no"—mintió. La verdad era que SooMin estaba teniendo miedo de perderlo, miedo de perder a esa persona importante para ella y miedo de que JungKook significara más que su amiga Sarah, miedo de que el dolor fuera el doble—Prométeme que no forzarás las cosas.

— No lo haré.

— JungKook...

— Estás pidiéndome que me rinda—negó con la cabeza—No haré eso.

SooMin sabía que no lo lograría convencer y que él no lograría convencerlos a ellos. Lo abrazó sintiendo esos brazos masculinos rodearla, cerró sus ojos respirando su perfume, pero unos toques a la puerta interrumpieron el momento.

— Han llegado a buscarte—anunció Matthew antes de volver a retirarse.

Ambos chicos se levantaron odiando tener que despedirse allí, afuera había reporteros que transmitirían la salida del maknae del centro de rehabilitación. SooMin no podría acompañarle hasta el auto, lo malo de acostumbrarse a las personas era que luego sería difícil despedirse o soltarlas.

— Estaré bien y sí, sé que no debo meterme en problemas—asintió rodando los ojos—Ve con los demás.

El chico sintió un nudo en la garganta por lo cual no fue capaz de decir nada, pero el beso que le dio a Soo lo dijo todo.

[...]

Se despidió de Matthew una vez más, se colocó su cubrebocas y la capucha de su sudadera, sus cosas ya estaban en el auto, en cuanto salió por esas puertas los flashes de las cámaras se hicieron notar, con ayuda de los guardaespaldas llegó hasta el auto, al cerrar la puerta se encontró a tres de sus hyungs, Jimin, TaeHyung y Hoseok.

— ¡Bienvenido de regreso! —Jimin lo abrazó.

— Hyung—sonrió un poco—Es bueno volver a casa.

— Todo estará bien, ya verás.

SooMin seguía sentada en la cama que varias veces había dormido acompañando aquel cuerpo masculino. Parpadeó varias veces levantando su cabeza respirando profundo.

— ¿Soo? —Suzy estaba en la puerta—No deberías estar aquí, no te hará bien.

— Suzy, ¿Crees que vaya a volver?

La mujer sonrió comprendiendo lo que pasaba, se acercó a ella tomando su brazo, la levantó de la cama saliendo de aquel cuarto con su compañía, SooMin lucía realmente triste. Quizás exageraban, pero estaba en lo normal, los jóvenes exageran porque sus emociones son más intensas y fuertes.

— JungKook no te dejará, después de este año tan interesante entre ustedes no lo hará, confía en mí—rodeó sus hombros llevándola hacia el comedor.

•••

No diré cuanto falta pero les digo que vamos más allá de la mitad de la historia.

Atentos a cuando les diga que es etapa final 😉