Era el día de visitas, los pacientes tenían la cabeza en sus familiares, SooMin no podía evitar pensar en sus padres y en lo que les dijo, de todas maneras, no tenía caso que fueran a verla, hace una semana había cumplido el año en el centro de rehabilitación, aunque tampoco servía de mucho porque ella tendría que quedarse más tiempo de lo acordado.

Las dos mujeres a las que había atacado estaban a lo lejos con sus familiares, Soo sabía que estaban locas, pero no significaba que no fueran malas por haberse metido con ella e insinuado eso del suicidio, la chica volvió a la realidad cuando alguien tocó su brazo, se sonrojó cuando encontró a los padres de JungKook allí.

— Señora Jeon, señor Jeon—hizo una reverencia sonriendo tímidamente.

— Tú eres la chica de las noticias—comentó el hombre, era muy parecido a JungKook, pero mayor.

— Ahh...—sus ojos miraron alrededor con nerviosismo, la verdad es que no quería que los padres del chico la odiaran—Mi nombre es SooMin, Yeong SooMin—jugó con sus manos teniéndolas detrás de su espalda— ¿JungKook está con ustedes?

— Acabamos de llegar y mi esposo acaba de enviarle un mensaje diciéndole que ya estábamos aquí—habló la mujer sonriendo cálidamente—Eres una joven muy hermosa, SooMin.

— Gracias, señora Jeon, yo...lamento todo lo que...

— Descuida, si mi hijo es feliz contigo y se siente a gusto contigo nada más importa—interrumpió el hombre tocando su hombro—No estamos acostumbrados a este tipo de escándalos con nuestro JungKook, pero reconozco que mi hijo merece enamorarse y merece hacer su vida.

A SooMin le sorprendió eso.

— Como madre me preocupa que JungKook pase tanto tiempo trabajando, incluso si se trata de sus conciertos, el chico es joven, merece vivir algunas situaciones de la vida y esta es la que más esperaba de él—sonrió dulcemente a la chica—Espero que mi hijo sea bueno para ti, SooMin.

— Su hijo es...—pensó en las palabras, no podía creer que estuviera hablando con los padres de su... ¿Novio? Nunca en su vida, de los novios que tuvo había conocido a los padres...hasta ahora, aunque... ¿Debía considerar a JungKook como novio? No podía ser grosera con ese matrimonio tan dulce y cariñoso, muy diferente a sus padres—Una persona que se esfuerza por lo que quiere y se preocupa por los que quiere—comentó—JungKook es un buen chico, siempre ha dejado en claro que a pesar de ser joven tiene muy presente lo que quiere en su vida, sabe cómo lograrlo y...ese tipo de seguridad me gusta en él—sonrió de lado—Sí, Jeon JungKook es un buen chico y déjenme decirles que lo han criado muy bien.

La pareja se sintió conmovida con esas palabras y justo en el momento exacto, JungKook se unió sorprendiéndose de ver a SooMin con sus padres.

— ¿Todo está bien? Mamá, papá, supongo que ya conocieron a...

— Sí, estuvimos hablando mientras no llegabas—dijo su padre—SooMin es una chica muy interesante, hijo.

JungKook miró a la nombrada sonriendo orgulloso, ésta se sonrojo haciendo una pequeña reverencia.

— Los dejaré solos, gusto conocerlos.

Mientras SooMin se alejaba, JungKook la siguió con la mirada hasta perderla de vista, Soo a los pocos minutos chocó con los chicos de BTS.

[...]

JungKook había ido a la oficina del director cuando las visitas se fueron, aprovechó que SooMin no estaba con él para hacer lo que tenía en mente. El hombre tenía unos lentes de cristales delgados en sus ojos.

— Joven Jeon, ¿Necesita algo? ¿Todo está bien?

— ¿Puedo hablar con usted un momento, señor Kwang?

— Claro, pasa—señaló la silla frente a su escritorio.

— Yo...sé que el próximo mes cumpliré el año y semanas después tendré que irme—tomó asiento dejando sus manos sobre sus muslos—No vine a pedirle que me ayudara, vine a pedirle que ayudara a SooMin cuando yo no esté en este lugar.

El hombre se deshizo de sus lentes tomando una bocanada de aire y enderezándose en la silla.

— ¿No vendrás a verla?

— Claro que sí, pero sé que sólo lo haría una vez por mes en los días de visita—asintió—Señor Kwang, necesito que SooMin tenga su celular, necesito estar en contacto con ella.

— ¿Quieres que le devuelva su celular?

— Sí—asintió de nuevo—Desde que la conocí, noté que una vez que está sola...cosas malas pueden pasar, SooMin se esfuerza por actuar de forma correcta, pero usted más que nadie sabe lo débil que somos cuando se trata de nuestra mente.

— Lo sé—dijo mirándolo— ¿Pretendes mantener el contacto con ella para que no se sienta sola?

— Sí, así es—afirmó—Y por favor...si puede, acompáñela si la ve sola en algún rincón de este lugar, sus padres no vendrán a verla porque consideran que su hija está exagerando y consideran que esta...relación podría sanarla.

Al director le interesó aquello y no dudó en preguntar.

— ¿Harás oficial lo que tienen? Estoy preocupado por ti, viniste aquí para calmar la ansiedad, el estrés, la depresión y todos tus problemas emocionales, pero...ahora que sales todos querrán llenarte de preguntas sobre la chica que le ha robado el corazón a Jeon JungKook—comentó. Eso ya lo sabía— ¿Estás realmente listo para irte?

— No quisiera irme por Soo, pero me iré al mismo tiempo con intenciones de aclarar todo esto, si uno de los dos debe soportar todo este escándalo y presión de la prensa prefiero ser yo—apuntó muy seguro sin vacilar en sus palabras—Tengo en mente calmar la situación para que cuando SooMin salga de aquí...no deba soportar tanto.

— Siempre estará propensa a soportar y aguantar, sobre todo si deciden formalizar esta relación.

Lo sabía, él sabía todo eso porque llevaba días pensándolo una y otra vez.

— Quiero que SooMin recupere su celular, quiero que no esté sola en ningún momento y quiero que cuando salga de aquí usted me avise antes de siquiera tomar la decisión de darle de alta.

[...]

— ¿Enserio te lo dio? —Soo tomó su celular. Ambos estaban en la habitación de ella sentados en la cama con sus espaldas recostadas del respaldar de ésta—Tengo miedo de encenderlo, si leo esos comentarios...

— ¿Qué me dijiste una vez? Ah sí, si la vida tuviera un botón de reiniciar o borrar todo sería más fácil pero también aburrido.

SooMin golpeó su brazo sin intenciones de lastimarlo.

— Odio que uses mis palabras en mi contra.

— Lamento que te odien tanto, pero te prometo arreglarlo—le regaló una linda sonrisa de conejito.

— Tienes unos padres muy buenos, se preocupan por ti realmente.

— Hablando de eso, ¿Te dijeron algo? ¿Te hicieron sentir incómoda? —frunció el ceño.

— Básicamente me agradecieron por haber llegado a tu vida—contestó mirando su teléfono. Por lo que quedaba de día no lo encendería, lo colocó en la mesa de noche justo al lado del suyo, cuando miró a JungKook éste se sonrojó levemente.

— Papá dijo que cuando era joven, mamá lo seguía a todos lados, ella decía que era muy guapo y le gustaba—sonrió divertido—Él tenía cierto temor en ocasiones por lo enganchada que estaba ella de él, era como si no existiera nada más en el mundo.

— Tienes mucho parecido a tu padre, JungKook.

— Había momentos en los que simplemente los miraba y deseaba que algo así me pasara, ya sabes—miró al frente—Conocer a alguien que agite tu corazón, que te espere en casa cada día y simplemente se alegre de tenerte allí a solas.

— Mis padres se conocieron en un evento—contó ella obteniendo su atención—Mamá debía estar en la boda a la que llevarían su pastel, papá supervisaba aquel salón que habían alquilado en el hotel para el evento y....ellos simplemente chocaron miradas—miró a JungKook—Es algo intrigante como el destino te une a otra persona sin siquiera avisarte.

— Lo sé—suspiró—Soo, yo...quiero preguntarte algo, quiero que sea claro y preciso para ordenar mis pensamientos y emociones.

La chica asintió esperando a que continuara.

— Dime.

— ¿Te gustaría ser...mi...novia?

SooMin encontraba terriblemente dulce la expresión inocente de aquel chico, sonrió divertida atreviéndose a sentarse sobre sus piernas colocando sus manos en sus hombros, ladeó su cabeza mirándole mientras JungKook tenía sus ojos de bambi bien abiertos y atentos de cualquier movimiento.

— Eres tan inocente en algunas cosas, JungKook—susurró acariciando sus mejillas—A veces me reprocho por pensar en ti como si fueras un bebé, pero es que...tus actitudes me hacen querer no dejarte ir.

— ¿Eso es...malo? —colocó sus manos en las muñecas de ella.

— Acepto ser tu novia, pero...con una condición.

— La que sea—sonrió ampliamente.

— ¿Podrías abrazarme como la primera vez que te lo pedí?

El chico sonrojado la rodeó con sus brazos recostado su cabeza en su pecho escuchando a la perfección sus latidos, SooMin rodeó su cuello con sus brazos recostando su cabeza en su hombro. Las manos grandes de JungKook acariciaron su espalda y las de Soo jugaron con su cabello.

— ¿Ahora no debo enojarme con los reporteros? —JungKook se alejó un poco para verla, pero sus ojos fueron a la gargantilla—Digo, ahora que realmente si somos...novios...

— Tal vez—se encogió de hombros—Soo...por favor, no te metas en problemas cuando me vaya.

La chica rodeó los ojos comenzando a decir que ella no era culpable de nada, pero antes de dar todo ese sermón JungKook la calló besando sus labios abrazando su cintura. SooMin con sus manos en los hombros de él, las subió a su cuello iniciando aquella danza que ambos conocían, no había prisa en ese beso, pero si intensidad, más que la de los anteriores. A ambos les gustó como de repente en aquella habitación se escuchaba el sonido de ambas bocas unidas.

— Será mejor...parar—SooMin fue la que se alejó rompiendo el beso—Estamos en mi habitación, pero...no creo que sea el lugar adecuado para hacer esto.

— Sí, sí, lo siento—de inmediato la soltó.

A SooMin de nuevo le pareció dulce y gracioso ese gesto.